03 | Mail For Dilay

↳▮  ⋆ ࣪. 𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐓𝐑𝐄𝐒 :
❛Correo para Dilay❛


Habían pasado algunos días de aquel día, Max se terminó arrepentiendo ese día de dejarle a tal chica la nota y las flores. Sin embargo, ahora su amigo de rulos terminó animandola, finalmente dejando aquellos objetos en la casa de los Lynn's.

Por otro lado, Harry Lynn se encontraba afuera de su casa, específicamente, estaba recogiendo todas aquel correo que estuviera en su buzón, ya que al fin tenían uno.

Su mirada paso a una casita de madera para pájaros, la cuál, fue idea de Dilay ponerla a un lado del buzón. Ahí se encontraban una hermosas flores rosas azules, junto con una nota.

Al tomarlas y leer para quien eran, frunció el ceño, rápidamente entró de nuevo a la casa.

— ¡Dilay! — tocó varias veces la puerta de la habitación de su hermana — ¡Hay correo para tí!

Al decir tal oración, la puerta fue abierta rápidamente, dejando ver a Olivia, quien estaba en el tocador de su hermana, específicamente, maquillandose.

— ¿A qué hora llegaste tú, rubia? — preguntó de inmediato, ignorando a su hermana.

— Déjala en paz — habló la castaña, a lo que Olivia sonrió — ¿Qué llegó para mí? — preguntó, observando las flores con el ceño fruncido.

Harry hizo un movimiento obvio con las flores y la nota — Pues ésto — mencionó entregandoselas.

La castaña las tomo algo extrañada — Ya te puedes ir, Harry — pidió al verlo todavía parado en la puerta.

El chico asintió — Voy a salir, así que no salgas de la casa sin avisarme — mencionó atentamente, por último asomó aún más su cabeza a la habitación — Rubia, evita quedarte mucho tiempo aquí — bromeó por último, para terminar yéndose.

Dilay volvió a cerrar la puerta, mientras que Olivia guardaba el maquillaje de su amiga — Tu hermano es un grosero — mencionó viéndola de reojo.

— Sabes que estaba bromeando, siempre lo ha hecho, desde años — excusó Lynn, la rubia termino asintiendo, ya que era completamente verdad.

— Dejándo ese tema de lado — volteó hacia su mejor amiga — Muéstrame eso — apuntó a la nota, mientras ambas empezaban a leerla.

Si no veo tu bella mirada, se empieza a marchitar mi alma, porque el brillo que tienen tus lindos ojos, es el que ilumina mi alma, y la que la hace florecer como el sol que nace al amanecer.

MadMax

Entre ambas adolescentes, hubo dos reacciones diferentes.

Olivia Russo, por su parte no mostró alguna expresión de emoción, terminando por sentarse a la otra orilla de la cama, aún recordaba la primera vez que su amiga recibió una carta, estaba completamente emocionada por ella, ahora, no era así.

Por otro lado, estaba Dilay Lynn, quien a diferencia de su mejor amiga, no logró moverse, pues se encontraba recordando aquellas cartas del pasado.

— ¿Y bien? — habló la rubia, después de unos segundos de silencio — ¿Qué piensas hacer ahora con ella? — cuestionó no muy alegre.

Dilay la volteó a ver — No sé — contestó simplemente — No me esperaba ésto.

— Las flores, son lindas — confesó Russo — Jamás ví unas rosas azules - la castaña asintió - Pero, es Max, sabemos lo que hizo.

— ¿Crees que de verdad siga sintiendo algo por mí? — cuestionó la situación.

— Probablemente sí — Olivia vio a su amiga guardar aquella nota — Pero tu no, ¿Verdad? — preguntó, esperando una respuesta.

Dilay tomó con fuerzas aquellas flores — No lo sé — respondió, finalmente sentándose en su sillón.

Olivia soltó un suspiro ante la duda de su amiga — Es mejor que pienses todo esto, con calma — tomó su bolsa — Pero, recuerda todo lo que te hizo sentir — mencionó por último.

Finalmente Lynn vió a su amiga marcharse, sabía que lo último lo había dicho sobre lo que hizo aquella pelirroja. Sin embargo, al recordar todo lo que la hizo sentir, recordó absolutamente todo, cuando le mandaba aquellas cartas, cuando la defendía de los demás, e incluso la ayuda en aceptarse así misma, su gusto por las chicas.

Era algo realmente difícil para Dilay Lynn, algunos dirían que merecía otra oportunidad, mientras que otros, la tomarían de tonta, estaba completamente inestable.

Su mirada divago de nuevo a las flores, notando que había otra pequeña hoja, terminó por tomarla.

— Según los victorianos, que promovían la floriografia, el lenguaje de las flores, las rosas azules representan el misterio o el intento de alcanzar algo — leyó, aunque su ceño se frunció ante lo último — "imposible"

La castaña terminó por ir por un jarrón con agua, para después colocar las rosas azules, jamás había tenido unas iguales a aquellas hermosas flores, y eso la hizo lograr esbozar una sonrisa en su rostro.

Una chica rubia se encontraba en la parada de autobús que se encontraba enfrente de la cafetería Coffe Shack, ya que ahí la esperaría su novio.

Olivia reacomodo su bolso al ver cómo Dustin Henderson salía de aquella cafetería, lo vió cruzar la calle, dirigiendose hacía ella.

— Hola, Olivia — saludo el chico con una sonrisa — ¿Cómo estás? — preguntó animado — Hace tiempo que no platicamos.

La chica observó detrás de el, verificando que su novio no haya llegado, hasta que su mirada volvió a el — Desde que volviste a hablar con la pelirroja — respondió, aún reacomodando su bolso.

Olivia pareció recordar algo, observó con más atención a Henderson, lo que hizo que el chico frunciera el ceño.

— No es por ser chismosa, Dustin — hablo, formando una sonrisa en su rostro — Pero, ¿Sabes algo sobre la nota y las flores que le dieron a Dilay? — preguntó, ahora cruzando sus brazos.

— Algo — contestó algo nervioso, obviamente la ojiazul puso su apodo en la nota, aún así, no podía dar mucha información — ¿Sabes que hizo con la nota y las flores? — preguntó ahora el.

La rubia alzó levemente una ceja, viendo como ahora el trataba de sacarle información, sin embargo, accedió — Guardo la nota en una caja, y las flores, realmente no se — contestó, agregándole simpleza.

— ¿En serio? — preguntó, pues no estaba muy convencido — ¿No se emocionó ni nada?

Antes de que Russo logrará contestar, la chica logró visualizar a su novio, quién se encontraba caminando hacia ella, finalmente hasta tenerlo de frente.

Dustin, al darse cuenta de su presencia, amablemente lo saludo, sin embargo, el chico lo ignoro, mientras empezaba a jalonear a la rubia.

— ¿Qué haces con el? — cuestionó Brogan, el novio de la rubia — Te dije que me esperaras sóla.

Olivia ni siquiera tuvo tiempo de contestar cuando su novio la obligó a caminar hacia al auto, mucho menos teniendo tiempo de despedirse de Henderson.

El de rulos vió finalmente como aquel auto arrancaba, mientras Brogan seguía alzandole la voz a la chica. Dustin no lograba entender cómo alguien como Olivia, lograba aguantar tal maltrato, sabía que no debía de meterse, pues había posibilidades de salir como un chismoso.

Rápidamente saco esos pensamientos de su cabeza, para después volver a cruzar la calle, entrando de nuevo al café.

Camino hasta llegar a una mesa, sentadose enfrente de Max, quién se encontraba ansiosa por saber lo que le contaría su amigo.

— ¿Qué te dijo Olivia? — preguntó rápidamente, dejando su café a un lado — Dime rápido, ¡Por favor!—  pidió, mientras lo tiraba de su camisa.

— Dijo que guardó la nota en una caja — respondió, dejando que la pelirroja dejara de jalar su camisa — Y las flores, no supo que hizo con ellas.

La ojiazul guardó silencio por unos minutos, el chico tomó un poco de su café, habló al ver la pequeña tristeza de la chica — Almenos no los tiró a la basura  — ánimo, no muy bien.

Max fijo su mirada en el — No ayuda eso.

—Si, lo sé — tomó de su café, arrepintiendose de aquel ánimo.

Mayfield poso sus brazos en la mesa — Vi como su novio le gritaba y jaloneaba — mencionó de repente — Olivia me odia por ese error que cometí — recordó, guardó silencio por uno segundos  — Pero, yo jamás agredí a Dilay de esas maneras — mencionó, ya que había visto muchas veces el maltrato de Brogan hacia la rubia.

— No entiendo cómo me puede odiar más a mi que a él — volvió a tomar de su café, esperando que Dustin hablará.

— Entiendo, tal vez le duele más ver a su mejor amiga mal, que a ella misma — dió una posible razón — Tal vez también este enamorada de ese chico, que la cega totalmente del maltrato que recibe.

Maxine termino soltando un suspiro cansado, sólo esperando que Dilay haya recibido bien su nota y las flores, sabía que fue muy de repente, pero tenía que hacerlo, si no, se quedaría con la duda de que habría pasado si no tomaba el valor de volver acercarse a la castaña.


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