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⚠️Contenido sexual al final del capítulo️⚠️
Los murmullos y algunos quejidos por no haber tenido un buen descanso era notorio, pero no podían quejarse todos tuvieron una gran noche, en especial, ese azabache y esa pelirroja.
Peter y Petra estaban sentados juntos, era tierno verlos. Sus manos entrelazadas por debajo de la mesa mientras se tiraban miradas cariñosas. Esa misma noche cambió todo para ellos, Peter no sentiría esa soledad y exclusión social, gracias a esa hermosa rubia rojiza. Se tenían el uno al otro. Y como dijo Petra, ella ayudará a Pet a sentirse seguro. Ambos iban a superar sus inseguridades, juntos.
Sirene luego de llevarse una uva a la boca miró a Jameline. -¿Dónde estabas anoche?
-¿De qué hablas? -preguntó confundida. -Estaba en la fiesta con ustedes.
La pelinegra negó. -Lucas preguntó por ti.
La pelirroja se ahogó con su bebida. -¡¿Lucas?! ¡¿Preguntó por mí?! -artículo luego de toser.
Remei y Sirene asintieron.
-¿Qué quería?
-No lo sabemos. -elevó sus hombros Remei.
-Pero por su rostro de picardía quería estar a solas contigo. -Sirene elevó sus cejas coqueta. -Ahora responde, ¿dónde estabas?
Jameline tragó saliva, mirando a sus amigas de manera inocente. -En las cocinas. Estaba por buscar hielo pero vi una tarta de melaza y no pude evitar comerla. Tenía demasiada hambre.
-La tarta de melaza es mi favorita. -dijo Petra con alegría.
-¿Quieres ir a buscar un trozo? -susurró Peter con timidez.
Petra lo miró fijamente y asintió. Ambos se levantaron de sus asientos y salieron en busca de esa tarta. Las cocinas no estaban tan alejadas del Gran Comedor. Era una caminata rápida.
-Entonces, ¿te quedaste en las cocinas solo por una tarta de melaza? -Sirene entrecerró sus ojos. Conocía a Jameline, sabía que estaba mintiendo.
-Sí. -afirmó inocente.
A unos pocos metros estaban esos tres Merodeadores.
-James, ¿dónde estabas anoche? Te desapareciste. Unas chicas estuvieron preguntando por ti.
-¿Lily? -miró esperanzado.
-Es posible que haya sido una de ellas. -contestó Sirius.
-¿No lo recuerdas?
El pelinegro negó.
-¿Remus?
-No me mires. No estuve en ese momento.
-¿Dónde estabas? -preguntó James.
-Remei y yo estábamos supervisando que no haya accidentes. Algunos se excedieron de copas. -comentó. -Casi tiran nuestro escudo.
-Aún no contestas mi pregunta, Prongs. -Sirius elevó una ceja.
-Fui a buscar hielo a las cocinas. -pronunció en casi un susurró.
-Te has tardado demasiado en solo buscar hielo. -indagó.
-Sabes que soy torpe y mientras caminaba se me caían los hielos y tuve que regresar por más.
Ese cuento no se lo creían. Sirius lo conocía.
Jameline y James se miraron de reojo, recordando lo sucedido en aquel salón y lo bien que lo pasaron. Pero sabían que eso no se repetiría, solo fue por una noche.
Remus sin emitir ningún comentario, se levantó de su asiento para sentarse junto a Sirene.
-¿También te iras con ellas? -bufó James al ver como su mejor amigo levantaba su taza y plato con la intención de acercarse a las chicas.
-Quiero estar con mi Watson. -contestó. -Deberías acercarte. Esas chicas son las mejores. -admitió ganándose una mirada fulminante por parte de ese azabache. -Y Jameline es tan auténtica y carismática que saldría con ella, pero mi Watson se ganó mi corazón. Dale una oportunidad en conocerla, sabrás que tienen más cosas en común de lo imaginado.
Antes de que James conestara ese pelinegro ya estaba sentado junto a Remei.
Ese azabache soltó un bufido molesto, no quería continuar con su desayuno excluido de sus amigos, solo le quedaba acercarse a esas chicas.
-¿Puedo sentarme con ustedes? -preguntó James. Jameline al oír su voz detrás de ella bajo rápidamente su mirada nerviosa.
-Claro. -aceptó Remei. -Hay un lugar junto a Jameline.
La nombrada levantó la mirada, frunciendo sus labios.
James dejó caer sobre la mesa su taza y plato. Se sentó junto a Jameline. Sus piernas rozaban, provocando el erizó de piel en ambas partes. Sus cuerpos estaban tan cerca que no podian evitar sentir el aroma de su conjunto.
-Mi cumpleaños es dentro de poco. -habló entusiasmado Sirius.
-El mío también. -sonrió Sirene. -¿Cuándo es tu cumpleaños?
-El tres de noviembre. -hablaron al unísono, mirándose desconcertados.
-¡¿El tuyo también?! -preguntaron en conjunto señalandose.
-¡Esto es tan raro! -rieron. -Wow.
-Con esto nos damos cuenta que ambos comparten la misma neurona. -Remei rodó sus ojos divertida.
Remus rió ante el comentario de la Licántropo. -Estaba por comentar lo mismo.
-Oh, mi linda Watson, que linda eres con tus halagos. -Sirius rodeó los hombros de la chica junto a él acercandola más. -Tengo algo para mostrarte.
-¿Qué es? -lo miró de reojo.
-Te va a encantar. -se limitó a decir. -No quiero arruinar la sorpresa.
-Y yo, mi hermoso castaño, tengo algo para ti. -acarició coqueta con sus dedos el brazo de Remus, él tragó saliva nervioso. Le encantaba esos pequeños toques de esa pelinegra. -Pero debemos ir a la Torre de Astronomía para poder dártelo. -susurró en el oído.
Remus asintió. -¿Está noche?
La ojigris asintió.
Mientras esos cuatro continuaban su conversación, esa pelirroja y azabache en ningún momento intervinieron. James sabía que estaba mal lo que estaba apuntó de hacer pero no podía evitarlo, la tenía tan cerca que queria tocarla una vez más. Bajo una de sus manos a los muslos de Jameline. Ella abrió grandes sus ojos mirando al azabache. Esta vez la iniciativa la iba a tomar él.
-¿Qué haces? -susurró Jameline.
El azabache le pidió silencio con un gesto y señaló a sus amigos para que prestara atención a la conversación.
Ese ojiavellana acariciaba el muslo de Jameline provocandole los pelos de punta a la pelirroja. No sabía que trataba de hacer. Por un lado quería que parara pero por otro...
Apartó su mano.
Se limpió sus labios. -He terminado. -habló nerviosa. -Iré a descansar. -esa pelirroja no espero la respuesta de sus amigas y caminó rápidamente hasta salir de allí.
Sirene y Remei miraron a James con el ceño fruncido.
-¿Qué le hiciste? -Sirene se cruzó de brazos.
-Nada. -contestó inocente.
-"Nada." -Sirene lo imitó burlona. -Escucha, Potter, te metes con ella te metes con todas nosotras. -amenazó. -Y tú no tienes idea de lo que somos capaz de hacer por nuestra Prongs. -lo señaló con su varita.
-Ya, ya. -levantó sus manos inocente. -No le he hecho nada. -recalcó. -Ahora si me disculpan, iré a preparar las siguientes jugadas para el partido contra Ravenclaw.
-Tranquila, Rene. -hablo Sirius. -James no sería capaz de hacerle algo a Jameline. Todos sabemos que se llevan mal desde lo sucedido con ese apodo.
-Jameline debió sentirse incómoda junto a James. -habló despreocupado Remus.
-Tienes razón, Castaño.
-Mi Watson, es hora de irnos. -Sirius se levantó y estiró su mano. -Tendremos un largo día. -Remei miraba tiernamente por el gesto, aceptando su mano para poder ponerse de pie. -Nos vemos luego, Moony y Sirene. -guiñó.
-Adiós. -se despidió Remei.
-Sirius, no hagas nada que nosotros haríamos a la primera. -rió Sirene.
-No lo haré. -aseguró. -Será diferente. -miró dulce a Remei.
En esa mesa solo quedaban Rems y Sirene, y bueno otros estudiantes.
-Castaño, debo irme. Iré a ver a mi Prongs.
-Ve. Ya sabes donde estaré.
Sirene besó la mejilla de Remus. -No te olvides de hoy.
-No lo haré.
La pelinegra abandonó el Gran Comedor y se dirigió para hablar con esa pelirroja. Quería saber que le estaba sucediendo.
[...]
Esa cabellera castaña y pelinegra estaban abandonando el castillo. Se encaminaban al Bosque Prohibido.
-No te asustes. -susurró Sirius.
-No estoy asustada. -contestó insegura.
-Entonces, ¿por qué me estas agarrando fuertemente la mano?
-Lo siento. -Remei soltó la mano de Sirius.
-He oído demasiados comentarios sobre ti.
-¿Qué oíste?
-Todos esos chicos quieren hacer obscenidades contigo. -Remei abrió grandes los ojos. -No tienes idea de cuánto me contuve para no golpearlos. No podía tolerar que hablaran de esa manera sobre mi Watson.
-Sherlock... -su tono era suave.
-Tranquila, no lo hice. Me hubiera ganado un castigo de varias semanas o incluso ser mandado a Azkaban. No iba a tener tiempo para poder hacer esta salida. Aunque... -Remei lo miró de reojo. -Puede ser que haya golpeado a un par.
Remei rió. -Gracias por defenderme. Fue muy lindo de tu parte. -sonrió tiernamente.
-Lo que sea por ti, mi Watson.
Caminaron unos metros más. A lo lejos se lograba visualizar una pequeña tela en el césped. Remei sonrió.
-Hemos llegado, mi Watson.
Frente a ella había una manta en el suelo, una canasta y un regalo.
-Acabamos de desayunar y ya quieres comer otra vez.
Sirius rió. -Es para el almuerzo.
-Es hermoso, Sirius.
-Me he esforzado.
-Te has esforzado. -aseguró la castaña.
Se sentaron y disfrutaron de la mañana. La conversación de ellos era íntima. Pero Remei tenía lagunas en su memoria. Había preguntas que no podía contestar ya que no lo recordaba. Cosas sobre su familia o recuerdos de la infancia. No tenía idea por qué no recordaba. Sólo sabía que siempre estuvo junto a esas tres chicas y a Lucas.
-Hora del almuerzo. -dijo Sirius abriendo la canasta.
-¿Qué has traído? -trataba de mirar el interior de esa canasta.
-Aquí tenemos un poco de puré de calabaza. -sacó una bandeja. -Carne de res. -saco otra bandeja. -Tarta de verduras. -a Remei se le hacia agua la boca con tal solo ver esos aperitivos. -Y por último como postre... chocolates. -saco una caja llena de bombones extendiendola frente a Remei. -Tus favoritos.
-¿Cómo...
-Lo supuse. Mi amigo es Remus, le pedí consejos en cómo elegir los chocolates perfectos. Me dió una clase entera sobre los diferentes tipos de chocolate.
-Eso es dedicación. -soltó una risita. -Yo también te hubiera dado clases sobre chocolates. -rió.
-Puedes hacerlo. Creo que me he olvidado lo que me dijo Remus. -fingió demencia.
Remei soltó una carcajada. -Te daré clases.
Una pequeña brisa hizo que el cabello castaño dejara en descubierto el cuello de Remei. Sirius se quedó mirando fijamente esa parte, la castaña se dió cuenta y rápidamente con sus mangas se cubrió.
-No lo hagas. -aseguró tiernamente. -No te cubras. -se acercó para apartar sus manos. -No tienes que sentir vergüenza.
-Son horribles. -bajo su mirada. -Mis cicatrices por las transformaciones son horribles.
Sirius negó. -No lo son. -tomó el mentón de la chica con un dedo para poder elevarlo y que lo mirara. -Eres hermosa tal cual eres. -sonrió dulcemente. -Con o sin cicatrices eres hermosamente perfecta. -Remei lo miraba fijamente. -Esas marcas son pruebas de que eres fuerte luego de lo que te sucedió. Son hermosas en ti.
-Sirius... gracias. -murmuró.
-No tienes que agradecer, solo expreso lo que pienso sobre ti.
La chica se abalanzó para abrazarlo. -Nunca he escuchado esas palabras de alguien más que no sean mis amigas. -admitió en un susurró.
-Te lo recordaré todos los días. -susurró. -Eres perfecta, Remei. Nunca lo dudes.
Remei sonrió. Esa sensación electrizante se generó en ambos cuerpos con ese simple abrazo.
Al separase, ambos comenzaron a almorzar. Bromas salían por parte del pelinegro, solo para hacerla reír. A Sirius le encantaba la risa proveniente de esa castaña y a Remei le encantaba la manera en que se desenvolvía ese pelinegro con ella.
Se enteró de demasiadas cosas sobre la familia Black. Ahora sabía que estaba viviendo con James y que tiene un hermano menor en Slytherin. ¿Hermano menor? ¿Sirene tendrá un hermano menor? Un recuerdo con Sirene con una chica pelinegra menor llenó una de esas lagunas. ¿Por qué no recuerda el rostro? Algo estaba sucediendo. Capaz que sólo era su imaginación.
-Juguemos a adivinar el el contenido de cada bombón. -propusó Remei.
-¿Estás dispuesta a compartirme uno de tus chocolates? -elevó una ceja.
-Solo por esta vez. -rió.
Remei abrió la caja de bombones y eligió uno al azar. Se lo acercó a la boca de Sirius y él le dió un mordisco.
Lo proceso por unos segundos. Saboreando y analizando el contenido.
-Cereza. -soltó seguro.
-Estuviste cerca. -sonrió divertida. -Es frambuesa.
-Déjame ver.
-No.
Sirius se acercó para poder quitarle la otra mitad del bombón. La castaña lo escondía.
-Dámelo. -hizo cosquillas a Remei.
-No. -reía.
-Déjame ver. -Sirius estaba sobre la castaña aun tratando de arrebatarle el dulce.
-No. -Remei se metió rápidamente el bombón a la boca. -Ya no puedes comerlo. -abrió su boca mostrando el chocolate dentro. -Ves.
-Por supuesto que puedo. -Sirius no lo pensó y estampó sus labios con los de la chica bajo de él. Remei abrió grandes los ojos, pero continuó ese beso. Era una lucha con sus lenguas por quien dominaba. Era un beso ¿pasivo?
Tuvieron que separase por la falta de aire.
-Tenías razón era frambuesa. -sonrió coqueto.
-Siempre tengo razón. -aseguró con una sonrisa ladeada.
-Espera... creo que necesito otra prueba para asegurarme bien si era frambuesa.
Remei sonrió y fue ella quien le dio esa "prueba" para definir el sabor.
-Bien... Sí, es frambuesa.
Remei rió.
-Es hora de darte mi prueba de que no serás una más de mi lista.
Así que de eso se trataba. Sirius Black quería demostrar que quiere ir en serio con Remei Lupton.
-He encontrado tu libro favorito.
-¿En serio?
Sirius asintió. -La verdad no fue tan difícil. Primero pensé en la Odisea, porque te encanta los poemas pero no es tu favorito. Luego estaba Mujercitas, pero no. Romeo y Julieta, lo descarte desde el primer momento que me diste este desafío. Pero luego recordé... me llamaste Sherlock. -Remei miró atenta. -Y por lo visto a ti te encanta que te diga Watson, en ningún momento me recrimaste por llamarte así. -el pelinegro le extendió ese regalo. Remei lentamente lo desenvolvía no sentía la presión de Sirius.
Miró asombrada aquella tapa. -"Las aventuras de Sherlock Holmes" -susurró atónita. -¿Cómo fue que lo...
-Fue difícil encontrarlo. -rascó su nuca.
-Es una edición original, Sirius. Te debió costar una fortuna. -lo miró atónita. -No puedo aceptarlo. -se lo extendió nuevamente.
-Es tuyo. -lo empujó leve a su nueva dueña. -No te preocupes por el dinero.
-Gracias. No tienes idea de cuánto lo aprecio.
-Me diste un desafío pero lo he cumplido. Ahora puedes ver que quiero ir en serio contigo.
Sirius no recibió respuesta por parte de la castaña.
-Rem... -fue callado por los labios de Remei.
Sirius la abrazó por la cintura para atraería más a él. La castaña rodeaba el cuello del ojigris con sus brazos.
-Gracias. -susurró sobre los labios del chico.
-Lo que sea por ti, mi Watson. -susurró y continuaron con el beso.
Pasaron el resto de la tarde en ese lado del Bosque Prohibido. No hubo más que solo besos. Sirius no quería tener intimidad con ella sobre una manta y en el césped. Quería que fuera especial, quería que la primera vez con esa castaña sea diferente a todas las demás. Para Sirius, Remei era especial.
[...]
El atardecer era hermoso visto desde lo más alto. Jameline vagaba por los pasillos, aún pensando en ese momento con James.
-Potts. -Jameline levantó su mirada y se lo encontró a él.
-Lucas, ¿sucede algo?
-¿Lucas? ¿Ya no soy Lucky Puky?
Jameline soltó una risita. -No te gusta que te llame de esa manera.
-Me he acostumbrado. -caminaba junto a ella. -¿Qué sucede?
-Nada. ¿Por qué?
-Ayer por la noche en ningún momento te me insinuaste. Eso es muy raro de ti.
-Quería darte tu espacio. Era muy insistente, me he dado cuenta, gracias a Lily, que no debo ser así.
-¿Esto quiere decir que cada vez que nos crucemos no me pedirás salir?
Ella asintió. -Te doy tu espacio.
-Potts, te he estado buscando en la fiesta.
-Sirene y Remei me lo hicieron saber. -lo miró. -¿Qué necesitabas?
-Quería bailar contigo. -admitió. -Pero estabas todo el tiempo con Lily y bueno yo estaba con James.
Jameline trago saliva al escuchar ese nombre.
-Pero luego desapareciste. Salí a buscarte...
Line cerraba sus ojos rogando que no haya escuchado lo sucedido con James. -¿Viste algo?
-Escuche unos ruidos en uno de los salones.
-"Merlín" -pensó.
En ese momento pasó ese jugador de Quidditch azabache junto a ellos. Miró de reojo a la pelirroja, ella hizo lo mismo. El cuerpo de James se estremeció al verla, sacudió su cabeza y continuó con su caminata.
-¿Sabes de quiénes se trataba? -preguntó curiosa.
-La puerta estaba medio abierta y vi a James y a una pelirroja. -Jameline tragó saliva asustada. -No pude ver su rostro. Huí rápidamente de allí no quería ver esa escena.
Jameline soltó una risita nerviosa.
-Luego me cruce a Lily. Al parecer ella estaba buscando a James. Quería disculparse con él por cómo lo trataba. En ese momento descarte la posibilidad de que sea Lily que estaba con James en ese salón.
Jameline se sonrojó de la vergüenza.
-Y ahora quiero disculparme contigo por cómo te trate años atrás. -Jameline dejó de caminar y Lucas se detuvo.
-¿Disculparte?
Lucas asintió. -No debí tratarte de esa manera pero siempre me sacabas de mis casillas cada vez que me insistías. Me conozco la rutina: me pides salir, te rechazo, insistes nuevamente y me piropeas cada vez que tienes la oportunidad.
-Fui muy intensa. -admitió. -Lo lamento tanto, no tenía idea de que era así. Lily, como te dije, me hizo dar cuenta sobre ellos.
-Tus disculpas serán aceptadas si tú aceptas mis disculpas.
-Disculpas aceptada.
Lucas extendió su mano y le dio un apretón. Ese toque con la pelirroja lo ponía nervioso.
-Ahora que todo esta bien... ¿a dónde vas?
-No lo sé. -rió. -Estoy caminando sin un rumbo.
-¿Quieres que te acompañe?
Jameline negó. -Debes tener otras cosas que hacer. No es necesario que me acompañes.
-¿Segura? -indagó.
-Estoy segura.
-Te veo luego, Jameline. -besó la mejilla de la pelirroja y retrocedió.
La pelirroja quedó en shock. Se giró y lo miró alejarse. -¡ME LLAMASTE POR MI NOMBRE! -gritó y el azabache escuchó.
-¡NO TE ACOSTUMBRES! -rió continuando con su caminó.
Jameline negó con una sonrisa. Lucas Evered acaba de llamarla por su nombre.
Siguió su camino, una puerta enorme se creó frente a ella.
-Sala de Menesteres. -susurró y esta se abrió.
Una gran cama se formó frente a ella. Necesitaba recostarse y replantearse sobre sus sentimientos hacia Lucas. ¿Era obsesión o en realidad estaba enamorada de él?
Se lanzó a esa cama mirando el techo y reflexionando sobre lo sucedido.
La puerta se abrió nuevamente. Jameline se sostuvo con sus antebrazos para ver de quién se trataba.
-Prongs. -habló esa voz ronca.
-¿Qué quieres? -rodó sus ojos molesta.
-Nada. -elevó sus hombros divertido.
-Potter.
-¿Qué? -se acercó aún más a la chica y se sentó en el borde de la cama.
-Debes tener una intención. Somos iguales y cunado yo sigo a alguien es porque quiero algo de la otra persona.
-Buen punto. -chasqueo sus dedos. -¿Qué te sucede? Conozco esa mirada es la misma cuando tengo exceso de estrés o estoy a punto de tener un ataque de ansiedad.
-¿También tienes ataques de ansiedad?
El chico asintió. -Cuando sobrepienso las cosas.
-¿Qué haces cuando tienes estrés? -Jameline se sentó para estar junto a James.
Lo pensó. -Trato de salir a correr o jugar Quidditch o...
-¿O?
James le lanzó una mirada obvia.
Jameline entendió. -Ya entendí.
James se acercó un poco más.
-Potter, lo que sucedió ayer solo fue por esa noche. -miraba los labios del azabache.
-Lo sé. Ambos lo dejamos en claro. -mordió su labio inferior coqueto.
-No te atrevas a... -la mano fría de James tocó el muslo de Jameline provocandole escalofríos.
No podían apartar su mirada del otro.
-¿Una vez más? -preguntó en un susurró James.
Jameline asintió. -Una vez más.
La pelirroja se sentó a horcajadas de él para poder unir sus labios y obtener ese beso ardiente.
James apretaba la cintura de Jameline y la movía adelante y atrás para provocar la excitacion en ambos. Cuando la pelirroja sintiendo algo duro entre sus partes sonrió ladina.
-Espero que esto no acabes rápido. Tengo demasiado estrés para liberar.
-No tienes idea de cuánto puedo durar, pequeña. Ya tuviste una prueba en ese salón.
-¿Pequeña? -rió burlona ante el apodo. -Bueno, gafitas, es hora de comprobarlo una vez más.
James la levantó y la dejo caer sobre la cama. Le abrió las piernas y su falda fue arrebatada al igual que su braga. Metió su cabeza entre las piernas y se acercó a la intimidad de ella. Comenzó con círculos en su protuberancia palpitante. Jameline cerraba sus ojos ante la excitancion y los jadeos escapaban de su boca.
-¿Liberando estrés? -soltó burlón.
Jameline trataba de hablar pero no salían palabras de su boca solo gemidos. James lo entendió como una afirmación.
-Eso quiere decir que sí. -introdujo uno de sus dedos.
-J-james... -apretaba la sábanas.
Otro dedo fue introducido y encorvado para otorgarle más placer. Los movimientos de entrar y salir sumado a los círculos en su clitoris provocaba el próximo orgasmo de esa pelirroja.
-E-estoy por... -James entendió y aceleró el ritmo. La espalda se encorvo, sus ojos cerrados por la exitacion y ese cosquilleo se hizo presente, liberando su tan esperado orgasmo. James sacó lentamente sus dedos y se los llevó a la boca saboreando los jugos de esa pelirroja. La respiración de Jameline era errática. James se acercó y la beso.
-¿Liberaste todo tu estrés? -habló en un susurró coqueto.
El ojiverde negó. -Creo que necesito otro método para liberarlo. -mordió su labio inferior.
Ese azabache estaba sobre la pelirroja y ella desabotonaba el pantalón para intentar bajarlo junto a su bóxer.
Tomó el pene de James y lo masturbo un poco provocando gruñidos por parte del ojiavellana.
-¿Lista para liberar todo?
-La pregunta ofende.
James tomó su pene para poder ponerse un preservativo. Pasó su punta por lo pliegues de esa pelirroja para poder lubricarlo con la estipulación liberada.
-No juegues así, gafitas.
-Lo disfruto demasiado, pequeña.
-Algún día me vengaré. -fingió pensar. - Saliendo con tu adorada Lily-flor. -soltó desafiante.
Eso fue demasiado, James se introdujo en ella con solo escuchar esas palabras. Jameline se quejó por el dolor. Ese dolor fue transformado por placer cuando ese azabache comenzó con sus embestidas. La pelirroja se aferró a la espalda de James dejando pequeños arañazos en ella. El azabache dejaba marcas notorias en el cuello de Line.
Los gemidos y gruñidos abandonaban esas bocas.
Estuvieron allí por horas. Creyendo que sería la última vez que sucedería algo así.
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Hola, hola!!!
Quiero un Sirius en mi vida 💕🦋
¿Qué habrá sucedió con Remus y Sirene?
¿Última vez? Fijamos que le creemos.
Espero que les haya gustado y no olviden si quieren hacer edits sobre esta historia, háganlo me encantaría verlos, me haría mucha ilusión, pueden etiquetarme @prongs.girl_ o usar el propio hashtag de la historia #parallelswattpad.
Opiniones y teorías...
With love, Sofy 💕🦋
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