𝐓𝐇𝐈𝐑𝐓𝐘-𝐒𝐄𝐕𝐄𝐍
"CHARLA PROFUNDA"
NATSUKI NO ESTABA MUY CONTENTA Y ESO SUS AMIGOS LO NOTARON, después de todo, su hermano estaba sufriendo una presión inmensa. Tenía que ser un espía, como casi siempre, sin embargo esta vez la misión era mucho más peligrosa que antes.
El lugar donde estaba....
No quería pensar en que podría ocurrir si Keigo era descubierto.
Muchos villanos poderosos estaban ahí, y aunque confiaba en la gran velocidad de su hermano, temía mucho por él.
Había ocasiones en las que ella prefería haberse mantenido en la ignorancia, sin embargo, luego se arrepentía de ese pensamiento. Sería peor para ella, la culpa la hubiera carcomido hubiera sido terrible.
Por eso mismo, las últimas semanas había estado demasiado nerviosa y preocupada, no bromeaba tan seguido con su mejor amigo y ya no se levantaba tan temprano como para poder encontrarse con el bicolor y charlar sin nadie alrededor.
Todo debido a los desvelos que tenía, le costaba dormirse pensando en lo que su hermano podría estar haciendo, ya no bromeaba porque se sentía culpable de disfrutar mientras que su hermano estaba sometido a mucha presión.
Al bicolor esa actitud le resultó extraña, sin embargo no hizo ningún comentario al respecto, quien si habló del tema fue Bakugō
—¿A ti qué mierda te pasa últimamente?
—Nada de malas palabras —regañó ella.
—Hablaré como se me de la jodida gana Natsuki, ahora hablar, estás demasiado extraña.
—No sé de qué me hablas —replicó ella sin mirarlo a los ojos.
—Algo te está ocurriendo, luces más apagada, y literalmente, algo jodido debe estar pasando —se sentía preocupado, se trataba de Natsuki después de todo, ellos dos se acercaron tanto durante el año escolar que no dudarían en dar su vida por el otro.
Eran esa clase de amigos.
Natsuki lo miró conteniendo las lágrimas, no podía hablar de eso, temía de que alguien los escuchara, algún infiltrado. Y entonces todo el plan se iría por la borda. No dudarían en matarla, y tampoco dudarían en matar a su mejor amigo.
No iba a permitir eso, lucharía contra cualquiera por la seguridad de su mejor amigo. Porque ella era esa clase de persona, tenía una lealtad hacia los suyos inquebrantable.
Pero confiaba en Bakugō con su vida, así que tomó su libreta y empezó a escribir, eso dejó al rubio ceniza confundido. Ella le pasó el papel para que lo leyera, y eso hizo.
"No puedo decirte nada, pero debes tener cuidado con todos los héroes, no confíes en ninguno, excepto All Might, Endeavor, mi hermano y los profesores de este lugar"
Eso dejó al rubio confundido y sorprendido. Miró a su mejor amiga, ella se notaba demasiado nerviosa y preocupada, entonces él conectó los puntos. Natsuki sabía algo muy peligroso, algo que seguramente su hermano le dijo o los de Seguridad Pública.
—Gracias —fue lo que dijo él.
Pudo ver como él se preocupaba por ella. E inevitablemente, no pudo evitar abrazar a la chica, dejando a Natsuki sorprendida, pues él no era de los que abrazaba en público.
Dicha situación ocurrió antes de que Aizawa entrara.
En esos momentos los dos se encontraban esperando su turno para derrotar a los robots, debían demostrarle a All Might todo lo que habían aprendido. Cuando llegó, ella y Tokoyami se miraron para luego asentir al mismo tiempo.
Natsuki con una velocidad impresionante tocaba a los robots y los congelaba, luego extendió su mano al cielo y provocó una pequeña tormenta, los rayos de electricidad cayeron sobre los robots, pero estos aún no se destruían por completo.
La peliazul aún no podía generar rayos muy potentes, había estado practicando con su tía mucho el movimiento pero aún no habían grandes progresos.
Tokoyami con su kosei destruyó a los robots, todos se sorprendieron por la rapidez de ambos, parecía que Natsuki era mucho más rápida ahora.
Y ese era el caso.
Cuando llegó el turno de su mejor amigo no pudo evitar sonreír al notar como había mejorado, era mucho más rápido ahora. Al terminar, ella bebía de su botella con agua, pensaba en su hermano y lo que estaría haciendo.
—Claro que no, uso disparos condensados —escuchó a su mejor amigo decir, eso la sacó de sus pensamientos.
—Bueno bueno, tranquilo —espetó ella mientras se colocaba en medio de sus dos amigos—. Tu mejoraste mucho, Kirishima-san.
—¡Lo mismo digo de ti, Takami-chan! ¡Eres mucho más rápida que antes! ¡Mis ojos ni siquiera pueden seguirte!
—Aún no soy tan rápida, Hawks sigue siendo mucho más rápido.
—Podrás superarlo, estoy segura de eso.
Dichas palabras le animaron, iba a intentar ser más rápida que su hermano, e iba a esforzarse mucho por ello.
Solo esperaba que, cuando dicho momento ocurriera, su familia esté presente para verlo.
Y un rato después, la peliazul se encontraba corriendo hacia el dormitorio donde cierta niña se hospedada. Y cuando llegó no pudo evitar observar con cierta preocupación a Eri, la pequeña se veía demasiado vulnerable en esos momentos. Mirio la había llamado diciendo que la pequeña Eri en esos momentos no estaba bien, de inmediato corrió hacia el dormitorio de la menor.
—Hola Eri-san —saludó la peliazul, Eri al escuchar la voz de Natsuki sacó la cabeza del pecho de Nejire—. ¿Por qué no coloreamos un poco?
Presionando a la pequeña no iba a conseguir nada, lo mejor era distraerla.
—No quiero lastimarte.
—Y no lo harás —espetó ella con una sonrisa, le extendió su mano—. Podemos colorear o jugar, hagamos algo que tu quieras.
—M-me gustaría que colorearemos juntas —murmuró ella mientras se separaba del regazo de la mayor.
—Oh vaya, eres muy buena con los niños Takami-chan —mencionó la mayor con cierta sorpresa.
—No es para tanto —murmuró ella intentando quitarle importancia.
Natsuki y Eri colorearon muchos dibujos, la de cabellos azules no pudo evitar sonreír al notar que la niña si usaba el obsequio que le había dado.
—Te regalaré más colores y libros ¿Te parece bien?
—¡Claro que sí! —respondió ella con una sonrisa emocionada.
No notó que Aizawa la observaba con muchos recuerdos llegando a su mente. El hombre recordaba las muchas veces que había encontrado a Kira con Natsuki de esa manera, solo que cuando Natsuki era una niña en vez de colorear cantaba muchas canciones con su tía, quien también poseía una increíble voz.
Se pasó un buen rato con Eri, quien estaba mucho más calmada que antes, y cuando ya casi era la hora de cenar, se despidió de los Tres Grandes y la pequeña, debía ir a cenar con sus compañeros de clase.
Al llegar a los dormitorios de su salón, pudo escuchar a todos hablar, al llegar todos hacían algo con la cena, su mejor amigo fue el primero en notarla.
—¡Si yo estoy haciendo esta mierda tu también así que ven!
Ella sonrió mientras caminaba hacia la cocina donde se lavó las manos, luego se colocó al lado de su mejor amigo y juntos empezaron a cortar los vegetales.
—Si lo de ser héroes no sirve bien podemos poner nuestro propio restaurante —mencionó ella con una sonrisa divertida.
—Seremos héroes estúpida, es imposible que eso no vaya a servir.
—Solo digo que debemos tener un plan B.
—Es un plan B de mierda.
—¡Oye! No insultes mi plan B.
—Tu plan es horrible, ganarías más como cantante que como cocinera.
—Bueno, entonces será el plan C.
—Que sea el Z.
Ella rodó los ojos, su mejor amigo parecía adorar molestarla.
—Nuestras tarde de entrenamiento intensivo se cancelan —dijo ella de pronto.
El rubio dejó de cortar y observó a la chica sorprendido.
—¡¿Qué?! ¿Por qué?
—Bueno, Eri va a iniciar su entrenamiento y me gustaría estar ahí con ella, si se siente muy abrumada ayudarla a relajarse.
—Te has encariñado con ella.
—Mucho, me recuerda a mi.
—¿A tí?
—Mi hermano estaba ocupado entrenando para ser el héroe perfecto, mi madre no se interesaba por mi y la única persona que se interesaba por mi era mi tía, ella me cuidó muy bien los primeros cuatro años de mi vida a pesar de que no estaba bien mentalmente, sin embargo el accidente ocurrió y terminó en el hospital, pasé mucho tiempo sola y sin amigos.
—Eras estúpida.
—¡Oye!
—Tienes uno de los mejores kosei que he visto en mi vida, eras realmente estúpida, podrías haber destruído a todos. Yo lo hubiera hecho.
Eso la hizo reír, el rubio no tenía remedio.
Natsuki se sintió un poco mal al recordar su infancia y todo lo que ocurrió con su tía. La mujer sufrió 15 años de maltrato por parte de su propio hermano, luego de eso tuvo felicidad, el haber entrado a la U.A. le había animado, pero entonces su mejor amigo muere.
Volvió a ser feliz cuando Natsuki desarrolló su kosei y empezó las clases de gimnasia, Kira siempre le decía a su sobrina que ella fue esa luz que la ayudó a seguir adelante.
Pero entonces, en medio de una batalla, mientras ella luchaba contra el villano y sostenía a un civil en brazos, dicho villano la venció, y por consecuencia cayó del cielo, provocando así la muerte del hombre.
Fue una suerte que ella no murió gracias a Aizawa, quien había llegado a tiempo para salvarla. Natsuki aún era una niña y no había entendido porque un día Kira tomó sus maletas y se fue de la casa donde vivían.
Recuerda haber llorado mucho, recuerda cómo le rogó a Keigo que la detuviera, recuerda cómo le rogó a su tía que no se fuera porque sino iba a quedarse sola, recuerda a su tía llorar con ella, ambas se abrazaban con fuerza, ninguna quería soltar a la otra.
Pero inevitablemente así terminó siendo.
Los primeros días no visitó a su tía, sin embargo, una semana después de su partida, ella fue a verla, no le había sorprendido que Aizawa estuviera ahí, lo que sí le sorprendió fue que el hombre tuviera los ojos rojos, como si hubiera llorado.
Y cuando le preguntó a su tía que había ocurrido, ella con los ojos llorosos, le dijo que no era nada importante, pero que no iba a volver a ver al azabache, y esperaba que se olvidara de él.
Natsuki le hizo caso, no recordó a Aizawa hasta que lo volvió a mirar el primer día de clases.
Hasta ese día, Natsuki seguía sin saber qué fue lo que Kira y él habían hablado ese día, solo sabía que gracias a esa charla no se hablaron por un buen par de años.
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