Sanzu 🔥

Pedido de: Fujoshi_loca_1074

Narra T/N:

Bonten. Ese nombre representaba lo que yo consideraba como hogar, el tatuaje localizado en mi muslo derecho en la zona exterior me lo recordaba.

- Miren, llegó la enana. - Mencionó un chico que seguramente mediría más de 1'80m con pelo corto y de color morado con mechas negras.

- Enana tu madre. - Contesté sacandole el dedo medio con una sonrisa cómplice pues ese hombre era mi mejor amigo.

- Veo que estás de buen humor. Espero que tu hermano esté igual. - Gritó pues yo seguia con mi caminata alejandome de él para ir a mi despacho.

- Mikey nunca esta de buen humor Ran. - Le hablé de igual manera para suspirar agotada, ese hombre era como un adolescente de 16 cuando quería.

Conforme avanzaba la gente me miraba y hacían una reverencia saludandome con un honorífico. A cualquiera le gustaría eso, pero en cambio a mi no. Esas actitudes solo hacían que me pusiera incomoda y que pensase que esa gente no me mirase por ser la hermana del jefe, si no por el complejo que se había estado apoderado de mi durante meses.

Sufría de Fatorexia.

La gente que llevaba a mi casa lo sabía, pues siempre me preguntaban el porqué de tener todos los espejos con un giro de 180º por el eje vertical. Pero habían ciertas personas que no sabían de mi trastorno por lo que me era bastante difícil explicar las razones por las que me negaba a ir a lugares dónde pudiera haber algún reflejo mío. Uno de ellos era el que consideraba mi flechazo juvenil más duradero.

- ¿¡Blancanieves has llegado!?

Y ahí está, un hombre con una linda cintura, unas marcas en la comisura de sus labios junto a su cabello rosa le hacian destacar entre todos, sin contar su actitud bromista.

- Sí, ¿que no ves? - Respondí irritada.

- No pequeña, perdón. - Contestó mirándome atentamente mientras firmaba papeles.

Su mirada me ponía nerviosa, aun me quedaban restos del enamoramiento que tuve hacía él hace 10 años. Pero sabía perfectamente a que venía asique aparte los papeles para mirarle seria y dejando la pluma estilográfica que usaba para escribir a un lado.

- No. - Negué sin que me dijera nada provocando su frustración.

- ¡Oh! ¡Venga! ¡Vamos! Ni siquiera te he dicho el que y ya te niegas. - Se quejó mientras yo volvía a retomar mi trabajo. - Aun que sea mañana por favor T/N. Solo una vez. - Negué con la cabeza provocando más enojo en él.

- Un no es un no Sanzu. Además, para que quieres que vaya si al minuto me quedaré sola. - Pregunté pues esta disputa siempre la teníamos debido a mi lógica mentalidad.

- No vas a estar sola, además puedes irte con un trabajador y disfrutar de una noche de sexo. - Habló sentandose en la silla situada al enfrente de la mesa en la que trabajaba.

- Sí, y de paso me dejáis allí. Ni de coña. - Murmuré empezando a enojarme pues se me agotaba la paciencia.

- No te vamos a abandonar Blancanieves, así que no dramatices. Además ese cabello blanco llamaria la atención que cualquier hombre. - Dijo provocando que soltara la pluma de nuestro para mirarle con cara de pocos amigos.

- Uno, no me vuelvas a llamar Blancanieves por lo que más quieras. Dos, no dramatizo, es una realidad. Y tres, fuera de mi despacho ahora mismo. Si quieres que vaya tendrás que convencerme de otra forma.

Entonces él salió con las manos en los bolsillos enojado. No sabía el porqué pero ese pelirosa no paraba de insistir en que fuera con Bonten a un prostíbulo donde hacían fiestas. Siempre me negaba pues hubo una vez que acepté a arregañadientes y habían demasidos espejos sumado a que al segundo les perdí de vista quedandome sola. Ese día terminé fumando en un callejón junto a un chico de cabello largo que dormía entre cartones y tenia unos tatuajes en las manos bastante peculiares.

- Hermana.

Salí de mis pensamientos al escuchar a Mikey llamarme. Se observa más cansado que de costumbre por lo que me levante y lo abracé.

- ¿Qué pasa? ¿Otra vez tuviste ese sueño? - Él asintió por lo que le empecé a dar mimos. - Ya te dije, es solo un sueño basado en tus recuerdos... Ellos lastimosamente ya no están. - Suspiré al decirle eso hasta que sentí sus manos en mi vientre sorprendiendome.

- Es que se siente tan real como tu problema... - Le escuché decir. - Sé perfectamente porque no quieres-

- Ni lo intentes. No iré. - Hablé interrumpiendolo sabiendo por donde iba esto. - Sabes perfectamente que no lo paso bien allí asique no.

- Solo esta vez por favor... - Rogó sin contemplar cambio alguno en mi. - Te doy una semana libre. - Y asi es como tome mi bolso recogiendo dis cosas con el objetivo de irme.

- Me dices la hora y le dices a alguno que me recoja, ¿sí?

Y sin escuchar nada más me fui del trabajo para ir a comprarme ropa. O al menos eso pensé hasta que lo vi.

- Blancanieves, veo que Mikey te ha convencido. Te pago el vestido.

- No me llames asi drogado. Y no, no me pagas el vestido por que voy yo solita a comprarlo. - Respondí pasando de él subiendome a mi coche, en el cual él estaba apoyado y fumando marihuana seguramente.

- Este es mucho mejor. Pero quiero verte con el otro.

Y sí, termino acompañandome y con su cartera en la mano. No sabía como, pero lo consiguió.

Este ya era el veinticuatroavo vestido que me probaba por lo que empezaba a impacientarme. No me gustaba el espejo de enfrente por lo que trataba de no mirarlo aunque era casi imposible.

-Demasiado infantil.

-No me gusta con tu piel.

-...

Por primera vez en las dos horas que llevábamos de tienda en tienda se quedó estático. Podía ver en sus ojos sorpresa y fascinación.

- ¿Vas a decir algo drogadicto? - Reclamé al ver que no reacionaba hasta que murmuró algo inaudible para mi y me miró.

- Nos lo llevamos. - Contestó sin apartar la mirada de donde yo estaba.

Por mi parte me empecé a cambiar para pasarle el vestido y que lo fuera pagando. No me gustaba porque podía ver el leve bulto que se formaba en mi vientre debido a que en el último mes habia comido de más provocando que engordase levemente.

Después de aquel suceso él me llevó a mi casa. Allí estuve hasta que alguien tocó mi puerta para que saliera. Estaba arreglada por lo que solo tomé mi bolso y salí cerrando con llave encontrándome al mismo sujeto que hace unas horas me había traído.

- Luces genial. - Me elogió mientras subía a su moto.

- Sí, sí, lo que digas. - Pasé de sus palabras por lo que él soltó una carcajada y me miró mientras yo lo tomaba de la cintura para asi estar listo a la hora de marchar a nuestro destino.

- ¡Revivamos los viejos tiempos! - Gritó sorprendiéndome y acelerando provocando me me agarrara más fuerte a su torso.

El camino fue corto pero nostálgico pues como había dicho, esto me recordaba a aquella juventud en donde perteneciamos a la Tokyo Manji. Entonces, cuando me di cuenta, ya habíamos estacionado la moto al lado del establecimiento en donde pasaríamos la noche.

Entramos los dos juntos y empezó el descontrol. Todo Bonten estaba en la misma mesa pero parecía que sus mentes. Todos exceptuandome tenían a alguna puta en sus piernas o al lado. Todos les contestaban sus coqueteos exceptuando al drogado que me estaba sorprendiendo la verdad. Todos drogados y bebidos menos nosotros, todos pasados menos nosotros.

- Fuera. - Ordenó Sanzu mirandome.

Supuse que sus palabras iban dirigidas hacia mi y qué me había equivocado. Al fin y al cabo... ¿El drogado sin drogarse? Imposible. Pero para mi sorpresa, cuando me fui a levantar de mi sitio observando la sonrisa de la puta de sus piernas y la mirada sería del pelorosado, él protestó.

- Tú no blancanieves. - Me tensé pudiendo observar cómo todos mis compañeros de trabajo nos miraban. - Fuera he dicho. - Esta vez miro a la que estaba en su regazo.

- ¿Que? - Preguntó ella asustada por no haber conseguido prender a su presa.

- ¡QUE FUERA HE DICHO! - Enojado la tomó del cuello y la tiró al suelo provocando que automáticamente hiciera caso a su orden con miedo.

Después de aquello se estableció un silencio bastante tenso en la mesa, tan tenso que las demás chicas se fueron por miedo.

- Ella no tenía la culpa. - Habló primero Kakucho.

- Eso, has asustado a esa linda chica. Aguafiestas. - Se quejó Ran.

- ¿Hacia falta tanto alboroto por eso? - Dijo irritado Takeomi.

- ¿Como que "Blancanieves"? - Preguntó mi hermano el cuál fue mirado por todos excepto Sanzu el cual apartó la mirada ¿sonrojado?

- Eso es verdad... - Hablaron los demás para mirar al que había dicho ese mote.

En un pestañeo de ojos estaba siendo arrastrada por ese sujeto llamativo, por el lugar en donde nos encontrábamos.

- Sanzu sueltame. - Demandé pues su agarre me hacía daño por lo que empecé a llorar. - Sueltamé por favor. - Insistí para girar mi vista a las paredes, estas eran espejos provocando que mis lágrimas salieran en mayor cantidad.

No había superado mi enamoramiento con él. No era lo suficientemente bonita para él. No edtaba flaca con esas putas con las que seguramente se ha acostado más de diez veces.

La presión que estaba sintiendo me ahogaba hasta el punto en el que cai al suelo obligando a Sanzu a frenarse sorprendido al verme.

- Estas bi- no le dejé contestar pues me levanté para darle una cachetada provocando que su rostro se giré sorprendido con su mejilla roja.

- ¡Estúpido! - Grité entre lágrimas para empezar a irme por donde me había arrastrado.

Necesitaba aire fresco.

- T/N. - Me llamó el que tenía una mejilla roja. - T/N. - Al ver que no le hacía caso corrió en dirección mia, y cuando estaba apunto de estar a la vista de mi hermano sentí como me tiró del brazo de tal manera que acabé con la cara en su pecho mientras que sus brazos me rodeaban y formando un lindo abrazo.

- ¡Déjame! - Exclamé sin miedo a que me escuche la gente ya que la música estaba muy alta como para que edo pasara. - ¡Sueltame! - Insistí pegando débiles golpes a su pecho intentando librarme sin éxito alguno.

- Perdóname. - Fue lo único que me dijo al oído para tomqr mi nuca y pegarme más a su pecho permitiendome sentir ese perfume que tanto me gustaba pasar por mis fosas nasales. - Se que no te gustan los espejos... Mikey me lo contó hace años, perdón. Estaba demasiado concentrado que no me di cuanta de lo que pasaba. - En su voz podía notar su arrepentimiento. - Al fin y al cabo, todos tenemos problemas.

- Dé-Déjame. - Insistí pero esta vez con la voz quebrada.

- No te voy a dejar por que te quiero. No estas gorda, tienes un vientre hermoso. Te quiero T/N y no como colega. Quiero ayudarte a m- no le dejé continuar pues lo tomé de la corbata y, tirando de ella junte nuestros labios en un lindo beso que fue correspondido al instante.

Poco a poco el beso pasó de lindo y tímido a uno fogoso y entregado. Sanzu sin poder evitarlo me tomo en brazos sin separarnos del beso y me llevó a donde me quería llevar antes, a una habitación.

- Ese vestido te queda de muerte. - Comentó al separarnos del beso. - Casi me lanzó a por ti en los probadores de lo buena que estás.

- Y... ¿por qué te controlaste? - Pregunté haciendome la inocentemente mientras jugaba con su corbata.

- Había gente, no podía. - Respondió tomándome de la cintura pegándome aún más a él.

- Entonces... ¿Te controlarás aquí también? - Cuestione juguetona para sentir como me lanzaba a la cama y caía en dicha mientras él se acercaba a mi, colocándose encima mía.

- Aquí no pequeña~ Aquí te devorare hasta saciarme~ - Contestó provocandome un escalofrío muestras sus manos juguetonas recorría mi cuerpo sin vergüenza alguna y su olfato era deleitado por el agradable perfume que llevaba hoy.

De un momento a otro una de sus manos de despegó de mi para ir a la prenda de su ropa con la que había jugado hace un minuto apenas. Se la quitó para lanzarla a alguna parte de la habitación, se veía desesperado, lo sabía por cómo se desabrochaba el chaleco y la camisa.

Su torso ahora estaba disponible para mi visita al igual que sus ropas esparcidas por el suelo de la habitación dejándome capturar aquella escena en mi memoria con la intención de nunca olvidarla.

Mis manos habían empezado a sentir esa necesidad de palpar esos brazos ejercitados por lo que intenté satisfacer dicho sentir cosa que me fue imposible pues el de marcas de rombos se alejó con una sonrisa orgullosa y pícara.

- Esta situación es injusta Blancanieves~ ¿por qué no me dejas verte sin ese vestido que te hace ver como diosa?~ - Preguntó para ver mi rostro serio y preocupado por mis inseguridades. - Ey. - Me llamó. - Creeme que eres perfecta. No hagas caso a lo que te dices al verte en un espejo. ¿Sí? - Al ver como asentí y ponía una sonrisa pícara él comprendió que iba bien todo.

- Y ¿Por qué no lo quitas tú? - Le reproche siguiendo su juego.

Nada más terminé de contestar él me besó para quitarme la prenda que le molestaba. Luego empezó a besar cada lugar que podía de mi cuerpo mientras yo acariciaba su torso casi babeando de lo bueno que estaba.

Sin darme cuenta, al cabo de unos minutos ya estábamos ambos desnudos y tapados con la manta. Me estremecí mirando hacia mis piernas abiertas, flexionadas, que entre ella estaba cierta persona tapada por la sabana. Él había metido su lengua en mi intimidad provocando que varios sonidos obscenos sonarán en la habitación. Estos eran los sonidos que hacía su lengua en mi intimidad y mis gemidos.

- Que rico manjar te guardabas Blancanieves~ - Me tembló hasta los ojos al escuchar su voz ronca y grave.

- C-calla~

De repente recibí una nalgada en mi trasero.

- A mi nadie me manda pequeña~

Genial, lo enojé.

Sin esperarmelo quito la sábana que nos tapaba y me dio la vuelta quedando boca abajo con la cara en la almohada.

-No me contendré bonita.

Y efectivamente, no se contuvo en nada. Sanzu no paraba de moverse mientras tiraba de mi cabello que tenia tomado de un puño formando una coleta. Todo eso para evitar que me escondiera en la almohada y asi tapara mis ruidos obscenos. Él por su parte me gruñia y gemia al oído provocando que me mojara más de lo que yo estaba.

- Ah~ llevo tanto tiempo queriendo hacer esto~ - Explicó el rey de Roma mientras lamia el borde de mi oreja izquierda excitandome más. - Se siente irreal~ agh~ aprietas demasiado~ - Comentó eso último dandome una estocada aun más fuerte provocando que temblase ante él.

- Ah~ Sanzu~ s-si sigues...~ - Él soltó una carcajada.

- ¿Si sigo que?~ agh~ ¿te correras?~ que linda~ - Me dio la vuelta para tomarme de las mejillas con una sola mano. - Hazlo~ Quiero verte~ Pero solo te dejaré hacerlo si admites que estas bien de peso y comeras bien~ - Mi rostro palidecio.

- E-esta bien~ tienes razón~ - Y sin poder aguantar las fuertes embestidas que empezó a dar el pelirosa me corrí seguida de mi acompañante.

Ambos quedamos ahí. Quietos, con las respiraciones agitadas. Él salió de mi dejando que sus líquidos salieran pues no se puso protección.

- ¿Segundo round? - Mencionó mi amante riendo y hechado su flequillo para atrás despegandolo de su frente sudada por el ejército.

- Va, pero mi hermano te va a matar como me dejes embarazada. - Respondí riendo.

POR FIN. FINITO. Se me hizo eterno perdón si el pedido no esta al gusto del cliente pero xd baji y Sanzu son de los personajes más jodidos que tengo para escribir.

Gracias por los 500 seguidores por cierto uwu se les ama <3

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Próximos:
-Wakasa Pt2 🔥
-Draken
-Hanma 🔥
-Shinichiro
-Sanzu Pt 2
-Ran (Especial 10k) 🔥

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