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Días pasaron de aquella situación. Disculpas entre ambos grupos fueron oídas una y otra vez. Acordaron olvidarse de tal embarazoso acto y guardar el íntimo secreto de Remus y Remei.
Las cuatro muchachas caminaban por los pasillos. Estaban tan absortas en su conversación que no notaron que dos azabache estaban conversando pacíficamente en aquel patio.
Jameline y Petra se detuvieron, unos pasos después Sirene y Remei se giraron al no ver a aquellas chicas junto a ellas. Miraron confundidas a aquel par.
-¿Line? -Petra miró a la pelirroja.
-Lo estoy viendo, Pet. -frunció su ceño molesta.
Las dos chicas faltantes se acercaron.
-¿Qué sucede? -preguntó Sirene.
Jameline señaló con su cabeza a aquel par de chicos.
La castaña y la pelinegra entendieron el cambio de expresión de esa ojiverde.
-Esto no se quedará así. -dijo Jameline sin apartar la mirada.
-Yo vivo para esto. -murmuró con una sonrisa Sirene.
-¿Debo preocuparme? -Remei cruzó sus brazos mirando a Line.
-Tranquila, Rem. -sonrió con inocencia. -No haré nada que implique un castigo. -guiñó.
La castaña bufó.
En ese instante la rubia recordó una reunión importante.
-Debo irme. -murmuró Petra juntando sus manos. Nerviosa por la reacción de sus amigas.
-¿Dónde irás, Wormy? -preguntó Jameline con curiosidad.
-Con Peter. -se notaba el nerviosismo. -Me invitó a pasar el rato. -contestó en casi un susurró.
Sirene y Jameline se acercaron a aquella chica y rodearon su hombro.
-Nuestra Petra tiene su primera cita. -sonrió Sirene.
-La primera cita de muchas. -habló con picardía Line.
-Amm... no es una cita. -recalcó en murmullos Petra.
-¿Entonces? -continuó Jameline.
Remei separó a las chicas de Petra. -No la atosiguen. -miró con el ceño fruncido a Sirene y Jameline. -Ve, Pet. -sonrió. -Te veremos luego en nuestra habitación.
-Gracias, Rem.
-Diviértete, Wormy. -sonrió Line.
-Y no hagas algo que yo haría. -advirtió Sirene.
-Entendido. -asintió Petra. -Las veo luego, chicas.
Luego de despedirse siguió su camino para encontrarse con Peter.
-Bueno... -Remei miró a Jameline. -También me iré. -aludió al ver que esa pelirroja regreso su vista a los chicos. -No quiero ser parte de lo que sea que harán ustedes dos. -señaló a Sirene y Jameline.
Ambas chicas rieron.
-No haré nada. -dijo inocente la pelirroja. -Solo que acabó de fichar a la personita que hará perder los estribos a gafitas.
Las dos chicas se giraron y vieron a Lily a lo lejos. Remei se golpeó la frente y Sirene sonrió de lado regresando la mirada a su mejor amiga.
-Y también veo a cierto castaño que no te quita la mirada, Sir.
La pelinegra se giró una vez más y visualizo a ese castaño apoyado en un de los pilares mordiéndose el labio al ver a esa pelinegra.
-Mi castaño me espera para explicarme Herbología. -sonrió de lado. -Prongs, si necesitas ayuda ya sabes donde estaré... -acomodó su cabello. -en la biblioteca, "estudiando" -hizo comillas con sus dedos.
Jameline sonrió. -Con protección, por favor. Soy muy joven para ser tía. -soltó burlona.
Sirene empujó suavemente el hombro de la pelirroja.
-Es broma. -rió la pelirroja. -No hagas esperar a Remus.
-Las veo luego. -se despidió y camino hasta el castaño.
Ambos desaparecieron rápidamente.
Remei acomodó su mochila y miró una vez más a Jameline. -No te metas en problemas. -suspiró. -Te veo en la habitación, Line.
Solo quedó esa pelirroja en medio del pasillo. -Ahora somos tú y yo, gafitas. -murmuró para sí misma.
-¡Line! -la dulce voz de una chica hizo que Prongs se acercara a su emisor.
-Hola, Lily-flor. -sonrió.
-Hola, Line. -guiñó.
[...]
Dos cabelleras rubias rojizas caminaban callados y nerviosos por ese pasillo que conducía a las cocinas.
Peter con su dedo meñique tocó la mano de Petra, pero esta fue quitada rápidamente.
Ambos estaban sonrojados por el pequeño toque.
-Este es mi escondite preferido. -dijo Peter señalando uno de los armarios de ese pasillo. -Aquí guardo algunos alimentos para la noche. -rascó su brazo. -Cuando merodeamos con mis amigos hasta tarde siempre me da hambre. -Petra soltó una risita esto hizo sonreír a Peter.
-¿Cuál es tu comida favorita? -preguntó Petra.
Peter se rascó su mentón. -No lo sé. -contestó. -Me gusta todo. -miró a la rubia. -No puedo elegir una. -sonrió. -¿Y la tuya?
-Bueno... yo tampoco puedo elegir una.
Ambos rieron.
-Te he mostrado todos mis escondites. -miró a Petra.
-Ahora es mi turno. -junto sus manos. -No son muchos pero son mis favoritos.
-Tú puedes usar los míos.
-Y tú los míos.
Ambos continuaron la caminata.
-¿Te puedo hacer una pregunta? -Peter agachó su cabeza.
-Claro.
-¿Alguna vez te sentiste aislada o fuera de lugar? Como si no pertenecieran a ese lugar. Un bichos raro. -murmuró esto último.
Petra se detuvo y Peter hizo lo mismo parándose frente a la ojiazul.
-Siempre. -admitió. -Pero mis amigas hacen que ese sentimiento desaparezca. -confesó. -Ellas me incluyen en todo y me defienden cuando alguien me molesta. -sonrió. -Siempre estaremos juntas sin importar los problemas que tengamos.
-Son buenas amigas.
-Las mejores. -sonrió ampliamente. -¿Tus amigos son así?
-Lo son. -sonrió leve. -Pero aún así no puedo evitar sentirme así.
-Yo te ayudaré. -tomó ambas manos del chico. -Lo prometo.
Peter sonrió y el destello en ambos fueron visibles.
-Sé qué te animará. -hablo Petra. -Iremos a la cocina y comeremos unas tartas, ¿qué dices?
-Me encantaría.
Petra soltó una mano y lo guió hasta las cocinas. Peter no podía evitar ocultar su sonrisa y sonrojo.
[...]
En la biblioteca, Sirene estaba escribiendo sobre los granos de sopóforo luego de que Remus le explicara.
Al terminar se lo entregó a su profesor.
Remus agarró una pluma y comenzó a corregir aquel pergamino garabateado.
Sirene no podía evitar apartar su mirada de él. Se lo veía tan sexy con esa pluma y concentrado en la lectura.
-¿Y bien? -preguntó acomodándose un mechón detrás de su oreja.
Remus pusó a un lado su pluma y sonrió. -Lo hiciste muy bien. -Sirene suspiró de alivio. -Aprendes rápido. -elogió.
-Soy muy rápida para muchas cosas. -guiñó.
Remus rió nervioso. -Ahora busca el capítulo seis.
Sirene bufó.
-Debes terminar este trabajo si quieres una buena calificación.
-¿Podemos hacer otra cosa? -hizo puchero.
-No. -Sirene hizo cara de cachorro. -No. -sonrió de ternura al ver la cara de Sirene.
-¿Por qué? -murmuró.
-Porqué estamos estudiando. -contestó con una sonrisa. -Además estamos en una biblioteca.
-Por favor. -insistió. -Conozco una parte de la biblioteca donde no nos molestarán.
-No, Sirene. -negó rotundamente. -Primero lee el capítulo y luego veremos qué hacer.
Esto último hizo sonreír a la pelinegra. -Si mi castaño quiere que lea el capítulo, entonces lo haré.
Remus sonrió ante las palabras de Sirene y la miró picaramente.
-No me mires así que no me concentró. -rió nerviosa.
-Lo siento. -rió. -Leamos el capítulo juntos.
Remus se acercó aún más a la pelinegra hasta que sus brazos chocaron. Ambos giraron sus cabezas y podían percibir el cálido aliento del otro. Sirene podía sentir ese aroma a chocolate y menta y Remus a melaza y cerveza de mantequilla.
Se sonrieron. Sirene bajo su vista a los labios de Remus y Remus hizo lo mismo. La pelinegra se acercaba lentamente pero el castaño giró su cabeza al libro.
-Debemos leer el capítulo. -habló nervioso.
-Tienes razón.
[...]
La sala común estaba en completo silencio. Sólo una castaña con su libro en mano frente a la chimenea disfrutaba de aquella soledad.
-Sabes que el acoso es un delito. -habló sin apartar su mirada del libro.
-Por ti, Watson, cometería cualquier delito. -habló coqueto Sirius.
-Prefiero que no lo hagas. -cerró su libro y se acomodó mejor en el sillón.
-¿Qué lees? -Sirius se sentó frente a ella.
-Un libro de D.C.A.O. -contestó sin importancia.
-Eso es aburrido. -negó. -¿Quieres hacer otra cosa?
-No. -contestó fría. -No seré una más de tu lista. -se cruzó de brazos. -Si eres como Sirene, entonces te conozco a la perfección.
Sirius se llevó una mano a su pecho fingiendo indignación. -Auch. -susurró. -No serás una más de mi lista.
-Sí, claro. -habló sarcástica.
-Te prometo que no lo serás.
-Lo que digas. -rodó sus ojos.
-¿Qué puedo hacer para que me creas?
Remei lo miró sorprendida. No esperaba esa pregunta.
-Haré lo que sea.
Remei lo pensó. -Si encuentras mi libro favorito te creeré.
-¿Y cuál es tu libro favorito?
-Deberás averiguarlo. -tomó nuevamente el libro que leía con anterioridad. -Y no debes preguntarle a mis amigas eso es hacer trampa. -lo señaló.
Sirius trago saliva pero asintió. Un reto para él, pero lo cumpliría con tal de que esa castaña le creyera.
-Cuando lo sepas entonces te creeré.
-Acepto. -sonrió victorioso para ocultar su frustración.
-Bien. -sonrió de lado. -Ahora que establecimos eso... si te vas a quedar aquí agarra un libro y lee calladito. -Remei continuó con su lectura.
Sirius se sentó junto a ella y abrió un libro e inició.
Remei levantó su mirada y vio al pelinegro concentrado.
-No creí que lo harías. -interrumpió la lectura de Sirius.
-Por ti lo que sea, Watson. -sonrió de lado.
Remei se acercó al pelinegro, abrió su manta y lo pasó por los hombros de Sirius para cubrirlo. El ojigris sonrió ampliamente al sentir el aroma de esa castaña y esa ojimiel le gusto ese aroma que desprendía ese pelinegro.
Ambos continuaron con sus respectivas lecturas.
[...]
Un par de pelirrojas por un lado y un par de azabaches por el otro.
Cada quien estaba prestando atención a su acompañante.
-¿Qué dices? -insistió James.
-¿Sobre? -contestó Lucas entrecerrando sus ojos.
-Tú, yo y Hogsmeade.
-¿Hablabas en serio?
-Por supuesto.
-Tengo muchas cosas pendientes.
-Pero debe haber un tiempo para divertirte.
-No lo sé, James. -Lucas rascó su nuca.
-Vamos, será divertido.
Lucas lo medito por unos minutos y sonrió. -Bien, pero solo por un rato.
-Trato. -sonrió James. -Ahora sígueme contando de ese libro que tanto te llamó la atención.
Lucas se sonrojó. -¿En serio quieres oírme hablar sobre un libro?
-Por supuesto.
-No es tan largo y apenas voy por la mitad. -confesó.
-No importa.
-Está bien. Hasta ahora el libro trata sobre...
Por otro lado, Jameline prestaba atención a las palabras de la pelirroja Lily.
-Y ese fue el final del libro. -sonrió Lily.
-Wow, eso... fue interesante. No esperaba ese final. -admitió Line.
-Ni yo. -rió Lily.
-Cayó una pequeña flor sobre tu cabello. -Line se estiró para tomarla.
-Es hermosa. -sonrió Lily.
-Al igual que tú. -Lily se sonrojó. -La devolveré a su dueña.
Jameline le colocó la flor en la oreja de Lily.
-Gracias. -rió nerviosa. -Line. -llamó Lily.
La nombrada la miró. -Dime.
-¿Te gustaría ir a las Tres Escobas este sábado? -Lily jugó con el borde de su sweater esperando la respuesta de aquella pelirroja.
Line sonrió ampliamente. -Claro, me encantaría.
-Excelente. -soltó un suspiró de alivio.
-¿Puedo hacerte una pregunta?
-Ya la hiciste. -rió Lily. -Hazla.
-¿Potter y tú...? -no terminó su pregunta.
-Por supuesto que no. -negó con sus manos. -Él solo se excusa que soy el amor de su vida. -Line asintió nerviosa, las mismas palabras que le decía a Lucas. -Y por ello tenemos una relación un tanto complicada aunque últimamente no me insiste tanto.
-Ya veo. -rascó su mano.
-Creo que es momento de hacer las pases con él y ser amigos.
Line quedó en silencio y con un pensamiento.
-¿Estás bien?
-Sí. -sonrió leve.
-Debo ir a hablar con la profesora McGonagall. -Lily se levantó y sacudió su falda. Jameline hizo lo mismo.
Por otro lado también estaban haciendo lo mismo.
-Luego te busco para acordar nuestra salida.
-Claro. -sonrió Line. -Adiós, Lily-flor.
Lily sonrió y se despidió con la mano antes de desaparecer.
-Nos vemos luego, Lu. Luego hablaremos sobre nuestra salida. -sonrió James.
Lucas asintió y se dirigió al castillo.
James y Jameline se acercaron hasta estar frente a frente. Ambos con el ceño molesto.
-Tú. -dijeron al unísono.
-Lejate de Lily.
-Y tú aléjate de Lucas.
Parecía como si se lanzarán rayos por los ojos. Ninguno de los dos iba a seder.
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Hola, hola!!!
¿Les esta gustando las interacciones? ¿Qué le gustaría leer en el próximo capítulo?
Espero que les haya gustado y no olviden si quieren hacer edits sobre esta historia, háganlo me encantaría verlos, me haría mucha ilusión, pueden etiquetarme @prongs.girl_ o usar el propio hashtag de la historia #parallelswattpad.
Opiniones y teorías...
With love, Sofy. ❤️
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