05 | ¿Do You Have a Dejà Vu?
↳▮ ⋆ ࣪. 𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐂𝐈𝐍𝐂𝐎 :
❛¿Tienes un dejà vu?❛
El clube de porristas terminaba su ensayo en el salón de gimnasia, en donde Dilay Lynn se encontraba, había deducido que no lo había hecho tan mal, podría mejorar sus movimientos conforme las prácticas avanzaban.
Cansada volvió a las gradas para tomar un poco de su agua, con ella se encontraba Olivia, quién cuidaba la mochila de su mejor amiga.
— Lo hiciste genial — habló la rubia con una sonrisa — Creí que solo eras buena para la literatura — confesó — Deberías intentar cosas nuevas como este clube.
Antes de que la castaña pudiera contestar, un chiflido se escuchó resonar en el gimnasio, lo que ocasionó que todos los presentes prestarán atención hacía las puertas.
Dilay rodo los ojos al ver qué se trataba del novio de Olivia, quién le había chiflado para que se apurara, mientras le hacía señas.
— Dile que no te chifle, no eres su perro — protestó con enojo Lynn.
— Tengo que irme — ignoró aquel comentario, mientras tomaba con rapidez sus cosas — Nos vemos luego.
La chica solo pudo observar como la rubia era jaloneada por ese chico, intento varias veces hablar del comportamiento de Brogan muchas veces, pero Olivia parecía tener nervios al hablar sobre tal tema.
Dilay salió de aquel salón, camino hasta estar afuera de las instalaciones, exactamente en unas bancas donde los estudiantes solían pasar el rato.
Su mirada divago hacía enfrente, en donde se encontraba una chica pelirroja, sentada en un escalón con un pequeña libreta en sus manos.
La castaña en su rostro formó una expresión de sorpresa, pues pudo observar como del cuello de la ojiazul se encontraba una cadena de plata con rubí rojo. Llevó su mano a su pequeño dije, en donde aún se encontraba una fotografía de su madre, de alguna forma aquel dije le recordaba a aquella chica.
Pues la ayudó a sobrellevar el dolor de la partida de su madre en aquel verano, y eso se lo agradecería eternamente.
Aún no creía que lo usará todavía, mucho menos que lo conservará.
De inmediato recordó las palabras de cada una cuando se lo entrego.
— Eres tan especial — — Prometo nuca quitarmelo —
Aquella promesa la había estado cumpliendo, y la castaña por dentro podía sentir algo de felicidad, no lograba entender si estaba mal o bien.
Sus pensamientos se fueron de inmediato al verla irse del lugar, antes de esto, Max se dio cuenta de la presencia de Lynn, por lo cual, dejó un pequeño un papel a un lado de una maceta, dándole una mirada por último antes de marcharse.
Dilay al ya no verla alrededor, no dudo en ir a pasos lentos hacía aquella maceta, hasta tomar el pequeño papel color rosa. Lo tomo entre sus manos hasta desdoblarlo, empezando a leer con lentitud aquella nota.
Dilay, si no te hubiera mandado aquella carta.
Habría llorado por las flores que caían, en vez de disfrutar de aquellas que florecian.
Y es que tú eras esa hermosa flor, tu bonito florecer a mi lado, me hace creer que no hice todo mal
— Mayfield
Lynn logró sentir un pequeño deja vu al leer aquel segundo párrafo.
Recordandole aquella única carta que ella misma le mandó a Mayfield, viendo entre sus recuerdos el día que descubrió que quién le mandaba cartas, se trataba de una chica pelirroja, podía sentir la misma respiración agitada de aquella vez al descubrirla.
Sus pensamientos se vieron interrumpidos ante la voz de un chico, sacándola de su pequeño trance de recuerdos.
— Dilay ¿Te encuentras bien? — preguntó Mike Wheeler, poniendo su mano en el hombro de la castaña.
Lynn asintió varias veces sin prestar mucha atención. El pelinegro notó aquel pequeño papel en sus manos — Es increíble que te empezara a mandar notas.
Wheeler sabía sobre la situación, debido a que Dustin no era nada discreto.
— Dilay — la llamo para captar su atención — Toma bien tus futuras decisiones, si decides perdonarla o no, es solo tu decisión.
La castaña aún teniendo su mirada en aquel papel, se dió cuenta de como se retiraba aquel chico.
En el patio trasero de las instalaciones se encontraba Max Mayfield, quién aún lado de ella se encontraba Dustin.
— ¿Qué otro tipo de flores puedo darle? — cuestionó la ojiazul, esperando algún apoyo.
— Que tal, ¿Girasoles? — propuso — Son muy lindas.
La chica lo volteó a ver — Soy alérgica a esas flores, ni siquiera puedo estar cercas de ella — informó, mientras pateaba una piedra — No me gustan.
Henderson abrió su boca sorprendido, eran muy pocos los que sabían aquel dato; aunque realmente Mayfield lo había descubierto un mes atrás.
— Pero, he escuchado que a Dilay le encantan — canturreo con una sonrisa — Tienes que sacrificarte.
Maxine dudo un poco, sin embargo, termino aceptando, esperando que todo saliera bien.
Ambos adolescentes se dirijeron a la salida del lugar, claramente no entrarían al siguiente clube, pues había prioridades para la pelirroja.
El camino entre ambos logró ser algo silencioso, algo sorprendente para Max, ya que el chico siempre tenía tema del que hablar.
— ¿Por qué eres alérgica a los girasoles? — preguntó el de rulos, Max retiro sus antiguos pensamientos.
— Quisiera saberlo yo también — contestó, no muy contenta.
— ¿Y solo por eso no te gustan? — la cuestionó — Es decir, si, eres alérgica y probablemente tengas muchos estornudos e irritación, pero — lo pensó — ¡Son hermosas!
La pelirroja tapo sus oidos ante el grito de su amigo — Son lindas, pero no me gustan, necesitas ser alérgico a ellas para que entiendas.
Al llegar al lugar, Mayfield no dudo en darle el dinero al chico, ya que tendría que elegir las mejores, y probablemente eso, haría que tuviera una irritación en su piel.
— Escoge las mejores — pidió al verlo entrar, solo logró ver a Dustin asentir para luego entrar a la florería.
La pelirroja en lo que lograba esperar a su amigo, empezó a jugar con su skate, hasta que desde el local de enfrente, visualizo a un chico salir de tal lugar.
Ambos se quedaron viéndose fijamente, hasta que el, empezó a caminar hacia ella, hasta quedar frente a frente.
— ¿Qué haces aquí? — la cuestionó — ¿Estás perdiendo los clubes?
— Tú que haces aquí — corrigió — Y tú también estás perdiendo clubes.
Mike Wheeler suspiro rendido — No hay que decir nada — pidió — Sabes cómo se pone la prefecta cuando alguien se escapa.
Max concordó de inmediato, sin embargo, frunció el ceño cuando vio lo que el chico tenía en sus manos.
— ¿Por eso te escapaste de los clubes? — preguntó confundida — ¿Por una mini pizza?
— ¿Qué?, La comida de la cafetería es asquerosa — excusó de inmediato.
La chica rodó los ojos ante la excusa, aunque era completamente verdad.
Por otro lado, entre el pelinegro y ella no había algún problema por lo pasado, no eran los mejores amigos, tampoco se hablaban mucho, pero, habían quedado en buenos términos, aunque no eran amigos.
Mike abrió la boca levemente al ver salir a Henderson de la florería— ¿Tú también estas perdiendo clubes? — cuestionó confundido — Espera, ¿Para quien son esas flores? — retractó sus palabras, aunque sabía perfectamente la situación.
— Las compró Max — contestó. Dustin trato de entregárselas a la pelirroja, pero está se negó.
— Si son de Max, ¿Por qué no las tomas? — preguntó, pues aunque sabía la verdad, tenía ganas de molestar.
— Soy alérgica a los girasoles — respondió, no muy alegre.
— Eso es estúpido — mencionó el pelinegro, Maxine lo miró ofendida— Los girasoles son hermosos.
— Te lo dije — escucho la voz obvia de Henderson.
Max sin decir algo más empezó a caminar, siguiéndola detrás los dos adolescentes.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top