Capítulo ²⁰|Confesión|

Hazel Jones

Mi tío me había informado todo sobre la vida de Jungkook, incluso lograron encontrar más información sobre los contactos que tenía, incluyendo al hermano de Jihyo.

—Es un mafioso, lo gracioso de esto es que el imbécil del policía ni siquiera lo sabe, ¿tan estúpido es?—comenta mi tío.

—Si dejó que entrara sabiendo lo que soy, que puedes esperar de esto.

—Vaya Hazel, tan tonto lo tienes, pero no lo juzgo.

Yo lo fulminé con la mirada y me centre en aquellas fotos que veía, al parecer había ido con él luego de aquella cita.

Jungkook era tan manejable que a veces me daba cierta lástima, antes tenía una perspectiva diferente a él, tenía un aura dominante pero cada que lo veía de cerca o estaba a mi lado, su lado vulnerable salía a la luz.

Era como un niño pequeño y a la vez un hombre perspicaz, sin ningún miedo alguno.

—Olvidemos eso, ¿ya tienen a los chicos que nos ayudarán con la ejecución de Dante?

Mi tío deja el papeleo que estaba revisando y me observa con desdén. Se acerca a nosotros con su computadora y nos muestra las identidades de cada uno de ellos.

—Hace poco contratamos a algunos chicos, uno de ellos es nuestro hacker, es demasiado bueno, su nombre es Min Yoongi, tiene 33 años y es ex teniente del Ejército.

—Vaya, es guapo. —exclamo al ver la fotografía del hombre.

Tenía una piel demasiado blanca, su cabello era demasiado negro, agregando sus labios delgados pero muy llamativos.

Un tipo demasiado atractivo.

—¿Quienes son los demás?

—Algunos son colegas de Min, son leales, me encargue de checar cada uno de sus papeles, así que no tenemos problemas con ninguno, son sólo tres hombres, los demás, son gente nuestra que habían trabajado con tu padre, eso cuenta con el hijo de Donato.

—¿Quién es?

—Su nombre es Alessandro, tiene 24 años y el esta capacitado para armas de alto calibre entre otras cosas más.

—Vaya, no lo conozco, aunque recuerdo al chico que vi en aquella reunión, mi madre me comentó que podría ser su hijo, ¿es cierto?

—Así es, él en ese tiempo estaba aprendiendo sobre los movimientos en el mundo de la mafia en la que está involucrado su padre.

—Entiendo, bueno, pues en dos días iremos a ver a ese imbécil, después me encargaré de Jeon, me urge matar a Dante, antes que él me encuentre y me mate a mí.

Ambos hombres me miraron y asintieron, así que realizamos algunas llamadas hacia México para tener todo listo antes de que llegáramos.















Observo a Jihyo platicar con mi madre con todo el gusto del mundo, decidí que era el momento de platicar con ella y confesarle mis motivos reales por el cual llegué a este país, así que se me había ocurrido la gran idea de invitarla a cenar en casa y tener una de nuestras famosas pijamadas.

—¡Esto sabe deliciosa señora!—exclama contenta mientras le brinda un abrazo a mi madre, brincando eufórica por probar el sazón de ella.

—Ya sabes que puedes tutearme, eres como una hija más para mí.

—Awww, me hará llorar, en verdad.

Forma un puchero con sus labios y veo como sus ojos se llenan de lágrimas, era tan sensible y una chica tan dulce, que me daba demasiada ternura.

Me adentro a la cocina para darle una caricia en la espalda, tratando de relajarla y logro hacerlo, mi madre le da un abrazo y le regala un poco del postre que había hecho.

—Huele delicioso mamá. —menciono tratando de relajar el ambiente de tristeza.

—Tu madre sabe cocinar cariño, no por algo tengo un sazón delicioso.

—Concuerdo con tu madre Jones. —miro a Jihyo, dándole un asentimiento de mi parte. —Pero no puedo decir lo mismo de tí.

—Hoy estás muy cariñosa querida.

—Bueno ya, basta de discusiones, a cenar, ayudenme colocando los platos en la mesa.

Tomo algunos utensilios junto a mi amiga y nos disponemos a acomodarlos sobre la mesa.

Aprovecho el silencio que se sitúa entre ambas para poder decirle lo que vengo guardando este tiempo que llevo aquí.

—Ji, tengo que decirte algo.

Ella me dió una mirada confuso pero aceptó, quería decírselo sola, en lo que mi madre acomodaba todo para cenar.

—Es sobre mi pasado, la razón por la cual estoy aquí.

—De acuerdo, pero sabes que no es necesario decirlo, yo...

—Es necesario, eres mi mejor amiga, me ayudaste en todo cuando no tenía confianza en nadie.

—Lo hice porque sentí confianza en ti, algo ilógico pero sé que necesitarías apoyo y yo con gusto lo haría.

—¡Eres la mejor!—corrí hacia ella y la estreche en mis brazos, sin querer soltarla.—Retomando a lo que quería decirte, pero antes, quiero decirte que no fue mi intención ser así, en una parte si, pero era algo que venía dictado en mi destino, no soy perfecta, todo lo que hago es por lo que pasó con mi padre...

—¡Basta, dilo ya, me pones ansiosa!

—Por favor, no...

—¡Dilo ya Hazel Jones!

—¡Soy una mafiosa! Mi padre era el capo mayor de Sinaloa y de mi país, a él lo asesinaron, tuve que huir y me refugié aquí, con mi madre.

—Y-yo, Dios... Esto es tan confuso.

—Lo sé, entenderé que me dejes de hablar, pero espero comprendas mi situación.

Ella tan sólo asintió y cuando pensé que se alejaría de mi, mi sorpresa fué sentir su cálido abrazo.

Jihyo era así, cálida e indeleble.










Mi madre había servido la cena con una gran sonrisa, aunque al principio había visto la leve tensión entre Jihyo y yo, fue hábil para hacer el momento tranquilo.

Habíamos cenado en paz, el silencio era cómodo y compartimos juntas un momento muy agradable, conforme terminó la cena, platicamos un poco, conociendo aún más a mi mejor amiga y ella, por supuesto, quiso saber más sobre mi vida y la de mi madre.

—¿Entonces, quieren matarte a ti? —asentí.—Dios, no puedo creerlo, parece que estoy en esas películas donde la niña mafiosa huye y causa un gran revuelo.

—Algo así, pero esto es algo tan... ¿Peligroso? No sé, igual yo he matado a personas, incluso vendo droga, soy una persona mala como él.

—¡No! No te compares con ese imbécil, si, haz matado personas pero no a inocentes, son gente malvada que busca saciar su instinto animal en seres humanos con clara inocencia.

—Pero yo...

—Hija... —volteo a ver a mi progenitora y toma mi mano dándole leves caricias, reconfortándome. —Jihyo tiene razón, hay villanos más crueles que tu, gente despiadada que mata a sangre fría, gente inhumana que viola o tortura. Tu no escogiste este destino cariño y no sabes cuanto me duele haberte traído a este mundo con este modo de vida.

Sus ojos comenzaron a humedecer, las lágrimas que quería retener salían a flote, yo no dudé ni un instante en ir a abrazarla.

—Eres la mejor mamá que he podido tener, no te culpo por nada, al contrario, me diste un padre maravilloso y una vida lujosa, agradecerte es poco mamita.

—Dios, esto... ¿Puedo abrazarlas? —exclama la pelinegra mientras limpiaba sus lágrimas.

—¡Claro, ven, un abrazo familiar!

Ella llegó a nosotros, uniéndose a nuestro abrazo.

Quería grabar este momento en mi memoria, tener a ambas mujeres era mi tesoro más preciado, una mejor amiga y una madre amorosa.

Era lo mejor que me pudo dar la vida y las protegería ante aquel intruso que quisiera dañarlas.

Maratón 5/5

¡Holaaa! Espero hayan tenido una excelente semana, por fin les traigo el último capítulo del maratón.

Les agradezco mucho los 6k 😙.

Ojalá les guste el capítulo, nos leemos pronto 🥰.

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