CONFESIÓN
CAPÍTULO VEINTICUATRO
Confesión,
Tetsu soltó un grito al sentir como Ran le tomaba en sus brazos y se dejaba caer desde aquella pequeña elevación, pocos segundos después ambos cayeron al agua. Al salir a la superficie, fue instinto de la chica aferrarse al mayor, quien sonrió, deshaciéndose de sus trenzas para así dejar su cabello suelto.
— ¡Avísame antes! — Se quejó Yamagawa, mirando a Rindo, quien finalmente cayó al agua junto a ellos.
— No es divertido si lo esperas. — Ran comenzó a nadar con la chica en sus brazos, cerrando sus ojos y dejándose llevar por el agua. — Rindo ha estado algo serio ¿Pasó algo?
— Sí... Creo que es mi culpa. — Ran abrió uno de sus ojos para mirar a la chica. — Estaba viendo la casa en la mañana y casualmente me encontré con su álbum familiar.
La expresión de Ran pareció congelarse por unos segundos, Tetsu le miró preocupada.
— ¿Sucede algo? ¿Vi algo que no debía? — Una sonrisa volvió a aparecer en el rostro del chico.
— No, no te preocupes, linda, seguramente está avergonzado porque le hayas visto de pequeño, ya sabes cómo es él de raro.
— Tú eres el más raro de los dos. — Ran fingió ofensa.
— Pero eso me hace el mejor hermano ¿No? — Tetsu rodó sus ojos.
— Ran... — Llamó la chica, mirando por unos segundos al mayor. — ¿Huirías si conocieras a mis padres?
— ¿Yo? ¿Huir? — El chico rio. — No lo haría, me encantaría conocer a tus padres y decirles quién es el nuevo amor de tu vida.
— ¿Por qué crees ser el amor de mi vida? — Bromeó. Tetsu gritó al sentir como era soltada, hundiéndose por unos segundos en el agua, un momento después Ran volvió a alzarle. — ¡Idiota!
— ¿Viste cómo buscabas aferrarte a mí? Por supuesto que soy el amor de tu vida.
— ¡Es sentido de supervivencia, imbécil! — La menor tosió un par de veces.
— ¿Qué demonios hacen? — Rindo se acercó, tomando a la chica en sus brazos y mirándola con preocupación. — ¿Qué pasa?
— Tu hermano casi me hace morir por ahogamiento, eso pasa. — Rindo rio. — No te rías, imbécil, si pudiera nadar ya me habría salido de aquí.
— Pero no puedes. — Rindo se acercó a la chica, uniendo sus labios, parecía una buena forma de hacerle olvidar su molestia a la castaña. Tetsu se alejó, mirando a ambos hermanos antes de rodar sus ojos.
— Yamagawa Tetsu... — Susurró de repente Ran cerca de su oído, acariciando su cintura por debajo del agua, provocándole un escalofrío. — "Sé que no nos conocemos para nada, pero debo decir que estoy jodidamente enamorado de ti... Me gustas, mucho, sé mi novia". — Recitó el chico de largos cabellos.
Rindo abrió sus ojos con sorpresa, dándose cuenta de lo que planeaba hacer su hermano, e intentó detenerle, pero al notar la expresión también sorprendida de la chica en sus brazos se detuvo. Tetsu miró a los ojos de Rindo, quien parecía esperar una reacción de su parte, y la chica había entendido el porqué.
Esas palabras, esas exactas y mismas palabras las había escuchado antes, hacía mucho tiempo cuando recién iniciaba la secundaria. Un recuerdo había sido devuelto a su memoria, aunque quizá nunca se había ido y la chica solo lo había ignorado por mucho tiempo hasta volverlo algo sin importancia.
Su mente le llevó a su primer año de secundaria, un día en el que dos chicos le citaron en un salón vacío y se confesaron. En aquel entonces era solo una niña que no sabía nada del amor y tampoco le daba importancia, así que cuando un par de hermanos confesaron su amor frente a ella, su primera reacción fue rechazarlos fríamente, después de todo así era ella por naturaleza. No volvió a verlos más, quién sabía, quizá habían salido de la secundaria, o simplemente los ignoró hasta olvidarlos, desechando el recuerdo por muchos años.
— Con razón los odiaba. — Fue lo primero que oyeron los hermanos, Ran no pudo evitar reír. — ¿Lo ocultaron todo este tiempo?
— Bueno, en realidad es culpa de tu memoria, no nuestra. — Ran depositó un delicado beso en el cuello de la menor. — ¿No estás molesta?
— ¿Molesta? — Tetsu negó. — Solo muy sorprendida... No puedo creer que ustedes sean esos chicos.
— Oye. — Se quejó Rindo. — Solo debías darle tiempo al 'glow up'.
— ¿Glow up? — Tetsu soltó una carcajada. — Siguen siendo los mismos chicos solo que un poco más altos y con cabello de diferente color. — Molestó la menor, sintiendo como Ran le giraba y sonreía ofendido.
— No puedes negar que ahora somos mucho más guapos que antes. — La chica iba a responder, pero los labios del mayor sobre los suyos impidieron pronunciar cualquier palabra.
Un quejido fue ahogado al sentir como Rindo recorría todo su cuerpo con sus manos mientras se pegaba a su cuello como un mosquito hambriento.
— Que ni se les ocurra querer tener sexo aquí. — Advirtió la chica, Ran rio, tirando de su labio.
— Creo que no es el mejor sitio después de todo. — Rindo pasó su lengua sobre la oreja de la chica, provocándole escalofríos. — Pero la casa no está muy lejos.
— Diablos ¿Pueden pensar en otra cosa que no sea acostarnos?
— Podemos hacerlo contra ese árbol si no quieres acostarte. — La castaña golpeó el hombro de Ran.
— Solo sáquenme de aquí, comienza a darme hambre. — Ran asintió, comenzando a nadar hacia el borde con la chica en sus brazos.
[...]
Los ojos de Tetsu se abrieron con impresión antes de dejar caer su mochila y correr hacia la entrada, dejando a dos hermanos confundidos quienes se miraron entre sí buscando respuestas.
Ambos lo entendieron cuando vieron a un hombre salir de la casa y recibir a la chica, dándose un fuerte abrazo, segundos después también salió una mujer, uniéndose a las otras dos personas.
— ¿Sus padres? — Preguntó Rindo.
— Seguramente. — Respondió Ran.
Los dos hermanos notaron como la chica decía algo a sus padres, quienes se sorprendían y elevaban la mirada, encontrándose con los chicos montados sobre sus respectivas motocicletas.
Rindo frunció su ceño al notar la expresión del hombre molestarse, diciendo algunas cosas a su hija, quien asintió abultando sus labios, poco después Tetsu volvió, mirando a ambos hermanos.
— Espero que no vengas a decirnos algo como: "Mis padres no aprueban esto, debemos terminar", porque no lo aceptaré y sólo tendré una opción y esa es secuestrarte. — Aseguró Ran, mirando a la chica quien rio.
— En realidad... Mis padres quieren conocerlos, chicos ¿Tienen tiempo?
Rindo miró a su hermano, quien no dudó en bajar de su motocicleta y tomar la mochila tirada de su novia, caminando juntos a la entrada, después de un momento él hizo lo mismo, alcanzando a los dos y entrando a la casa en silencio.
— Papá, mamá. — Llamó la castaña, sus padres giraron sus rostros para mirarla. — Aquí están... Ellos son Ran y Rindo Haitani.
— Tomen asiento, muchachos.
Tetsu caminó, sentándose al lado de su madre quien le abrazó, mientras los dos hermanos tomaban asiento en el sofá de en frente, mirando curiosos a los padres de la chica.
— Estoy realmente confundido ahora mismo. — Comentó su padre. — Quiero una explicación de ustedes dos.
— Primero que todo, es un placer finalmente conocerlo, señor Yamagawa. — Saludó Ran, cortésmente. — No creo que sea muy difícil de entender, mi hermano y yo estamos enamorados de su hija y queremos salir ambos con ella.
— ¿Los dos? — El hombre frunció el ceño. — ¿Una relación de tres?
— Poliamor. — Agregó Rindo, con su típica expresión neutral. — Ha funcionado bien hasta ahora.
— ¿"Hasta ahora"? — Tetsu notó como su padre le miraba sorprendido. — ¿Cuánto tiempo llevan saliendo?
La chica rio nerviosa. — Bueno... Quizá poco más de dos semanas.
— Es una relación joven. — Comentó su madre, mirando a los dos chicos. — Aún es muy pronto para saber si funcionará o no, es difícil hacer funcionar relaciones de más de dos personas.
— Mi hermano y yo tenemos una buena relación. — Aseguró Rindo. — Sería imposible pelearnos por su hija, sabemos compartir.
Su padre cerró sus ojos sobando sus sienes, Tetsu miró a su madre, quien sonrió, acomodando sus cabellos.
— Ran y Rindo. — Pronunció el mayor, abriendo nuevamente sus ojos. — ¿Están seguros de poder llevar una relación de tres y cuidar correctamente a nuestra hija?
— Quizá esto suene algo cursi y precipitado, pero su hija es lo más preciado que tengo, no podría herirla de ninguna forma. — Las mejillas de la castaña se coloraron.
El hombre asintió, parecía analizar un poco las cosas, hasta que finalmente miró a su hija.
— ¿Realmente quieres estar con los dos? Es una relación extraña y estoy seguro de que las personas hablarán, además de que será imposible que puedan casarse, como tú deseas.
— Los quiero. — Aseguró Tetsu. — Quiero estar con ambos.
— Bien... — Su padre se puso de pie, Ran y Rindo imitaron su acción. — No metan en problemas a mi hija y cuiden de ella, confío en que lo harán.
— Lo haremos. — Ran estrechó su mano con la del hombre, dándole una amable sonrisa. Rindo se tambaleó un poco al sentir a la chica lanzarse a sus brazos riendo mientras unía sus labios en un corto beso.
— ¡Reglas! — Exclamó su padre. — Cualquier cosa rara que quieran hacer. — Señaló la puerta principal. — No en mi casa.
— Cariño, no debes de ser tan rudo con ellos. — Su madre se puso de pie, acercándose a su esposo quien rodó los ojos.
Ran rio notando la similitud con las expresiones que solía hacer la chica.
— Al menos ya pasamos por la peor parte. — Ran guio a ambos chicos hacia afuera. — Odio tener que hacer esto.
— Pero aceptó. — Resaltó Rindo.
— Creí que no lo permitiría... Supongo que pensé mal de ellos. — Ran sonrió, tomando a la chica de la cintura, uniendo después sus labios.
— Ya no tienes excusa para no invitarnos a tu casa.
— Apuesto a que mi padre los enviará a dormir abajo. — Ran hizo una mueca.
— Debemos irnos. — Rindo se despidió, caminando hacia su motocicleta.
— Nos vemos, nena, te escribiré para salir luego. — Tetsu asintió, despidiéndose con la mano de ambos chicos, quienes no tardaron en marcharse del sitio.
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Tengo curiosidad por saber ¿Desde dónde me leen?
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