capitulo cinco
ALEX NO IBA A MENTIR. Llevaba una semana evitando a Gally desde que se dio cuenta de lo cerca que estaban. No sabía exactamente por qué se había asustado. Se llevaba bien con mucha gente del Área, o eso creía hasta que lo pensaba.
Las únicas personas con las que estaba realmente unida eran Winston y Minho, y ahora, aparentemente, Gally. Era difícil acercarse a la gente, sobre todo en las condiciones en las que vivían. Te la podían arrebatar en un abrir y cerrar de ojos.
Intentó que no fuera obvio que lo estaba evitando, pero estaba bastante segura de que él se había dado cuenta. Había empezado a mirarlo mucho más a menudo, y cada vez que ella lo veía acercarse intentaba caminar en dirección contraria. Por eso gimió en voz alta cuando Newt le dijo que Gally había programado una sesión de entrenamiento para ese día.
La alcanzó de camino al campo de tiro y se dio cuenta de que no podía huir. Tuvo cuidado de no mirarle a los ojos mientras caminaba. Se giró hacia ella, poniéndose a su altura.—¿Me estás evitando?—
—¿Por qué iba a evitarte?—,se burló ella. Se maldijo mentalmente, ya que normalmente era una gran mentirosa, pero por alguna razón, en ese momento era pésima.
—No lo sé. Por eso te lo pregunto—,respondió encogiéndose de hombros.—Pero el otro día, cuando te vi caminando hacia el almuerzo, quise acompañarte, y corriste, lo cual fue bastante raro ya que odias correr—.
Ella negó con la cabeza.—No corrí—.
—Estoy bastante seguro de que corriste—,se rió con una sonrisa que no duró mucho cuando se dio cuenta de que ella tampoco sonreía. Actuaba casi molesta por lo que él había dicho.
Ella lo miró finalmente, pero no por mucho tiempo.—Bueno, no estaba huyendo de ti. Ni siquiera te vi. Corría hacia el olor de la deliciosa cocina de Sartén, por supuesto—.
—Lo que tú digas—,murmuró él, pero ella se dio cuenta de que no estaba muy convencido.
Caminaron en incómodo silencio durante un momento, con el único sonido del crujido de las hojas y el chasquido de las ramas bajo sus pies. Finalmente, ella habló. —¿Por qué te importaría que te evitara?—.
—No me importa—,respondió él, pero la respuesta fue demasiado rápida para ser cierta. Parecía casi nervioso por algo. Por suerte para él, ella no estaba realmente prestando atención a ese aspecto de su respuesta.
Enarcó las cejas mientras lo miraba interrogante.—Entonces, ¿por qué lo preguntas?—.
—Por nada—,respondió él con un suspiro. Después de que ella no dijera nada en respuesta, él continuó.—Es sólo que si alguien me estuviera evitando, me gustaría saber por qué, ¿sabes?—.
—Bueno, no te estoy evitando—,le aseguró ella, y temió estar diciéndolo demasiadas veces. Empezaba a parecer sospechosa.
Él asintió cuando por fin llegaron al Campo de Pruebas.—Bien—.
—Bien—.
《 ✢ 》
ALEX ESTUVO TAN FELIZ CUANDO LA SESIÓN DE ENTRENAMIENTO MÁS INCÓMODA DE SU VIDA -bueno, de los tres años de ella que podía recordar- terminó y pudo ir a ignorar sus problemas pasando el rato con Winston.
—Se me olvidó preguntarte qué tal le fue al Novato cuando vino aquí—,dijo a modo de pregunta mientras observaba cómo el chico descuartizaba a uno de los cerdos que solían estar fuera en el corral para cenar y desayunar.
—Oh, el pobre chico no pudo soportarlo. Vomitó y se cagó en los pantalones en menos de diez minutos—,respondió Winston con un suspiro.—¿Cómo le fue con las armas?—.
Alex echó la cabeza hacia atrás, recordando cómo había reaccionado Chuck al estar rodeado no sólo de un montón de armas, sino también de una chica.—Temblaba mucho con todo. Me sentí muy mal. Ahora, todavía no he visto este lugar. Hazme un tour—.
—Bien, bien. Dame un segundo—,le dijo él, y ella esperó a que terminara con el cerdo y ordenara a otro de los rebanadores que lo llevara a las cocinas para guardarlo.
Luego, le hizo un gesto para que lo siguiera mientras la guiaba por cada una de las cuatro salas y le explicaba todo lo que utilizaba o pensaba utilizar en ellas. En la última sala, se encontraron con una mesa que tenía una grieta enorme en el centro. Ella exclamó: —Dios mío. ¿Qué ha pasado aquí?—
—Uno de los novatos se olvidó de usar una tabla de cortar y cortó un poco demasiado fuerte—,explicó él mientras la chica examinaba la mesa que estaba casi a punto de romperse.—Todavía no le he dado la noticia a Gally—.
—Oh, sí. No se lo va a tomar muy bien. Los constructores trabajaron muy duro en estas mesas. Incluso trataron de hacerlas extra resistentes para que su comida no se cayera al suelo—,le informó.
—Sí, por eso no he llegado a decírselo—,respondió él asintiendo con la cabeza antes de que sus ojos se abrieran de par en par como si una idea acabara de llegar a su mente. Prácticamente pudo ver la bombilla sobre su cabeza.—Buena idea. ¿Por qué no se lo dices tú?—
Enarcó las cejas y volvió a mirarle a él.—¿Y por qué es una buena idea?—
—Bueno, me odia, así que seguro que reacciona de forma exagerada—,señaló Winston, lanzándole una mirada suplicante, pero lo que estaba diciendo la dejó aún más confusa.
Gally era el tipo de persona que no se llevaba bien con nadie. Por eso se sintió un poco desconcertada cuando se dio cuenta de que hablaba mucho con ella.—Odia a todo el mundo. Eso es lo suyo—.
—Lo sé, pero tú le agradas—,le dijo Winston.—No se enojará tanto contigo como con el resto de nosotros—.
—Eso es una locura. Claro que lo estará. Claro que se enoja tanto conmigo como contigo—,se burló ella. Juraba que podía recordar muchas veces en las que Gally se había enojado con ella. sólo que no podía pensar en ninguna en ese momento.
Suspiró.—Eh, no, no lo hace. ¿Recuerdas aquella vez hace un par de meses cuando dejaste caer ese cajón mientras desempacaban la Caja? Dejó su propia caja y fue a ayudarte—.
—¿Y qué?—,preguntó ella.—Me ayudó. Es lo que hacen los Habitantes—.
—Sí, pero no así. Si hubiera sido cualquiera de nosotros, se habría limitado a gritarnos y seguir adelante—,señaló, lo que probablemente era cierto. De hecho, probablemente había visto esa misma escena antes.
Puso los ojos en blanco y sacudió la cabeza antes de decidir que su mejor opción era mentir.—Eso no es verdad—.Eso sólo hizo que él imitara sus acciones y se apoyara en uno de los postes.
—Lo que sea que te ayude a dormir por la noche—.
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