CAPÍTULO X
Gracias por leerme desde aquí querido usuario, sin más interrupciones los dejo con esta nueva entrega fresca.
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CAPITULO DIEZ
CONFLICTOS
Shockwave aún seguía sintiendo escalofríos por lo ocurrido, jamás había visto venir la reacción del predacon, nuevos recuerdos de su antiguo yo revelaron más de lo que podría haber comprendido al unir poco a poco las piezas del rompecabeza que a pesar de ello, no debía de temer a Predaking. Después de la interrupción anterior, le quedó claro que no sería la primera vez que el predacon intentaría interponerse en su camino. Por esa misma razón, decidió tomar medidas y abordar personalmente al tirano Decepticon para discutir lo sucedido.
En su encuentro con el líder Decepticon, solicitó una orden de alejamiento temporal, en caso de que él y Predaking se encontraran a solas. Esta medida le proporcionaría una protección necesaria y le permitiría mantenerse alejado del predacon, evitando así cualquier situación incómoda o peligrosa. No explicó nada de lo ocurrido porque sería una enorme mancha a su reputación.
La presencia constante del predacon no debilitaba su determinación, pero sí generaba un ambiente tenso y cargado en su entorno de trabajo.
Y el ambiente en la nave Decepticon había cambiado poco y externamente todo parecía seguir igual, en su interior, per9 las cosas para sí mismo estaban lejos de estar en calma. Los días transcurrían con una tensión constante que no lograba disiparse, y aunque Megatron había concedido su solicitud de mantener a Predaking alejado, esa sensación de estar en constante peligro no desaparecía. Shockwave sabía que el predacon, con su naturaleza dominante y temperamental, no era alguien que se diera por vencido fácilmente.
No podía ignorar el remordimiento que comenzaba a carcomerlo. Había pasado días reflexionando sobre su arrebato, intentando comprender qué lo había llevado a perder el control de esa manera. Su instinto le decía que debía acercarse a Shockwave, enmendar lo ocurrido, pero cada vez que lo intentaba, se encontraba con un muro impenetrable de su gran orgullo. Shockwave no quería verlo, ni mucho menos hablar con él. El científico se limitaba a mantener la distancia, interactuando solo lo necesario para cumplir con las órdenes de Megatron.
Pero Predaking no era alguien que aceptara un "no" como respuesta.
Una noche, cuando la nave estaba en relativa calma, decidió que era el momento de confrontar a Shockwave. Había pasado suficiente tiempo, y necesitaba aclarar las cosas. Caminó hacia el laboratorio del científico, sus pasos resonando con fuerza por los pasillos metálicos. Aunque sabía que la orden de Megatron lo restringía de acercarse, estaba convencido de que podría hacerle entender que no representaba una amenaza.
Cuando llegó a la compuerta del laboratorio, esta estaba cerrada, como siempre. Este había reforzado la seguridad desde aquel incidente, y ahora nadie podía entrar sin una autorización previa, dejando a los demás extrañados por su decisión. Se detuvo frente a la compuerta, su enorme figura proyectando una sombra imponente bajo las luces frías del pasillo. Levantó un puño y golpeó la puerta con fuerza, lo suficiente como para hacerse notar, pero no tanto como para dañarla.
— Shockwave. —Su voz resonó con gravedad, pero no con agresión. Era firme, aunque contenía un tono que intentaba ser conciliador.— Sé que estás ahí. Abre la puerta. Necesito hablar contigo.
Dentro del laboratorio, se tensó al escuchar aquella voz. Había estado trabajando en uno de sus proyectos, intentando mantener su mente ocupada, pero su llegada lo descolocó. Durante un momento, se quedó inmóvil, debatiéndose entre ignorarlo o enfrentarlo. Finalmente, decidió no responder. Si se mantenía en silencio, tal vez el predacon se iría.
Pero Predaking no se movió.
— Sé que no quieres verme. —Continuó, su tono más bajo ahora, como si intentara suavizar el impacto de sus palabras.— Pero no puedo dejar las cosas como están. Lo que ocurrió... fue un error. Lo sé. No debí... —Hizo una pausa, como si las palabras le costaran salir.
— No debí actuar como un imbécil. No tengo excusa. Pero quiero disculparme...
Shockwave permaneció en silencio, su servo estando tenso y rígido mientras escuchaba las palabras del predacon. A pesar de la intención detrás de ellas, no podía ignorar la sensación de incomodidad que lo invadía cada vez que escuchaba su voz. Los recuerdos de aquel incidente seguían demasiado frescos, y el hecho de que Predaking estuviera ahora justo al otro lado de la puerta no ayudaba en absoluto.
— Por favor. —Dijo Predaking, y esta vez su voz mostró una vulnerabilidad que raramente dejaba ver.— No quiero que esto quede así. Al menos... dame la oportunidad de explicarme.
En su interior había un gesto más de frustración que de alivio. Finalmente, activó el sistema de comunicación de la compuerta, permitiéndole hablar sin abrir la puerta.
— No hay nada que explicar, lo hecho ya está, Predaking. —Su voz era fría, mecánica, como siempre. Pero esta vez había un filo en sus palabras, una dureza que dejaba claro que no estaba dispuesto a ceder.— Lo que ocurrió fue inaceptable. No hay disculpa que pueda cambiar mi percepción sobre ti.
Al otro lado, Predaking apretó los puños, su mandíbula tensándose. No estaba acostumbrado a ser rechazado de esa manera, pero sabía que insistir solo empeoraría las cosas.
— Sé que no confías en mí y ahora menos. -Admitió, su tono más bajo ahora.— Y no espero que lo hagas algún día... Pero quiero que sepas que lo lamento. No volverá a ocurrir, además fue un momento nada grave.
Escucharlo todavía sin que acepte el cometido lo hace un ser indeseable.
— Eso espero sobre ti, al parecer llegaste con fallas secundarias. -Respondió cortando cualquier posibilidad de un diálogo más extenso.— Porque si ocurre de nuevo, no dudaré en tomar medidas más drásticas.
La amenaza velada en las palabras del científico no pasó desapercibida para el rey predacon, quien retrocedió un paso, sorprendido por la firmeza en su tono y palabras. Durante un momento, ambos permanecieron en silencio, separados por la compuerta metálica que se sentía como un abismo imposible de cruzar.
Finalmente, soltó un gruñido bajo, no de enojo, sino de resignación.— No me queda de otra que respetar tu decisión, pero no puedes estar así por mucho tiempo. —Dijo, antes de darse la vuelta y marcharse por el pasillo.
Dentro del laboratorio, él observaba en las pantallas de seguridad cómo el predacon se alejaba. Aunque sabía que había logrado mantenerlo a raya por ahora, no podía sacudirse la sensación de que esto no había terminado. Predaking era persistente, y si algo había aprendido de él, era que no se rendía fácilmente. Por ahora, sin embargo, tenía algo de tranquilidad. Y eso era todo lo que podía pedir.
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Predaking se desmoronaba a su alrededor y Shockwave se encontraba en un estado de desconcierto y desesperación. No podía comprender lo que acababa de suceder y se sentía abrumado por una profunda frustración. El deseo de llorar por la impotencia y la pérdida se apoderaba de él.
— Predaking, me han informado que la cueva ha explotado y, lamentablemente, ninguno de tus compañeros logró sobrevivir debido a la intervención de los Autobots. —Habló Megatron, tratando de mostrar una falsa preocupación en su voz, aunque era evidente que todo había sido parte de un plan premeditado desde el principio.
Shockwave miró fijamente a Megatron, su óptica roja parpadeaba con incredulidad. Sabía que las palabras de Megatron eran huecas y que su supuesta preocupación era una mera fachada y parte del plan de Starscream. La explosión de la cueva y la muerte de los Predacons no eran un accidente, sino una trampa cuidadosamente orquestada por Megatron y el seeker para acabar con sus...Creaciones.
En el fondo, no podía interponerse en que Megatron había planeado esta masacre para eliminar a los Predacons y consolidar aún más su propio poder. La supuesta preocupación de Megatron solo aumentaba la sensación de vacío que Shockwave sentía en ese momento.
Aunque Megatron intentaba ocultar sus verdaderas intenciones, sus ópticas traicioneras y su actitud calculadora dejaban en claro que todo había sido planeado desde el principio. La explosión de la cueva no fue más que una estrategia cruel para eliminar a los hermanos de Predaking y debilitar cualquier posible amenaza a su propio liderazgo.
No podía intervenir en las órdenes de su líder, su palabra no era del todo poderosa como la labia del Seeker, que por cierto, disfrutaba del sufrimiento de ambos.
La sed de venganza del rey de los predacon ardía en su interior que se intensificó, y su determinación de destruir a los Autobots y a Megatron creció aún más. Estaba decidido a desenmascarar las verdaderas intenciones de Optimus y asegurarse de que pagara por la muerte de sus hermanos no renacidos.
Sabía que la batalla que se avecinaba sería difícil y ardua, pero no permitiría que la muerte de sus hermanos Predacons quedara impune. La venganza sería su motivación y su guía en la lucha contra aquellos que habían causado tanto dolor y destrucción.
La explosión que había acabado con la vida de sus hermanos Predacons, causada por el bando contrario, había destrozado todas las esperanzas de ver renacer a su especie.
El impacto de la tragedia era inmenso y la realidad de que nunca más estarían juntos los invadía con una sensación de profunda tristeza.
— No.. No, esto no puede ¡ESTAR PASANDO! —Gritó el predacon con la spark destrozada por dentro y sin poderlo creer.— Lord Megatron permitame traerle la cabeza de Optimus Prime... ¡No merece vivir!
Este se arrodilló plenamente ante su líder. Estaba lleno de odio y si obtenía su permiso, no lo dudaria ni un segundo. Aquel guerrero con designación de Ultra Magnus iba a pagarlo con su vida, si le pudo arrancar un servo, lo iba a destruir hasta ser irreconocible.
— Que tus sentimientos no te dominen Predaking, sabes muy bien que no es cualquier rival con el que te hayas enfrentado! Si quieres venganza lo tendrás! —Megatron tomó de los hombros a Predaking en un acto de reprenderlo.— Esto no quedará así, tienes que esperar o tu serás el siguiente, ¿te queda claro?
Predaking no contaba con las palabras sólidas y crueles del tirano, no debía mostrar debilidad con su líder, es cierto que el Prime es un rival difícil de vencer.
Tiene que ser más fuerte que nunca y mostrar su verdadera destreza, los sollozos dejaron de caer de sus ópticas y miró a Megatron con firmeza.
— Entendido Lord Megatron...Cuando llegue ese día, Optimus deseará no haber sido un Prime. —Lo que soltaba no era una afirmación, era la sentencia del prime. Algo que a Megatron no terminó de agradarle la idea, puesto que la guerra le corresponde a Megatron y solo a él, no a un predacon que no tenía idea de su existencia.
Todos estaban presentes con un semblante serio mientras escuchaban al líder de los decepticons hablar con Predaking, más que nada Shockwave que sentía aquel sentimiento de un vacío al ver todo lo que cosechó..
Directo a la basura.
En medio de su silencio, un sentimiento de inquietud y vacío por primera vez comenzaba a crecer en el interior de Shockwave. La pérdida de un gran trabajo como lo era el proyecto Predacon, había encendido una llama oscura en su ser y ahora solo podía pensar en como aquellos esfuerzos eran desechados.
No importaba el costo ni los sacrificios que debiera realizar, su objetivo era claro: hacer que Megatron estuviera satisfecho con los resultados de su basto conocimiento.
Sin haber un gracias por su gran innovación, nada más que elogios, todo había sido en vano. Por primera vez en su vida lograba sentir ese enorme vacío, no sabía que hacer ahora mismo. Su única creación claramente estaba en su presencia, maldiciendo por sus hermanos.
Quedaba sin palabras por lo sucedido, estaba plenamente agradecido de no contar con un rostro ahora mismo, solo manifestaba su disgusto con un apretón de su único servo en un puño.
Shockwave no estaba preparado mentalmente como lo esperaba, más por lo que últimamente ha estado viviendo episodios de la nada. Pero una risilla con malicia a sus espaldas llamó la atención del científico y por inercia se da la vuelta para encontrarse cara a cara con el único seeker de la nave.
— Oh, ¿Qué se siente ser el que manda aquí?, ya me la debías... Y tu por más que quieras ganarte el honor de Megatron, siempre volverás al lugar donde te recogió... —El Seeker se acercó de forma peligrosa haciendo sonar la punta de su tacón.
Por su parte estaba mirando fijamente con su única óptica al seeker, no se movía ni un milímetro cuando este decide acercarse. La respuesta de Starscream lo dejaba con la intriga.
— De la basura...O me vas a decir que es ilógico?, Senator. — Starscream escupió con cizaña en los audios del cíclope.
— Cuida tus palabras Starscream, tú y yo no somos iguales.
—Escuchar nuevamente su antiguo nombre lo hervía como nunca, mayormente se mostraba serio pero esta vez sentía pasar muchas sensaciones por su cuerpo.
— Si crees que provocarme con mi pasado te hace llenar ese vacío interno, estás tratando con el individuo equivocado. —Soltó esta vez cambiando su tono de voz a uno verdaderamente amenazante que hicieron quitarle la sonrisa a Starscream al sentirse atacado con las palabras de Shockwave.
— Eres un maldi... —Iba a maldecirlo, pero antes de que pudiera completar su frase. Shockwave, con su único ojo cíclope, se le adelantó.
Su voz resonó en el aire, interrumpiendo sus palabras llenas de venen. Su tono era frío y calculado, transmitiendo una sensación de autoridad y poder. El cíclope no permitiría que Starscream derramara su veneno en vano.
— Busca a alguien de tu mismo nivel y notarás la diferencia, Starscream. —Terminó por sellar la conversación empujandolo bruscamente con su cañón y retirarse del lugar enfurecido, Starscream no esperó la respuesta del titán morado.
Frustrado por ser interrumpido, se quedó en silencio por un momento. Podía sentir la presencia imponente de Shockwave a su lado, recordándole quién era el verdadero líder en ese momento.
Aunque se resistía a aceptarlo, sabía que enfrentarse a Shockwave no era una opción inteligente por más que trate de sobajarlo.
— Tuerto charratero, me las pagará... —Maldijo gruñendo bajo al no haber conseguido lo que quería, humillar a su competencia, pero por la situación y en un acto de prudencia, decidió guardar sus palabras y retroceder momentáneamente.
Sabía que era mejor no provocar más la ira de Shockwave, quien poseía más astucia que él. Admitía que su orgullo le dolía y comprendió que, en ese momento, era más sabio mantenerse en silencio y esperar una oportunidad más propicia para expresar su descontento y ambición.
El cíclope, por su parte, permaneció en silencio ante su reacción. Con su único ojo fijo en Starscream. Antes de dirigirse a su laboratorio demostró una vez más su dominio de mantener el orden en las filas Decepticon.
La tensión en el aire se disipó lentamente, dejando un breve momento de calma incómoda entre ambos. Sin embargo, el resentimiento y la rivalidad seguirían ardiendo en la spark de Starscream, esperando el momento adecuado para desatar su furia y desafiar la autoridad de Shockwave desde que lo rescataron de Cybertron.
Predaking se percató de la salida de Shockwave de la sala y notó la expresión de molestia en el rostro de Starscream. Se estuvo preguntando si también se sentía afectado por la noticia, si realmente experimentaba alguna emoción.
— Shockwave... —Murmuró en voz baja, dirigiendo su atención en el bienestar de este, tenía conocimiento que se encontraba en él ya destruido lugar.
Anhelaba comprender los verdaderos sentimientos y motivaciones de su creador, pero sabía que era una incógnita que probablemente nunca se desvelaría. Comprendía que el científico ya no lo quería ver ni en un retrato. Todo aquello fue su culpa y sentía un poco de remordimiento por ello.
Y ahora su venganza contra los Autobots y aquellos que habían causado la destrucción de su especie debía ser planificada y ejecutada con cuidado. Se aferró a la convicción de que, más pronto que tarde, la venganza llegaría. Mantuvo la esperanza de que, en algún momento, la balanza se inclinaría a su favor y los responsables de la tragedia sufrirían las consecuencias de sus acciones.
Mientras tanto, se armó de paciencia y se preparó mentalmente para el inevitable enfrentamiento que se avecinaba y que algún día obtendría el perdón de su creador.
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Los ciclos pasaron rápidamente, casi sin que Shockwave se diera cuenta. Inmerso en su trabajo, el científico no prestaba mucha atención al paso del tiempo, enfocado en contribuir con nuevas invenciones y mejoras para la nave de los Decepticons.
Uno de sus proyectos más destacados era la creación de una predacon femenina, utilizando los últimos recursos disponibles. Con las órdenes de Megatron, ya que notó al predacon no mostrar interés en querer luchar.
A pesar de no justificar las acciones pasadas con Predaking y no había mostrado compasión en su vida, la aparición de los restos de una posible Predacon hembra cambió su perspectiva al igual que el de su líder.
Consideraba que podría ser una manera de brindarle una compañera a Predaking, aunque estuviera presente que Predaking tenía una bomba en su ser, siempre lo había considerado una amenaza para su causa y su trono, de aquello reconocía que el predacon era lo único bueno que había sido creado hasta ahora.
Aunque para Shockwave estaba ahora lejos de considerarlo algo mejor.
Megatron para mantenerlo más a raya aún, La responsabilidad recaía completamente sobre los hombros de Shockwave.
— Créala Shockwave, esto se pondrá aún más interesante. —Dijo Megatron con una malévola sonrisa. Por suerte los restos fósiles que Predaking había encontrado servirían para crearla, puesto que resultaron ser pertenencientes de una hembra.
Ante la presencia de una predacon hembra ayudaría a equilibrar el temperamento impredecible de Predaking.— Si usted considera que una hembra predacon es necesaria para equilibrar el comportamiento de Predaking, no tengo motivos para oponerme. La lógica respalda su decisión.
Dado el comportamiento impulsivo y dominante del predacon, Shockwave podría deducir que una hembra de la misma especie serviría para distraerlo o apaciguarlo, desviando su atención lejos de él.
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Fue llamado por Shockwave tras mucho tiempo de silencio. Desde aquella última interacción en la que las palabras entre ambos habían sido escasas, no había vuelto a cruzarse con el científico. Sin embargo, aquel llamado despertó una mezcla de emociones en su interior. Había algo de emoción ante la posibilidad de un diálogo que pudiese reparar las grietas entre ellos, pero también estaba la intriga.
¿Qué podía ser tan importante como para que Shockwave lo contactara nuevamente?
Decidido a no hacer esperar al científico, llegó puntual al laboratorio, su imponente figura atravesando los oscuros pasillos de la nave Decepticon.
Por un breve instante, al entrar al laboratorio, una ligera sonrisa se dibujó en su rostro; pensaba que, tal vez, Shockwave estaría dispuesto a disculparse o a trabajar en algo que resolviera las tensiones entre ambos. Sin embargo, lo que encontró frente a él fue algo totalmente inesperado. Su sonrisa se desvaneció al instante al posar sus ópticas en la figura que estaba junto a él.
Una predacon femenina.
Quedó inmóvil, su mirada fija en la criatura que se encontraba frente a él. Jamás había visto algo como ella. La femme poseía una belleza singular, con líneas y detalles en su estructura que denotaban una creación meticulosa. Era, sin duda, una obra maestra de su creador. Su presencia despertó en él una mezcla de sorpresa, curiosidad y algo más profundo que no lograba identificar.
— Predaking, ella desde ahora estará con nosotros. Su nombre es Stargazer. —Su voz interrumpió sus pensamientos, devolviéndolo al presente. El científico hablaba seriamente, no obstante, había un ligero desprecio en su expresión al observar la reacción de él.
Stargazer, por su parte, no apartaba su vista. Había un brillo de curiosidad en sus ojos, una mezcla de expectativa e incertidumbre. La predacon se mantenía ligeramente detrás de Shockwave, se mostraba tímida y reservada. Su presencia y actitud lo cautivaron, quien no podía evitar sentirse intrigado por esa nueva compañera que le había sido presentada.
El científico continuó, señalándolo con un gesto firme. —Stargazer, él es Predaking. De ahora en adelante, ustedes convivirán en esta nave. Quiero que se lleven bien.
Permaneció en silencio, sin apartar la mirada de Stargazer. Intentaba procesar lo que estaba ocurriendo. ¿Por qué Shockwave había creado a una predacon femme? ¿Cuál era el propósito de esto? Aunque no lo admitiera en voz alta, la idea de tener una compañera despertaba algo en su interior, una chispa que creía extinguida tras la pérdida de sus hermanos predacons.
Stargazer, aún nerviosa, rompió el silencio con un tímido saludo.— Mucho gusto... —Murmuró, sus palabras cargadas de una mezcla de ansiedad y emoción.
Parpadeó, sorprendido por la dulzura en su tono. Finalmente, asintió y respondió con cortesía, aunque su voz denotaba un intento de mantener la compostura.— El gusto es mío..
Shockwave, observando la interacción, se mantuvo en silencio por unos momentos antes de hablar nuevamente.
— Evita tener problemas con Stargazer y muéstrale todo lo que sabes.
No pudo ignorar aquella intriga por la cual llegaron a esto. — Shockwave necesito hablar contigo en privado, ahora mismo.— No era una pregunta, era una orden y se escuchaba lo suficientemente tenso para que nadie le lleve la contraria.
Shockwave no dijo nada ante dicha reacción y seguir a Predaking para hablar a solas, pero antes de irse se dió la vuelta para avisarle a la predacon que se encontraba extrañada.— Espera aquí, no voy a demorar.
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La creación de Stargazer removía sentimientos que prefería mantener enterrados. No quería una compañera para llenar el vacío que habían dejado sus hermanos predacons, y mucho menos deseaba que Shockwave asumiera que podía enmendar algo con un gesto como este. Pero lo que más lo inquietaba era el hecho de que, a pesar de todo, seguía sintiendo una poderosa atracción hacia el científico.
El líder predacon no era alguien que aceptara cambios fácilmente, y aún menos cuando estos parecían impuestos. Toda su existencia, había estado marcada por la lucha, la pérdida y la sensación de estar solo en un mundo que no era suyo.
Finalmente, dejó escapar un suspiro bajo, apenas perceptible.— Ni siquiera consultaron conmigo si yo de verdad quería esto.. —Con su voz grave y cargada de tensión. Se acercó un paso al científico, su imponente figura proyectando una sombra sobre él. Aunque su tono no era agresivo, había una intensidad que hacía evidente que esta conversación no era solo sobre la predacon. A pesar de la perfección de Stargazer, algo dentro de él se resistía a aceptarla. No era que la rechazara directamente, pero la idea de tener una compañera predacon no le resultaba tan sencilla como Shockwave parecía asumir.
No quería tapar el dolor. Esa pérdida, el vacío que había dejado la extinción de sus hermanos predacons, era algo que cargaba como un peso constante. Stargazer no podía ser una solución a ese vacío. No podía ser un reemplazo, y menos una distracción. Sabía que su naturaleza dominante le impedía aceptar la idea de que alguien decidiera por él lo que necesitaba, y mucho menos cuando aún cargaba con emociones que no había resuelto.
Y esas emociones no eran solo el duelo.
Shockwave, con su usual indiferencia, respondió con la misma frialdad.— Tus deseos son ajenos, Predaking. Como ya he mencionado, fue una orden directa de Megatron. Stargazer no está aquí por error. Ella tiene un propósito, al igual que tú. —El científico bajó ligeramente su tono, aunque su mirada seguía siendo impenetrable.— Si tienes alguna inquietud respecto a su creación, te sugiero que te vayas acostumbrando.
Gruñó suavemente, molesto tanto por las palabras de Shockwave como por la sensación de ser manipulado. No podía evitar sentir que todo esto era una estrategia cuidadosamente calculada por el científico. ¿Era realmente una orden de Megatron o algo más personal? ¿Era esta la forma de Shockwave de aliviar el daño causado, de intentar repararlo?
El líder predacon dio un paso hacia Shockwave, inclinándose hacia él, su imponente figura proyectando una sombra sobre el científico.— No me malinterpretes, Shockwave. No cuestiono tu intelecto ni tus habilidades. Pero esto va más allá de simples órdenes. ¿Qué esperas realmente? ¿Que acepte a Stargazer como si fuera suficiente para olvidar todo lo que ha pasado hasta ahora? —Su voz grave resonó con una mezcla de furia contenida y genuina confusión.
Shockwave no retrocedió ni mostró sumisión alguna.— Solamente ejecuto las órdenes de Lord Megatron.
Apretó su mandíbula, sintiendo cómo su ira y frustración se acumulaban en su interior como una flama retenida. Pero lo que más lo molestaba no era la presencia de Stargazer ni las palabras frías de Shockwave, sino el hecho de que, incluso en ese momento, seguía sintiéndose atraído hacia él. Esa atracción lo confundía y lo enfurecía. No podía entender cómo alguien tan metódico y falto de emoción podía provocar algo tan intenso en él.
— Siempre igual, Shockwave... —Murmuró, su tono cambiando ligeramente, pasando de la ira a algo más personal, casi vulnerable.— Frío, calculador, incapaz de admitir que tal vez... Solo tal vez... Esto no es solo por Megatron. ¿Realmente creaste a Stargazer solo porque te lo ordenaron? —Su mirada se suavizó por un instante, y luego se endureció de nuevo.
— ¿O es que estás tratando de tapar lo que sucedió aquella vez?
Por un instante, Shockwave pareció detenerse y desviar su único óptico hacia otro lado, como si estuviera huyendo de su mirada e intentó mantener su postura.— Tus especulaciones carecen de fundamento... Si eliges proyectar tus emociones sobre mí, eso es una falla tuya, no mía... —Su tono era un poco desordenado como si intentara cerrar cualquier posibilidad de discusión.
El gran rey retrocedió un paso, cerrando los puños con frustración. Por más que intentara confrontarlo, siempre terminaba sintiéndose atrapado en su lógica fría e impenetrable. Pero eso no cambiaba lo que sentía. Había algo en él que lo atraía, algo que iba más allá de la relación creador-creación.
No era lo que necesitaba escuchar.
Con un gruñido bajo, desvió la mirada y se obligó a calmarse.— Esto no cambiará nada, te lo aseguro Shockwave. Podrá estar bajo mi cuidado, pero no pienses ni por un momento que he olvidado lo que sucedió con mis hermanos igual. —Su voz era grave, pero en ella se percibía una nota de resignación.
— Y no pienses que puedes manipularme tan fácilmente, me subestimas tanto que no te estás dando cuenta de con quién estás metiéndote. ¿Que dirás al respecto? —Su paciencia estaba por estallar.
Shockwave simplemente se quedó inmóvil, como si las palabras de Predaking le llegaran a afectar y sobretodo, su cercanía que imponía en contra de su autoridad.
Da un paso atrás, tratando de mantener la compostura. Aún se sentía atraído por Shockwave, pero esa atracción estaba teñida de frustración y de un dolor que no sabía cómo expresar. Había esperado, en algún rincón de su mente, que Shockwave pudiera entenderlo, que pudiera verlo como algo más que una herramienta. Pero ahora, con Stargazer en la ecuación, todo parecía aún más confuso.
Desvió la mirada hacia la salida del cuarto, como si buscara una salida tanto física como emocional.— Si eso es todo lo que tienes que decir, me retiro. Stargazer necesita saber cómo funciona esta nave. —Su tono era cortante, casi como una forma de protegerse de lo que realmente sentía.
Shockwave no respondió, simplemente lo observó salir del laboratorio.
Predaking no podía ignorar la sensación de vacío que dejaba esa conversación. Aún lo deseaba. A pesar de todo, había algo en Shockwave que lo atraía, como un imán imposible de resistir. Pero esa atracción era un callejón sin salida, y él lo sabía.
Cuando regresó junto a Stargazer, la encontró explorando tímidamente el laboratorio, tocando con cuidado algunos instrumentos como si temiera romper algo. La observó en silencio por un momento. Era hermosa, no podía negarlo. Pero no era lo que necesitaba. No podía llenar el vacío.
No podía reemplazar a sus hermanos.
Y no podía apagar lo que sentía por su creador.
Sin embargo, ella era ahora parte de su vida, y aunque no sabía cómo encajaría en ella, tenía claro que no podía culparla por lo que estaba sintiendo. Ella no había pedido ser creada, al igual que él no había pedido perderlo todo.
— Ven, acércate. —Dijo finalmente, su voz más suave de lo que esperaba. Stargazer levantó la mirada, sorprendida, pero obedeció sin dudar.— Te mostraré lo que necesitas saber. -Y con esas palabras, comenzó a caminar hacia la salida con Stargazer siguiéndolo de cerca.
— ¿Mi creador irá con nosotros al recorrido? —Preguntó entrando en duda, precisamente lo estaba esperando.
— No vendrá con nosotros.. Él tiene muchas cosas que pensar por ahora. —No quiso hablar acerca de ello, la predacon sintió dicha incomodidad y no hizo mención acerca del tema.
Aunque su mente estaba enredada en pensamientos sobre su creador y la confusión de sus propios sentimientos, sabía que tenía que seguir adelante. Pero en el fondo, una pregunta seguía atormentándolo.
¿Podría algún día dejar de sentir lo que sentía por Shockwave?
Puede que tal vez.
¿Era eso lo que realmente lo hacía temer la idea de aceptar a Stargazer?
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La relación entre ambos predacons no tardó en deteriorarse, pues las diferencias entre ellos se volvieron cada vez más evidentes. Stargazer, de espíritu indomable y con un carácter marcadamente rebelde, no estaba dispuesta a seguir ciegamente las decisiones de Predaking. Su independencia chocaba directamente con la naturaleza dominante del líder predacon, quien esperaba lealtad y obediencia absoluta de su compañera.
Discusiones entre ambos se volvieron frecuentes. Stargazer cuestionaba cada orden, cada estrategia y cada decisión que Predaking tomaba, dejando en claro que no estaba allí para ser simplemente una sombra que lo siguiera. Esta actitud lo frustraba profundamente, quien veía en esta constante oposición un obstáculo para los planes que había comenzado a trazar en su mente. Había imaginado un futuro en el que ambos liderarían juntos los cielos, una descendencia poderosa que perpetuaría la grandeza de los predacons. Pero ahora, ese sueño parecía cada vez más lejano.
La tensión entre ellos crecía con cada desacuerdo. Stargazer, aunque respetaba la fuerza y su liderazgo, se negaba a someterse a su voluntad sin razón. Ella tenía su propia visión de lo que significaba ser un predacon, y no dudaba en defender sus ideales, incluso si eso significaba desafiar directamente a su compañero. Por su parte, Predaking comenzaba a ver su rebeldía no solo como un problema, sino como una amenaza para la armonía que había esperado encontrar en ella.
Con el tiempo, Predaking comenzó a darse cuenta de que su idea inicial de un posible cruce entre ambos predacons no era tan sencilla como había imaginado. Stargazer no era simplemente una compañera; era un individuo con pensamientos y emociones que no podía ignorar ni controlar. Este reconocimiento lo llenaba de frustración, pero también de un extraño respeto hacia ella, aunque no lograba admitirlo abiertamente.
La posibilidad de construir un futuro juntos, de tener descendencia y reinar los cielos como había soñado, parecía desvanecerse con cada enfrentamiento. El líder predacon se encontraba atrapado entre su deseo de mantener el control y la necesidad de aceptar que Stargazer no era alguien que se doblegaría fácilmente. Sin embargo, en el fondo, aún existía una chispa de esperanza de que algún día pudieran encontrar una forma de entenderse, aunque ese día parecía estar aún muy lejos..
— ¿Por qué te niegas a entenderlo, Stargazer? —Rugió Predaking en una ocasión, su voz resonando con frustración mientras sus ópticas ardían de impaciencia.
— Prefiero mil veces estar bajo tierra que engendrar cachorros contigo! —La femme gritaba con una mirada desafiante hacia Predaking, quien este estaba harto que ella no cediera a la reproducción, cada que tenía sus etapas de celos era cuando Stargazer estaba con su entrenador practicando.
— ¿Y con quién vas a tenerlos!? Somos los únicos predacons vivos aquí! Juntos podemos crear una nueva era de Predacons! No entiendes!?, si me das un cachorro te dejaré en paz. —El predacon miraba a la fémina casi suplicando que le diera un cachorro. A veces no entiende porqué esto termina cada vez peor.
— ¡NO!, ni lo pienses, nunca tendrás ese cachorro que tanto anhelas! Y vuelve a ponerme un servo encima o haré que te arrepientas, oíste!? —Stargazer estaba sosteniendo su mirada, no iba a dejarse someter por este predacon, mil veces prefería tenerlos con su entrenador, Steelhawk. Y se ha percatado que él mejoraría su descendencia.
Ya estaba agotado en pedirle un solo cachorro, así que, se levantó de la litera de la habitación resignado de conseguirlo.
— Eres un caso perdido, de haber sabido que eras una rebelde no hubiera permitido que te crearan, te estás perdiendo al rey de los predacons y cuando me necesites será demasiado tarde. —Aquellas fueron las últimas palabras pronunciadas por el rey Predacon, sumidas en una mezcla de resignación y tristeza.
Salió de la habitación, dejando atrás a Stargazer, para dirigirse hacia el líder de los Decepticons. Sabía que era momento de tomar una decisión drástica y separarse de ella.
— Si ella no responde al apareamiento créeme que me iré de esta nave! Estoy harto de su rebeldía. —Rugió Predaking fastidiado y adolorido a su vez por el rechazo que recibía por parte de Stargazer.
El líder de los Decepticons, consciente de la situación tensa entre Predaking y Stargazer, ordenó que Predaking fuese ubicado en otra habitación, lejos de la presencia de la predacon rebelde.
Era una medida para evitar cualquier conflicto adicional y salvaguardar la estabilidad interna del grupo.
Resignado a aceptar su destino, se dirigió a la nueva habitación asignada. Aunque su spark estaba lleno de tristeza y confusión, sabía que era lo mejor para todos los involucrados; la separación de Stargazer era necesaria para evitar más enfrentamientos y preservar la frágil paz dentro de los Decepticons.
Mientras caminaba hacia su nuevo refugio, reflexionaba sobre el rumbo que había tomado su relación con Stargazer. Las esperanzas de un futuro compartido y una posible descendencia se desvanecían rápidamente.
Con el corazón pesado, se adentró en la habitación que sería su nuevo hogar, dejando atrás los recuerdos de lo que una vez pudo haber sido. Aún quedaba una sombra de esperanza en su interior, sabía que las cosas no serían fáciles y que tendría que enfrentar un futuro incierto.
Mientras tanto, Megatron esperaba impaciente en sus aposentos la llegada de Shockwave. No podía creer que Stargazer, la misma hembra que había sido diseñada para ser compañera de Predaking, lo hubiera rechazado de esa manera. Era exactamente lo que temía y ahora había sucedido.
Fue en ese momento que escuchó los pasos de Shockwave acercándose, preparado para recibir cualquier orden de Megatron. Sin embargo, notó que su líder no estaba tan contento como de costumbre debido a las advertencias de Predaking.
— Lord Megatron. —Respondió Shockwave con seriedad, inclinándose en reverencia ante su líder. Le sorprendió la actitud de Megatron, pero primero debía averiguar por qué había sido convocado.
— Shockwave, ¿Recuerdas cuál es el propósito de la hembra? —Cuestionó Megatron, con la respuesta ya en mente. El científico movió ligeramente las antenas de su cabeza, mostrando su consternación.
Shockwave no reaccionó de inmediato, pero comprendió que había problemas.— En efecto, Lord Megatron. ¿Qué ha sucedido con ellos dos esta vez? —Preguntó, esperando más detalles.
— No, más bien, ¿qué le está sucediendo a la predacon hembra? Ella, desde que fue creada por ti, debería seguir las órdenes de su alfa, no desobedecer. —Respondió el tirano de los Decepticons con desaprobación.
Sus garras se clavaron en el mango de su trono con molestia, sus ópticos escarlatas juzgaban a Shockwave por no haberla programado adecuadamente.— No sé qué harás para solucionar esto, pero esa hembra necesita modales, o de lo contrario, yo mismo la someteré a punta de golpes por parte de Predaking. ¿Entendido? —Advirtió Megatron con dureza.
El científico, consciente de su responsabilidad en la creación de Stargazer, asumió la culpa.— Lord Megatron, en este caso, la culpa es mía por haber creado una hembra defectuosa. Tomaré medidas drásticas con ella. —Respondió Shockwave, dispuesto a corregir su error.
Megatron no estaba completamente convencido de las palabras de Shockwave, pero sabía que su lealtad y la calidad de su trabajo nunca habían sido motivo de preocupación.
Suspiró resignado, dándole la oportunidad a Shockwave de enmendar su error. Era crucial que la hembra estuviera unida a Predaking, ya que era una forma conveniente de mantener al poderoso Predacon bajo su control y evitar cualquier intento de rebelión.
Prefería mantener a su subordinado bajo control de manera "pacífica" Estaba dispuesto a utilizar cualquier medio necesario para asegurarse de que Predaking se mantuviera leal y obediente.
Con estas reflexiones en mente, Megatron decidió darle una oportunidad a Shockwave para corregir el problema con Stargazer. Si el podía solucionar la situación y asegurarse de que la hembra cumpliera con su propósito original, Megatron tendría una valiosa herramienta para mantener a Predaking a raya y reforzar su liderazgo sobre los Decepticons.
Sin embargo, Megatron seguía siendo cauteloso y vigilante. No permitiría que ninguna debilidad o falla en el plan pusiera en peligro su dominio sobre los Decepticons.
Estaba dispuesto a tomar medidas drásticas si era necesario para mantener a todos bajo control y asegurar su posición como líder indiscutible.
— De acuerdo, nunca me has fallado hasta ahora. Solo ese detalle en cuenta, reprimir la rebeldía de la predacon, o de lo contrario, habrán serios problemas si no llega a consolidar su relación con Predaking. —Sus palabras fueron francas y directas con el científico de pie, este asintió por órdenes de Megatron.
Shockwave aseguró una vez más con frialdad y seriedad que haría todo lo posible por encontrar una solución a la situación.
— Stargazer va a obedecer, quiera ella o no. —Afirmó sin mostrar ningún rastro de emociones en su voz. Aunque Stargazer demostraba ser incluso más astuta que Predaking, se podía decir que, de todas sus creaciones, ella era la más cuerda en cuanto a su personalidad rebelde que mostraba con su primera creación.
La elección entre ella y el cumplimiento de las necesidades de Predaking era una verdadera lástima.
Megatron suspiró, sintiendo una verdadera lástima por tener que elegir entre Stargazer y el cumplimiento de los deseos de Predaking de tener un heredero.
La situación era complicada y delicada, y no había una solución clara que satisficiera a todos. Sabía que necesitaba asegurarse de que Predaking obtuviera lo que necesitaba de ella y era una forma conveniente de mantener al poderoso Predacon bajo su dominio y control para evitar cualquier intento de rebelión.
Con un gesto de disgusto, Megatron pronunció en voz alta.— Bien, Shockwave, puedes retirarte de mis aposentos. No quiero que vuelvas hasta que haya novedades. —Sus dientes se mostraban en una fila amenazadora, mientras sus ópticas rubíes brillaban.
El científico no tuvo más opción que acatar las órdenes del tirano Decepticon. Con una inclinación de cabeza, se dio la vuelta y se retiró del lugar. No tuvo más opción que acatar las órdenes del tirano Decepticon. Sabía que la ira de Megatron era peligrosa y no quería arriesgarse a enfrentarla..
El destino de Stargazer ya estaba escrito y Predaking era más que nada un peligro andante. Shockwave estaba decidido a cumplir con su deber, aunque eso significara enfrentar desafíos imprevistos y tomar medidas extremas.
Megatron se quedó solo, contemplando los desafíos que enfrentaba. Sabía que tendría que tomar medidas drásticas si Stargazer no se sometía voluntariamente.
La idea de castigarla con violencia no le resultaba ajena, pues estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para mantener su dominio sobre los Decepticons.
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— Amo, últimamente usted está actuando más frío de lo normal, ¿sucede algo? —Preguntó la Predacon con preocupación, observando al titán morado mientras continuaba con su labor como ingeniero. A diferencia de ella, que pasaba la mayor parte del tiempo en su laboratorio, a Predaking se le prohibía el acceso a ese lugar.
Shockwave no estaba preparado para abordar el tema con Stargazer. Habían pasado dos ciclos desde su encuentro con Megatron y aún no se le había ocurrido mencionarle nada a la Predacon.
El científico se limitó a mirarla fijamente con su único óptico escarlata y, tras unos minutos, volvió a concentrarse en su trabajo.
La reacción de la Predacon no fue precisamente positiva. Sintiéndose confiada, agarró a Shockwave por los hombros, lo cual lo tomó por sorpresa y lo dejó un tanto exaltado por la acción de la Predacon.
— Amo, puedo oler incluso lo que me intentas ocultar. ¿Se trata de Predaking cierto?, habló mal sobre mí seguramente —Stargazer ya no se esperaba tal noticia porque de verdad Predaking se le hacía muy prepotente y egocéntrico con su personalidad.
— Así como lograste adivinar la base del problema, estás lista para saber lo demás. —Shockwave de forma autónoma y con una voz seria como siempre.
Dejando a Stargazer un poco confundida del tamaño del problema, soltó con delicadeza al científico y se sentó en un asiento.— ¿A qué se refiere amo?
Ella realmente sentía muy mal presentimiento pero Shockwave no era de perder el tiempo poniendo excusas baratas. La tensión en el aire era palpable mientras las duras palabras del científico resonaban en la mente de Stargazer.
— Lord Megatron ha ordenado que te sometas a Predaking, o de lo contrario, estarás en graves problemas.
—Una manera directa, sin adornos ni consideración por los sentimientos de la Predacon. La noticia la tomó por sorpresa, y un profundo dolor se apoderó de ella al darse cuenta de la crueldad de su destino. No quería someterse a la voluntad de Predaking, pero parecía que no tenía más opción.
— Pero amo... Usted puede hacerlo cambiar de opinión, ¿cierto? No quiero someterme a Predaking. ¿Está de acuerdo con Megatron? —La Predacon, con una mezcla de desesperación, frustración y esperanza en su vocal. Esperaba que su creador mostrara algún rastro de compasión, que intercediera en su favor.
— Ciertamente, no puedo hacer nada para cambiar tu destino. Tú fuiste creada para estos fines, darle un heredero a Predaking. —Respondió de manera fría y distante. La mirada de Stargazer se encontró con el cañón apuntando hacia ella, una amenaza implícita en aquel gesto.
— Saliste defectuosa para tu propósito. —Agregó, acentuando aún más la sensación de inutilidad y desprecio que invadía a la Predacon.
Stargazer se sintió molesta y triste al mismo tiempo. No podía creer lo que escuchaba. ¿Era ese su único propósito en la vida? ¿Darle un heredero a Predaking? Se preguntaba si acaso sus habilidades y talentos no eran suficientes para ser valorada de otra manera.
El cumplido inesperado de Shockwave sobre su inteligencia como una femme la dejó perpleja. No sabía si sentirse ofendida por ser considerada defectuosa o halagada por ser reconocida por su intelecto.
— Wow... Supongo que estoy ofendida y a la vez sonrojada por el cumplido... —Responde con un poco de tristeza, sabiendo que salió defectuosa, al no salir con el propósito de querer procrear.— No quiero darle ningún cachorro..No bastan mis habilidades? —Cuestionó buscando desesperadamente una alternativa, una oportunidad de demostrar que era más que solo una máquina de procrear.
Shockwave la reprendió nuevamente, su voz resonando con autoridad.— No es suficiente. Solamente tienes que darle un heredero y ya. ¿O realmente quieres que te reinicie de nuevo? Estoy dispuesto si no logras obedecer. —Advirtió, dejando en claro las consecuencias de su desobediencia.
Stargazer se sintió derrotada y atrapada en un destino que parecía inalterable. La tristeza y la injusticia se mezclaban en su interior, pero también había un atisbo de resistencia.
Aunque las cartas estaban en su contra, no estaba dispuesta a ceder sin luchar. Buscaría una manera de desafiar su destino impuesto, incluso si eso significaba enfrentarse a Megatron, a Predaking y, posiblemente, a su propio creador, Shockwave.
La Predacon se vió obligada a aceptar su destino de mala gana, aunque en su interior preferiría luchar por su libertad en lugar de convertirse en un simple instrumento de reproducción.
Había confiado en que Shockwave la protegería, pero estaba claro que eso estaba lejos de ser cierto. Revelarse contra Megatron y sus órdenes solo empeoraría las cosas, y Stargazer no quería poner en peligro a su amo.
— Usted lo hace ver tan fácil... ¿Parir un cachorro y ya? Me gustaría verlo a usted en una situación así... —Stargazer expresó su descontento y enojo ante la injusticia que se le imponía. No podía entender cómo algo tan importante y personal como la maternidad podía ser tratado tan frívolamente.
El insulto de Stargazer no pasó desapercibido para Shockwave, quien se sintió afectado por sus palabras.
Su tono amenazante se hizo presente mientras enfrentaba a la Predacon.— ¿Vas a seguir quejándote? Si continúas así, tomaré medidas drásticas con tu comportamiento. —Sin embargo, el científico no podía prever lo que estaba por venir.
Stargazer, molesta y desafiante, respondió con una amarga sonrisa.— Pff! ¿Sabes?, puedo oler cuán fértil es alguien. Y tú, a pesar de los años de conservación, te conservas muy fértil. —Sus palabras dejaron a Shockwave atónito, sorprendido por la provocación de la rebelde Predacon, no quiso dejarse llevar.
Aunque se sintió afectado por los disparates de ella, mantuvo la compostura y se negó a dejarse llevar por la provocación.
— Sigues así y no me quedará de otra que desactivarte, Stargazer. —La advertencia de Shockwave resonó en el laboratorio, dejando claro las consecuencias de su comportamiento desafiante.
— ¿Le duele que diga eso? ¡Entienda que Predaking no me gusta! —Stargazer respondió con frustración, expresando su disgusto y rechazo hacia el destino impuesto.
— No, al contrario. La que debería preocuparse eres tú. Deja de actuar como un sparkling y asume tus responsabilidades. —Mantuvo su autoridad firme, dejando claro que no cedería ante la rebeldía de Stargazer.
En un estallido repentino de ira y desesperación, Stargazer golpeó la pared del laboratorio con fuerza, provocando un eco ensordecedor en el laboratorio.
— ¡YA LE DIJE QUE NO QUIERO! ¡No lo amo y odio a Predaking con todas mis fuerzas! —Su voz resonó con determinación y tristeza a la vez, revelando la intensidad de sus emociones y su resistencia ante un destino que se negaba a aceptar.
— Tus aspiraciones son insignificantes comparadas con el objetivo mayor —Repitió manteniendo su tono frío y calculador. No importaba cuánto intentara provocarlo o intimidarlo, él seguía firme en su posición— No importa si te gusta o no, tu destino está trazado y no cambiará.
Las palabras del Decepticon parecieron desencadenar una furia incontrolable en Stargazer. Sus servos se apretaron en puños, y sus garras se clavaron en su propia carne, dejando escapar pequeñas gotas de su energon vital. A pesar de que Shockwave parecía mantener la calma, ella estaba empujándolo al límite.
— ¡No aceptaré un destino que no he elegido! —Gritó Stargazer con voz llena de rabia y dolor. Sus ópticos se llenaron de lágrimas que amenazaban con desbordarse, pero no iba a permitir que su sufrimiento debilitara su determinación— ¡No importa cuántas amenazas lances, no cambiaré mi postura!
Shockwave respondió en el mismo tono monótono y desapasionado, como si estuviera leyendo instrucciones de un manual. Era evidente que no tenía la intención de ceder ante las emociones de la Predacon hembra.
— Tus deseos son irrelevantes. No estás en posición de tomar decisiones. Solo sigue las instrucciones y cumple con tu propósito —Repitió, sin mostrar ni un ápice de compasión.
Stargazer sostuvo la mirada del cíclope con determinación, a pesar de que sus ópticos llorosos reflejaban su dolor interno.
La batalla entre su rebeldía y la implacable autoridad de Shockwave se libraba en su interior. Sabía que enfrentar las consecuencias de su resistencia sería doloroso, pero prefería eso a someterse a un destino que no había elegido.
Sus alas temblaban ligeramente, el metal que las componía resonaba con un sonido agudo y amenazante. Era como si su ser entero estuviera cargado de electricidad, lista para estallar en una violenta descarga.
Stargazer estaba dispuesta a luchar, a enfrentar cualquier adversidad que se interpusiera en su camino. Ya no había marcha atrás.
— No tengo miedo. —Levantó su mirada pesada y llorosa hacia su creador.
— Usted me da tanta lástima creador, espero que nunca le toque estar en mi lugar..
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¡Holo nuevamente! No hubo un día en que dejara de escribir el capítulo jaja.
La predacon es más brava que una tortuga lagarto, que por cierto, gracias por prestarme a tu niña FerLagunes9!
¿Alguien más ha sentido este mes muy simple y aburrido?
Porque yo sí, se siente muy vacío y deprimente
Cuelguenme en un árbol de navidad por haber demasiado texto que ni deje respirar a nadie.
🤔
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