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CAPÍTULO TRECE
• PROVOCACIONES •
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Habían pasado dos días y tanto las bromas como el plan de Némesis iban a la perfección, Malfoy no sospechaba nada y seguía sufriendo, y en cuanto a lo otro le pilló varias veces a Evans mirándolos fijamente, además de la confusión en su rostro cada vez que James pasa por su lado y ni siquiera la mira.
— Está funcionando — chilló emocionado dándole un abrazo tras pillarle a Lily mirándolos.
Ella tuvo que reprimirse las ganas de empujarlo, de hecho estos días tuvo que soportar las constantes muestras de afecto del chico los cuales le parecen muy empalagoso, pero todo sea por el plan, el fracaso no está en ella, además han fingido tan bien que hasta el colegio entero piensa que tienen algo, claramente ellos no le han negado a nadie, ni siquiera a sus propios amigos, aunque Regulus es lo suficientemente inteligente como para saber que es parte de un plan para conquistarle a Evans, algo que se dio cuenta con tan solo observarle a James que aunque se esfuerza no es lo suficientemente bueno para engañar, por otro lado Sirius se molestó con James pero luego le restó importancia, Peter no dijo nada al respecto y Remus se sentía incómodo y quizás un poco desplazado dado que ya no habla con ella porque siempre está con su amigo.
— Pero no la mires que se dará cuenta idiota.
— Cuanta agresividad amorcito — dijo en tono burlón.
— Por Merlín, que asco, no me digas así que voy a vomitar.
— Así cómo amorcito.
— Te detesto tanto que tengo ganas de cortarte la lengua y también los brazos para que ya no me toques.
— Yo también te amo cariño.
Le dio un rápido beso en la mejilla y Némesis otra vez se reprimió en limpiarse la mejilla y separarse del odioso abrazo. Ya está bastante arrepentida de haberle propuesto ese plan, al menos va funcionando de a poco y por desgracia suya James le propuso alargar dos días más el trato, ella aceptó solo porque le pagó otros 28 galeones más.
— Que ganas de morir.
— Hey, no digas eso — le reprochó — La vida es hermosa.
— La vida apesta y ni siquiera tiene sentido, tanto esfuerzo para luego simplemente morir, nada sirve.
— Bueeeno, aquí claramente hay síntomas depresivos. Cuéntame tus problemas para que te sientas mejor.
— ¿Qué te crees? ¿Un terapeuta?
— Puedo tomar el papel, tengo experiencia porque mi mamá me obligó a ir con un psicólogo muggle.
Se separó finalmente pero agarró su mano para llevarla con él y alejarse de los ojos de las personas. A lo lejos Lily, Remus y Sirius los miraron fijamente con distintos pensamientos sobre esa "relación".
— ¿Por qué te llevó? — le preguntó dejándose llevar e ignorando las miradas encima de ellos.
— Porque tenía un miedo irracional al agua y resulta que luego de meterme en una hipnosis unas cuantas veces lograron descubrir que la fuente de ello es que una vez casi morí ahogado pero mi niñera logró salvarme a tiempo, nunca le mencionó a mis padres e inconscientemente reprimí ese trauma no pudiendo recordar nada hasta cuando tuve doce años.
— Que idiota ¿Cómo te vas a ahogar? — bromeó en tono burlón pero luego se colocó seria — ¿Ya lo superaste?
— Sí, todo superado. ¿Y tú? ¿Algún miedo?
— Actualmente no tengo miedo de nada, pero antes de pequeña le tenía miedo a la oscuridad.
— ¿Y cómo lo superaste?
— Le pedí a mi hermano que me encierre en una habitación oscura hasta que yo le pida que me saque, al principio no pude pero cada día lo enfrentaba hasta que llegó un momento en que me acostumbré tanto que me empezó a gustar la oscuridad, hoy en día la noche es mi favorito.
— Wow, digna Gryffindor, no sé porqué estás en Slytherin.
— En realidad el sombrero casi me mandó ahí pero mi lado serpiente es mayor que cualquier otra casa.
— Eso explica muchas cosas.
Némesis jamás se vería en otra casa que no sea Slytherin, pese a todo es bastante fanática de su casa y en cada partido se nota bastante porque le apoya a gritos y ahora lo hará aún más dado que su mejor amigo es buscador. Además le gusta apostar pero secretamente lo hace por ambos equipos así terminará ganando de cualquier manera y más dinero de lo que gastó.
— ¿Ya empezaron su práctica de quidditch? — le preguntó.
— Aún no, pero estoy seguro que este año le aplastaremos a todas las casas y llevaremos la copa.
— ¡Já! Sí claro, quiero ver que lo intentes ¿Te recuerdo quién ha ganado la copa por dos años consecutivos?
— Cállate, este año ustedes no nos ganarán.
— Ya lo veremos, en fin, vamos a clase.
Una vez más como es de costumbre ella empezó a caminar alejándose y James se quedó quieto por unos momentos hasta que corrió tras ella hasta colocarse a su lado e intentar agarrarle la mano haciendo que Némesis al instante golpee su mano pero luego recordó el trato y de malhumor se dejó agarrar detestando tener que comportarse cariñosa, a James le divierte muchísimo verla toda frustrada y justamente por eso es empalagoso.
— ¿Desde cuándo quieres ir a clase?
— Desde que quiero huir de ti, pero al parecer eres un jodido grano de esos que duelen y molestan mucho y que no se van rápido.
— ¿Sabes? Ese tipo de grano me salió una vez en la axila y si que es molestoso y me ofende muchísimo que me compares con algo tan asqueroso como eso.
— Esa era la intención, además recuerdo bien que también tenías unos cuantos en el rostro en cuarto año.
— Shh, no menciones el peor año de mi vida, Sirius se burlaba todo el tiempo de mí — hizo una mueca de horror al recordar ese momento.
— ¿Por qué nunca usaste una poción?
— ¿Hay poción para eso? — preguntó confundido — Pero si...¡Ese idiota! Me dijo que no existe una poción que acabe con los granos.
— ¿De quién hablas? Digo para felicitarle porque fue divertido verte sufrir aunque no hablábamos en ese entonces.
— No importa porque ahora me acabo de dar cuenta que siempre terminamos por hablar de cosas como estas.
Justo en ese momento entraron a la clase que les toca juntos por lo que no respondió y sacudió disimuladamente su mano para que le suelte de una vez por todas pero obviamente él no lo hizo, al contrario, sujetó más fuerte con una sonrisa divertida que flaqueó cuando ella le dio esa mirada asesina que jamás admitiría en voz alta que le intimida un poquito, aún así la arrastró a la última mesa de la clase prácticamente obligándola a sentarse a su lado.
— Por tu culpa estos días ya nadie quiere meterse conmigo porque creen que tengo novio — le reclamó en un susurro.
— Que bueno, entonces le estoy haciendo un favor a Remus, de esa forma será el exclusivo en tu vida.
— Es obvio que hasta él cree que tenemos algo.
— ¡¿Qué?!...Oh, con que por eso era.
Se rascó la barbilla viéndose pensativo pero luego le observó al susodicho que está leyendo un libro sentado casi enfrente prometiéndose hablar luego con él porque la verdad es que estos días ha estado tan metido en el plan con la esperanza de que funcione que ya no habla tanto con los chicos como antes que era el chicle personal de cada uno, siempre pegado a ellos, pero aún así si se percató de las actitudes de cada uno.
La clase dio inicio pero los dos no están prestando atención a lo que dice la profesora.
— ¿Era qué? Cuenta el chisme completo y no dejes con las dudas — habló en susurros.
— Que chismosa — se burló.
— Pues sí, no lo niego.
— Te entiendo, da gusto escuchar chismes, más aún cuando sabes la verdad y la gente lo exagera demasiado.
— Y acá en Hogwarts siempre tergiversan todo.
Ambos estaban tan metidos en su conversación que no se dieron cuenta que la profesora llamó su atención hasta que gritó el apellido de ambos y los dos se asustaron ante la sorpresa pero luego se relajaron.
— Si no van a prestar atención a mi clase será mejor que salgan en estos momentos.
— Ya no hablaremos profesora. Lo sentimos — se disculpó James con falsa culpa y Némesis lo siguió poniendo una mirada de arrepentimiento.
La profesora los miró sin creer nada sabiendo como son ambos así que mejor decidió separarlos observando a su alrededor hasta que eligió.
— Lupin ve a sentarte con Lestrange y Potter ve al lado de Snape.
— ¡Con él no profesora! ¡Te prometo que me mantendré callado! — exclamó James esta vez mostrando verdadera culpa.
— Si no quiere que le quite 50 puntos a su casa haz lo que te digo.
Los de Gryffindor empezaron a abuchearle a James quien se mostraba bastante reacio en quedarse en su lugar, incluso se aferró al brazo de Némesis y ella estaba haciendo todo lo posible para no reír y burlarse de él ya que no quiere que a final le cambien a Lupin por otro. La profesora piensa que es castigo sentarse a su lado pero la realidad es todo lo contrario.
Finalmente ante la insistencia de sus compañeros de casa él se levantó bastante molesto arrastrando sus pies hasta Severus con una expresión de sufrimiento para luego sentarse en donde ambos se miraron con desagrado.
Por su parte Remus se levantó de su asiento y fue hacia Némesis sentándose a su lado en silencio colocando sus cosas ordenadamente en la mesa.
— Hola lobito ¿Cómo estás?
— No me digas así frente al resto — susurró observando a su alrededor preocupado.
— Relájate, es solo un apodo — colocó su mano en su rodilla y él bajo rápidamente la mirada a esa zona — Es lo mismo que decirle osito, cariño y otras mierdas más a una persona.
A medida que hablaba iba subiendo lentamente su mano haciendo que Remus apriete con fuerza la esquina de la mesa mientras le observa a la profesora que habla tratando de disimular que no empieza a excitarse ante el toque y que su corazón está sumamente acelerado.
— Por lo tanto nunca nadie sospechará que hay una verdad detrás.
— Deténte — susurró volteando a verla.
— ¿Qué cosa? — preguntó sonriendo inocentemente.
Subió todo el tramo hasta detenerse muy cerca de su entrepierna dándole un leve apretón y Remus colocó su puño encima de sus labios respirando hondo y tratando de centrarse en escribir sus apuntes pero le resulta sumamente difícil con su mano ahí y peor aún que lo esté provocando con la mirada, aún así no hizo nada teniendo la posibilidad de apartarla porque la verdad es que le gusta y lo que más quiere en estos momentos es levantarse y llevarla en cualquier otro lugar para hacer lo que tanto desea desde el principio de todo.
— ¿Te gustaría que estemos a mano? — susurró cerca de su oreja.
— ¿Qué?
En un movimiento rápido hizo que deje su pluma en la mesa y agarró su enorme mano colocando en su muslo bajo su falda y Remus al sentir la suavidad de su piel no pudo evitar y lo acarició subiendo lentamente justo como ella lo hizo entendiendo ahora por qué lo hace, es satisfactorio ver las reacciones, la manera en que muerde su labio y abre las piernas invitándolo silenciosamente para que continúe además de como juguetea la pluma en su cuello bajando hasta que el borde de su camisa se lo impide.
Se perdió completamente en ella y las sensaciones dejando a un lado el tener que prestar atención a clases porque encontró algo más interesante y cuando en un movimiento inesperado ella finalmente colocó su mano en su erección dando un apretón por poco soltó un gemido que lo disimuló con un carraspeó causándole risa a Némesis. En forma de venganza quiso hacer lo mismo pero ella se dio cuenta y detuvo su mano quitando y cruzando sus piernas para impedirle el paso.
— Otro día será — le susurró divertida quitando su mano de su entrepierna bajando la mirada para ver su erección.
Remus la observó molesto y recostó su cabeza en la mesa frustrado inhalando y exhalando hondo tratando de calmarse y bajar cierta zona que está rogando por atención.
Némesis colocó su mano en su cuello y lo deslizó por su espalda causándole escalofríos ya que su camisa es tan fina que prácticamente lo siente contra su piel, luego se agachó a su altura y le habló muy cerca de su oreja.
— Tócate frente a todos.
— ¿Qué? ¡Estás loca! — susurró gritó volteando su cabeza.
— Nadie se dará cuenta si no haces ruido, todos están centrados en sus tareas.
El castaño empezó a observar disimuladamente dándose cuenta que así es pero ni aún así lo haría por más que desea calmar la incómoda situación de abajo, así que negó repetidas veces haciendo que su cabello anteriormente peinado caiga y tape su frente.
— Que aburrido...¡Profesora!
Él la observó inmediatamente asustado tapando su entrepierna con su túnica removiéndose incómodo cuando la mayoría de los ojos se posaron en ellos.
— ¿Qué necesita señorita Lestrange?
— Mi compañero no se siente muy bien, ¿me permite llevarlo a la enfermería?
La profesora le observó con desconfianza a su alumno pero al ver su palidez terminó por asentir, por suerte la luna llena está cerca y sus síntomas ya empiezan a hacerse visible de a poco.
Némesis fue la primera en levantarse y le agarró del brazo a Remus susurrándole que finja debilidad y él le siguió el juego apoyándose en sus hombros y asegurándose en taparse con su túnica. Ante la atenta mirada de sus amigos salieron y cuando estuvieron un poco más lejos ella se alejó.
— ¿Por qué hiciste eso?
— Es obvio, para que vayas a masturbarte o lo que sea que te baje eso, yo mientras iré a comer algo que no alcancé a almorzar.
— Pero...
— Nos vemos luego — interrumpió.
Con eso se alejó contoneando las caderas dejándole a Remus entre confundido y sorprendido por lo rápido que pasaron los acontecimientos preguntándose por qué se dejó tocar frente a una gran cantidad de alumnos que pudieron pillarlos y que si se da sería bastante vergonzoso. De todas maneras acepta que le agradó la adrenalina de hacer algo que considera indebido frente a otros.
Soltando un suspiro fue lo más rápido posible al baño más cercano.
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— ¿Qué pasaría si sale mal el plan y se enamoran?
— Ay por favor Reggie, estamos hablando de James Potter, el chico que no tiene ojos para otras que no sean Lily Evans, y también estoy yo, jamás me enamoraría de él, ni siquiera me atrae.
Finalmente Némesis le contó al pelinegro la razón por la cual pasa mucho tiempo con James y claramente él está en completo desacuerdo y también un poco celoso para qué mentir, y es que ya no pasa tanto tiempo con él y ya se había acostumbrado a su presencia constante, pero tampoco es como si fuera a prohibirle, jamás lo haría y de todas formas una parte suya está feliz de que tenga más amistades.
— Está bien, es tu vida después de todo, además te pagó lo que es más importante.
— Sí, y aquí nos separamos.
Antes de irse alborotó su cabello y Regulus trató de esquivar molesto pero al final solo se dejó tocar, ya sabe que Némesis tiene una extraña fascinación por su cabello y por más que intenta que no lo toque al final siempre se deja.
Finalmente dejó de tocar y se fue hacia el lugar que debe rondar tirándole un beso en el aire de despedida en el cual el pelinegro fingió agarrarlo.
Ya de antemano aburrida empezó a rondar por el pasillo esperando encontrar algo entretenido y como si alguien escuchase su plegaria al doblar se topó con un chico de unos 14 años que casi chocó con ella.
— Ay, mierda — se quejó.
— Sí, mierda para ti que acabas de perder 20 puntos para Hufflepuff.
— ¡¿Qué?! ¡Es muchísimo y solo estaba caminando!
— Caminando pero fuera del horario establecido— dijo en tono burlón con una sonrisa de lado que le fastidió al chico.
— Es injusto.
— Injusto será que pierdas más puntos si te sigo viendo frente a mí.
— Pero...
— Te doy treinta segundos para que vayas a tu sala común o te quitaré otros 20.
— Agh, no te soporto.
— Sí, te entiendo, yo tampoco me soporto a veces.
Bastante molesto empezó a caminar hacia su sala pero antes de eso se dio la vuelta quitándole el dedo del medio mientras camina de espalda.
— ¡Jódete!
— 10 puntos menos para Hufflepuff — exclamó riendo y quitándole también el dedo del medio.
— ¡Te odio!
— ¡Yo te amo!
— ¡Cállate loca!
Con eso corrió perdiéndose en el pasillo y Némesis empezó a reír siendo regañada por todos los cuadros que por supuesto ignoró y siguió su camino jugando con su varita mientras tararea una canción. Así estuvo por unos cuantos minutos que le fueron eterno y aburrido, por ende se fue al único lugar de Hogwarts que encuentra verdadera paz, la torre de astronomía, un lugar en donde casi siempre termina su noche.
Al llegar fue directo al balcón y con cuidado de no caer subió por la baranda y pasó una pierna del otro lado quedándose sentada y mirando hacia abajo la gran altura que se encuentra, luego sacó un cigarrillo de su bolsillo y lo colocó entre sus labios encendiendo.
Poco después ya estaba disfrutando de la gran paz que le genera el ambiente mientras lee un cómic y la nicotina entra en su sistema.
— Deberías bajarte de ahí o podrías caerte.
Por un momento se tambaleó del susto ante la repentina voz de Remus haciendo que tire su cigarrillo sin querer pero logró sujetarse y luego continuó como si nada sin observarlo, aún así sintió como se iba acercando a ella hasta que logró verlo ya que se recargó por la baranda observándola fijamente.
— Siempre he querido tirarme desde aquí — le comentó como si nada — ¿Y si me tiro y antes de chocar conjuras un arresto momentum?
— ¿Qué? No, por supuesto que no — dijo alterado poniendo su mano en su pierna — ¿Qué pasará si no logro realizarlo a tiempo?
— Pues me hago puré.
Rio levemente y el castaño negó aún sujetándole por las dudas, ella encendió otro cigarrillo ignorando el ceño fruncido del chico mientras la ve, claramente en desacuerdo con que fume.
— Ojalá Los Vengadores estuvieran en Hogwarts.
— ¿Qué son los vengadores? ¿Es una banda?
— Nooo — alargó la última letra riendo — Ellos son.
Le mostró la portada de su cómic y Remus lo agarró ojeando rápidamente haciendo una repasada entendiendo que son súper héroes, de esos que le gustaban cuando era muy pequeño pero que luego sus gustos fueron para los libros sin dibujos.
— Me sorprende que no lo sepas siendo un mestizo y traga libros.
— No es lo que habitualmente leo ¿Te gustan mucho los cómics?
— Sí, me gustan porque tienen dibujitos y se me hace más entretenido a comparación de los libros que son puras letras que me dan sueño.
— Quizás solo no encontraste el libro adecuado.
— Como sea, igual no le cambiaré a mis adorados cómics, en mi habitación tengo unos cuantos, deberías pasar a mirar un día de estos y tal vez hacer también otras cosas — sonrió coquetamente insinuándose.
— Por supuesto, solo dime cuándo y voy, sería genial empezar a leer otras cosas.
Némesis enarcó una ceja viéndolo fijamente dándose cuenta que no pilló su indirecta así que soltó un suspiro quitándole bruscamente el cómic de su mano tambaleándose un poco otra vez y él la agarró de la cintura rápidamente llevándose un susto momentáneo.
— ¿Para qué quieres que ellos salgan del cómic y vengan acá?
— ¿Bromeas? Sería fantástico, además podría tirarme de la torre y uno de ellos me atraparía.
— ¿Por qué tanta obsesión con tirarte de un lugar alto?...No, espera, ya sé, es porque estás aburrida y quieres sentir la adrenalina — dijo en tono burlón.
— Me vas entendiendo Lupin.
Ambos se observaron fijamente con una media sonrisa sin decir nada, solo perdiéndose en los ojos del otro, hasta que Némesis lo arruinó a propósito haciendo un amague con tirarse hacia atrás en broma pero esta ve Remus ya reaccionó de manera distinta y sin esfuerzo alguno la alzó sin previo aviso envolviendo un brazo en su cintura y colocando su otra mano en su muslo haciendo que ella en el proceso enrede sus piernas en su cintura y la llevó hacia el banco más cercano.
— Wow, esa fuerza nos servirá bastante más adelante.
Remus la ignoró ya que está un poco molesto por jugar de esa manera y atentar contra su vida, aún así se tomó el atrevimiento de sentarla en su regazo, más que nada porque así podría asegurarse que no hará algo estúpido, Némesis obviamente muy a gusto por ello.
— ¿Qué pasó del tímido Remusin? — se burló.
— No vuelvas a subirte ahí que podrías caerte y lastimarte, peor aún morir — le regañó molesto.
— Bueno, teniendo en cuenta la gran altura que hay desde aquí hasta el suelo lo más posible es que muera y la probabilidad de estar viva sería solo por unos segundos mientras agonizo, a menos de que me caiga de cabeza, ahí si quedaría un puré cerebral.
Remus la observó con la boca abierta por unos segundos y luego empezó a negar regañándola con tan solo mirarla.
— ¿Qué? ¿Acaso nunca te pusiste a pensar sobre cómo sería morir desde distintos puntos en el castillo?
— Por supuesto que no.
— ¿Ni en la casa de los gritos a punto de convertirte? — eso lo hizo dudar y no respondió — Era de esperarse.
— Tú...¿Me tendrías miedo convertido? — preguntó un poco dudoso haciendo una mueca.
— Nah, si podría te tocaría la cabeza y haría que me traigas ramas del bosque y luego te hablaría con voz chillona diciendo "¿Quién es un buen lobito? Sí, tú?".
Remus empezó a carcajearse echando la cabeza hacia atrás y Némesis lo observó sonriendo divertida imaginando el escenario y es que la verdad sí lo haría si no fuera porque apenas el lobo la vea la mataría sin dudarlo. Solo espera que algún día exista una cura para todos los licántropos o algo que los haga conscientes en cada luna llena, si ella fuera buena en pociones lo trataría de inventar sin duda alguna porque le parece una situación terrible que no le gustaría pasar por ello.
— Eres increíble.
— Lo sé, soy demasiado fabulosa.
Él no dijo nada y solo se quedó mirándola con una media sonrisa mientras ella coloca a un lado suyo el cómic con mucho cuidado, como si fuera oro puro y justo en ese momento recordó la razón por la cual ya no se juntaban y se sintió un completo idiota al darse cuenta que también tiene algo con James, aunque también tiene sus dudas, una parte suya le dice que él sería incapaz de andar con ella existiendo Lily, pero también está que puede que tengan el mismo trato con la única diferencia que con él si pueden verle, no como él que es un secreto para todos, y sinceramente la entiende, a comparación de James él se percibe a sí mismo como alguien que se avergonzarían de tener algo. También está la otra parte que le dice que solo son amigos y hay un razón detrás de su actuar repentino.
— Un beso por tus pensamientos.
Eso lo hizo volver rápidamente en sí y sin dudarlo habló de lo que estaba pensando.
— ¿James y tú tienen algo? O sea el mismo trato que nosotros, el segundo trato mejor dicho.
— En realidad somos novios — dijo seriamente.
— ¿Qué? Pero...pero tú y...mierda, no debemos estar así.
Intentó apartarla y levantarse pero Némesis sonrió de lado acercando su rostro al suyo quedando a pocos centímetros de distancia y él se quedó inmóvil reteniendo incluso momentáneamente su respiración ante el improvisto movimiento.
— Estoy bromeando, solo le ayudo a que Evans se fije en él — susurró rozando sus labios a propósito.
— Hmm.
— ¿No harás más preguntas? — negó — Bien, ahora te pagaré.
Y finalmente sucedió, Némesis cortó la distancia presionando sus labios con los suyos dejándole por unos segundos perplejo a Remus pero apenas reaccionó ambos se fundieron en un beso que de principio fue apasionado, dejándose consumir por las ganas que tenían acumuladas ya desde hace tiempo y besándose como si fuera acabarse el mundo.
Las manos de Némesis se deslizaron suavemente por su cuello dando un apretón suave y echando su cabeza un poco hacia atrás, una acción que le quitó un leve jadeo al castaño que tampoco tardó en explorar más allá deslizando una mano a su trasero y el otro lo subió con lentitud recorriendo su columna hasta posarlo en su cuello y acercarla a él aún más si es posible, deseando que el beso sea eterno porque acaba de descubrir su nueva droga, esos suaves labios con sabor a cigarrillo de menta. A él nunca le gustó el cigarrillo pero ahora acaba de descubrir que no le molestaría probar en cualquier momento siempre y cuando provenga de los labios de Némesis Lestrange, la chica que le quitó de su zona de confort para exponerlo a nuevas experiencias.
El calor del momento le hizo a Némesis quitarse su túnica en un rápido movimiento y Remus se desajustó su corbata al sentir la presión más fuerte que nunca, la separación duró muy poco cuando se buscaron ansiosos otra vez explorando con sus manos deseando arrancarse la ropa y fundirse no solamente en un beso, sino más allá.
Con la respiración acelerada Remus se separó de sus labios dejando cortos besos en su mandíbula hasta llegar a su cuello que no pudo hacer tanto así que le quitó con brusquedad su corbata casi rompiendo en el proceso y con la poca paciencia que le queda empezó a desabotonar su camisa con los dedos temblorosos desvelando su sostén blanco de encaje y cuando estuvo a punto de quitarle la camisa Némesis le detuvo.
— Espera, no haremos eso ahora.
— ¿Por qué no?
— Porque nuestra primera vez juntos será en un lugar donde nadie nos interrumpirá y no saldremos en varias horas. Solo espera y valdrá la pena.
Remus asintió un poco decepcionado pero volvió a besarla y gran parte de la noche estuvieron de esa forma, no solo en la torre, sino que al hacer sus rondas a veces se detenían y se besaban con ganas en cualquier pasillo a escondidas toqueteándose en el proceso y al finalizar la noche los dos estaban tan calientes que cada quien por su cuenta tuvieron que calmarse a sí mismos pensando en el otro.
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