━CONNECTED SOULS

❝ chains around my demons, wool to brave the seasons. one single thread of gold tied me to you

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¿¡COMO QUE ME ESTOY MUERIENDO?!

La exclamación de la erat en apuros fue tan fuerte y llena de desesperación que que probablemente podía ser escuchada en toda la isla de Feder, siendo sacudida por un clamor lleno de dolor.

—Calma, hija...Encontraremos la solución —trataba de calmarla Eir.

—¡No me has respondido! —siguió rebatiendo Astrid en el suelo—. ¿Es cierto? ¿Estoy muriendo?

Su madre cerró los ojos con pesar tratando de suavizar sus siguientes palabras—En efecto...Sí.

Todo el grupo sintió como si les hubieran apuñalado en el pecho.

La castaña gruñó por el dolor—¡Debe ser una broma!

—Las Nongajek son armas malditas y envenenadas del inframundo que sólo seres como Lorleen pueden invocar —explicó la reina haciendo que el pánico aumentara—. Da igual en qué parte del cuerpo sean incrustadas, estas comienzan a envenenar el cuerpo y a contaminarlo.

—Esta no era la manera en que yo pensaba morir —se volvió a quejar ella soltando un grito de dolor.

—Su pierna se está infectando —señaló Maximoff y todos observaron aquella área.

El grupo y la joven Stark —aunque ella a duras penas— fijaron su atención en la zona afectada. La pantorrilla de la castaña comenzaba a ser rodeada por una sustancia horrible y verde que se mezclaba con la sangre que comenzaba a salir por la herida.

Un gruñido más fuerte que los anteriores se escapó de la garganta de la princesa y este llegó a dolerle por la potencia. Dicha efusividad también causó que todo a su alrededor temblara.

—Hay que irnos...Ahora —ordenó la rubia.

—¡Esto duele! —exclamaba apretando los ojos.

—Puedo hacer algo para calmar el dolor momentáneamente...Hasta que volvamos al palacio —ofreció la sokoviana.

—Hazlo —le dijo Steve—. Ahora llevémosla con cuidado a la nave...Si no la ayudamos la perderemos.

—Y no permitiremos que eso suceda —agregó Tony a su lado.

Con mucho cuidado Thor, Steve, Tony y Borg tomaron a una muy acongojada Magna en sus brazos para llevarla hasta la nave como si se tratase de la figura de mármol más fina del museo más lujoso de todos. Despacio y delicadamente mantuvieron curso hasta el vehículo sabiendo que cualquier mínimo detalle podía hacer que su situación empeorara y que su dolor se fuera a las nubes.

Una vez en el transportador la pusieron sobre una especie de colchón y no se separaron de ella ni un segundo para que el viaje de regreso no la sacudiera tanto. El malestar iba en aumento a cada segundo y la infección de su cuerpo seguía el mismo ritmo. Fue tanto así que no se soltó de la mano de su hermano hasta la llegada con una fuerza algo desmedida.

Arribaron sin ningún inconveniente además de la princesa herida, e inmediatamente ella fue recibida por una especie de camilla que levitaba y los curanderos la llevaron hasta el área específica para poder ayudarla. Todo el equipo les siguió a prisa y no se dieron el gusto de esperar afuera; querían entrar.

—¿Qué fue lo que pasó? —se encontraron con Alrek a la entrada.

—Magna sufrió un ataque de una Nongajek que Lorleen le lanzó —explicó la reina mientras trotaban—. Le queda poco tiempo para que podamos ayudarla.

El prometido de la mujer quedó sin palabras y con una preocupación igual a la de los demás, así que les siguió también hasta la sala de curaciones para ver qué harían con la castaña.

Los enfermeros trataron de estabilizarla de la mejor manera posible pero ninguno de los métodos servía para poder calmar sus gritos que cada vez se hacían más fuertes.

—¿Cómo está? ¿Cómo está evolucionando la infección? —cuestionó Eir a los expertos.

—Lamento decir que mal —todo el grupo que estaba alrededor de la princesa se quejó—. Debemos extraer la Nongajek de inmediato antes de que la enfermedad se siga ramificando.

—¡Entonces háganlo! —exclamó Astrid llena de angustia.

—Pero... —el hombre mayor miró a su reina—. Eso dolerá.

—¡Me importa un demonio! —volvió a reclamar la diosa de la vida reincorporándose de vez en cuando—. ¡Sólo quítenla!

—Princesa, estoy hablando en serio —la aludida palideció—, jamás ha sentido un dolor como este.

—Tiene razón —se unió la rubia—. A mí también me atacó una Nongajek años atrás y mi grito casi tiró abajo la sala de curaciones.

La princesa guardó silencio asimilando con dificultad las palabras que había escuchado pero dentro de sí sabía que no tenía otra opción.

—Sólo háganlo ¿Sí? —apoyó su cabeza en la mesa de observación y su voz ahora sonó titubeante—. Ya no aguanto este dolor.

—Lo haremos alteza —aseguró el curandero—, lo haremos.

La preparación siguió teniendo alrededor a todo un grupo de desesperadas personas que esperaban que todo saliera bien. Temían por el simple hecho de perder a la castaña y por algo tan rápido como aquella endemoniada arma.

Los doctores limpiaron lo mejor que pudieron el área afectada para que, al remover la Nongajek, el dolor no fuera tanto.

Sin embargo, cada segundo que pasaba era un tormento para Astrid. El dolor iba en aumento y sentía como si su piel se estuviera quemando; hasta sentía las ganas de arrancársela.

—Ya no puedo, ya no puedo —susurraba con voz cansada y con los ojos cerrados—. Me cuesta respirar. No puedo...

—Resiste un poco más hija, por favor —susurró la rubia a su lado.

—Te prestaría mi mano para que la aprietes pero casi me la rompes hace unos minutos atrás —se escuchó a Tony junto a Eir.

—¡Tony ahora no! —apretó los ojos por el dolor y la sala se sacudió.

Steve llegó a su otro lado y le extendió su mano para que la tomara. A los dos segundos de sentir aquel contacto la castaña ejerció presión.

—¡Sáquenla ya! —sollozó—. ¡No lo resisto!

—Athen —insisitó la reina al hombre.

—Unos segundos más, majestad. Si no limpiamos la herida ella podría perder la pierna.

—¡Oh fantástico! ¡Ahora nada puede ir peor! —exclamó nuevamente y todo volvió a temblar. Esta vez la potencia fue un poco más fuerte y todos tuvieron que sujetarse de algo.

—Eir...Eso no me gusta —le susurró el rey a su esposa.

—A mí tampoco.

—¿Dijo que cuando a usted le sucedió casi derrumba la sala de curaciones? —cuestionó Thor a la regente.

Asintió—Efectivamente...Pero creo que Magna es capaz de derribar todo el palacio.

Lo que vino después fue un grito mucho más potente que los anteriores, tanto así que Magna pensó que se quedaría sin garganta. Pero ya no resistía el dolor, era lo más horrible que había tenido que enfrentar. Nada en el mundo se comparaba al dolor físico de una Nongajek.

Todo a su alrededor volvió a sufrir una sacudida causando que todos se movieran de su lugar. Uno de los médicos hasta cayó al suelo y eso interrumpió la cirugía.

—Astrid... —Steve la miró suplicante pero los ojos de ella estaban perdidos en su infinito dolor—. Astrid por favor, resiste...

Ella no hizo caso, su concentración en ese momento estaba en el sufrimiento y el tratar de sobrellevarlo. No obstante, aquello les iba a traer consecuencias tarde o temprano.

—¡Rápido, por favor! —pidió la reina junto al Capitán—. ¡No nos queda mucho tiempo!

—¡Alteza hago todo lo que puedo! —respondió el mayor—. Debo limpiar antes de quitarla o los residuos restantes seguirán con el trabajo.

—¡Pero hágalo más rápido! ¡Ya oyó a la reina! —siguió Tony altamente alterado.

Una nueva punzada de dolor llegó a Astrid y la hizo sentarse en la camilla y luego dejarse caer nuevamente con brusquedad. No había soltado la mano del Primer Vengador en ningún momento, pero si no actuaban rápido eso sería lo último que haría.

Todo volvió a temblar y una de las columnas a su lado sufrió una fisura. La imagen de aquello los hizo temer por sus vidas sabiendo de que ahora ellos también estaban en riesgo.

—Magna debes resistir, deja esa parte del dolor de lado que te hace usar tu magia —dijo su madre mirando el techo—. Si ella no se calma se nos va a venir todo encima —aquello lo dijo hacia todos.

Rogers se inclinó para quedar más a la altura de su cabeza que se estaba moviendo a todos lados por la desesperación.

—Oye... —ni siquiera sabía qué decirle—. Astrid, déjalo ir, déjalo que fluya.

—No puedo, no puedo —susurraba entre quejidos sin dejar de moverse.

—Sí, sí puedes. Si no lo haces vas a perder tu vida y probablemente nosotros la nuestra —apretó su mano—. Por favor...

Sus palabras se vieron cortadas con otro grito por parte de la menor de los Stark que ya estaba agotando sus últimas energías.

Ella se estaba apagando.

—Hija, hija no... —habló Borg del otro lado—. Pelea por esto, debes resistirlo.

Su piel comenzó a tomar un color más pálido y apretó sus labios con fuerza para ahogar el nuevo quejido que estaba saliendo de sus labios.

—Altezas, estamos listos para la extracción —el anuncio de el doctor pareció devolverle la esperanza al grupo.

—De acuerdo, ahora sí debes resistir hija, por favor —continuó Eir—. Un último esfuerzo.

—Y dolerá muchísimo.

—Sí gracias, ya entendimos esa parte —alegó el millonario con molestia—. As, tú puedes hacerlo.

—Ya no aguanto —movió su cabeza empapada de sudor de lado a lado—. Me cuesta respirar...Ya no lo resisto.

Steve no sabía que hacer; eso no era lo suyo. No encontraba las palabras para poder calmarla en ese momento y ayudarle a resistir. Sólo tenía su mano que estaba siendo básicamente exprimida.

Luego recordó distintas escenas de momentos que habían vivido tiempo atrás. Recordó el efecto que a veces su presencia causaba en la castaña para ayudarla a volver al mundo real y en una medida desesperada lo intentó.

—Oye, oye —con su mano libre alcanzó su rostro e hizo que lo mirara—. Sí puedes hacerlo.

—Steve, no puedo respirar —susurró casi inaudible—. No...

—Quiero que me mires a mí —la firmeza de aquellas palabras la sorprendió—, no sé qué estoy haciendo pero creo que funciona... —se acercó a ella—. Mírame a mí y deja el dolor atrás.

—Ya no aguanto...Ya no... —seguía repitiendo como si fueran las únicas palabras que conociera y como si estuviera actuando inconscientemente.

—Sí puedes...Sí puedes —acarició su mejilla con el pulgar—. Mírame a mí o...Concéntrate en mí. No sé cómo explicarlo pero...Sólo hazlo.

Con dificultad asintió y dejó caer su cabeza en la camilla para sólo poner su concentración en los orbes azules del hombre.

—Listos para extraer mi reina —anunció el curandero—. Esperamos su orden.

Eir iba a responder de inmediato pero se percató de lo que estaba sucediendo a su izquierda. Los ojos de su hija fijos en los de Rogers haciendo que por segundos estuviera en paz.

¿Será posible? —pensó en su inconsciente.

—¡Eir! —ante su demora la exclamación de su esposo la trajo de vueta.

Parpadeó un par de veces—¡Háganlo!

Segundos después, dos curanderos tomaron la Nongajek con cuidado para no herirse a sí mismos ni a la princesa y finalmente la quitaron.

El trozo de aquella arma quedó en el suelo sobre una bandeja para posteriormente ser destruido con magia.

Sin embargo, para Astrid fue el mayor tormento de la existencia. Se aferró a la mano de Steve con demasiada fuerza y soltó un grito desgarrador de su garganta. Los ojos le dolieron por la fuerza con la que los cerró sumando que el dolor era indescriptible.

A pesar de eso, nada tembló o se movió de su lugar. La Nongajek estaba fuera de su anatomía y la estructura Real había resistido.

Pero más importante aún, la idea de Steve había dado resultado.

Una cansada sonrisa apareció en su rostro mientras su pecho subía y bajaba rápidamente. El rostro de Magna comenzó a recobrar sus colores poco a poco y sin que les importara cosa alguna, o que estuvieran rodeados de personas, ambos unieron sus frentes por escasos segundos.

—Acabó —susurró a penas la castaña mirando hacia arriba y con una respiración bastante agitada—. Ya acabó...

—Sí —se volteó otra vez cuando escuchó a Rogers—. Se terminó —sus manos seguían juntas pero no se molestaron en separarlas a pesar de las circunstancias.

Quizás en ese momento ellos no eran conscientes del todo, pero de una manera indescriptible sus almas estaban conectadas. Y que Steve lograra darle paz a Astrid en un momento tan difícil como aquel era una prueba de ello.

Y Eir lo había notado.

El corazón de su hija le pertenecía a otro hombre.



















































HOLAAAAA

les dije que estaba emocionada por este capítulo y por eso lo traje pronto <3

la verdad sigo emocionada JAJAJA porque se vienen varias cositas y el gran enfrentamiento con la bruja parece que está más cerca, no lo puedo creer 😭

espero les haya gustado tanto como a mí <3

tengo muchas ganas de ya finalizar esta historia para empezar la tercera y última AAAAA NO PUEDE SER.

45 votos para actualización <3

tengo el capítulo siguiente casi listo así que todo depende de ustedes uwu

tengan un bien día, no se olviden de dejar su voto y comentario. les amo <3

nat

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