Créditos a su respectiva autora en Tumblr.

Título: Matrimonio.

Advertencia: Ninguna.

Aberama Gold era unos años mayor que tú, pero eso no impidió que te enamoraras de él.
Cuando apareció con su hijo a su lado, inmediatamente lo encontraste atractivo, y conocerlo mejor solo demostró lo amable, cariñoso y considerado que era.

Al principio, por supuesto, solo habían sido socios comerciales por tu hermano mellizo Tommy, pero cuanto más tiempo pasaba con él, más crecían sus sentimientos por él.

Estabas tan feliz cuando te invitó a salir por primera vez y más feliz aún cuando siguió haciéndolo, salir con él siempre estuvo acompañado de la calma y paz de la naturaleza y su presencia, porque le encantaba llevarte de las miradas indiscretas a la seguridad de los bosques o campos que rodean Birmingham.

La relación se hizo más fuerte y más profunda con cada mes, cada año que pasaba, pero por el bien de Aberama lo mantuviste en secreto, asegurándote de que ninguno de tus hermanos se enterara.

Por supuesto, Polly lo supo tan pronto como pusiste un pie en su casa después de tu primera cita con Aberama, pero había tenido la amabilidad de simplemente estar feliz por ti, y Ada había hecho lo mismo. Eran tus dos únicos parientes a las que les había dicho y se alegraban por ello, sabiendo muy bien que tus hermanos habrían tenido un ataque y probablemente habrían matado accidentalmente a Aberama por la ira.

A pesar de que tu amor crecía y te encontrabas más feliz, Aberama se entristecía cada mes que pasaba, hasta que finalmente decidiste preguntarle qué le pasaba.

Estabas haciendo un picnic como todos los sábados por la tarde, acostado de lado con la espalda contra su pecho. Él estaba acariciando tu cabello mientras presionaba besos distraídamente en tu nuca, su otra mano anillada descansaba en tu brazo, sin decir una sola palabra.

—¿Qué tienes en mente? Has estado tan distante últimamente—le preguntaste mientras te levantaste de sus brazos para estar frente a él, tu mano jugando con el delicado collar que llevaba todo el tiempo.

En lugar de responder, se limitó a mirarte un rato, sus ojos recorriendo tu rostro y cabello como si fuera la última vez que te vería.

—Quiero casarme contigo—susurró, sus cejas se arquearon en una expresión de seriedad mientras te contaba—. Quiero estar contigo, de verdad, no solo cuando puedas hacer el tiempo para escaparte—agregó y suspiraste, bajando la cabeza para mirar tus manos que descansaban sobre su pecho.

El paisaje era tan absolutamente pacífico y te encantaba exactamente eso, Aberama era tu escapada, tu refugio seguro, lejos de toda la muerte y destrucción que reinaba en casa.

Estabas en silencio y la forma en que evitabas sus ojos decía más que suficiente, así que se puso de pie y asintió con una expresión amarga en el rostro.

—Puede que tengas tiempo para darle más vueltas, pero yo no—te dijo y se fue sin decir nada más.

Las siguientes semanas fueron insoportables, porque estuviste exhausta y triste todo el tiempo. El tiempo con Aberama te había ayudado a relajarte, pero ahora que él se había ido, todo en lo que podías pensar era en el hecho de que lo habías estropeado por completo, manteniéndote ocupada en tu tiempo libre y despierta cuando se suponía que debías dormir.

Cuando viste a Aberama, pudiste ver el inmenso dolor en su rostro antes de que se volviera para mirar hacia otro lado, sin dejarte tiempo para hablar con él.

Estabas en una conferencia familiar con los Gold presentes cuando Aberama finalmente reaccionó a la forma en que lo mirabas, respirando con dificultad e interrumpiendo a Tommy en su discurso cuando finalmente habló.

—No puedo fingir más—casi gritó cuando sus ojos se encontraron con los tuyos, la determinación envió un escalofrío por tu columna.

Estabas sentado a la mesa mientras él estaba junto a la puerta, pero inmediatamente se movió hacia el centro de la habitación tan pronto como llamó la atención de todos al interrumpir a Tommy Shelby durante su discurso.

—No puedo fingir estar enojado contigo y no puedo fingir que no te quiero más—dijo en voz alta, ganándose expresiones serias de tus hermanos mientras tu tía y tu hermana sonreían levemente. Incluso parecían divertidas.

—Por favor cásate conmigo. Ya no aguanto más porque te amo y te extraño, y cada día sin ti es uno de cintura para mí—te dijo y tu corazón se aceleró cuando dejó de hablar, mirándote expectante.

No fue el único que lo hizo, pero toda la habitación llena de gente te estaba mirando interrogante, esperando una respuesta, y finalmente asintiste suavemente.

—Me casaré contigo—murmuraste después de una mirada a Tommy, quien te había enviado una sonrisa renuente, sorprendiéndote inmensamente con su reacción tranquila.

Saltar de tu silla y abrazar a Aberama nunca se había sentido tan bien, todo lo que podías sentir era felicidad cuando finalmente te permitieron abrazarlo en público, la sensación mejor de lo que podrías imaginar.

Cuando te apartaste, incluso Arthur te envió una sonrisa cansada, y tu confusión creció.

—No pensaste que haría esto sin el permiso de tus hermanos, ¿verdad? No soy un suicida—sonrió Aberama antes de inclinarse hacia atrás para besarte.