𝗢𝟲. 𝗂𝗍𝖺𝖽𝗈𝗋𝗂 𝗒𝗎𝗃𝗂

CAPÍTULO
SEIS

ITADORI YŪJI❞

• • •

    EL DÍA HABÍA LLEGADO. NO VOY A MENTIR, DORMÍ muy poco por estar soñando cosas indecentes con mi compañero. Ni siquiera he podido verle a la cara sin sonrojarme de golpe.

Megumi no me ha preguntado, pero por mi actitud debe de darse una leve idea de lo que pienso.

Habíamos terminado de desayunar y con nuestras cosas en la mano nos despedimos de la recepcionista. Al dar un paso fuera del hospedaje una brisa helada abrazó mi cuerpo haciendo que mi cuerpo temblará de frió. Gracias al diseño de mi uniforme, no tenía camisa blanca bajo de mi vestido. El que había pedido, si agregue la camisa blanca.

──Está refrescando. ─escuche a Megumi. ──. Ten.

Me giré, en cuanto lo hice, metió en mi cabeza su camisa azul del uniforme. Quité mi mochila para pasar mis brazos por sus mangas sintiendo la calidez invadir mi cuerpo.

──Gracias. ─agradecí, cruzando mis brazos manteniendo lo caliente dentro de la camisa.

Él acomodo mi cabello y arreglo la parte del cuello, ya que me quedaba algo grande.

──Andando. ─me ofreció su brazo y con gusto lo tomé, para que el frío no le diera llevó sus manos a los bolsillos de su pantalón.

La incomodidad que sentía desde anoche se esfumó por su linda acción haciéndome olvidar por un rato aquella imagen. Teníamos que ir a buscar el objeto maldito antes de que una maldición lo encuentre primero.

Caminamos por unas horas hasta que llegamos nuevamente a la preparatoria Sugisawa. De día todo se miraba más lindo. Pasamos cerca de la escuela por medio de una cancha, estaba tan sumergida observando los pájaros volar que no había sentido la presencia de una maldición hasta que sentí como tomaba mi pierna con firmeza.

──¡Ah! ─solté un pequeño gritó por inercia.

La maldición era pequeña, así que Megumi logró exorcizar de un movimiento con su mano.

──¿Estás bien?

Me abracé a él. ──Lo siento. Venía distraída. ─aclaré sintiendo la presencia de otra maldición.

Está por su parte, parecía enfocarse en otra cosa, pues mi olor no lo atraía. Era como sí algo más lo llamará.

──No importa. ─restó importancia mirando a los lados. ──. Pero, ¿qué pasa con está cancha de rugby? ¿Tiene un cadáver sepultado o qué? ─comentó mirando a la maldición "nadar" en la tierra alejándose.

──No digas eso, Megumi. ─me alejé un poco de su cuerpo. ──. Y sí es así, parece que es un nivel bastante alto.

Él pasó su brazo por mis hombros en un intento por calmarme. La maldición parecía ser de 2do grado.

──¿Será por influencia del objeto maldito? ─cuestionó.

──Eso debe ser. Gojō-sensei dice que mi olor es embriagador para las maldiciones. ─musité recordando sus palabras. ──. Si no se descontrolan por mí, será por el objeto maldito, ¿no?

Megumi frunció el ceño y prefirió guardar sus comentarios. Seguramente piensa que nuestra misión tiene una presencia amplia y eso dificulta poder encontrarlo con exactitud. El objeto maldito era un gran fastidio y quien sea que lo sacó de ahí corre peligro.

──¿Crees que algún alumno de la preparatoria lo haya tomado? ─pregunté subiendo unas escaleras.

──Probablemente.

Iba a decir algo, pero una voz llamó mi atención.

──¡Vengan a ver!

──¡El entrenador Takagi e Itadori se van a enfrentar!

Vimos una multitud rodear a dos personas, una más mayor que el otro.

──¿Un docente contra un estudiante? ¿Está permitido eso? ─pregunté observando a ambos hombres.

──Con Gojō como docente nada me sorprende.

──Tienes razón.

Deje de mirarlo para prestarle atención al enfrentamiento. Al parecer era una competencia de lanzamiento de bala. El maestro logró lanzarla hasta los 14 metros.

Los presentes comenzaron animar al estudiante con el nombre de "Itadori". El joven de sudadera amarillo llamó mi atención, tenía un cabello rosa que conbinaba con su piel aperlada. Su entrenador le pasó la bola, está parecía que le resultó pesada al principio, después la cargaba como si nada.

──Quiero verlo de cerca. ─me solté de su agarre para acercarme a la multitud.

──Kyomi, espera.

Lo ignoré hasta quedar en primera fila observando de cerca a ese tal Itadori, quien se veía muy tranquilo.

──¿Puedo lanzarla como quiera? ─le preguntó el pelirrosa a su entrenador.

──No te preocupes por las faltas. Tu lanza. ─alentó confiado. ──. Lo siento. Para demostrarte mi seriedad...

El llamado Itadori giró su cara un poco llegando a fijar su mirada en la mía. Al darme cuenta de que me veía, le di una de mis sonrisas. Él se quedó anonadado por unos largos segundos. No quitaba sus ojos de los míos. Era como sí estos lo hubieran cautivado.

──Suerte. ─sonreí cerrando mis ojos.

Los abrí cuando escuché el sonido de un metal chocar contra otro. La bola que Itadori había lanzado destrozó en parte la portería dejando a todos sorprendidos.

──Imaginó que unos 30 metros. ─se comunicó.

──¡Eso! ¡Le gané! ─felicitó el de cabello rosa.

Iba a celebrar, pero Megumi me tomó de mi mano alejándome de él. Lo último que alcancé a ver, era verlo girar su cabeza esperando encontrar mis ojos entre la multitud.

──¿Viste eso? Fue impresionante. ─expresé aún sorprendida mirando al chico platicar con una chica y otro chico. Sus amigos, tal vez.

──Sí, vaya sujeto. Y lo logró sin maldiciones. ─Megumi lo miró de reojo. ──. ¿Será parecido a Zen'in-senpai?

Eso último, por una razón, me hizo temblar.

──¿Quíen es Zen'in-senpai?

──Es una de 2do grado. Cuando regresemos de nuestra misión puede que los conozcas.

Asentí. Creí escuchar a Gojō mencionar que ellos habían llegado el día que nos fuimos de la preparatoria. El sonido de unas pisadas rápidas detrás nuestra nos llamó la atención. Un escalofrío pasó por mi columna vertebral cuando sentí una presencia atemorizante pasando por mi lado. Cuando reaccioné, me di cuenta de que era el chico Itadori.

──¡Oye, tú! ─gritó Megumi, él también lo sintió.

El chico ya se había ido corriendo en cuestión de segundos. Demasiado rápido.

──¡Qué rápido!

──Dicen que recorre 50 metros en 3 segundos.

Aquel dato sí que nos sorprendió, en especial a Megumi, quien hizo una cara extraña que en mi vida he de olvidar. Mientras él seguía procesando aquella información me acerqué a los chicos con los que Itadori platicaba anteriormente.

──Hola, disculpen. ─el sonrojo en mis mejillas no tardó en aparecer. ──. ¿Ustedes son amigos del chico que ganó la competencia?

──¿Te refieres a Itadori Yūji? ─inquirió la chica.

──S-sí. ─murmuré por lo bajo. ──. Verán, pasaba por aquí y é-él m-me llamó la a-atenci-ión. ─tartamudeó un poco. Lo peor de todo es que no lo fingía.

──¡Oh! Es la primera vez que alguien se interesa por Itadori. ─la de cabello corto hizo una sonrisa retorcida. ──. No te preocupes. Te diré todo sobre él para que la próxima vez que lo veas, lo invites a salir.

Mi sonrojo se intensificó al recordar algo como eso. La chica fue muy amable en contarme todo lo que ella sabía sobre Itadori, incluso me dio su número de celular y la contraseña de su locker. Me dio un poco de miedo que incluso me diera las tallas de su ropa.

Después de casi unas horas, terminó de hablar de Itadori. Con toda la información adquirida, fui con Megumi a comentarle lo esencial.

Itadori va al hospital a partir de las 5 a visitar a su abuelo.

Y ahora mismo, nos encontrábamos en el hospital observando a nuestro objetivo firmar algunos papeles. Se le veía un poco desanimado a diferencia de hace unas hora atrás. Incluso sus ojos estaban un poco rojos.

El pelirrosa se dio cuenta de nuestras presencias volteando a vernos.

──Itadori Yūji, ¿verdad? ─formuló mi compañero. ──. Soy Fushiguro de la Preparatoria Jujutsu. Y ella es Kyomi, mi compañera. ─saludé con la mano brindando una sonrisa.

──Oh, la chica fantasma. ─dijo, en cuanto su mirada cayó en mi.

Me reí un poco ante ese apodo. Él sonrió con un ligero sonrojo en sus mejillas.

Una tos falsa atrajo su presencia. ──Necesito hablar contigo. Ahora.

Le di un pequeño golpe con mi codo en sus costillas. Esas no eran formas de pedir las cosas.

──Disculpa a mi compañero. ─Itadori me miró a los ojos. ──. Podrías acompañarnos un momento, ¿por favor?

──Está bien.

Accedió sin complicaciones. Lo llevamos a un lugar un poco apartado, ya que la conversación sería tipo "secreta" a no ser que nos llamen locos si nos llegaran a escuchar los humanos.

──¿Saben? Estoy de luto.

Sentí mi corazón encogerse ante esa declaración. Me acerqué a él abrazando su torso, demostrando que estaba con él en su dolor. Él pareció sorprenderse, pero terminó por envolver sus brazos por mi cuerpo.

──Lo siento, pero no hay tiempo. ─cortó Megumi sin tacto. ──. El objeto maldito que tienes es muy peligroso. Entrégamelo de inmediato.

──¿Objeto maldito?

──Esto. ─le mostró una foto del objeto.

──Ah, sí. Me lo encontré. ─confirmó alertando a ambos. ──. A mi me da igual, pero a mis amigos les gusta mucho. ¿Y por qué es peligroso? ─preguntó despreocupado jugando con mi cabello.

──Las muertes y desapariciones sin explicación en Japón superan las 10,000 al año. Y casi todas son el resultado de maldiciones...

Megumi le explicó o resumió un poco lo que eran las maldiciones y como se generaban.

──El objeto que encontraste es uno peligroso, de categoría especial. ─hablé por primera vez separando mi cabeza de su pecho mirando sus ojos. ──. Debes entregarlo antes de que muera alguien.

──Ya les dije que yo no me opongo. ─sacó algo de su sudadera entregándolo a Megumi. ──. Hablen con mis amigos.

Me acerqué al azabache notando que la caja estaba vacía. Itadori estaba por irse, pero lo detuve.

──Espera-

──¡¿Y el contenido?! ─me interrumpió el de ojos azules.

──Ya te dije, mis amigos... lo tienen. ─su tono de voz bajo.

──¿Qué sucede? ─pregunté ante su mirada.

──Creo que dijeron que le quitarán el talismán está noche en la escuela.

Me aleje de él retrocediendo hasta que choque con el pecho de Megumi. Lo miré un tanto aterrada.

──¿Es malo? ─inquirió Itadori ante nuestras miradas.

──Es peor que malo... ─murmuré imaginando un escenario atroz.

──Van a morir.


































   CORRÍAMOS TODO LO QUE PODÍAMOS respondiendo algunas preguntas que Itadori tenía.

──¡¿En dónde están?!

──En el cuarto piso.

Itadori "chocó" contra una pared invisible, pero no había nada. Simplemente era la presencia del objeto maldito.

──¿Qué es está presión? ─cuestionó observando la preparatoria.

El azabache lo apartó.

──Quédate aquí.

──¡Voy contigo! ─pidió el chico. ──. Es peligroso, ¿no? Los conocí hace unos meses, pero ya son mis amigos. ¡Debo ir!

──Quédate aquí. ─lo miró de reojo. Caminé a su par, pero me detuvo. ──. Tú también, Kyomi.

──¿Eh? ─lo miré sin entender.

──Sí él se queda, estará a merced de las maldiciones. Tienes que protegerlo en ese caso, ¿no?

Sus palabras tenían un poco de razón. Ahora que el objeto maldito fue liberado de su talismán, las maldiciones iban a venir e Itadori puede estar en peligro.

──Cuidaté, Megumi.

Él asintió yéndose. Una vez que lo perdí de vista, giré mi cuerpo observando al pelirrosa. Él parecía estar sumergido en sus pensamientos. Quería decirle algo, pero preferí dejarlo que terminara de pensar sus cosas.

El sonido de un aullido me hizo respirar un poco con alivio, sabiendo que el azabache ya se estaba enfrentando con una maldición salvando a ambos estudiantes.

Giré un poco observando a Yūji, me sorprendí al ver sus manos temblar. Seguramente está aterrado de todo lo que está pasando y más cuando su abuelo acaba de fallecer recién.

Me acerqué a él quedando frente suyo. Tomé entre mis manos las suyas trayendo al pelirrosa a la realidad, lleve estás a mis labios depositando un beso en el dorso de ella.

──Te protegeré. ─sonreí. ──. No tengas miedo, Yūji.

Su cuerpo se estremeció, pude sentirlo. Es como si mi voz llamándolo por su nombre despertara algo dentro suyo. Sus ojos no se despegaba de los míos, como si se hubiera quedado hipnotizado por completo. Y mi sonrisa, fue la gota que derramó su vaso.

Yūji me apresó entre sus brazos en un abrazo reconfortante.

──Gracias, Kyomi. ─susurró en mi oído. ──. Pero yo seré quien te proteja.

Abrí mis ojos sorprendida en cuanto me soltó para saltar por los barrotes de la preparatoria.

──¡¿Itadori?!

Sin perder tiempo, mi cuerpo dejó salir energía maldita sintiendo el cuerpo comenzar a levitar. Tenía que asegurarme de que no terminara muerto.

Logre llegar justo a tiempo para ver cómo golpeaba a una maldición rescatando a sus amigos junto al objeto maldito. Entre por la ventana chasqueando mis dedos acabando con la maldición dejando que los lobos se comieran el resto.

──¡Itadori! ─exclamé aterrizando en el piso. ──. No vuelvas a hacer algo como eso.

──Y yo quisiera preguntarte qué haces aquí, pero lo hiciste bien. ─Megumi se acercó a mí levantando mi barbilla para verificar que no tuviera alguna herida. Sus palabras iba para el adolescente pelirrosa.

──Estoy bien. ─dije pasando un mechón de mi cabello por detrás de mi oreja sintiendo mis mejillas enrojecer.

──¿Por qué suenas tan engreído? ─preguntó mirando al azabache. ──. Por cierto, ¿qué son las cosas que se comen a la maldición? ¿Kyomi es tu novia? ─me sonroje por lo último.

──Mis Shikigamis. ─miró a sus lodos. ──. Aún no. ─me miró a mí está vez. ──. Las maldiciones no suelen ser visibles.

──A no ser que estés muriendo o en un sitio especial como este. ─aclaré mirando a los lodos.

──Sí, tiene sentido. Nunca antes había visto un fantasma ni nada. ─me miró. ──. Entonces, ¿tengo oportunidad?

Me sonrojé otra vez.

──No lo creo. ─respondió como si no estuviera aquí. ──. ¿No tienes miedo?

──Bueno, sí pasé un buen susto.

Dejé de escucharlo cuando mi celular vibró. Ninguno me prestó atención así que me aleje un poco para contestar. Oprimí el botón y ni siquiera pude saludar cuando escuché un grito.

──¡Kyomi~chan♡! ¡¿Cómo va todo?! ¡¿Extrañas a tu hermoso sensei?! ─alejé un poco el celular de mi oreja.

──H-hola, sensei. ─mis nervios no tardaron en aparecer al recordar su mensaje.

──Ayer me preocupé. No viste mi mensaje y pensé lo peor. ─mi cuerpo se estremeció al escuchar su tono juguetón. ──. ¿Pasaste buena noche?

──Y-yo... amm... ─recordé a Megumi y mis mejillas se enrojecieron. ──. T-tengo que irme, sensei. Aún estamos con el objeto maldito. Lo veo después, Satoru-sensei. ─mi voz al final fue algo dulce que incluso puedo jurar que escuche un leve jadeo de su parte.

Suspiré para calmar mi cuerpo.

Esperaba que esta noche se terminara cuanto antes.

• • •

. itadori♡kyomi
. itakyo

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top