𝐓𝐖𝐄𝐍𝐓𝐘-𝐅𝐎𝐔𝐑
"DESCUBRIENDO SENTIMIENTOS"
TODOS ESTABAN SORPRENDIDOS POR LA NOTICIA QUE LES DIO AIZAWA, iban a salir en un periódico.
—Se supone que el artículo es de lo que hacen en los nuevos dormitorios. El director pensó que si padres y tutores los verían felices aquí y dio un permiso —fue lo que el profesor explicó.
La de cabellos azules empezó a jugar con su cabello nerviosamente, no le gustaba para nada el hecho de salir en un periódico que muchas personas iban a leer. Eso le generaba cierta ansiedad.
—Hola a todos, soy Tokuda —espetó el hombre que iba a estar todo el día entrevistándolos—. Gracias por recibirme.
Tanto el periodista como los alumnos hicieron una reverencia.
—¡Mucho gusto!
—No necesitan hacer nada especial. Solo aparezcan en cámara como son normalmente. Podría hacerles algunas preguntas, así que cuento con ustedes.
Entonces Natsuki empezó a murmurar algunas cosas mientras iba hacia el comedor, una vez ahí ella y Bakugō se sentaron en una mesa para comer, ninguno de los dos se dio cuenta de que les estaban tomando fotos hasta después.
Claro que Bakugō reaccionó mal mientras que Natsuki simplemente sonrió levemente con sus mejillas sonrojadas.
El resto del día les estuvieron tomando fotos, y en la tarde cuando era momento de regresar a la casa, ella sonrió al mirar la lluvia, era simplemente increíble. Le encantaba.
No necesitaba un paraguas así que simplemente empezó a caminar mientras que las gotas de lluvia que deberían caer sobre ella no lo hacían, ella solo absorbía el agua.
Al llegar a los dormitorios simplemente saludó a todos levemente y fue a su habitación donde se cambió y cuando iba a entrar al elevador Todoroki Shōto estaba ahí también.
Los dos se saludaron con una leve sonrisa, la de Natsuki más grande que la del bicolor.
—Todoroki-san ¿No te sientes nervioso por salir en el periódico?
—La verdad es que no —respondió él—. ¿Tú sí?
—Muchas personas nos van a mirar, admiro la gran tranquilidad que tienes en estos momentos.
—Saldrás bien en las fotos —espetó el bicolor sorprendiendo a la peliazul, quien se sonrojó ante esas palabras.
Al llegar al lobby la chica intentó tranquilizarse, fallando completamente en el intento, Todoroki le estaba gustando cada día más.
Por eso mismo, se despidió de él y rápidamente fue a tomar su comida, sin otra cosa que decir volvió a su habitación y una vez ahí llamó a su tía, quien le contestó con rapidez.
—Natsuki~, es bueno volver a escucharte ¿Pasó algo?
—¿Estás ocupada? —la de cabellos azules respondió que no—. ¿Estás sola?
—Si, ¿ocurre algo malo?
—N-no eh.... bueno... y-yo debo c-confesar... algo.
—¿Mataste a alguien?
—¡No! —espetó horrorizada con la mera idea.
—¿Rompiste alguna regla?
—No tía, escucha, esto es sobre.... romance.
Y así la peliazul tuvo que cubrirse los oídos por el chillido que la mayor dio.
—Oh por Dios, te gusta alguien.
—No lo digas tan alto... —susurró.
—¿Es Todoroki verdad?
—¿Tan obvio es?
—No, es solo que yo te conozco—respondió la rubia con una sonrisa—. Y que Keigo me ha contado ciertas cosas. Ahora dime ¿Que vas a hacer al respecto?
—Acepté que él me llama la atención tía, pero.... no haré nada al respecto.
—¿¡Qué!? No ¿Por qué? —se quejó la mayor.
—Debo concentrarme en-
—¡Al diablo todo eso! Natsuki, es cierto que vas a ser una heroína, pero también somos humanos, humanos que sienten. Estás en la adolescencia, enamorarte es lo más normal en esa etapa. Tener novio o tener ganas de uno también es algo normal para alguien de tu edad.
—Si pero-
—Sin peros, mira, tu puedes decidir no hacer nada y respetaré tu decisión, pero como tú tía y alguien con experiencia te recomiendo que hagas algo, tal vez no lo notas pero él también puede tener sentimientos románticos hacia ti.
—Todoroki-san no sabía ni siquiera mucho sobre emociones hasta que entró a la U.A, no creo que él sepa que alguien le interesa de manera romántica.
—Pues tienes que hacer que se de cuenta—dijo Kira—. Tu hermano llegó ¿Quieres saludar?
—No, le llamaré más tarde —declaró ella—. Gracias por escucharme tía K.
—No dudes en llamarme si tienes alguna duda en otra cosa cariño, suerte.
Y con eso ella cortó la llamada. La peliazul miró el techo de su habitación, no sabía qué hacer.
Pero entonces por alguna extraña razón recordó a su tía, Kira, y como ella le contó cómo se enamoró de Aizawa desde el primer año en la U.A.
¿La historia volvería a repetirse?
[...]
—La residencia es una versión más seria de sus prácticas, donde trabajaban con los héroes profesionales —habló Aizawa—. Lo hablamos en la reunión de profesores y tanto el director como los profesores pensamos que no deberían hacerlo.
Toda la clase se alteró ante eso. Bakugō incluso dijo que lo merecían.
—Pero algunos creen que no crearemos héroes fuertes con nuestras políticas, así que decidimos que los de primero solo irán a agencias con buen historial que acepten estudiantes.
Ante eso la de cabellos azules suspiro aliviada, cosa que no duró mucho ya que se puso a pensar si la agencia de su hermano tendría buen historial.
—Debe tenerlo, debo aprender de él muchas habilidades en el momento de....
Pero entonces recordó, no podía extender sus alas.
¿Qué iba a hacer sin sus alas?
Una sonrisa triste apareció en su rostro, no iba a poder continuar con su hermano si no tenía sus alas.
Sin embargo, en vez de desanimarse, quiso pensar en positivo, si hacia las residencias con su hermano al menos aprendería algo de él.
Entonces se decidió, iba a hacer que sus alas crecieran de nuevo, no importaba cómo, lo iba a hacer.
Había visto a Keigo sin alas múltiples veces, y después de todo las plumas de su hermano se regeneraban con rapidez.
Sus alas también debían volver a crecer, de eso no había duda alguna. Sin embargo ella no tenía ni idea de cómo hacer eso.
Por eso mismo, estuvo toda la noche pensando muchas formas para hacer que sus alas volvieran a crecer. Sin embargo, inevitablemente terminó durmiendo un par de horas, ciertamente se despertó bastante temprano por las pesadillas.
Desayunó y después de eso volvió a encerrarse en su habitación, miró la tela acrobática que estaba en su habitación y entonces decidió practicar.
Primero que todo empezó a estirar, debía calentar sus músculos, después de eso empezó a hacer uno de los tantos ejercicios que había aprendido en gimnasia.
Subió y bajó a través de toda la tela acrobática muchas veces, también pensó en cómo podía hacer para recuperar sus alas, e intentó de todo, hacer que salieran como lo hacía antes, naturalmente. Pero no funcionó.
Intentó meditar y después intentarlo, más no lo consiguió.
Y al final se rindió luego de haber intentado otros métodos, pues ninguno logró su cometido.
Al terminar decidió tomar aire en el balcón, se sentó en el barandal y miró el paisaje con tristeza.
No había conseguido que sus alas crecieran. Se sentía decepcionada y mal consigo misma, su familia era de héroes, héroes que tenían alas y volaban.
Y ella ya no iba a serlo.
Ya no iba a poder ser tan veloz como su hermano o tan ágil mientras volaba como su tía.
Los pensamientos negativos se apoderaron de ella, pensó en demasiadas cosas que ocurrieron en el pasado que pudieran haber ocurrido de diferente manera si ella hubiera tomado decisiones diferentes.
Se puso a sobrepensar tanto que terminó asustada cuando escuchó el sonido de su celular.
Y por consecuencia, se cayó, ella de inmediato gritó y se cubrió la cara con los brazos, pero el impacto nunca llegó.
Eso la sorprendió ¿Cómo era eso posible? Abrió los ojos lentamente y cuando lo hizo miró unas hermosas alas azules.
Sus alas. Sus preciosas alas, al fin.
Lloró de alegría en cuanto las miró, por fin había conseguido lo que llevaba deseando por semanas.
Habían vuelto a crecer.
No dudó dos veces en volar hacia su habitación de nuevo, una vez ahí miró su celular, era una llamada perdida de su hermano.
Iba a llamarlo pero entonces recibió un mensaje de él.
Keigo 🦅🍗
¡Desde hoy eres mi nueva residente, hermanita! Espero que nos podamos reunir muy pronto ¡te amo!
Nos vemos pronto onii-chan, yo también te amo
Apagó el celular y se acostó en su cama sin guardar sus alas, las acarició incluso mientras tenía los ojos cerrados.
En la tarde mientras bajaba para poder buscar algo que comer, escuchó a sus compañeros hablar de las residencias.
—Takami —escuchó que le hablaron, era Aizawa—. Hawks envió el papeleo de las residencias.
—¿Irás con Hawks? —cuestionó uno de sus compañeros, no reconoció quién fue.
—¿Ya lo conocías? —preguntó otro. No le sorprendía que ninguno de sus compañeros supiera que hizo las prácticas con él, después de todo solo los profesores y sus tres amigos conocían la relación que ella y el héroe número tres compartían.
—Es mi hermano mayor—respondió ella en voz baja sorprendiendo a todos.
—¡¿Enserio?! ¡Vaya!
—¡Increíble!
—Si, supongo —murmuró ella mientras continuaba su camino al comedor.
—Son tan opuestos —escuchó que uno de sus compañeros dijo.
Esa frase le hizo recordar su pasado, las muchas veces que las personas los comparaban, y su corazón dolió. Le dolió recordar esos momentos en la primaria donde la trataban bastante mal. Sin duda alguna no quería volver a experimentar algo así.
Tomó algo sencillo y se dirigió al elevador donde presionó el botón para que este se abriera. Debido a lo concentrada que se encontraba, se sobresaltó cuando alguien a su lado se dirigió a ella.
—No dijiste nada para evitar eso ¿no es así?
—¿Disculpa?
—Cuando tienes un pariente muy famoso, las personas no pueden evitar compararte o buscar similitud ¿verdad? —ella asintió—. Si... se como te sientes.
Ella miró a Todoroki con una pequeña mueca. No le agradaba la idea de que ambos compartieran malas experiencias.
—Es cosa del pasado —le restó importancia mientras entraba al elevador, él imitó su acción para después presionar el piso donde la habitación de la chica se encontraba.
—¿Pasó algo más, no es así?
Ella asintió más no dijo nada.
—¿Te molestaría contarme?
—No me molesta pero.... No deseo hablar aquí—Luego de eso se mantuvieron en silencio hasta que la puerta del elevador se abrió y ambos salieron, caminaron hacia la habitación y al llegar ella colocó el código de la puerta—Ponte cómodo —espetó mientras dejaba la comida que tenía en mano en el escritorio.
Tomó uno de los cuadros que tenía allí, era una de las tantas fotos de Keigo, ella y su tía.
En esa fotografía ella tenía cinco, su hermano once y su tía veinte.
—Me hacían muchas burlas cuando estaba en primaria, todo por tener un kosei poderoso—empezó a decir ella—. Sabían que aunque yo era más fuerte no me defendería, siempre he sido una persona pacífica. Muchos me molestaban por no ser "tan increíble" como mi tía, quien en ese momento era una reconocida heroína. Luego fue mi hermano quien se volvió reconocido, y las burlas aumentaron. Crecer con una familia tan increíble como ellos fue... un poco difícil.
—¿Los odias?
—¿Qué? No, claro que no, mi hermano lo es todo para mi, es divertido, amable, carismático y protector cuando se trata de mi, es un buen héroe y una gran persona, estoy muy orgullosa de que sea mi hermano. Y mi tía es como mi madre, ella me ha cuidado desde que estuve en el vientre de mi madre biológica. Eso sí... Fue complicado para mi, algunos traumas siguen allí
—¿Y cómo es que nadie sabe de ti?
—Mi hermano amenazó a todos, si alguien llegaba a decir algo sobre mi existencia los demandaría y haría que pagaran una gran multa, nadie nunca dijo nada. Y hasta el momento nadie ha dicho palabra alguna.
Todo quedó en silencio después de eso, la chica se sentía nerviosa, le había contado a Todoroki algo muy privado que literalmente solo sus mejores amigos conocían.
Y Todoroki, él no quería irse, quería consolar a la chica o decirle palabras de ánimo, por alguna razón no le gustaba verla triste. Pero había un problema, él no sabía consolar a las personas, claro que lo intentó.
—Mi padre siempre ha dio el héroe número dos —empezó a decir él—. Y como supo que nunca iba a vencer a All Might decidió efectuar otro plan ¿Sabes acerca de los matrimonios arreglados no? —Natsuki asintió con una mueca—. Se ganó a la familia de mi madre, él tenía reconocimiento y dinero. Tuvieron a mis hermanos, y por último a mi, su "obra maestra".
Natsuki no dijo nada, simplemente escuchó atentamente.
—Mi madre odiaba a mi padre, él era... horrible, y fue por eso que un día ella me lanzó agua hirviendo, esta marca es lo que queda de la herida.
Eso la horrorizó y le dejó sorprendida.
—¿Cuántos años tenías en ese entonces?
—Cinco.
Se congeló en su lugar, ella no podía creerlo, era solo un niño.
—Oh mi.... Eso-
—No necesitas decir nada, esa herida ya sanó y está en el pasado, Takami-san, solo quería decir que... entiendo tu dolor, y si en algún momento quieres hablar... estoy yo.
No pudo evitarlo, lo abrazó. El bicolor se sorprendió, no había estado abrazando en mucho tiempo, y cuando Natsuki lo hizo se sintió bien.
Más que bien.
Correspondió el abrazo, e incluso presionó el cuerpo de ella contra el suyo, pudo sentir el aroma a fresas que emanaba de su cabello, el aroma le embriagó.
No sabían cuánto tiempo estuvieron así, pero al separarse la chica tenía una leve sonrisa mientras que un gran sonrojo adornaba sus mejillas.
—L-lo siento y-yo...
—No te preocupes —respondió él dándole una leve sonrisa intentando tranquilizarla.
—Invadí tu espacio personal, eso no estuvo bien, lo lamento-
—Me gustó —le interrumpió él—. Puedes abrazarme siempre que lo necesites.
Y solo eso bastó para que el corazón de los dos se acelerara en sobremanera.
Natsuki sabía que significaba, pero Shōto no, pero tenía intenciones de averiguarlo.
Él quería saber qué le ocurría, y por eso mismo iba a preguntarle a su hermana, necesitaba aclarar su mente.
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