𝟎𝟎𝟔 | 𝐒𝐢𝐧 𝐓𝐢𝐞𝐦𝐩𝐨
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—No irás.
—Pero mamá...
—No, no irás. ¿Se te olvida que estás castigada?
—Después de todo lo que pasó, creo que me merezco un descanso.
—Después de todo lo que pasó te mereces un castigo.
—¡¿Por qué?!
—Por la contusión de la fea, pero inocente lámpara. —exclamó la mayor, apuntando los restos de la decoración herida durante la pelea en el suelo de la habitación de la menor. —Y si mal no recuerdo, ahora tienes exámenes cada viernes; no faltarás.
Olive suspiró profundamente y tomó asiento a lado de su madre en una de las camas.
—En serio quiero ir. —murmuró sin verla. Lorelai le dedicó una mirada. Olive lucía un pequeño y casi imperceptible puchero en sus labios, señal de su evidente desánimo.
—Oh, en serio quieres ir. —gruñó la mujer. Apartó la mirada de su hija cuando está la observó expectante, con esos grandes ojos que la hacían sentir tan miserable. —Bien. —cedió finalmente, levantándose de su asiento.
Olive brincó de la cama para abrazar fuertemente a su madre, borrando todo rastro de tristeza de su rostro y murmurando una cantidad incontable de 'gracias'.
—Dile a tu abuela que no eres una de las mujeres del club de caridad. No vaya a unirte a ellas.
°*• ❀ •*°
Olive y Emily se dirigían a Hartford. Lance, el chofer con el que al parecer Emily había llegado, fue amable y subió la maleta de la menor en la cajuela mientras abuela y nieta tomaban asiento en la parte trasera.
—Oh, esto será tan divertido. —le dijo Emily con una sonrisa de oreja a oreja. Olive le sonrió enternecida por la emoción de su abuela.
Durante el resto del viaje Emily hablaba sin parar de las múltiples cosas que podrían hacer la tarde siguiente. Al llegar a la residencia Gilmore, las luces seguían encendidas a pesar de las altas horas de la noche. En cuanto atravesaron la puerta principal, Emily pidió a una de la trabajadoras para que llevase el pequeño equipaje de Olive a la recamara que ocuparía durante las próximas dos noches.
La mayor dirigió a la de ojos castaños por un pasillo hasta llegar a un pequeño y acogedor estudio, en el cual encontraron a Richard Gilmore llenando papel en un enorme escritorio de caoba en el medio de la habitación.
—Adivina quién ya llegó. —le habló Emily , evidentemente emocionada.
El hombre levantó la vista y sonrió cuando vio a su esposa y a su acompañante.
—Olive. —le sonrió a la joven, levantándose de su asiento para ir al encuentro de las dos Gilmore. —Será maravilloso tenerte con nosotros el resto de la semana.
—Gracias por dejarme quedarme, a los dos. —le sonrió Olive a sus abuelos, tratando de transmitir la mayor cantidad de aprecio posible.
—Tonterías. Eres bienvenida cuando quieras. —le dijo Emily mientras posaba uno de sus brazos en los hombros de la menor.
—Por supuesto. —asintió Richard. —Si me disculpan, es tarde, así que me retiraré a dormir. Nos vemos en la mañana.
—Buenas noches, abuelo. —se despidió Olive, viendo al hombre salir del estudio.
—Oh, de seguro tú también te mueres de sueño. Déjame mostrarte tú habitación. —empezó Emily, emprendiendo el camino a las escaleras. —Era la habitación de Lorelai, pero si gustas puedo pedir que arreglen otra habitación para ti.
Emily se detuvo cuando llegaron al cuarto. Su abuela le sonrió cuando Olive dudó en entrar, y en cuanto pasó por la puerta, encontró una amplia recamara con tapiz rosa marfil y una enorme casa de muñecas en el centro.
—Vaya. —rio Olive, echando un vistazo a cada cosa del cuarto en cuanto se fue adentrando, su abuela detrás suyo. —¿Todo esto era de mamá?
—Oh, sí. —suspiró Emily, observando el cuarto con cierta añoranza. Sacudió la cabeza después de unos segundos, tratando de deshacerse de los sentimientos encontrados. —Puedes meter tu ropa en el armario. —dijo mientras se aproximaba a este. —Aunque puede que tenga muchas cosas... Creo que la mayoría de las cajoneras están vacías. Aún tenemos cosas de Lorelai aquí colgadas, pero podemos moverlas en la mañana, o darte otra habitación también.
—¿Esto era de mi madre? —preguntó Olive, sacando del colgadero un abrigo afelpado color cobre. Sonrió por la divertida imagen de su madre usando algo bastante ostentoso para su diario estilo.
—Oh, no. Eso es mío. —exclamó Emily al ver la prenda que sujetaba Olive en sus manos. —Anna debió colocarlo aquí por error.
—¿Anna?
—La mucama.
—Claro. —asintió la menor. —Es muy bonito. —sonrió, tocando la risada textura con las yemas de los dedos.
—Lo es. Tu abuelo me lo compró en uno de nuestros primeros viajes a Paris juntos. —le sonrió Emily, reviviendo las memorias de cuando adquirió tal pieza. —Visitábamos a mi hermana, Hope, ella vive allí. El otoñó empezaba y una horrible lluvia arruinó nuestro almuerzo. —contaba soñadoramente. —El auto no llegaba y hacia más frio. —rio ante las imágenes en su cabeza. Suspiró. —Y Richard fue a una de las tiendas más cercanas y volvió con esto. Oh, recuerdo que en ese momento se me hacía la cosa más hermosa.
—Ahora es mucho más precioso. —le dijo Olive y ambas Gilmore se sonrieron mutuamente.
°*• ❀ •*°
La mañana siguiente Olive despertó más temprano de lo usual, siendo ahora que tendría que viajar treinta minutos para llegar a la escuela. A pesar de que su madre aceptara su hospedaje en la casa de sus abuelos, eso no significaba que Emily o Richard se sintieran cómodos con que faltara en sus estudios. Así que después de alistarse bajó al comedor donde encontró a Emily y Richard Gilmore en sus usuales asientos, ambos esperándola para empezar a desayunar.
—Buenos días. —saludó Olive, tomando asiento en uno de los costados desocupados de la mesa.
—Buenos días, Olive. —saludaron ambos adultos al unísono, logrando sobresaltar a la menor.
Delante suyo encontró un plato lleno de un típico desayuno ingles. Con una sonrisa engulló lo que se denominaría como menos de un cuarto del platillo y dio por terminado su desayuno. Su abuelo pronto se despidió para ir al trabajo, sonriéndole cordialmente a Olive y deseándole buen día.
—Creo que yo también debería ir yéndome, abuela. —le dijo una vez el hombro salió por la puerta principal.
—Pero ni haz tocado tu desayuno. —apuntó Emily con el entrecejo caído. —¿Tiene algo malo? Oh, sabía que Dora lo arruinaría otra vez. ¡Dora!
—No, no, no, no. —cortó el llamado que su abuela hacía a la puerta de la cocina. —Está delicioso. —le sonrió, intentando de tranquilizarla. —No suelo desayunar de una manera tan abundante. —dijo, tratando de aligerar el ambiente.
—Bueno, eres una deportista, deberías alimentarte adecuadamente. —dijo Emily. —En cuanto termines de desayunar Lance te llevará y yo iré por ti cuando termines. —sonrió alegremente. —Podemos ir a almorzar y a las cinco podré presentarte a las chicas del club de lectura.
—No sabía que eras parte de un club de lectura, abuela. —le dijo Olive.
—Oh, sí. Algo tengo que hacer mientras Richard no está. —rio juguetonamente, logrando ensanchar la sonrisa en el rostro de Olive.
Olive nunca se había sentido tan pesada como en los pequeños tramos que hizo del comedor al auto y del auto a la escuela. Sentía que iba a explotar. A paso lento se dirigió a su casillero para recoger los libros que usaría en el primer periodo. Pero rápidamente fue interceptada por un rubio que conocía perfectamente.
—Ok, tienes que ir a ver a Luke cuando salgamos, porque ese hombre parecía perforar la puerta esperando verte pasar por ella. —habló a prisa, apoyando su cuerpo en las casillas a lado del de la castaña. —¿Comiste siquiera? Porque sé que tu refrigerador no tiene nada.
—Sí, si desayuné, y bastante. —le miró detenidamente Olive. —Me estoy quedando con mis abuelos el resto de la semana. —sonrió felizmente mientras cerraba la casilla y emprendía su camino a través de los pasillos a su primera clase del día.
—Uh, ¿cómo terminó nuestra pequeña situación de ayer? —preguntó Kovy curioso, caminando a su lado. Olive rodó los ojos al percibir el espíritu de señora chismosa invadir al ruso.
—Terminó... conmigo castigada.
—¡¿Qué?! ¿¡Por qué!? —exclamó Kovy con indignación.
Olive bufó. —Porque Rory es tonta. —gruñó entre dientes, sintiendo el resentimiento de los acontecimientos de la noche anterior.
—Oh por Dios.
—Oh, como si fuera algo nuevo. —exclamó la de menor estatura con ligera irritación.
—No. Eso. —apuntó Kovy al final del pasillo. Olive se volvió visualizando a la pequeña figura rubia guardando libros en uno de los casilleros.
—No sabía que Lindsay había vuelto. —comentó Olive, inclinando levemente la cabeza con curiosidad.
—Cielos, se siente que fueron tres semanas. —suspiró grandemente el rubio.
—Pero fueron dos años.
—Oh, mírala. Tan linda, radiante, brillando e iluminando todo a su alrededor.
—Ok, me estás asustando.
—¿Crees que quiera ser mi compañera en el laboratorio? —cuestionó, ignorando a su amiga.
—¿No quieres saber cómo me fue? —hizo un dramático puchero cuando el ruso le dio su mochila y libros y empezaba a arreglar su cabello.
—No. Adiós. —y se fue tras la rubia.
°*• ❀ •*°
—Lindo. —murmuró Olive, observando a su alrededor.
—¿Verdad? Una de las chicas no dejaba de parlotear diciendo que era maravilloso. Y Richard y yo decidimos venir la semana pasada, es increíble. —decía Emily con una sonrisa en su rostro.
Ambas Gilmore se detuvieron en su camino a Hartford después de que la mayor fuera por Olive a la escuela.
—Y dime, ¿qué tal la escuela? —le preguntó Emily cuando el mesero tomó la orden.
—Estuvo bien. Kovy lloró durante la clase de gimnasia. —contestó, encogiendose de hombros.
Emily se volvió a verla confundida por la indiferencia que su nieta presentaba ante una situación mortificante.
—Y... ¿Él está bien? —preguntó, tentando el terreno.
—Sí, solo odia los pantalonsillos de gimnasia. —sacudió la cabeza la menor.
—Mm, ¿quién no? —murmuró Emily por lo bajo. —Y este Kovy, ¿es amigo tuyo? —le preguntó.
—Sí. —Olive sonrió. —Ambos estudiamos baile y somos muy unidos.
—¿Baile? No sabía que estudiaste baile.
La menor asintió. —Sí, como por seis años. Sin embargo, no es algo a lo que me quiera dedicar. No como Kovy, él planea estudiar en Juliard.
—¿Juliard? Vaya, esa es una muy prestigiosa escuela. —exclamó con sorpresa y una sonrisa su abuela. —¿Y dices que son unidos?
—Sí, somos buenos amigos.
—¿Solo amigos? —entrecerro los ojos inquisitiva.
—¿Cómo? —rio Olive.
—Bueno, un chico que quiere aplicar en Juliard y más que nada en danza, debe ser un gran partido. —dijo rápidamente Emily, tomando uno sorbo del vino que el mesero sirvió antes de irse.
Olive no pudo evitar explotar en carcajada, mientras un ligero sonrojo se hacía paso hacia sus mejillas.
—Ni siquiera he tenido estas conversaciones con mi mamá. —balbuceo, haciendo sonreír a la mayor.
—Entonces, ¿nada? Digo, ¿es guapo? ¿Cómo es?
Olive sonrió divertida. —Sí, es guapo. Él y su familia son nacidos en Rusia y-
—¿Rusia? —expresó asombrada.
La castaña asintió. —Sip, de Rusia. Su padre fue transferido a Hartford y están aquí desde hace tres años, creo.
—¿En serio? ¿Y en qué trabaja? Tal vez Richard conozca a alguien. —Olive se encogió de hombros, realmente no recordando la profesión del señor Belov. —Bueno, no importa. Olive. —llamó, cambiando repentinamente el ambiente por uno más serio. —¿Por qué peleaban tú y Rory el otro día? —preguntó, mirándola profundamente.
Olive podía percibir la preocupación y confusión de au abuela, y se sintió avergonzada porque hubiera contemplado la escena de ayer.
—Yo... —respiró profundamente. —Saqué una 'A'. —sonrió dulcemente. —En mi examen pasado.
—Eso es espléndido. —sonrió grandemente Emily. La mayor rio de alegría. —Oh, tu abuelo estará maravillado. Después de que le dijiste que estabas insegura con tus calificaciones empezó a buscar tutores y clases de apoyo. Pero Lorelai insistió en que no eran necesarios.
Olive abrió lentamente la boca en sorpresa. Dentro suyo surgió un sentimiento cálido y agradable, el mismo que sentía cuando bailaba con Kovy, o cuando su madre y ella doblaban las voces de los noticieros. Se sentía bien. Muy bien.
La conversación fue interrumpida por la llegada de la comida. Y pronto el tema fue cambiado y aparentemente olvidado. Pero Olive tenía plasma una sonrisa como evidencia de la felicidad que la invadía al ser preocupación de su abuelo.
—Abuela, en serio, está perfecto.
—Tonterías, no has comido nada.
—No tengo mucha hambre.
Emily la miró detenidamente.
Llevaban veinte minutos hablando y comiendo y Olive muy apenas consumió un cuarto del plato. Emily estaba dispuesta a llamar al mesero y exigir un plato nuevo, pero Olive insistía en que no había ningún inconveniente.
—Olive. —llamó su abuela con preocupación. —Dijiste que tuviste un entrenamiento de dos horas.
—Y ese es el tiempo normal de un entrenamiento.
Emily tomó una profunda bocanada, buscando contenerse.
—Bien. Bien, ¿en serio no tienes hambre? —y su preocupación volvió a mostrarse mientras apoyaba su mano en la que Olive tenía sobre la mesa.
—Segura. —le sonrió la castaña.
Cuando por fin dieron por terminado el almuerzo, decidieron pasar el rato en un centro comercial. Sin embargo, Emily seguía con una preocupación creciente por la dieta de su nieta. Rememorando las cenas semanales, Lorelai y Rory comían cantidades suficientes, pero sobre Olive ni siquiera podía recordarlo; algo dentro de ella le decía que tenía que mantenerse atenta.
—Las perlas son un accesorio básico en el guardarropa de cualquier chica. —dijo Emily a Olive con una sonrisa.
—Por supuesto. —sonrió Olive, divertida con los consejos de moda que su abuela le daba.
Emily se volvió verla con una enorme sonrisa. —¿Quieres unas?
La menor abrió grandemente sus ojos castaños, en sorpresa.
—Oh, no creo que sea necesario, abuela.
—Tonterías, ven.
A los segundos ambas Gilmore tenían collares de perlas a juego.
Las dos se dirigieron a casa cuando Emily se disponía a comprar atuendos que combinarán, cosa que Olive identificó como su señal para sacar a relucir la cantidad de tarea que tenía que hacer para el día siguiente.
Y ahí se encontraba ella, en el comedor haciendo tarea.
—Tal vez deberíamos tener una habitación para Olive. —habló Emily a Richard.
Ambos adultos se encontraban en la sala. El hombre leía el periódico mientras que Emily veía de pie a su nieta en el comedor. Ella asintió decidida.
—Sí. Digo, ella pasará mucho tiempo aquí. Incluso Rory podría tener una. Sí, hablaré con Federico y le diré que pinte una de las habitaciones de invitados. Tendré que preguntarles qué color... Oh, flores, debe tener flores. ¿Qué otras cosas puede haber en el cuarto de una chica?
Mientras su esposa parloteaba sin parar dando vueltas en la sala, Richard miró detenidamente a Olive en el comedor, desviando los ojos y atención del pedazo de papel en sus manos. Parecía que era la primera vez que la veía. Olive no se parecía en nada a Lorelai; la piel a penas bronceada, los ojos castaños y el cabello levemente en ondas, la hacían parecer a su Emily.
No puedo evitar una sonrisa por el increíble parecido que encontró.
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El día siguiente no fue muy diferente al anterior. Olive fue llevada por Lance a la escuela después de compartir el desayuno con sus abuelos.
—Wow. ¿Qué es eso? —preguntó Kovy cuando la vio atravesar la entrada. El rubio miraba y apuntaba con uno de sus dedos el collar de perlas que reposaba en su cuello, haciéndose paso por el cuello de la camisa que portaba debajo de un suéter rosa.
Olive sonrió. —Mi abuela me lo compró. —la chica rodó los ojos divertida. —Ella tiene uno igual.
—Es como ver a Daphne de Scooby-doo. —murmuró el chico, viéndola de arriba a abajo.
La castaña le dirigió una mirada y ambos se partieron su camino a la casilla del ruso.
—Bueno, mientras tú estabas creando lazos con tu abuela, yo conseguí esto.
Kovy le tendió un folleto que plasmaba las palabras "Chilton: becas deportivas".
—¿Dónde conseguiste esto? —preguntó Olive, abriendo grande los ojos y sin poder despegarlos de la imagen de una pareja de estudiantes uniformados con equipo deportivo.
—No importa dónde lo conseguí.
—Sí, no me importa. Mira. —apuntó a una de las hojas del folleto que indicaba volleybal. —¡¿Tres entrenadores?! ¿Cómo se supone que tendré la recomendación de tres entrenadores si incluso mi profesor de francés cubre dos de los equipos donde participo?
Kovy se encogió de hombros. —Firmo yo y les doy el número de la oficina de mi papá.
—Oye sí , ¿tu papá qué hace? —preguntó Olive, recordando la conversación que tuvo el día de ayer con su abuela durante el almuerzo.
—¿Mi papá? —se volvió a verla. —Trabaja en un buffet de abogados. ¿Por qué?
—Mi abuela preguntó.
—¿Tu abuela? ¿Por qué tu abuela pregunta por mi papá?
—Porque le hablé de ti.
—¿Por qué le hablas de mi a tu abuela, Olivia?
—Olive. —corrigió con irritación.
—Olive, Olivia, Olga, es lo mismo. —bufó el chico cerrando la puerta de su casillero.
Olive rodó los ojos. —¿Y qué tal las cosas con Lindsay?
—Bueno... —sonrió de oreja a oreja el chico. —Digamos que tendrás que conseguir otro compañero de laboratorio.
—¿Qué? No. —lloriqueo la castaña. —Ahora tendré que estar con Samantha.
—Odio a Samantha. —dijeron ambos amigos al unísono, Kovy de manera burlona.
—Ni modo, linda. —le dijo el rubio con una sonrisa ladina antes de entrar a la primera clase del período.
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—Olive. —saludó Richard Gilmore cuando vio a su nieta en el comedor junto a sus libros de la escuela.
—Buenas tardes, abuelo. —correspondió con una sonrisa la menor.
—Olive, mueve tus libros. Vamos a cenar. —habló Emily entrando al comedor y haciendose camino a la cocina.
La menor de los Gilmore se puso de pie y empezó a recoger sus cosas bajo la atenta mirada de su abuelo.
Cuando la castaña se disponía a emprender su camino a la habitación, donde dejaría las cosas, Richard habló.
—No había notado lo alta que estás, Olive.
La chica paró en seco en su lugar y se volvió verlo.
—¿Cómo dices?
—Sí, estás muy alta. —asintió el mayor para después tomar asiento en la cabecera de la mesa.
Olive sonrió grandemente con felicidad, sin poder evitar dejar los libros en la mesa y correr a abrazar a Richard, quien se sobresaltó en su asiento por el pequeño arrebato de su nieta.
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Les cuento. A mi hermana le dio covid y a nosotras nos dio la "grandiosa" idea de asistir a una reunión el fin de semana antes de la prueba. Entonces el 29 de julio me hice yo la prueba y di negativo, por lo que mi mamá movió cielo, mar y tierra para alejarme de mi hermana y me fui con mi tía. Mi tía, la que vive en el cerro y cree que la tecnología son inventos hippies. Entonces sí, eso fue lo que pasó. Ahora mismo estoy en una de las computadoras de una librería pública 👌🏼.
Me disculpan la falta de gif al inicio, lo pondré en cuanto llegue a mi casa donde tengo todos mis gifs.
Pero en fin, esa fue la semana de Olive con sus abuelos.
¿Qué les pareció? ¿Les gustó?
Les tengo una pregunta seria. ¿Les gusta más los capítulos largos o cortos?
Digo porque a mi me gusta escribirlos largos porque así mínimo siento que contiene algo de trama cada capítulo. Pero también pienso a veces que los cortos son más ligeros al leer, no son tan tediosos. Aparte, como normalmente escribo algo largo tardo en actualizar. Sin contar este mes, lol el mes de julio tuvimos cuatro actualizaciones, me siento orgullosa jsjsjjs
No sé, hay muchos pros y contras en los capítulos largos y capítulos cortos, pero espero les haya gustado este y que les guste por el momento la historia.
Por otro lado, tengo que establecer los días de actualización y ya lo hice.
Se actualizará Olive los días sábados.
Así que sí, nos vemos el próximo sábado 👀.
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