O1O.⠀❨ Una decepción y una oportunidad ❩⠀


¡ ESPECIAL 4K !


Jesse es adoptado.

Lo sabe porque todavía recuerda el día en el que él y Andy llegaron a casa por primera vez.

Recuerda la noche anterior, en dónde Andy lo miraba con ojos brillantes de emoción e ilusión, intentando explicarle lo increíble y única que era su situación, que ellos abandonarían el lugar, dejarían atras el orfanato porque una familia había llegado y los querían a ellos dos, a ambos.

Jesse sabía que Andy y él no eran hermanos de sangre ya que él también recuerda como Andy llegó al orfanato, recordó cómo las monjas traían de la mano a un castaño sonriente con rodillas raspadas y diversión en sus ojos, que parecía sólo un poco mayor que él.

Tenían seis y nueve años cuando fueron adoptados por la familia Hardaway que les abrieron los brazos y los criaron junto con sus otros dos hijos, una gran y amorosa familia que jamás dejó atrás a ninguno de los cuatro niños o los hicieron sentir menos.

Deben protegerse entre ustedes, sus hermanos serán los que siempre se quedarán con ustedes hasta el final. Decía siempre su mamá, y Jesse escuchaba y asentía atentamente porque era su madre quién lo decía.

No estaban vinculados por sangre, pero ella lo crío. No había razón alguna para que lo haga, pero ella lo eligió entre las docenas de niños en el orfanato.

Jesse había estado con las monjas desde que era un bebé, conocía a todas y cada una de las hermanas y a todos los niños que residían en el hogar, Jesse sabía que había niños más pequeños, más adorables que él, con sonrisas más bonitas o mejores modales de los que él había logrado construir.

Antes de conocer a su madre, Jesse era un niño triste y resentido con el mundo que creyó que le había dado la espalda, pero su madre le demostró que nada de eso era cierto, que ella siempre estaría allí, que su padre también estaba para apoyarlo y que Jesse siempre tendría a sus hermanos cerca aún cuándo sus padres ya no estén allí con él.

Jesse aprecia a su familia, realmente lo hace, solo que no demasiado ahora.

No mientras estaba castigado encerrado en la habitación del feo apartamento y sin un teléfono con el que pueda intentar contactarse con Anthony.

El resto de la pijamada se había pasado en un borrón, ambos finalmente cenaron, ignoraron la presencia de Daniel y Samantha moviéndose en la planta baja, Jesse intentó ignorar con todas sus fuerzas a sus hermanos en la habitación continúa y se divirtió con Anthony.

Ahora lo extrañaba, de esa pijamada ya habían pasado tres días.

Las clases estaban cerca de terminar pero Jesse no había tenido oportunidad a ir a ninguna esa semana.

Tal vez Anthony estaría pensando que lo estaba evitando o algo así, que Jesse se había asustado y que no quería volver a verlo.

Jesse quería escapar, quería decirle lo crueles que sus hermanos estaban siendo con él, que quería correr y escaparse con Anthony para nunca volver, que estarían bien ellos dos y admitir que realmente estaba enamorado.

Porque Jesse en la oscura y destrozada habitación llegó a la conclusión de que estaba sumamente enamorado de Anthony.

Su madre alguna vez le había dicho que no había porqué romantizar el tiempo, uno podría conseguir mejores amigos en dos meses que terminan siendo más importantes que amigos de años.

Que una persona podría ser más feliz con alguien en días que en meses y que el tiempo jamás definiría la intensidad, la química ni la honestidad del sentimiento.

Y los sentimientos de Jesse hacía Anthony fueron honestos, cuando comenzó a conocerlo, cómo se hicieron amigos realmente cercanos y aquella conexión que sintió en su primer beso con Anthony, tenía que ser amor, no tenía sentido ninguna otra explicación.

Ahora lo único que Jesse quería hacer era estar con Anthony, no quería que el otro tenga una idea equivocada, no quería que crea que Jesse lo estaba abandonando porque Jesse no planeaba rendirse pronto, aún cuándo sus hermanos prácticamente lo forzaron a estar alejado de Anthony.

Entonces, sí Andy y Jesse habían llegado juntos como los mejores amigos a una gran familia que lo recibió abiertamente, pero ahora Jesse estaba odiando formar parte de esa familia que lo alejó de Anthony.

La puerta se abre y sus hermanos entran discutiendo acerca de algo que Jesse no logra entender ya que cuando los tres lo ven, se detienen.

Otra de las cosas que Jesse estaba odiando.

Me apartaron de la misión.

Jesse se mordió el labio inferior y observó las miradas aturdidas de sus tres hermanos mayores, como si ellos estuvieran intentando comprender qué hacía Jesse allí mirándolos de esa tétrica y oscura manera.

O tal vez estaban viendo el destrozo que había hecho Jesse en la sala de la casa, todo era posible.

Las sillas de cuero fueron destrozadas con un cuchillo de cocina y se encontraban patas arriba sobre la mesa de cristal que ahora fue solo un esqueleto ya que el vidrio estaba roto en miles de trozos sobre la alfombra.

Jesse se encontraba sentado en los sillones que habían perdido toda la felpa interna, dejando nubes de algodón por todas las esquinas, detrás suyo las almohadas de la cama king fueron partidas en dos y las plumas caían desordenadamente en las sábanas con agujeros de desgarros.

Les estoy declarando la maldita guerra, idiotas, vamos, vuelvan a encerrarme.

Jesse alzó la barbilla, una mirada desafiante a sus hermanos mayores.

—¿Jesse qué...? —comenzó Gabe, pero fue interrumpido por un gruñido de Andy.

Andy rodeó la mesa destruida y se acercó a su maleta, aún dejaban toda su ropa allí ya que Gabe fue el único que tenía armario propio.

—Hijo de puta. —gruñó Andy, después de observar los destrozos que Jesse le había hecho a todas la ropa femenina escondida allí.

—Oh, ¿Eso? —Jesse se asomó por el borde del sillón, una sonrisa divertida y las cejas alzadas mirando con atención directamente a Andy—. ¿Sabías Gabe, que a Andy le va todo eso del travestismo? Había un montón de maquillaje allí, vestidos, faldas y hasta una peluca, ¿¡Pueden creerlo!?

El menor de los Hardaways comenzó a reírse pero fue el único en hacerlo, pronto se detuvo al ver que ninguno más pareció divertido por su descubrimiento.

—¿Qué? —se quejó Jesse, rodando los ojos—. Eso les pasa por encerrarme aquí.

—Jesse, eso era de mamá. —murmuró Gabe con voz plana.

La sonrisa de Jesse titubeó en sus labios y se volvió de Gabe a la maleta de Andy, observando cómo este sostenía una blusa roja que se encontraba desgarrada en varios pedazos.

—Oh... Yo no-

Jesse comenzó, pero antes de poder disculparse observó con alarma como Andy se acercaba hasta él.

—¡Eres un maldito egoísta y malcriado! —gritó Andy, llegando hasta él y tomando del cabello a Jesse, tirando de este hasta hacerlo caer del sillón al suelo.

Jesse chilló e intentó sacarse la mano de su hermano del cabello, pero en cambio Andy apretó más fuerte, y lo arrastró hasta el centro de la sala en dónde los cristales de la mesa rota se escondían entre la alfombra.

—¡Me cansé de tu actitud tan infantil, Jesse! ¡Eso es todo, acabé con toda esa mierda tuya! —siguió Andy, soltandolo finalmente contra el suelo y dejando caer a Jesse contra un par de cristales contra la alfombra.

Jesse colocó sus manos para caer sobre ellas y sintió cómo el cristal raspaba sus manos, pero se mantuvo en silencio.

Andy nunca gritaba.

—Andy, no seas-

—¿Qué no sea qué? —espetó Andy, interrumpiendo a Gabe—. ¿Qué no sea duro con él? ¡Mamá y papá llevan cuatro meses desaparecidos ahora! ¿Y este imbécil está triste porque no puede ver a su novio? ¡Oh, que mal!

La voz de Andy se elevó aún más, las manos de Jesse hormigueaban pero aún así no las apartó de los cristales que seguían perforando su piel, no podía moverse, petrificado mirando los pies de Andy.

Gabe y Nick se mantuvieron en silencio.

—¡Estoy cansado de tener que estar todo el tiempo detrás suyo! Asegurándome de que los niños no lo molesten, de que él se sienta jodidamente bien en la escuela, te lo dije, no había razón alguna para llevarlo allí en primer lugar, lo único que hizo fue arruinarlo todo. ¡DIME GABE! ¿¡Qué hizo Jesse hasta ahora para ayudar en la misión!? ¡Tuve que estar detrás suyo todo el tiempo! ¡Casi fui descubierto tres veces porque el maldito niñito necesitaba ayuda!

Gabe guardó silencio, Jesse se mordió el labio inferior y reprimió un quejido cuando Andy volvió a tomar su cabello entre sus dedos, levantando el rostro de Jesse para chocar sus miradas.

—¿No te preocupa una mierda qué les podría estar sucediendo? ¿Ellos nos dieron un hogar y tú prefieres tontear con un niño y enojarte con nosotros por hacer lo necesario para encontrarlos?

Jesse lloró en silencio y negó con la cabeza, las lágrimas deslizándose por sus mejillas, su cabello tirante contra los dedos de Andy, sus manos ahora habían quedado en el aire y Jesse casi podía sentir cómo la sangre se deslizaba de sus palmas.

—Lo siento Andy, realmente quiero ayudar, yo los amo, son mis padres. —lloriqueó Jesse, pero lo único que recibió de parte de Andy fue una risa sarcástica.

—Maldito egoísta, ¿cuánto te apuesto a que no has pensando en ellos ni una maldita vez? oh estoy tan malditamente seguro de eso. —Andy declaró, soltando a Jesse como si le diera asco seguir cerca.

Jesse no sabía cómo responder a eso, porque sabía que Andy tenía razón.

La única vez que pensé en ellos fue cuando necesitaba asegurarme de mis sentimientos por Anthony.

Nick se acercó a Jesse, ya había un botiquín de primeros auxilios en sus manos.

—Llevamos un mes aquí Jesse, un mes en dónde me ridiculicé, en dónde me escondí en un maldito bote de basura de unos imbéciles karatecas que estaban persiguiendome, en dónde fingí ser una maldita mujer para llegar a la hija de LaRusso, recibí más palizas de las que tengo ánimos de aceptar, me lastimé a mi mismo para llamar la atención de LaRusso y adivinar el maldito código de su casa, fuí humillado y agredido cada día y aún no estamos ni cerca de descubrir en donde demonios están ¿Qué has hecho tú para ayudar hasta ahora, Jesse? —la voz de Andy bajó a un susurro, le dedicó una última mirada a Jesse y finalmente caminó hasta la puerta, sin decir una palabra más abrió y se fue, cerrando más fuerte de lo necesario.

Nick dejó el botiquín sobre la cama y se acercó hasta Jesse, tomándolo entre sus brazos y llevándolo hasta el borde de la cama, en dónde lo sentó y curó sus manos en silencio.

Jesse contuvo la respiración, apretando con sus dientes su labio inferior hasta que sangró, sus mejillas se encontraban húmedas pero no hizo nada por intentar apartarlas, sonrojadas por el enojo y haber contenido la respiración.

Siseó contra el alcohol que Nick pasó por sus palmas, pero se mantuvo quieto.

—Está bien, Jess. Lamento... —Nick comenzó, deteniéndose a medio de la disculpa, Jesse lo sabía, Nick no tenía nada porqué disculparse.

—¿Lamentas no haberlo detenido? —consultó Jesse casi en una suplica, de que sus hermanos no creían todo lo que Andy le había dicho.

Parpadeó rápidamente para apartar las nuevas lágrimas que se habían asentado en sus ojos.

Maldito egoísta y malcriado.

Cuánto te apuesto a que no has pensado en ellos ni una maldita vez.

Y una frase más que Andy no dijo pero seguro que Jesse la sintió. No mereces que ellos te hayan adoptado, no mereces tener un hogar junto a nosotros, y eres el único que jamás se interesó en realmente encontrarlos.

—No Jess. No lamento no haberlo detenido, lamento que te hayas lastimado. —respondió Nick después de unos segundos.

Jesse lo miró sin poder ocultar su decepción, de todos ellos creyó que Nick haría algo, que no estaría de acuerdo, que intentaría...

—Jesse, no puedes culparnos por esto. Andy tiene razón. —declaró Gabe, acercándose con los brazos cruzados. Jesse observó cómo la manzana de Adán de Gabe subió y bajó una vez, pensando bien sus palabras—. Él podría haber dicho un par de maldito menos, pero el punto sigue siendo el mismo, este último mes Jess... Parece que sólo tú la has estado pasando bien.

Jesse contuvo la replica antes de que pueda escaparse, observó a Nick arrodillado frente a él, concentrado en curar sus manos.

¿Por qué Nick se había cortado el cabello? ¿Cuándo sucedió eso?

¿Qué era esa marca en el brazo derecho de Gabe? ¿Una quemadura de equis?

¿A dónde fue Andy?

¿Por qué tuvo que gritarme así?

¿Por qué Nick no hizo nada?

¿Por qué Gabe estuvo de acuerdo con Andy?

—Andy está pasando por un momento muy difícil. —comenzó Nick, escuchando el bufido de Jesse.

Yo fuí el que estuvo tres días encerrado aquí.

Yo fuí el que tuvo que correr cada vez de los matones de Cobra Kai.

Yo fuí el que llegaba al apartamento con moretones en el cuerpo.

Yo fuí el que estaba acercándose al objetivo, si tan solo hubieran confiado en mí yo los habría encontrado, habría ayudado.

Yo fuí el que ahora estaba alejado, sin posibilidad de hablarle a Anthony, todo su progreso en vano.

Jesse era el que estaba sufriendo, Jesse realmente tuvo que tragarse todo, pero era él quién estaba mal, no Andy.

—Pero yo-

—De eso se trata Jesse. —soltó Gabe exasperado, deteniendo las palabras de Jesse que una vez más guardó silencio—. No todo se trata de ti. Sí, lo sé, fuí yo el que puso presión en ti para que ayudes en la misión, yo te mandé a la escuela pero todo eso fue porque tú querías ayudar, tú dijiste que estabas cansado de que los adultos te digan que esperes sentado y...

Gabe suspiró, descruzó sus brazos y con ambas manos se echó el cabello largo hacía atrás y lo ató en un desordenado moño mientras chupaba su mejilla interna, buscando las palabras.

—Todo siempre se trató de ti, Jess. —murmuró Nick, terminando de pasar el vendaje por las manos de Jesse—. Cuándo llegamos aquí fuiste el primero que quiso ayudar, y después fuiste el primero que se metió en problemas y estuvimos allí, fuiste el primero que decidió dejar la misión de lado y nosotros intentamos bromear y hacer de padres, fingir que podríamos tener una conversación incómoda contigo porque creímos que estabas intentando no pensar en ellos, que hacías todo eso para distraerte y no estar triste pensando en nuestros padres.

»—Pero entonces esa noche Andy llegó furioso, diciendo que tú los culpaste y casi los delatas con el hijo, ¿cómo pudiste siquiera pensar que era buena idea, Jess? —la voz incrédula y confundida de Nick retumbó en sus oídos.

—Yo jamás los delataría yo... Ustedes son mis hermanos, jamás lo haría. —se intentó explicar Jesse, negando con la cabeza.

—Parecías realmente enojado por la interrupción Jesse. ¿Ni siquiera pensaste en lo importante que era esa noche para la misión? —Gabe negó con la cabeza, luciendo igual de decepcionado que Nick.

Ellos no le estaban gritando como Andy lo hizo, pero Jesse deseó que sí, porque sentía que podía cargar con sus gritos, pero no con sus miradas decepcionadas.

—¿Andy pasó por todo eso? ¿cómo yo no lo supe jamás? —preguntó Jesse, recordando todo lo que Andy enumeró entre gritos.

¿Qué has hecho tú para ayudar hasta ahora, Jesse?

—Cuando nuestros padres desaparecieron, Andy fue el que peor la pasó. —comenzó Nick.

—¡Eso no es cierto! ¡Yo-

Jesse detuvo su queja al observar cómo Gabe alzaba una ceja.

No todo se trata de ti.

—Andy siempre intenta reír y burlarse, hacer que todo sea un poco más fácil... Pero fue quién peor la pasó, tú estabas confundido, Gabe hacía tiempo que no vivía en casa, yo... Lo admito, yo me preocupé más por la empresa que por ellos, pero ¿Andy? Andy estaba desesperados, creyó que nos habían abandonado y que de alguna manera fue su culpa. ¿Y cómo Gabe y yo le ibamos a explicar a un adolescente asustado que no lo estaban abandonando cuando ya tres familias le habían hecho eso antes?

Jesse se mordió el labio inferior, recordando cómo la hermana Zoe le explicaba que el nombre de este niño adorable es Andrew, tiene ocho años solo tres más que tú y lamentablemente su nueva familia había tenido que dejarlo atrás, pero ahora estará con nosotros y seremos su nueva familia, ¿cierto Jesse?

—Mira Jesse, tal vez Andy no lo dijo de la manera correcta, tal vez ninguno de nosotros lo hizo, pero nadie nos preparó para vivir solos, ¿Sabés? Yo no quería esto... Yo no tengo ninguna guía de criar a tus hermanos sin lastimarlos en el intento. —Gabe explicó, sus ojos tristes pero alertas se movían atentamente sobre el rostro de Jesse, captando cada expresión—. Lamento haberte separado de el niño LaRusso, y lamento que te hayan herido las palabras de Andy, pero Jesse es momento de que decidas si nos ayudarás o si te quitarás del medio, porque de otro modo no sé que más podremos hacer.

Gabe extendió sus manos a los lados, gesticuló y murmuró un par de palabras más que Jesse no logró prestar atención.

—Realmente me gusta Anthony. —susurró Jesse, mirando ahora sus manos suavemente vendadas.

—Lo sabemos. —afirma Nick, una de sus manos sube para descansar en la rodilla de Jesse.

Jesse mira a su hermano, que ahora estaba sentado en el suelo justo frente a él—. ¿Lo arruiné todo? ¿La otra noche?

Nick suspira y mira por sobre su hombro a Gabe.

—No es Miyagi Do quién tiene a nuestros padres. —declara Gabe, acercándose hasta sus hermanos y sentándose al borde de la cama justo al lado de Jesse.

—¿Y entonces? ¿Quiénes? Esperen, ¿entonces realmente alguien los tiene? —Jesse pregunta rápidamente, observando como Nick y Gabe vuelven a hablar con miradas—. ¿Cuántas cosas hay que yo no sé? —pidió Jesse después de un largo silencio en donde ambos hermanos seguían comunicándose en silencio.

—Uhm... ¿Casi todo? —intentó Nick, viendo cómo los ojos de Jesse se agrandaban en sorpresa—. Es decir, te habríamos dicho si hubieras preguntado pero...

nunca preguntaste, captó Jesse en líneas, y asintió lentamente.

—Entonces alguien sí los tiene. —afirmó Jesse, sus hermanos asintieron en silencio—. ¿Y quiénes?

—Cobra Kai. Algo muy oscuro con uno de sus fundadores. —dijo Gabe—. Pero Jesse, debes tomar una decisión ahora, si quieres saber más tienes que decirnos que estás dentro, que comenzarás a ayudarnos y a hacer algo.

La voz de Gabe sonó frustrada, él no quería suplicar y Jesse lo entendió, Jesse no se merecía que supliquen por su ayuda, la ayuda de un idiota egoísta y malcriado, pero aún así allí estaban ambos hermanos, mirándolos con atención y paciencia.

—Quiero ayudar, realmente me gustaría hacerlo y... Esta vez lo haré bien. —prometió Jesse, intentando sonar esperanzado, notando cómo la postura de Nick se relajaba.

—Bien, oh, qué alivio. —murmuró Gabe, dándole una palmada en la espalda a Jesse a la vez que Nick también le daba una palmada en la rodilla.

—Sí, íbamos a necesitarte de todos modos. —comentó Nick, con un rastro de diversión.

—¿Eh? —Jesse frunció el ceño confundido.

—Tienes que entrar a Cobra Kai.

—¿Qué? Oh no... —Jesse comenzó a negarse, intentó ponerse de pie pero las manos de Nick y Gabe sobre su espalda y rodilla lo mantuvieron sobre el borde de la cama—. No puedo hacerle eso a Anthony, no... No puedo.

—Ibamos a decírtelo cuando llegamos, pero el escenario nos distrajo un poco... Si quieres ayudarnos Jesse, tendrás que entrar a Cobra Kai. Ya no aceptan mayores de dieciocho, sólo tú puedes.

—Pero, pero, Andy tiene diecisiete, él puede entrar. —intentó Jesse, observando como ambos mayores negaban con la cabeza.

—Andy está en Miyagi Do y realmente le gusta. Él dijo que si realmente quieres ayudar debes comenzar tú también a arriesgarte.

Jesse se mordió la lengua pensativo, sabía que ya no podía negarse, no quería volver a ver a sus hermanos decepcionados de él, y realmente quería ayudar en la misión, no sabía que se encontraban tan cerca de encontrar a sus padres, él podría volver a verlos de vuelta y eso... Eso lo emocionó y mucho.

Pero por otro lado, estaba Anthony.

Que probablemente ya creía que Jesse lo estaba abandonado, que se avergonzó de haber besado a Anthony y ahora... ¿Qué? ¿Jesse se uniría a los bullys de Anthony? Oh, iba a odiarlo por siempre.

Andy dijo que si quieres ayudar, debes comenzar tú también a arriesgarte.

Arriesgarme a perderlo todo, ja.

¿Qué habría perdido Andy? ¿Habría sacrificado algo él?

Andy... ¿Él... me odia? —preguntó Jesse, temiendo la respuesta.

—Por supuesto que no, ninguno de nosotros lo hace, Jess. Somos familia, él sólo está frustrado. Pero no hace falta que te preocupes por nada más hoy, ¿Sí? Podemos hablar de todo mañana.

—¿Entonces si puedo ayudar? —Jesse sonó esperanzado, mientras observaba cómo ambos hermanos se ponían de pie.

—Por supuesto que sí. ¿Sabés con qué podrías ayudar primero? —Jesse esperó en silencio a que Gabe le de indicaciones, una sonrisa engreída se formó en los labios de su hermano mayor.— Comienza limpiando todo el desastre que tú causaste mientras nosotros salimos a comprar la cena.

Oh, cierto. Destruí el apartamento a pedazos.

Jesse tomó una fuerte bocanada de aire y asintió, sentía cómo sus mejillas picaban allí en donde se encontraban lágrimas secas que finalmente apartó con el dobladillo de su campera.

—Hey, no estés tan triste. Cuando termines puedes hablar con Anthony. —Nick dijo, sosteniendo el teléfono de Jesse alto para que el menor pueda verlo—. Le avisamos que tenías fiebre alta y que te quitamos el teléfono para que puedas dormir sin distracciones.

Oh.

Eso fue lindo de su parte.

Realmente le iban a dar otra oportunidad, pensó Jesse sonriendo y asintiendo, observando como sus hermanos desaparecían por la puerta, cerrando mucho más suave que como Andy lo había hecho tiempo antes.

Una vez que Jesse se quedó solo con sus pensamientos, fue difícil no sentirse un poco abatido frente a la nueva perspectiva, ahora las cosas con sus hermanos comenzarían a mejorar, él tenía la esperanza de que sí.

Se sintió frustrado por apartarlos tanto tiempo de su vida, aunque sean solo unas semanas parecía que ellos también la habían estado pasando mal y fue difícil para ellos estar en esta nueva ciudad también.

A veces, a Jesse se olvidaba que todos estaban viviendo sus propias vidas y no solo apareciendo de vez en cuando en la suya como personajes extras.

Sus hermanos probablemente habían sufrido en silencio porque no querían hacerlo sentir mal o preocuparlo, o tal vez jamás se lo dijeron porque Jesse jamás se preocupó en preguntar para comenzar.

Comenzó a juntar con cuidado cada vidrio que estaba en la alfombra, sabiendo que había preparado todo con exactitud horas antes para que sus hermanos no puedan barrerlo con una escoba.

Nunca creyó que sería él quien termine limpiando todo.

Estaba a punto de salir corriendo, quería escaparme. ¿Qué? ¿Con Anthony?

Y Anthony, él ni siquiera sabía por todo lo que había pasado Jesse, creía que él solo estaba enfermo y no qué estuvo muriéndose de la preocupación durante tres días, creyendo que Anothony lo odiaria por ignorarlo.

Jesse no estaba seguro de muchas cosas ahora, se encontraba cansado y confundido y decidió que por esa noche lo mejor sería simplemente dejar todo pasar.

Después de un par de intentos, Jesse logró despejar su mente y se entretuvo limpiando hasta que sus hermanos volvieron a abrir la puerta.

Jesse iba a saludar asomando su cabeza por el borde de la mesa hasta que lo vió, entre Gabe y Nick estaba Andy.

—Hey Jess. —saludó Andy, su voz estaba templada y no demostraba mucho, Jesse saludó con un asentimiento y miró a Gabe y a Nick en busca de ayuda.

—Hola Andy. Yo... Lo siento mucho. —se disculpó rápidamente Jesse, no queriendo aguantar la tensión durante más tiempo.

Andy asintió con la cabeza y mantuvo su mano sobre la manija de la puerta, Jesse creyó que iba a cerrarla pero en cambio la puerta se volvió a abrir y una cuarta persona entró por la puerta.

Jesse se golpeó la cabeza contra la madera de la mesa y trastabilló para ponerse de pie, su mirada perpleja sobre sus hermanos y.— ¡Tony! —gritó alegre, finalmente logrando ponerse de pie, acercándose a Anthony que lo miraba con una sonrisa divertida y los brazos extendidos.

—Hey, ojos azules, ¿Me dijeron que ya te sientes mejor? Uf. —Anthony suspiró al sentir como Jesse se tiraba sobre sus brazos, abrazándolo con fuerza por la cintura y acomodando su rostro en su pecho.

Andy cerró la puerta y una mano se deslizó para desordenar el cabello de Jesse.

—Yo también lo siento. —murmuró Andy, en un bajo susurro que solo Anthony y Jesse escucharon.

—Hay muchas cosas que debes explicarme, Hardaway. —susurró Anthony del otro lado, su cabeza apoyándose sobre la de Jesse y rodeando sus hombros para apretar más el abrazo.

Jesse tarareó en reconocimiento y caminó hacía atrás hasta que la espalda de Anthony chocó contra una pared.

—¿Un poco más de cuidado? —pidió Anthony suavemente.

Jesse se echó hacia atrás, sonriendo divertido, pero Anthony no lo dejó llegar muy lejos, tenía las muñecas cruzadas detrás del cuello de Jesse y una mano en su cabello.

—Te extrañé. —admite Jesse, sintiendo cómo sus mejillas se sonrojaban con solo decir esas palabras.

Anthony parecía que tenía algo que decirle, un pensamiento rondando en su mente pero a último momento decidió apartarlo para sonreírle con dulzura.

—Yo también te extrañé. —dijo Anthony, besando el costado de los labios de Jesse, su mejilla, su mandíbula, mientras Jesse murmuraba feliz, sintiendo cómo todo su rostro se calentaba aún más debajo de los labios de Anthony.

—¿Que debo explicarte, LaRusso? —murmuró contra el oído de Anthony, su apellido sonando extraño en sus labios pero aún así replicando la táctica del otro chico.

Anthony sonrió contra su mejilla y pasó su lengua, delineando un suave contorno hasta su mandíbula y subiendo levemente para atrapar el lóbulo de su oreja entre sus dientes, mordiendo con suavidad.

El movimiento de sus labios hizo que la estática estallara en la cabeza de Jesse, pero aún así murmuró en aprobación, esperando que Anthony no se detenga nunca.

—Tus hermanos están viendo. —comentó Anthony en un susurro, dejando un húmedo beso justo debajo de su oreja y bajando hasta sus clavículas.

—No me lo recuerdes. —Jesse se quejó, sin querer alejar a Anthony, apretando sus manos sobre la cintura del contrario y sintiendo los mimos que el chico le daba en el cuello con los pulgares.

—Bueno bien, si estás bien con eso entonces yo también. —dijo Anthony, frotando sus mejillas juntas.

El rostro de Anthony se sentía tan caliente como el suyo, acariciando suavemente, su húmedo labio inferior arrastrándose sobre la piel de Jesse que en algún momento había cerrado sus ojos para disfrutar el momento.

—¿Cuándo pensabas contarme de la misión? —susurró Anthony contra su mejilla, sintiendo el momento exacto en dónde Jesse se sobresaltó, abriendo sus ojos y mirándolo con sorpresa.

—Si es verdad que salta como conejito asustado cada vez. —comenta Andy desde atrás, Jesse escucha la risa divertida de Anthony.

—Te lo dije.

—¿Qué carajos? —susurró confundido Jesse, sintiendo como Anthony lo apartaba de su cuerpo para dejarlo salir de su encarcelamiento contra la pared y lo tomaba de la mano para caminar hasta los sillones destruidos en dónde los tres hermanos se encontraban mirándolos con atención.

—Estás en problemas Jesse. —llamó Nick divertido, subiendo y bajando sus cejas.

Jesse subió la cabeza para mirar a Anthony a su costado, el cuál asintió con la cabeza en dirección a Nick para después desvíar su mirada hacia Jesse.

—Muchos problemas. —murmuró Anthony, pero aún así le dedicó esa mirada específica que Jesse ya sabía reconocer, esa que le aseguraba que todo estaba bien, lo cuál hizo a Jesse relajarse.

Anthony sabe la verdad, y casi parece que no lo odia. ¿Eso es un buen paso, cierto?

Anthony lo besó porque todo estaba bien... ¿Cierto?

Jesse sonrió con nerviosismo y se sentó junto a Anthony para comer, oh, que cena más incómoda.

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OMG!

Lo sé, lo sé, hoy se sufrió un poco, pero era necesario un poco de drama, amamos el drama y Jesse necesita su desarrollo de personaje si que sí.

Muchísimas gracias por leer, LLEGAMOS A 4K OMGG! ♡⁠

Digamosle NO a los lectores fantasmas, hasta el más mínimo comentario o un simple voto me animan muchísimo a querer seguir con esta hermosa historia♡⁠

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