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⚠️Contiene acto sexual⚠️

Jameline trataba de evitar a esa pelirroja y a ese azabache. Quería buscar las palabras correctas, no buscaba herir a ninguno. Es posible que haya tenido un pequeño enamoramiento con Lily y un gran y profundo enamoramiento con Lucas.
Divagaba por los pasillos, un momento a solas con sus pensamientos. No le importaba llevarse por delante a cualquiera, ni siquiera prestaba atención a las personas que le coqueteaban o la saludaban.

En el sentido contrario se acercaba un Slytherin. El choque entre ellos fue fuerte. Line cayó al frío suelo. Ese toque con el muchacho le provocó un fuerte dolor de cabeza.

Su vista borrosa y sus manos en su oído. Unos recuerdos cayeron de golpe, unos de una pelinegra y un rubio.

El Slytherin preocupado se agachó ante ella. Jamás lo había hecho desde la pelea y el escape de su hermano. Nunca se había preocupado por una Gryffindor. Pero verla en ese estado sintió un pesar.

-¿Te encuentras bien? -la tocó en el hombro.

Line negaba. El dolor era demasiado fuerte.

-¿Quieres ir a la enfermería? ¿Necesitas que busque a alguien?

Line abrió lentamente los ojos y veía a esa chica pelinegra reflejada en ese chico.

-¿Reg? -susurró la pelirroja.

-¿Cómo sabes que me dicen así? ¿Te conozco?

Line se puso de pie como pudo, con un poco de ayuda del Slytherin.

-Eres hermana de mi mejor amiga.

-Me confundes con alguien más. No tengo hermanas.

La pelirroja sacudió su cabeza, talló sus ojos y miró una vez más. Y para su sorpresa no era una chica frente a ella, sino un muchacho muy parecido a la hermana de Sirene.

-Me llamo Black, Regulus Black. -habló el chico.

-Lo siento tanto, te he confundido con alguien más.

-No te preocupes. -habló con tranquilidad. -¿Te llevo a la enfermería? -preguntó una vez más.

-Estoy bien. Gracias por ofrecerte.

-¿Puedo saber tu nombre? -hablo con curiosidad. Le resultaba familiar.

-Potts, Jameline Potts. -extendió su mano.

-Es un gusto, Jameline. -aceptó el apretón. -¿Necesitas que te acompañe a algún lado? No quiero que te suceda algo, nos acabamos de conocer pero siento que te he visto antes.

-Siento lo mismo, pero en una versión mujer, y tranquilo puedo sola.

-Que te mejores, Jameline. -se despidió Regulus algo confundido por la palabras de la chica pelirroja.

-Que tengas una linda tarde, Regulus. -se despidió Line y continuó caminando.

A lo lejos se veía la silueta de la pelinegra corriendo.

-¡LINE! -gritaba.

La ojiverde se acercó rápidamente. Se recibieron con un fuerte abrazo.

-¿La viste? -susurró Sirene.

-Tu hermana y un chico, uno rubio. Sus caras eran algo borrosas.

-No sé qué está sucediendo, ¿por qué no están en este colegio? Tengo una hermana que no recuerdo.

-No soporto estos golpes de los recuerdos. Nos están ocultando algo, Rene.

-¿Crees que las chicas y Lucas hayan recordado algo más?

-Por ahora no quiero cruzarme con Lucas, debo hablar con él sobre un tema.

-James. -completó la pelinegra, Line asintió.

-Un chico de Slytherin me recordó a tu hermana, creo que es parecido a ella. Sus ojos y el cabello, no recuerdo más que eso. Y luego estaba ese chico, ¿Recuerdas a Marlene?
Sirene asintió.

-La chica de Quidditch. Una de las amigas de James y Lily.

-El chico era parecido a ella. Pude ver su rostro completó, no como a Reg.

-Regina Blake. -añadió Sirene. -Ese es el nombre de mi hermana.

-¿Crees que debamos hablar con Dumbledore? -habló nerviosa, Line negó. -¿Esperamos unos días más?

Line asintió. -Solo hasta saber qué está sucediendo. Me pareció raro que Minnie no nos haya recordado cuando teníamos doce, se supone que ella nos vió a esa edad. -llevó una mano a su cabello para acariciarlo una y otra vez, mordiéndose su labio. -Y también está, ese chico Snape.

-Me recuerda a alguien que detestamos.

-A una chica.

A lo lejos se veía a Lucas y Lily. Line se giró, no quería que la vieran. Sirene entendió y la rodeó con su brazo, incentivándo a que caminara hacia otro lado.

-Gracias.

-Entre nosotras nos cubrimos. Busquemos a mi castaño, está con Petra y Peter.

-¿James?

-Entrenamiento de Quidditch.

Line soltó un suspiró de alivio.

-¿Qué fue eso?

-Es que él me dijo que tiene una venganza preparada por lo sucedido.

-Eso me suena a que no podrás caminar por días. -habló divertida.

Line mordió su labio y sonrió. En ese caso ella también tendrá preparada una venganza para gafitas.

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En la habitación de los chicos solo se encontraban dos personas. Remei y Sirius.

La primera estaba sentada en la cama de su novio con un libro en su mano. El segundo la observaba desde su lugar.

-Remei. -se quejó el pelinegro.

La castaña levantó un poco su mirada. -¿Qué sucede?

-¿Por qué no me prestas atención? -dramatizo. -¿Que tiene de interesante ese libro que no tenga tu novio?

Remei soltó una risita. -¿Estás celoso de un libro? -habló sin mirarlo.

Sirius se cruzó de brazos e hizo un puchero.

-Tomaré tu silencio como una respuesta afirmativa. -sonrió burlona. -Déjame terminar este capítulo y toda mi atención será para ti.

-¿Lo prometes? -hizo cara de cachorro.

-Lo prometo.

Los minutos pasaron. Una eternidad para el pelinegro. ¿Cuándo terminará ese maldito capítulo?

Se cansó de esperar y se acercó a su cama. Le quitó el libro.

-Sirius. -protestó. -Me faltaba dos párrafos.

-Ven a buscarlo, mi Watson. -mordió su labio y la miró divertido.

Remei se puso de pie y se acercó a su novio. La castaña era unos centímetros más alta que ese pelinegro. Pero Sirius se las ingeniaba.

El pelinegro cayó boca arriba en su cama. La castaña gateó y se subió arriba de él. Sirius estiraba su mano para que no logre alcanzar el libro.

-Si me das un beso te lo devolveré.

La castaña bajó su mirada y sonrió. -Chantaje.

Remei colocó sus manos en las mejillas de su novio y acercó sus labios. Su beso era tan dulce y tranquilo.

Sirius dejó caer el libro y llevó ambas manos a los muslos de la castaña. Los apretaba y masajeaba. Remei se mecía sobre él.

Un gemido involuntario se escapó de los labios de la chica. Remei abrió los ojos y se puso roja, Sirius sonrió de lado.

-Lo siento. -habló con vergüenza.

Sirius colocó un mechón rebelde detrás de la oreja de su novia.

-No tienes que disculparte. -susurró. -Oírte fue algo maravilloso. No voy a presionarte, podemos hacerlo o no. En caso que quieras seguir con esto, tú, tendrás el derecho de parar cuando quieras y tendrás el mando en todo momento. Es la primera vez que dejo que alguien decida. Seré tuyo, Remei. Estoy completamente a tus pies.

Remei sonrió y lo beso tan lujuriosa. Sus caderas se mecían una vez más. El bulto creciente empezaba a notarse.

La castaña llevó sus manos a su camisa para desprender cada botón. Revelando sus pechos cubrimos por esa tela fina.

Sirius cambió el lugar de sus manos y las llevó a la espalda de la chica para desprender ese sostén. Las tiras caían por los brazos de la ojimiel.

Debían separarse del beso para poder quitarse por completo esa tela. Se notaba la lujuria en los ojos de ese pelinegro al ver los senos de su chica.

Una de sus manos viajó a uno de los senos de esa chica y los masajeó, pellizcando el pezón. Los jadeos escapaban de la boca de esa castaña. Quería sentirlo aún más.

-Déjame quitarme el pantalón. -susurró entre jadeos.

Sirius asintió.

Remei se puso a un costado y bajó completamente su pantalón. Sirius rápidamente hizo lo mismo con toda su ropa. Dejándolo solamente en bóxer y a Remei en bragas.

Regresaron a la posición anterior. Sirius hablaba en serio sobre Remei estando al mando.

Continuaron con su beso ardiente. Remei daba pequeños brinquitos sobre el pene cubierto de Sirius. El gruñido escapó de los labios del pelinegro. La erección estaba incrementando.

Sirius llevó una mano sobre la feminidad de la chica y comenzó a frotar tan suavemente sobre la tela. Remei gemía sobre los labios de Sirius.

-Creo que esto está estorbando. -susurró sobre los labios de la chica para luego morder levemente el labio inferior de la chica.

-Quitalo. -más que una orden parecía un ruego.

Sirius los bajó hasta donde llegaba. Su pulgar presionó el botón palpitante. Estaba demasiado húmeda.

-Cariño, estás mojada. -habló tan seductor.

-Esto solo lo provocas tú. -susurró en el oído del pelinegro, provocando que se excitara aún más.

-¿Quieres ver lo que tú provocas? -preguntó tan coqueto.

Remei asintió y se bajó una vez más de Sirius, aprovecho a quitarse completamente su braga. Sirius se quitó su bóxer, su pene se estaba visible. Tan grande y dura que los ojos de la castaña se abrieron.

-¿Eso lo provoque yo? -preguntó sorprendida.

-Esto solo lo provocas tú, mi Watson.

Remei se subió nuevamente con una sonrisa satisfactoria. Se mecía sobre el largo de la polla del pelinegro. La excitación y las ganas de querer más estaban presentes.

La chica levantó un poco su cadera, tomó el pene de su chico y lo masturbo un poco para luego posicionarlo en su entrada.

Sirius estaba impaciente por entrar por completo y sin aviso pero se contuvo.

Remei bajaba lentamente, sus ojos cerrados por el dolor y la fina línea de sus labios. La vista que tenía ese pelinegro era maravillosa.

Faltaba el último centímetro y cuando lo logró se quedó inmóvil para poder adaptarse al tamaño. Las paredes de la chica lo aceptaron tan bien que parecía que estaban hechas solo para ese tan deseoso pene.

-¿Estás bien? -se preocupó el pelinegro.

-Lo estoy.

Remei daba brinquitos lentos. El dolor fue reemplazado por placer.

Besó una vez más al chico. Esos besos amortiguaban los gemidos de ambos. Sirius ayudó con sus manos los brincos de Remei.

Los besos de Sirius atacaron el cuello de Remei, bajando hasta uno de los senos para poder succionar y morder.

Remei quería más y Sirius lo notó. La paró, él levantó su cadera y comenzó a embestirla tan fuerte y rápido haciendo que la castaña gritara de placer.

Sirius estaba preparado desde que entraron a esa habitación, había silenciado y trabado la puerta. Chico astuto.

En ese momento se arrepentía de haber silenciado el lugar, quería que todos oyeran como él hacía sentir a Remei. Para que nadie la tocara.

-Si...Sirius.

Oír su nombre logró que acelerará aún más. El gruñido y gemido excitaba a la castaña.

-Cariño, correte para mí. -susurró Sirius. Las paredes estaban apretando aún más la polla. Sabía que quería tener ese orgasmo. Llevó una mano a la protuberancia y la masturbo.

-Por favor sigue. -suplicó cediendo el mando al pelinegro.

Las embestidas y los movimientos circulares provocaron el orgasmo de la castaña. Su espalda se arqueó y su respiración era pesada. Las piernas le temblaban, jamás tuvo un orgasmo tan maravilloso.

Remei se levantó un poco y sacó el pene fuera de ella. Lo tomó entre sus manos y lo masturbo. Acariciando la punta y el largo. Los gruñidos de Sirius eran más audibles.

-¿Te gusta?

-Cómo no tienes idea. -jadeo.

Ese líquido blanco salió disparado sobre el abdomen de la chica. Sirius hizo su cabeza hacia atrás. Remei se acercó y lo besó una vez más. Ambos estaban regulando sus respiraciones.

-Esto fue maravilloso. -susurró Remei sobre los labios de Sirius.

-Todo es maravilloso, si es contigo. -admitió.

-¿Una ducha, Sherlock?

-Solo si puedo hacerte compañía, mi Watson.

Remei se puso de pie, no entendía cómo pero lo logró, y caminó hacia el baño.

-¿Vienes o...? -hablo desde la entrada del baño.

Sirius de un brinco salió de esa cama y se acercó rápidamente a su novia. Ambos tenían una sonrisa ladina. Un segundo round se avecinaba.



























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Hola, hola!!!

¿Regina Blake? ¿Cómo se llamara ese rubio parecido a Marlene? ¿Creen que viajarán a la realidad de los Merodeadores para buscar a las chicas?

Sirius y Remei 🔥😏

Espero que les haya gustado y no olviden si quieren hacer edits sobre esta historia, háganlo me encantaría verlos, me haría mucha ilusión, pueden etiquetarme @prongs.girl_ o usar el propio hashtag de la historia #parallelswattpad.

Opiniones y teorías...

With love, Sofy 💕 🦋

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