Haitani Brothers


Pedido de: lamujerdeloshaitani

Narra T/N

-Agh Kaku ¡te he dicho que no hace falta que me recojas! - hablé cabreada mientras el susodicho me tiraba del brazo con sutileza.

-Ya se que no hace falta, pero eres mi hermana y eso te hace estar en el punto de mira de todos - me contestó mientras nos alejábamos del instituto - además, te he dicho mil veces que no me gusta que los chicos se te acerquen demasiado.

Eso ya si me enfadó. Me solté bruscamente de su agarré.

-Idiota, solo eres mi hermano. No puedes controlar mi vida privada. - iba a seguir replicando pero él me volvió a tomar del brazo.

-Ya, cállate y no montes una escena infantil. Tienes ya 17. No puedes ir haciendo eso por la calle. - Dijo mientras continuaba caminando hacia casa.

En efecto, desde apenas 5 días tenía eso ansiados 17 años. De ellos se hablaba como si fuera una maravilla, como si fuera "La crème de la crème", pero sólo eran habladurías. Si no habías repetido ningún curso, entrabas a ese lugar tan admirado y tan temido, bachillerato. Temerle era poco para lo que estaba viviendo, así que me había dedicado a disfrutar de mi número de años en horario escolar. En clase me la pasaba en mi mundo mientras que, en casa, estudiaba como si el aprendizaje fuera un pastel de chocolate.

Mi mundo no era solo mi hermosa imaginación, para nada. Ser la chica tierna, tímida, lista y nueva, te daba cierto estatus adentro del centro y, gracias a mis muslos, me convertía en una presa para los de 2º. Mi hermano se quejaba de eso, pues el asistía al mismo centro con la diferencia de un año y escuchar las conversaciones lascivas en su clase sobre ti era molesto.

De vez en cuando salían rumores de que cogía con X persona en un baño o cosas por ese estilo. No me importaban pues lo único que hacía era subir mi estatus creando nuevas fantasías en los chicos. Lo más gracioso de esas situaciones es que ni siquiera había besado a alguien alguna vez. Era más Santa que la Virgen María.

En fin, al menos no era drogadicta como cierto sujeto que llevaba cubrebocas siempre cuyo cabello era rosado con un corte bastante curioso. Se me hacía atractivo la verdad.

-Vete a tu cuarto y cámbiate, no puedes ir así a donde iremos. - Dijo cerrando la puerta del piso sacándome de mis pensamientos.

-¿A dónde iremos? - pregunté mientras subía las escaleras al piso de arriba donde se situaba mi habitación.

-Distrito de Rappongi, quiero enseñártelo, para que sepas donde puedo estar si algún día no llegará a casa. - Dijo desde la cocina.

Mi hermano estaba en Tenjiku, una de las pandillas que existe en nuestra ciudad. Me asustaba que estuviera metido en ese tipo se temas pues solo le traería problemas, entre estos estaba su muerte. Él sabía de sobra mi opinión, pero no la tomaba en cuenta pues según lo que me decía, "Soy ya mayor de edad, puedo cuidarme yo solo tonta".

Me puse una blusa, unas botas negras y unos pantalones del mismo color bastante ajustados para bajar a donde mi hermano estaba e informar que ya estaba lista. Entonces dejó lo que estaba haciendo para ir a coger la moto con intención de ir hacia aquel lugar.

Cuando llegamos sonreí asombrada pues era un lugar muy bonito y lindo. Mi hermano observaba de igual manera orgulloso de él lugar en donde tenía su división de la pandilla.

-Otro día debería de presentarte a mis compañeros. Seguro le caes bien a Izana. Ambos parecen críos a pesar de su edad. - le mire de mala gana provocándole una carcajada. - Yo solo digo la verdad. - Suspiré para volver mi vista hacia él sitio.

-Kaku, acompáñame de compras, por fiiiiis, seguro aquí hay cosas muy lindas - pedí al mayor, el cual asintió y fue arrastrado por mi por la ancha calle llena de tiendas de ropas.

La ropa era demasiado hermosa, quería las tiendas para mí sola pero era demasiado. De camino vi una librería y, arrastrando a mi hermano, entré empezando a buscar la sección de filósofos. Una vez estuve allí, encontré el libro que buscaba con tanto ansia "Tres maestros: Balzac, Dickens y Dostoievski", después de tomarlo, lo pagué y me dirigí a fuera para seguir por las tiendas, dándole la fantástica imagen a mi hermano, de su tarjeta de crédito ponerse en números rojos.

Pero de repente Kaku me quitó la tarjeta y me la intercambió por la gran cantidad de bolsas que contenían mis compras. El mayor me tomó de la mano y nos dirigimos a un callejón.

-¿¡PORQUE!? HERMANOOOOO AÚN ME QUEDA SPRINGFIELD! VOLVAMOOOOS POR FAVOR AAAAAAAAAAAAAAAAAH!

Sí, a eso se refería a que era infantil. Lloraba por cualquier cosa y cuando se me decía a algo que sí, me pasaba de la raya. Como suelen decir "Ofreces la mano y te toma el brazo".

-Idiota, no montes una escena, vas a arruinarme y solo tengo 18 años por favor. - Me dijo para soltarme sentándome en una silla que había al lado de la basura - Por cierto, te dije que te preparases para venir aquí... No puedes llevar esa blusa idiota, se te transparenta el sostén negro - dijo para golpearse la frente decepcionado.

-Yo lo veo lindo el conjunto, no veo nada fuera de lo normal - Dije inocente para empezar a ver mis ropas nuevas.

Estuvimos allí media vida y Kakucho solo me observaba. Hasta del aburrimiento me acerqué para quejarme. Antes de poder hacerlo, el me dio una moneda y me mandó a comprar una botella de agua cosa que obedecí dejándole la compra a él.

Narra Rindou Haitani

-Que aburridooooo- escuché a mi hermano mayor quejándose.

-Idiota, ya, cállate, me provocas dolor de cabeza. - Dije suspirando ando por aquella calle que pertenecía a Tenjiku.

-Recuérdame por que estamos aquí Rin - habló Ran metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón.

-Kakucho nos pidió viniéramos por qué quiere que comuniquemos algo a Izana. Ahora ponte serio que estamos al lado. - empecé a andar más rápido por la vergüenza que me hacía pasar mi familiar y compañero.

Al cabo de 5 minutos llegamos a la calle donde nos indicó nuestro amigo y mis ojos pasaron de dicha persona a una chica que parecía estar pegando patadas a una máquina expendedora de botellas de agua. Ella llevaba una blusa blanca finísima dejando que se transparentase su sostén negro tapando sus pequeños. Luego bajando mis ojos por su silueta observé sus lindas piernas tapadas por unos pantalones de cuero que comprimian dicha parte. También vi sus botas negras con ligera plataforma para así intentar aumentar su metro cincuenta y cinco. Después vi su cara, tenía una expresión de enfado pero eran muy tierna. No pude evitar sonrojarme al verla y sentir algo raro por todo mi cuerpo.

-¿Qué coño es esta cosa que siento? - me pregunté a mi mismo andando a donde estaba Kakucho.

Narra Ran Haitani

No comprendo... ¿Cómo tal bombón esta fuera de la nevera en una noche de primavera? Esa chica no tiene comparación. Pedazo de tipo tiene. Sus pantalones negros le marcaban todas sus piernas y eso me hacía babear para que mentirnos. Además a través de su camisa podría verse su sostén negro, se veía sexy para mi gusto.

-Me preguntó si lleva la ropa interior conjuntada - pensé mordiéndome el labio sin despegar la vista de ella.

En una de esas la vi agacharse metiendo su mano en el hueco de la máquina expendedora, dándome una vista de su trasero.

-Joder que chica... - murmuré provocando que mi hermano me pegará una colleja - OYE! - grité por el susto.

Y nada más miré a Rin, dirigí la visita a ella. Ahora le pegaba patadas al artefacto con cara de enojó. Entonces casi me desmayo por esa sensación tan ligera pero a la vez tan astuta que se colo hasta mis huesos. Necesitaba hablar con ella. ¿Me he enamorado?

-Hola chicos - Dijo Kakucho sacándome de mis pensamientos.

-¿Para que nos llamaste? - pregunté rascando mi cabeza mientras que mi pelo suelto, en ese momento, era movido por la brisa nocturna.

-Resulta que necesito tener controlada a mi hermana, y la única manera de hacerlo es uniéndola a Tenjiku. Ella apenas cumplió las 17 y no me agrada escuchar a los de mi clase diciendo que se la quieren tirar. Porque soy consciente de que eso es más que posible siendo ella. - dijo acariciando su pelo corto. - Y como que pedírselo yo queda un poco mal.

-No nos dijiste nada de que tuvieras una hermana - Dije sentándome en el suelo sintiendo una patada de mi hermano - Ey!

-Eso es porque no la quería meter en problemas. Acaso no es obvio idiota? - me dijo mi hermano provocando que hiciera un puchero. - ¿Y quien es? - preguntó él a nuestro compañero.

Kakucho señaló a aquella chica que seguía peleando con el artefacto.

-Cagué... - Murmuré para sorprenderme al escuchar a mi hermano decirlo mismo.

-¿Dijeron algo? - preguntó nuestro amigo provocando que negaramos rápidamente. - ella es un poco infantil y se puede decir que esta un poco distraída la mayoría de veces. - él empezó a hablar pero desconecte mi mente reemplazándola por una conexión de miradas con mi hermano, la cual decía demasiado.

Ambos estábamos enamorados de la misma chica... ¿Normal? A ver, como normal, normal... No era. Pero ¿era de esperarse? Obviamente si. Al fin y al cabo Rin y yo somos como uña y carne, ¿nos íbamos a separar por una mujer?... Compartimos hasta la ropa interior, así que no.

Nos regalamos una sonrisa de cómplices y una vez terminada la charla nos tuvimos que ir si siquiera haber podido escucharla hablar. Ella no se había acercado ni por curiosidad. Esto sería difícil.

Narra T/N

Había pasado una linda semana después de mi gran pelea contra Mr. Rat Machine Steals Money (El señor máquina rata roba dinero) y ahora volvería a vérmelas. Esta vez iba con la ropa necesaria para mi segunda ronda.


-Esta vez si se va a enterar. - pensé mientras cogía mi bate, el cual que tenía desde hace tiempo.

Kakucho me habían dejado ir yo sola hasta el lugar donde habíamos estado hace una semana, todo por que él ya iba estar allí. En fin, ahora estaba lista. Salí de la casa y me dirigí hacia allí emocionada escondiéndome de la policía por los callejones, por que si me veían me quitarían el bate.

Me sentía Harly Quinn solo que no tenia Joker. Era divertido ver a la poca gente alejarse de mi por el objeto en mis manos.

Al cabo de 20 minutos llegué al lugar y no había nadie, o eso parecía.

-Señora máquina!~ - canturreé dando saltitos mientras me acercaba a mi objetivo. -no me gustó lo que me hiciste ayer ¿sabes? - Dije para colocar una pierna en el control de la máquina y pateándola haciendo como si le acorralara. - me vas a dar mi botella de agua y de paso te mataré por lo de ayer - Dije cambiando drásticamente mi todo, de uno guasón a otro serio.

Me separé y, con un palo, empecé a intentar sacar una botella de agua. Estaba tan concentrada que no me importó nada ver a una chica delante de ti mirándote embobada. Al no conseguir nada me enfadé provocando un tick en mi ojo. Solté el palo y, harta, cogí el bate empezando a golpearla.

Al cabo de 10 minutos estaba la máquina apunto de partirse así que le pegué de una y la partí por la mitad. Mi respiración estaba agitada por el ejercicio, mis manos con cristales clavados provocando que me escociera y sangrara. Ahora ya no me observaba de cerca una, si no ahora estaba un chico con mechas azules. Y ya no solo eso. Sentía también la presencia de otros 2.

Me tranquilice y a la primera que vi fue a la única mujer aparte de mi que estaba.

-Hola chica- solté de repente pasa con el bate apartar cristales y tomar mi botella de agua - ¿quieres? - le cogí otra, pero ahora pude observar que tenía un gran sonrojo en la cara mientras que el de al lado no paraba de aguantar la risa. - ¿Qué pasa? - Entonces se escucharon 3 risas mientras yo también me sonrojaba por vergüenza sin saber que pasaba.

-Él, es Ran... No es una mujer - Dijo riendo el de al lado provocando que el sonrojo del contrario y el mío se elevarán.

-Pe-perdón - Dije para hacerme bolita en el suelo.

-Kakucho me da qué tu hermana sí está para entrar en Tenjiku. Espero que no pierda ese bate - dijo una voz nueva que no reconocía.

-Idiota! Ven aquí que te cure la mano no vaya a ser que te desangres. - dijo mi hermano a lo que no le hice caso.

-Tranquilo Kakucho, ya lo hago yo - habló el chico de gafas que tenía en frente - que estamos más cerca de nuestra casa. - levante la mirada y vi a cada uno - Soy Rindou, él es mi hermano mayor Ran - señaló al de cabello largo - y él es Izana - señaló a un chico de pelo blanco. - él es el jefe.

Entonces sentí como alguien me tomó en brazos. Casi grito de no ser por que vi a el que me presentaron como Ran.

¿Quién me iba a decir que esos chicos cambiarían mi vida tanto como para dejar de lado mis actitudes en el instituto y abandonar ese estatus?

Había pasado apenas 6 meses desde que ellos me curaron y nos hicimos amigos. Íbamos por Tokyo partiendo cosas, entre otras, huesos de traidores de Tenjiku. Pero poco a poco esa amistad no me gustaba. Hablé con la única amiga que me quedó después de mi cambio de actitud, pero no creía nada de lo que me decía.

-Chica, te gustan - dijo Akiko aguantando la risa - Te gustan dos chicos, dos hermanos que para el colmo son amigos de tu hermano - Entonces me sonroje a más no poder.

-No no no no no, eso no puede ser - Dije negando.

-Entonces ¿por qué te has sonrojado? - me preguntó.

-Verga... - murmuré

-YEEEEYYYY YO QUIERO SABER COMO VA A ACABAR ESTO! - gritó causando que le diera una colleja.

-Calla. No que voy a hacer. - Dije suspirando.

- Muy sencillo, haz que coman de tu mano - la miré sin entender - ais, haz que lleguen hasta el punto de hacer cualquier cosa por ti y ya está

Iba a replicar pero sonó el timbre de salida y ella se fue casi corriendo. Al ver eso empecé a correr tras ella hasta la salida. Pero paré cuando vi a mi amiga igual.

-uy, se huele chisme - comentó Akiko al aire.

Efectivamente, había chisme. Cuando vi la puerta pude ver las motos de Ran y Rindou con ellos apoyados en dicha. Pero el chisme no era ese, sino que ellos estaba rodeados de medio instituto los cuales intentan conseguir algún contacto con ellos.

-Son ellos... - murmuré provocando un grito a mi amiga y que todos nos mirasen.

-AH! NO JODAS QUE BUENO- le tapé la boca con mis manos.

Giré mi mirada hacia donde estaba la aglomeración y vi que se habría un pasillo porque ellos caminaban hacia mi. La gente al ver eso, sus caras pasaron de felicidad a seriedad por la curiosidad.

Cuando los hermanos llegaron a donde estaba, saludaron con una sonrisa a mi amiga la cual se desmayó y ellos se quedaron con cara de no entender.

-¿Qué le pasó? - preguntó Rin viendo como la abanicaba con la mano.

-Nada, es emoción. - Dije suspirando. - ¿Qué hacen aquí chicos? - pregunté poniéndome bien pues mi amiga ya recuperaba la consciencia.

Entonces sentí la mano de Ran tomándome de la cintura y la de Rin de los hombros, provocándome un sonrojo.

-Veníamos a recogerte por que queríamos contarte algo. Pero esa gente nos abrumó - comentó Ran mientras que me conducían a sus motos. - ¿Cuál quieres? - señalé la de Rin provocando que el contrario me soltará.


Estábamos en un puente que tenía vistas al océano. Se oían los coches pero podía llegarse a escuchar el sonido de las olas chocar con la tierra.

-Es muy lindo - Dije sintiendo las manos de Rin rodearme por la espalda.

-Pues espérate a llegar a la cala. - Lo miré sorprendida.

-¿¡Cala!? - Dije con estrellitas en los ojos.

-Sí, es una pequeña y casi nadie sabe de ella. - comentó el mayor para tomarme de la mano y empezar a correr.

No parábamos de correr tras Ran el cual nos guiaba al sitio. Tenía su pelo suelto, siempre que quedamos o hay reunión lo lleva, pero en las peleas le toca hacerse trenzas con el objetivo de que no le moleste el cabello. Simplemente la imagen para mi era hermosa.

Al cabo de pocos minutos llegamos al sitio y caímos a la arena rendidos y riendo. Éramos como niños de 5 años, pero teníamos 17, 21 y 22. No sabía como les diría que me enamoré de ambos pero ahora era eso en lo que menos quería pensar. Quería disfrutar de mis queridos mientras estamos en este lugar.

-¿Kakucho sabe que estoy aquí?- ellos negaron y me dedique a reír.

-¿Porqué te ríes? - me preguntó Rindou sin entender - te dará una buena bronca.

-Me rio por que al menos me caerá una bronca por ustedes. - sonreí a ambos - no me importa un castigo si es por ustedes. - Entonces pude observar un leve sonrojo en sus mejillas.

Todo se volvió silencio cuando dije eso. Se escuchaba lo que era el ambiente pero nada de voces, hasta que de repente sentí que me tomaron en brazos y me sentaron en una pierna de cada uno mientras ambos estaban sentados.

-Te amo T/N - soltó Ran de repente- Y no como amigo. Me enamoraste. - pude sentir un creciente calor en mis mejillas.

-Yo también te amo de esa manera T/N - me susurró Rindou provocando que mi sonrojo creciera.

-Etto... Chicos... Yo también los amo - Dije abrazándoles y ocultando mi rostro. - No puedo escoger a ninguno. - dije en un murmuro.

-Por eso no hay problema, puedes ser la novia de los dos. No nos cuesta compartir. De hecho hasta dormimos en la misma cama. - comunicó Ran haciéndome sonreír.

-Entonces sean mis novios ¿si?

Después de eso, en vez de responderme, sentí como el mayor me tomó de la nuca y me besó para que al separarnos besase a Rin.

Hola, espero que les haya gustado. Y nada más que decir. Agradecería si comparten este libro y que votasen :D me haría muy feliz

🙏 Por favor den le a la estrellita y voten se lo agradecería mil veces

🏃‍♀️ Sigueme para enterarte de los avisos etc

🧐 Te invito a que si te gustan mis historias y Tokyo revengers leas:

-The cause of my obsession (Ran x TN)
-The other face (Los Kawata x TN)
-Animals (Kakucho x TN)
-Tips and secrets (Mitsuya x TN)
-Haunted by death (Mikey x TN)

😎Pueden dar ideas en los comentarios o simplemente escribir lo que piensan yo los leo todos toditos

😅 Perdonen si hay alguna falta de ortografía, soy de números no de letras

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top