CAPITULO III


Pasó aproximadamente un ciclo orbital después del suceso que dejó al científico pensando una y otra vez acerca del encuentro con el cazador. Las imágenes de la cercanía de su creación seguían rondando su mente, analizando cada movimiento y su mirada. Se sentía confundido por no buscarle respuesta a lo que sintió en ese momento.

Hasta que ocurrió lo menos inesperado pero tampoco de gran importancia. En uno de los entrenamientos de Starscream con el renacido predacon, fue brutalmente mordido en una pierna, un alerón, y aquello le costaba la chispa.

La gravedad de las heridas era tal que el Seeker tuvo que ser llevado a la Medbay para recibir atención médica.

El incidente había dejado una marca en su cuerpo y en su orgullo, pues había sido atacado por una bestia.

Megatron no estaba sorprendido por lo ocurrido. Siempre había sabido que sus métodos ineficaces y su falta de habilidad en el combate podrían tener resultados desfavorables.

Antes de que el espécimen lo destrozara por completo, algunos Vehicons habían intervenido para salvar a Starscream de una muerte segura.

Por suerte lograron contener la fuga de energon vital y estabilizar al Seeker, este no tenía intención de volver a entrenar con el Predacon. Por tanto, le ordenó a Knockout, el médico de la base, que evaluara cuánto tiempo tardaría su pierna en sanar.

El informe de Knockout indicaba que serían necesarios varios ciclos para que Starscream se recuperara por completo.

Se quejaba de sus lesiones que mostraba signos de dolor y debilidad. La escena era tensa y poco prometedora.

Esa bestia...¡Está fuera de control! —Sus ópticos estaban algo llorosos, reflejando su frustración y su temor ante el futuro. Gritó al ver a Shockwave entrar acompañado del señor de la guerra.

La presencia del científico solo avivó su resentimiento hacia la bestia que lo había atacado.

Shockwave, con su única óptica escarlata, miraba a Starscream con incredulidad. No podía creer que su creación fuera capaz de infligir daño tan severo al comandante aéreo.

Su mirada también dejaba entrever su descontento con las acciones de Starscream. No era un secreto que el científico no tenía una buena relación con él, debido a su falta de responsabilidad y su constante búsqueda de poder.

Pero basta de tan solo hablar del historial de este y uno mismo puede juzgar quien tuvo la culpa realmente, la bestia o Starscream.

El auto deportivo rojo intentó encubrir la verdad y proteger a su compañero, se dirigió a Megatron con seriedad:

Lord Megatron, temo que Starscream necesitará descansar. No solo ha sufrido daños en la pierna, sino también en su muñeca —Se dirigió a Megatron con seriedad y afirmó que Starscream necesitaría descansar debido a las lesiones.

Sin embargo, Megatron no parecía convencido por completo. Su ingeniero, siempre observador, había analizado el lenguaje corporal de Knockout y notó ciertas inconsistencias en su informe.

Mientras el líder lo cuestionaba, el tanque decepticon respondió con absoluta seguridad.— Estás mintiendo. El Predacon solo mordió su pierna, y en las grabaciones previas no hay evidencia de que el brazo haya sido fracturado en el proceso. —Su tono era firme y dejaba claro que no toleraría más engaños.

Desde la camilla donde yacía, Starscream observaba a Shockwave con odio y temor. Sabía que la afirmación de Knockout era una mentira para justificar su necesidad de alejarse del temible Predacon.

Con voz entrecortada por el dolor, el Seeker intentó persuadir a su líder.— Mi Lord, la bestia es extremadamente agresiva. Juro por Unicron que pronto nos hará chatarra!, No podía permitir que me arracara la chispa! —Pronunció con desesperación.

Megatron, furioso, se acercó amenazante a Starscream. — Te conozco bien, Starscream. No eres capaz de asumir ninguna responsabilidad. —Gruñó molesto el líder decepticon, llevando su mano a la placa frontal en señal de fastidio. La ira y la decepción se reflejaban en su mirada.

La bestia es un animal, como crees que no te atacaría si tus métodos ineficaces solo debilitan a mi dragón. —Espetó Megatron con ira mostrando su larga fila de colmillos.

En un último intento de salvarse, Starscream rió nerviosamente y trató de justificar sus acciones.— Amo, Lo hice por defensa propia!

Chilló al momento de ver el gran servo de su amo en el aire a puño cerrado.

En ese momento, Shockwave intervino y pronunció unas palabras que sorprendieron a todos en la habitación.

Dadas las circunstancias que llevaron a Starscream a actuar de esa manera, me veo obligado a intervenir en el entrenamiento del Predacon, Lord Megatron. —Afirmó el científico, expresando su desacuerdo tanto con las acciones del jet como con el comportamiento de la bestia.

Megatron, ante la propuesta inesperada de Shockwave, quedó en silencio mientras reflexionaba sobre cuál sería su siguiente movimiento.

Sabía que Shockwave no era alguien acostumbrado al combate directo, pero considerando las circunstancias y la necesidad de proteger a su segundo al mando de futuras lesiones.

Tenía a varios Decepticons a su mando pero por el momento ellos tenían su misión encomendada, por lo que no le conviene arriesgar a sus lacayos por una bestia con instintos agresivos.

Considerando la gran posibilidad de la conexión de la bestia con su teniente habrán resultados positivos.

Decidió aceptar finalmente la oferta de Shockwave.

Si no te molesta mucho sobreexigirte, Shockwave. Acepto tu propuesta debido a la situación actual. —Estaba decidido Megatron, puesto que dirigió mirada acusadora hacia los dos presentes, quienes se encontraban estaban tensos por las consecuencias de sus acciones.

Pero Starscream no dudó en soltar un comentario.

— ¡Pfff! ¿Shockwave entrenando? —Exclamó el seeker mezquino y despectivo acerca del mech morado, quien supuestamente no está presente en actos bélicos como la guerra.— Jajaja Ya quiero verte sin otra mano, esa bestia será otro fracaso más, te lo aseguro...

Con su característica calma y serenidad, Shockwave dirigió su mirada fría y penetrante hacia Starscream. Un destello de luz escarlata brilló en su único óptico, reflejando una inteligencia calculadora y una determinación inquebrantable.

Las palabras vacías carecen de poder y significado, Starscream. —Respondió con una voz profunda y amenazante. — Mi compromiso con la causa Decepticon no se mide por actos de ostentación o vanagloria. Mi presencia en el campo de batalla es estratégica y precisa, destinada a asegurar la victoria de nuestra facción.

Un aura de autoridad emanaba de Shockwave mientras hablaba, recordándole a Starscream su posición insignificante en comparación con el poder y la influencia del mech morado, aquella acción no fue interrumpida por su líder, quien gozaba de la respuesta del ingeniero.

No subestimes mi capacidad ni el poder de la tecnología que manejo. Mi servo o su ausencia no definen mi valía como guerrero. La verdadera fuerza reside en la mente y en la astucia táctica... —Megatron miraba con orgullo a su más leal subordinado de su corte, no dejarse sobajar.

Algo que al parecer, te resulta ajeno, Starscream.

Shockwave avanzó con pasos firmes hacia Starscream, imponiendo su presencia dominante junto a su cañón asomándose. —Recuerda esto, Starscream...Aquellos que subestiman a sus enemigos son condenados a sufrir las consecuencias. Mi paciencia tiene límites, y cuando llegue el momento, mi retribución será implacable.

El aire se volvió más denso mientras la advertencia de Shockwave resonaba en el ambiente, dejando claro que no toleraría más insultos ni desafíos. Su postura impasible y su mirada penetrante dejaron en claro que cualquier intento de menospreciarlo sería recibido con una respuesta contundente y devastadora.

Ya escuchaste Starscream, o te comportas o provocarás la ira de Unicron. —Megatron reprendió al seeker de su actitud tan arrogante... Shockwave permanece en silencio con desinteres y pulcro como siempre.

El médico solo miraba incómodo por la discusión, nunca se había logrado imaginar la ira de Shockwave.— No quiero interrumpirlos pero..Starscream debe descansar..Entonces...—

Da igual, a la mediante se recupere volverá a su cargo. O de lo contrario, dejaré que la bestia le arranque la cabeza. —Era una amenaza segura hacia Starscream quien trago saliva.

Mientras tanto Shockwave, mañana empiezas a entrenar correctamente al predacon. No me decepciones como este mendigo.

Tenga la certeza de que así será. Me retiro con su permiso, Lord Megatron.

Sin decir una palabra más, Shockwave se giró con gracia y se alejó, dejando a Starscream con la incómoda sensación de haber provocado a una fuerza letal y poderosa.

Megatron quedó en silencio mientras observaba a los dos presentes, quienes estaban tensos por las consecuencias de sus acciones.

El médico continuó mirándolos incómodo, pero entendiendo que no podía interrumpir más la conversación.

Starscream sintió un escalofrío recorrer su chasis. Sabía que había cruzado un límite y que su posición en la jerarquía de los Decepticons estaba en juego.

Intentó disculparse, pero sus palabras fueron ahogadas por la mirada implacable de su líder. Megatron se volvió hacia Knockout y ordenó. — Asegúrate de que Starscream reciba los cuidados necesarios para su recuperación, pero también mantén vigilancia constante sobre él. No permitiré más traiciones ni actos de cobardía —

El médico asintió con una mezcla de preocupación y alivio. Sabía que su amigo y compañero había cometido un grave error, pero también le preocupaba lo que esta situación podía significar para él y para el futuro de los Decepticons.

Se comprometió a cumplir con la orden de Megatron y proporcionar los cuidados necesarios a Starscream mientras permanecía bajo vigilancia.

En silencio, el mech morado regresó a su trabajo, recordándole a todos que, aunque no buscara el reconocimiento superficial, su influencia y su poder eran innegables en la guerra.
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Se estableció una nueva dinámica en la base de los Decepticons. Con Starscream incapacitado, Shockwave se convirtió en el entrenador del Predacon y asegurarse de que estuviera bajo control.

A pesar de las duras críticas de algunos Decepticons sobre las habilidades de Shockwave como combatiente, nadie cuestionó la autoridad de Megatron ni la necesidad de controlar al poderoso Predacon.

Durante los siguientes ciclos, Shockwave dedicó tiempo y esfuerzo en estudiar y analizar el comportamiento del Predacon, buscando patrones y debilidades que pudieran ser explotados en el entrenamiento.

Utilizando su enfoque lógico y calculado, diseñó estrategias y simulaciones para preparar al Predacon para el combate.
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— ¡Wow!, me has llegado a sorprender esta vez, teniente —Habló un mech de complexión robusta y tonos blanco y negro, que es 2 centímetros más alto que nuestro científico.— Nunca eres de salir de tu cueva, ¿ahora por qué tanto interés en tu creación?

Shockwave fijó su mirada fría e impasible en Steelhawk, sin dejarse afectar por su tono burlón y sus palabras llenas de hipocresía. Su voz resonó con autoridad y un toque amenazante mientras respondía al desafío.

Steelhawk, tus intentos de ridiculizarme solo demuestran tu propia inseguridad —Comenzó Shockwave, su tono de voz lleno de dominio y confianza.

Al Decepticon aquello lo hicieron dejar de sonreír cuando este tocó ese tema. —No te proyectes conmigo, ya quisieras ser como yo, maldito tuerto

Un destello inquietante brilló en su único ojo óptico mientras continuaba.— No subestimes el poder de mi conocimiento y habilidades, Steelhawk. Mientras te regocijas en tu propio ego, yo forjo las armas que garantizarán nuestra victoria final. Tu envidia solo revela tu propia incapacidad para igualar mi genio y lo sabes.—

— ¡Tsk! Ahora que chatarras traes conmigo!?, ahora solo por crear un pajarraco ya te crees la gran cosa, no me des lástima.

El mech morado avanzó hacia Steelhawk, su postura erguida y dominante, desafiándolo sin temor.— Mi interés en mis creaciones es inherente a mi papel como único científico de los Decepticons.

Cada avance que realizo, cada máquina que diseño, fortalece nuestra causa y nos acerca a la dominación total, algo que debes de saber. —Shockwave se acercó aún más, su presencia imponente llenando el espacio entre ellos.

Lo que hizo que Steelhawk retroceda intimidado por él y sus palabras, sus ópticos amarillos no se despegaban de este.

Recuerda esto, Steelhawk, la arrogancia solo conduce a la caída. Cada burla que lanzas es un recordatorio de tu propia debilidad frente a mi ingenio y determinación. Si te atreves a cruzar la línea, te aseguro que conocerás el verdadero significado del terror.

El eco de sus palabras resonó en el aire, dejando en claro que cualquier intento de desafiar o menospreciar a Shockwave tendría consecuencias devastadoras. Sin darle importancia a las provocaciones

El mensaje estaba claro.

Shockwave no toleraría la burla ni la hipocresía, y aquellos que se atrevieran a desafiarlo se encontrarían con un enemigo implacable, capaz de aplastarlos con su intelecto y poderío tecnológico.

Ambos se habían encontrado en los pasillos de la Nemesis, la mala suerte de Shockwave fue encontrarse al recién llegado decepticon.

Has cambiado tanto desde que te dieron por muerto en Cybertron, te recuerdo que somos compañeros, no enemigos. —Steelhawk ríe amargamente, los comentario que hizo el científico habían herido a Steelhawk.

Opino lo mismo que tú, antes ocultabas mejor tus debilidades.

El mech de blanco y negro solamente quedó callado y segundos después forzó una sonrisa.

Se daba cuenta que Shockwave estaba interesándose en el predacon, decidió atacarlo de alguna manera.

Solo acuérdate no atesorar a la bestia. A fin de cuentas, solo será carne de cañón para autobots. —Se acercó tocando el hombro de Shockwave mientras forzaba aún más su sonrisa.

Yo que tú, no debería cantar victoria solo porque un clon que puedes replicar una y otra vez...Será la salvación de nuestra causa, teniente. —Él se alejó, dejando a Shockwave con la sensación de haberse enfrentado con una realidad que no había visto tanto significado.

Shockwave quedó estático de tal manera que sus antenas se movían ligeramente de las ansias que sentía ahora mismo. Era tan cierto aquello, la bestia tarde o temprano iba a morir.

De ninguna manera arriesgaria la lógica por el cariño a un ser vivo que a fin de cuentas moriría en el proceso de una guerra sin acabar.

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Shockwave se encontraba junto al cazador de Autobots, preparado para emprender la expedición. A su lado, el cazador permanecía tranquilo por el momento, sin mostrar signos de desobediencia. El científico morado sabía que la nave no era el lugar adecuado para llevar a cabo los entrenamientos con su bestia, ya que requerían un espacio abierto y extenso.

Con determinación, Shockwave comenzó a discutir con su líder, Megatron, y con Soundwave sobre el lugar más apropiado para llevar a cabo dichos entrenamientos. Consideraron diversas coordenadas a su alcance, sin embargo, el portal que tenían a su disposición aún no convencía por completo a Megatron.

Shockwave sopesaba cada opción con su mente analítica y estratégica. Era consciente de la importancia de elegir el lugar adecuado, uno que maximizara el potencial de su creación y minimizara los riesgos para el equipo.

No se conformaba con una solución mediocre, sino que buscaba la perfección en cada aspecto de su plan.

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〔Después de todo, no fue mala idea desquitarme del seeker...〕Después de su encuentro con el Seeker, el predacon observaba atentamente a su maestro mientras hablaba con el tirano Decepticon.

Apenas habían pasado unos instantes y ya sentía impaciencia, extendiendo sus alas de forma inquieta. Estaba aburrido en ese lugar.

Y algo positivo había surgido de todo esto: había descubierto algo sobre su origen. Aunque seguía siendo un misterio, al menos sabía que podía esperar menos del oscuro pasado que acompañaba al científico. Aun así, no podía quitarse de la cabeza la información confidencial de Shockwave.

Al principio, el predacon no sentía mucha curiosidad por su creador, pero aquel descubrimiento lo había llevado a pensar en cómo Shockwave había terminado convertido en lo que era.

En su eterna soledad, sentía cierta lástima por su amo, pero también había muchas incógnitas que necesitaban ser resueltas. Dudaba si realmente podía confiar en él o no. Temía que su chispa volviera a ser golpeada, esta vez no con varillas, sino con algo mucho peor.

El predacon no podía discernir con certeza si el cíclope morado sería estricto con él. No dejaba de atormentarse con esa creciente inquietud que lo arrastraba hacia un lugar oscuro y sin fondo.

Estaba tan sumido en sus pensamientos que pronto dejó de prestar atención a las voces a su alrededor. Los días y las semanas pasaban, y a pesar de tener información sobre su origen, seguía dudando de su propia existencia y si estaba haciendo lo correcto.

Los Autobots lo miraban con odio y temor debido a la muerte de uno de sus compañeros. Por más que intentara comprender la guerra entre ambos bandos, surgían más preguntas que respuestas claras. Ahora se preguntaba si algún día podría mostrar sus habilidades de transformación.

La indecisión lo llevaba a cuestionarse si debía mantener su secreto guardado o revelarlo al mundo.

¿Qué pensarían los demás?, ¿Qué pensaría el Decepticon de plata? Aún creía que él no tenía razón ni pensamiento, que solo era una bestia, tal como lo afirmaba.

Una bestia sin capacidad de razonar. Y quizás su creador pensara lo mismo.

— Bestia responde, ya es hora.

Una mano se acercó a devolverlo a la realidad, su tacto era frío y comprensivo a la vez, acariciando su yelmo. Lo hicieron parpadear dos veces después de cruzar su mirada salvaje con la pesada mirada del científico.

La demora ha finalizado para ti...Estamos listos para salir, portate bien y recibirás más energon. — Shockwave lo seguía tocando hasta lograr escuchar los suaves ronroneos del predacon manifestarse y acercarse más a él.

Acto que le incomoda un poco a Shockwave.— Es suficiente...

Ordenó a la alarma silenciosa abrir un portal de forma instantánea en un lugar que no presente intervención humana por completo. Esta vez no iría solo hacia un rincón interesante del planeta tierra.

El predacon iba a su lado, sentía la seguridad suficiente cuando el portal estaba listo ante ellos. Shockwave avanzó hacia el vórtice confiado y volteó hacia atrás para encontrarse con la mirada de la bestia.

Dando entender con solo su óptico que no debía temer de nada. Este último avanza en dirección al científico, adentrándose cada vez más junto a él.

Ya estaban lejos de la Nemesis y no había marcha atrás para retroceder, seguían caminando hacia un lugar que desconocía.
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[Black Forest, Alemania]

La mañana fría en ese lugar se cernía sobre el bosque, envolviendo todo en una bruma gélida que susurraba entre los árboles.

El sol tímido luchaba por abrirse paso a través de las densas nubes grises, arrojando una luz pálida y difusa sobre el paisaje nevado. El aire, impregnado de un aroma fresco y crujiente, se entrelazaba con el silencio que reinaba en el lugar, creando una atmósfera mágica y serena.

Los árboles se erguían majestuosos a ambos lados. Sus ramas, cubiertas de la humedad, brillando con cada destello de luz que se filtraba a través de las nubes. El crujir suave de las gotas resonaba en el silencio, rompiendo la quietud como si susurrase secretos antiguos.

El frío penetraba, haciendo estremecer, pero también llenaba de una sensación de vitalidad y conexión con la naturaleza. Cada inhalación era fresca y revitalizante.

A medida que avanzabas más adentrándote en el bosque, los árboles se volvían más densos y la nieve se acumulaba en las ramas. Pequeños copos caían de vez en cuando, llevados por una brisa ligera que susurraba melodías suaves.

Las ramas desnudas de los árboles se entrelazaban en un encaje intrincado contra el cielo gris, creando una red de sombras y luces que bailaban en el suelo cubierto de plantas.

El silencio del bosque fue abruptamente interrumpido por la aparición de un misterioso portal que se abría lentamente, revelando la llegada de Shockwave acompañado de su creación.

El científico observó su entorno con cierta sorpresa, impresionado por la belleza y la diversidad de vida que caracterizaba a esta parte del planeta orgánico, a pesar de su desprecio por la vida orgánica.

Es un lugar adecuado para entrenar, ¿no crees? —Comentó Shockwave, reflexionando sobre la otra faceta pura de aquel mundo. Aunque su desprecio perduraba, debía admitir que el lugar era cautivador debido a la variedad de vida que coexistía allí.

Hmm, veamos dónde podemos llevar a cabo tu entrenamiento.

Y mientras caminaba por el sendero, sentía que se dentraba en un mundo aparte, donde la serenidad y la majestuosidad del bosque frío lo envolvían por completo.

El Predacon se sumergió en un silencio sagrado mientras contemplaba aquel lugar magnífico, cada inhalación llenándolo de la frescura y la tranquilidad que emanaban del bosque.

Era un lugar mágico, un santuario de la naturaleza en su forma más cruda y hermosa.

Hay mucha vida aquí...¿Por qué este olor me resulta tan familiar?〕

Le resultaba familiar, aunque no podía comprender la razón ni el motivo. Simplemente percibía una vibración que indicaba que quizás había estado allí antes.

Cada paso que daba su creador parecía ser recibido por el bosque, como si los árboles les dieran la bienvenida mientras avanzaban entre ejemplares de dimensiones impresionantes.

Continuaron adentrándose hasta llegar al centro de aquel lugar, donde se encontraba un amplio espacio entre los árboles.

Shockwave consideró que era un lugar excelente y decidió detenerse allí.

La bestia miraba a su alrededor, maravillada por el paisaje que se desplegaba ante sus ojos. El encanto de aquel entorno era irresistible.

Shockwave observó detenidamente el amplio espacio que se abría entre los árboles en el centro del bosque.

Era un lugar perfecto para llevar a cabo el entrenamiento del Predacon. La vegetación densa y frondosa proporcionaba un ambiente desafiante y, al mismo tiempo, permitía que la belleza natural del lugar se manifestara plenamente.

Se encontraba buscando un lugar adecuado para instalar su equipo de entrenamiento. Mientras inspeccionaba el terreno, se dio cuenta de que había perdido de vista al imponente cazador de Autobots.

Preocupado por su creación, se adentró en el espeso follaje del bosque en busca de su creación.

A medida que avanzaba entre los árboles, Shockwave comenzó a escuchar un estruendo atronador. Siguiendo el sonido, llegó a un claro donde descubrió a este derribando árboles con sus potentes garras y embistiendo contra ellos con furia.

Sin embargo, el científico Decepticon sabía que ese no era el enfoque adecuado para el entrenamiento que tenía en mente.

Shockwave se acercó a él, su voz resonando con autoridad a pesar de su tono monótono.— Bestia, detente. —Ordenó. El Predacon se detuvo en seco, mirando a su creador con ojos brillantes llenos de energía y sorpresivo.

El científico Decepticon se acercó y explicó con calma.
Entiendo tu impulso de demostrar tu poder y fuerza, pero el entrenamiento requiere más que simplemente derribar árboles. Necesitamos enfocar tu energía y habilidades de manera estratégica.

El espécimen inclinó la cabeza, procesando las palabras de Shockwave. Aunque su naturaleza instintiva lo llevaba a la acción desenfrenada, reconocía la sabiduría de su creador y estaba dispuesto a aprender de él.

Shockwave señaló el área clara en el bosque.— En el centro estableceremos nuestro campo de entrenamiento. Te enseñaré técnicas de combate, estrategias y cómo aprovechar al máximo tus habilidades.

La bestia asintió con determinación, aceptando la guía de Shockwave. Tuvieron que volver a preparar el área, colocando los equipos de entrenamiento y estableciendo las reglas y objetivos.

El tanque se aseguró de que cada ejercicio estuviera diseñado para aprovechar las habilidades únicas de Predaking y ayudarlo a perfeccionar su destreza en combate.

El científico Decepticon se acercó al primer árbol cercano y examinó su robusto tronco.

Con un movimiento de su mano, activó una pequeña proyección holográfica que mostraba una serie de obstáculos y desafíos diseñados para poner a prueba las habilidades del Predacon, tecnología que llevaba consigo mismo sin la necesidad de conformarse con lo que hubiera en la nemesis.

Bestia, es hora de comenzar tu entrenamiento. —Declaró Shockwave en su típico tono monótono. La bestia prestó atención a las palabras de su creador, sus ópticos brillando con una mezcla de anticipación y determinación. Procedió a explicar los objetivos del entrenamiento, señalando los diversos obstáculos y desafíos holográficos que debería superar.

Desde saltar entre plataformas inestables hasta evadir rayos láser simulados, cada prueba estaba diseñada para poner a prueba la agilidad, la resistencia y los reflejos del Predacon.

Muéstrame lo que has aprendido hasta ahora con Starscream. —Sin más preámbulos, Shockwave dio la señal para que comenzara el entrenamiento.

El Predacon se lanzó hacia el primer obstáculo, moviéndose con gracia y ferocidad mientras sorteaba los desafíos que se le presentaban. Saltaba con precisión, esquivaba los disparos de mechs y desplegaba sus garras y dientes afilados para superar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino.

El bosque resonaba con el sonido del metal de sus movimientos rápidos y poderosos del Predacon, mientras el científico observaba con atención cada movimiento y evaluaba su rendimiento.

A medida que avanzaba el entrenamiento, el predacon mostraba un progreso notable, adaptándose rápidamente a las demandas del entorno y superando cada prueba con determinación y destreza.

El sol se filtraba a través del dosel de árboles, creando rayos de luz que bailaban entre las hojas.

El sonido de las hojas crujientes y los susurros del viento acompañaban el entrenamiento, creando una sinfonía natural en medio de la intensidad del ejercicio.

Con cada desafío superado, el Predacon se volvía más confiado y su conexión con su creador se fortalecía.

Aunque Shockwave mantenía su expresión impasible, en lo más profundo de su ser, sentía una satisfacción silenciosa al ver el potencial de su creación desplegarse en aquel entorno majestuoso.

Tu destreza es lógica. —El científico militar dijo ligeramente con orgullo, aquello fue escuchado por el predacon quien disfrutaba de esta nueva dinámica.

El entrenamiento continuó durante horas, hasta que el sol comenzó a descender en el horizonte, pintando el cielo con tonos dorados y anaranjados.

Shockwave se encontraba inmerso en el entrenamiento del Predacon, estudiando cada uno de sus movimientos con una atención meticulosa.

Cada salto, cada zarpazo y cada embestida eran minuciosamente evaluados por el científico Decepticon. Quería asegurarse de que su creación estuviera alcanzando su máximo potencial.

Llegó el momento culminante del agotador entrenamiento. El Predacon desplegó sus enormes alas naranjas, llenando el aire con una majestuosidad imponente.

El viento soplaba a su alrededor, moviendo ligeramente lo que componía de metal a la bestia y resaltando su presencia dominante. Con un poderoso latido de sus alas, se elevó hacia el cielo, liberando un rugido que resonó a través del bosque.

Shockwave observó maravillado el espectáculo frente a sus ojos. Era un recordatorio tangible del potencial de su creación, una prueba de la fuerza y el poder que había logrado infundir en ella.

Serás un gran cazador, no cabe duda. —Aunque su expresión facial permaneció imperturbable, en su interior Shockwave experimentó una satisfacción indescriptible. Ver al Predacon en pleno vuelo, exhibiendo su dominio sobre el cielo, era una confirmación de que su trabajo y su dedicación estaban dando frutos.

El científico Decepticon anotó en su D-Pad sus observaciones y registró en su memoria cada detalle del desempeño del Predacon.

Con la imagen de aquel majestuoso vuelo grabada en su mente, Shockwave se preparó para el siguiente paso en el entrenamiento del Predacon.

Sin embargo, a medida que avanzaba la tarde, las nubes comenzaron a acumularse rápidamente, oscureciendo el cielo y presagiando la llegada de una tormenta inminente.

La tormenta nos obliga a detener el entrenamiento por hoy. —Declaró Shockwave en su tono monótono, asegurándose de que su voz se escuchara por encima del estruendo de la lluvia.— Aprovecharemos este tiempo para descansar y reevaluar tu progreso hasta ahora.

El científico se acercó a su creación cuando estaba en tierra firme, su mirada penetrante evaluando su desempeño.

Has mostrado progreso. —Dijo en su tono monótono habitual.— Pero aún hay mucho por mejorar. Continuaremos con tu entrenamiento en futuras sesiones.

El Predacon asintió contento, su mirada fija en su creador. A pesar del agotamiento, ardía en su chispa una determinación renovada.

Sabía que aún tenía mucho por aprender y desarrollar, pero estaba listo para enfrentar cualquier desafío que se le presentara.

El bosque se sumió nuevamente en un silencio sagrado, mientras el dúo maestro–creación se retiraba del lugar, dejando atrás un rastro de energía y la promesa de un futuro en el que el Predacon se convertiría en una fuerza temible bajo la guía de Shockwave.

Bien, hay que buscar un buen lugar para refugiarnos, la señal con la Nemesis se ve interrumpido por el cambio climático. —Ambos se adentraron en el bosque en busca de un refugio adecuado.

Los truenos resonaban a lo lejos, acompañados por los primeros chubascos de lluvia que comenzaron a caer. Mientras avanzaban, el viento se intensificó, agitando las ramas de los árboles y creando un ambiente cada vez más hostil.

Por lo que el predacon estaba más vivo que nunca cuidando de su creador.

Hmmm... Si mi visión óptica no me falla, al fondo hay lo que parece ser, una cueva. —Al avanzar una vez más ncontraron una cueva oculta entre la maleza densa. —Es grande, hay que quitar lo que obstruye la cueva.

Era una apertura en la roca que parecía ofrecer la protección necesaria contra la tormenta.

Shockwave y el Predacon se refugiaron en su interior, sintiendo alivio al estar a salvo de la furia de la naturaleza.

Ya una vez adentro de la cueva, el científico se sentía extrañamente cómodo junto al Predacon.

A lo largo de la tarde, había notado un vínculo especial que se estaba formando entre ellos.

Quédate aquí, voy a tratar de buscar señal... —El científico intentó levantarse pero una autoridad le impidió avanzar y fue que escuchaba los gruñidos profundos del predacon a pesar de lo fuerte que era la lluvia.

Supongo que no quieres estar solo. —Su naturaleza racional le decía que debía buscar señal en medio de la tormenta.— Bien, nos quedaremos aquí temporalmente. —El Predacon emitió una sensación de seguridad y protección que lo tentó a quedarse.

Por suerte traía un maletín con energon que había prometido darle a este y con su único servo lo abre relevando el energon.

Hiciste mucho por hoy, aquí tienes lo prometido. —Acto que la bestia acercó su yelmo cerca de la hombrera de este para agarrar el energon que este le daba.

Finalmente, Shockwave tomó una decisión inusual.

Shockwave tenía en mente que no se movería de su lugar, pero con una confianza sorprendente, sintió como era envuelto por la cola de la bestia, usando su gran tamaño como refugio contra el frío. — ¿Qué haces?...Ah, no importa. —Shockwave no estaba con razones de discutir y tímidamente se recostó sobre él apoyando su cabeza en suavidad y poco a poco su óptica se apagaba.

El Predacon, sintiendo la confianza y la cercanía de su creador, observó a Shockwave con curiosidad mientras consumía energon.

A medida que la lluvia caía a su alrededor, algo dentro de él ansiaba cambiar de forma al tener a Shockwave tan dormido.

Lentamente dejó a Shockwave de un lado para caminar en sus cuatro pedales hacia la salida.

Finalmente ahí mismo, se transformó por primera vez, revelando un mech corpulento, de aspecto imponente, con detalles que terminaban en púas al igual que su corona, abría lentamente su mirada feroz en medio de la lluvia.

...

El predacon miraba sus servos húmedos con asombro, era incluso más alto que un decepticon. Las gotas de lluvia se deslizaban por toda su armadura y detalles naranjas.

Nunca...Llegué a imaginar que este día llegaría —Habló asi mismo feliz viendo curiosamente la morfología que presentaba.

La noche avanzaba silenciosamente, y Shockwave, ajeno a lo que había sucedido mientras descansaba, despertaba soñoliento. Su óptico escarlata encontró con la figura de alguien más enfrente de la cueva.

Aunque no podía percibir entre la realidad, su sueño era tanto que volvió a su recarga.

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El predacon volvió a entrar a la cueva, observando a Shockwave mientras dormía profundamente. Se acomodaba cerca de este, sus alas buscaban el acomodo adecuado.

Sentimientos desconocidos lo invadieron. Se sentía atraído hacia su creador de una manera que no podía comprender completamente.

¿Qué me has hecho creador?, me siento extraño al verte... —El predacon mantuvo su voz muy bajo y con extremo cuidado, extendió su mano mecánica y la posó suavemente en el hombro de Shockwave, deseando establecer un contacto íntimo.

Eres como un pecado...Prohibido por la naturaleza.

Shockwave, sumido en un sueño profundo y ajeno a la transformación del Predacon, se removió ligeramente bajo el toque ligero y al mismo tiempo sus antenas de su yelmo.

Acción que el mech consideró ciertamente adorable.

Sin embargo, él siguió durmiendo, inconsciente de la conexión que se estaba forjando entre ellos.

Aún prevalece un poco de tu bondad..Como solías serlo.

La tormenta rugía en el exterior, pero dentro de la cueva, un ambiente cargado de electricidad y emociones vibraba en el aire.

El Predacon se mantuvo en su forma mecha, observando y protegiendo a su creador mientras sus sentimientos se intensificaban y su lealtad hacia Shockwave se reafirmaba.

Con el tiempo, la lluvia comenzó a disminuir y la tormenta se desvaneció, dejando paso a un cielo estrellado.

El Predacon, sintiéndose satisfecho y confiado, volvió a su forma de bestia y se acurrucó junto a Shockwave, protegiéndolo mientras dormía.

Shockwave al despertar de su recarga miró al Predacon con sorpresa y admiración.

Que extraño sueño tuve... —Murmuraba el científico recordando aquella misteriosa silueta, no podía llegar a conclusiones absurdas en ese momento, por lo que descartó las posibilidades y consideró que era parte de sus sueños.

Aunque no tuviera un rostro en lo más profundo de su ser, nunca había sentido una conexión especial con esta criatura que había creado. Comprendió que el lazo entre ellos iba a ser fuerte de lo que había imaginado.

Sin decir una palabra, Shockwave tomó la iniciativa de levantarse primero, apoyandose a través de su cañón.

Hay que irnos de aquí...Seguramente habrá señal como nunca.

La bestia despertó de su recarga y al ver a Shockwave despierto y listo, se puso de pie.

Tuvieron que abandonar la cueva, dejando atrás el refugio temporal y enfrentando un nuevo día lleno de desafíos y descubrimientos.

Durante el camino, el ingeniero no cruzó una mirada con este.

El Predacon, ahora consciente de su capacidad de transformación y con un vínculo más profundo con su creador, estaba listo para seguir los pasos de Shockwave y demostrar su valía como una fuerza formidable en el bando Decepticon.

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