04. Soul deconstructors

🎧 The Lucky One (Taylor's Version) 

20 de Enero de 2023 - Los Ángeles, California

Por la mente de Marguerite nunca pasó que no fuera capaz de salir de su hotel por la cantidad de periodistas que se habían aglomerado fuera de él, esperando ansiosos su salida para atiborrarla de preguntas, y menos que todo eso estuviera pasando basado tan solo en un rumor.

Evelyn había hecho lo posible desde la lejanía, pues habían filtrado también su identidad al estar conectada con la británica y no le era posible entrar al Fairmont Century, lugar en el que se encontraba su clienta.

Charles había propuesto que se devolvieran para Mónaco en cuanto antes, pero tanto Lynnie como su mejor amiga habían insistido que lo mejor era esperar hasta que aquella multitud se disipara. Aquella "falta de confianza", por llamarlo de algún modo, les había cobrado factura porque, lejos de disminuir, con cada día que pasaba la horda de periodistas solo crecía fuera del recinto.

Finalmente, al quinto día de estar confinados, la representante de la chica les aconsejó que si seguían esperando lo único que pasaría era que la multitud seguiría creciendo, por lo que Evelyn preparó todo para su salida; sin embargo, cuando el piloto supo que había reservado un vuelo comercial, se negó rotundamente. ¿La razón? Quería que Margie estuviera completamente segura en su viaje, sin temor a que la interceptaran en algún momento.

Lynnie también se aseguró de contratar seguridad adicional tan solo para la salida de la rubia, acto con el que el piloto estuvo de acuerdo, pero que, por el contrario, a su mejor amiga le pareció exagerado. Aunque claro, una vez estuvieron fuera del resguardo que les brindaba el Fairmont Century, Marguerite entendió la magnitud del problema.

Charles entendía a la perfección aquel sentimiento de desesperación y agobio al pasar entre semejante cantidad de personas, por lo que hizo su misión proteger a la británica de todos los espectadores que buscaban algún tipo de interacción con ella. Por suerte, lograron llegar al vehículo, el cual había sido aparcado a una cuadra del hotel por la aglomeración, sanos y salvos.

Una vez el coche se puso en movimiento, tanto el monegasco como su amiga dejaron escapar el aire que habían estado reteniendo debido al nivel de estrés que habían sentido segundos atrás. Aquel acto compartido provocó que soltaran una carcajada al mismo tiempo, a modo de disminuir la tensión que había en el ambiente.

—Ya entiendo lo que sientes Char —simpatizó la rubia iniciando la conversación, aún entre risas.

—Son cosas que vienen con las personas como nosotros —dijo con convicción, provocando que la modelo enarcara una ceja para mostrar su confusión—. Apuestos e interesantes —bromeó, haciendo que las carcajadas no tardaran en hacer presencia.

—Ambos sabemos que no están ahí por eso —habló en un tono más serio—. Todo este tiempo me he estado preguntando qué fue lo que hice mal.

—Nada de esto es tu culpa, mon mer —animó acercándose a la rubia para rodearla con sus brazos y envolverla en un abrazo—. Es como funciona este mundo, lamentablemente.

—Créeme que entiendo eso Charles, pero hacia tan solo horas antes de que se filtrara eso, estaban "felices" de mi "regreso" —señaló con sarcasmo al ver el rápido cambio de opinión que habían tenido.

El monegasco suspiró con tristeza, de ninguna manera su mejor amiga merecía todo lo que le estaba pasando, pues si algo sabía con certeza, era que había llegado hasta esa etapa de su carrera de manera honesta, sin tomar ventaja de su amistad o de su relación con los Armani. Tenía pensado redactar un comunicado con ayuda de su administradora de medios para mostrar su apoyo hacia la rubia.

Algo dentro de sí le decía al piloto que Francesco tenía algo que ver con todo lo que estaba sucediendo, pero optó por no decirle nada a Margie puesto que no quería cargarla más. Por ese motivo, se limitó a reconfortarla en sus brazos durante el recorrido al aeropuerto.

Una vez llegaron, no hubo problema al momento de abordar el jet, el cual habían logrado llevar a Los Ángeles gracias a la sociedad de VistaJet con Ferrari, y más específicamente, la estrecha relación que tenían con el piloto principal.

Su asistente personal fue el que se encargó de arreglar los asuntos burocráticos con tan solo un par de días de anterioridad, cosa por la que Charles no escatimó al momento de darle una compensación monetaria por su diligencia.

Delante de ellos, tenían un vuelo de más de 11 horas y una conexión en el aeropuerto de Zúrich que duraría un promedio de 2 horas con 25 minutos, si todo salía de acuerdo a lo estipulado. Por sus respectivas carreras, ambos estaban acostumbrados a viajes de tal duración, por lo que prepararon con antelación todo lo necesario para su comodidad.

En cuanto abordaron el avión, volvieron a entrar en la pequeña burbuja de paz que habían creado en la seguridad de Mónaco.

—A veces desearía que nada de esto hubiera pasado —afirmó Marguerite con firmeza.

—¿A qué te refieres? —preguntó Charles con temor, pues cabía la posibilidad de que su relación con el italiano estuviera en esa afirmación.

—No sé Char... Siento que hubiera podido evadir todo lo que ha pasado en los últimos días si no hubiera caído en los "encantos" de Francesco —suspiró con pesadez mientras apoyaba su cabeza en la palma de su mano—. Gabriella nunca quiso que estuviera con él, eso debió haber sido una señal, ¿verdad?


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[ 05 de Enero de 2022 - Florida, Estados Unidos ]

Marguerite había viajado con los Armani a su casa vacacional ubicada en Coral Gables, donde habían recibido el año nuevo. Todos los días de ese viaje, Fran se había asegurado de llevarla a un lugar distinto. Estaban encantados el uno con el otro, así que el chico había decidido pedirle oficialmente que fuera su novia, esperando una respuesta afirmativa por parte de ella.

A pesar de que Gabriella le había pedido que lo pensara muy bien, recalcándole que Marguerite no era como las demás. Él lo sabía muy bien, sino fuera diferente no le hubiera gustado. No tenía ninguna intención más que hacerla feliz. Bella también le había advertido cuidadosamente a su mejor amiga sobre su hermano, pero ella lo pasó por alto, siempre viendo el bien antes que lo demás.

En esa ocasión la había llevado a la playa, llevando una manta y algunas frutas que le había pedido que empacaran. Había aprendido que Margie amaba el mar, por lo que cuando llegaron le dijo que se sumergiera mientras que él acomodaba todo. Lo único que la británica llevaba encima del bikini, era una camiseta que Francesco le había prestado antes de salir de la casa. Al quitársela, sintió como la mirada del italiano casi que quemaba su espalda.

La británica caminó hasta que el agua le llegó a la cadera, en donde se detuvo y apreció el momento. La brisa sacudía su cabello, el sol le pegaba directamente a la cara y la arena entre sus pies se sentía magnífica. Todo era perfecto.

De pronto, escuchó el agua salpicar detrás de ella, por lo que giró su cabeza para encontrarse con Fran corriendo hacia ella. Marguerite hizo su mejor intento por huir de él, pero le fue imposible. Sintió como los brazos del italiano la rodearon para pegarla a él. La chica no podía parar de reír, Francesco sabía que ese era el momento. Giró a la castaña en sus brazos para quedar cara a cara, viéndola anonadado mientras reía. Cuando Margie paró de reírse, se dio cuenta de la intensidad de la mirada del chico, así que tragó fuerte mientras que las mariposas revoloteaban en su estómago.

—Si, la mia fidanzata —habló claro el chico, para luego decir casi en un susurro—. Sé mi novia, mia cara.


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—Es solo tu forma de ser, chérie —señaló el monegasco con su mirada cargada de amor—. Siempre prefieres ver las cualidades de las personas antes que sus defectos, además de que eres una persona muy noble —tomó sus manos y les dio un ligero apretón, haciendo que la rubia lo viera directamente a los ojos—. Y eso no está mal, es solo que a veces se aprovechan de ello.

Marguerite le regaló una leve sonrisa antes de responderle:

—Tal vez tienes razón, Char, pero gracias a mi forma de ser, se me está viniendo el mundo encima —obvió desanimada, pues, aunque usualmente aquella cualidad fuera de sus favoritas, en ese momento parecía estarle cobrando factura. 

—No es eso, Margie —dijo en un tono más serio, tratando de hacerle entender a la británica que la del error no había sido ella—. Tú no fuiste la del error, es el mundo que es un lugar jodido y las personas, no todas, claro —especificó, logrando que otra sonrisa ligera se escapara de los labios de la chica—. Solo... algunas —dijo, evitando nombrar al que creía que era el causante de todo.

En respuesta, Marguerite suspiró audiblemente y entrando en un espiral de sobre pensamientos, cosa que Charles notó porque separó la unión de sus manos y comenzó a juguetear con sus dedos, gesto que la delataba frente al piloto. 

El monegasco se levantó de su asiento para ir a buscar algo en su maleta que había empacado como medio de entretenimiento en caso de que se aburrieran, pero que dadas las circunstancias había tenido que sacar antes. Una vez tuvo el objeto en sus manos, volvió al lugar en el que estaba sentado, donde la modelo aún lo esperaba perdida en sus pensamientos.

Extendió la mesa plegable que se encontraba entre las dos sillas, logrando captar la atención de la británica, y colocó el juego encima de ella. 

—¿Estás lista para ser derrotada por completo por, el único e inigualable, Chazzle Dazzle? —preguntó invitándola a jugar una partida de ajedrez con él, además de usar el icónico sobrenombre que le había puesto, para levantarle los ánimos. 

La primera vez que le había llamado así había sido luego de que Charles le enviara una foto de su look para promocionar el Grand Prix de Las Vegas. Había iniciado como una burla, pero luego se convirtió en como lo tenía guardado su mejor amiga, por lo que concluyó que aquel apodo había llegado para quedarse. 

—Tú eres el que debería estar preparado para perder. —Marguerite se acomodó en su asiento y estiró sus brazos, preparándose para comenzar la partida. 

—¿Quieres las blancas o las negras? —cuestionó el monegasco, dispuesto a darle ventaja puesto que estaba seguro de sus habilidades en aquel juego. 

—Las blancas, a menos que las quieras tú —mencionó la británica buscando aprobación en la mirada de su mejor amiga, cosa que encontró rápidamente cuando él asintió levemente. 

De ese modo, comenzaron los dos a planear la mejor estrategia para ganar en la partida, y luego de unos cuantos minutos y un jaque mate, la ganadora fue la chica.

—¿Revancha? —pidió el piloto, en un intento de reivindicarse y cumplir su palabra de salir ganador. Margie asintió con una sonrisa cómplice, dispuesta a distraerse jugando con Charles por el resto del vuelo si le era posible.

Momentos como ese los hacían devolverse a la época en la que todo era más simple, cuando eran pequeños y el mayor de sus problemas era el monstruo del armario. Ahora que habían crecido, y peor aún (por las implicaciones que ello conllevaban), ahora que ambos eran famosos todo era más complicado.

Estuvieron jugando ajedrez por más de una hora, aunque la mayoría de las partidas las ganó la rubia, el monegasco disfrutó al máximo aquel tiempo. Dieron por finalizado el juego cuando la azafata les preguntó si querían cenar ya, a lo que respondieron afirmativamente y no tardaron en traerles la comida.

Disfrutaron la cena en silencio y una vez terminaron, compartieron tiempo viendo la serie favorita de la británica, The Summer I Turned Pretty, quien le había insistido ya en que la viera, por lo que aprovechó la oportunidad para repetirla y de paso, que su mejor amigo pudiera verla con ella.

Tan solo alcanzaron a ver un capítulo, pues tenían cansancio acumulado por todo lo que había sucedido en los últimos días, así que al terminar, se prepararon para dormir y por primera vez en esos 5 días, Marguerite descansó plácidamente sabiendo que se dirigía nuevamente a la seguridad que le brindaba el lugar que la vio crecer.

El tiempo que durmieron les pareció poco, pues al llegar a Zúrich la azafata fue quien los despertó y les avisó en caso de que quisieran bajar del avión por el tiempo que duraba la escala. Al piloto no le pareció buena idea, pues según el plan de vuelo, solo estarían en el aeropuerto por 2 horas, además de que era tarde ya y no tendrían el tiempo de siquiera conocer algo. La británica estuvo de acuerdo, así que permanecieron en el jet, tratando de conciliar el sueño, cosa que lograron con facilidad.

En cuanto el tiempo estipulado transcurrió, despegaron nuevamente, esta vez sí hacia su destino final, al cual llegaron en la madrugada, puesto que el vuelo duraba apenas más de una hora.

Como anticiparon, el aeropuerto estaba prácticamente vacío, mayormente debido a la hora en la que habían llegado. Las calles de Mónaco se encontraban desoladas, excepto por los lugares en los que habían discotecas, razón por la que llegaron rápidamente a la calle en la que se encontraba ubicado el apartamento de Charles.

La sorpresa de ambos fue grande al ver la cantidad de paparazzis acechando la entrada del edificio, y más aún a esa hora de la mañana.

★ ! SUMMER'S NOTES ‹𝟹

Sé que he estado muy desaparecida, en particular en cuanto a este fanfic, pero sepan que ando organizando todo nuevamente para que sea más fácil escribirlo. 

Para la escena del juego de ajedrez en el avión me basé en las publicaciones de Charles de hace un tiempo en Instagram, donde estuvo jugando con Arthur unas partidas en el vuelo. 

De una vez me disculpo, porque ya empecé a poner canciones de mi queridísima Taylor Swift y no habrá quien me pare, de todos modos prácticamente que todo el fanfic está basado en ella. 

Ahora sí, la mala noticia que les tengo y les doy con antelación porque sé que no todas las personas que leen Paris me siguen (y estoy próxima a hacer el anuncio), las actualizaciones ya no serán cada 2 semanas sino 1 vez al mes. Tomé está decisión porque últimamente no tengo la inspiración suficiente para actualizar tan seguido, pero créanme que cuando regrese (porque sé que lo hará) volveremos a la frecuencia habitual. 

Lo último que tengo por decirles es: Gracias por las 1K lecturas, nunca creí que llegáramos a tanto (sé que puede parecer poco pero en realidad no lo es), no tengo forma de agradecerles todo el apoyo que le dan a la historia. 

Sin más que decir, no se olviden de votar y comentar. Nos leemos el próximo capítulo 🩷. 

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