Capítulo 02
— Ese que habla no es mi lobo. — Le dio un pisotón. — Soy yo, Kim TaeHyung, y no me iré contigo...
— ¡Maldito omega, marchito e inservible! — Levantó su mano libre para golpearlo de nuevo.
— ¡Te dijo que no se irá contigo! — Con sus manos detuvo el golpe que iba dirigido al estómago del omega. — Bonito, yo te pondré a salvo.
— ¿Qué mierda? — Dio un paso hacia atrás liberándose del agarré contrario. — ¿Qué haces aquí Jeon?
— ¿JungKook? — Dio unos pasos alejándose de los alfas.
— Bonito... No te alejes de mí. — Le suplicó con la mirada.
TaeHyung siguió retrocediendo, negaba constantemente con su cabeza. Tenía miedo de la cercanía de los alfas.
— ¿Bonito? — Miró a TaeHyung. — Jeon, ridículo... — Se acercó al omega y lo tomó del brazo. — Esta cosa de aquí, no es para nada bonito... No ves lo horrible que está. — Apretó el agarre y lo zarandeó de un lado a otro.
— ¡Cállate pedazo de mierda! ¡Deja de ultrajarlo! — Gritó furioso. — A mis ojos, Tae es el omega más bonito.
— ¿Quién me convirtió en este despojo de omega? — Forcejeaba por liberarse. — ¿Quién se encargó de apagar poco a poco mi brillo? — Arañó la mano de MinJoon y este lo abofeteó de nuevo. — ¡Suéltame! — Gritó escupiendo sangre.
— ¡Deja de lastimarlo! — JungKook se abalanzó sobre el alfa y le propinó un derechazo, logrando que soltara al omega. — Deja de golpearlo. — Cubrió con sus brazos al rubio. Con una de sus manos lo sujetó delicadamente de la cintura, con la otra; atrajo el rostro del rubio hacia su pecho y acarició con delicadeza una de las mejillas. — No dejaré que ese imbécil te toque de nuevo...
MinJoon se sobó el golpe, miró con odio a JungKook y gruñó hacia TaeHyung.
— Maldito omega infiel y marchito. — Escupió con odio. — Así que estabas aquí para verte con Jeon. — Expresó con rabia al ver como TaeHyung lentamente se aferraba al cuerpo de JungKook. — ¡Suelta a Jeon! — Ordenó con su voz de mando. — Te irás conmigo y no saldrás nunca de mi apartamento. — Inició a esparcir sus feromonas para dominar al omega. — Hazme caso o no volverás a ver la maldita luz.
TaeHyung se mareó al percibir el aroma, sintió que el contenido de su estómago subía hacia su garganta. Mordió su labio y se quejó ante la herida en su labio.
— No soy infiel... Eso lo eres tú. — Habló bajito. — Déjame en paz, tú y yo ya no somos nada... Deja de dominarme con tus feromonas me...
— ¡MinJoon! — Gritó al percibir como el cuerpo de TaeHyung temblaba en sus brazos. — Ugh, deja de esparcir tus feromonas.
— Tú no eres nadie para ordenarme que hacer. — Expresó hacia Jeon. — Maldito omega, ven aquí, ahora, o te jalaré de los malditos cabellos...
— No, no quiero, me vas... No, ya déjame, solo quiero ser libre. — Enterró su rostro en el pecho del azabache en un intento de no percibir las feromonas de MinJoon. — JungKook, necesito un...
— Agh, que asco. — Expresó MinJoon al ver como TaeHyung vomitaba sobre JungKook.
Los presentes se alejaron aún más, les causó asco la acción del rubio, además de que las feromonas de MinJoon les creaban malestar.
— Lo siento, JungKook, no quería... ¡Ugh! — Otra arcada lo atacó. — Perdóname, por favor no me vayas a golpear. — Se apartó rápidamente del alfa, y lo miró con sus ojos llorosos llenos de miedo. — No quise vomitarte, es que... Es que...
— Omega imbécil... — Interrumpió MinJoon y avanzó unos pasos al ver al omega fuera de los brazos de JungKook. — ¿Cuántas veces te he dicho que no vomites?
— ¡No te me acerques! Es tu culpa... Tus feromonas me causan este efecto. — Sus ojos se movían desesperadamente buscando refugio. — Jun-JungKook, yo no quise...
— Oh no, bonito, no te asustes, no te haré daño. — Lentamente se acercó al omega. — Ven, no importa, es solo vómito... — Lo acogió en sus brazos. — No es tu culpa, es solo tu cuerpo repeliendo a MinJoon... — Lo apegó a su cuerpo y le acarició la espalda.
La reacción del cuerpo de TaeHyung era muy natural, le pasaba desde que MinJoon decidió atacarlo con su aroma para someterlo y obligarlo a hacer lo que quería. Su cuerpo no toleraba aquellas feromonas y sin importar lo mucho que el omega intentara aceptarlas; siempre terminaba vomitando, con un fuerte dolor de cabeza y temblores. Pero como si no fuera suficiente, el alfa se enojaba ante el acto del omega y lo golpeaba exigiéndole que dejara de rechazar su fragancia. MinJoon no detenía los golpes hasta que lograba lo que quería y eso lo hacía en el baño, duchando a las malas al rubio, profanando su cuerpo débil y golpeado.
En ese momento el rubio sentía seguridad en los brazos del alfa azabache, así que sin pensar en nada; se aferró a JungKook, y este último lo abrazó buscando protegerlo de aquel hombre. No le importaba estar mojado en vómito, ignoraba totalmente las miradas de asco dirigidas hacia ellos.
JungKook solo quería una cosa...
Cuidar a su bonito.
— Asco me dan los dos. — JungKook apretó la mandíbula. — Ya deja el drama y vente conmigo, última vez que te lo digo omega inservible.
— Por favor sácame de aquí. — Le susurró sollozando. — No quiero volver a escuchar a MinJoon... Por favor JungKook, llévame a un lugar seguro. — Lloraba desconsolado.
— Bonito... — Lo llamó al sentir como se desplomaba en sus brazos. — ¡No! — Lo tomó en sus brazos de manera nupcial. — Eres un pedazo de mierda, MinJoon.
JungKook perdió la poca paciencia, estaba luchando para no asustar al omega. Desde que vio como MinJoon lo abofeteó la primera vez; el alfa azabache quería darle una paliza. Se contuvo porque su prioridad era brindarle seguridad al rubio.
Ahora haría lo que tanto deseaba, ya no aguantaba más el ver como aquel alfa atacaba al omega con palabras, golpes y feromonas. Eso, las malditas feromonas que eran usadas para dominar a su bonito; fueron la gota que derramó la paciencia del azabache.
— Entrégame al inservible, y aléjate Jeon. — Ordenó al ver desmayado a TaeHyung y aumentó la intensidad de su aroma. — Solo yo tengo el derecho de...
— ¡Félix! — Gritó llamando al Barman. — MinJoon, ¿No te cansas? — Gruñó molesto, tensando su mandíbula y conteniendo sus feromonas para no afectar al inconsciente omega.
— Dime... ¿En qué puedo ayudar? — El barman se acercó.
— Sostenlo. — Le entregó a TaeHyung. — Llévalo a mi oficina y no permitas que nadie esparza sus malditas feromonas cerca del lugar.
— ¡¿A dónde se llevan a mi omega?! — Intentó seguir al Barman. — ¡Dame al maldito despojo!
— ¿No escuchaste? — Lo golpeó en el estómago. — Lo llevan a mi oficina. — Le golpeó el rostro. — ¡Maldito perro sarnoso!
— ¿T-tu oficina? — Lo golpeó en el mentón. — Ese omega es mío, y no me iré de aquí sin el...
— Ese será el único golpe que podrás darme. — Lo inmovilizó de los brazos y lo estrelló de rostro contra la barra de bebidas. — Me importa un carajo tus malditas palabras. — Lo tomó del cabello y lo golpeó de nuevo contra la barra. — En este momento mi objetivo es que te alejaré de TaeHyung, no pensaras en su existencia y dejaras de atormentarlo con tu maldita presencia.
— Es mi omega, el me eligió hace años... — Sus ojos se esforzaban por ver claro. Estaba mareado por los golpes.
— ¡Ya suéltalo! — Gritó una de las personas que miraban la pelea.
— ¡Lo vas a matar! — Expresó otra voz.
JungKook bufó molesto y los miró con decepción. — ¿Soltarlo? — Torció el gesto. — ¿Qué lo voy a matar? — Los presentes se miraban los unos a los otros. — ¡Cierren la maldita boca! — Gritó. — Se preocupan y abogan por una escoria que golpeó, humilló y atacó a un indefenso omega... Pero les valió una mierda el ver al omega luchando por ser liberado. — Masculló. — Por ese omega si no se preocuparon.
— Es porque es mío. — Expresó MinJoon con cinismo y orgullo.
— ¿Tuyo? — Una risa nasal acompañó aquella pregunta. — Él no es tuyo ni de nadie... Ese chico no volverá a estar cerca tuyo, si el me lo permite me encargaré de mantenerlo a salvo.
— Es mío y así sea muerto me lo llevaré de aquí.
— ¡JungKook llamaré a la policía! — Informó una de las chicas que trabajaba en aquel bar.
— Se estaban demorando. — Expresó bastante molesto. — ¿Qué clase de empleados tengo en este bar? — Los miró filosamente. — Les vale una mierda...
— ¡Suéltame! — MinJoon se removió buscando libertad.
— No. — Afianzó su agarre. — Vas a pagar por haberlo lastimado. Quiero verte en una cárcel, pudriéndote como la basura que eres, pagarás cada lágrima que mi bonito derramó.
— Suéltame Jeon, no iré a la cárcel. — Tembló ante la idea de ser capturado. — No me encerrarán por mantener a raya a mi propiedad, a mi juguete, mi omega inservible...
— ¡Deja de llamarlo de esa manera! — Lo volteó y le golpeó las costillas. — No vuelvas a...
— ¡¿Quién eres?! — Un grito proveniente de la oficina, interrumpió al alfa. — ¡No te me acerques!
En la oficina un desorientado y asustado TaeHyung acababa de recobrar la conciencia. Se puso en alerta al ver al barman. Se asustó aún más cuando vio que estaba solo con aquel chico.
— Creo que no debí intentar despertarlo. — Expresó Félix. — Tranquilo, no te haré...
— ¡JUNGKOOK! — Gritó y el nombrado soltó el agarre de MinJoon. — ¡¿Dónde está JungKook?! — Con sus ojos buscaba desesperado la presencia del alfa.
— Allí les dejo al golpeador de omegas. — Expresó hacia sus empleados, y salió corriendo hacia la oficina.
MinJoon vio la oportunidad de escape, así que se acerco rápidamente hacia una chica que portaba el uniforme de mesera del bar. La tomó como rehén, rompió una botella y con uno de los vidrios amenazó con cortar la yugular de la fémina.
— Muéstrame la salida de emergencia o te degollaré aquí mismo. — Amenazó. La chica obedeció, temblorosa lo guío a la salida. Estando en el callejón; MinJoon golpeó a la chica y corrió lo más rápido que pudo. — Ya te volveré a ver mi omega. — Expresó justo antes de mirar hacia atrás y luego seguir corriendo.
A la oficina ingresaba un alfa que intentaba calmar sus emociones, no quería alterar al omega con las pocas feromonas que había liberado al pelear con MinJoon.
— Aléjate de mí, ¿Dónde está JungKook? — El omega se encontraba sentado en una esquina del sofá. — ¿Me dejó contigo porque se enojó por el vómito? ¿O es porque soy un omega inservible...? — Sollozaba ocultando su rostro en sus manos.
— ¿Qué le hiciste? — Inquirió apretando los dientes al ver la escena. — ¿Por qué esta arrinconado? — Avanzó a pasos lentos hasta el omega.
— Jun-JungKook, yo solo le coloque un poco de alcohol para que reaccionara y...
— ¡JungKook! — Gritó el omega arrodillándose frente al alfa. — Perdón por vomitarte, siento haberte ensuciado... Discúlpame por desmayarme... Por favor no me vayas a castigar...
TaeHyung fue interrumpido en el momento en que JungKook se agachó frente a él, y lo tomó de las mejillas.
— ¿Castigar?
— Sí, mira, prometo que no vuelvo a vomitar pero no vayas a golpearme, no me bañes con agua helada y luego...
— ¿Qué? — Acarició las mejillas del omega. — Félix, saca a todos del bar, ciérralo y cerciórate de que se hubiesen llevado a la escoria...
— ¿Cerraras el lugar para golpearme? — Sus ojos llorosos le suplicaban que no lo fuera a lastimar.
— No. — Negó repetitivamente. — Ven, bonito... ¿Podemos hablar? — Sus manos se dirigieron a la cintura y la apretó para ayudarlo a poner de pie. — Sentémonos allí...
— Auchs, me duele, no toques. — Se apartó del tacto ajeno. — Perdón, perdón, si puedes tocarme, no vayas a enojarte... — Expresó rápidamente al recordar los golpes que MinJoon le daba por atreverse a quejarse o alejarse de su tacto.
— TaeHyung... — Lo llamó con dulzura. — Perdón por lastimarte. — Levantó sus manos en señal de que no lo tocaría. — Escúchame, no me voy a enojar. — Hablaba lento. — Tampoco te voy a golpear, y no voy a permitir que nadie que tú no quieras cerca se te acerque.
— ¿Por qué te disculpas?
— Porque no debí tocarte sin tu consentimiento. — Le sonrió ocultando la tristeza que sentía al ver a su bonito en estado de nervios y miedo. — Perdóname por haberte causado dolor con mi toque.
TaeHyung no entendía la actitud de JungKook. Estaba tan acostumbrado a los gritos, golpes, amenazas y malos tratos, que verlo disculparse y tomar distancia lo hacía sentir extraño.
JungKook por su parte luchaba para darle tranquilidad, esos ojitos que antes brillaban ahora estaban llenos de lágrimas y no sabía qué hacer para calmar el dolor que reflejaba aquella mirada. Su corazón dolía al verlo tan indefenso y golpeado.
Quería abrazarlo, pero cuando lo tocaba lo lastimaba.
— TaeHyung... ¿Puedo revisar dónde te lastimé? — El omega dudó por unos segundos. — Tranquilo, solo quiero ver que tanto te herí.
— ¿Y si MinJoon se entera que viste mi piel?
— MinJoon no se te va a acercar.
— ¿En serio? — Inquirió con duda. — Lo prometes.
Es tan triste y doloroso ver que el supuesto amor que te profesaron te creó una marca tan profunda, una marca que te recuerda que en cualquier momento serás el objetivo de un golpe o grito; solo por dejar ver un poco de piel, o simplemente sonreír en la calle, saludar a un conocido o que otra persona ajena a tu pareja te observe. Cualquier cosa detona violencia en la persona que dice amarte mientras te destruye poco a poco con cada límite y prohibición que te ha impuesto.
Aun sabiendo que en ese momento estas lejos de aquel ser que te lastimó, tu mente y cuerpo te recuerda que puede aparecer para hacerte ver el infierno y convencerte que todo es tu culpa y que debes aceptarlo porque tú lo amas.
Tú no obedeces porque lo amas, no bajas la cabeza y tiemblas porque aquella persona te demuestra su supuesto amor con esos actos tan viles. Reaccionas de esa manera por el simple hecho de que tienes miedo, buscas la manera de sobrevivir, y de alguna manera intentas tener feliz a esa persona que te hunde en el más profundo hoyo.
— Lo prometo.
— Pero solo mira un poquito...
— Solo mirare en donde te toqué.
Despacio se arrodilló frente al omega, levantó lentamente aquel suéter. Sus ojos se cristalizaron al ver las marcas de los dedos.
— Perdóname, fui un animal. — Observaba esas marcas en la piel del omega y se culpaba del dolor que acaba de sentir aquel rubio. — Pensé que estaba controlando mi fuerza, pero al parecer estaba tan afectado por la pelea con ese idiota que no medí bien mi tacto.
— ¿Por qué dices esas cosas? — Sus ojos conectaron con los del alfa.
— Porque te deje marcas...
TaeHyung dirigió su mirada hacia la zona en dónde el alfa estiraba y retiraba sus dedos con notable duda a tocar.
— E-estas marcas... — Sus manos temblaron al dirigirse a la zona. — JungKook, estas marcas... — Tomó la mano del alfa y lo guío hacia aquellas manchas que adornaban su piel maltratada.
— Sí, esas donde están marcados mis dedos... — Intentó no tocar la piel, pero TaeHyung se lo impidió. — ¿Estás seguro que quieres que te toque...? — El omega asintió. — Pero si son mis dedos los que te dejaron esas marcas...
— Pe-pero no son tus dedos. — Dijo sollozando y acariciando el rastro del tacto ajeno sobre aquellas marcas.
— ¿No? — Lo miró confundido. — Pero si te hice apartar por lo fuerte que te toqué.
— Esas marcas me las dejó MinJoon. — Bajó el suéter para cubrirse. A su mente llegó la imagen de aquel hombre levantando la mano para golpearlo. — Todas las marcas en mi cuerpo y alma me las dejo ese alfa...
— ¿Puedo abrazarte?
— Lo que más necesito es un abrazo. — Temblando, descolgó sus brazos y se quedó totalmente quieto.
JungKook se levantó, le sonrió con dulzura, estiró su mano para acariciar los parpados del omega. Sus dedos se deslizaron con delicadeza, peinó lentamente las pestañas del rubio, deslizó sus dedos y limpió las lágrimas. Acarició los pómulos, y se dedicó a dejar suaves caricias en cada moretón del rostro; bajó hasta los labios y acarició cada belfo como si se tratara de un delicado pétalo de rosa.
— No sé cómo abrazarte para no lastimarte. — Expresó en el momento en que intentó imaginarse la cantidad de golpes que tendría el omega.
— JungKook... Tu tacto alivia mis dolores. — Sonrió débil. — Solo abrázame. — Estiró sus brazos llamando al alfa.
Se supone que TaeHyung debería estar reacio al contacto ajeno, y más tratándose de una persona con la cual solo había cruzado unas cuantas palabras en el pasado, y desde el día de su graduación no supo nada más de él.
Pero desde que el alfa lo abrazó para protegerlo de su ex-pareja, algo dentro del omega le gritaba que con ese hombre estaba más que seguro.
— Mi bonito... — Lo acogió en sus brazos y disfrutó del agridulce sabor de aquel abrazo. — Lo siento. — Se disculpó al escuchar el quejido del omega.
— No pasa nada. — Se aferró al alfa. — ¿Por qué me llamas bonito? — Inquirió al caer en cuenta que el alfa no paraba de llamarlo de esa manera.
— Claro que pasa, te lastimo con mi tacto. — Acarició con delicadeza la espalda ajena. — Y te llamo de esa manera porque a mis ojos eres el omega más bonito del universo.
— He soportado dolores más fuertes... — Sonrió con amargura y tristeza. — En este momento no soy nada bonito...
— Eso se acabó. — Le dijo refiriéndose a los golpes. — Te llevaré al doctor, tienen que revisarte...
— ¡No! Doctores no. — Se alejó del alfa.
— ¿Por qué no?
— Porque solo tengo permitido ver al doctor al que me lleva MinJoon, y eso es una vez cada dos meses...
— Pero MinJoon no mandara más en tu vida. — Con delicadeza tomó las manos ajenas. — ¿Por qué tenías que asistir al doctor en ese tiempo?
TaeHyung se tensionó, no quería decirle que era para confirmar en cada visita que estaba seco por dentro. Y que ese alfa lo obligaba a asistir a aquel doctor para torturarlo con su horrible realidad.
— No quiero doctores, no deseo que vean este cuerpo maltratado...
— Bonito, necesitamos saber que los golpes...
— No por favor, solo quiero irme a casa.
— Como desees... — Lo sentó en el sofá y entrelazó sus dedos con los ajenos. — ¿Te llevo a tu apartamento?
— Sí.
— No, Tae, allí no podemos ir, recuerda que puede que MinJoon nos esté esperando. — Le habló su lobo.
— Okay, vamos...
— ¡No! No puedo ir a mi apartamento. — Apretó las manos del alfa.
— Tranquilo... — Le besó cada mano. — ¿Tienes miedo que vaya por ti...? — TaeHyung asintió. — Pero posiblemente ya se lo llevaron detenido...
— Lo liberaran rápidamente, y me estará esperando en el apartamento... Ya sabes que es lo que la mayoría de las veces pasa.
— Entonces, ¿El apartamento de tus amigos?
— No. Ellos no están en el país, estoy solo...
Esa era la triste realidad de TaeHyung, en verdad estaba solo. ¿Sus padres...? Pues ellos al igual que los de Min y Park, murieron hace años. En un accidente de avión en donde regresaban de celebrar sus quince años de matrimonio. Al igual que sus hijos, aquellas parejas eran muy unidas. La diferencia era que su amistad inició en la universidad y desde allí eran inseparables. Hasta se casaron el mismo día.
Los tres chicos decidieron vivir juntos después de haber enterrado a sus padres. Los tres mosqueteros, siempre juntos. Pero ahora estaban separados y gracias a que el alfa le tenía prohibido a TaeHyung que se relacionara con otras personas; pues ahora estaba totalmente solo y sin saber a dónde ir.
— Te quiero llevar a mi apartamento, pero eso sería muy atrevido de mi parte. — Pensó. — ¿Un hotel?
— ¿Y si me encuentra como lo hizo al llegar al bar? — Sus uñas se enterraron en la piel del alfa. — Perdón, te estoy lastimando. — Apartó sus manos de inmediato.
— No pasa nada, estás asustado y es normal que tu cuerpo reaccione así...
— No tengo a donde ir. — Inició a morder su labio en desesperación.
— No te lastimes... — Estiró su mano hacia los labios del omega y los acarició. — Bonito, puede que suene atrevido, pero...
— ¿Pero qué? — Sus ojos estaban fijos en los orbes del alfa.
— Si quieres, si te sientes seguro...
— ¿Me vas a mandar fuera del país? — Abrió sus ojos en grande. No sabía porque había dicho eso, pero fue lo primero que pensó al ver como el alfa titubeaba al hablarle.
— No, bonito, eso no lo había pensado. — Sonrió tan bonito que TaeHyung le respondió la sonrisa con total naturalidad. — Hermosa sonrisa. — Acarició un mechón del omega. — ¿Quisieras quedarte en mi apartamento? Allí estarás seguro.
— ¿Tu apartamento?
— Solo si quieres...
— ¡Sí! — Por impulso lo besó en la mejilla. — Perdón, fue... — Su atención se centró en cierto golpe. — JungKook, ¿Quién te golpeo? — Sus dedos acariciaron el mentón del alfa.
— Ese golpe no es nada...
— ¿Quién te golpeo? — Entrecerró sus ojos. — Contéstame...
— No me mires con esos ojos enojados. — Bromeó. — El mismo que te golpeo a ti.
— Por mi culpa...
— No fue tu culpa, el imbécil vio una oportunidad para defenderse y la aprovechó. — Sus dedos acariciaban la mejilla que anteriormente el omega había besado. — El quedo peor...
— Mejor me las arreglo solo. — Tomó su celular para llamar un taxi.
— Suelta eso. — Le arrebató el aparato. — De aquí no te vas...
— ¿Vas a encerrarme e incomunicarme como lo hacía ese alfa? — Asustado corrió hacia el escritorio. — Solo estabas actuando...
JungKook soltó el celular y se quedó quieto. — Espera, no, TaeHyung, bonito, no pienses así...
— ¡Aléjate! — Tomó unas tijeras. — No pasaré de un infierno a otro. — Amenazó al alfa.
— Bruto JungKook, no debiste actuar de esa manera. — Regañó su lobo.
— Ya sé, es que por un momento se me olvidó que debo moverme con cautela.
— Dame mi celular.
— No puedo hacer eso.
— ¿Por qué? No me secuestres por favor...
— Bonito, escúchame. — Caminó hacia el omega.
— ¡Quieto!
— Quieto me quedo. — Alzó sus manos. — Bonito, te quité el celular porque no puedes salir de aquí con ese aparato...
— Para que no te rastreen, secuestrador...
— No te voy a secuestrar... — Suspiró. — Escucha, al ver el celular, mi mente me dijo que quizás MinJoon te encontró en el bar porque te tiene algún sistema de rastreo, ¿Cuántas veces te ha encontrado sin que tú le digas tu ubicación?
TaeHyung se quedó pensando. — Muchas, y cuando me encontraba me arrebataba el celular para después golpearme al entrar al auto.
JungKook apretó sus puños en furia. — Ese maldito lo golpeaba hasta porque respiraba. — Habló en su mente. — Entonces, bonito, debemos destruir ese celular...
— Pero me quedaré incomunicado.
— Eso no pasara. — Le informó. — Yo te daré uno nuevo, solo saquemos los números que sean importantes para ti, y cuando te dé el nuevo celular los registras.
— ¿No me vas a secuestrar?
— Aunque me muero por encerrarte en una cajita y no permitir que nadie te dañe, no haré eso.
TaeHyung bajó las tijeras en el momento en que su lobo le dijo que confiara en ese alfa.
— ¿Me quedaré en tu apartamento?
— Sí, solo si tú en verdad estás seguro de quedarte. — El rubio asintió. — Te daré una llave para que puedas entrar y salir a tu disposición...
— No quiero salir...
— Bueno, por ahora no salgas.
— JungKook... Perdón por querer atacarte con las tijeras. — Se acercó al alfa.
— Bonito, estoy orgullosos de ti...
— ¿Por qué? Te iba a atacar.
— ¿Y qué? No me ves desde hace años, y pues de la nada te iba a dejar incomunicado, era natural que actuaras a la defensiva. Estoy orgulloso de que te intentaras defender, siento que acabas de soltar una de tus cadenas.
— Pero tú me ayudaste, y yo te pago de esta manera...
— TaeHyung, ya nos ha quedado claro que existen lobos con piel de oveja, así que entiendo tu reacción. — Lo abrazó.
— JungKook, olemos horrible. — Expresó al enterrar su rostro en el pecho del alfa.
— Es solo vómito de un bonito omega.
— No entiendo porque no me empujaste o gritaste por lo que hice.
— Porque es solo vómito, tu cuerpo solo quería sacar de su sistema lo desagradable...
— Eres un alfa raro.
— Soy un alfa que te ama, pero para mantenerte seguro me tuve que alejar, y no pude evitar que te dañara otra persona.
— Oye, ¿Y tu novia?
— ¿Mi novia qué?
— ¿No se enfadará porque metas a un omega en tu apartamento?
— No tengo novia desde hace un mes. — El lobo de TaeHyung sonrió. — Así que tranquilo y vamos al apartamento.
JungKook bajó hasta la barra dónde estaba Félix y sus empleados. Controló sus ganas de destruir el lugar a causa de la furia por la huida del cobarde de MinJoon. Les dijo a sus empleados que les quedaba rotundamente prohibido dar información sobre el omega que esperaba por el en la oficina.
Si preguntaban por él, deberían decir que fue llevado a un hospital pero de allí no supieron nada más.
Subió a la oficina y estiró su mano para que el omega la tomara. Caminaron hasta la barra, y allí antes de salir de aquel bar; JungKook guardó los contactos de las únicas dos personas que TaeHyung tenía en su vida. Destruyó el celular y la tarjeta, le entregó los pedazos a Félix, y le pidió de favor que la arrojara lejos de allí. Para ser exactos en un río muy lejos de su locación.
Antes de salir del bar, el alfa revisó que no existieran rastros de MinJoon. Cubrió con el abrigo de Félix al omega y subieron al auto.
Después de un no tan largo recorrido por la carretera, llegaron al edificio dónde vivía el alfa. El auto fue estacionado, JungKook bajó del automóvil y lo rodeó. Abrió la puerta del copiloto, y alzó de manera nupcial al omega que estaba dormido.
Subieron por el ascensor y JungKook se adentró a su apartamento.
Dejó al omega en su habitación, retiró el abrigo de Félix y lo remplazó por uno de los suyos. TaeHyung en sueños sonrió al percibir el aroma del alfa.
El azabache llamó a la recepción del edificio, dio claras especificaciones de llamar a la policía y avisarle de inmediato si llegaban a ver movimientos sospechosos o al hombre que describió a la perfección para que los guardias pasaran la voz y estuvieran alertas.
Ingresó en silencio a la habitación, tomó una de sus pijamas e ingresó al baño. Se duchó rápidamente, intentó no hacer ruido cuando terminó con su ducha.
Limpio y perfumado, se acercó a la cama y llamó dulcemente al omega.
— Despierta... Bonito, tienes que bañarte. — Con delicadeza lo movió. — Abre los ojitos...
— ¡Ah! No me pegues, ya voy a bañarme, perdón por dormirme. — Se levantó de golpe y JungKook retrocedió unos pasos. — ¿Do-dónde estoy...?
— TaeHyung, estás en mi apartamento. — Habló despacio. — ¿Recuerdas que te quedaras conmigo...?
— ¡JungKook! — Se abalanzó a abrazarlo. — Auchs, duele... — Se quejó. — Lo siento es que pensé que estaba con...
— Aquí solo estamos los dos, así que tranquilo. — TaeHyung asintió. — Bonito, sé que no quieres el doctor, pero enserio necesito que revisen tu estado. — Expresó preocupado por las caras de dolor que hacia el omega.
— No quiero. — Se alejó de JungKook, se subió a la cama y cubrió su cuerpo con sus brazos. — Son solo golpes, rasguños, mordidas y una que otra marca de cables.
— ¿Cables?
— Sí, es que MinJoon me latigaba con un cable cuando me demoraba en salir del trabajo.
— Latigazos... Lo iba a matar con tantas torturas, y yo no estaba para ayudarlo. — Se dijo triste y lleno de rabia. — El médico vendrá...
— ¡No! Por favor. — Suplicó con sus ojos al borde del llanto.
— ¿Por qué no quieres la revisión? — Se sentó a la orilla de la cama.
— E-es que... Veras...
— ¿El doctor abusó de ti? — Inquirió el alfa.
— ¡No! — Negó efusivamente. — Es que cada vez que iba a revisión con el doctor, MinJoon me golpeaba, solo porque él decía que me gustaba mostrar mi cuerpo al doctor... Yo no quería ir a las consultas por esos celos, pero me obligaba y luego se ponía como loco cuando el doctor me revisaba.
— ¿Qué mierda? — En su mente mataba a ese poco hombre.
— ¿Qué tal si tú te enojas y me haces lo mismo?
— ¿Por qué haría eso? — Acarició los mechones del omega. — No tengo ningún derecho, es tu cuerpo y es muy necesario que el doctor te revise. No tendría que actuar de manera salvaje.
— No quiero que nadie me toque. — Tomó el abrigo del alfa y se cubrió haciéndose bolita.
— Bonito, ¿Entonces qué hacemos con tus dolores?
— No son nada...
— TaeHyung, estás sangrando de tus muñecas...
— Es normal, son las heridas de las esposas de hace unos días.
— ¿Cómo que esposas?
— Es que...
— No, por favor no me cuentes...
— ¿Te doy asco?
— Eso jamás. — Revisó las muñecas del omega. — Me duele verte tan maltratado, y que tu no quieras que un médico te vea para aliviar esos dolores.
El lobo de TaeHyung chilló al ver esa mirada triste en el alfa.
— Deja que traiga al doctor.
— ¿Estás seguro?
— Solo quiero que él esté tranquilo, y vernos de esta manera lo está lastimando.
— Pero no me gustan que me toquen.
— Pero el tacto de JungKook si te gusta.
— No sé porqué pero con sentir sus suaves caricias me tranquilizo.
— Entonces sigue confiando en él.
— JungKook, puedes llamar al doctor.
— ¿En serio?
— Sí, pero quiero que te quedes a mi lado, no soporto que nadie me toque y me siento más seguro contigo.
— Me quedaré contigo el tiempo necesario.
— Okay, ahora, ¿Puedo bañarme? — Le sonrió tímido.
— Claro.
TaeHyung se levantó de la cama, y corrió hacia el baño. Dudó si debía asegurar la puerta, cuando estaba con MinJoon, tenía que bañarse con la puerta abierta y si se le ocurría ponerle pestillo; no le iba nada bien.
— Bonito, cierra bien la puerta, y tárdate lo que desees. — Expresó el alfa. — Voy a llamar a una amiga, ella es doctora, creo que estarás más cómodo con ella.
— ¡Por favor no me dejes solo! — Gritó desde el baño.
— Pero quiero darte privacidad.
— Quédate en la habitación, por favor...
JungKook accedió al pedido, esperó pacientemente que el omega se bañara. Su corazón sentía pinchazos cada vez que escuchaba sisear al omega. Cada susurro de dolor de aquel chico era una tortura para su existencia.
En la ducha, TaeHyung limpiaba con delicadeza cada herida y marca, sus dientes eran apretados cuando de los rasguños de su cuello y las heridas de las muñecas salían sangre a causa de que eran recientes y al restregar su cuerpo logró quitar algunas costras.
La lluvia artificial se llevaba cada lágrima que se deslizaba por sus mejillas. Lloraba por el ardor, lloraba por el dolor, lloraba porque ahora que detallaba su cuerpo; era un total desastre. Su piel estaba marcada tan cruelmente, prácticamente no había espacio para admirar un poco de su hermosa piel canela. Ahora solo era un bulto de manchas y marcas.
Se acurrucó en el frio suelo, con las gotas de agua resbalando por su cuerpo, limpió con furia sus ojos, pero las lágrimas no se detenían. Cuando recordaba cada golpe, cada límite, prohibición, insulto; sus ojos decidían llorar con más fuerza.
Terminó de asearse, secó su cuerpo dejando manchas de sangre en la toalla, sus ojos hinchados por el llanto se abrieron en grande. ¿Qué le diría a JungKook? ¡Sus toallas!
Había arruinado las toallas.
Enrolló la toalla húmeda con la intención de salir corriendo al cuarto de lavado y limpiar cada mancha de sangre, posó su mano en la perilla y la giró abriendo lentamente la puerta. Pero se detuvo abruptamente cuando se dio cuenta que no tenía ropa para vestirse, y no se había puesto la bata.
Golpeó fuerte la puerta cuando cerró de golpe.
— ¿Bonito? — Lo llamó al escuchar el portazo. — ¿Estás bien? — Se retiró los lentes y dejó el libro en una mesa. — No me asustes, ¿Te golpeaste? — Inquirió al no percibir respuesta.
TaeHyung dentro del baño se cubrió con la bata y escondió la toalla tras su espalda.
— Jun-JungKook. — Titubeó al hablar. Tenía miedo a la reacción del alfa por haber arruinado la toalla, y estaba aún más asustado al verse indefenso por no tener ropa.
— ¿Estás bien? — Se acercó a la puerta del baño. — ¿Estás herido? — Inquirió preocupado al escuchar la voz del omega.
— Tengo un problema. — Habló rápido y mordió su pulgar.
— ¿Problema?
— JungKook, no tengo ropa, no pensamos en que solo tengo la ropa vomitada y ahora estoy...
— ¡Tu ropa! — Se golpeó en la frente. — Que bruto fui, debí haber pasado a una tienda a comprarte...
— ¡No! No debes gastar dinero en ropa para un omega marchito...
— Oye, bonito, no digas eso.
— Pero es que eso soy...
— No estás marchito. Eres como el ave fénix, y ahora renacerás de las cenizas. Más hermoso, fuerte y radiante...
— Qué bonito suena eso. — Sonrió sin darse cuenta del calorcito que sintió su corazón ante aquellas palabras. — Pero, ¿Qué me voy a poner?
— Espérame, ya vuelvo.
— No me dejes solito.
— Estaré dentro de la habitación, tranquilo. — JungKook caminó hacia su closet, y buscó entre sus pijamas, escogió una que pensó le quedaría perfecta al omega. — Bonito... — Golpeó suave la puerta. — ¿Podrías ponerte una de mis pijamas?
— ¿Tu pijama? — El lobo de TaeHyung movió su cola.
— Sí, solo por esta noche. — Informó. — Ya mañana vamos a comprarte ropa, o miramos qué hacer.
— Bueno, pero no te rías si me queda fea.
— Dudo que algo te quede feo. — Dejó el pijama en el suelo. — Voy a volver a la cama, cuando no sientas mi presencia cerca de la puerta; puedes recoger la ropa que está frente a ella.
— Gracias.
JungKook se retiró rápidamente, llegó a la cama y se sentó dándole la espalda al camino hacia el baño.
TaeHyung entreabrió la puerta y estiró la mano agarrando rápidamente las prendas.
Minutos después salió del baño, con sus manos en la parte trasera, escondiendo la toalla. Sonrió al ver que el alfa se encontraba leyendo, dándole la espalda.
— JungKook... — Lo llamó bajito. — Ya estoy listo. — Se balanceaba de adelante hacia atrás como niño chiquito.
— ¡Ay Diosa! — Expresó mirando al omega.
— ¡¿Qué?! — Se miró de arriba abajo. — ¿Me veo horrible? — Sus ojos se entristecieron.
— ¿Horrible? — Caminó hacia el rubio. — Te ves hermoso...
— Tienes lentes. — Susurró tímido.
— Y esos lentes me hacen ver más claro la belleza del hermoso omega frente a mis ojos. — Se quedó mirándolo directo a los ojos. — Mi pijama te queda perfecta.
TaeHyung cubría su cuerpo con una camiseta verde y una pantaloneta negra. La tela de la camiseta le quedaba bastante holgada, el largo le llegaba hasta la mitad de sus muslos. La pantaloneta cubría gran parte de sus piernas.
Sí, aquella ropa le quedaba algo grande, porque él no era tan musculoso como aquel alfa, pero se veía hermoso, brillaba como una estrella a los ojos del azabache.
— No digas esas cosas, JungKook. — Nervioso llevó una de sus manos a su cuello.
El alfa siguió el movimiento de aquella mano, frunció su ceño al ver los rasguños. — TaeHyung... — Estiró su mano para intentar tocarlo.
— ¡No me golpees! Ya lavo la toalla, no volveré a mancharla de sangre. — Cubrió su rostro con sus manos y soltó la tela húmeda. — Lo siento, es que mis heridas, no tuve cuidado... — Expresó asustado, pensando que la cejas fruncidas del alfa eran por la toalla.
— Shh, cariño... — Lo abrazó. — No me importa esa tela. — Lo besó en la cabellera húmeda. — Me importas tú y tus heridas.
— ¿JungKook? — Abrió sus ojos y miró el rostro del alfa.
— Bonito... — Le sonrió con su característica sonrisa de conejo. — Voy a secarte ese cabello y esperaremos a mi amiga... — Lo alzó de manera nupcial.
— Pero la toalla...
— ¿Me dejaras secar tu cabello? — Lo sentó en la cama.
— ¿Los alfas hacen eso? — Inquirió al recordar que su ex-pareja solo le tocaba el cabello para jalonearlo y arrojarlo a la cama o el suelo.
— No sé si todos lo hacen... — Acomodó un mechón rebelde. — Pero yo quiero hacerlo contigo... No te lastimaré, lo prometo.
— JungKook, eso último suena a doble intención. — Habló su lobo.
— ¿Qué? No diablos, no. — Se puso nervioso. — Bo-bonito, estoy hablando de secar tu cabello, no pienses que estoy pidiéndote...
Habló rápido en un intento de aclarar sus palabras.
— ¿Qué? — Fingió no entender a lo que se refería al alfa.
— Yo, mejor... Voy a mensajear a mi amiga. — Intentó salir huyendo de la habitación.
— Espera. — Lo detuvo agarrándolo de la muñeca. — No te vayas. — Sus labios hicieron un puchero que hace tiempo había dejado de hacer. — Por favor ayúdame a secar mi cabello.
JungKook nervioso, humedeció sus labios y asintió. Se subió a la cama, y dejando a TaeHyung sentado en el borde de la cama; se colocó a espaldas del omega, con una toalla inició a secar delicadamente la cabellera rubia. Luego buscó el secador y lo conectó al tomacorriente que se encontraba cerca de su mesa de noche. Con sus dedos peinó con suavidad mientras dirigía el aire del aparato a aquellos cabellos.
TaeHyung cerraba los ojos disfrutando de los gentiles toques.
Por primera vez en tanto tiempo, parte de su cuerpo era tratado con gentileza, no dolía, no le ardía, no lloraba ante el tacto.
Hola, kokoros darks 🤘🖤💜💋
Quiero agradecer a cada kokoro dark que me apoya en esta historia, sé que los capítulos que llevo hasta ahora no son como los que han leído antes en mis otras historias.
En las otras encuentran humor, muchas risas y coqueteos, pero aquí ha sido distinto. Y por eso aprecio a cada personita que a pesar de que les hubiese hecho arrugar el corazón, sigan aquí conmigo. En verdad agradezco en el alma su compañía y apoyo.
Capítulo dedicado a ArlettSalazar1 cabe aclarar que la dedicatoria es hecha bajo decisión propia y sin nada de presión por una posible funa en el señor x (es decir Twitter anteriormente) 🤣
Kookencia, gracias por estar aquí, y por amar la historia. 💕
Sin más que decir, hasta aquí la actualización de mi bebé.
Nos leemos después.
Se les quiere un montón 💜
Besitos púrpuras 💋
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