023. Alfie Solomons [smut]
Créditos a su autora en Tumblr, tuve un problema y no guardé el user.
Título: Oficina.
Advertencias: Smut, escenas sexuales, masturbación.
━ ★ ━
Alfie no pudo evitar pensar que ya había tenido suficiente del hombre sentado frente a él. No le gustaría nada más que esconderse, con un vaso de whisky en la mano, sentado haciendo algo placentero en lugar de trabajar. No tenía tiempo de hacer nada por el estilo, pero eso no impidió que Alfie lo imaginara.
Tampoco le impidió pensar en ti.
Mientras miraba a Sabini muerto —al menos en sus ojos ya lo estaba—, todo lo que podía ver era a ti.
Te plasmó un beso en los labios tirando de ti mientras le sonreías seductoramente, la tenue luz de la mañana acariciaba tu espalda mientras él te dejaba envuelta en sus sábanas.
De hecho, eras todo en lo que fantaseaba mientras caminaba de regreso a la panadería y se hundía en la silla de su oficina. Envió a los hombres, que se apresuraron a su alrededor, tan pronto como tuvo un segundo para pensar.
—Hola Ollie.
Tarareabas y sonreías cuando uno de sus ayudantes se puso de pie de un salto y te acompaño a la oficina de Alfie.
—Ha estado un poco fuera de combate, pero tal vez lo animes—Ollie murmuró y se alejó rápidamente cuando entraste en la habitación.
Silenciosamente cerraste la puerta y te volteaste, esperando a Alfie detrás de una pila de papeleo, con los anteojos al final de su nariz mientras miraba los papeles.
En cambio, tus mejillas se sonrojaron de un rojo intenso cuando lo encontraste con los ojos cerrados y la cabeza reclinada contra la silla, moviendo la mano con firmeza mientras dejaba escapar pequeños gruñidos de aire de su pecho.
—¿A ... Alfie?—murmuraste torpemente e inmediatamente detuvo lo que estaba haciendo, maldiciendo.
—Hey, ¿qué estás haciendo aquí abajo?—preguntó arregló su ropa mientras se paraba y cruzaba la habitación.
—Yo um... yo...
Todo pensamiento coherente te abandonó cuando la mano de Alfie descansó en la parte baja de tu espalda.
No era algo inusual para él hacer, pero la capacidad para incrementar tu deseo de estar con Alfie parecía engrandecerlo.
Alfie no estaba seguro de por qué se sorprendió cuando lo prestaste y lo besaste.
No era como si estuvieras particularmente reservada y él una vez te sacó de un bar, colgada sobre su hombro mientras le gritabas a un hombre.
—Amor, escucha, esto no irá a ningún lado inocente. Así que es mejor que te detengas, ¿bien?—Alfie te advirtió.
Él gimió cuando tus manos se deslizaron hacia la parte posterior de su cuello y lo atrajiste a ti. Para que después tus propias manos levantaran la falda de tu vestido hasta que por fin las manos de Alfie pudieron deslizarse sobre tus piernas.
Tan pronto como te acomodó contra su escritorio, dejó que sus besos se maravillasen desde tus labios hasta tu cuello mientras te giraba, levantando tu falda mientras usaba una mano para desabrocharse los pantalones.
—¿Sabes lo difícil que es prestar atención a lo que está sucediendo cuándo eres en lo único que puedo pensar?—Alfie prácticamente gruñó cuando te inclinó sobre su escritorio y empujó dentro.
Sus empujes fueron rápidos y precisos, mientras movía su mano para agarrar la parte posterior de tu cuello.
Estabas bastante segura de que cualquiera que caminara cerca de la oficina de Alfie podía escuchar los ruidos que te estaba provocando. También estabas convencida de que Alfie también lo sabía, eligiendo ignorar el pensamiento y haciéndote gemir aún más fuerte.
Ni siquiera le importó cuando sus papeles cuidadosamente arreglados cayeron al suelo. Sus manos se deslizaron lentamente hacia tus caderas mientras aceleraba el paso, apoyando su peso en ti, cuando tus piernas comenzaron a doblarse. Tus ojos se pusieron en blanco mientras él continuaba, susurrando cosas que apenas te permitían concentrarte.
—¡Alfie!
Jadeaste, incapaz de durar más.
Maldijo y te acompañó, besando la parte posterior de tu cuello mientras esperaba que recuperaras el aliento.
—Bueno, ahora tendrás que venir a visitarme a la oficina más a menudo... ¿no, amor?
Alfie se rió entre dientes mientras te ayudaba a limpiarte.
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