: : :*ೃ࿔୭ 𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐎𝐎𝟔 ミ

➤ Capítulo 6: Tenemos un caso.

Narrador Omnisciente:

—¿Siguen llegando más casos a la agencia? —preguntó Kunikida con un semblante un poco cansado. No es que se quejase sobre su trabajo, para nada, pero el último caso que llevaban entre manos los tenía a casi todos ocupados.

—Kunikida-kun, te ves más estresado de lo habitual —se "preocupó" Dazai, señalando sus ojeras bastante notorias—. ¿Sabías que el jugo de limón recién exprimido logra desaparecer las ojeras? Deberías anotarlo~

—¿De verdad? —El rubio se interesó en se dato que era totalmente desconocido para él, por lo que tomó un bolígrafo y comenzó a escribir ese tip en su libreta, definitivamente era un dato sumamente import—

—Es mentira —se rió Dazai poniendo una cara juguetona, ganándose un buen golpe más un regaño/grito por parte de su compañero.

—¡D-dazai-san! —exclamó el chico tigre, intentando ayudar a su superior pero sin éxito alguno.

Para Atsushi Nakajima, aquel día parecía ser uno sumamente normal en la agencia armada de detectives. El castaño había llegado a trabajar una hora después de la hora de entrada, alegando que había intentado cometer suicidio con algo que implicaba un cepillo de dientes y una silla —no quiso preguntar más—, Tanizaki y Naomi estaban haciendo sus... Cosas de hermanos, Dazai roncando por media hora en el sillón luego de llegar tarde a su trabajo, Ranpo comiendo de su rica y preciada tarta sin invitarle a nadie, incluso el de cabellos blancos había podido jurar verlo agarrando un cuchillo cuando se acercó a preguntarle algo, Yosano queriendo que alguien salga herido para poder atenderlo, y Dazai nuevamente molestando a Kunikida con alguna de sus tonterías, esa era su pasión.

Ese día parecía uno muy común, sin embargo, eso cambió cuando Kunikida le entregó unos papeles.

—¿Yo? —preguntó Atsushi un poco impresionado de que le asignaran algo a él solo.

—Sí, mocoso —asintió Kunikida luego de dejar a Dazai con un chichón en la cabeza—. Sabes que estos últimos días han sido ajetreados en la agencia, por lo que no tenemos suficiente personal para cubrirlo todo.

—P-pero yo... —empezó a dudar el chico tigre, con sus inseguridades saliendo a flote nuevamente.

Había visto por encima el caso que se le había asignado y este se trataba de algo sencillo pero a la vez complicado para él, siendo ese un caso en donde tenía que usar el cerebro en vez de la fuerza. Atsushi tenía muy en claro que no era tan inteligente y deductivo como lo era Dazai, y ni hablemos de Ranpo, ¡no le llegaba ni a los talones! De hecho, ahora que lo pensaba, ¿alguna vez pudo seguir las pistas de algún caso como un verdadero detective lo haría? Muy pocas veces lo había hecho, siendo que todos sus compañeros se le adelantaban al ya contar con un poco más de experiencia. Lo suyo eran los golpes y poder pelear contra los demás gracias a su habilidad de tigre pero... En deducciones se quedaba un poco corto a comparación del resto, llegando a desanimarse un poco y no creyendo ser un buen detective.

—Ne~ Atsushi-kun —lo llamó su superior, dándole una sonrisa—. Estoy seguro de que harás un buen trabajo —lo animó.

—Aunque no creo que puedas resolverlo en el mismo tiempo en lo que lo haría yo —comentó Ranpo desde su asiento, dándole el último bocado a su tarta.

—Ranpo-san, no le diga eso —dijo Tanizaki por lo bajo al ver que Atsushi se había desanimado un poco.

—Pero estoy seguro de que podrás hacer algo al respecto —añadió por último el de ojos verdosos, para sorpresa del chico tigre.

—¡S-sí! —asintió lentamente.

El joven de apenas dieciocho años recuperó un poco más de confianza ante esas palabras y decidió que daría lo mejor de sí mismo para resolver ese caso, para que los de la agencia reconocieran su trabajo y viesen que también podía ser un buen detective estando solo por su cuenta.

—Mhm, tenemos muchos casos en puerta —decía Osamu en forma de queja—. ¿No sería más rápido si Ranpo-san usara su habilidad en todas? —intentó persuadirlo— Es que tengo otras cosas que hacer el día de hoy~

—¡Más rápido sería todo si hicieras tu papeleo, desperdicio de vendas! —lo regañó Kunikida, siendo ignorado por el castaño.

—No quiero hacerlo —decía el mejor detective del mundo, en forma de berrinche porque se le había acabado su pastel favorito y ahora tendría que comprar otro. Sin embargo, el azabache no podía estar tanto tiempo sin ingerir algo dulce en ese momento, por lo que se levantó de su asiento para ir a buscar el resto de las provisiones que tenía guardadas por ahí, pero antes de irse por completo, se dio la vuelta para abrir uno de sus ojos y ver a Atsushi—. Además, creo que Atsushi-kun hará un buen trabajo —dijo pausadamente, sin quitarle la vista de encima.

Minutos más tarde.

—Mmm, según el reporte de la familia, su hijo mayor fue asesinado justo al finalizar su trabajo el día de ayer —decía el de cabellos albinos leyendo por última vez aquellos papeles.

Atsushi se dirigió a toda prisa hacia el lugar en donde habían ocurrido los hechos y las calles se le hicieron un poco conocidas, dándose cuenta de que la escena del crimen era aquella panadería que había visitado el día de ayer junto a Ranpo.

Ni bien llegó a ese lugar, pudo ver a una chica de espaldas siendo llevada a la fuerza hacia una de las patrullas, por lo que su presencia fue ignorada por completo al parecer ya todo resuelto.

Sin embargo, el chico tigre quiso hacerse notar de todas maneras.

—¡S-soy Atsushi Nakajima de la agencia armada de detectives y seré el encargado de este caso! —alzó un poco la voz debido a los nervios, llamando así por fin la atención de los policías y la de la chica.

«Este chico... ¿Acaso es el mismo de ayer?», se preguntó ______ para sus adentros, recordando haberlo visto junto a Ranpo.

—No necesitamos la ayuda de una agencia privada —dijo un policía.

—Sí, ya tenemos todo resuelto —comentó otro.

—Pero... La familia Tsukishima solicitó ayuda a la agencia para encontrar al culpable —insistió Atsushi, aunque por dentro se sentía un poco decepcionado de no poder haber ayudado en ese caso.

—Aquí está la culpable —el que al parecer era el jefe de los policías señaló a ______—. Así que ya puedes irte, niño.

—¡Pero ya le he dicho que yo no fui! —gritó la fémina muy convencida, ni muerta desperdiciaría su vida detrás de una mugrosa celda.

Vale, que sí había matado a mucha gente en toda su vida y se lo merecía, pero no pensaba ir a la cárcel por un asesinato que no cometió. Un tanto hipócrita de su parte, pero no pensaba ceder en aquel momento.

Además, quería saber porqué la estaban inculpando de esa forma.

Y al parecer el joven delante suyo pensaba lo mismo que ella.

—¿Podría ver las pruebas que la inculpan, por favor? —pidió el detective con serenidad, si bien los especialistas estaban seguros de que ella era la culpable, él quería ver esas pruebas con sus propios ojos, quería convencerse de que no se culpara a una inocente.

Inocente... Si tan solo supiera.

—Yo también quiero verlas —secundó ______—. Quiero saber porqué mierda me están culpando de algo que, claramente, no hice.

Un poco de mala gana, uno de los policías le mostró una bolsa transparente en la cual se hallaba el arma homicida, siendo ese un cuchillo bañado en sangre, junto con un poco de polvo extraño de color blanco a su alrededor.

—Según cómo encontramos el lugar de los hechos, el joven Akiteru se hallaba muerto en el suelo de la cocina de la panadería con el cuchillo enterrado en la parte de su espalda. Y dicho cuchillo, tiene las huellas de la señorita aquí presente —indicó el policía, para sorpresa de ella.

—Además, las cámaras de la calle indican cómo claramente usted se fue el día de ayer por la tarde, siendo la última en ser vista al salir de la escena del crimen —añadió el jefe—. No hay mucho para decir, ella es la culpable.

—Esto es ridículo... —negó la de cabellos largos, intentando soltarse de ese agarre pero sin usar mucha fuerza, puesto que no quería darles más motivos para que sospecharan de ella—. ¡Ni siquiera me han preguntado qué hice el día de ayer!

—Lo harás, en la comisaría.

—¡O-oiga, no me toque! —exigió _____ cuando uno la tomó por la fuerza de uno de sus brazos y le ajustaron las esposas, todo bajo la atenta mirada de Atsushi.

El chico tigre no sabía qué hacer en aquel momento, si bien habían pruebas contundentes de que ella era la presunta asesina del dueño de esa panadería, sentía que algo se les estaba escapando de las manos, sintiendo una incomodidad en el pecho al ver cómo se estaban llevando a la chica justo en frente suyo.

Él no sabía porqué, pero la seguridad en sus palabras lo estaban haciendo dudar al respecto.

—¿Podría ver el vídeo de las cámaras? —La voz de Atsushi se hizo escuchar entre aquella nueva discusión con la detenida, quien se estaba resistiendo a ser encarcelada.

—No hay nada que ver aquí, niño. Ya te dijimos que no necesitamos la ayuda de...

—Disculpe señor, pero la familia me contrató para investigar este caso y eso es lo que quiero hacer —interrumpió el joven detective—. Así que quisiera que al menos ella dijera su parte de la historia.

Aquello disgustó un poco a los policías, siendo que ellos ya pensaban que tenían el caso resuelto y no les agradaba que un mocoso cuestionara sus trabajos. Sin embargo, era cierto que la joven tenía que declarar su parte de la historia, pero no en ese lugar.

—Mi trabajo en la panadería era realizar pasteles, tartas y demás cosas —habló ______ rompiendo el silencio—. Mi horario laboral era desde el mediodía hasta las siete de la tarde, pero justo el día de ayer Akiteru me dejó irme más temprano luego de terminar de preparar las cosas para el día de hoy, por lo que él se quedó con Mary a cerrar el lugar y...

—No tenemos ningún registro de alguien más trabajando en este lugar —interrumpió uno de los oficiales, enarcando una ceja ante lo que había dicho.

_____ frunció el ceño ante eso.

—¿Ah? ¿Cómo que no? Disculpe usted, pero yo sé con quiénes trabajo todos los días —la fémina puso los ojos en blanco—. Akiteru, Mary y yo trabajábamos en esta panadería, yo me fui antes y ellos se quedaron. ¿Por qué no la interrogan a ella, ah? —quiso saber, siendo que los demás policías la miraron de forma extraña, como si estuviese loca.

—Señorita Hiraoka, nadie más trabajaba en el establecimiento a excepción de ustedes dos —dijo el jefe de los policías de forma seria.

Escuchar aquello descolocó a la chica por unos momentos, preguntándose de qué clase de broma le estaban jugando. Lo que le estaban diciendo no podía ser posible, era una locura, ¡ella había trabajado junto a Mary durante semanas! ¿Cómo era posible que le saliesen con que no había registro alguno sobre ella?

Su mente comenzó a trabajar lo más rápido que pudo y llegó a la conclusión de que, a lo mejor, ella estaba detrás de todo esto para culparla. Sin embargo, ¿cómo había hecho para borrar su existencia a ese extremo?

Todo ese asunto era uno muy extraño y las dudas abundaban en su cabeza, teniendo la certeza de una sola cosa:

«Estoy jodida», pensó intranquila.

—¿A qué hora falleció la víctima? —preguntó nuevamente Atsushi, dudando un poco sobre la joven pero preguntando de todas maneras.

—Aproximadamente a las 19:30 hs según los informes forenses. La víctima se encontraba en el lugar de los hechos mientras que la señorita fue captada en las cámaras momentos antes saliendo del lugar. Eso junto a sus huellas en el arma homicida...

—Lo de las huellas puedo explicarlo —tomó la palabra ______—, como mencioné antes, mi trabajo consta de realizar los productos de la panadería. Es normal que mis huellas estén en el cuchillo.

—De hecho, ahora que lo menciona... —Atsushi hizo una pausa como si hubiese descubierto algo nuevo, tomando la bolsa en donde se encontraba el arma— ¡Tiene razón en eso! El cuchillo tiene unas pequeñas manchas blancas en él.

—Son restos de harina —asintió la chica, un poco más tranquila de al menos poder defenderse con esos argumentos—. Si buscan bien, habían varios utensilios de cocina sin lavar, iba a lavarlos cuando Akiteru me dijo que podía irme, es por eso que me fui poco antes de las siete de aquí.

—Y su jefe fue asesinado media hora después, no pudo haber sido ella —concordó Atsushi un poco más entusiasmado, creyendo en que esa chica no era la culpable de dicho crimen. Además, si no mal recordaba, creyó haberla visto cerca del incidente de la explosión del día de ayer junto a las demás víctimas, pero no estaba seguro de eso como para afirmarlo.

—Pero ella pudo haber regresado al lugar luego de unos minutos —siguió insistiendo un policía—. Es un poco sospechoso que, luego de que ella se haya ido, las cámaras se hayan apagado —informó de ese detalle—. A menos de que ella tenga una coartada y alguien la haya visto...

—La tengo —interrumpió la de ojos color ámbar con seguridad en su voz—. Luego de haberme ido de aquí, pasé por el lugar en donde ocurrió el incidente de la explosión de ayer —dijo mostrándole como pudo sus dedos llenos de pequeños vendajes—. Varios vidrios salieron volando y yo, como muchos, intentamos cubrirnos con lo que podíamos. Son recientes —añadió con respecto a sus heridas.

—Y el incidente de la explosión en el edificio ocurrió entre las 19:25 hs y 19:35, lo sé porque estuve allí con unos compañeros de la agencia, por lo que es imposible que ella haya estado en dos lugares a la vez —el chico tigre dijo aquello con una débil sonrisa en su rostro, estando más seguro de que había chocado justo con ella al intentar ir a salvar a las personas junto a Tanizaki.

Ante esos argumentos que también parecían ser válidos, se notaba que los policías estaban un poco dudosos al respecto pero tampoco querían dar el brazo a torcer fácilmente, no cuando sus pruebas parecían tener poca validez en esos momentos.

—Además, luego de eso yo... —La de cabellos blancos se odió a sí misma por lo que diría en ese momento— Me encontré con alguien luego de ese accidente —todos la miraron de forma interrogativa, esperando a que continuara—. Me encontré con mi... Novio.

Pronunciar aquellas palabras le había costado horrores y trató de disimular un poco el asco que sentía al recordar la linda cara de Dazai frente suyo, sabiendo que si él se enteraba de eso, se burlaría de ella para toda la vida.

—Si eso es cierto, entonces llámalo —ordenó el jefe, por lo que ella tragó en seco al recordar que no tenía su número ni nada.

«Eres una tonta», se reprochó a sí misma.

—No tengo mi teléfono aquí —se excusó, aunque en parte eso era cierto, siendo que ella no tenía un teléfono porque no le hacía falta uno—. Mire señor policía, yo no fui la última persona que estuvo con Akiteru, ¿por qué no le preguntan a su familia sobre Mary Shelley? Según me contó él, era su ex-novia, debieron saber que también trabajó aquí.

—Además, ¿no les parece sospechoso que las cámaras dejaran de grabar luego de que la señorita Hiraoka se fuera del lugar? —opinó Atsushi levantando un dedo— Si ella hubiese sido la asesina, hubiese destruido las cámaras y los vídeos para no dejar evidencia alguna como todo asesino. Todo esto es como si...

—Alguien quisiera que ella sea la última vista —hablaron el jinko y un oficial joven al mismo tiempo pensando en lo mismo, a lo que Nakajima asintió un poco más aliviado de que alguien llegara a la misma conclusión que él.

Fue en ese momento en el que, unas nuevas personas se presentaron en el lugar, siendo dos rubios con cierto parecido al de la víctima—. ¿Ustedes son... familiares del joven Akiteru? —preguntó el detective.

—Sí, él era mi hijo —habló una señora no tan mayor, con una angustia notable en su rostro. Y Kei el hermano —señaló a un chico bastante alto de lentes, el cual se hallaba junto al cuerpo de la víctima.

—Lamento mucho su pérdida —Atsushi hizo una reverencia—. Siento la repentina pregunta pero, ¿usted conoce a una tal... Mary Shelley? —dudó en decir el nombre, mirando de reojo a ______.

—Sí, solía ser la novia de mi hijo —afirmó la madre no entendiendo el porqué de la pregunta—. Pero hace tiempo no sabemos nada sobre ella... Se fue sin decirnos nada, creo que Ákiteru había dicho que se había ido de Yokohama pero no sabemos más.

Ante aquellas palabras, el oficial a carga enarcó una ceja ante ese dato y miró a la detenida, para luego decir:— Ya oyeron, la chica que usted menciona se ha ido desde hace mucho tiempo, eso sumado a que no hay ningún registro de ella trabajando en este lugar... Es imposible que haya podido inculparla, Hiraoka.

______ chasqueó la lengua ante eso y maldijo en voz baja, volviendo a sentir el agarre más fuerte de aquellos policías en sus brazos.

—¡Pero ya les he dicho que yo no lo maté, es imposible! —gritó la chica por lo que Atsushi la miró sin saber qué hacer o cómo ayudarla— ¡Alguien me está culpando!

—¿Quién, la señorita desaparecida? —ironizó un policía.

—Sí, la señorita desaparecida no tan desaparecida —dijo una nueva voz presente en aquel lugar.

Un castaño de una gran sonrisa se acercó hacia los policías que mantenían agarrada a ______ y los miró cerrando los ojos, sin quitar esa característica sonrisa suya en ningún momento.

—Así que les agradecería que por favor soltasen a mi linda y tierna novia, ¿sí? —pidió con una sonrisa.

Okey, es un capítulo un poco largo a comparación de los demás pero no tan emocionante(?) asjkdhkasdhas

Quise intentar realizar un caso pero la verdad es que muchas cosas que cuadrasen no se me ocurrían, soy un fracaso para el misterio xDD

En fin, ¡espero que de todas maneras les haya gustado el capítulo! Como ven, intenté hacer que cada personaje estuviese conectado a la rayita de alguna u otra manera, Atsushi ahora ayudándola en el caso, Dazai en su pasado, Ranpo como su cliente favorito y así... Cada uno la conoce a su manera y espero poder desarrollar sus relaciones a lo largo de la trama de la historia, sin apresurar mucho las cosas.

¿Quién creen que haya matado a Akiteru? ¿Por qué Mary nunca fue vista por ningún cliente ni había registros de empleo sobre ella en la panadería? ¿Acaso Dazai sabe algo que nosotros no? Wuuu~

¡Muchas gracias por ese 1K de vistas! Y gracias por leer esta trama improvisada que me saqué de la galera kjasdhjkash, nos vemos ^^

Bч: ᥒoᥣxᥒgᥱrhᥙmᥲᥒ 🌺

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