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CAPÍTULO OCHO
• IMPOSIBLE •
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— El encantamiento patronus es una especie de fuerza positiva y al conjurarlo se vuelve un guardián mágico proyectado de todos los sentimientos positivos.
Es un hechizo sumamente complicado y extremadamente difícil de realizar.
Némesis por primera vez estaba prestando suma atención ya que había leído anteriormente sobre este curioso encantamiento el año pasado pero nunca lo intentó probar.
A su lado se encuentra James quien en lugar de prestar atención le está mirando intensamente a Lily Evans.
— ¿Alguien podría hablarme más sobre el tema? — la pelirroja levantó la mano al instante pero el profesor la ignoró — Lestrange.
Maldijo mentalmente al profesor por elegirla justo a ella cuando frente a sus ojos estaba una voluntaria, pero no le quedó de otra más que responder.
— Sirve como protección contra dementores y lethifolds, ante los cuales no existe otro tipo de defensa.
Existen dos tipos de patronus, el corpóreo que toma la forma de un animal translúcido de brillo blanquecino que varía según la personalidad de cada persona. Luego está el incorpóreo que se asemeja a una explosión de humo que sale disparado de la punta de la varita sin una forma definida. Puede ser parcialmente efectivo para detener dementores pero no para repelerlos.
Para conjurarlo se necesita recuerdos sumamente felices y muchos no lo logran, incluso aquellos magos más poderosos.
— ¡Excelente! 10 puntos para Slytherin.
Sus compañeros de casa le sonrieron orgullosos y Némesis rodó los ojos ya que solo cuando gana puntos la quieren.
James le dio un codazo llamando su atención.
— No sabía que eras una nerd — se burló.
— No lo soy.
— Ajá, y no sacas puros E en todas materias.
— ¿Cómo sabes eso?
— Tengo mis contactos.
— Acosador.
— Shu, cállense — les retó Remus.
— Como sabrán la situación afuera esta cada vez más complicado y necesitan aprender más hechizos, por lo tanto, este año Dumbledore decidió que se enseñará más encantamientos de defensa, por ende, la clase aumentará una hora más.
La clase se llenó de cuchicheos y quejas mientras que el profesor intenta callarlos pero nadie le hace caso así que Némesis decidió meterse sintiéndose fastidiada ante la inmadurez de todos.
— ¡Cierren la maldita boca idiotas! — gritó y todos obedecieron — ¿Acaso prefieren morir en manos de los mortífagos en lugar de tener una hora más de clase? Ya maduren imbéciles, dejen de vivir en una burbuja y dense cuenta que afuera cada día hay más muertes por culpa de Voldemort. Ya no somos unos niños, estamos a punto de graduarnos y necesitamos saber cómo defendernos cuando llegue el momento de enfrentarnos a la realidad, así que metánse todas sus quejas por el culo y presténle atención al profesor que está haciendo todo lo posible para que ustedes no mueran ahí afuera, porque eso es lo que pasará si siguen quejándose por estupideces en lugar de practicar todo lo enseñado.
La clase se quedó en un silencio lúgubre y todos la están observando fijamente con la sorpresa pintado en su expresiones, algunos cuando reaccionaron se sintieron culpables de haberse quejado cuando la chica tiene razón.
— Eso es todo. Profesor, puede seguir con su clase.
— Un poco brusco pero gracias señorita Lestrange. Retomando al encantamiento patronus, el día de hoy les voy a enseñar cómo efectuarlo, así que todos quiten su varita, póngalo en alto y muevan en círculos lentamente mientras piensan en los recuerdos más felices que tengan.
Les mostró el movimiento correcto y minutos después ya todos estaban ensimismados en efectuarlo, algunos suertudos ya lo habían logrado y otros como Némesis no, ella por no tener recuerdos felices y lo poco que tiene no es lo suficientemente fuerte, por lo tanto, ya se rindió y ahora está alejada de todos recostada por la pared y de brazos cruzado viendo con seriedad el panorama, y aunque no lo demuestre le da tristeza saber que su vida es tan miserable que nunca podrá saber qué forma tomará su patronus, que es imposible para ella.
En un momento dado su atención paró en un lobo ya que este vino corriendo cerca de ella y lo miró fijamente sonriendo de lado. Le observó a todos los alumnos para saber a quién le pertenece y el único que la está mirando es Lupin y enseguida encajó los puntos de que es su patronus, claro, después de todo es un hombre lobo.
— Bravo — susurró aplaudiendo silenciosamente para luego hacer una corta reverencia y Remus negó sonriendo.
Le hizo una seña de si podía acercarse y ella asintió en respuesta, enseguida el chico se separó de sus amigos y fue hasta ella recargándose también por la pared dejando mucho espacio entre ambos.
— ¿Por qué no practicas?
— No puedo efectuarlo.
— Tan solo deja de lado los pensamientos pesimistas e inténtalo hasta que te salga.
— Creo que no lo entiendes, no puedo — recalcó lo último con amargura en su voz.
— Oh...Lo siento — dijo viéndola con pena al entender a que se refiere.
— No importa, me da igual.
Por más que mienta Remus sabe que no es cierto porque en lugar de guiarte por su expresión facial solo debes observar sus ojos y ahí verás la tristeza que hay en ellos mientras ve a los alumnos que ya lograron y que están jugando con sus animales, además cualquier mago o bruja desearía poder realizar el encantamiento, quizás solo por curiosidad o por el hecho de saber que podrá defenderse si se encuentran con un dementor. Así que al ver que es un tema delicado para ella decidió desviar su atención para evitar que se siga sintiendo mal.
— Lo que hiciste hace rato fue genial, le cerraste la boca a todos.
— Alguien tenía que hacerlo porque estaban siendo demasiados patéticos.
— ¿Tú sabrías defenderte frente a un mortífago? — preguntó curioso.
— Por supuesto, fui entrenada por uno.
El chico asintió recordando nunca hacerla enojar a menos que quiera recibir hechizos raros porque lo más seguro es que hasta tenga conocimiento sobre magia oscura, y efectivamente así es, apenas teniendo nueve años su hermano mayor le regaló un libro prohibido y muy oscuro en donde hay distintos encantamientos y cómo efectuarlos correctamente, ella lo leyó durante dos años enteros y se aprendió de memoria todos los movimientos que hasta hoy en día conserva en su mente, y tras cumplir los once su papá la empezó a entrenar pero con encantamientos aceptados socialmente, recién a los quince le permitió efectuar la magia oscura pese a que ella se negó muchas veces hasta que recibió el castigo largo y no le quedó más remedio que aceptar la enseñanza si no quería terminar con el cuerpo destrozado.
Su pasado es duro y nadie que le viera a esa chica que se muestra relajada la mayor parte del tiempo imaginaría que hubiera pasado por tanto.
— Veo que te hiciste amiga de James.
— No le considero mi amigo pero me cae mucho mejor que cualquier otro.
— ¿Y yo te caigo bien? — preguntó tras tomar el valor de hacerlo ya que no quiere oír una respuesta negativa.
— ¡Chicos y chicas! Eso fue todo por hoy, nos vemos la próxima.
La mayoría empezó a salir y Némesis despegó su espalda de la pared y le dio una última mirada para luego perderse con el resto sin haber respondido su pregunta y dejándolo con la gran incógnita.
¿Esa mirada significa que sí o que no? Pensó.
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Las clases mañaneras ya habían pasado por completo y los estudiantes hambrientos van directo al comedor con ganas de alimentarse con todo, entre ellos se encuentran Regulus y Némesis quienes están hablando o mejor dicho el pelinegro le está contando que ahora le toca compartir mesa con una nacida de muggle y que ella intenta hacerse su amiga a toda costa.
— ¿Es bonita?
— ¿Qué importa eso? Te estoy diciendo que es nacida de muggle y que mis compañeros ya me están viendo mal por ello.
— Que te valga mierda lo que digan los demás Reggie, aparte no es tu culpa, la profesora los unió, pero si tanto te preocupa solo ignórale a la pobre chica que intenta ser agradable contigo.
— Si lo dices así suena cruel.
— Pues eres tú quien está siendo prejuicioso y dándole más importancia al que dirán en lugar de comportarte decentemente con una chica que no te hizo nada.
— Pero....no, no sé si pueda de todas formas.
— ¿Lo dices por la loca de tu madre? Tranquilo, solo serán unos crucios de castigo si se entera que te amigaste con ella.
— Uy sí, solo unos crucios, nada doloroso.
Rodó los ojos y Némesis rio dándole un leve empujón para luego enredar su brazo con el suyo y prácticamente atropellar a los estudiantes para que le den paso ya que el pasillo está demasiado lleno y es asfixiante.
— ¿Te imaginas que te enamoras de ella y se vuelven novios? Estaría en primera fila con palomitas en mano para ver el desmadre que se armará con tu familia — sonrió emocionada — El trágico amor prohibido entre Regulus y Ava. Un amor, dos caminos diferentes, próximamente en cines.
— ¿Cómo se te ocurre todas esas estupideces? — dijo riendo.
— No lo sé, así soy, la estupidez viene a mí.
Finalmente llegaron al comedor y directamente fueron a su lugar en la esquina mismo topándose con Severus quien extrañamente está alejado del séquito de los mini mortífagos.
Los dos pelinegros compartieron una mirada y se encogieron de hombros sin que ninguno sepa la razón.
— ¿Qué onda Snape? ¿Qué haces del lado de los rechazados? — saludó Némesis sentándose a su lado.
— Que te importa.
— Pero que gruñón, mejor toma un vaso de jugo a ver si eso te endulza un poco.
Snape resopló fastidiado y la chica lo ignoró empezando a servir rápidamente su comida ya que debe ir a pedirle un pequeño favor a James ahora que habla con él antes de que lo vuelva a perder y solo lo vea en la cena porque lo que resta del día ya no comparte clases con Gryffindor.
— ¿Por qué tan apurada? — le preguntó Regulus.
— Debo hacer una cosa.
— ¿Tiene que ver con eso que me dijiste hoy?
— Sí.
Regulus asintió entendiendo y siguieron comiendo en silencio, algo raro ya que cada almuerzo se cuentan todos los chismes que han escuchado pero dado que ahora no están solos en "la esquina de los rechazados" como lo apodaron no pueden hacerlo.
La amistad que ambos formaron es maravillosa, son como el complemento del otro y confían tanto mutuamente que se cuentan de todo, incluso las desgracias de su vida, algo que por cierto se entienden al provenir de familias parecidas. Los dos están felices de haber encontrado una amistad en el otro ya que como bien dicen los dos son los rechazados de Slytherin, Némesis por razones ya dichas con anterioridad y Regulus porque en el pasado se negó a juntarse con los mini mortífagos causando que se sientan ofendidos y enojados, por lo que la parte buena de la casa lo ignoran por miedo a que el grupito les haga algo. Lastimosamente los bravucones mandan por ellos ya que el temor e instinto de supervivencia es mayor y nadie dejará de lado su seguridad solo por juntarse con un chico, pero que mejor completamento para él que la otra rechazada que no le importa nada, ni siquiera los prejuicios de otras casas o personas y se junta con cualquiera.
Los dos encontraron un refugio mutuamente.
.
Minutos después muchos habían desaparecido del comedor para tomarse una pequeña siesta mientras que otros siguen ahí hablando entre ellos o comiendo el postre que aún no desapareció.
La pelinegra le buscó a James y lo encontró hablando con sus amigos, vio la oportunidad y se levantó dándole una mirada significativa a Regulus para luego ir hacia la mesa de Gryffindor, el primero en notar su presencia lastimosamente fue Sirius que rápidamente borró la sonrisa que tenía.
— ¿Qué haces aquí?
— Relájate Black, no vine a hablar contigo, sino con James.
— ¿Conmigo? — preguntó sorprendido.
— ¿Acaso existe otro James de Gryffindor?
— Sí, cierto — dijo riendo torpemente ajustándose las gafas — ¿Qué necesitas?
— Mejor sería si....Wow ¿Quién es la chica rubia al lado de la futura esposa de James?
El susodicho se sonrojó un poco y sonrió alegre ante lo dicho así que volteó rápidamente para ver por quién pregunta y responderle.
— Su nombre es Marlene McKinnon.
— Genial, vuelvo enseguida — dijo yendo hacia ella.
— ¿Ella es... — dijo Remus dejando al aire su pregunta.
— No del todo — le respondió James.
Por otra parte Némesis llegó hacia ellas que inmediatamente dejaron de hablar para prestarle atención.
— Hola chicas.
— ¿Hola?
— Eres Némesis Lestrange ¿no? — preguntó Marlene.
— Esa misma.
— Lo que dijiste hoy fue asombroso.
— Supongo que sí, pero ¿sabes qué sería más asombroso? — negó— Que tú y yo tengamos un cita mañana en Hogsmeade.
Ambas se miraron fijamente con una sonrisa coqueta mientras que la pelirroja se siente bastante incómoda.
— Me encantaría.
— Genial, paso por ti a primera hora. Nos vemos luego.
Volteó para irse pero antes se detuvo y giró solo la cabeza para verle a Lily Evans.
— Deberías tomar ejemplo de tu amiga y aceptar una cita con James. No sé por qué lo sigues rechazando pero creo que siete años detrás de ti ya son suficiente para demostrarte que realmente te ama, incluso planea toda una vida contigo, si un hombre hace eso créeme que vale la pena porque no todos lo hacen, y vivimos en un mundo donde la mayoría son unos idiotas mujeriegos mientras que él solo tiene ojos para ti.
Y si realmente no te gusta ni un poco en lugar de insultarlo habla tranquilamente con él como dos personas adultas y aclárale que jamás podrías estar con él y que deje de perder su tiempo cuando podría estar disfrutando de otras cosas.
Sin más se fue dejándole no solo con la boca abierta a Lily, sino a todos los que estaban atentos a la conversación, especialmente los merodeadores y James sintió que podría abrazarle con fuerza a la chica solo por decirle todas esas palabras que tal vez la haga aceptar una cita con él.
— ¿Dónde te hago el altar? — preguntó Peter cuando volvió con ellos.
— Aquí mismo sería genial, así todos verán mi rostro — bromeó — En fin, a lo que venía. ¿Podemos hablar en privado James?
— Sí, vamos afuera.
El chico se levantó de su asiento y ambos caminaron fuera ante la atenta mirada del resto de los merodeadores quienes se preguntan para qué lo querrá, aunque lo más seguro es que James les cuente luego cuando le pregunten.
Una vez afuera se fueron al pasillo con menos gente con el fin de alejarse de los oídos chismosos que abundan en Hogwarts, aunque un chismoso los estaba siguiendo.
— ¿Qué pasó?
— Necesito que me prestes tu capa de invisibilidad el domingo.
— ¡¿Qué?! — exclamó sorprendido — ¿Cómo sabes que tengo uno?
— Que importa eso, solo quiero saber si vas a poder prestarme a las buenas.
— ¿Te lo dijo Remus?
— No.
— Si no me dices no te voy a prestar.
— Y si no me prestas le contaré a todos que te conviertes en un lindo ciervo con grandes cuernos.
De un momento a otro sintió su espalda golpear contra la pared y dos manos contra sus hombros presionándola fuerte y colocando su rostro muy cerca de ella, al toparse con unos ojos grises supo quién es y no pudo evitar rodar los ojos ya que al parecer sus amiguitos no conocen el concepto de privacidad.
— ¿Cómo sabes eso? — le preguntó enojado.
— Quítame tus asquerosas manos de encima pulgoso.
— Si te atraves a contarle a alguien te haré la vida miserable.
— Querido, actualízate, mi vida ya es miserable y una patética amenaza de un inútil adolescente no lo hará peor, así que adelante, quiero ver que lo intentes.
Podía sentir su respiración acelerada contra su rostro haciendo que le traiga varios recuerdos y al parecer él también recuerda porque sus ojos se desviaron a sus labios por largos segundos y eso a Némesis le divirtió bastante.
— Tan solo mírate Sirius, podrás demostrar todo ese odio contra mí y engañar a los demás pero ambos sabemos que sigues sintiendo lo mismo y siempre vuelves a caer, así que no me vengas con amenazas porque ambos sabemos que no podrías cumplirlo.
Ambos se quedaron mirando fijamente por largos segundos sin siquiera parpadear hasta que él se separó y se alejó de ahí furioso con ella y consigo mismo.
James por su parte estuvo todo el tiempo con la boca levemente abierto viendo y escuchando cada cosa con los engranajes del cerebro yendo a mil por segundo.
— No solo se acostaron ¿verdad?
— ¿Vas a poder prestarme tu capa? — preguntó ignorando lo otro al no querer contar nada.
— Me acabas de amenazar, cómo crees que confiaría en ti.
— No te pido tu confianza, solo tu capa, y de todas formas no le contaría a nadie, tampoco soy tan cruel como para mandarte en Azkaban.
— ¿Para qué quieres tanto mi capa?
— Toda la semana le estaré haciendo bromas a Malfoy por soplón y para iniciar necesito entrar a su habitación.
— Te presto si me dejas ayudarte — dijo emocionado.
— No.
— Entonces no hay capa de invisibilidad.
— Agh, está bien, pero me prestarás toda la semana y no le contarás a nadie de esto, ni siquiera a tus amigos.
— Hecho.
Le pasó la mano y Némesis lo estrechó fuerte para cerrar el trato pero luego colocó la punta de su varita en su cuello mirándolo seria, James abrió los ojos enormes quedándose completamente quieto.
— Debes prometer que no te irás con el chisme a NADIE y que serás cuidadoso con esto.
— Te lo prometo pero ya baja la varita que aún no puedo morir.
— Bien. Vamos al patio para contarte todo el plan.
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Hola! ¿Cómo están?
No me gusta pedir esto pero al ver la gran diferencia que hay entre los leídos y votos tomé la decisión de pedirles que no sean lectores fantasmas y voten en los capítulos porque como cualquier escritora me gustaría ver la historia crecer y llegar a más personas, así que por favor no se olviden de apretar la estrellita que no cuesta absolutamente nada.
Y les agradezco muchísimo a todas las personas que me apoyan a través de sus votos y comentarios ♥️
Ingrid.
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