─── LOS CONKLIN
(⌗ ♥︎! ) 一 el verano en que me enamore ❜

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         Conrad siempre había disfrutado despertando a Avery, razón por la cual esa mañana temprano, entró en su habitación y empezó a hacerlo,—¡Avery! ¡Averyyy! Aves, ¡tienes que despertarte!—le gritó a su mejor amiga, que lo ignoró y siguió durmiendo,—¡Si sigues ignorándome, tendré que hacer algo que no te gustará!—le advirtió antes de saltar a su cama, cayendo accidentalmente encima de ella, haciendo que se despertara.

—¿Qué mierda?—,gritó ella antes de golpear al chico con una de sus almohadas.

—¡Despierta, bella durmiente! Tenemos invitados que llegarán en cualquier momento!—cantó el chico mientras se acomodaba en la cama de la chica.

—¡Déjame en paz!—,gimió ella antes de cubrirse la cabeza con el edredón como si eso fuera a hacer que el chico la dejara en paz.

Conrad levantó el edredón y se cubrió con él, igual que había hecho ella, de modo que volvieron a encontrarse frente a frente. Avery ya lo estaba fulminando con la mirada cuando sus ojos se posaron en ella, lo que le hizo sonreír. En respuesta, ella puso los ojos en blanco, y el chico respondió sacándole la lengua como un niño pequeño.

—Averyyy—,insistió él, picándole el costado.

—¡No quiero despertarme, y es todo culpa tuya!—,gimió ella, consciente de que el chico sabía que no era una persona madrugadora y disfrutaba molestándola.

—Lo que tú quieras creer, Aves—,puso los ojos en blanco.—Vamos, sé que quieres bañarte y cambiarte antes de conocer a los Conklin. La primera impresión lo es todo, ¿no?—.

—¿Qué tiene de malo mi pijama?—,exclamó ella, mientras ambos miraban sus pantalones cortos de pijama a cuadros y una camiseta, que le había robado hacía años.

—Pues...—puso cara de asco al hablar, razón por la que Avery se lanzó sobre él.

Se quitó el edredón de encima y saltó sobre el chico. Su pecho estaba encima del de él. Sus caras estaban demasiado cerca. Se miraban a los ojos y Avery se quedó helada. Esto nunca había pasado antes. Empezó a asustarse. Conrad, ajeno a su lucha con el cerebro, arqueó una ceja y una sonrisa de suficiencia se dibujó en sus labios.

—¡Bop!—,rió, dándole un golpecito juguetón en la nariz a la chica antes de empujarla para que volviera a caer en el colchón,—Vuelvo en diez minutos. Si no te levantas, tendré que traer a Jere con su balde de agua fría—,amenazó, antes de salir de la habitación, aún ajeno a la confusión de Avery.

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         Avery y Conrad estaban sentados junto a la piscina cuando Susannah gritó que habían llegado los Conklin. Bastaron esas cuatro palabras para que Avery empezara a ponerse nerviosa y a pensar demasiado. ¿Y si no les caigo bien? ¿Saben siquiera que voy a pasar el verano con ellos? ¡Oh, Dios! ¿Y si no lo saben y se enojan porque estoy aquí?

—Oye—,susurró Conrad suavemente, notando la forma en que sus cejas estaban fruncidas,—Cálmate. Respira hondo. Te van a adorar, Aves. Llevamos años hablando de ti y siempre han querido conocerte. Todo va a salir bien, ¿sí?—,le sonrió mientras esperaba a que dijera que sí. Cuando ella asintió, la tomó de la mano y se dirigieron a la entrada de la casa.

Cuando llegaron al frente de la casa, los Conklin estaban hablando con Jeremiah y Susannah. Avery soltó la mano de Conrad a pocos metros de donde se encontraban.—Todo va a salir bien—,le recordó, esperando a que siguiera caminando con él.

—Lo sé. Ve tú, necesito un minuto...—él parecía no estar seguro de si dejarla era una buena idea, así que ella volvió a tomarle la mano y le susurró:—Ve, estaré ahí en un segundo. Te lo prometo—.

El chico asintió y se dirigió hacia donde estaban todos reunidos. Avery sabía quién era cada miembro de la familia Conklin. Había visto suficientes fotos de ellos como para saberlo. Incluso conoció a Laurel una vez. Entonces tenía once o doce años, pero había sido un encuentro rápido, así que dudaba que la mujer la recordara.

Observó a su mejor amigo hablar con Belly. La Belly que era suya durante el verano, igual que ella era suya. Avery les prestó atención y enseguida se dio cuenta de cómo la menor miraba al mayor de los hermanos Fisher. Lo miraba igual que lo miraban todas las chicas que odiaban a Avery en la escuela. Como si todo lo que quisiera era que el chico fuera suyo. ¿Lo sabe Conrad?, se preguntó, ya que su mejor amigo nunca había mencionado nada al respecto. ¿La mira de la misma manera? ¿Es por eso que nunca lo mencionó? Después de ese último pensamiento, sintió que su estómago se retorcía, causando una sensación que no le gustaba.

—¡Avery!—Susannah la llamó,—¡Ven aquí! Quiero presentarte a todos!—

La chica sonrió torpemente y se obligó a moverse. Estaba demasiado nerviosa para hacerlo, pero Susannah la llamaba, y no se le daba bien negarle las cosas a la mujer. En cuanto estuvo al lado de la rubia, Conrad se movió a su lado, captando lo nerviosa que se sentía, dejando atrás a Belly. La chica más joven frunció el ceño porque él se fue de su lado, y Avery deseó no haberse dado cuenta porque eso sólo hizo que la sensación en su estómago se hiciera más fuerte.

—¡Dios mío, Avery!—exclamó Laurel Conklin mientras sonreía a la niña.—¡Has crecido mucho desde la última vez que te vi!—Antes de que pudiera responder, alguien más habló.

—Espera. ¿Avery? ¿La Avery de casa?—.preguntó Steven Conklin, mirando entre los Fisher y ella. Ella no lo vio, pero supuso que los chicos asintieron o algo así porque, de repente, el chico la estaba abrazando con fuerza.—¡Dios mío, no me puedo creer que por fin nos conozcamos! He oído hablar tanto de ti. No tienes ni idea de cuánto. Estos dos no saben cómo callarse una vez que empiezan a hablar de ti—,se rió, ignorando la forma en que los chicos lo miraban.

—Créeme, a mí me pasa lo mismo con ustedes dos—,rió Avery, sintiéndose cómoda al instante cerca del chico.—Siento como si los conociera a los dos de toda la vida por la cantidad de cosas que me han contado de ustedes—.

—¡Lo sé!—Steven sonreía ampliamente,—Al menos sabemos que están obsesionados con nosotros,—

—¡No lo estamos!—siseó Jeremiah, ya molesto con la nueva pareja a pesar de que se acababan de conocer, lo que hizo que chocaran los cinco mientras las mujeres mayores los miraban con sonrisas cariñosas.

—Oh, um, hola. Soy Belly—,habló finalmente la chica más joven,—Yo también he oído hablar mucho de ti—.

—Oh, créeme, yo también he oído hablar mucho de ti—,le sonrió a la chica.

—Esperen- Chicos—,dijo Jeremiah, terminando las presentaciones,—Digo, no sé ustedes, pero yo... ,creo que es hora de...—mientras hablaba, miró a los ojos a Steven, que le devolvió la sonrisa.

—¡Un Belly salto!—gritaron al unísono, haciendo que la chica corriera y gritara mientras los chicos corrían tras ella, intentando atraparla.

—¿Qué está pasando?—Avery se giró hacia su mejor amigo, que seguía a su lado.

—Sólo mira—,sonrió antes de salir corriendo al igual que los otros tres.

Avery los observó, curiosa por saber por qué Belly se había puesto así y por qué Conrad de repente era tan abierto con su felicidad y sus sonrisas, cuando llevaba casi un año ocultándolas. Mientras los veía reír y corretear, esa voz en su cabeza, la que tanto odiaba, empezó a decirle aquí no encajas tantas veces que se estaba haciendo difícil ignorarla.

Observó cómo los chicos agarraban a la más joven -Jeremiah y Steven tenían sus piernas, mientras que Conrad tenía sus brazos- y luego la llevaban a la piscina. No fue hasta que vio a los chicos balancear a Belly mientras hacían una cuenta atrás antes de tirarla a la piscina que Avery recordó su tradición.

—Chicos, me lastimé el tobillo—,gritó Belly mientras flotaba en la piscina, haciendo que las risas cesaran.

Conrad se acercó a la piscina y extendió el brazo, ofreciéndole a la chica ayuda para salir. Belly le agarró la mano y, en lugar de aceptar su ayuda, tiró de él hacia el agua con ella.

Mierda.

Mientras los veía nadarbajo el agua antes de salir y mirarse fijamente a los ojos, la extrañasensación en su estómago volvió. Lo peor fue que en ese momento Avery reconociólo que era. Lo había sentido varias veces antes, pero nunca con Conrad. No tenía sentido, porque ¿en qué mundo tendría Avery un motivo para sentir celos de Belly y Conrad?