𓏲⭒ 𝖠𝖼𝗍 𝖳𝗐𝗈 ˚✧
▃▃▃▃ 𝗡𝗢𝗧𝗘𝗦 𝗔𝗡𝗗 𝗙𝗟𝗢𝗪𝗘𝗥𝗦:
¡𝖺𝖼𝗍𝗈 𝖽𝗈𝗌! ֺ ָ ֙⋆ 🌺 ִ𓄼ꜝꜞ ᳝ ࣪ 𔘓 ֺ ָ ֙⋆ ࣪ ꞌꞋ
𝐅𝐄𝐄𝐋𝐈𝐍𝐆𝐒
Dentro de la casa de la pequeña familia Mayfield, se encontraban dos chicas, quienes intentaban buscar algo para iniciar la conversación.
Dilay observava el lugar discretamente, sabia por todo lo que habia pasado la pelirroja los ultimos meses. Llegaba a pensar lo poco empatica que fue al dejarla sola en esos momentos difíciles para ella, mientras la ojiazul si la acompaño en su dolor por el fallecimiento de su madre, cada día se lamentaba de no haberla apoyado.
— Lamento todo lo que hice — logró hablar la pelirroja, con su vista reposando en el rostro de la castaña.
Dilay solo pudo reacomodarse en el sillón, no mentiria que esos ojos azules que estaban enfrente de ella le traían muchos recuerdos, seguían siendo igual de hermosos, aunque ahora los notaba sin ese brillo característico, tal vez, por todo lo sucedido en su familia.
— Soy consciente que mis disculpas no arreglan todo lo que seguramente pasaste los últimos meses — siguió, sin algún segundo dejar de apreciar el rostro de la chica — Recuerdo que me habias escrito en la última carta que no estabas enojada, que me perdonabas, pero realmente necesitaba escucharlo salir de tus labios para poder estar tranquila.
Dilay escuchaba con atención cada palabra de Mayfield, cuando por fin pudo verla directamente, cara a cara, observo como mientras la ojiazul hablaba, en su rostro habia algunos mechones de su cabello rojizo, algo rebelde, como tal lo recordaba, con la pequeña diferencia de que ahora usaba el cabello atado.
— Claramente me di cuenta de lo que hice, tarde en eso, fuí realmente estupida — siguió, sin alguna muestra de querer parar — No espero que vuelvas conmigo corriendo a mis brazos al segundo después de todas estás palabras, lo heche todo a perder, me llevará tiempo, lo sé, sin embargo, aún te sigo queriendo, se que no sera facil que vuelvas a tenerme la misma confianza, pero, necesito tu perdón directamente, si así lo quieres, y me permitas volver acercarme a ti.
En estás alturas, Max ya se encontraba con sus manos algo sudadas, mientras que su pierna se movía sin parar, con miedo a recibir alguna respuesta negativa, aunque si eso pasaba, sabía que se lo merecía totalmente.
Dilay, por su lado, se encontraba totalmente atónita, se había dado cuenta de lo mucho que había cambiado aquella chica, no la recordaba como un manojo de nervios, mucho menos verla apagada, sus ojeras que delataban insomnio, y aquel brillo de sus ojos se había marchado.
La pelirroja al notar lo perdida que estaba Lynn, aclaró su garganta, trayendo de nuevo a la conversación a la castaña.
— Entiendo si no tienes una respuesta clara en este momento — comento Mayfield, al no escuchar una respuesta.
Al notar el pequeño silencio entre ellas, la ojiazul se paró sin decir algo más, su paso se detuvo al escuchar las palabras de Lynn.
— Creó, que estaba un poco acostumbrada a ser alguien que amabas — confesó, pues en aquellas palabras de Max, no logro escuchar alguna palabra diciendole que la seguía amando.
Max sin pensarlo la volteó a ver, conectando miradas de nuevo, ambas chicas no podían evitar sentir demasiados deja vu's.
Por su lado, Max Mayfield, claramente seguía amando a la castaña, se lo planteaba todas las noches de los últimos meses, le habia parecido muy pronto decirle que la seguia amando, tal vez, sentía miedo que al decirle tal palabra, oír que la castaña no correspondía el sentimiento como años atrás.
— Te sigo amando, Dilay — respondió, acercandose a la chica, guardando un espacio considerable, pues no quería incomodarla — Pero me es difícil demostrartelo si no hablamos — suspiró, intentando relajarse — No soy buena en eso, o almenos no como antes — mencionó — Mi manera de decirtelo es como siempre lo he hecho — recordó — Cartas, notas, flores, o cosas que ames, pero, tarde porque no estaba segura si recibirias con gusto esos detalles, y lo entendería si hubiera sido de ese modo.
— Realmente, hay muchas cosas que desearía no haber hecho — confesó una vez más — Pero se que el desear no resuelve nada, lo mejor que pude hacer es esto.
— Fue lo mejor — afirmó Lynn tratando de sonreír, por más que quería hacerlo, parecía más una mueca.
— Max, te lo diré porque es lo que realmente siento, te perdonó — habló con tranquilidad — Me dejaste muchas cosas buenas, aprendí también demasiadas cosas, e incluso me ayudaste en el duelo por mi madre, y siempre te agradeceré por eso — dejó por unos segundos un silencio, para después volver a hablar — Te perdonó.
— Y también te permito volver acercarte — mencionó, causando que en el rostro de la pelirroja se formará una leve sonrisa.
Dilay divagó su vista hasta la habitación de la ojiazul, ya que la puerta estaba abierta, notó que en su pequeña cómoda, se encontraba una caja que podía reconocer a distancia, se trataba de la caja llena de cartas y detalles como pulseras, la que personalmente le entrego el último día que hablaron, formó una sonrisa ladina al saber que la seguía conservando.
La castaña dejó de ver aquella caja, para después, pasar su vista a su reloj que se encontraba en su muñeca, dandose cuenta que pronto se haria de noche.
— Tengo que irme — mencionó, mientras tomaba su bolso — Me agrado poder aclarar todo y saber que no hay ninguna molestia.
Mayfield asintió ante su comentario, ambas se dirijeron a la puerta principal. Al abrir tal puerta, ambas cerraron sus ojos con fuerza al sentir agua caer en sus rostros y por todo su cuerpo, aunque rápidamente notaron que no se trataba de una cubeta que alguien les había hechado, si no, una manguera.
La castaña talló sus ojos al ya no sentir como le rociaban agua, al abrir los ojos con dificultad, reconoció de quién se trataba.
— ¿Dustin? — cuestionaron ambas chicas confundidas.
El chico sonrió de inmediato — Tardaron mucho en salir, ya me estaba cansando.
— ¿Y por qué la idea de rociarnos agua por todos lados? — preguntó la pelirroja confundida, mientras que la castaña intentaba quitar el agua de su chaleco.
Dilay sin esperar alguna respuesta de Henderson, le arrebató aquella manguera, siendo ahora ella quien rociaba a los dos amigos.
— ¡Deja de hacer eso! — pedía el de rulos exageradamente, mientras que Lynn solo podía reír.
No tardó mucho cuando Max logró visualizar una cubeta con agua, lanzandoles el líquido a ambos, aunque cayendo mayormente en la chica.
El trío terminó por arrebatarse la manguera constantemente, algunas veces corriendo para evitar el agua, mientras que otras veces corrían intentando alcanzar a cualquiera que estuviera más cercas.
Dilay observababa entre risas, como el chico intentaba alcanzar a la ojiazul.
Tenía que llegar a casa pronto, pero no sentía nada de incomodidad en el ambiente, no podía desperdiciar aquella oportunidad para que hablarán con facilidad la próxima vez.
Como también, ya hacia tiempo que no jugaba con el agua, como solía hacerlo de pequeña, e incluso recordó cuando tenía 6 años y las tardes en que su madre jugaba a rociarla con el agua en su pequeño jardín.
Sin dudarlo mucho, decidió quedarse, sin importarle que uno de sus chalecos favoritos estuviera empapado de agua.
Lynn deseaba que Olivia estuviera en ese momento, pero sabia que por su novio pasaban menos tiempo juntas, contando que tal vez la rubia no quisiera convivir con Max.
— ¡Dilay! — llamó Dustin, mientras le hacia señas de perseguir a la ojiazul.
La castaña sonrió ante las señas de su amigo, y sin pensarlo volvió con ellos, teniendo ya prácticamente una noche divertida, Lynn agradecía que Henderson haya aparecido de la nada para alegrar la tarde y noche.
「💌」Devxsia
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