𝐎𝐍𝐄
"PRIMER DÍA EN LA U.A"
NATSUKI ESTABA ATENTA A TODOS LOS MOVIMIENTOS DE SU HERMANO, quien estaba desayunando con tranquilidad sin fijarse mucho en la mirada nerviosa que la menor le estaba dando.
La de cabellos azules ya había terminado su desayuno, y estaba lista para irse a la escuela, claramente sin ganas de ir, le daba pavor salir de su casa.
Prefería estudiar en casa, sin embargo, era imposible que pudiera convertirse en heroína sin salir de su hogar.
—Imōto —le llamó Keigo cuando se dió cuenta de la intensa de su hermana menor en él—. ¿Qué tienes?
—¿Por qué supones que me pasa algo? —cuestionó con el nerviosismo impregnado en su tono de voz.
—Llevas mirándome fijamente por un buen rato, siempre haces eso cuando estás nerviosa, preocupada o ansiosa—respondió mientras se metía el último bocado de comida a la boca.
A veces olvidaba lo mucho que Keigo la conocía.
—Estoy nerviosa, estaré en una nueva escuela, ¡la U.A! ¿Qué pasa si algo sale mal? ¿O si me expulsan? ¿Y si-
—No pasara eso hermanita, tranquila —le interrumpió Keigo mientras se levantaba de la mesa y caminaba hacia el lavabo.
—Puede pasar, hay muchas probabilidades, demasiadas cosas pueden suceder en un primer día.
—Pero no van a ocurrir ¿Entiendes? Todo saldrá bien, todo escenario negativo que tienes en tu mente elimínalo. ¿Tienes todo listo? —cambió el tema, su hermana parecía a punto de tener un ataque de pánico.
—Si, todo está listo , incluso llevo una botella de agua extra —murmuró mientras jugaba con su cabello, señal de sus extremos nervios.
Keigo se colocó frente a Natsuki y la inspeccionó, sonrió levemente al mirar a su hermana con el uniforme de la U.A, no entendía como ella había crecido tan rápido.
—¿Pasó algo? —cuestionó Natsuki mirando la gran sonrisa que su hermano tenía mientras le acomodaba la boina que estaba usando, regalo de él.
—Has crecido mucho, Natsuki.
—También tu, Keigo.
—Que irrespetuosa, llamando a tu hermano mayor por su nombre.
—No te hagas, prefieres que te diga así, odias las formalidades.
—Touché —le dió la razón, él contrario a su hermana, no era fan de tantas formalidades—. Ahora ¿Lista para irnos?
Natsuki negó múltiples veces mientras seguía a su hermano, ambos iban rumbo al hermoso auto de color negro que tenía el héroe número tres.
Se subieron y Keigo condujo rumbo a la escuela, estuvieron hablando durante todo el camino. Hablaron sobre lo que debían hacer durante el día y la promesa de contarse todo cuando la noche cayera y ambos estuvieran en su humilde morada.
Al llegar al colegio, miraron a un montón de alumnos. La de cabellos azules se colocó más nerviosa de lo normal, no estaba segura de poder sobrevivir a ese día.
—Increíble —dijeron al unísono, pero claramente Keigo más emocionado que ella.
—Muy bien, no será tan difícil, solo debemos seguir las indicaciones, lo más sencillo.... —empezó a murmurar la peliazul.
—Ya ya —le calmó el rubio—. No te preocupes, todo estará bien.
—Te amo, Keigo.
—Yo más Natsuki, ahora, si te sientes muy mal, no dudes en llamarme a mi o a Kira ¿Está bien? —la menor asintió—. Perfecto, suerte.
Se bajó del auto y entró a la Academia, mientras caminaba por los pasillos repetía en su mente el camino hacia el salón, y una vez encontró este, al entrar agradeció que no hubiera tantos alumnos, pues así tuvo la libertad de escoger uno de los asientos que estaban al fondo.
—¡Hola, soy Iida Tenya, estuve en la academia privada Somei! —saludó un chico alto con el cabello azul oscuro frente a ella.
Natsuki debido al susto dio un traspié y casi se cae de no ser por qué el chico que la había asustado la tomó del brazo.
—¡Lo siento mucho! —exclamó el chico—. Te me haces conocida... ¡Ah, es cierto, Takami-san!
Le sorprendió que él se acordara de ella, después de todo Natsuki no era una chica a la cual le gustara destacar. Se sorprendía que Iida se acordara de ella, aunque claro, él era de los pocos estudiantes que no la molestaban.
—S-si.
No dijo nada más, simplemente fue hacia el asiento en el que quería estar. Se recostó cubriendo su rostro y no se levantó hasta que escuchó más alboroto. Sin duda alguna había más estudiantes.
Empezó a mirar por todo el salón, habían chicas y chicos de diferente estatura, color de cabello, y muchas otras distintas características, eso le gustó. Cuando miró atrás de ella sus ojos chocaron con un par heterocromáticos.
—Buenos días —susurró sin ni siquiera esperar un saludo de parte del chico. Ni siquiera esperaba que él le hubiera escuchado.
—Buenos días —respondió para sorpresa de la peliazul.
Ella lo miró con mayor atención que la primera vez, él chico tenía el cabello de dos colores, una mitad roja y otra blanca. Vestía el uniforme correctamente y la mirada de él parecía fría y vacía.
Eso la asustó, por lo que se volteó. Volvió a acostar su cabeza sobre la mesa y no fue hasta que escuchó una voz madura que se levantó de nuevo.
—Soy su profesor de aula, Aizawa Shōta, un placer —espetó un hombre de aspecto desaliñado.
La peliazul lo reconoció, su hermano mayor le habló sobre él en algunas ocasiones, y se sintió curiosa por la apariencia desordenada que tenía.
—Es repentino —volvió a hablar con una voz cansada pero seria—. Pero pónganse esto y vamos al campo.
La de cabellos azules siguió a sus compañeras hacia los vestidores, una vez ahí se cambió sin decir una palabra, solo escuchaba lo que sus compañeras decían. Todas le parecían amables y bonitas.
Cuando llegaron al campo, el profesor dio a conocer lo que harían, se trataba de un examen.
—¿¡Una prueba de evaluación de Kosei!? —exclamaron casi todos los alumnos con sorpresa, la peliazul solo observaba fijamente a su profesor mientras se escondía detrás de un chico rubio ceniza que era mucho más alto que ella.
—¿Qué hay de la ceremonia de ingreso? ¿La orientación? —cuestionó una chica de cabello castaño.
—Si van a volverse héroes, no tiene tiempo para ese tipo de eventos inútiles —espetó el hombre fríamente intimidando aún más a la peliazul—. La U.A es una escuela irrestricta en cuanto a sus tradiciones, así como los profesores llevan a cabo sus clases.
—Ustedes han estado haciendo eso desde la escuela ¿no? —continuó hablando—. Pruebas físicas donde no les permiten usar sus kosei. El país usa datos tomados de los estudiantes sin utilizar sus kosei. Eso no es racional. Bueno, el Ministerio de Educación es una molestia.
—Bakugō, terminaste primero en el examen práctico ¿no? —todos miraron al mencionado, ella ahí supo el nombre del chico frente a ella, o bueno, su apellido—. En la escuela ¿cuál fue tu mejor resultado en lanzamiento de softball?
—67 metros —respondió el rubio ceniza.
—Entonces, intenta hacerlo con tu kosei.
El rubio tomó la pelota y se preparó, Aizawa le dió todas las indicaciones, podía usar su kosei si así lo quería, pero no debía salir del círculo en el que se encontraba, Al final la pelota recorrió 705.2 metros.
Todos empezaron a murmurar muchas cosas, pero Natsuki solo estaba mirando con admiración al rubio ceniza. Quien le parecía una persona confiada y segura de sí.
—Él es increíble —susurró mirando al rubio ceniza, quien no se dió cuenta de la mirada de la chica.
—"Parece divertido" ¿Eh? —espetó Aizawa llamando la atención de la chica—. Tienen tres años para convertirse en héroes ¿Tendrán esa actitud todo el tiempo? — sonrió siniestramente—. Bien. Quien quede en el último lugar en todas las pruebas, será juzgado por no tener potencial y será castigado con expulsión.
Y eso provocó que la peliazul abriera sus ojos con sorpresa, no se esperaba eso. Con cierta convicción se prometió a sí misma no quedar en último lugar, no iba a decepcionar a Keigo.
Su primera prueba era la carrera de 50 metros, sintió cómo muchos la miraban, cosa que la cohibió. Negó con la cabeza alejando todo pensamiento negativo y pensó en su hermano, pensó en la sonrisa de apoyo que él tendría.
—Vamos Takami, tu hermano debe sentirse orgulloso de ti —se animó.
Ella soltó un suspiro y asintió con un poco más de seguridad, en definitiva no quería hacer sentir a su hermano decepcionado. Entonces cerró los ojos e hizo que sus alas crecieran, sorprendiendo a todos y también haciendo que todos entendieran porque ella tenía dos agujeros en la parte de atrás de la camisa del uniforme deportivo.
—En sus marcas —dijo la voz del robot—. Listos... ¡fuera!
Ella simplemente extendió sus alas y voló a una gran velocidad.
—2.12 —anunció la voz sorprendiendo a todos, había sido la más rápida de todos.
Las demás pruebas las logró hacer excelente, no volvió a abrumarse demasiado, pero lo que sí le preocupó fue que el chico de cabello verde no parecía irle muy bien. No conocía su nombre pero no quería que ninguno de sus compañeros fuera expulsado.
Pensó en ir a darle palabras de ánimo, pero ni siquiera pudo mover sus pies cuando quiso hacerlo, temía. Temía que la tratara mal, no lo conocía y por lo que había notado no era mal chico, pero los traumas no eran fáciles de superar.
Simplemente continuó con las pruebas con la esperanza que el chico de cabello verde u otro de sus compañeros no fueran expulsados.
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