Créditos a su autora bonniebird en Tumblr.

Título: Perdiste tu oportunidad.
Advertencia: Ninguna.

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—Tommy—le susurraste entre risitas, pasando los dedos por su cabello—. Tenemos que levantarnos.

—Dice quién—gruñó contra tu estómago, besando el pequeño bulto que había comenzado a aparecer detrás de tu camisón.

—Yo lo digo. Tenemos una reunión familiar al mediodía y Polly tendrá tu cabeza si llegamos tarde.

—Probablemente se trata solo de Billy Kimber y eso se solucionará lo suficientemente pronto.

Tommy se levantó de la cama en toda su gloria desnuda, no pudiste evitar sonrojarte al recordar la noche anterior y recordar cada centímetro de su cuerpo que guardaste en tu memoria.

—No lo sé, Tommy. Tengo... acabo de tener este sentimiento. Algo está sucediendo y no será bueno para ninguno de nosotros.

—Oye, oye—Tommy volvió a entrar en la habitación con los pantalones puestos y se inclinó a tu lado de la cama—Siempre te cuidaré, a ti y a este bebé—pasó el pulgar sobre tu estómago, convirtiéndose en un hábito no tan inusual—. Somos una familia, y nada me importa más que la familia.

Ese fue el momento en que te enamoraste una vez más de Thomas Shelby.

Hace más de una década, la mayoría argumentaría que incluso pensar en ustedes juntos era histérico.

Él era mayor que tú por una cantidad modesta y difería de los hombres que solían cortejarte en prácticamente todos los sentidos, pero de alguna manera las piezas habían caído en su lugar y te casaste antes de que lo supieras.

En algún momento, ya no podía negar tu belleza y lo más importante, sabía que podía confiar en ti.

—Te conozco, Tommy. Confío en ti con mi vida, con nuestras vidas.

Después de un beso, te preparaste para ir a la tienda de apuestas.

Tu conciencia tenía razón, algo malo estaba sucediendo, pero no llegó en forma de Billy Kimber (por el momento).

Se llamaba Arthur Shelby padre.

—¿Qué está haciendo aquí?—preguntó Tommy, en su actitud fría después de entrar en la habitación.

Te había dejado antes en la tienda, diciendo que tenía asuntos que atender antes de la reunión.

Todos parecían encantados de volver a verlo antes de que Tommy entrara.

—Bueno, ¿qué no puede un hombre venir a visitar a su familia de vez en cuando?—respondió su padre.

—Vamos, Tommy—dijo Arthur con una sonrisa en su rostro mientras miraba entre su padre y su hermano—. Es solo papá.

Tú, Polly, John y Finn se habían callado, pero Arthur apenas se dio cuenta.

—Ese hombre se fue antes de que Finn pudiera siquiera gatear. Él no es padre de ninguno de nosotros —escupió Tommy antes de encender un cigarrillo—. Ahora haz que se vaya antes de robar algo.

—Oh, vamos, muchacho—dijo Arthur Sr. con los brazos abiertos en señal de rendición—. No seas tan frío en presencia de mujeres.

En ese momento él te miró.

Su sonrisa maliciosa solo se hizo más grande, haciéndote sentir consciente mientras caminaba más cerca.

—Veo que finalmente atrapaste a un chico Shelby, ¿eh?

Intentaste contener tu disgusto incluso del sonido de él dirigiéndose a ti.

—Orgulloso de ver que Johnny Boy finalmente se casó y lo consumó—alzó las cejas sugestivamente.

Se te heló la sangre y la habitación estaba más tranquila de lo que incluso el silencio podía demostrar.

Era cierto que tú y John habían estado cerca hace años, habiéndose conocido desde la escuela primaria. Pero no estaba destinado a ser. Se estableció con Martha y tú estabas feliz con Tommy.

Había estado bien hasta el día de tu boda.

John irrumpió en tu habitación cuando aún estabas medio vestida, y no importa cuánto le insististe a que se fuera, para que Tommy no lo viera y lo matara, el exigió que lo escucharas.

Te confesó que te había amado desde que llevabas coletas y te pregunto que si también lo amabas, que por favor no te casaras con Tommy. Trató de convencerte de que ustedes dos podrían huir a Londres o incluso a América, en ese momento, te pidió que dijeras esas tres simples palabras.

Pero no podías decirlo, porque estabas destinada a Tommy.

Después de la boda, a Tommy no le gustaba que estuvieras sola con John.

—Esa es mi esposa, Arthur—Tommy gruñó, rompiendo el silencio—. Y ese es mi bebé.

—Mi error, Thomas, no sabía lo que había dicho que estaba mal. Solían ser tan...

—Lárgate. Ahora.

Después de un momento de sutiles miradas alrededor de la habitación, Arthur rápidamente escoltó a su padre fuera de la tienda de apuestas, sabiendo que se había quedado más de lo esperado.

Todos los demás se movieron rápidamente para volver al trabajo, queriendo deshacerse del silencio incómodo que aún permanecía.

Caminaste hacia Tommy y le besaste la mejilla antes de volver a recolectar apuestas, evitando la mirada fija de John en tu espalda.

—No dejes que se meta debajo de tu piel, Tommy. Probablemente por eso Arthur estuvo aquí, no lo dejes entrar, amor.

Él asintió con la cabeza, casi sin mirarte a los ojos antes de que se alejara. Después de que te fuiste, solo quedaban dos en la habitación: Tommy y John Shelby.

—No me engañas, John—suspiró y volvió a ponerse la gorra—. Se sintió muy bien que una persona pensará que era tuya, aunque solo fuera por un segundo, ¿no?

Los ojos de John se clavaron en los de Tommy, sin ayudar a su caso.

—No sé a qué te refieres, hermano.

—Bueno, mantenlo así. Perdiste tu oportunidad hace mucho, mucho tiempo.

Con eso Thomas Shelby se fue a su oficina y el cuerpo de John hirvió de rabia y desesperación al darse cuenta de lo correcto que era lo que su hermano mayor decía.