𝐓𝐇𝐑𝐄𝐄

"PRESIDENTE DE CLASE"

MIRABA ATERRADA AL MONTÓN DE REPORTEROS QUE ESTABAN AHÍ. Ya no quería pasar por ahí si eso significaba someterse a pasar por un montón de cámaras.

Pero Keigo intentaba convencerla de salir, ella estaba absolutamente negada a eso. La peliazul se encontraba bien aferrada a su hermano, quien sin duda alguna tampoco deseaba estar en la mira de las cámaras.

Según él, no estaba bien vestido como para salir en televisión, la peliazul solo rodó los ojos ante el gran narcisismo y ego de su hermano.

—Sobre mi cadáver.

—Te invito una pizza si pasas.

Y eso fue suficiente para que ella entrara, básicamente corriendo pero lo hizo, fue un real alivio para ella haber entrado sin que los reporteros se le abalanzaran encima.

Natsuki se dirigió a su salón, donde ya estaban algunos de sus compañeros, la peliazul fue a sentarse directamente a su asiento sin saludar a nadie. No tenía la suficiente confianza con ellos como para hacer tal acción.

Todos fueron llegando de a poco, provocando que hubiera más ruido, sin embargo cuando Aizawa llegó, todos se callaron. El profesor empezó a hablar.

—Buen trabajo en el combate de entrenamiento de ayer. Vi el video y los resultados. Bakugō, eres talentoso, así que no actúes como un niño.

—Lo sé —fue lo único que respondió el de cabello rubio.

—Y Midoriya —ella miró al mencionado al igual que el resto de la clase—. te rompiste el brazo de nuevo ¿eh? No puedes seguir diciendo que no puedes hacer nada porque no puedes controlar tu kosei. No me gusta decir lo mismo una y otra vez.

La peliazul miró al chico con compasión, se le notaba bastante frustrado, eso le recordó a ella misma. Todas las veces que se frustraba porque no podía controlar la aparición y desaparición de sus alas.

Eso la llevó a recordar su periodo de entrenamiento con Keigo en las instalaciones de Seguridad Pública cuando eran niños, no le agradó para nada recordar eso por lo que se enfocó en lo que decía Aizawa.

—....Ustedes decidirán el presidente de clase.

Todos empezaron a decir que querían ser presidente de clase, a excepción de Natsuki y unos cuantos más.

¿Ella, presidente de la clase? Preferiría morir ahí mismo antes que eso. Primero que todo, no se consideraba una buena líder, era bastante tímida e insegura como para serlo. También tendría que hablar al frente y eso no ayudaba a su fobia social.

Tenía muchas razones para no postularse, y claramente no lo iba a hacer, ella votaría por la persona que le parecía más adecuada para el puesto.

—¡Silencio, por favor! — se sobresaltó un poco ante el repentino grito de Iida—. Es un trabajo con la seria responsabilidad de liderar a otros. No es un trabajo que todos quieran hacer —ella coincidió con el chico, ella en definitiva no quería ser presidente de la clase y tampoco se miraba apta para ese puesto tan importante.

Al final decidieron hacerlo por votación. Cuando llegó su turno, pensó en votar por Yaoyorozu Momo, pero luego recordó a Midoriya, quien le parecía alguien completamente capaz de ser el presidente de clase.

Y por cómo algunos eran obvios y miraban al peliverde de reojo, sabía que habían más personas de acuerdo con su opinión. Cuando el resultado se vio público, miró como efectivamente el chico de cabellos verdes fue el que obtuvo mayor votos.

—¿¡Tuve cuatro votos?!

—¿¡Por qué Deku!? ¿¡Quién votó por él?! —exclamó esta vez Bakugō.

—Bueno, es mejor que votar por ti —le dijo un chico de cabello negro.

La peliazul se encogió en su asiento intimidada por la reacción del rubio. Esperaba que él nunca se enterara que votó por el de cabellos verdes.

—Entonces, el presidente de la clase es Midoriya, y la vicepresidente será Yaoyorozu.

—¿E-E-En serio? ¿En serio? —dijo Midoriya totalmente nervioso.

En el momento de almuerzo, la peliazul pensaba en las tareas que debía adelantar, pues las que eran para fechas próximas ya estaban hechas. Ella no adoraba hacer los deberes, le parecía algo tedioso, sin embargo desde pequeña había adoptado ese sentido de responsabilidad de entregar todo a tiempo y esforzarse mucho.

No fue hasta que sonó una alarma que despertó de su ensoñación. No se encontraba en el comedor, sino que en el pasillo del salón de clases, por suerte no había nadie ahí.

—Violación del nivel 3 de seguridad —se escuchó una voz—. Todos los estudiantes evacuen inmediatamente.

Se dirigió hacia la salida, pero su sorpresa fue mucha cuando se encontró un pasillo lleno de gente, quedando así atrapada, observaba a su alrededor con mucho pánico, eran demasiadas personas, muchas invadían su espacio personal y eso la incomodaba mucho.

Sentía que su respiración se estaba acortando, no podía mirar muy bien y pensaba que iba a desmayarse en cualquier momento, eso quería decir que estaba a punto de tener un ataque de pánico.

Cuándo estaba por desmayarse, sintió como alguien la jalo del brazo y la pegó al vidrio mientras la protegía con su cuerpo. Se sorprendió al ver que se trataba de un chico de cabello rubio y ojos azules más alto que ella.

—¿Estás bien? —cuestionó el chico con preocupación en el rostro. Había notado como la peliazul estaba a nada de entrar en un ataque de pánico.

—S-si, muchas gracias —respondió ella inhalando y exhalando con fuerza, todo con el propósito de tranquilizarse.

Entonces escuchó la voz de Iida, quien estaba flotando cerca de una pared. Al final, habían sido solo los medios quienes habían entrado a las instalaciones.

—Es un alivio —susurró ella mientras soltaba un suspiro, temía de lo que podría haber pasado si algún villano hubiera sido el responsable.

—Lo es —respondió él sin despegarse de la peliazul.

Entonces, cuando ya no había tantos alumnos, él se separó de ella y le brindó una gran sonrisa que la dejó deslumbrada. La sonrisa de este chico era parecida a la de All Might, radiante y cálida.

—¿Eres de primer año no? —espetó el rubio con la alegría irradiando de sus poros, la chica asintió levemente—. ¡Es un gusto conocerte! ¡Soy Mirio Togata, de tercer año! ¡Espero que estés disfrutando tu estadía aquí!

—M-muchas gracias por s-salvarme T-togata-senpai —murmuró la chica mientras hacía una reverencia.

—¡De nada! ¡Nos vemos en otra ocasión.... —espetó lo último para hacerle saber que deseaba saber su nombre.

—Natsuki Takami —se presentó con una leve sonrisa.

—¡Me recuerdas a mi mejor amigo! —espetó con una gran sonrisa el rubio—. Hasta tienen el cabello azul y todo, son como hermanos perdidos.

—¿Ah? —murmuró ella confundida por el cambio de conversación.

—¡Tendré que contarle esto a Tamaki! —continuó el rubio—. ¡Nos vemos luego Takami-san!

Y con eso se alejó de ella dejándola completamente sorprendida ¿Qué había ocurrido?

No le tomó importancia y se dirigió a su salón de clases, donde algunos de sus compañeros ya se encontraban, se sentó en su lugar y prestó atención al resto de la clase, se sorprendió cuando Midoriya expresó su deseo de querer a Iida como presidente de la clase, y como todos estuvieron de acuerdo, él peliazul pasó a ser el representante.


[...]


—Hoy, para el entrenamiento básico de héroes será una clase con tres instructores, All Might, una persona más y yo —espetó Aizawa-sensei haciendo que la chica prestara más atención al profesor de lo normal.

—Disculpe ¿Qué haremos hoy? —un chico pelinegro preguntó.

—Desastres, catástrofes y todo eso —habló Aizawa—. Es entrenamiento de rescate.

Todos empezaron a murmurar, mientras que la peliazul estaba nerviosa, iba a poder poner en práctica todo lo que había aprendido, eso era cierto, pero no le gustaba el hecho de que podría congelarse o paniquearse si sus compañeros la observaban con atención.

—Oigan, aún no termino —habló el hombre seriamente haciendo que todos se callaran—. Pueden decidir si quieren usar su traje o no está vez, porque probablemente sus trajes limiten sus habilidades. El entrenamiento será fuera del campus, así que iremos en bus. Es todo. Prepárense.

La peliazul fue a tomar su traje, mientras se lo colocaba pensaba a qué lugar irían, si le tocaba un lugar de hielo o agua estaría bien, más que bien. Pero si fuera un lugar de fuego ahí sí que estaría en problemas. Los lugares secos eran un intermedio, pero en definitiva no quería estar en un lugar caliente o con fuego.

Podía luchar o ayudar, pero su resistencia ante el fuego no era muy buena. Tal y como la de su hermano o su tía. Ninguno de los tres era buen resistente al calor.

Cuando estuvo lista salió con rapidez hacia la entrada de la escuela, donde estaba el autobús. Pocos de sus compañeros estaban ahí, ella simplemente se quedó parada esperando a subir, sin embargo notó que alguien se colocó a su lado, era el rubio ceniza. Bakugō Katsuki.

Ella lo miró con cierta sorpresa y miedo, pero él ni siquiera le dio una mirada. Natsuki se estaba cuestionando seriamente por qué él se colocó a su lado teniendo a compañeros allá.

Pero lo que ella no sabía era que Bakugō había escogido estar al lado de ella por su personalidad callada. El rubio quería paz, y había notado que Natsuki era realmente una persona que no hablaba mucho.

—¡Clase 1-A, reúnanse! —el grito de Iida le sobresaltó—. ¡Formen dos líneas con su número de estudiante para hacer que el abordaje al bus sea pacifico.

Y al final, el bus no era como Iida pensaba, al final todos terminaron sentándose con quien quisieran.

La peliazul terminó sentada al lado de Todoroki, pues este estaba solo y ella preguntó si podía sentarse ahí, recibió una respuesta afirmativa.

Ella tenía los ojos cerrados, pero al escuchar ser nombrada los abrió, claro que ninguno de sus compañeros notó eso debido al casco que tenía.

—Bueno, hablando de brillante y fuerte, serían Todoroki, Bakugō y Natsuki ¿no?

Eso la sonrojo en sobremanera, pues no creía que su kosei fuera muy impresionante.

—Bakugō-chan siempre está molesto, así que no creo que sea popular —habló una chica de cabello verde.

—¡Qué demonios! ¿¡Quieres pelear!? —exclamó el rubio en respuesta.

—¿Ven? —dijo la chica con aspecto de rana.

Natsuki se mantuvo todo el rato escuchando lo que decían sus compañeros, y cuando el autobús se detuvo, fue su sensei quien los calló.

—Llegamos. Ya dejen de bromear.

Bajó del autobús mientras escuchaba a sus compañeros conversar entre sí, admiraba como todos podían hacer fácilmente amigos, mientras que ella nunca había tenido uno.

Lo bueno era que el ambiente en el que se encontraba era positivo, todos ahí parecían ser buenas personas, sus compañeros se habían mostrado bastante amables y divertidos.

Esperaba ya no sentirse tan nerviosa todo el tiempo a su alrededor. Deseaba no tartamudear cada vez que hablaba con alguno de ellos, deseaba bromear y poder convivir mejor con ellos. Pero sabía que todo a su debido tiempo. Debía ir paso a paso. 

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