07 | Ryan's Return

↳▮  ⋆ ࣪. 𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐒𝐈𝐄𝐓𝐄 :
❛El regreso de Ryan❛


Dos hermanos se encontraban fuera de su casa esperando a que su padre llegará, llevando alrededor de 15 minutos esperandolo.

— ¿Tardará mucho? — cuestionó Dilay a su hermano, recargando su cabeza en el hombro del chico.

— Creó que no lo hara mas — mencionó Harry, parándose de golpe al ver el auto de su padre.

Ambos hermanos salieron disparados hacia su padre al verlo bajar del auto, Ryan tampoco tardo en abrazar a sus dos hijos.

— ¿Por qué tardaste tanto? — preguntó el chico, mientras los tres caminaban hacia la casa.

Antes de que su padre pudiera contestar, en su rostro se formó una expresión de sorpresa, observando como casi todo el jardín estaba repleto de flores.

— ¿Qué hiciste Dilay? — cuestionó, aún observando todas las diferentes flores.

— Sólo son, unas cuantas flores — contestó con una sonrisa.

— Y espera ver la casa, está algo igual que el jardín — comentó Harry, ganándose un pequeño golpe de su hermana.

— ¿En serio? Dilay — cuestionó observandola.

— Bueno, no fue totalmente Dilay la que hizo de nuestra casa una florería — ayudó el castaño.

Ryan observo a sus hijos, esperando alguna respuesta.

— Fue Max — contesto el castaño, al ver que Dilay no hablaría — Últimamente a demostrado otra vez su interés porque la perdone y por ella.

Ryan solto un suspiro, ya que claramente sabía sobre todo lo sucedido, en la mirada de su hija podía encontrar algo de pena, tal vez avergonzada por querer perdonar a la pelirroja, y aceptar aquellos detalles.

— Bueno — cortó el breve silencio — Dilay, deberías darnos clases a tu hermano y a mi, pasar tiempo plantando tus flores favoritas algunas tardes.

Dilay mostró una sonrisa ante tal comentario, aunque de reojo pudo notar como Harry le negaba levemente a su padre, el prefería salir a correr, todo lo contrario a su hermana, sin duda la familia Lynn era la misma de siempre.

Toda la familia Lynn termino en el cuarto de la hija menor, pues la castaña quería mantener a su padre al tanto sobre todo lo que pasaba en su vida y en la de su hermano desde que vivían solos.

Por otro lado, al ya estar en la habitación, el señor Lynn se encontraba algo sorprendido al ver todas las flores que se encontraban en el cuarto de su hija, estaba seguro que ganaría mucho dinero al vender todas esas flores.

— No puedo creerlo — mencionó Ryan, acercándose al escritorio de la chica — ¿Esas son rosas azules? — preguntó, el jamás había visto unas.

— Lo son — contestó obvia — No te preocupes, fue mi misma reacción.

Ryan volteó a ver a su hija, captando de nuevo que todas las flores de su habitación habían sido detalles de Mayfield. Sin pensarlo, tomo asiento en la cama, observando como Dilay trataba de evitar el tema.

— ¿Qué es lo que pasa entre ustedes? — cuestionó, ya que el estar lejos de sus hijos lo mantenía menos informado.

— Ella me empezo a enviar notar y flores, casi desde que empezaron los clubes — contó, con su mirada en el piso.

Ryan repentinamente frunció el ceño — Alguna vez supiste si Max y la chica ¿Anduvieron o algo así?

— No losé — contestó de inmediato — Creó, que ni siquiera deje que me explicara.

— ¿Olivia te apoya? — preguntó, ya que sabia que la rubia no estaba muy contenta con la pelirroja.

— Al principio no, pero después, me dijo que aceptaria mi desición, aun asi que no soporte a Max — continúo.

Antes de que Ryan pudiera contestar, la puerta de la habitación fue abierta rápidamente, dejando ver a Harry, quien traía un sobre en la mano.

— Tienes correo — mencionó, mientras le entregaba el papel, aunque el ya sabia que ese correo llevaba un día completo en el buzón, sabiendo perfectamente quien la había dejado.

La castaña abrió el sobre, notando la caligrafía que ya recordaba con exactitud.

— Es de Max — comentó al ver la curiosidad de su padre.

— ¿No habías dicho que ahora te daba notas? — recordo Harry — Eso es más bien una carta.

— Si me da notas — aclaró — Es la primera vez que me vuelve a dar una carta.

Sin importarle la presencia de su familia, abrió aquella carta, recordando de nuevo todas las del pasado.

Querida Dilay:

Esta vez no escribí algún poema, o algo sobre ti, algo raro, a decir verdad, también se que esto no es una nota como las demás, más bien, una carta como las pasadas.

Por otro lado, realmente lamento las cosas que hice en el pasado, me arrepiento del daño que te cause. Necesito hablar contigo de lo ocurrido, en verdad te extraño.

Espero que puedas aceptar mis disculpas.

—Max Mayfield

— Quiere verte — afirmo Ryan, leyendo junto a su hija la carta, mientras Harry jugaba con una pelota de tennis.

— ¿Será buena idea? — le cuestionó la castaña — Es decir, realmente, ¿Debería intentarlo? — mencionó murmurandolo, causando la atención de los dos.

Ryan dejo a un lado la carta, tomando la mano de su hija — Si realmente ella es para tí, y tu eres para ella, volverán a coincidir — intento apoyarla — Y eso es solamente decisión tuya.

— ¿Debería ir a su casa ya? — preguntó, aunque ambos encogieron sus hombros, era su decisión.

— Almenos díganme, ¿Creen que de verdad podramos platicar sin alguna alteración? — cuestiono insegura — Alomejor, llegamos a pelear como la última vez.

— Averigualo tu misma — aconsejó su hermano, aventandole su bolsa — Por cierto, tienes que ir a su casa, no a otro lugar.

— ¿Y tú cómo sabes? — preguntó con algo de curiosidad.

— Dustin — contestaron ambos algo obvios, aunque Ryan no lo supiera, lo suponía.

La chica Lynn después de prepararse lo necesario, salió corriendo de la habitación, para después salir de su casa directo a la de la pelirroja. Mientras intentaba no chocar con algún niño pequeño que estuviera jugando por ahí, se mantenía pensando que era lo primero que le diría a la ojiazul.

Al terminar de llegar a la zona de remolques, está misma pasó desapercibida, pues si pasaba como si fuera su casa, tendría que responder algunas preguntas para entrar a la zona.

Dilay al visualizar un pequeño buzón con el apellido Mayfield, empezó a caminar hacia el, a pasos algo lentos, mientras volvía a pensar a que decirle a la pelirroja por primera vez cara a cara después de tantos meses.

Al pasar su vista hacia otro lugar, notó a un chico fuera de otro remolque, claro que sabía de el. Pues Eddie Munson era del tal club Hellfire que tanto amaba Dustin y Mike, siempre era escucharlos hablar de lo mismo de siempre.

Aquellos pensamientos fueron interrumpidos al notar que sus pies ya topaban con el primer escalón.

Se planteó simplemente irse, y dejar las cosas como estaban, pero ya estaba ahí, necesitaba escuchar todo lo que Max necesitaba decirle, como también, lo que ella necesitaba decirle a la pelirroja.

Sin pensarlo más, tocó la puerta, soltando un gran suspiro por sus nervios, ya hacía mucho tiempo que no sentía a tope sus nervios recorrer su cuerpo.

La puerta se abrió una velocidad normal, o algo así suponía Dilay, nunca había sido buena en física, como odiaba esa materia.

Dilay solia desviarse muy fácilmente de algo.

Una vez más sus pensamientos desaparecieron cuando Max ya se encontraba cara a cara con ella. Logró sentir un deja vu, recordando cuando ella misma fue hasta el centro comercial para encontrarla, como ahora mismo, solo cambiaba el lugar.

Lynn podía estar reviviendo un momento, en su mente recordando a la perfección aquel día, logrando que su respiración se agitará, causando confusión en Mayfield, intentando calmarla.

— Tranquila, Dilay — la llamo la pelirroja, al verla de tal modo — Puedes pasar — se hizo a un lado, dejando pasar a la chica, quien ahora se arrepentía de haber ido.

— Voy por un vaso con agua para que te relajes — aviso, no sin antes ver como la castaña asentia levemente.

Mayfield servia agua en un vaso de vidrio, sintiendo la mirada de Lynn desde el sofá.

¿Qué se supone que tenía que decirle?, Ya tenía una base como comenzar, pero al verla de nuevo tan cercas, logró olvidarse de todo.

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