VIII

Chapter8:-

A la mañana siguiente...
12:20 pm.

-Buenas tardes.-saludó al verla despertar.

-Buenas... ¡qué!.-exclamó al momento de ver el reloj despertador.
La hora era correcta, ya estaban de tardé.

-Lo siento.-se disculpó.-No dormí bien.

-Lo entiendo.-se recostó de espaldas a los pies de ella.-Ver a tu ex frente a frente, no fue divertido. No cualquiera se lleva una buena impresión.

-No hablemos de eso. Mejor vayamos a la piscina de la azotea.-ánimo.

-Observaste por la ventana. No es un lindó día.

Y tenía razón. El día era frío, nublado y al parecer iba llover.

-Que horrible.

🌹

Salió de la ducha vestida y maquillada.

Tenía pensado ir a una tienda de música, y tal vez comparar algunos regalos para su madre y amigas.

Mientras cepillaba su cabello lo miró por el reflejo del espejo. Él estaba en su móvil, y sonreía abiertamente mientras tecleaba la pantalla.

-¿Has hablado con el equipó de americano?

Kim levantó la mirada un segundo confundido. En silenció asintió.

-¿Saldrás?

-Sí. Hay una tienda de discos cerca, iré allí. ¿Quieres ir conmigo?

-No gracias. Hace mucho frío.-se negó.-Ve abrigada. No quiero que enfermes.

-No lo haré.

🌹

La campanilla sonó cuando entró.

Era tan parecida a la de Seúl. Música en el aire, estantes llenos de históricos cantantes y... ¿Jimin?

El rubio se encontraba de perfil.

No se dio cuenta de su presencia, no hasta que ella intentó salir corriendo y chocó con una caja votando al suelo unos libros.

Se sorprendió al verla. Sin dudarlo le ayudó.

-Gracias.-mascullo.

-No fue nada. ¿estas sola?

-No. Kai me espera en la esquina.

-¿Y, porque no vino contigo, no se supone que son novios?

-No te involucres en mi vida privada.-gruñó.

Se volvió para salir nuevamente, algo que no logró.

-Rose.-le detuvo.-Quedarte. No haré nada extrañó, lo prometo.

🌹

Cantaban al unísono, sonreían cuando alguno de los dos se equivocaba en alguna letra o interrumpía al otro.

Sin duda, era el Jimin de antes.

-¿Recuerdas cuando fuimos al parqué de diversiones?

-No me gustaría vivirlo nuevamente.-se negó.

-Eres un bebé. Gritaste llamando a tu madre.-seguido se burló de él.

-¡Yah! -se quejó.-Esa vuelta me asustó demasiado.

-¿Te gustaría montarte conmigo otra vez?

🌹

-¡¡Detenté!! -gritó cuándo la maquinaría bajó a toda velocidad.

La castaña tenía los brazos en el aire mientras reía con gracia.

Minutos después se bajaron mareados.

-Nunca más... -negaba.-Nunca más me montó de nuevo.

-Vamos, no seas así. Oppa~... Vamos al siguiente.

-¿A la casita del horror?

-¿Quieres morir?

-Si es a tu lado, sí.

-Tonto.

🌹

Más tarde...
16:30 pm.

-Me divertí mucho, gracias.

-Me encanta cuándo sonríes. Siempre amé verte así; feliz.

-No digas tonterías. Será mejor que regresé a mi habitación.

-Rose, espera.-ella se detuvo antes de entrar al edificio.-No hemos comido nada. ¿Te gustaría ir conmigo a cenar?

-Jimin, yo...

Observó por unos segundos la construcción a su izquierda, y luego al rubio frente a ella.

🌹

15:04 pm.

-Dos platos de Kimchi, por favor.-pidió.

-¿Algo más?

-Pimientos verdes.-dijo él rápidamente.

-Bien. Enseguida traeré sus platos.

La mecerá se alejó con libreta en mano, y se perdió entre las mesas de esa tarde.

-No creí que pedirías pimientos. Me sorprendisteis.

-Sé tus gustos. No me he olvidado de ellos.

-Gracias.-sonrió tomando la copa frente a ella.-¿Un salud?

-¿Motivo? -le imitó con la copa.

-Por... Por revivir un lindo momento.

-Sí, me gusta.

Chocaron sus copas sonriendo mutuamente.

Era una hermosa escena entre los dos.

🌹

18:45 pm.

Sentados sobre la arena y contemplando el atardecer, sus cuerpos eran cubiertos por una manta abrigadora de brazos y besos.

Su cabellos expandidos por la rubia arena siendo besada como Dios mandaba, y ella correspondía de la misma manera.

Las manos masculinas se metieron bajo las prendas de la chica, acariciando la cálida piel suavemente.

Esta paso a su espalda con intención de deshacerse del brasier, cuando ella lo detuvo.

-¿Sucede algo malo?

-Lo siento, lo siento.-se disculpó.-No es correcto.-se incorporó rápido peinándose el cabello.-Debo irme, es muy tardé ya.

-Rose, espera.

-No Jimin. No puedo.-negaba inquieta.

-Quedarte conmigo. Sólo esta vez, no te pediré nada más.

🌹

Ya era de noche. Las estrellas invadían y rodeaban a la luna llena en su oscuridad.

¿Ellos?

Se encontraban en el mar, abrazándose sintiendo la piel desnuda de su amante.

-Quiero recordarte como alguien importante en mi vida.

-No te rindas. Podemos intentarlo nuevamente, ser los mismos de antes.

-¿Vivir con mentirás? -eso lo congeló.-¿Sentirme una basura sabiendo que yo era sólo un juego para ti?

-No me refiero a eso, yo...

-Ya no importa. -se alejó un poco, le dio un casto besó y salió del agua en silencio regalándole la imagen de su perfecta espada baja.

-Sigues teniendo un hermoso trasero.

-No tanto como el tuyo, primor.

🌹

Había perdido la noción del tiempo, cuando entro a la habitación el moreno no se encontraba.

-Qué es extrañó.-revisó su móvil, el cuál no tenía ninguna llamada del susodicho.

No le tomó mucha importancia, y se dispuso a quitarse la ropa para tomar una ducha.

Estaba bañada de arena, y su cabello estaba secó y desordenado.

Quedó en bragas y una musculosa, cuando la puerta fue golpeada desde afuera.

No tuvo tiempo de reaccionar.

Ya se encontraba en otro cuarto oscuro, recostada en una cama amplia y bajó en cuerpo bien trabajado de Jimin.

-Perdonadme. No me puedo controlar, sabiendo que estas a solo puertas de mí.

Ella solamente lo escuchaba mirándolo a los ojos. Aquellos avellanas de los cuales la enamoraron desde la primera vez que se conocieron.

Sin decir palabra alguna, se quitó la playera dejando su menudo cuerpo expuesto.

Piel blanquina, suave y cremosa.

-Eres preciosa.-le elogió antes de besarla.

Ella rodeó el cuello masculino haciéndolo más profundo, con más pasión como a la vez fogoso.

🌹

Despertó a eso de las ocho de la mañana.

Cubrió su desnudes, y miró a su costado. Jimin seguía durmiendo, la luz entraba por las cortinas invitándola a levantarse.

No esperó un segundo más, y comenzó a vestirse en silencio. Lo menos que quería era despertarlo.

Salió al pasillo, cerciorándose de que nadie la viese. Para suerte de ella, no había nadie, no obstante... Eso fue lo contrarió en su habitación.

-K-Kai... -dijo al verlo frente a ella.

Solo sintió su mejilla arder y ser observada con rabia.

-No tengo que adivinar con quien te revolcaste, ¿O sí?

🍃🌺🍃

Momo 🍑💞

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top