Cambios

La puerta sonó indicando que alguien más se encontraba detrás, con la cara sumamente roja Shu se levantó del suelo y corrió para atender a su <<invitado>>, Valt por su lado se quedó sentado en el suelo con sus mejillas rosas… Vaya que todo había ocurrido demasiado rápido, pero aquel beso que soñaron nunca ocurrió.

—hola Shu-san lamento la molestia, pero olvido su celular en la oficina. Desde un buen rato una mujer está llamando y preguntando por usted, así que mejor se lo traje—dijo Fubuki entregándole su móvil—con permiso, pase una linda noche.

—G-gracias Fubuki, te veo mañana—respondió Shu nervioso, debido a la insistencia de su madre había olvidado todo por completo.

—y-yo iré por Bell-chan.—dijo Valt viendo hacia el suelo, jamás había sentido una vergüenza tan grande como ahora.

Luego de varios minutos arreglando no sólo la mesa sino que también a ellos mismos, la puerta volvió a ser tocada Shu (utilizando una camisa rosa de mangas largas, chaleco negro, pantalón negro y botas blancas con una línea negra) abrió… Encontrándose ahí nada más ni nada menos que a su <<querida>> madre.

—bienvenida, pasa.

—hola cariño—comentó con voz algo egocéntrica—¿dónde está? ¿En dónde está esa niñera tuya?.

—es Valt y por favor no le digas así, él solo es mi amigo—respondió Shu alzando una ceja.

—pues no dejaré a mi nieto con cualquier desconocido solamente porque tú no sabes elegir mejor a tus empleados—mencionó de mala gana.

—buenas noches señora Kurenai—habló una voz suave a sus espaldas, esté era Valt quien llevaba puesto una camisa a cuadros negros con azul, jeans azules, zapatos negros y su cabello ordenado gracias a la diadema que siempre usa. En sus brazos traía a Bell quien estaba más que feliz estando con él… Sin embargo Shoko le arrebató al niño quien hacia pucheros para regresar con el peli azul.

—así que tú eres el famoso Valt, pues digamos que, no eres tan desagradable como yo pensé—soltó sin más la mujer—mientras tanto quiero saber más de ti, como ya le he dicho a mi hijo, no cualquiera se quedará a cuidar de mi adorado nieto.

—pues Bell-chan no se ve a gusto con ella—pensó Aoi.

—Valt, madre ¿por qué no van a la sala un rato?, yo mientras tanto serviré la cena—dijo Shu sintiendo como el aire se estaba poniendo tenso. Ambos así lo hicieron, justo cuando tomaron asiento fue Shoko la primera que comenzó con su interrogatorio.

—¿cuál es tu nombre completo?.

—Valt Aoi—respondió intentando no sonar nervioso.

—¿a qué te dedicabas antes?.

—era estudiante, estaba en mi último año de preparatoria. Pero debido a un viaje a España lo deje incompleto—comentó ya más calmado.

—ya veo, entiendo eso. A veces los viajes de negocios son tan de improviso que debemos dejar nuestra vida de lado—mencionó Shoko entregándole al bebé ya que este, no dejaba de patalear. Y mágicamente con Valt dejó de hacerlo—dime algo más, ¿tienes novia?.

—b-bueno sobre eso, tenía una pero—dice Aoi con un leve rubor en su rostro más un deje de tristeza—digamos que ella, decidió terminar conmigo y hasta el día de hoy no sé porque pensó en eso.

—veo que aprendiste por las malas que el amor verdadero no existe—dijo Shoko con algo de burla—dime una cosa, ¿a qué se dedican tus padres?.

—Bueno pues, ellos son…

—¡la cena esta servida!, todos pasen—intervino Shu para acercarse con ellos, rápidamente le preguntó a Valt en voz baja—¿qué te dijo? ¿Te hizo sentir mal?.

—descuide, nada vergonzoso, simplemente cosas básicas para sacar conversación—respondió Valt en el mismo tono.

Kurenai colocó a su hijo en su silla especial, mientras que abría el asiento que le correspondía a su madre. De ahí Aoi hizo lo mismo, aunque no quería decirlo aquello era más incómodo de lo que pensó.

—disculpe señora Kurenai pero, ¿dónde está su hija?, ella también pudo haber venido—dudó Valt.

—a ella—sopló de mala gana la mujer—dijo que tenía una <<reunión con sus amigas>>, así que no tuve otra opción que dejarla ir. En verdad prefiero eso a que este aquí haciendo su berrinche—comentó tomando un sorbo de agua.

—para cenar hice spaghetti rosa—dijo Shu entregándole un plato a cada uno— y para ti corazón, un delicioso puré de papa con tomate fresco—mencionó entregándole un pequeño plato en forma de gatito, Bell súper feliz comenzó a aplaudir haciendo sonreír a Valt.

—Bell-chan es tan lindo—dijo sin pensar, para luego cubrirse la boca con ambas manos.

—veo que te agrada mucho mi nieto—mencionó Shoko sonriendo—¿por casualidad no te gusta también mi hijo?—preguntó con burla para después comenzar a reír.

Los rostros de ambos ardían de la pena, vaya que ese comentario había sido muy inapropiado, así que dejando de hablar procedieron a comer. Aunque en algunas ocasiones Valt tuvo que ayudar a Bell, sus brazos aún no eran lo suficientemente fuertes como para sostener su cubierto.

Justo cuando terminaron Shoko volvió a insistir en saber, a que se dedican los padres del peli azul. Así que éste viéndose entre la espada y la pared, decidió hablar.

—verá, mi padre es piloto aviador, y mi madre es panadera—confesó haciendo la vista a un lado, ya que un pequeño rubor se había formado en sus mejillas, Shu por su lado sintió un <flechazo> en su pecho cuando escucho eso.

—¿es una broma cierto?—dudó Shoko con una sonrisa forzada—jajajaja vaya que eres gracioso—dijo levantándose de su silla—dime de donde son, no estoy para bromas.

—pero todo lo que dije es cierto—aclaró nervioso—no tengo porque mentirle.

—¡¿Qué?!—refutó molesta soltando un golpe a la mesa, haciendo que por el susto Bell comenzara a llorar—¡ósea que eres un don nadie! ¡Ni hablar! ¡Tú no eres digno de cuidar a mi nieto!—gritó para agarrarlo de la muñeca y jalarlo hasta la puerta.

—¡basta! ¡Me lastima!.

—¡¡Madre suéltalo!!—gritó Shu con Bell en brazos.

—¡no quiero volver a verte por aquí! ¡Lárgate!—dijo molesta abriendo la puerta.

—¡no!—dijo Valt alzando la voz—yo me quedaré, Shu-sama y Bell-chan me necesitan. Y aunque sea una orden suya, no voy a seguirla—dijo ahora un poco más calmado. Shoko estaba atónita y Shu además de sorprendido estaba feliz, era la primera vez que alguien se enfrentaba a su madre así.

—¿con que si eh?—dijo Shoko dirigiéndose a la sala para recoger su bolso—escucha bien esto infeliz—le da una fuerte bofetada—que esta sea la última vez que te vea, porque de lo contrario prepárate para lo peor—dicho eso se retiró dando un fuerte golpe.

—ay no Valt—dijo Shu acercándose a él—lamento mucho esto, no se porque mi madre se comportó así.—Bell estiraba sus manitas en un intento por querer abrazarlo, cosa la cual Aoi hizo dejando salir sus lágrimas.

—e-es la primera vez que, alguien m-me trata así, s-solo por no tener dinero—sollozo abrazando el pequeño cuerpo del bebé.

—eso a mi no me interesa, yo te aprecio por quien eres Valt—susurró Kurenai colocando una mano en su hombro.

—G-gracias Shu-sama—respondió Aoi levantando la vista dejando expuesto sus ojos café, los cuales brillaban debido a sus lágrimas. Shu a manera de respuesta le dedicó una pequeña sonrisa, vaya que ahora tenía un nuevo objetivo que cumplir… Valt sin duda era un gran secreto.
.
.
.
.

Después de esa horrible confrontación, la madre de Shu no volvió a ser vista por ahí. Valt continuo desarrollando su trabajo como niñero de Bell, quien por cierto estaba aprendiendo a dar sus primeros pasos. Shu iba a su trabajo tranquilo ya que su hijo estaba en las mejores manos.

Sin embargo ese día las cosas cambiaron para él, ya que recibió una invitación para asistir a un cóctel organizado por uno de sus inversionistas, re sopló un tanto cansado. Solía ir a esas fiestas acompañado de Nadia pero al ya no estar ella, sería sumamente incómodo además de aburrido.

—¡ya sé que hacer!—se dijo a si mismo tomando su celular para llamar a cierta persona que en ese preciso instante estaba acabando de colocarle su pijama a Bell.

—¿hola?, ah Shu-sama que gusto me da oírlo. ¿A qué se debe su llamado?.

—¿estas libre mañana en la noche?.

—pues, supongo. ¿Por qué la pregunta?.

—harán un cóctel pero, no quiero ir solo. Esos eventos suelen aburrirme más de lo que imagino, así que pensé que sería buena idea si vamos los tres juntos—propuso con una leve sonrisa.

—no lo sé, yo no nunca he ido a esa clase de eventos. Probablemente ni siquiera encaje con ellos, no sé de lo que hay que hablar o lo que hay que hacer—dijo nervioso tomando entre sus dedos unos cubos de madera que Bell solía utilizar.

—no te preocupes por eso, en todo momento estaremos juntos. Te lo prometo de ese modo no tendrás ningún problema—intentó Shu de convencerlo.

—esta bien, si usted insiste.

—así me gusta.

—pero solamente tengo un problema, no tengo ropa para ese evento—confesó con pena.

—¡eso no es nada!, hoy saliendo del trabajo podemos ir a comprarla—dijo emocionado—ten todo listo, hoy tenemos mucho que hacer—dicho esto colgó, su corazón latía feliz. Ya que después de mucho tiempo volvería a ser como solía ser antes de la partida de Nadia.

Pasadas unas horas Shu llegó, por suerte logró salir temprano. Al ingresar a su apartamento se sorprendió de no escuchar ningún ruido, todo estaba en orden pero en completo silencio. Con pasos lentos comenzó a llamar a Bell, pero nada, llamó a Valt… Y nada.

—no puede ser—susurró asustado, pero de repente escucho unas risas provenientes del baño. Sin el menor cuidado abrió la puerta encontrándose con Bell y Valt dentro de la bañera cubiertos de burbujas, y como era de esperarse ambos estaban desnudos jugando con unos patitos de hule.

—¡¡Aaahh!!—gritaron ambos adultos a lo que Bell únicamente comenzó a reírse. Shu asustado salió mientras cerraba la puerta a sus espaldas, su respiración estaba agitada mientras un pronunciado sonrojo se formaba en sus mejillas… Vaya que eso lo había tomado por sorpresa.

Aproximadamente diez minutos después los otros dos salieron del baño, directamente hacia la habitación del peli azul. Cuando aparecieron ambos ya listos para salir, Shu se había puesto ropa más cómoda y con eso listo, los tres salieron del apartamento hacia la tienda mayormente recurrida por el albino… VIP ELEGANCE.

—Bienvenidos caballeros, mi nombre es Blind, y será un honor poder atenderlos esta noche—hablo el peli púrpura de curioso sombrero grande.

—gracias, quiero algo sofisticado para él—dijo Shu señalando al Aoi quien se sentía un tanto desubicado por estar ahí.

—¡tengo algo perfecto para él! ¡Síganme!—dijo Blind sonriendo tomando la mano del peli azul quien, no tuvo más opción que seguirlo. Kurenai sonreía mientras tomaba asiento en uno de los elegantes sofás de cuero acompañado de su pequeño hijo.
.
.
.

—¡Tara! ¡Esta listo!—indicó Blind llegando con el oji rojo quien se ruborizo con fuerza en cuanto vio, ya que Aoi poseía un elegante smoking azul, camisa blanca por dentro, corbata amarilla y como cereza del pastel, Valt llevaba su cabello azul suelto, siendo recogido un pequeño mechón con un curioso broche rojo.—¿acaso no se ve de otro mundo? ¡Es una obra maestra!.

—ammm pues, yo supongo que si—mencionó Valt avergonzado.

—a mi me gusta, me lo llevó—dijo Shu sonriendo.

—excelente, son 9,000 dólares—dijo Blind sonriendo con tranquilidad.

—¡¿Qué?! ¡¿Pero qué rompí?!—exclamó Valt sorprendido.

—no te preocupes por eso, yo pagó. Es más también quiero esos zapatos que están ahí—señalo Kurenai unos zapatos negros adecuados para el atuendo.

—genial entonces serían dos mil dólares más.

—¡Tanto por unos zapatos!—pensó Aoi con la cara pálida debido al susto.

—ok vamos a cambiarte y guardamos todo para que puedan llevárselo—mencionó Blind tomando de la mano a Valt llevándolo al vestidor.

—¿verdad que se veía hermoso mi amor?—preguntó Shu a Bell quien sonrió feliz dejando ver sus pequeños dientes.
.
.
.

A los minutos aparecieron los otros dos, aunque Valt lucia un tanto avergonzado debido a la gran cantidad de dinero que había gastado su jefe con él. Justo mientras esperaban a que la tarjeta cargará para pagar, Aoi notó que en el mostrador estaba el broche que Blind le había puesto. Así que también decidió comprarlo por su cuenta, ya bastante había hecho gastar al peli blanco.

—¿qué precio tiene esto?.

—es el broche más barato de la tienda—dijo el peli púrpura causando una pequeña sonrisa en el oji café—son cien dólares.

—¡¿Qué?!—exclamo Aoi en shock.

Shu sin querer comenzó a reír en voz baja, vaya que esos momentos que estaba pasando al lado del menor eran los mejores de su vida. Yendo de regreso a casa Valt decidió ir en el asiento de atrás con Bell, Shu conducía sin problemas hasta que en cierto punto se puso en duda ya que no había ruido.

—¿todo bien allá atrás?—preguntó viendo por el retrovisor, notando que ambos se habían quedado dormidos. Una sonrisa acompañada de una mirada llena de ternura apareció… Ahora más que nunca quería que Valt jamás se fuera de su vida.
.
.
.
.

La ansiada noche del cóctel había llegado, para esa ocasión Shu decidió alquilar una limusina, él llevo en esa ocasión un smoking rojo, corbata rosa, camisa negra opaca acompañado por un chaleco negro más oscuro, llevando zapatos del mismo color. Valt y Bell estaban jugando completamente ajenos a lo que estaba por suceder.

—hola querida, cuanto tiempo sin vernos—dijo Joshua llegando con Tetsu quien estaba acompañada por su madre.—buenas noches señora Kurenai—dijo con elegancia depositando un beso en la mano de Shoko.

—Joshua—dijo con tono aniñado dándole un beso en cada mejilla—la última vez que te vi fue en la grabación de tu última película. Lamento no haberte llamado, pero siempre me atendía Karina—mencionó colocando una mano en su pecho.

—oh chica, no sabes que difícil es mi vida—comentó colocando ambas manos en su cintura.—por cierto ¿dónde está tu hermano?, creí que vendría con ustedes.

—no debe tardar en llegar, bien deberías saber que cuidar solo de un bebé no es tarea fácil.

De repente un gran bullicio se hizo presente, diversos flash de cámaras apuntaban hacia una limusina que se acababa de estacionar. De ella bajaron Shu seguido de Valt quien llevaba en sus brazos a Bell, quien parecía asustado por la aglomeración.

La boca de Tetsu casi tocaba el suelo de la impresión, y ni que de hablar de Shoko quien dejó caer la copa de champagne que recién estaba bebiendo. Todos y toda la atención iba dirigida hacia la <<nueva pareja>>.
.
.
.

—¿ese no es tu hermano?—dudó Joshua incrédulo—¡y mira quien viene con él!, ¡parece un súper modelo!.

—ese estúpido mocoso otra vez—pensó Shoko molesta—Tetsu tienes que hacer algo al respecto, no podemos permitir que ese don nadie desprestigie el apellido Kurenai.

—descuida mamá, ya tengo un plan—respondió con malicia—¡Joshua ven conmigo tenemos trabajo que hacer!—dijo para tomarlo del brazo y llevárselo a la barra, donde estaban otros invitados.

—¿cuál es tu idea linda?.

—ese chiquillo es el niñero de Bell ¿no?, entonces si hace algo que ponga en peligro el bienestar del bebé, lo despedirán por negligencia, mi hermano lo odiara, ¡y todo volverá a ser como antes!—exclamó feliz de su plan.

—suena bien pero aún así, no me has dicho que debemos hacer nosotros.

—escucha, el plan es el siguiente…—la chica comenzó a decirle al oído lo que deberían hacer, a lo que el moreno simplemente asentía con la cabeza, pero para su mala suerte un par de personas cerca de ellos, los habían escuchado y por ende, no darían su brazo a torcer.

—¿escuchaste eso?, ¡esos sujetos están locos!—dijo un peli rosa de ojos rojos.

—lo sé estrellita, pero esto no se va a quedar así. Sígueme—le indicó Zack dirigiéndose por detrás de los otros dos.
Zenkuro Kurogane y Akira Yamabuki, eran dos cantantes los cuales tenían cierta conexión con los Kurenai desde hace un par de años. Ellos conocían a Shu quizás no mucho, pero si lo suficiente como para no permitir un acto como ese.

Mientras tanto Shu estaba en una de las mesas más grandes, ahí se encontraba el organizador de dicho evento, un hombre de altas finanzas llamado Norman Tharver, esté no podía quitar su mirada del peli azul quien por momentos abrazaba a Bell ya que ese sitio le hacía sentir un poco incómodo.

—por cierto Shu, no me has dicho de ¿Dónde sacaste a ese ángel de ahí?—mencionó con algo de picardía.

—es, bueno es un amigo que hice hace poco tiempo—mintió sonando tranquilo— y bueno, quise invitarlo para que conociera a mis colegas. Después de todo tendrá que verlos seguido—aclaró recibiendo una copa de vino blanco el cual le había sido entregado por uno de los meseros.

—pues fue una idea bastante idónea mi querido amigo—dijo levantándose de su asiento— y ahora si me disculpas, tengo una cita con el destino.

—o-oye, ¿a dónde vas?—preguntó un tanto nervioso viendo hacía donde se dirigía…

—buenas noches lindo, ¿por qué tan solo?—dijo el peli verde tomando una de las sillas para sentarse a la par del menor quien dio un pequeño salto debido a la sorpresa.

—¡ah!, h-hola, buenas noches señor—respondió un tanto nervioso por el susto.

—veo que no tienes compañía, ¿te importaría si lo hago yo?—dijo acercándose intencionalmente hacia Aoi, quien con cada movimiento se alejaba.

—l-lo siento, pero ya debo irme. Mi jefe debe estar buscándome—se excusó para levantarse y dirigirse hacia la mesa donde se encontraba Shu—hola, lamento haberlo dejado solo.

—descuida, ya solamente debo conversar sobre un contrato que tengo pendiente con los Komurasaki, después nos vamos. Veo que Bell no se siente bien—señaló al menor quien se estaba quedando dormido.

Sin embargo en medio de su conversación un <<sujeto desconocido>> apareció detrás del Aoi, y en un fuerte arrebató le quitó al niño. Para después salir corriendo, Valt sin perder el tiempo se fue tras de él, mientras que Shu fue a buscar a los de seguridad con tal de ayudar para encontrar a su hijo.

—¡Alto! ¡Regresa aquí!—se escuchó el grito de alguien más quien también estaba siguiendo a Valt. Metiéndose en el medio de una multitud el sujeto entregó el bebé a Tetsu quien, sonriendo salió corriendo hacia uno de los pasillos de ese edificio, buscando alguno que tuviera ventana.

—¡¿es usted?!—exclamó Valt notando que efectivamente la hermana mayor de Shu tenía en sus brazos a Bell, quien estaba llorando asustado.

—¿recuerdas lo que te dijo mi madre verdad?—le contestó con burla—te dijo que si no obedecías, terminarías pagando las consecuencias—abre la ventana colocando a Bell colgando de esta.

—¡no lo hagas! ¡Por favor! ¡No le hagas nada a Bell-chan!—pidió desesperado sintiendo su corazón en un hilo.

—¡eres un cáncer que quiere destruir a nuestra familia! ¡Y yo me encargaré de sacarlo para siempre! ¡Aun a costa de mi sobrino!.

—¡¡Eres un monstruo!!—gritó Zack molestó—dame al bebé ahora, o tendré que llamar a la policía. Tú elige—lo reto el rubio de cabello largo con su semblante serio.

—¿en verdad piensas que le haré caso a un bueno para nada como tú?—dijo ella ahora quitando uno a uno los dedos para que Bell comenzara a bajar.

—¡Ya basta! ¡Bell-chan!—sin pensarlo Valt se lanzó contra Tetsu quien (aun con Bell en brazos) logró hacerse a un lado. De este modo Aoi salió disparado a través de la ventana…

—¡¡No!!—gritó Zack intentando ir por él.
.
.
.

—entonces ¿qué opinas? ¿Hacemos el trato?—preguntó Joe Rurikawa conocido por su trabajo sucio al momento de realizar cualquier tipo de Investigaciones privadas

—trato hecho, quiero que des con el paradero de Valt Aoi y que lo traigas ante mi—dijo Free con su mirada puesta hacia la nada.

—perfecto, dame una semana. Y en ese tiempo te daré todo lo que quieres saber, pero eso si—lanza una moneda al aire y la atrapa—cobro la mitad por adelantado, espero que eso no sea inconveniente.

—no para nada—mencionó De la hoya entregándole un buen fajo de billetes—con tal de estar con Valt soy capaz de pagar todo el dinero del mundo.

—Ok, entonces nos vemos en una semana. Chao—se despidió el peli turquesa para salir de esa casa, por su parte Free sonreía mientras observaba una fotografía que se había tomado con Valt hace varios meses.

—no me interesa si tengo que buscar debajo de las piedras, tu serás mío Valt Aoi, solo mío—susurró para con la yema de sus dedos tocar esa fotografía que tanto le encantaba.

—¡chico! ¡¿Estas bien?!—preguntó Zack asomándose a la ventana notando que el Aoi estaba colgando de la cornisa (siendo este el tercer piso).

—¡Abran paso! ¡Alguien tiene que ayudar aquí!—grito un rubio de ojos azules quien respondía al nombre de Wakiya.

—usemos esto—le comentó otro rubio de ojos café de nombre  Rantaro, quien traía en sus manos una cuerda.

—¡¿Qué pasó aquí?!—gritó Shu acompañado de Akira.

—el niñero tuyo esta ahí abajo, y debemos ayudarlo—dijo un peli negro de ojos lila quien respondía al nombre de Daigo.

—Tiremos todos de la cuerda para salvarlo—pidió otro peli negro de ojos verdes quien respondía al nombre de Ken.

Rantaro lanzo la cuerda hacia el peli azul quien, asustado apenas si puedo sujetarla, con eso listo los otros siete comenzaron a tirar para elevar a Valt. Estuvieron así por unos segundos que para el Aoi fueron eternos, hasta que finalmente llegó por dentro del edificio. Los que estaban presentes aplaudieron la hazaña realizada por esos sujetos quienes ni se conocían, pero actuaron de forma valiente.

—muchas gracias por ayudarme—dijo Shu hacia los otros cuatro—¿estas bien? ¿Qué pasó? ¿Dónde está Bell?—Shu en cuanto lo tuvo cerca al Aoi le llovió con un montón de preguntas que no hicieron más que hacer sentir mal al contrario.

—¡Señor Kurenai!—dijo uno de los guardias de seguridad llegando a la escena—estos sujetos intentaron llevarse a su hijo, escapando por la parte trasera del estacionamiento—indicó trayendo consigo a Tetsu y otro guardia traía a Joshua.

—¿hermana? ¡¿Qué demonios pasa contigo?!—gritó molesto el albino quitándole al niño quien lo abrazo de inmediato—¡ya llegaste demasiado lejos con este capricho! ¡Si quieres fastidiarme hazlo conmigo! ¡No metas a mi hijo en esto!.

—¡Shu ya fue suficiente!—dijo Shoko llegando al lugar—deja de hacer el ridículo por algo tan insignificante.

—¡¿qué?! ¡Te parece poco lo que intentaron hacer! ¡Ya estoy cansado de todos ustedes!—explotó furioso tomando la mano de Valt—¡ustedes sigan haciendo sus payasadas y yo ya me largo de aquí!—con eso dicho se fueron los tres de camino hacia el elevador. De ahí fueron hacia la limusina donde su chofer los estaba esperando, durante el camino yendo de trayecto hacia casa todo permanecía en silencio, Valt en varias oportunidades intento hablar para romper el hielo… Pero era en vano.

—estoy cansado de esto—mencionó Kurenai con la vista baja—desde que era un niño siempre controlaban cada paso que daba, desde el compromiso con Nadia, hasta el nacimiento de mi hijo. Todo ha sido como mi madre siempre quiso.

—¿y su padre? ¿Él que dice?—dudó Valt quien llevaba acurrucado en su pecho un dormido Bell.

—él falleció cuando tenía cuatro años, supongo que desde entonces ya nada fue igual para mi madre,—comentó ahora viéndolo a la cara—se puede decir que siempre he estado solo, pero por fortuna, tuve la suerte de tener a mi hijo y—toma la mano del peli azul quien tenía un leve rubor en sus mejillas—también a ti, por lo menos una vez me sentí libre de ser yo sin tener miedo de lo que pueda pasar.

—Shu-sama—susurró Aoi sintiendo como una boba sonrisa se formaba en sus labios.

—ahora más que nunca quiero que estés conmigo, pero más que todo, que me ayudes a cuidar de mi hijo. Cuando Nadia y yo nos casamos hicieron un contrato donde se estipulaba que los hijos que nacieran de nuestro matrimonio serían herederos de todos los bienes,—suspira—cuando Nadia murió sus padres olvidaron esto por completo pero, tal parece que mi madre aún sigue insistiendo con eso. Ella solamente quiere quitarme a Bell para poder quedarse con todo el dinero que tenemos guardado.

—no se preocupe Shu-sama, yo me aseguraré de que nada malo le ocurra a Bell-chan—sonríe—así como hoy, estuve dispuesto a sacrificar mi vida por la suya. Un ser indefenso como él, no merece pasar por todo esto—recalcó con firmeza.

—señor ya llegamos—le indicó el chofer cuando se habían estacionado.

—excelente, Valt andando. Es tarde y Bell parece que no va a despertar hoy—dijo Shu abriendo la puerta para darle paso al peli azul.

—¿quiere cenar algo?—preguntó Valt.

—descuida, estoy bien así. Mejor vamos a dormir y ya mañana resolvemos esto—contestó Shu despidiéndose del chofer el cual avanzó sin más… Ahora los dos iban de camino hacia su apartamento, donde al ingresar a este Shu fue a sentarse a la sala soltando un gran suspiro, vaya que esa noche había sido muy agitada.

—bueno cambiare de ropa a Bell-chan y creo que me iré a dormir—indicó Valt—buenas noches Shu-sama, y descanse—se despidió para irse a la habitación que comparte con el bebé.

Shu dándose cuenta de que el Aoi ya no estaba cerca, aflojó su corbata y susurró cerrando sus ojos—él me recuerda tanto a ti, es una verdadera suerte que llegará a mi vida.
.
.
.
.

Continuará.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top