v. misión

❪ MISIÓN ❫

➥maratón 3/3 

(advertencia de contenido: suicidio)

—¡Mami! ¡Mamá! ¿En dónde estás? —gritaba un niño en pleno centro de Londres.

Su madre le había soltado la mano justo cuando un tumulto de gente estaba pasando alrededor de ellos y ahora el niño estaba asustado tratando de encontrar a su madre. Las personas estaban tan ensimismadas en sus mundos que no reconocían la situación del niño, que gritaba y lloraba por encontrar a su progenitora.

El niño solo pensaba en cómo es que nadie le quería ayudar a encontrar a su mamá, esto le duró poco, ya que sintió un cosquilleo en lo más profundo de su estómago y vio como varias personas comenzaron a gritar apuntando a un edificio, en lo alto estaba un hombre.

—¡Se va a lanzar! —gritaban todos una y otra vez.

Teivel dejó de llorar y se quedó mirando a aquel desconocido, que saltó sin dudarlo, todos gritaron en cuanto lo vieron hacer eso. El niño lo seguía con la mirada, viendo como se acercaba al pavimento de forma rápida, hasta que chocó en el concreto con un golpe fuerte.

El cuerpo del hombre rebotó unos centímetros antes de caer finalmente en la acera, los huesos expuestos y la sangre se hicieron visibles al instante, haciendo que los morbosos que se habían acercado, se alejaran con horror. Al parecer el golpe no fue suficiente para acabar con la vida del hombre al instante, ya que se arrastró un poco mientras soltaba jadeos amortiguados por la sangre que surgía de su garganta.

Teivel miró la escena sin expresión, procesando lo que estaba viendo, hasta que el hombre finalmente dejó de moverse, había muerto. El mismo tipo apareció al lado de su cuerpo, luciendo confundido y Teivel lo miró fijamente, con los ojos irritados por llorar.

—¿Puedes verme? —preguntó el hombre al notar que el pelinegro lo observaba.

Teivel asintió.

—¿Viste todo eso? —volvió a preguntar.

Teivel volvió a asentir.

—Lo siento, no hubiera querido que un pequeño como tú viera eso. No esperaba acabar así de destruido, para ser sincero —se disculpó el hombre.

—Si no hubieras querido, no te hubieras tirado en una de las calles más concurridas de Londres en pleno día. No seas mentiroso —habló por primera vez Teivel.

Nadie a su alrededor parecía notar que un niño había visto tal escena y menos que ahora hablaba solo.

—Creo que tienes razón, quería morir siendo notado por fin. Lo siento —se disculpó el hombre. Volteó para todos lados —¿Y tus padres?

—Mi mamá me dejó aquí y no la encuentro —dijo el niño con voz triste.

—¿Cómo iba vestida? —le preguntó.

—Con un vestido rojo y abrigo negro —dijo el niño.

—Bien, sígueme —le indicó el hombre decidido.

Teivel lo miró sorprendido. —¿Me vas a ayudar?

—Claro, algo bueno tengo que hacer, aunque esté muerto.

El pelinegro siguió al hombre, que buscaba con la mirada a la madre del chico. Aunque no lo pareciera, entre que la madre del chico lo dejó ahí y el hombre saltó, solo habían pasado 7 minutos. Así que fue fácil ubicar a la mujer, que caminaba con despreocupación y elegancia, llamando la atención de varios hombres.

Para ese punto, el desconocido ya se estaba desvaneciendo. —¿Es ella?

—Sí, muchas gracias, señor —. Teivel corrió en dirección a su madre, tomándola de la mano.

La mujer rodó los ojos al darse cuenta de que su hijo estaba a su lado. —Apúrate que no tengo todo el día —ordenó jalando la mano de su hijo.

—Si, mami.


PERCY

ㅤA la mañana siguiente, Quirón me trasladó a la cabaña 3.

ㅤNo tenía que compartirla con nadie. Gozaba de espacio de sobra para todas mis cosas: el cuerno de Minotauro, un juego de ropa limpia y una bolsa de aseo. Podía sentarme a mi propia mesa, escoger mis actividades, gritar «luces fuera» cuando me apeteciera y no escuchar a nadie más.

ㅤPero me sentía totalmente deprimido.

ㅤJusto cuando empezaba a sentirme aceptado, a sentir que tenía un hogar en la cabaña 11 y que podía ser un niño normal, o tan normal como se pueda cuando eres mestizo, me separaban como si tuviera una enfermedad rara.

ㅤTeivel actuó raro, parecía estar enojado, pero cuando le pregunté simplemente me respondió «No estoy molesto contigo, solo... es algo mío».

ㅤNadie mencionaba el perro del infierno, pero tenía la impresión de que todos lo comentaban a mis espaldas. El ataque había asustado a todo el mundo. Enviaba dos mensajes: uno, que era hijo del dios del mar; y dos, los monstruos no iban a detenerse ante nada para matarme. Incluso podían invadir el campamento que siempre se había considerado seguro.

ㅤLos demás campistas se apartaban de mí todo lo posible. Después de lo que les había hecho a los de Ares en el bosque junto a Teivel, la cabaña 11 se ponía nerviosa conmigo, así que mis lecciones con Luke ahora eran particulares. Me presionaba más que nunca, y no temía magullarme en el proceso.

ㅤ—Vas a necesitar todo el entrenamiento posible —me dijo, mientras practicábamos con espadas y antorchas ardiendo, Teivel estaba sentado en un tronco, observando todo—. Vamos a probar otra vez ese golpe para descabezar la víbora. Repítelo cincuenta veces.

ㅤAnnabeth seguía enseñándome griego por las mañanas, pero parecía distraída. Cada vez que yo decía algo, me reñía, como si acabara de darle una bofetada. Después de las lecciones se marchaba murmurando para sí: «Misión... ¿Poseidón...? Menuda desgracia... Tengo que planear algo...».

ㅤCon Teivel pronto las cosas fueron como si nada hubiera pasado, me contaba sobre los poderes de los semidioses, sus habilidades, incluso a veces sobre Thalia. Una molestia cruzaba mi pecho cada vez que sonreía recordando a la chica, pero lo ignoraba, pensando que simplemente era la sensación de no poder saber cómo era aquella chica.

ㅤUna noche me fue a buscar a la cabaña y nos robamos unas cuantas fresas del campo, se las llevamos a unos hijos de Deméter, conocidos de Teivel, para poder hacer una tarta. Esa madrugada estábamos a reventar y en los entrenamientos fuimos algo flojos, pero valió la pena.

ㅤIncluso Clarisse mantenía las distancias, aunque sus miradas cargadas de veneno dejaban claro que quería matarme por haberle roto la lanza mágica. Deseé que me gritara, me diera un puñetazo o algo así. Prefería meterme en peleas todos los días a que me ignoraran.

ㅤEn conclusión: solo me hablaban tres personas en todo el campamento.



ㅤEstaba al lado izquierdo de Quirón, se había confirmado que la misión tenía que ver con Percy, el enojo de saber que los dioses no podían resolver sus problemas como gente civilizada me hacía desconcentrarme a ciertos ratos.

ㅤ—El oráculo confirmó lo que sospechábamos, que esta misión proseguirá en el inframundo, donde confrontarán al dios que se ha rebelado contra sus hermanos —. Quirón me miró de reojo, cosa de la que fingí no darme cuenta—. Hades. La entrada al dominio de Hades se encuentra bajo la ciudad de Los Ángeles. Allí es a donde viajarán. Hay poco tiempo. He seleccionado a nuestros candidatos más convenientes y elegirás a dos de ellos para acompañarte en esta misión y se asegurarán de triunfar —. Apenas terminó de hablar, Percy dijo:

ㅤ—Annabeth —. Su tono era decidido.

ㅤApreté los puños, ¿por qué la eligió sin dudarlo? ¿Acaso piensa que mi ayuda es innecesaria? ¿No me considera un amigo acaso?

ㅤ—Habitualmente uno espera al menos escuchar uno o dos nombres antes de elegir ¿Seguro que no quieres oír el resto? —le preguntó Quirón a Percy.

ㅤ—Esta cosa, el rayo maestro de Zeus, lo tengo que recuperar, ¿cierto?

ㅤ—Sí —contestó Quirón.

ㅤ—Y será complicado hacerlo, ¿no?

ㅤ—Extraordinariamente.

ㅤ—Y si la misión requiriera de alguien que me empujara por las escaleras para lograrlo... querrá a alguien que no dude cuando deba hacerlo —le explicó Percy a Quirón.

ㅤ—¡La primera compañera de la misión será Annabeth Chase! Ahora pasemos a los otros candidatos —anunció Quirón.

ㅤAl final, Percy no eligió a ninguno de los presentes y terminó por elegir a Grover.

ㅤ—Bien, muchachos. Vuelvan a sus actividades. Menos tú, Teivel. Tengo algo que hablar contigo —me dijo Quirón.

ㅤVi como Percy iba a decirme algo, pero lo ignoré y él no tuvo de otra que irse para avisarle a Grover sobre su decisión.

ㅤ—Bien, tengo una misión especial para ti. Una muy importante —el tono de voz de Quirón sonaba muy serio. —Tienes que proteger a esos chicos y más a Percy, no podrán estando completamente solos, son solo chicos de 12 años, además de Grover que tiene 24. Van al inframundo y el peligro fuera de este lugar es constante, nadie más que tú está dispuesto a enfrentar a la muerte, lo sé.

ㅤ—Está bien, acepto —. Estaba dispuesto a arriesgarme con tal de salir de este lugar en donde mi padre no me reconocía. Además, necesitaba saber que Percy estaba bien.

ㅤ—Otra cosa. Si es necesario, arriesga tu vida, Teivel, no dejes que a ninguno le pase nada y trata de que no te vean. Sé fuerte —. Quirón puso su mano en mi hombro, brindándome apoyo, pero mirándome con advertencia— Ven aquí a la media noche, pero si es posible trata de que no te vean a partir de ahora.

ㅤ—Lo haré, nos vemos —me despedí.

ㅤNo me importaba arriesgar mi vida, no tenía nada que perder después de todo.

ㅤFui rápidamente a la cabaña, necesitaba estar listo lo antes posible y esconderme en el bosque hasta la noche.

ㅤMientras guardaba mis cosas apareció Luke.

ㅤ—¿Qué quieres, Castellan? —le pregunté sin rodeos.

ㅤ—Sé que vas a proteger a los chicos a la misión —reveló.

ㅤLo miré con ironía. —¿Solo eso? Dime algo que no sepa. Te puedes ir —le dije volviendo a ordenar mis cosas.

ㅤSentí sus pasos acercarse hasta quedar justo detrás de mí, dejé de ordenar y me di vuelta, quedando muy pegado al chico.

ㅤ—No es solo eso...

ㅤ—¿Qué quieres? —le pregunté, estaba molesto, necesitaba irme rápido.

ㅤ—Esto —susurró y de repente sus labios estaban pegados a los míos.

ㅤMe quedé quieto, sorprendido, sabía que le gustaba, pero nunca pensé que se atreviera a dar algún paso.

ㅤLuke siguió con el beso, pasando sus manos por mi cuello, yo necesitaba irme, si alguien llega a entrar y nos ve sería todo lo contrario a una salida disimulada.

ㅤCuando estaba a punto de separarlo de mí, unos ojos azules vinieron a mi mente, junto con el ápice del olor a mar que cierto rubio emanaba de forma suave. Esto me dio el impulso final para apartar a Luke, lo miré sin expresión, tratando de no mostrar mi sorpresa.

ㅤ—Nunca... nunca vuelvas a besarme y a tocarme, Castellan —. Guardé lo último que quedaba y salí de la cabaña sin mirar a Luke.



ㅤEra temprano al día siguiente, yo ya estaba esperando a Percy, Grover y Annabeth en la terminal de buses, Quirón se había encargado de darme dinero y que saliera del campamento de la forma más discreta posible, si iba a la tienda del campamento todos se iban a enterar de que yo me iba.

ㅤTrataba de no pensar en lo de Luke, pero cada vez que recordaba el motivo por el cual pude finalmente separarme de él, hacía que mi estómago se retorciera de una forma extraña y que mi respiración se agitara.

ㅤTuve que pensar en Percy para poder separarme de Luke.

ㅤAlejé esos pensamientos o al menos traté y paré a un taxi que venía en mi dirección. El viaje en taxi fue de lo más incómodo para el conductor y para mí, que trataba de sacarme un tema de conversación, pero se rindió luego de que yo no pronunciase ni siquiera un sonido.

ㅤLo único que esperaba era no encontrarme con algún monstruo al estar fuera del campamento, pero eso era pedir prácticamente una charla de una hora con algún dios. Así que traté de pasar lo más desapercibido posible, pero no podía, al ser un chico estando solo en una terminal, era "obvio" que me había escapado de mi hogar.

ㅤVi como una mujer hablaba el teléfono público mirándome de reojo, esto hizo que me enojara y me levantara con rapidez, yendo directamente hacia donde se encontraba la mujer.

ㅤAl estar junto a ella, le arrebaté el teléfono y lo colgué con fuerza. —¿Qué está haciendo? —pregunté con voz tensa.

ㅤLa mujer me miró asustada. —Llamando a la policía, un joven violento como tú debe de estar siendo buscado —me dijo la mujer tratando de sonar intimidante.

ㅤ—Por favor, no soy un delincuente. Pero tal vez me convierta en uno si me sigue jodiendo sin conocerme —bramé.

ㅤLa mujer me miró con una mezcla de indignación y miedo. —¿Me está amenazando? —le preguntó la mujer.

ㅤ—Sí —. Me alejé para no seguir llamando la atención, dejando a la mujer parada al lado del teléfono, lo que hizo que volviera a marcar.

ㅤMe regañé mentalmente por hacer una escena al iniciar la misión. Si sigo así, voy a terminar en un tribunal antes de llegar a Los Ángeles.

ㅤCuando vi el autobús que iba a tomar, me subí y me cubrí con una manta, haciéndome pasar por un pasajero más. Escuché las voces de Grover y de Percy, me acomodé mejor, empezaba mi misión y no quería arruinarlo por quedarme dormido.

ㅤSolo espero que el viaje sea tranquilo, no quiero mucha acción hoy.

ㅤPronto reafirmé que no todos tenemos lo que queremos.











Nota de la autora: Final de la maratón, espero que les haya gustado, creo que este capítulo es más tranquilo para compensar el pasado. Muchas gracias por el apoyo. En menos de 2 días hay más actualizaciones. Los quiero!! 

PD: No hice memes porque se tocó un tema delicado, perdón.

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