ROBAR
CAPÍTULO SIETE
Robar,
Tetsu soltó un largo suspiro al terminar de comer, sintiéndose agradablemente satisfecha. Definitivamente la cocina de Nora era increíble, nunca le había fallado desde que había llegado a Japón a sus ocho años, y estaba segura de que nunca le fallaría con sus deliciosos manjares hechos para los dioses.
— Gracias por la comida, Nora, puedes ir a descansar. — La mujer asintió, retirándose.
— Oye, me llevaré a tu cocinera. — Bromeó Ran, Tetsu sonrió.
— No, no lo harás. — La chica se colocó de pie, comenzando a caminar a la sala de estar, siendo seguida por los dos chicos. — ¿Quieren hacer algo? No creo que mis padres lleguen pronto, quizá llegarán después de las diez u once de la noche.
Yamagawa se giró, notando a ambos hermanos mirarle. Una de sus cejas se elevó, cuestionándoles con la mirada.
— Creo que... Ya debemos irnos a casa. — Respondió Rindo, la chica asintió algo confundida.
— Muy bien. — Guiándoles a la entrada, Tetsu se despidió de ambos, pero los chicos no se movieron de su sitio, observándole con una sonrisa en sus rostros. — ¿Qué diablos quieren ahora?
— Aquí. — Señaló Ran su mejilla. — Un beso de agradecimiento.
— ¿Ah? — Yamagawa frunció su ceño. — ¿Acaso no les es suficiente con quedarse a cenar, par de imbéciles?
— Bueno, no quiero comida. — Respondió Rindo.
— ¡Por qué ya comieron! — Tetsu apretó su mandíbula. — ¡Largo!
— No me moveré de aquí. — Ran se apoyó al marco de la puerta, observando a la chica con una sonrisa. — Vamos, es solo un pequeño beso ¿Te quitará algo?
La chica quiso llorar, pero de la desesperación que le provocaban ambos hermanos constantemente. Tetsu soltó un último suspiro antes de aceptar.
— Bien, pero ni se les ocurra intentar nada más.
— Bien. — Respondió Ran, con tono divertido. — Primero mi querido hermano menor.
Rindo le observó raro, pero no dudó en inclinarse, sintiendo casi de inmediato una delicada y corta presión contra su piel. Ran sonrió antes de apartar a su hermano y ser él quien se inclinó esta vez.
Tetsu se acercó nuevamente, esta vez al otro hermano, y al estar cerca de posar sus labios sobre la suave mejilla del chico de trenzas, un repentino movimiento del mismo logró que sus labios no impactaran contra la piel contraria, sino con los suaves belfos del mayor.
Al darse cuenta de la situación, Yamagawa se alejó de golpe, mirando con gran sorpresa a Ran, quien sonrió victorioso.
— Supongo que yo gan-
La puerta se cerró en sus caras. Tetsu maldijo al hermano mayor desde el otro lado mientras caminaba rápidamente a su habitación, sintiendo su rostro comenzar a calentarse totalmente, sintiéndose sofocada.
La chica se comenzó a poner nerviosa, no es que fuera la gran cosa besar a Ran Haitani.
Sino que Ran Haitani había sido, increíblemente, su primer beso.
La castaña maldijo un par de veces más antes de dejarse caer a su cama, cubriendo su rostro, avergonzada a pesar de que nadie le observaba.
[...]
La mañana siguiente, Tetsu entró a su salón con su común rostro malhumorado, pero esta vez parecía estarlo aún más.
Kioko se sobresaltó al escuchar como la chica dejaba caer fuertemente sus libros sobre la mesa.
— Si se les ocurre aparecerse frente a mí hoy... — La chica apretó su puño con fuerza. — Juro que me encargaré de impedirles tener una correcta descendencia.
— ¿Qué sucedió y de quién hablas? — Preguntó su amiga cuando finalmente la mayor tomó asiento.
— ¿No es obvio? — La castaña maldijo nuevamente. — Los hermanos Haitani ¿A quiénes más voy a maldecir hasta que muera? Solo a ellos.
— ¿Te hicieron algo? — Tetsu miró a su amiga. ¿Cómo podía explicarle que ya había dado su primer beso? Y para colmo, había sido con uno de los chicos que a su amiga le gustaban.
Yamagawa se sentía terrible.
— Yo... No importa. — La chica negó. — Solo los detesto aún más que ayer.
Kioko suspiró, tomando la mano de su amiga, quien le miró por unos segundos.
— Si sucedió algo puedes decírmelo, Tetsu, para eso somos amigas ¿No?
Yamagawa maldijo una vez más.
— Ran Haitani me besó.
La expresión de la chica frente a ella era merecedora de estar en un museo del terror, incluso podría interpretar perfectamente a la niña poseída que no sabía que estaba poseída y veía a un fantasma.
— Kioko, lo siento. — Se disculpó la más alta. — No quería hacerlo, pero ell-
— ¿¡Sabes lo afortunada que eres!? — Yamagawa hizo una mueca. — Pagaría por sentir los labios de Ran al menos una vez en mi vida.
— ¡Shh! — Tetsu cubrió la boca de su amiga, observando ambas como un gran grupo pasaba frente a su salón, mirando amargamente a la mayor, quien les mostró desvergonzada su dedo corazón. — Si esas locas se enteran que algo así sucedió, yo... Yo estaré condenada por el resto de mi vida escolar.
Kioko asintió. La castaña le dejó hablar.
— ¿Cómo se sintió? — Tetsu le miró indignada. — Por favor, Tetsu ¿Eran suaves? ¿Húmedos? ¿Secos? ¿Dulces?
— Detesto hablar de esto. — La mayor acarició sus sienes, recordando lo sucedido. — Verás, fue algo rápido así que no seré exacta, pero... Eran un poco suaves y... Bueno, sí... Estaban algo húmedos, sabían algo dulces por el postre que habíamos comido antes.
Yamagawa miró a su amiga, quien se encontraba ligeramente sonrojada, probablemente haciéndose escenarios ficticios en su cabeza con la descripción que la mayor había dado.
— Debió de ser perfecto.
— No, no lo fue. — Kioko le miró sorprendida. — Dijo que sería un beso en la mejilla y terminó haciendo trampa el muy hijo de su triple hijueputa madre. — Maldijo Tetsu, su amiga rio, no entendía nada, pero sonaba divertido.
— Bueno... ¿Y qué hiciste?
— Les presenté cara a cara mi preciosa puerta, espero que le haya dado en la nariz por imbécil. — Yamada rio.
— Supongo que lo tiene merecido.
La campana del comienzo de clases sonó, pero sorprendentemente el profesor de Biología no aparecía aún.
— ¡Tenemos clase libre! — Anunció el presidente de la clase. Tetsu unió sus manos dramáticamente, mirando hacia el cielo.
— Gracias, señor Jesucristo, por escuchar mis plegarias. — Después de pronunciar aquello, la chica tomó sus cosas, saliendo con su amiga del salón.
Kioko miró por unos segundos a su amiga antes de sonreír. Sí, definitivamente si ella fuera un chico estaría muy enamorado de una chica como Tetsu, era increíblemente hermosa con sus facciones mezcladas de dos razas.
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