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CAPÍTULO DÍEZ
• HORMONAS ALBOROTADAS •

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El verano se había ido para darle paso al otoño y el sauce boxeador lo supo dando un movimiento haciendo que todas sus hojas caigan, pero no solo eso, antes de tiempo las hojas de los árboles ya se iban pintando en un contraste entre naranja, marrón y amarillo.
A Némesis le encanta el otoño como también ama Halloween, faltan exactamente veintiocho días pero aún así ya puede sentir la esencia de ello.

— Remus no para de mirarte, es incómodo — le dijo Regulus tomando de su jugo mientras observa discretamente.

— Deja que disfrute la vista.

— Solo haz que deje de mirar, siento que no puedo comer tranquilo.

Némesis levantó la vista de su comida y le buscó al chico quien apartó los ojos pero ella se lo quedó mirando intensamente con el fin de que vuelva a mirarla y así pasó, por lo que la chica aprovechó y le guiñó el ojo, en respuesta Remus sonrió de lado y volvió a su comida.

Habían pasado exactamente diez días de la fiesta de Gryffindor y en donde la pelinegra se prometió apartarse de los merodeadores y así lo hizo, el que más la llegó a buscar e insistir fue James, incluso hasta ahora no se rinde y sigue preguntando por qué ya no quiere convivir con él ni con Remus, además está que tampoco hicieron las bromas que tenían planeado. En cuanto a Remus, él en un momento dado se molestó con ella porque lo confundía ya que lo ignoró durante cinco días, ni siquiera lo saludaba y pensó que sería diferente tras la fiesta, pero de la noche a la mañana algo cambió, obviamente seguía ignorándolo pero solo frente a las personas, luego cuando nadie parecía notar lo coqueteaba, y con eso dio paso al juego de coqueteos discretos, más que nada por parte de Némesis ya que Remus casi siempre respondía solo con una sonrisa y mejillas sonrojadas, por el momento no se anima a devolverle el coqueteo, además no es como si lo supiera hacer. En fin, gracias a la discreción Némesis pudo notar que la amistad del cuarteto volvió a la normalidad y ya no se pelean por su culpa.

— ¿Qué te traes con Lupin? Ni creas que no he notado como lo coqueteas.

— Nada, solo me atrae como muchos.

— No se ve del tipo que aceptaría tener algo sin compromiso, y en caso de que acepte seguro se enamora.

— ¿Y quién dice que quiero tener algo con él? — Regulus le dio una mirada que ella entendió perfectamente — Ay bueno, no te voy a negar pero como lo dices, no es de ese tipo.

— De todas formas aceptaría si le propones algo porque siente atracción hacia ti.

— Lo sé, y mejor ya no hablemos que debo terminar rápido porque tengo que verme con alguien.

— ¿Irás con el chico de Ravenclaw?

— Sí.

— No parece ser tu tipo.

— Aunque no lo creas me excitan más los nerds, además esos al final son los más salvajes. Ya sabes, las apariencias engañan.

— Por favor no hablemos de sexo que estamos comiendo.

— Tú empezaste.

Unos pocos minutos después terminó de almorzar y sin esperar el postre le buscó al chico de Ravenclaw que justo la miró y se comunicaron a través de la mirada. La primera en levantarse fue ella y salió del comedor contoneando las caderas como si estuviera en una pasarela, pocos segundos después la siguió el chico saliendo también del comedor, todo esto ante la atenta atención de Lupin que supo al instante lo que harían ambos y creció en él una necesidad de arruinar su momento.

— ¿Estás bien lunático? De repente te quedaste callado — preguntó Sirius.

— Sí, solo estoy pensando si habrá budín de chocolate porque ayer no alcancé a comer.

— Tranquilo, esta vez agarraremos uno para ti antes de que desaparezca — le aseguró dando un palmada en su espalda.

Con eso volvió a su charla con James y Peter pero él ya no pudo estar presente con ellos porque su mente está en una chica pelinegra que posiblemente se debe estar besuqueando o más en estos momentos con ese chico, y le molesta, sabe perfectamente que no tiene derecho ya que no son nada, ni siquiera los coqueteos le hacen algo porque ella es así con la mayoría y eso también le hace inevitablemente sentir celoso y su lado posesivo por culpa de su licantropía quiere salir a la luz porque la verdad es que nunca se había interesado por una chica, anteriormente incluso pensaba que tenía un problema o que era gay pero luego se dio cuenta que simplemente nadie lograba despertar en él curiosidad y deseo sexual, hasta ahora. Luego de la fiesta anda bastante hormonal y tiene que calmarse él mismo ya que es imposible que su mente deje de fantasear.
A estas alturas ya es bastante obvio que los dos se traen unas ganas enormes y que la única forma de apagar esa llama es cediendo, aunque quizás prenda más.

Remus movió su pierna de arriba a abajo con velocidad tratando de aguantarse y no ir detrás de ellos pero al final no pudo y se levantó bruscamente llamando la atención de sus amigos.

— ¿Qué pasa? — preguntó Peter.

— Nada, necesito ir al baño — se excusó con lo primero que se le ocurrió.

Sin esperar respuestas salió rápidamente del comedor y agradeció que hoy le tocase llevar a él el mapa, por lo tanto, no dudó en quitarlo y buscó su nombre y la encontró bastante pegada al chico en un armario cercano. Antes de arrepentirse fue directo a ellos guardando el mapa y al llegar frente a la puerta se detuvo preguntándose qué mierda le ocurre y por qué está actuando de esa forma, se detestó a sí mismo y retrocedió con el fin de volver pero el sonido de un gemido hizo que toda racionalidad se vaya por el traste y sin dudarlo abrió la puerta topándose con Némesis encima de una mesa con las piernas abiertas y la camisa abierta dejando a la vista su sostén negro mientras que el chico se encuentra entre sus piernas besando su cuello con una mano en su pecho y otro en su entrepierna siendo tapado por su falda. Ambos voltearon a ver y la chica sonrío al verle a quien menos esperaba y con una expresión que le encantó.

— Lupin, que sorpresa verte por aquí. ¿Quieres unirte?

— 20 puntos menos para Ravenclaw.

— ¡Eso es injusto! No estamos haciendo nada malo.

— Si no quieres que sean 30 vete de aquí ahora mismo — amenazó con la mandíbula tensa y apretando con fuerza el picaporte.

El chico sin dudarlo salió molesto del armario dejándole a una Némesis en la misma posición quien le está observando al chico entre divertida e irritada por interrumpir un futuro orgasmo.

— 10 puntos menos para Slytherin.

— Y 10 puntos menos a Gryffindor por arruinar mi momento — dijo en tono burlón.

Ambos se observaron con intensidad hasta que Remus rompió el contacto para deslizar con lentitud sus ojos por su cuerpo expuesto y al instante toda molestia desapareció para darle paso a la calentura de verla en esa posición en el cual hasta puede ver su braga negro que combina con su sostén. Y en ese preciso instante anheló poder pasar sus manos por cada zona de su cuerpo.

— ¿Vas a pasar o seguirás mirándome?

Con el corazón acelerado entró cerrando la puerta con llave siendo recibida por la poca iluminación, avanzó con lentitud hacia ella pero quedándose a una gran distancia sin saber qué hacer. Sinceramente esto no estaba en sus planes, la idea era solo interrumpir y ahora que lo piensa fue bastante estúpido e impulsivo.

— Así que te pones celoso de verme con otros. Interesante.

— No estoy celoso.

— ¿Te gustaría ser tú el chico de Ravenclaw? ¿Quieres estar en la posición de todos los que me complacen? — le provocó con un tono seductor que solo utiliza con sus conquistas.

Ante su falta de respuesta Némesis extendió su mano en su dirección y él como si estuviera embrujado avanzó hacia ella y apenas estuvo a su alcance le agarró de su corbata empujándole en su dirección quedando a pocos centímetros de distancia.

— No vuelvas a interrumpirme — habló secamente con seriedad, todo lo contrario de hace un momento.

Remus no se inmutó ante su amenaza ya que está muy ensimismado entre su dulce aroma que lo enloquece y sus labios gruesos que no puede parar de mirar, tiene muchas ganas de cortar la distancia pero se contuvo esperando que sea ella quien dé el primer paso. Sin embargo, no lo hará, no cuando tiene la posibilidad de vengarse por su irrupción, por esa razón soltó su corbata y en su lugar rodeó sus piernas en su cintura y cuando lo acercó bruscamente a ella ambos soltaron un leve jadeo ante el contacto de sus zonas íntimas, en donde él ya está empalmado y ella mojada por su anterior momento.
Némesis acercó sus labios a su cuello rozando un camino hasta llegar a su oreja logrando que la respiración de Remus se acelere más al punto de hacerse audible.

— No seas tímido lobito. Tócame — susurró.

Por unos segundos no hizo nada hasta que levantó lentamente sus manos hasta posarse suavemente en su cadera, la pelinegra no contenta agarró sus manos y lo guió con lentitud hacia su trasero mientras que en el proceso observa fijamente su rostro con la poca luz que lo ilumina, pero suficiente para ver que está con la boca semi abierta aún observando sus labios , se ve tan atractivo y rudo con todas esa cicatrices que le encantan y la pone caliente.
El castaño no es el único que estuvo pensando en lo sucedido en la fiesta, ella también y desde ese día tiene ganas de descubrir cómo es él en la cama, si sigue siendo tímido o su lado lobuno toma posesión volviéndolo salvaje y rudo.

Soltó sus manos una vez estuvo a gusto y mordió su labio para no emitir ningún sonido cuando él lo apretó acercándola más a él haciendo un movimiento con su cintura en el proceso con el fin de buscar más roces.
A este punto ambos ya están excitados pero Némesis aún tiene suficiente control mental, todo lo contrario a Remus quien ya se perdió por completo en ella y las sensaciones, eso le da a ella mucha más ventaja, por ende no caerá por más ganas que tenga de arrancarle la ropa y que la coja duro contra esa vieja mesa.

Remus no aguantó y escondió su rostro en su cuello inhalando profundamente soltando un gruñido bajo haciendo que la piel de Némesis se erice. Empezó a dejar suaves besos en la zona hasta que se convirtieron en leves mordidas y lamidas, pero cuando se dio cuenta de ello se separó rápidamente de su cuello cerrando los ojos y recargando su frente con el de ella soltando un suspiro.

— Deja de reprimirte y hazlo como deseas.

— No quiero lastimarte.

— Tranquilo, me gusta lo rudo.

El castaño soltó una leve risa pero no siguió su petición y se quedó en esa posición disfrutando el momento de tenerla cerca porque sabe que luego de esto ella se volverá a alejar sin razón y continuará saliendo con otras personas volviéndose él uno más del montón. Ese recordatorio fue suficiente para mandar todo a la mierda y dejarse llevar, por lo tanto, hizo lo que desde un principio deseaba, empezó a recorrer suavemente su cuerpo con sus manos detallando su figura, empezando por sus rodillas y subiendo con lentitud por sus muslos disfrutando de la suavidad de su piel y su respiración acelerada chocando contra sus labios, pero lo que más le enloqueció fue el hecho de que ella separó su rostro del suyo para empezar a besar y chupar su cuello, sabe que eso dejará marcas pero no le importó porque solo quería seguir disfrutando de las sensaciones placenteras que le genera sus labios en esa zona y sus intimidades rozándose mientras sigue haciendo un recorrido estando ya a la altura de sus pechos que están cubierto por su molesto sostén que le impide hacer correctamente su recorrido, por eso tuvo la intención de quitarlo pero Némesis le impidió.

— Aún no.

No le gustó la idea pero la respetó a pesar de querer arrancárselo. Sabe que ella es la única quien tiene el control aquí, él seguirá hasta donde se lo permita llegar, por ende solo se conformó con volver a bajar sus manos en otras partes.
Némesis por su parte cada vez está cediendo por culpa de la necesidad de ser atendida, aún así hace su mayor esfuerzo en reprimirse, irónico, teniendo en cuenta que hace menos de tres minutos le estaba diciendo al chico que no lo haga. No obstante, continuó con las provocaciones dejándose llevar por un breve momento por la calentura y mover la cadera en círculo soltando jadeos ante el contacto de su erección.

— Mierda — susurró Lupin.

El pequeño cuarto se llenó de suspiros, respiraciones aceleradas y efímeros jadeos. Ambos sintiéndose bastantes acalorados sin importarles que alguien los escuche, pero todo llegó a su fin cuando Remus hizo algo que Némesis aún no quería, la intentó besar dejándose llevar por el anhelo de probar sus labios aunque sea por unos segundos.

— Ya deberíamos detenernos, las clases están por comenzar.

Y con esa excusa le dio un leve empujón apartándolo de ella haciendo que de esa forma pueda bajarse de la mesa y se acomode la ropa rápidamente.
El castaño se reprendió a sí mismo por cagarla, aunque de cierta forma le molesta y también le hace sentir inseguro el hecho de que no quiera besarlo.
¿Por qué no quiere besarlo? La última vez fue porque estaban ebrios y drogados pero ahora están bastante lúcidos, ¿tendrá que ver con que es un mestizo? ¿le dará asco?....Cosas como esas pasaron por su mente borrando todo rastro de calentura para sentirse mal con él, sintiendo otra vez todas sus inseguridades salir a flote.

— Sí, tienes razón — susurró bajando la cabeza.

Némesis notó el cambio drástico del ambiente y de su expresión y quiso huir inmediatamente porque no está acostumbrada a enfrentarse a gente como él, claramente ella ya sospecha todo lo que debe estar pasando por su cabeza y sintió un poco de pena por él, así que en lugar de huir como lo tenía pensado avanzó hasta él colocándose de puntas y atrayéndolo para dejar un casto beso sobre sus labios, tan breve que ni se podría considerar un beso pero que fue suficiente para que él cambie toda su expresión.

— Nos vemos luego Lupin.

Y con eso salió del cuarto arrepintiéndose un poco de sus actos ya que efectivamente él no está hecho para encuentros como esos y lo acaba de comprobar.

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Llegada la noche ambos jóvenes tuvieron que volver a juntarse y en esta ocasión el silencio reina entre ellos mientras hacen su ronda, fingiendo como si nada hubiera pasado horas antes y Némesis ya estaba bastante aburrida por lo que hace minutos atrás que se puso a jugar con su varita y a Remus le pone nervioso que en algún momento realice un hechizo sin querer ocasionando un desastre y en peor de los casos que lastime a cualquier de ellos dos.
Y así estuvieron cada quien metido en sus pensamientos pero muy conscientes de su compañía.

— Podrías dejar de jugar con eso por favor — pidió ya no pudiendo soportar el estrés de pensar que sucederá algo si sigue así.

— Entonces cuéntame algo que esto es tan aburrido que hasta prefiero hacer la ronda con la insoportable de Olivia.

Pensándolo bien no, prefiere aburrirse con Lupin a pasar unos minutos junto a la rubia teñida que sigue odiándola como siempre, al menos ya no le molesta tanto como antes.

— ¿Y qué quieres saber?

— Lo que sea, de qué signo eres, cuándo desarrollaste tu adición al chocolate, en qué año tus amigos descubrieron tu licantropía, no sé, hay muchos temas de conversación Lupin.

El chico reprimió una sonrisa al verla tan desesperada por hablar de algo. Si hay algo que aprendió observándola estos días es que no se calla casi nunca, siempre encuentra una persona al azar con quien hablar, aunque más con Regulus, una amistad que por cierto le sigue sorprendiendo ya que ambos son tan opuestos.

— Está bien. Soy de piscis...

— Con razón— susurró pero él logró escucharla muy bien pero lo ignoró.

— Cuando me mordieron mi mamá me empezó a regalar tabletas de chocolate o me hacía distintos postres de chocolate para levantarme los ánimos y desde ahí empecé a tener siempre conmigo y poder comer cuando quiera. Además me hace sentir bien.

— Que gusto, mi mamá nunca me cocinó nada.

— ¿Por qué no? — preguntó intrigado por saber más de ella.

— Supongo que porque siempre está el elfo que hace todo, pero admito que de pequeña deseaba poder cocinar junto a ella mientras nos reímos y nos contamos cosas como una vez vi en una película. Ya sabes, sueños estúpidos de una inocente niña.

— Podrías intentarlo y proponerle cocinar juntas, seguro acepta.

— De la única forma que suceda es que yo vaya al cementerio y quite su calavera para llevarla conmigo en la cocina.

— Oh...eh..lo siento — se disculpó rascándose el cuello.

Némesis rio al verlo tan nervioso con una expresión que grita haber arruinado el momento y eso está muy lejos de haber pasado, así que antes de que todo vuelva a volverse incómodo intervino.

— Relájate niño bonito, su muerte ya está superado, además no es como si hubiéramos sido cercanas como para deprimirme y lamentar toda mi vida que se haya muerto.

— ¿Es tan malo tu familia?

— Es una porquería, todos son la misma mierda, aunque Rabastan no tanto, al menos se nota que tiene un diminuto cariño hacia mí, en cambio mi padre y hermano mayor si que me detestan los desgraciados.

— ¿Pero por qué?

Remus ya está acostumbrado a oír tragedias familiares gracias a Sirius pero eso no evita que le siga incomodando y horrorizando el funcionamiento de las familias de sangre pura, no le cabe en la cabeza de que haya tanto odio, maltrato y más cosas malas de las cuales muchos viven de pequeños, especialmente si tienes creencias diferentes a los suyos. Y siente tanta pena y rabia de tan solo imaginarle a Némesis soportando el mismo maltrato que vivía su amigo desde niña, porque sin que se lo diga directamente puede confirmarlo, más aún porque aunque no lo haya mencionado hoy al tocar su espalda desnuda pudo sentir algunos relieves, los mismos que él tiene por todo su cuerpo gracias a los arañazos del hombre lobo.

— Porque no sigo las reglas que me quieren imponer y porque no me comporto como la mujer que unos machistas y sexistas como ellos esperan.

Por alguna razón Remus le genera confianza como para contarle sus problemas, se siente como tenerle a un consejero al lado, de esas personas que te transmiten paz, confianza y que no te van a juzgar, pero pese a todo ello tampoco le contará cada cosa siendo que prácticamente es un desconocido todavía y gracias a que ahora está aburrida se propondrá en conocerlo. Sí, hace cualquier cosa para eliminar el aburrimiento constante que siente, eso es lo que más detesta de ella misma, es como si nada nunca le satisface y siempre debe estar en constante estímulo, además ni siquiera tiene una pasión como para centrarse en el, es simplemente una chica existiendo porque respira sin aportar nada en el mundo, ya sea en el arte, en la revolución, en la ciencia y más.

— Deberías escapar de ese lugar, y sé que yo no tengo todos los lujos que tú tienes pero si en algún momento necesitas de un hogar el mío está disponible.

La pelinegra sonrió verdaderamente ante su oferta que le pareció muy bueno de su parte, pero no se puede esperar menos del tierno y educado Remus Lupin quien parece ser del chico amable que ofrece cosas sin esperar nada a cambio y quien lastimosamente él no cree ser merecedor de nada cuando merece todo lo mejor del mundo.

— Lo haré con el tiempo y gracias por tu oferta, lo tendré en cuenta.

Luego de eso empezaron a hablar de cosas que les gustan olvidando todo el momento incómodo de un principio sintiendo la paz mutua en compañía del otro y de la agradable noche estrellada.

— Te toca — dijo Remus.

— ¿Cómo fue tu primer beso, a qué edad y con quién?

El castaño se sonrojó de la vergüenza no queriendo decirle con quien fue ya que prefiere olvidar eso, pero al verla no pudo resistirse y otra vez cayó, es como si fuera capaz de hacerlo decir cualquier cosa con tan solo mirarlo.

— Se sintió raro, como besar a un hermano porque fue....fue con James a los doce — murmuró lo último pero aún así le escuchó.

— Está información vale oro — dijo riendo dándole un leve empujón para eliminar su vergüenza.

— Yo no quise, él solo vino diciéndome que necesita practicar a besar con alguien de confianza para estar preparado cuando lo haga con Lily y sin que yo lo espere me agarró del rostro y me besó. Lo peor fue que justo en ese momento pasó Lily y lo vio todo, y como ya esperarás James corrió tras ella para explicarle que no es lo que piensa.

Némesis se carcajeó imaginando todo el panorama y Remus también la acompañó ante los recuerdos. James estuvo un mes tratando de hacerle saber a Lily que es heterosexual y que no tiene nada con el castaño, aunque a esta ni le importaba.

— ¿Qué hay de ti? ¿Cómo fue?

— Fue con Sirius a los once años.

— ¡¿Qué?! — exclamó sorprendido — ¿El mismo Sirius con quien tanto se detestan? ¿Cómo?

— Los dos nos conocemos desde los cinco años y nuestras familias son unidas, por lo tanto, suelen hacer juntadas y pues como Sirius era el único niño con el que me llevaba bien jugábamos juntos, hablábamos y más, la cuestión es que un día él me dijo algo similar a James, que necesita practicar y entonces nos besamos ya que a mí también me daba curiosidad.

El castaño está bastante sorprendido porque Sirius nunca mencionó que se conocen desde hace mucho, es más, pensaba que solo la detestaba porque se asemejan y chocan sus personalidades, aunque dado la última situación ya no cree tanto eso y ahora más que nunca creció esa sospecha de que ellos esconden algo juntos.

— Como tú hiciste una pregunta me toca otra vez a mí. ¿Qué soñabas con ser antes? — preguntó con el fin de cambiar de tema y que no la cuestione.

— Carpintero.

— ¿En serio querías ser eso? — preguntó divertida.

— No te rías que a mí yo de trece años le parecía lo más genial del mundo. Incluso intenté construir una mesa en las vacaciones pero todo salió mal y ahí supe que no podría — sonrió ante los recuerdos — ¿Y tú? ¿Algún sueño de niña?

— Tenía varios pero un día entré al cine gracias a una señora muggle que conocí en el parque y me quedé simplemente encantada, desde ese momento quise ser actriz y me la pasaba actuando escenarios en mi habitación, especialmente los dramáticos. Ese sueño duró años y a los quince me di cuenta que sería imposible y lo dejé atrás.

— ¿Sigues queriendo o realmente quedó atrás? Sé sincera.

Ambos se apoyaron contra la pared y se dejaron caer para sentarse ya cansados de tanto caminar y no encontrar nada que amerita un castigo a los estudiantes. La noche está bastante tranquila y al parecer todos están en sus habitaciones menos los prefectos y premios anuales.

— Sí, esa es la única carrera que me gustaría llevar toda mi vida, ni siquiera los mágicos me llaman la atención.

— Entonces dedícate a eso al finalizar el colegio, en el mundo muggle existen muchos lugares que enseñan y estoy seguro que luego serás la mejor actriz que el mundo conocerá.

Se puso a pensar cómo sería una vida siendo actriz y no pudo evitar sonreír ilusionada, pero luego recordó su realidad y toda felicidad se evaporó, su futuro es bastante incierto y no sabe si exactamente es uno bueno teniendo en cuenta quien es y de la familia que proviene, ni siquiera sabe si algún día logrará su gran escape esperado, quizás muera en el intento o mucho antes.

— Lo tendré en cuenta — mintió porque realmente ya se rindió con su sueño.

Volvieron a quedar en silencio y Remus por dentro está dudando muchísimo sobre decirle dos cosas, uno de ellos le da curiosidad hace días y lo otro le da vergüenza, por ende se aventuró a preguntar lo primero y quizás luego se anime a lo otro.

— ¿Por qué nos ignoraste tantos días? James estaba entusiasmado de hacer contigo unas bromas, no sé de qué realmente hablaba pero hizo varios planes....¿Fue por lo de la fiesta?

— En parte tiene que ver con la fiesta. Después de eso me di cuenta que Sirius y tú se andan peleando por mi culpa y no quisiera que su amistad se arruine, así que decidí alejarme de todos ustedes por su bien, aunque al parecer no funcionó contigo.

— No eres tan mala como te haces ver.

— Nah, soy la más malvada del colegio — bromeó.

— Podemos encontrarnos en secreto, ya sabes, por el trato y todo eso.

Aunque lo quiso disimular Némesis se dio cuenta que ya le empieza a gustar pasar tiempo con ella y se está excusando con el trato, no sabe si eso es algo bueno o malo.

— Está bien.

— Y hablando del trato quería...es que yo.... — se calló respirando hondo para calmar sus nervios y dejar de comportarse como un puberto frente a ella — Quisiera cambiar el trato.

— No, ya te dije cuáles son las dos simples reglas y no habrá ca....— dejó de hablar al percatarse de su estado tan nervioso en donde ni siquiera puede mirarla, además está sonrojado y todo encajó — Por Merlín, me estás diciendo que quieres ese beneficio ¿verdad?

— Sí, solo si quieres aún.

Levantó la cabeza conectando su mirada con ella esperando una respuesta pero ella se tardó más de lo que esperaba y la razón es que le tiene ganas pero no quiere involucrarse en todo un drama en caso de que él se enamore porque obviamente el encuentro no será una sola vez. Sin embargo, decidió arriesgarse ya que hay toda una oportunidad de divertirse.

— Lo aceptaré pero solo será sexo, nada de involucrar sentimientos y si te enamoras será tu culpa, no quiero que luego me lo eches en cara, así que piénsalo bien ahora mismo antes de confirmar.

No hizo falta pensar tanto, ya se había carcomido el cerebro pensando en ello luego de lo que sucedió en el armario, incluso hizo pros y contra de todo pero pese a que el contra ganó no hizo caso y tomó la decisión de aventurarse en algo como eso por una vez en su vida, además nada podría salir mal, solo será sexo como ella lo dijo.

— Me haré cargo de cualquier consecuencia.

— Bien, entonces tenemos un nuevo trato — dijo sonriendo de lado — No sabes en lo que te acabas de meter lobito.

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