XVII
Chapter17:-
Los médicos y ayudantes, corrían con las camillas hasta el final del pasillo a toda velocidad. Los cuerpos inconscientes de ambos jóvenes estaban quietos, tenían el ambu, en donde una enfermera presionaba para dar oxígeno.
Sus manos se rozaron por última vez al separarse. Jimin iba a cirugía y Rose a la sala de parto.
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Sunhee, la madre de Rose caminaba en círculos ante la desesperación. Los tres corrían el riesgo. Sus vidas dependían de un hilo.
-Disculpen.-se acercó un Doctor. Tenía una ficha en mano y una mueca preocupante.-¿Familia de Park Chaeyoung y Park Jimin?
-Yo.-se adelantó la mayor.-Soy su madre y Jimin es... Mí yerno.
-Creí que eran hermanos.-murmuró audible mente. La mujer negó.
-¿Cómo están? -cambió el tema rápido.
Necesitaba saber de sus estados.
-No le voy a mentir, no tengo buenas noticias. Los dos llegaron en muy malas circunstancias. Perdieron mucha sangre.-Sunhee se llevó una mano a la boca.-El bebé tenía el cordón umbilical alrededor del cuello. Lo siento mucho, dudó que la niña resista, fue mucho tiempo sin oxígeno.-miró la ficha y levantó la mirada.-Jimin está muy débil, también perdió sangre, pero pudimos sacar la bala. Milagrosamente no dañó ningún órgano importante.-suspiró. La mujer estaba que lloraba.-Lamento decir esto, vaya preparándose para lo peor.
Se despidió dejándola sola en el pasillo. Sunhee se sentó en el sillón como pudo, sus lágrimas la traicionaron mojándole las mejillas.
Unos pasos apresurados llegaron a sus oídos.
-¡Tía! -Chanyeol llegó donde ella y la abrazó fuerte.
-Querido... -sollozó.-No se qué haré si ella me deja... No lo sé.
-Tía. Chaeyoung es fuerte, ella saldrá adelanté, ya lo verás.
La pelinegra asintió aún con sus mejillas mojadas.
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Una hora después...
Los amigos de Rose y Jimin estaban junto a ella en la sala de espera. Los padre del rubio aún no se hacían presenté.
Tan sólo enterarse de la tragedia, tomaron el primer vuelo de Busan a Seul para ver a su hijo mayor y saber de su estado.
-¿Señora Park? -el médico anterior se acercó al grupo.
-Por favor Doctor, no me dé malas noticias.-dijo al momento de levantarse del mueble como resorte.
-Los jóvenes están despertando de la anestesia.-hubo un suspiró de alivio por parte de todos.-Lamentablemente, al bebé tuvimos que instalarla en U.C.I. La incubadora y el respirador están ayudándola a mantenerse con vida en estos instantes.
-Dios.-se tambaleó un poco por el impacto. Sus piernas no le respondían sintiéndose caer.
-Tomé asiento, Tía. No éstas bien.-le dijo el castaño. Ella asintió destrozada.-Doctor... Por favor... Haga todo lo que esté en sus manos.-pidió.
-Lo intentaré.
-Y-yo... -la voz de la mayor llegó a sus oídos.-¿Podría verla?
-Como usted deseé.
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Poco a poco comenzó a despertar. Quiso enderezarse, pero un dolor en su vientre se lo negó. Se tocó el estómago y...
-¡Mi bebé! -gritó de pronto.
-Tranquilicese señorita.-una enfermera se acercó a ella.-Mientras estaba inconsciente, le practicaron una cesaría.-le explicó.-Relajarse, perdió mucha sangre.
Ahora que veía bien. La habitación se le hacia más clara. Tenía suero en una mano y sangre en la otra. Además de algunos aparatos en su cuerpo.
-¿Cómo está mi bebé? -su voz era rasposa y débil.
-Lo siento, vengó empezando mi guardia y aún no me informan bien su situación. Pero el Doctor no ha de tardar en venir a verla.-la mujer vio con ternura a Rose.-Ya vera que cualquier fosa que suceda, siempre hay una solución.
-Gracias...
La enfermera se marchó. Ella se quedó sola.
No pasó mucho tiempo cuando entró otra persona muy conocida por ella.
-Mamá... -murmuró.
-¿Cómo éstas, pequeña? -Sunhee tomó una silla cercana para sentarse al lado de la camilla.
-A dolorida, pero bien.-sonrió apenas.-¿Ya pudisteis ver a mi bebé?
-No. Aún no.-negó. No quería decírselo, pero debía hacerlo. Aunque le borrará la sonrisa que invadía su pálido rostro.-Rose, hija.-le tomó la diestra tiernamente.-Debo decirte algo importante. Por favor, tomártelo con calma.
La castaña asintió atentamente.
-Hubo problemas, el bebé tenía el cordón umbilical en el cuello.-la chica se quedó sin aliento.-Estuvo demasiado tiempo sin respirar. Está muy débil, sus pulmones no funcionan como deberían. Está en una incubadora. No creen que resista más de esta noche... -confesó tajantemente.
Tenía que decirle la verdad, aunque doliera.
Los ojos de la menor se volvieron aguados.
-¡No, mamá! Es mentira. ¡Decirme que es mentira! -comenzó a alterarse.-¡Quiero verla! ¡Necesito hacerlo! -gritaba ya llorando.
-Necesitó que estés relajada.-la tomó de los hombros.-Tú también estás delicada todavía...
-¡Quiero ver a mi hija! -volvió a gritar.-Mi niña... Mi pequeña que aún no conozco, está gravé... ¿¡Y me dices que tal vez no llegué a ver el día de mañana!? ¡Quieres que me relajé!
Unos de los monitores comenzó a hacer ruido. Rose estaba muy agitada. El médico y una enfermera entraron corriendo a la habitación.
-¿Qué sucede? -quiso saber la mayor.
-Saquéla, por favor.-indicó el Doctor. Mientras la castaña se se sentía débil una vez más, y divisó como el hombre le inyectaba algo en la intravenosa.
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-Déjeme ver que sucede.-forcejeó la mujer con la enfermera.
-Lo siento. Son órdenes del Doctor.
La acompañó hasta la sala de espeta. Y le explicó lo que le harían a Rose.
Los acompañantes le miraron con expectación.
-Tuvo una crisis. El Doctor tuvo que sedarla.
El ambiente era sombrío, pesado e incómodo. Eran muchas noticias en una sola noche...
Y eso que aún faltaban.
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Sus ojos se abrieron de nueva cuenta. Poco a poco, las imágenes llegaban a ella.
Jimin. Su bebé... Todo le llegó en un tornando, que en un momento la perturbó nuevamente.
Intentó relajarse. No quería que la sedaran otra vez. No, lo que ella quería; era que la llevaran a ver a su pequeña.
También necesitaba a Jimin a su lado.
Necesitaba saber si estaba bien. Lo último que recordaba de él, era que había caído desmayado a su lado y de su camsisa había una mancha grande de sangre.
-Jimin-ah... -escapó de sus labios.
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Estaba mirando hacia el techó, en la espera de que el Doctor o la enfermera le fueran a checar.
Hace más de veinte minutos había despertado, y estaba preocupado.
No por él, sino, por su novia y su pequeña hija.
Había escuchado a una enfermera hablar, que el parto había sido complicado y estaban en riesgo.
Suspiró. Se sentía inútil y avergonzado.
Él había prometido estar acompañándola cuando naciera la pequeña. Pero ahora... Estaba vendado, herido y en más, en una camilla apestosa.
La puerta se abrió abruptamente, asustándolo.
Sus padres y hermano menor ingresaron.
Su madre lo abrazó con lágrimas mientras le acariciaba el rostro, y veía las heridas.
-Mi niño.-lloriqueo la mujer.-Mi pequeñito... ¡Siempre haciéndote el héroe! -le regañó severamente.
-Ya mujer, lo hizo por defender a su novia. No lo regañes más.-lo defendió su padre.
Jimin le sonrió agradeciendo.
-Hyung, ¿te creés Hulk? -le molestó su hermano.
-Callate mocoso. Respeta a tus mayores.-le lanzó una almohada, algo que su menor esquivó rápidamente.
-Sí Jungkook no lo hace, porque debo de hacerlo yo.
-Jihyun-ah.-le llamó el hombre.-Ve a mirar si está lloviendo en la esquina.
-¿Qué? .Pero, Padre...
-Ve.-ordenó.
-Siempre yo, todo yo.-mascullaba.-Hyung idiota.-fue lo último que dijo antes de cerrar la puerta tras su espalda.
El rubio exhaló al momento de rodar los ojos.
Un silenció se adueñó del lugar.
-¿Sabéis algo de ellas? -habló el menor rompiendo la atmósfera.
-Jimin-ah... -su madre le tomó ambas manos.-La bebé está gravé. Dicen que no pasará de esta noche.-confesó.
Su corazón se comprimió. Sus respiración se volvió agitada y en su garganta se le formó un nudo.
No lo pudo evitar. Sus lágrimas ya corrían por sus abultadas mejillas.
-Hijo...
Ambos padres abrazaron con fuerza a su primogénito.
En estos momentos lo más que necesitaban era apoyó.
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Momo 🍑💞
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