𝟎𝟎𝟎 | 𝐒𝐢𝐧 𝐂𝐡𝐢𝐥𝐭𝐨𝐧

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Olive iba tarde, tenía tantas cosas que hacer antes de ir a la escuela, y a pesar de eso se le olvidó colocar la alarma anoche. Tenía que ir a junto a su madre y hermana a Luke's por el desayuno, ir con la señora Patty a recoger unos listones que le prestaría, tenía que entregarle a Babbette un sombrero que le prestó para una presentación que hizo la semana anterior, tenía muchas cosas que hacer. Salió de la habitación que compartía con su hermana Rory y encontró la casa sola, al parecer su madre y hermana ya habían salido sin molestarse en despertarla. Suspiró. Rápidamente tomó sus cosas y salió de casa caminando hacia el buzón vecino, el de Babbette, Olive, sabiendo que su vecina pronto saldría a revisarlo, dejó dentro el sombrero que amablemente le había prestado junto a una pequeña nota de agradecimiento. Una vez hecho eso tomó su bicicleta para dirigirse al centro de la ciudad hacia el estudio de danza de la señorita Patty. Aún era temprano, ella estaría por abrir así que, moviendo más de prisa las piernas, se apresuró a alcanzarla en la puerta del lugar. Olive llegó al estudio encontrando a la mujer que buscaba sacando las llaves de su bolso.

—Olive, cariño, ¿Cómo estás? —saludo sonriente la mujer que usaba accesorios dorados.

—Buenos días. —sonrió suavemente. —Atrasada, gracias. —soltó una leve risa. —¿Y usted?

—Oh, cariño, corre. —demandó. —Toma. Nos vemos luego, mi cielo. —despidió entregándole las cintas amarillas que necesitaba.

—Gracias. —exclamó la menor tomando su bicicleta una vez más para salir hacia en otro lado de la plaza.

Las Gilmore acostumbraban a desayunar diariamente en la cafetería de Luke, o mínimo pasar por un café, así que, estacionando la vieja bicicleta afuera de la cafetería, Olive se adentró apresurada esperando poder encontrar a su madre y hermana dentro.

—Luke...

—Ya se fueron.

Olive suspiró. La chica se acercó menos apresurada al mostrador pidiendo un café al hombre detrás de este. Luke le dedicó una mala mirada, pero de igual forma le sirvió el café. Olive no sabía si sentirse mal por no haber desayunado con las demás Gilmore ese día, porque realmente, no había sido el primer día; ya era la tercera o cuarta vez de la semana en que iba sola las mañanas por un café. Se sentía culpable, tal vez debería despertar más temprano.

Al terminar el café salió rumbo a la preparatoria de Star Hallow. Olive y Rory ya tenían una semana de que las clases empezaron en su primer año de preparatoria, sin embargo, Rory había aplicado una solicitud de admisión para una escuela privada en Hartford. Si Rory lograba entrar, podría ser de gran ayuda para su admisión en Harvard, la universidad que desde pequeña ha anhelado ir. Por otra parte, Olive no presentó una solicitud; no tenía las mismas grandiosas calificaciones de Rory, no se le acercaban ni un poco. Pero el terminar la escuela en una pública no significaba un impedimento para asistir a Yale, la universidad de sus sueños. Olive se proponía a buscar becas y hacer la mayoría de las actividades extracurriculares que encontrará para poder ser candidata en Yale. Sabía del sueño de su madre de tener su propio hotel, y si Rory entraba a Chilton, la matrícula podría ser demasiado cara; Olive entendía que lo último que su madre necesitaba era conocer sobre todos los planes a futuro que la chica realizaba en la privacidad de su cuarto a altas horas de la noche.

°*• ❀ •*°

Olive agradecía internamente que Rory haya insistido tanto en que leyera Huckleberry Finn, cosa que le permitió realizar el trabajo de clase sin problema alguno. Si se aplicara más sabía que podía hacer la solicitud a Chilton para el próximo año escolar. Si su equipo de ajedrez ganaba las estatales podía ser un buen recurso para entrar.

Al terminar el periodo escolar, Olive encontró a Rory y Lane caminando fuera del edificio.

—Chicas, hola. — saludó sonriente.

—Hola, Olive. —correspondió Lane.

—Hola. Oye, iré a casa de Lane. —dijo Rory.

—De acuerdo, yo iré a la posada con mamá para ver si Michel puede revisar mi ensayo de francés.

—Oh, ve si te puede dar el mío, lo deje hoy en la mañana. —pidió la de ojos azules cuando su hermana se empezó a alejar.

—Sí. —gritó.

—¡El ensayo de francés! —notó Lane. Se le había olvidado.

Una vez que llegó a la posada en la que trabajaba su madre, se dirigió a al mostrador donde encontró a Michel, junto la persona que estaba buscando.

—Buenas tarde, Michel. —saludó con una dulce sonrisa Olive. Michel suspiró.

—Buenas tardes, Olive. —correspondió con un tono monótono haciendo perceptible su acento francés. Olive sonrió, le parecía divertida la actitud que el hombre solía tener.

—Oye... ¿Me ayudas? —pidió con un tono inocente poniendo sus manos juntas a modo de súplica. Michel suspiró otra vez. Olive esperaba que no se estuviera desinflando, lo necesitaba.

—Estoy muy ocupado, niña.

—Por favor, solo es revisarlo. Por favor, por favor, por favor. —pidió caminando detrás del mostrador del recibidor. Michel se alejaba del lugar tratando de evitar la voz de la hija de su jefa, pero Olive lo seguía aún con las manos juntas implorando por su ayuda.

—Ah, basta, niña. —exclamó volviendo se a ella sacando una sonrisa de alegría a Olive por la atención que el hombre le otorgaba. —Déjalo en el escritorio.

—Ah, gracias, gracias, gracias. —repitió con una enorme sonrisa por lograr su cometido.

—No sé para qué me molesto. —dijo Michel par sí mismo cuando Olive dejó su trabajo donde le dijo para después ir a la cocina por un bocadillo.

Dentro de la cocina halló a s madre y a Sookie, la cocinera y amiga cerca de su madre, ambas riendo y sonriendo con emoción.

—Hola. —saludó.

—Uh, Olive, cariño, a que no adivinas qué. —dijo feliz Lorelai, su madre. Demasiado feliz.

—¿Cumplimos el récord de días sin accidentes? —indagó con una sonrisa sabiendo que eso era imposible. El récord era de cuatro días seguidos sin accidentes en la cocina, y sabía que Sookie traía puntadas por un incidente de días atrás. Pero cuando su madre se disponía a responderle, se vio interrumpida por la voz de Rory.

—¿Mamá?

Las tres féminas se volvieron a la puerta de la cocina viendo como Rory entraba y se posicionaba a lado de Olive, frente a su madre y Sookie.

—Te ves feliz.

—Así es.

—¿Hiciste algo indecente? —inquirió curiosa por su actitud.

—No estoy así de feliz. — ambas mujeres soltaron una pequeña risa de emoción. Las menores las vieron expectantes. —Toma. —le entregó a Rory una misteriosa bolsa de papel.

—¿Qué está pasando?

—Ábrelo. —demandó Olive curiosa por la situación. Rory obediente, sacó de la bolsa una falda a cuadros plisada que provocó un ceño fruncido de confusión en ambas hermanas.

—¿Saldré en un video de Britney Spears? —sonrió Rory confundida.

—Vas a ir a Chilton. —soltó Sookie con emoción haciendo que Lorelai le pegara en el brazo por revelar la sorpresa. —Lo siento.

—¿Qué? —expresó sorprendida Olive.

—Lo conseguiste, cariño. Te aceptaron. —explicó su madre ante la conmoción que el par de menores presentaba.

—¿Cómo es posible? Tú no hiciste ... con el director. ¿Verdad? —interrogó Rory recordando las palabras que su madre le dirigió días atrás.

—No, cielo. Era una broma. Tienen una plaza y comienzas el lunes. —respondió aún con una inmensa sonrisa en su rostro.

—¿De verdad?

—De verdad.

—¡No puedo creerlo! ¡Oh, santo cielo! ¿Voy a estudiar en Chilton? —exclamó sorprendida y emocionada por la noticia mirando a Olive en el proceso.

—¡Vas a ir a Chilton! —respondió su hermana con una sonrisa de oreja a oreja por la impresión del acontecimiento dado. Rory la abrazó para después hacer lo mismo con su madre.

—Sookie, voy a ir a Chilton.

—Haré galletas, a los rectores les encantan. —dijo la mayor después de que Rory la abrazara de igual manera.

—Tengo que decirle a Lane. —dijo la de ojos azules dispuesta a irse, pero rápidamente se volvió a su madre una vez más para abrazarla. —Te amo.

—Te amo. —correspondió su madre.

Rory se volvió a una sonriente Olive diciendo:

—¡Iré a Chilton! —celebró para después tomar a su hermana de la muñeca y correr ambas a buscar a Lane.

 °*• ❀ •*°

—Es muuuuy larga. —apuntó Olive a Rory. El par de Gilmore's estaban en su habitación viendo la nueva falda a cuadros que Rory tendría que usar ahora siendo parte de Chilton.

—A mí me parece bien. —opinó Rory viéndose una vez más en el espejo del tocador que había en el cuarto. Olive negó.

—No, es demasiado larga. Seguro mamá podrá hacerle el dobladillo, querrá hacer el dobladillo. —dijo enfatizando, conociendo a su madre mientras tomaba asiento en su cama, una de las individuales que había en el espacio. —Ahora que eres una niña de escuela privada, eres mi archienemiga oficial. —sonrió. —Te volverás pesada y mimada. —le sacó la lengua a Rory jugando, haciendo que esta le lanzara lo más cercano que había a su alcance, unas calcetas. Las dos rieron. —Vamos, enseñémosle a mamá y a Sookie. —sonrió.

—De acuerdo. —concordó Rory para que después ambas salieran al porche de la casa donde las dos mayores de encontraban. —Mamá, ¿Qué te parece? —preguntó una vez que se encontraron afuera.

—Wow. Te hace ver más inteligente. —dijo una muy animada Sookie.

—Okey, alguien terminó con el vino por hoy. —dijo Olive sonriente entrelazando el brazo con el de Sookie.

—¿Mamá? — preguntó Rory.

Lorelai la miró de pies a cabeza para terminar diciendo: —Parece que te tragó una falda escocesa. —Rory suspiró con una sonrisa.

—Bien, puedes hacerle el dobladillo. —Lorelai sonrió emocionada. —Un poco, solo un poco.

—O puedo hacerle un gran dobladillo.

—No, no quiero que sea muy corta. —Rory rio cuando su madre la abrazó por los hombros dirigiendo a todas dentro de la casa. —No puedo creer que mañana será mi último día en la preparatoria de Star Hallow.

—Estaba tan emocionada que participó en la clase de educación física. —comentó riendo Olive al recordar a su hermana.

—¡No es cierto! —rio Lorelai.

—Y jugué voleibol. —dijo Rory subiéndose a un banquillo para que su madre tomará el largo de la falda.

—Con otras personas. —agregó Olive a lado de su hermana.

—Y aprendí que todo este tiempo que evité los deportes en grupo fue muy inteligente, porque soy muy mala.

—Pésima. —coincidió Olive asintiendo.

—Bueno, eso lo sacaste de mí. —dijo Lorelai. —No como está loca que se la pasaba dando volteretas como un mono. —apuntó a Olive con una mueca graciosa sacando risas a sus dos hijas.

—¿Dónde está tu paté? —preguntó Sookie saliendo de la cocina.

—En la casa de Zsa Zsa Gabor. —le respondió sarcástica Lorelai.

—Bien, iré al supermercado, porque no tienes nada en esta casa. ¿Te parece comer pato?

—Si es hecho de pollo, por supuesto.

—Ya regresó. —dijo Sookie para dirigirse fuera con su bolso.

—Adiós. —dijeron ambas hermanas al mismo tiempo.

—Bien, esto te dará una idea. —dijo su madre palmeando las piernas de Rory para después enderezarse. —Ve a ver si te gusta.

—Okey. —dijo la ojiazul bajando del banquillo. —Me encanta ser una chica de escuela privada. —dijo sonriente a su madre para terminar yendo a la habitación que compartía con su hermana. Lorelai suspiró.

—Si Rory encuentra a un heredero rico, podría mantenernos a ambas. —dijo Olive apoyando su cabeza en el hombro de su madre.

—Mmm, no me molestaría. —dijo Lorelai pasando su brazo por los hombros de su segunda hija. 

 °*• ❀ •*°

—Y tendrá que llevar este aburrido uniforme diario. —le dijo Olive a Lane mientras ambas ayudaban a Rory a vaciar su casillero.

Síp. No más miradas por los pantalones que llevas, porque allí todos tienen la misma aburrida ropa y se dedican a aprender. —dijo Rory con una sonrisa emocionada mientras tomaba la caja que Olive antes cargaba con todas sus cosas.

—Okey. Está la mentalidad académica, y luego están los amish. —bromeó Lane.

—Gracioso.

—Gracias. —Lane sonrió. Las tres chicas se dirigieron a la salida del edificio caminado por los pasillos. —Le dije a mi mamá sobre tu cambio de escuela.

—¿Se emocionó?

—La fiesta es el viernes. —las tres féminas rieron.

—No entiendo por qué te odia. —dijo Olive a Rory.

—No la odia a ella, odia a tu madre. —puntualizó Lane. —No confía en las mujeres que no se casan. Oh, tengo que irme. —le entregó a Olive unos libros de Rory que ella cargaba. —Debo ir a tomar el té con un futuro doctor. ¿Cómo me veo? ¿coreana?

—La viva imagen. —dijo Roy.

—Genial. Nos vemos. —se despidió para después salir por la entrada principal.

—Adiós. —dijeron ambas hermanas a la vez.

—Toma. —le dio Rory a Olive la caja que tenía provocando que varias cosas cayeran al suelo. La Gilmore se dedicó a tomarlas. —Cielos. Pareces Ruth Gordon, parado ahí con su hierba mágica. Haz un ruido. —expresó al chocar con unas piernas al estar ella agachada terminando de recoger todas las cosas.

El bebé de Rosemary. —dijo el chico al que le pertenecían dichas piernas. Rory levantó la mirada encontrando a un chico castaño y alto que nunca había visto antes. Asintió. —Es una gran película. Tienes un buen gusto. —opinó sonriente el castaño. Rory sonrió por el alago bajando la mirada nerviosa. —¿Te mudas? —preguntó al percatarse de Olive sosteniendo la caja con las cosas de Rory.

—Em no, solo mis libros. —dijo Rory. Olive abrió los ojos sorprendida, estaba presenciando una escena cliché de película romántica y no podía creer que le estaba pasando a su hermana.

—Mi familia se acaba de mudar aquí desde Chicago. —dijo el desconocido castaño.

—Chicago. Viento. Oprah. —enumeró Rory vacilante. Olive abrió la boca sorprendida, su hermana no podía ser tan tonta. Cerró los ojos frustrada.

—Soy Dean. —se presentó por fin el castaño ahora no desconocido.

—Hola. —saludó Rory. "Te la llevas o te la llevo". Pensaba Olive al cielo al ver a su hermana tartamudeando al presentarse ella.

—Lorelai. Me gusta. —sonrió Dean. Olive tenía una expresión de emoción en su cara, era claro que el chico buscaba la atención de su hermana. Nunca a tenido una conversación sobre chicos con ella, nunca se había presentado la situación en el que les coqueteara un varón, pero claro que una se avecinaba al final del día.

—... Pensó sobre como los hombres siempre lo hacen. Así que, ¿por qué no una mujer? Dice que el feminismo se apodero de ella. —parloteaba Rory. —Aunque, personalmente, creo que el Demerol influyó mucho en esa decisión. —rio nerviosa. —Nunca hablo tanto.

Olive negó en desaprobación.

—¿Qué? —murmuró Olive para ella misma viendo con el chico castaño caminaba hacia la salida. No podía terminar así.

—Deberías consultar con la señorita Patty. —dijo Rory haciendo que Dean se volviera. —Sobre el trabajo. Puedes checarlo con la señora Patty. Ella enseña baile y actuó en Broadway una vez.

—En realidad no soy de bailar mucho.

—No. —dijo Olive interviniendo por primera vez en la conversación de ambos jóvenes. —Ella sabe todo lo que pasa en Star Hallow. Ella podría saber si hay algún empleo disponible.

—Oh, genial. Gracias. —dijo Dean sonriendo a ambas chicas, notando levemente el parecido entre ambas. Tal vez el cabello castaño. —Y, ¿Tú eres...?

—Oh, Olive. Mucho gusto y bienvenido. —se presentó la Gilmore ofreciendo una mano para que él la estrechara apoyando el peso de la caja que cargaba en su pierna. Dean aceptó el saludo con una sonrisa.

—Emm... ¿Qué harás ahora? —preguntó animado Dean a Rory acercándosele.

—No mucho. Solo tengo que dejar esto...

—Oh, yo tomaré eso. —dijo Olive con una sonrisa cómplice a Rory tomando los libros que ella tenía en mano. —Nos vemos luego, sis. —despidió haciendo un movimiento gracioso con las cejas en su dirección. —Adiós, Dean. Un gusto conocerte. —se dirigió a la salida para dejar a solas a su hermana con el lindo chico.

Esa noche, Rory llegó a su habitación con un ceño fruncido llamando la atención de Olive con su llegada.

—¿Y....? —preguntó con una sonrisa ansiosa por saber sobre el apuesto chico con el que pasó la tarde su hermana.

—¿La semana pasada un chico se lastimó con un balón? —preguntó Rory curiosa.

—Sí... Hubo sangre en todas partes. —respondió Olive confundida por la pregunta. —¿No lo viste? Sueles estar afuera después de clases. —dijo ahora confundida porque su hermana no supiera del accidente del viernes pasado. Rory asintió aún con el ceño fruncido. —¿Pasa algo? —preguntó Olive preocupada

—¿Es Rory? —preguntó su madre desde el segundo piso evitando que Rory respondiera.

—¡Sí, soy yo! —gritó Rory para que la escuchara.

—Perfecto, vamos a cenar.

El camino hacia la cafetería de Luke fue silencios. Lorelai parecía ansiosa, quizás estresada. Rory tenía esta cara de irritación que confundía a Olive. Y en cuanto las tres llegaron y tomaron asiento en una de las mesas, el ambiente parecía tenso, cosa que confundía aún más a Olive.

—Llegaste tarde a casa. —dijo Lorelai jugando con la ensalada que Luke había insistido en darle.

—Oh, sí. Fui a la biblioteca. —mintió Rory. Rory nunca mentía. Olive la miró confundida por ello, pero no dijo nada al respecto.

—Oh, olvidé decirles que mañana cenaremos con los abuelos. —avisó Lorelai tomando un tragó del café que tenía servido.

—¿En serio? Pero estamos a septiembre. —dijo Rory confundida.

—¿Y?

—¿Qué fiesta hay en septiembre? —preguntó.

—No es sobre una festividad. Es solo una cena. ¿De acuerdo? —dijo seria Lorelai.

—Bien. Lo siento. —se disculpó Rory tomando una porción de su ensalada.

—¿Tendré que usar algo elegante? —preguntó curiosa Olive. Sus abuelos tenían un alto nivel económico, vivían en Hartford.

—No lo sé, cariño. Tal vez. —evadió su madre mirando la llegada de Luke con la comida.

—La carne roja podría matarlas. Provecho. —dijo con su usual actitud seria para después irse dejando la cuenta en la mesa. Lorelai sonrió burlonamente.

—Terminé el dobladillo de la falda. —dijo Lorelai cambiando su plato de ensalada por la hamburguesa que había ordenado. Rory no respondió. —Un gruñido de reconocimiento estaría bien.

—No entiendo. ¿Por qué vamos a cenar mañana? Digo, ¿y si tuviera planes? ¿Y si Olive tuviera planes? No preguntaste. —dijo exaltada Rory.

—Bueno, si tuvieran planes lo sabría.

—¿Cómo?

—Pues me lo hubieran dicho.

—No te cuento todo. Tengo mis propias cosas. —expresó irritada la ojiazul.

—De acuerdo, tienes cosas. —admitió Lorelai echando una mirada confundida a Olive a su lado. La castaña se encogió de hombros sin saber qué pasaba en la situación.

—Exacto. Tengo mis propias cosas.

—Hey, tengo derecho a ser la mala esta noche. —dijo su madre después de que Rory alzara un poco la voz.

—¿Solo esta noche? —murmuró. Olive estaba sorprendida; Rory no era así de condescendiente.

—¿Qué rayos te ocurre? —demandó saber Lorelai por su actitud.

—N-no estoy segura de querer ir a Chilton. —dijo Rory. Lorelai y Olive se miraron sorprendidas y confundidas por la declaración. Antes, Rory estaba muy emocionada de ir. —Es un mal momento. —explicó débilmente.

—¿Un mal momento?

—Y el autobús a Hartford es de treinta minutos de ida y vuelta.

—No puedo creer lo que estoy escuchando. —expresó Lorelai por la posición que Rory estaba tomando respecto a Chilton.

—P-pero, tú querías ir a Chilton. —dijo anonada Olive.

—Y no creo que deberíamos gastar ese dinero. —agregó Rory. —Chilton de seguro costará mucho y deberías usar todo ese dinero en comprar el hotel que quieren tú y Sookie.

—Pero ¿Qué hay de la universidad? ¿Qué pasó con Harvard? —preguntaba Lorelai sin terminar de creer lo que su hija le decía.

—Aún podría entrar a Harvard si me quedo aquí, Olive lo hará y estoy segura de que ella logrará entrar a la universidad que tanto quiere. —argumentó la menor.

—No estamos hablando de Olive. —habló duramente su madre.

—¿No crees que podría entrar a Yale? —preguntó una temerosa Olive hacia su madre. Lorelai la miró sorprendida por la insinuación.

—Okey. Basta de tonterías, ¿de acuerdo? —declaró silenciando a ambas hermanas. —Aprecio tu preocupación por el dinero, pero lo tengo todo arreglado. —se dirigió a Rory ignorando la pregunta de Olive.

—Pero no quiero ir.

—¿Por qué?

—Porque no. —alzó Rory la voz.

—Tengo que salir de aquí. —dijo desesperada Lorelai para enseguida levantarse e ir fuera del restaurante.

—Emm hay que pagar primero. —avisó insegura Olive por la reacción de su madre. Lorelai volvió dentro del lugar dejando el dinero en la mesa para al fin retirarse, con Rory y Olive siguiéndola.

—¿Qué está pasando? —le preguntó Olive a Rory, ambas estaban detrás de su madre sin que esta las escuchara.

—Tal vez deberías ir tú en mi lugar. —declaró sin mirarla. —De seguro entenderían. Cambiar una Gilmore por otra.

—Emm dudo mucho que eso sea posible. —dijo divertida Olive. —¿Esto es por Dean? —susurró preocupada. Olive no creía que la relación de Rory y Dean se viera afectada si ella iba a Chilton. Pero la voz de la señora Patty impidió que su hermana le respondiera.

—Oh, Rory, bien. Creo que encontré un trabajo para tu amigo.

— ¿Qué amigo? —preguntó Lorelai a Rory.

—Necesitan un muchacho para el almacén en la tienda. Ya hablé con Taylor Doose al respecto, solo envíalo por aquí mañana.

—Okey. Gracias. —dijo Rory apenada, desviando la mirada que su madre tenía sobre ella.

—¿Qué amigo?

—Oh, es muy guapo. Tienes muy buen gusto. —alago la señorita Patty a Rory. Olive asentía para ella misma. La señorita Patty tenía razón, Dean era muy guapo.

Rory decidió que era hora de correr, al parecer.
—Oh no. Vas a tener que caminar más rápido. ¡Tendrás que convertirte en un maldito corre caminos si quieres alejarte de mí! —exclamó Lorelai enojada siguiendo a Rory que huía de la escena, dejando ambas a Olive atrás.

—Emm... Hasta luego, Srta. Patty. Mañana le traigo las cintas. —dijo la castaña empezando a alejarse del lugar, con su madre y hermana muy adelante de ella.

—Adiós, cariño.

Olive llegó a casa mucho después que las otras Gilmore, y sabía que los gritos que se escuchaban desde fuera eran provenientes de su madre.

—¿Tiene una motocicleta? So vas a malgastar tu vida, será mejor que tenga una motocicleta. —gritó Lorelai a Rory, quien azotó la puerta de su habitación fastidiada.

—Que yo sepa no, pero tiene unos ojos muy lindos. —dijo Olive pasando por su lado para llegar a la cocina, una zona neutra fuera de peligro. Lorelai la volvió a ver.

—Tú sabías de esto. —acusó.

—Hey, sobre lo de Chilton no, y créeme que estoy de tu lado. Si pudiera, preferiría ir a Chilton antes de andar con un muchacho. Un muchacho lindo. —dijo encogiéndose de hombros.

—¿Por qué no quieres a Chilton? —preguntó de repente Lorelai curiosa.

—No es que no quiera. No hice la solicitud.

—Pero ¿por qué no? —dijo caminando hacia ella. —Tienes buenas calificaciones. Tienes el equipo de ajedrez y el equipo de voleibol. Estoy segura de que te hubieran aceptado, cariño.

—Yo no. —dijo Olive repentinamente seria, para después levantarse de la silla que ocupaba y caminar hacia la sala. Lorelai suspiró.

—Una adolescente a la vez. Un problema adolescente a la vez. —murmuró para ella misma para adentrarse a la habitación de Rory después.

Olive no creía poder entrar a Chilton. Quería, pero no creía poder. Rory siempre a sido la inteligente, la del promedio de 9.5. Rory es un diez. Olive es un siete.
Rory leía libros, sabía cada referencia de película y cada clásico literario. Aunque Olive siempre disfrutaba ver películas con su hermana y madre, y gozaba de una buena novela cada que podía, no le era suficiente. No quería leer sobre lugares, no quería vivir a través de líneas escritas por alguien más. Olive quería viajar. Su padre vivía en California, lo sabía. Sin embargo, nunca a estado ahí. Nunca ha salido del país. Quería conocer nuevos lugares, no solo saber datos de ellos; quería vivir la historia, no solo saberla; ella quería más. Pero no podía tenerlo.
Se esforzaba en la escuela, Dios sabía que lo hacía. Pero el esfuerzo no se mide en una calificación. No importaba cuanto anhelaba ser un diez, el destino parecía condenarla a ser un siete, un ocho.
Ajedrez, vóleibol, cocina, física, química, biología, literatura, economía, ballet. Nada.
Un ocho no entra a Chilton. Menos un siete.

Adiós a Yale.

°*• ❀ •*°

—Me dijiste que te avisara cuando llegaba tu hija. Pues está aquí y está sentada en mi silla. —dijo Michele a Lorelai.

—Espera un momento. —dijo la mujer a Sookie y se dirigió a la recepción del hotel encontrando a Olive en la dichosa silla de Michel dibujando estrellas en sus jeans con un marcador permanente. —Oh, hola, cariño. Creí que eras Rory. —suspiró.

—Oh, sí vi la nota que dejaste. Creí que te referías a las dos. —dijo Olive cansadamente.

—¿Sigue muy molesta? —le preguntó su madre. Olive suspiró cansada. Rory estuvo con una actitud irritante en la mañana, fue como convivir con una bomba de tiempo. Los turnos del baño fue lo peor.

—Se le pasara.

—¿Tú conoces al chico? —preguntó Lorelai curiosa. Rory no dijo nada sobre él en su pelea de anoche. Olive se encogió de hombros.

—Es lindo físicamente. No he convivido con él.

—Me pediste que te viera aquí. —decía la voz de Rory que acababa de entrar al vestíbulo.

—Sí. Pensé que te gustaría trabajar un par de horas, hacer un poco de dinero extra. —respondió Lorelai cansina por el tono indiferente en la voz de la ojiazul.

—Bien. —dijo secamente.

—Oh, no me darás el trato de la hija que odia a su familia, ¿verdad?

—Querías que estuviera aquí, aquí estoy. ¿Tengo quehacer algo o qué? —dijo bruscamente Rory.

—Sí, ve a casa. La cena es a las 7:00 pm. Debes estar lista. —ordenó Lorelai dando le la espalda.

—Bien.

—Bien.

Rory se marchó dejando a su madre y hermana en el vestíbulo.

—¿Qué es ese olor? —preguntó Olive olfateando en el aire.

—Sookie mató a un vikingo. —respondió su madre después de suspirar. Olive hizo una mueca de desagrado.

—¿Me sorprende? Un poco. —murmuró para ella misma.

—Fuera de mi silla. —ordenó Michele haciendo aparición detrás del mostrador donde ambas Gilmore se encontraban.

—No veo tu nombre en ella. —respondió juguetona Olive. Lorelai sonrió aún dando le la espalda a ambos.

—Es mi silla. Esta es mi área de trabajo, por ende, esa es mi silla. —declaró alterado el francés.

—Ay, Michele. Deberías meditar o algo. —dijo la menor frunciendo el ceño por el estrés que desprendía el hombre. —Aromaterapia sirve. La señorita Patty tiene una de esas maquinitas con aceites en el estudio, le costó demasiado, pero funciona de maravill-

—No me importa. Muévete. —cortó el hombre.

—Agh. Hay gente tan grosera. —dijo Olive para ella misma mientras bajaba de la silla. —Me iré a casa, adiós. —se despidió.

—Adiós, cariño. —dijo sonriente Lorelai viéndola pasar por la puerta.

—Aaah, mi silla. —expresó Michele contento cuando por fin tomó asiento en ella.

°*• ❀ •*°

Las Gilmore se encontraban en la casa de los abuelos. Estaban afuera, en la entrada, alargando el tiempo para tener que entrar.

A Olive le agradaban sus abuelos, eran todos unos personajes. Emily Gilmore, su abuela, era toda una mujer de clubes, eventos sociales, una mujer refinada que disfrutaba siempre de reuniones exclusivas y de alto nivel. Richard Gilmore, su abuelo, era un hombre divertido que se deleitaba de una buena lectura, porros y un buen brandi. Ambos eran algo intensos. Su abuela era intensa. Su madre era intensa. Ambas eran intensas y su relación un asco.

—¿Entramos o nos quedamos aquí actuando como "La fosforera"? —dijo Rory.

—Ese cuento es tan triste. —murmuró Olive.

—Mira, ya sé que entre tú y yo pasa algo y que me odias. —dijo Lorelai a Rory ignorando el comentario de Olive. —Pero necesito que seas educada, solo durante la cena. Y de camino a casa puedes matarme, ¿de acuerdo?

—Bien. —cedió Rory.

La mayor de las Gilmore se dedicó a tocar el timbre, segundos después apareció la abuela detrás de la puerta dándoles la bienvenida.

—Hola, abuela. —saludó Olive en cuanto la vio.

—Bien, llegan junto a tiempo. —dijo con una sonrisa dejando pasar a su hija y nietas.

—Sí, no había tráfico. —comentó Lorelai.

—No saben qué alegría es tenerlas aquí. —dijo tomando los abrigos de sus invitadas después de cerrar la puerta.

—A nosotras también. —dijo entusiasmada Olive.

—Awww.... —sonrió Emily a su nieta. —¿Ese vaso es de colección o pudo botarlo a la basura? —preguntó a su hija. Lorelai se apresuró a acercarse al cesto que había en la entrada. —En la cocina, por favor.

—Lo siento. —dijo Lorelai.

—Bueno, quiero escuchar todo sobre Chilton. —dijo la mayor de las Gilmore a Rory tomándola de los brazos y dirigiendo a todas a la elegante sala que tenía. —Richard, mira quién está aquí.

Richard Gilmore, su abuelo, se encontraba en el sillón más grande de la sala leyendo un periódico atentamente.

—Rory. —llamó al verla entrar en la sala. Olive volvió a ver su madre y ella le dedicó una dulce mirada abrazándola por los hombros cubiertos por uno de sus más lindos suéteres. —Estás muy alta. —observó.

—Supongo. —murmuró la ojiazul.

—¿Cuánto mides?

—Un metro setenta.

—Eso es mucho. Está alta. —dijo a su esposa.

—Hola, papá. —saludó Lorelai acercándose con Olive a su lado.

—Lorelai, tu hija es alta.

—Lo sé. Increíble. La están estudiando en M. I. T. —bromeó.

—Hola, abuelo. —saludó ahora Olive con una sonrisa.

—Hola, Olive. —correspondió educadamente su abuelo. No esperaba flores, pero tal vez un comentario de su altura hubiera ido bien.

—¿Champaña? —ofreció Emily trayendo una bandeja con copas.

—Oh, qué elegante. — dijo Lorelai tomando una junto a sus dos hijas.

—Bueno, no es como si mis niñas vinieran a cenar en un día en el que los bancos abren. —dijo suspicaz. —Un brindis. Por Rory que entrará a Chilton. Y una nueva fase en su vida.

—Por ella. —dijo Richard desde el sillón.

—Por Rory. —dijo Olive para después tomar un trago de la copa dejándole un leve sabor afrutado en el paladar. Rico.

Las chicas Gilmore tomaron asiento en la refinada sala, Olive entre su abuelo y hermana. En cambio, su madre decidió quedar de pie.

—Esto es maravilloso. —habló Emily una vez estuvo sentada. — La educación es lo más importante del mundo, después de la familia.

—Y el pastel. —soltó Lorelai. —Un abroma. Era una broma. —aclaró tomando asiento a lado de su madre.

El ambiente rápidamente se tornó silencioso, y la atención de Olive se vio opacada por el pedazo de periódico que su abuelo le entregaba para entretenerse. Olive sonrió. Que gran sujeto.

No pasó mucho tiempo después para que la cena estuviera lista y pasaran los cinco al comedor.

—Olive, ¿Qué te parce el cordero? —preguntó su abuela después de un tiempo en el que todos se dedicaron a comer en silencio.

—Está muy rico, abuela. —contestó con una suave sonrisa la menor.

—¿Demasiado seco?

—No, está perfecto.

—Las papas necesitan sal. —comentó Lorelai.

—¿Perdón?

—Abuelo, ¿Qué tal el negocio de los seguros? —desvió Rory la conversación.

—La gente muere y pagamos. Tienen accidentes y pagamos. Pierden un pie y pagamos. —dijo indiferentemente tomando otro bocado del, realmente, seco cordero.

—Al menos ya tienes tu nuevo eslogan. —bromeó Lorelai.

—¿Y cómo van las cosas en el motel? —preguntó su padre.

—¿El hotel? Estupendamente.

—Lorelai es ahora directora ejecutiva. ¿No es maravilloso? —intervino Emily sonriente.

—Hablando de, Christopher llamó ayer. —hizo saber el hombre tomando un trago del fino vino que la sirvienta había servido.

—¿Hablando de? ¿Qué tiene eso que ver? —preguntó Lorelai.

—Le va muy bien en California. Su negocio sale a Bolsa el próximo mes. —hizo saber. —Esto pude significar algo importante para él. Un hombre muy talentoso, su padre. —halagó.

—Ellas saben. —dijo Lorelai.

—Siempre fue un chico listo. Habrás salido a él. —dijo mirando a Rory. Olive tragó duro.

—Hablando de, voy a buscar una soda... o un cuchillo. —declaró Lorelai levantándose de su asiento y dirigiéndose a paso rápido a la cocina.

—Olive, cariño. —llamó su abuela. —¿Por qué tú no vas a Chilton? —preguntó realmente curiosa. Lorelai solo había mencionado a Rory el día anterior, pero no dijo nada sobre la educación de la de ojos oscuros.

—Oh, yo no hice una solicitud. —dijo con una suave sonrisa por la atención que su abuela le daba.

—Oh, pues creo que deberías hacer una. —dijo. —Tal vez, para el próximo año. Estoy segura de que les encantaría tener a ambas Gilmore en su institución. —dirigió una mirada significativa a Richard.

—Oh, cierto. De seguro se podría costear. —dijo amablemente su abuelo.

—No estoy segura de esto último. —sonrió. —Pero, lo tomaré en cuenta para el próximo año.

—Tal vez debería ir a...

—No. Iré yo. —cortó Emily a Rory para después levantarse y salir tras su hija. —Tú quédate y hazle compañía al abuelo. 

En cuanto la abuela estuvo fuera de su vista, Olive, Rory y Richard podían ser oyentes de la cálida conversación que ambas Gilmore tenían en la cocina. Pero la sorpresa invadió al par de hermanas cuando cierta información fue revelada durante la acalorada discusión que madre e hija tenían. Su madre había pedido el dinero a sus abuelos para la matrícula de Rory en Chilton. Eso confundió a Olive. Eso quería decir, que ellos se referían a pagarla a ella la cuota escolar para el próximo año. Olive sonrió. Tal vez no hablen sobre su altura, pero si de su futuro, y eso le agradaba. 

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¡Hola! Este es el primer capitulo de Olive. El capítulo más largo que he hecho en mi vida. Son más de veinte páginas de word. 

Iba a poner un prólogo, creo que era lo más correcto, pero la verdad, es que no tengo la menor idea de qué hubiera puesto en él. Ir directo al «000» me pareció más natural, no sé.

Como podrán haberse dado cuenta, Olive es la hermana de Rory, tienen la misma edad. Son gemelas. Sé que tal vez Selena Gómez no tiene mucho parecido a las chicas Gilmore, pero la amo y encontré muchas fotos bonitas de ella que no pude evita descargar. Ustedes son completamente libres de imaginar a Olive como les plazca, la verdad no tengo planeado poner fotos de Selena Gómez durante los capítulos.

También se habrán dado cuenta de que Olive no irá a Chilton. O al menos en esta temporada. Quien sabe.

Tengo que aclarar que no tengo pensado ningún destino romántico para Olive. Bueno, en realidad sí, pero no uno concreto. Andará indecisa como solo las Gilmore pueden ser.

Además, hice un soundtrack del que no estoy segura si poner. La playlist está en la biografía de mi perfil por si gustan pasarse a oírla. También, no soy de hacer edits o gráficos porque la verdad no se me da, pero si gustan hacer alguno será aceptado gustosamente, acreditado y colocado en el apartado de "Primer Acto".

Si les gustó el capítulo, me ayudarían mucho votando, dejando su comentario, ¿Qué les pareció? ¿Qué les gustaría ver? ¿Cuáles son sus expectativas y visiones con este fanfic? Etc.

Pd. Logré hacer estas cositas con puntitos que parecen brillitos y me encanta. Nunca había hecho algo así, por lo que es muy probable que vean esos adornitos muy seguido.

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