i. Una bienvenida calurosa.
(...)
Cuando abrí mis ojos el aire golpeó mi rostro sin piedad, fue una ventisca refrescante pero sobre todo fuerte, mi cabello caia hacia atrás su largo volaba en el aire, mis ojos miraron el enorme cielo un rojo intenso tan rojo que hizo que me paralizara en mi lugar, un sentimiento de angustia crecía en interior camine hasta llegar a una pequeña aldea, el lugar estaba abandonado al menos eso creía.
— ¡Ayuda! — el grito de horror puso mis sentidos alerta, haciendo que mis poderes se manifestarán.
Camine hasta el lugar de los gritos, parecían ser las personas del pueblo, yo los veía desde lo alto de una colina detrás de mi las casas del pueblo ya se estaban quemando, la estampida de personas corría hacia mi buscando auxilio y sus miradas pedían a gritos mi ayuda.
— ¿Que sucede? — pregunté mi voz se escuchó más madura, como si fuera alguien mayor, pero era mi voz.
— ¡Ya viene!, ¡Está aquí! — grito una mujer quien sostenía a un bebé en sus brazos, todas las personas miraron hacia abajo de la colina dónde antes ellos se encontraban y luego al horizonte, yo hice lo mismo.
— Va a matarnos a todos — aseguro un hombre, este me sostuvo del brazo fuertemente.
¿La sombra?. No, mis ojos se abrieron al ver una inmensa luz venir hacia nosotros era como fuego, su forma era de un pájaro, cuando trate de correr y llevarme a los demás simplemente no pude hacerlo ya no podía moverme por más que lo intente y entonces el enorme pájaro de fuego arrasó con nosotros matando a todos, incluyendome.
O no, mis ojos se abrieron cuando la sensación de calor abandonó mi cuerpo, mire a mi alrededor y un grito desgarrador salió de mi boca, la mano que sostenía mi brazo se habia echo polvo y cenizas al igual que la mujer que cargaba su bebe, no solo ellos, todos los demás parecían estatuas que rápidamente se volvieron cenizas en cuanto el aire los golpeó.
— Tu lo hiciste — sus voces retumbaron mis oídos, eran esas personas muertas y entonces caí en cuenta.
El fuego era luz cálida de colores amarillo y rojo formando también contrastes naranjas, iguales a las venas que sobresalen de mi cuerpo cada vez que los uso, el pájaro de fuego era un fénix echo con mi poder y el echo de que yo esté viva solo significa una cosa, que yo había provocado todo esto.
Me levanté abruptamente sintiendo mis mejillas húmedas, respiraba con dificultad y apenas podía pensar con calidad, pero caí en cuenta que solo había sido un sueño por lo que un sentimiento de alivio inundó mi mente haciendome sentir mejor de lo que esperaba, Inej dormía a mi lado su cabeza estaba sobre mi hombro, Jesper no estaba en su lugar por lo que supuse que había ido al baño, pero cuando mire a Kaz el me estaba mirando, serio entre la oscuridad. Note los mechones de cabello cubriendo mi vista y los retire, mi cabello había vuelto a su color rojizo nuevamente, gracias a las tormentas que hubo en el mar o Inej me ayudaba a lavarlo de vez en cuando pero usar el baño del barco también tenía un costo.
— ¿Tuviste una pesadilla? — cuestionó con algo de interés.
Yo simplemente asentí levemente.
— No una agradable.
— ¿Era sobre Pekka y lo del muelle? — su pregunta me sorprendió un poco, en el pasado solía creer que el no recordaba ese suceso, escucharlo hablar sobre eso me sorprende y mucho.
— Era algo mucho peor — asegure mientras me colocaba los guantes de nuevo, hace poco que había anochecido y no faltaba mucho para llegar a Ketterdam.
— ¿Sobre Kirigan?.
Negué.
— Sobre mis poderes — revele, me sentía un poco mejor de hablar de esto con Kaz en lugar de mentirle — no se por que siento que soy un peligro para todos.
— Si hablamos de peligros Kirigan se lleva el puesto mayor, tu poder es luz como el de Alina, eso te vuelve buena.
¿Lo hace?. Mis ojos vagaron por el barco hace pocos días atrás Alina se había desviado hasta Novyzem, Kaz los había ayudado a crear documentos falsos dónde su nacionalidad era Kerch.
— Además ese anciano solo soño contigo una vez, Alina nos contó que el libro que hablaba de tu llegada existió en algún tiempo, luego apareció ese pequeño trozo que tú madre te entrego, pero nada más — aseguro mientras apretaba levemente la cabeza de cuervo en su bastón, yo suspiré y asentí. Durante el trayecto hacia Kerch, Alina le había mencionado que ella leyó los registros en la biblioteca del pequeño palacio y que no encontró nada más sobre mi, también reveló que la entrenadora de grisha a quien llaman Baghra solo dijo que yo era una especie de profecia soñada por Morozova que podía destruir o salvar el mundo, eso solo dependía de mi, Alina me contó que la anciana pensaba que por el dolor de perder a mi padre yo habría sido corrompida por la ira y podría lastimar a los demás con mis poderes, es por eso que a los demás grisha que me buscaron les dió la orden de matarme en cuanto me vieran, unos dicen que soy buena y otros dicen que me corrompere.
(...)
Su llegada a Ketterdam fue más tranquila de lo que esperaban, Jesper incluso llevaba su mano tocando las fundas de sus armas por si era necesario usarlas, pero al bajar del barco no hubo nada, ni emboscadas, ni personas queriendo lastimarlos lo cual alivio a los cuatro.
— Hogar dulce hogar — murmuró el Zemini en un tono tranquilo, caminaba despreocupadamente por las calles de Ketterdam — directo del barco de Ravka y nadie nos esperaba para matar os en cuanto llegáramos.
Los cuatro caminaban mientras observan a las personas que se divertían en las calles, apostando o simplemente bebiendo.
— Es buena señal — respondió Morgana con una enorme sonrisa en su rostro, después de sentirse tensa y preocupada por haber viajado a Ravka, el aire polvoriento de Ketterdam la hacía sentirse más liviana.
— Lo celebrare jugando dados y con libertinaje — murmuró el Zemini con emoción, Morgana rodó los ojos, por supuesto que su querido amigo celebraría apostando.
— Sin libertinaje — aclaro Brekker con seriedad.
— Entonces, solo dados — respondió Jesper.
— Tampoco dados — volvió a hablar Kaz, Inej rio mientras miraba a Morgana estos dos siempre se molestaban mutuamente — hay que caminar.
— ¿Hacia donde? — cuestionó Inej con curiosidad — ¿Con Tante Heleen?.
Era verdad, no tenían un hogar al menos no por el momento, Heleen se había quedado con el club cuervo y no lo devolvería ni si quiera si se lo pedían amablemente.
— Al club cuervo — respondió el jefe mientras aceleraba su paso.
El camino al club cuervo no fue largo, pero si despertó inquietud en la pelirroja tenía un mal presentimiento, su paz y calma habían durado por poco tiempo. Cuando llegaron a la zona y apenas se acercaron al club su ánimo decayó en un instante.
— ¿Y el letrero? — cuestionó Jesper.
— Lo remplazaron — la voz de Brekker sonó más seria y fría.
— ¿El príncipe Kaelish? — pregunto Inej con cierto desconcierto.
— ¿Que nombre es ese?.
La mirada de la pelirroja vatho desde el letrero hasta el guardia que cuidaba la puerta principal, su boca se entre abrió y un sentimiento agrio apareció.
— Kaz... — el castaño escuchó la preocupación y el miedo en la voz de Morgana, también sintió como su brazo era tocado por la mano de la pelirroja pero ella misma lo retiro casi de inmediato, el castaño por fin miro al guardia.
Poseía un tatuaje en el cuello y uno muy característico para los cuervos.
— Leones moneda — habló Kaz.
— ¿Pekka Rollins nos quitó el club? — pregunto Inej.
— ¿Y donde quedamos? — está vez hablo Jesper — osea que no tenemos hogar.
Morgana noto como la mirada de Kaz se perdía, casi como si recordara algo.
— Mis sombreros y mis trajes — se quejó el Zemini en un tono dramático, Morgana bajo su rostro, dejo la fotografía de su padre y ella debajo de la cama.
— Separemonos mejor — habló Brekker por fin, se giro para ver a los tres — no es seguro.
Un silbato sonó al fondo, era la stadwatch tenían que correr.
— ¡Alto, ustedes cuatro! — demasiado tarde, Jesper saco sus armas en segundos — las manos arriba. Kaz Brekker.
El castaño alzó su bastón y sus manos al mismo tiempo, habían sido atrapados y era mejor cooperar.
— Morgana Tea — la pelirroja alzó sus manos mientras fruncía su ceño, estaba molesta — Jesper Fahey, Inej Ghafa era cuestión de tiempo para que aparecieran.
— ¿Algún problema? — cuestionó Brekker.
— Para ustedes si, son unos asesinos.
— Acabamos de volver a la ciudad — Jesper se quejó mientras baja sus manos pero las alzó de nuevo en cuanto volvieron a apuntarle con el arma — ¿o es un crimen matar a un volcra?.
— Muy divertido, pistolero. Ahora, entrega lentamente esas armas — Jesper miraba con molestia a los oficiales, el capitán miro a la pelirroja — y tú, tu arma y tu daga.
Morgana vitoreó los ojos y sacó el arma de su cinturón al igual que la daga, entregándola a los oficiales.
— y tú dame el bastón — le reclamo a Brekker, se acerco y se lo arrebato.
— No puede caminar sin eso — se quejó la pelirroja casi dando un paso para que la stadwatch la escuché, pero el brazo de Brekker le impidió caminar más.
— Estaré bien — murmuró el castaño, la tranquilidad en su voz le confirmo a la pelirroja que todo estaría bien.
— Y... — cuando iba a reclamarle sus pertenencias a Inej está había desaparecido, Morgana sonrió levemente — ¡Oigan!, ¿A donde se fue?.
— Si, ella hace eso — respondió Jesper burlandose de ellos.
— Con tres basta, vamos — el hombre se acerco para amarrar las manos de la pelirroja — a HellGate hasta su juicio.
Morgana lo miro a los ojos, debía estar bromeando.
— ¿Yo también iré? — cuestionó la pelirroja.
— No solemos enviar mujeres a HellGate, pero tenemos muchas quejas sobre robos enormes a mercaderes importantes, si sumamos el asesinato creo que estarás bien ahí.
No dijo nada más, simplemente bufó y siguió las instrucciones de los oficiales, subieron a los tres a una carreta junto a otros criminales quienes también serían enviados a esa prisión.
— Regresemos a Ketterdam dijeron — habló Jesper, su voz se escuchaba un poco lejos, Morgana se encontraba en medio de dos hombres desconocidos que no habían dejado de mirarla, frente a ella estaba Kaz — será divertido dijeron, ahora iremos a HellGate. HellGate.
La mirada de Kaz estaba perdida.
— Jesper, guarda silencio — le susurro con fuerza la pelirroja.
— Pekka es amigo de esos estúpidos — volvió a quejarse — parece que vamos a morir.
Morgana negó levemente mientras miraba a su amigo Zemini, luego miro al frente a Kaz, el castaño se veía mas palido de lo normal, la carreta se movia mucho debido a las calles feas de Ketterdam, la pelirroja noto como las manos de los otros prisioneros iban a dar a las rodillas de Brekker y eso lo estaba poniendo muy mal, soltando suspiros y quejidos.
— Kaz...
Jesper se dio cuenta y miro a Brekker.
— ¿Jefe? — trató de llamar su atención pero el castaño estaba más ocupado tratando de no perder la compostura — Kaz.
— Jesper, tenemos que sacarlo de aquí — le pidió la pelirroja, su tono alarmante hizo que Jesper se girará un poco y con las esposas comenzará a golpear la pared de la carreta.
— ¡Oigan detengan el carro! — grito mientras golpeaba una vez más — ¡Ya!.
La carreta se detuvo y en la mirada de Jesper apareció una enorme sonrisa de orgullo.
— Kaz — murmuró Morgana inclinándose al frente para ver al castaño quién mantenía su cabeza gacha.
El castaño solo subió la mirada para ver a la pelirroja y fue como si nada más existiera se quedó mirándola unos segundos hasta que a lo lejos escuchó como abrían las puertas.
— Ustedes tres, salgan — Kaz se giro a mirarlo, fue una mirada asesina.
No perdieron más tiempo y salieron de ese lugar, no entendían que pasaba eran dirigidos a un edificio, los llevaron hasta una habitación y el unico que parecía quejarse era Jesper quien no dejaba de moverse.
— Camina — le dijo el oficial al Zemini — que camines rápido.
— Cuidado con el abrigo — se quejó de nuevo — ¿Que es todo esto?.
Los tres fueron sentados en sillas dándole la espalda a la puerta, Kaz se encontraba en medio de Jesper y Morgana.
— Alguien pagó muy bien para pasar un tiempo con ustedes — comento el oficial, su sonrisa le provocó escalofríos a la pelirroja.
¿Quien se había atrevido a pagar?. Si temor desapareció casi de inmediato en cuanto vio la puerta abrirse y la gran figura de Drissen apareció frente a los tres.
— Criminales — murmuro entre dientes, se veía molesto.
— Drissen.
— Diez minutos a solas, salgan — pidió el barbudo mercader mientras les entregaba un fajo de kruge a los guardias — ¿Me van a decir que paso?.
— ¿Nos acusan de asesinato? — respondió Jesper algo burlón.
— No hablaba de eso, ¿Donde está Alina Starkov? — era de esperarse su molestia, después de todo aparecieron en el muelle sin invocadora del sol y sin dinero.
— No la tenemos — está vez hablo Kaz.
— Obviamente — respondió el Zemini con dureza y luego se calmó.
— Te fuiste aceptando un trato de un millón de Kruge — le recordó el hombre mayor — con un lugar en mi barco y te atreves a volver con las manos vacías. El trato era traer a la invocadora del sol a cambio del dinero y bajaste del barco sin esa persona en tu poder, claramente debes tener algo de valor o no regresarías.
— Suena sencillo, pero no lo fue — Morgana miro con dureza al mercader — no nos dio tiempo ni para prepararnos.
La mirada de Kaz la callo de inmediato, debía tener paciencia y no molestarse aunque hasta este punto la situación comenzaba a irritarla más de lo normal.
— No era tu dinero, Dirssen — Kaz alzo la voz una ves que la pelirroja dejó de hablar — te usan como intermediario, contratas a gente como nosotros, pero esta operacion no es tuya — el castaño miro a sus cuervos y luego a Drissen manteniendo una sonrisa fanfarrona — es de el. ¿Verdad?.
Su mirada fue a dar al supuesto "guardia" detrás de Drissen, un chico joven de cabellos rubios y atuendo oscuro. Drissen comenzó a reprochar que Brekker era un ignorante entre otras cosas pero el rubio lo mandó a callar.
— Muy convincente — aclaro el joven desconocido — gracias, Drissen. Yo me haré cargo.
Un silencio inundó la sala, el mercader parecía desconcertado.
— Lo que digo es que salgas — le indico mientras apuntaba a la puerta, el hombre salió echando humo de la cabeza junto a los otros hombres y cerró la puerta detrás de el.
La pelirroja admiraba la habilidad de observación de Brekker, nunca se perdía los pequeños detalles ni las señales.
— De este modo es más fáci — habló el rubio mientras se retiraba el sombrero y el abrigo — ¿Que me delató?.
— No estás vestido como escolta y escuchabas todo como si se tratará de tu dinero, querías oír nuestra historia pero...no te conocemos — dijo mirando al rubio seriamente — a el si, así que mantuviste la farsa hasta ahora. Mi pregunta es, ¿Quien eres?.
Morgana y Jesper dejaron de ver a su jefe y fijaron su vista en el desconocido, estaban curiosos.
— ¿No me conocen? — el rubio se veía sorprendido — tal vez de perfil — se giro hacia un lado. Kaz y Jesper se miraron durante unos segundos, mientras Morgana reía en silencio — muy bien, me llamó Sturmhond.
— Eh oído de ti — está vez hablo Jesper.
— Si, eso esperaría — respondió el rubio.
— Es un pirata muy rico — susurro mirando a Kaz y Morgana, se veía emocionado.
— Corsario — corrigió el tipo — en realidad, es algo muy diferente.
— La pregunta aquí es por qué la invocadora del sol es importante para un corsario — cuestionó el castaño harto de la situación.
— Tal vez no lo sepan pero todo el mundo está buscándola o al menos confirmar su muerte — aclaro mientras sacaba un papel de su bolsillo, era un fichero de se busca — y la recompensa subió, veinte millones por entregarla a Fjerda — en el fichero se veía un retrato dibujado de Alina junto a Kirigan, la pelirroja aparto su mirada de la hoja — no les agrado el plan de Kirigan y la invocadora del sol de usar la sombra como arma.
— Alina nunca creyó... — al notar la mirada intensa de Brekker dejo de hablar, Jesper carraspeó un poco y trago saliva — ¿Que decías?.
— ¿La llamas por su nombre? — cuestionó el rubio gustoso — ¿Donde está ahora?.
— Aún si la conociéramos — murmuró la pelirroja mirando fugazmente al Zemini por hablador — no sabemos dónde está o a donde va.
El corsario se acerco a donde Morgana y se agachó sin dejar de mirarla, esto hizo que la pelirroja se pegará al respaldo de su silla comenzando a sentirse incómoda, Kaz no dejo de ver al rubio.
— ¿No la ayudaron? — le cuestionó con curiosidad.
— ¿Por qué lo haríamos?.
Sturmhond hizo una mueca y alzó sus hombros.
— Me imagino que tienes experiencia, escapando de Ravka, ¿No? — la sonrisa del rubio creció a medida que las palabras salían de su boca, Morgana lo miro atónita. El corsario se levantó de inmediato y camino hasta el escritorio frente a el, en el lugar habían papeles que hasta ahora habían despertado la curiosidad de la pelirroja.
El rubio tomó uno un poco grande para el gusto de la pelirroja, lo giro en dirección a los cuervos. Morgana rodó sus ojos apenas lo vio, en efecto era un afiche de se busca con un retrato de ella misma.
— Tú debes ser ella — habló el rubio mirando con detenimiento el afiche — con razón me parecías conocida.
Sturmhond la miro fugazmente, eso le provocó escalofríos a la pelirroja, ¿Acaso la conocía de Ravka?.
— Ofrecen más de un millón en recompensa para quien te capture y te entregue a los grisha que quedan en Ravka — leyó con cuidado mientras alzaba su ceja al leer la cifra de dinero.
Jesper miro con sorpresa a la pelirroja.
— ¿A los grisha que quedan? — era obra de Venya sin duda, le parece increíble que a quien una vez llamó su madre recurra a esto.
— Desgraciadamente las cosas no están bien — respondió el rubio mientras dejaba el afiche en el escritorio nuevamente, su mirada vago al lado de la pelirroja donde se encontraba Brekker — ya te liberaste y si tuviera tiempo te pediria que me enseñarás.
El castaño lo miro seriamente y luego dejo caer las esposas al suelo, masajeando sus muñecas.
— Gracias — agradeció el rubio, al parecer también era un poco observador, volvió al escritorio y tomo el collar que Alina le había entregado a Kaz — mi fuente me dijo que la invocadora del sol llevaba esto cuando entro a la sombra es de la colección de la reina una pieza muy conocida. Entonces ella uso esto para pagarles y que no dijeran a donde iba o tal vez hallaron su cadáver y se lo robaron como buitres.
— ¿Como te atreves? — le cuestionó Jesper ante la acusación — no somos buitres, somos cuervos...tiene más sentido en el contexto — Jesper miro a su jefe quien se veia molesto — la cuestión es que no hicimos eso.
— Entonces fue un soborno y saben a donde fue — reclamo mientras sonreía complacido — les daré veinte segundos antes de que venga la stadwatch.
— No puedes sobornarnos — se burló el Zemini.
— Deja el collar, danos veinte segundos y te dire — habló Brekker mirando seriamente al corsario.
Morgana lo miro de reojo, no podía creer que hablara enserio.
— Kaz — reclamo Jesper, se miraba igual de molesto.
— El pago que les dio para que no dijeran lo que haría...a cambio de que digan lo que hará — se burló el rubio — me agrada, aunque no debería de comerciar con joyas robadas.
De el interior de su abrigo fino saco un fajo de billetes.
— ¿Kaz? — volvió a hablar Jesper.
— Ustedes bajaron del Edan hoy, ¿Estaba con ustedes? — cuestionó curioso — ¿Está acaso en la ciudad?.
— Se quedó en el barco hacia Novy zem — reveló sin importancia, la pelirroja suspiro y cerró sus ojos decepcionada.
Jesper apretó sus labios, igualmente se veía en desacuerdo con Kaz. Sturmhond sonrió en grande y se acerco a la puerta de salida a un lado de esta había una mesita donde coloco los billetes y estuvo apunto de irse, pero antes de eso volvió hacia la pelirroja y la libero de las esposas.
— ¿Que haces? — le cuestionó al ver sus manos libres.
— Simplemente siendo un caballero — respondió en un tono burlón para después guiñar su ojo izquierdo y salir de la habitación.
Kaz no perdió tiempo y se puso de pie para tomar el fajo de billetes que el rubio había dejado sobre la mesita al lado de la puerta, Morgana aún sobaba sus muñecas ya que las esposas la habían lastimado un poco y Jesper se encontraba totalmente irritado por la situación.
— ¿Me van a ayudar? — cuestionó el Zemini alzando sus brazos encadenados. Morgana se levanto para ayudarle hasta que una moneda siendo lanzada hacia el moreno la detuvo, este la atrapó sin problema — ¿Que se supone que haga con esto?.
Le pregunto a Brekker mientras alzaba una ceja, la pelirroja los miró atentamente tenía una idea de a qué se refería el castaño al lanzar esa moneda. Kaz se giro y lo miro con incredulidad.
— ¿Lo sabias? — pregunto desconcertado, luego miro a Morgana quien hizo una mueca.
— ¿Que eras un Durast? — su tono de voz era de orgullo, como cada vez que revelaba que sabía gracias a su observación — tu arma fallo en el tren de Arkem y la arreglate sin moverte, reparaste mi bastón sin herramientas — Morgana miro a Jesper se veia decepcionado de si mismo por no saber ocultar las cosas — y cuando disparas jamás fallas, por supuesto que sabía.
Brekker mantenía una mirada orgullosa y egocéntrica. Jesper se levantó y coloco la moneda en su palma derecha luego la cerró con fuerza y al abrirla la moneda se había convertido en una llave.
— Así dejémoslo, ¿Si? — habló el Zemini con decisión, Morgana espero una queja de Brekker así como lo hizo cuando ella reveló ser una grisha pero sus palabras la desconcertaron más de lo que imagino.
— No me interesa que se sepa tu secreto — respondió secamente — o el de ella, si creyeron que escondiéndolo estaban a salvo de problemas bien por ustedes.
Jesper miro fugazmente a su amiga pelirroja quien solo se mantuvo sería ante la situación.
— Pero si que se sepa lo de Alina, ¿No? — replicó el Zemini con audacia.
— El lo había deducido — aclaro mientras camina apoyándose en su bastón camino hacia la puerta y la arranco con el respaldo de una silla, eso les daría ventaja con la stadwatch — sabía en que barco llegamos, lo mejor era recuperar el dinero.
— ¿Y Alina? — cuestionó Jesper — apenas lleva un día de ventaja y ese tipo era un pirata.
— Corsario — le corrigió la pelirroja, el Zemini le dio una mirada incredula. La pelirroja suspiro y miro a su jefe — debemos advertirle.
— ¿Como? — les cuestionó — podría estar en cualquier lugar, tenemos mucho que hacer — varios golpes en la puerta alertaron a los tres — hablando de eso, ¿No deberías concentrarte?.
Jesper bufó y comenzó a usar la llave para liberarse, para cuando la stadwatch abrió la puerta la sala ya estaba vacía y sin ningun rastro de los cuervos.
(...)
Llegaron a las partes más oscuras y remotas del barril donde inundaba todo menos el placer y el dinero, la niebla hacia el lugar más indecoroso y las fábricas en el lugar arruinaban más el panorama, los tres caminaban sin rumbo o al menos eso creían Jesper y Morgana.
— Estamos literalmente en el fondo del barril — comento el Zemini.
— No nos buscarán aqui así que estaremos seguros — respondió Brekker era el único que caminaba como si supiera a donde quería llegar mientras que los demás le seguían el paso.
Morgana se encontraba en medio de ambos de esa manera se sentía protegida en esa zona del barril.
— Inej, ¿Que averiguaste? — cuestionó el castaño a la nada o eso pensó Jesper hasta que la Sulli apareció a su lado asustandolo haciendo reír a la pelirroja.
— Nos acusan de matar a Tante Heleen — reveló haciendo que los tres pararan en seco y la mirarán con incredulidad.
— ¿Que? — exclamó el Zemini desconcertado — nosotros no lo hicimos — se giro a mirar a la Sulli — ¿O fuiste tú?.
Inej lo miro con desconcierto, Morgana le dio un golpe en el brazo por decir semejante estupidez.
— Fue Pekka Rollins, ¿Verdad? — cuestionó el castaño seriamente — nos culpo de asesinato.
— Quería castigarnos por aceptar el trabajo, aunque te advirtió — respondió la Sulli.
— ¿Por qué a Tante Heleen? — pregunto Jesper aún sorprendido por la noticia.
— Ella tenía las escrituras del club cuervo — respondió el castaño, Jesper miro con asombro a sus compañeras era el único que faltaba de enterarse de ese pequeño detalle — para que Inej nos ayudará con la invocadora del sol y Rollins la mato.
— Es dueño del club, todos ahí trabajan ahora para el.
— No todos — murmuró la pelirroja mirando al castaño, este le devolvió la mirada y asintió levemente. Habían asociados al club o a Kaz que no necesariamente trabajaban en el club.
— Hay más — habló la Sulli llamando nuevamente la atención de los tres, alzó la manga de su brazo dejando ver su tatuaje de la casa de fieras. Morgana la miro sin poder creerlo — ahora le pertenezco junto con todo lo que la casa poseé.
— La stadwatch está en todos lados, Pekka es intocable — habló Jesper mientras colocaba sus manos — ahora extraño la sombra.
Kaz saco un poco de dinero del fajo de billetes que el corsario le había dado y lo extendió hacia Inej quien lo miro confundida.
— ¿Para que es? — cuestionó la Sulli.
— No solo nos acusan a nosotros, hay una recompensa por tu santa está vez de Fjerda — Brekker respondió con cuidado, la Sulli miro a la pelirroja quien asintió dándole a entender que Kaz no mentía.
— Creen que está ayudando al oscuro.
— Es un boleto para que la protejas, ve al tercer puerto, busca a Yarim te va a sacar muy pronto de aquí — volvió a hablar el castaño.
— ¿Me estás enviando lejos? — cuestionó la Sulli.
— Te prometí tu libertad.
— Esto no es libertad — reprochó alzando los billetes — mi contrato pertenece a Pekka Rollins, además si me vas a enviar lejos dejame llevarme a Morgana.
— Yo me encargo de Pekka y en cuanto a Morgana...— respondió — si te la llevas hay más probabilidad de que sea capturada por druskelle, aquí está a salvo. Es mi pelea.
Morgana paseo sus ojos de Inej a Kaz, las cosas estaban tensas y odiaba cada vez que discutian por el asunto mínimo, para ella lo principal ahora era ayudar a Kaz a limpiar sus nombres y hacer que Pekka Rollins pague por todo lo que a provocado. Kaz comenzó a alejarse de los tres.
— No los abandonaré — replicó la Sulli acercándose al castaño — lo que pase con los santos es el destino, lo que pase aquí depende de nosotros. Alina es conocida y tendrá personas que confiarán en ella y la protegerán, Morgana no tiene a nadie, solo a nosotros y nos apoyaremos, sin dudarlo.
La pelirroja le sonrió tiernamente a la Sulli, necesitarían toda la ayuda posible para contratacar.
— Bien, ustedes quédense en las sombras — habló Brekker mirando al Zemini y a la Sulli — Morgana tú vendrás conmigo, nos reuniremos en dos campanadas al final de Rozendtraat, busquen un taller atrás.
— ¿A donde iremos? — cuestionó la pelirroja siguiéndole el paso en cuanto Brekker comenzó a caminar.
— Necesito un mortificador, uno que aún no posea Pekka — aseguro dándole una última mirada a sus otros dos cuervos — ¡Este atentos!.
Estos asintieron antes de partir. Llegaron a un pequeño taller a las afueras uno lleno de químicos y otras cosas, duraron ahí un par de minutos hasta que un joven de cabellos castaños entró con una mochila en su hombro y un maletín en su mano, no los había notado hasta que Brekker habló.
— Wylan — murmuró Kaz, el mencionado se giro con una expresión de miedo hasta que noto que se trataba de Morgana y Kaz.
La pelirroja se acerco a abrazar al castaño, ya tenía tiempo sin verlo, usualmente ella se encargaba de darle los recados que Kaz pedía a Wylan.
— No están muertos — hablo con cierta felicidad cuando se separó del abrazo.
— En parte, gracias a ti — respondió Brekker.
— Corrección, todo gracias a ti — corrigió Morgana con una enorme sonrisa en sus labios.
— La stadwatch los persigue.
— ¿Cuanto fósforo le pusiste a esa bomba cegadora? — le cuestionó Brekker, mientras este se acercaba a la mesa llena de los experimentos del castaño — la opción de escape contra el oscuro.
Morgana se coloco a un lado de su jefe mirando con atención los frascos y artefactos con cuidado, tocarlos podía ser peligroso y lo aprendió a la mala.
— ¿Fue necesaria? — pregunto curioso — ¿Fue suficiente?.
— Casi — respondió la pelirroja — pero nos ayudó mucho.
Suspiro recordando cómo había sido estar frente a Kirigan y sus ganas de matarlo.
— Necesito que me hagas un nuevo paquete — pidió el castaño mirando al chico quien rió nervioso ante su petición.
— Dijiste que solo sería una vez, no que me adentraria en su mundo — hablo mirando a ambos — estaba en caos en ese momento.
— ¿Y ahora? — pregunto Brekker mientras jugaba con uno de los frascos que encontró en la mesa
— Kaz — reprochó la pelirroja, el castaño solo la miró y luego volvió su vista hacia Wylan.
— ¿Cuando comiste por última vez? — Brekker dejo el frasco nuevamente en la mesa y estuvo apunto de agarrar otro pero Wylan lo detuvo.
— No toques ese frasco en específico, te irritaria por días.
Brekker alejo su mano enguantada del frasco y la limpio con su abrigo, Morgana reprimió una risa y miro sonriente a Wylan.
(...)
Durante su espera por Inej y Jesper. Morgana aprovecho el tiempo para descansar un poco en uno de los sillones del taller de Wylan, este último trabaja en algo mientras esperaba a las visitas, la pelirroja se removía de vez en cuando debido a los sueños y pesadillas que la atormentaban apenas cerraba sus ojos, siempre lo mismo, una y otra vez. La sombra, Ravka, su poder y todo el caos que podría provocar si no los controla.
Abrió sus ojos de a poco hasta que escuchó la voz de Jesper y entonces despertó, parecía discutir de algo con Wylan asi que no lo dudo ni un segundo y se puso de pie para acercarse a ambos, justo en ese momento Brekker volvía de quien sabe que lugar.
— Este novato me dijo que es nuestro nuevo demoledor — le dijo el Zemini a Brekker, cuando noto a Morgana no dudo en reír al ver su rostro adormilado — despertó la bella durmiente.
La pelirroja sonrió forzadamente y se coloco junto a Wylan.
— Como decia, Raske es mejor o hasta Pim — volvió a hablar el Zemini.
— Aún así, Wylan es a quien contraté — recalcó el jefe mirando seriamente a Jesper.
— ¿No deberías graduarte de la universidad y no se, empezar un trabajo de oficina? — volvió a hablar el Zemini mirando nuevamente a Wylan.
— Jesper, ya basta — reto la pelirroja mientras bostezaba.
Inej apareció de la nada, junto a una mujer la cual le parecía conocida a la pelirroja.
— Viniste.
— Con una Mortificadora — aclaro la Sulli.
— Nina Zenik, a su servicio — saludo la mujer mientras se quitaba su sombrero.
— ¿Nina Zenik? — cuestionaron la Sulli, el Zemini y la pelirroja al unísono.
— Vaya reacción — respondió la Mortificadora mientras reía — ¿Hay alguna famosa Nina Zenik que no conozco?.
—¿Puedo ofrecerles un té? — pregunto Wylan un poco incomodo por las visitas.
— Trabajaste con Arkem — recordó el castaño mirando a la Mortificadora.
— Era más una sociedad limitada.
— ¿Confiabas en el? — le cuestionó seriamente.
— ¿En ese traidor? Nunca en la vida — respondió tranquilamente — era más sucio que un cerdo.
— ¿Cual es tu precio?.
— Ya agote las vías legales por completo, todos en la ciudad dicen lo mismo "el juez te verá en seis meses".
— ¿Y tú estás buscando la ruta no tan legal para... qué, exactamente?.
— Oí que sacas gente de HellGate — respondió la Mortificadora seriamente. Morgana miro a sus amigos al notar como ella iba enserio, Kaz también los miró se notaba reflexivo.
— Es alguien que, siendo sincera es el amor de mi vida— el temblor en sus palabras confirmaba su sinceridad.
— No puedo sacarlo de HellGate — sincero Brekker, la Mortificadora asintió desepcionada — pero te conseguiré una visita. A cambio de tus servicios.
— ¿Para que me necesitas?.
— Las consecuencias — murmuró seriamente y comenzó a subir las escaleras — siganme.
Jesper y Wylan caminaron sin dudarlo.
— El hace eso — habló Inej esperando a ambas chicas para subir juntas.
— ¿Es enserio? — pregunto mientras se acomodaba su vestido.
— Te acostumbras — habló la pelirroja caminando a su lado.
Subieron a la azotea del taller donde se podía apreciar entre la neblina y la oscuridad, al fondo el barril y todos los clubes de apuesta y burdeles. Morgana se coloco a un lado de Brekker y al lado de ella estaba Nina impaciente por saber por qué tanto misterio.
— Ladrillo por ladrillo — escuchó a Brekker susurrar, Morgana tuvo un terrible presentimiento.
Una gran luz y el sonido de una explosión llamó completamente la atención de todos.
— ¿Que fue eso? — cuestionó Jesper preocupado.
— El club cuervo — respondió Morgana.
— Tenía sombreros en ese lugar — volvió a quejarse el Zemini, la pelirroja también se deprimió al pensar que no pudo recuperar sus pertenencias.
— ¿Estás son las consecuencias? — pregunto la Mortificadora.
— Esto no ayuda a limpiar nuestro nombre, es la guerra contra Pekka Rollins el rey del barril — reprendió Inej seriamente.
— El barril no le pertenece a los reyes — dijo y luego se giro para después comenzar a caminar — le pertenece a los bastardos.
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