: : :*ೃ࿔୭ 𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐎𝐎𝟒 ミ

Nota: Si pueden poner el soundtrack de multimedia cuando yo les diga, será perfecto, siento que le da más emoción a la lectura, ahr 

➤ Capítulo 4: Memorias.

Hace cuatro años.

Narra ______:

—Ja, volví a ganar —se jactó aquel castaño con una media sonrisa, tirando su última jugada para la desgracia de la chica—. Tienes el calzón sucio, ______-chan~

—¡Ya cállate, idiota! —Se sonrojó sin poderlo evitar y tiró con enojo el comodín a la mesa en frente suyo.

Dazai se rió de su expresión y tomó su copa llena de alcohol de un sorbo, perdiéndose en algunos de sus profundos pensamientos.

Esos días eran unos muy ajetreados para el suicida, tanto así que, llevaba pensando más tiempo de lo normal cada situación, contemplando todas y cada una de las opciones para no cometer ningún solo error en todo aquel asunto de la desaparición de Ango.

Osamu había deducido algunas cosas con respecto a él y creía entender lo que sucedía con aquella organización que al parecer venía del extranjero, más aun así, aún le quedaban dudas sobre cómo y porqué Mimic había ingresado a Japón.

—¿Sucede algo? Estás muy pensativo —preguntó la fémina mirando a Dazai con inquietud—. Tú y Odasaku han estado raros...

—No es nada de qué preocuparse —sonrió falsamente, para luego tomar ambas mejillas de la chica enfrente suyo—. Mejor, ¿por qué no me demuestras lo mucho que has mejorado, mi querida kohai?

Dijo aquello con burla en su voz y con sus pulgares acarició sus mejillas, las cuales se le hacían unas muy suaves.

El rostro de ______ pasó a ser uno de color rojizo cuando los labios de Dazai se posaron sobre los suyos y se movieron de manera habilidosa, probando aquella exquisitez embriagante de su ser. Ella cerró sus ojos con cuidado y a pesar de que su mente le decía que aquello no era correcto, no pudo evitar sentir un extraño calor dentro de su pecho cuando sus cuerpos estaban juntos.

Degustó los labios de Dazai y pasó sus manos detrás de su cabellera castaña, jugando con sus cabellos mientras los enredaba en sus dedos llenos de cicatrices y moretones.

«¿Por qué no puedo parar de besarte?», se preguntaba ______ a sí misma, intentando apartarse de aquel chico al cual se había vuelto adicta en esos últimos años.

Dazai y Hiraoka no tenían una relación de amor ni mucho menos, es más, con suerte y se los podía considerar amigos dentro de aquella oscura organización, es por eso que ellos preferían el término de compañeros, siendo que solían juntarse algunas veces ya sea para pasar el rato o realizar un trabajo.

Ambos se habían conocido cuando Osamu había llegado a la Port Mafia a sus catorce años, siendo que, luego de convertirse en el nuevo jefe, Mori los agrupó a ambos puesto que tenían la misma edad.

Además, la habilidad de Dazai le servía para ayudar a controlar la de ella mientras practicaba el manejo de su propio poder.

En un inicio no se llevaban ni bien ni mal, ambos solían estar bajo el mando de Yasunari pero no pasó mucho tiempo para que el castaño fuera uno de los cinco ejecutivos de la Port Mafia, teniendo a sus propios subordinados y convirtiéndose en el ejecutivo más joven de aquel lugar.

Pero a pesar de que hubo una breve separación entre ellos y ya no estaban juntos como antes, a veces solían ir a algunas misiones, acompañados de otro chico de su edad de cabellos anaranjados.

Chuuya Nakahara.

Aquel enano de sombrero horrible, según el mafioso.

—¿Es en serio? preguntó con burla un Dazai de dieciseis años hacia la fémina, notando cómo esta miraba al más bajo a lo lejos.

Siendo una mirada de... ¿Admiración?

¿Qué? enarcó una ceja, volviendo su vista a su compañero.

No puedes estar pensando lo que creo que estás pensando, Chuuya es tan... Agh Osamu hizo una mueca de asco, como si aquel chico fuera el causante de sus malos días.

Pero para el disgusto del joven suicida, la de cabellos cortos y blanquesinos simplemente volteó su rostro para seguir viendo a Chuuya entrenando sus habilidades, con un ligero sonrojo en su rostro.

Porque así era, desde hace no mucho tiempo, a ______ había comenzado a llamarle la atención aquel joven de ojos azulados. Si bien era cierto que el mundo en el que vivían era uno muy sangriento y turbio, eso no era impedimento alguno para seguir siendo humanos, sus sentimientos por Chuuya no eran tan fuertes como para decir que le gustaba pero sí le atraía su personalidad temperamental, logrando acaparar su atención.

Pero si las cosas eran así en un principio, ¿entonces por qué justo ahora se encontraba besando a otro chico y se aferraba a él como si su vida dependiera de ello?

La respuesta a ello era fácil, teniendo nombre y apellido a un culpable: Osamu Dazai.

Pero esa era otra historia.

—¿Qué? —La chica de ojos color ámbar frunció el ceño al escuchar las palabras de Odasaku— Oda... No podemos hacer eso.

—______, tienes que escucharme —el mayor la tomó por los hombros y la miró con una seriedad extraña en él, logrando incomodarla un poco—. Tienes que sacar a Yukio y a Yokou de aquí, están en peligro.

Ante aquellas palabras, la chica le prestó más atención.

Para ella no era una sorpresa que Oda quisiera ayudarla, después de todo, era conocido en toda la mafia por el hombre que no asesinaba a nadie, es más, incluso se dedicaba a darle una mejor vida a los niños huérfanos que conocía, queriendo ayudarles a pesar del bando en el que se encontraba.

Era una persona amable en el fondo, no entendía porqué alguien como él estaba en la Port Mafia.

La mayor de los Hiraoka estaba segura de que si Oda hubiese tenido la oportunidad de conocerla antes la habría ayudado sin dudar, era una lástima que cuando ambos se conocieron ella ya se encontraba bajo las alas de Mori Ougai.

Es por eso que cuando le comentó sobre sus dos hermanos menores, Yukio y Yokou, él decidió ayudarlos, siendo ellos apenas unos niños huérfanos que no tenían nada que ver con aquella organización.

Aunque al parecer Mori no pensaba lo mismo, puesto que ni bien se había enterado de que los hermanos menores poseían habilidades, quiso que ______ se los presentase.

—¿Por qué están en peligro? —cuestionó la chica con un amargo sabor en la boca— Oda... ¿Qué está sucediendo? —Estaba confundida por su extraño actuar, puesto que él no era así de...

Distante.

—No tengo mucho tiempo para explicarte las cosas puesto que me tengo que ir —informó el de cabellos rojos, aún dolido por lo que había vivido hace unas horas atrás con aquellos niños que había cuidado por tanto tiempo—. Yo me iré, pero antes quiero asegurarme de que ustedes también lo hagan, este mundo no es para ustedes...

Habló mirando atentamente a ______, quien aún no entendía nada de lo que él decía. Más aun así, ella confiaba en la intuición de Oda, se había ganado su confianza con el pasar del tiempo y si él le estaba pidiendo ponerse a salvo, a lo mejor y era cierto que ella y sus hermanos estaban en peligro.

Pero, ¿en peligro de qué? O mejor dicho, ¿de quién?

—Dazai va a ayudarte, ya hablé con él —le hizo saber, no dándole muchos detalles al respecto—. Ahora mismo, Mori está en una reunión importante lejos de aquí, por lo que tendrás tiempo para recuperar eso.

Los ojos de la contraria se abrieron de par en par al oír aquello, sintiendo un gran nudo en su garganta por la repentina situación que estaba atravesando. ¿En serio iría en contra de las órdenes de Mori? Aquel hombre le había dado protección y un techo en el cuál vivir, él junto a otro de los ejecutivos le habían enseñado todo lo que sabía y si bien era consciente que ese mundo no era el mejor de todos, era lo que le había tocado y lo aceptaba.

Sin embargo, ella no quería ese mundo para sus hermanos, los había cuidado desde que eran unos niños desde que su madre murió y siempre procuró alejarlos de todo lo malo, pero para su desgracia, su jefe se enteró de su existencia junto a sus habilidades, por lo que de la noche a la mañana ellos ya se encontraban en los suburbios de la Port Mafia.

—Oda —llamó la chica cuando vio que este iba a irse a enfrentar a aquel hombre que había asesinado a esos niños—. ¿...Te volveré a ver?

El de cabellos rojos la miró de reojo para luego sonreírle levemente:— No lo creo.

Aquello confundió a la chica y sintió un nuevo nudo en su corazón, un poco disgustada por aquella respuesta por su parte.

«No importa, luego me encargaré de buscarte, Oda», pensó cuando él se fue, preparándose para ir a ver a aquel suicida que iba a ayudarla.

Pero esa fue la última vez en la que lo vio.

[Reproducir multimedia]

—¡Corran más rápido! —siseó ______ hacia sus dos hermanos menores, abriendo una de las puertas de aquel pasillo para cambiar de rumbo.

El corazón de la chica palpitaba como si no hubiera un mañana y la frustración que expresaban sus ojos era muy notoria, preguntándose una sola cosa.

«¿En dónde diablos estás, Osamu?».

Su respiración era agitada y el miedo comenzó a invadir cada rincón de su cuerpo, no sabiendo qué hacer en aquel instante.

Miró a los dos niños —los cuales eran idénticos entre sí— de nueve años a su lado y posó ambas manos sobre sus cabelleras blanquesinas, intentando darse fuerzas para continuar con aquello que había empezado.

Ajustó su mochila firmemente delante de su pecho con cuidado de no dañar aquello que había hurtado y, con su habilidad activada, volvió a correr junto a Yukio y Yokou justo cuando unos disparos se escucharon justo detrás de ellos.

—Por allí, rápido —apuntó hacia un pasillo en adelante pero sus esperanzas de huir de aquel lugar cada vez estaban siendo más escasas, logrando desesperarse ante los nervios.

Las voces de algunos integrantes de la Port Mafia intentando detenerla se escucharon no tan lejanas de donde estaba, reconociendo a algunos de ellos puesto que habían trabajado con ella.

Se suponía que nada de eso estaría pasando justo en esos momentos. ______ debería de haberse encontrado con Dazai en cierto punto luego de haber matado y herido a varios hombres, él la iba a sacar de allí a salvo junto a sus hermanos luego de recuperar aquello que era suyo, pero al final la chica esperó por mucho rato al suicida que nunca apareció por allí.

Lo maldijo una y mil veces en voz alta cuando varios hombres de traje negro comenzaron a aparecer de repente al escuchar el alboroto causado por ella. La adrenalina la consumió y se dio cuenta de que ya era tarde para cambiar de planes, por lo que, dándole una última mirada al pasillo por el que debería aparecer el castaño, se fue por el lado contrario, para acabar en una persecución de la que sabía que no saldría bien librada al estar rodeada de mafiosos.

—¡Habilidad: Rashōmon!

Se escuchó ese grito a lo lejos y de pronto una cosa negra se dirigió a toda velocidad hacia ______, con toda la intención de atacarla y, si era posible, herirla de gravedad por lo que había hecho.

Nadie tocaba a su hermana.

—¿Así que ya puedes controlarla? —se mofó la chica intentando ocultar sus nervios, bloqueando el ataque de Akutagawa con su habilidad— ¿Eh?

Sus ojos se abrieron un poco más al notar que estaban rodeados de varios hombres apuntándoles con pistolas, dispuestos a atacarla si era necesario. Pero ese no fue lo que la sorprendió, si no más bien otra cosa.

—Todos son subordinados de Dazai... —susurró por lo bajo, un poco confundida y con una nueva inquietud dentro de su corazón.

Su mente comenzó a maquinar muchos pensamientos a medida que hacía uso de su habilidad para ponerlos a salvo, ¿es que acaso ese idiota no iba a ayudarla? Oda había dicho que...

—Es una pena que esto haya ocurrido así, ______-san —habló el de cabellos azabaches para luego toser un poco. Su mirada se ensombreció y Rashōmon se fue descontrolando poco a poco, cubriendo varias partes de aquel pasillo tan lúgubre y húmedo.

A la mayor de los Hiraoka le brillaron los ojos debido a su habilidad y estos pasaron a ser de un tono azulado feroz, el cual estremecería a cualquier persona común. Un extraño ser volvió a surgir de la de cabellos blancos y se elevó encima de su cabeza, teniendo el aspecto de una mujer pelirroja.

Dicho ente extraño se paseó a velocidad por aquel lugar y se encargó de distraer a aquellos mafiosos. Entraba y salía de los cuerpos de esos hombres con facilidad y se encargaba de acabar con ellos sin piedad, dándole tiempo a los tres hermanos para poder escapar.

Sin embargo, ______ no contaba con que uno de sus hermanos sufriera de uno de sus ataques de descontrol.

—Maldición —gruñó al ver un aura de color celeste rodear a Yokou, el cual se había detenido más atrás de ellos para dar paso a su habilidad.

Las pupilas de aquel niño de apenas nueve años se dilataron y una sonrisa entre maniática y adolorida aparecieron en su rostro, para luego desprender una ráfaga de aire que empujó a varios de los allí presentes.

Y fue en ese momento en el que todo pasó muy deprisa como para darse cuenta de lo que estaba sucediendo. El impulso de aquella onda de poder hizo que tanto sus hermanos como los del otro lado chocaran contra una pared, aturdidos por los poderes sobreexplotados de aquel niño que aún no tenía un buen control.

Sin embargo, al único que no tomó por sorpresa fue a Akutagawa, quien si bien también fue impulsado hacia atrás, hizo que Rashōmon fuera con toda furia hacia delante, descontrolándose y cubriendo todo el lugar como si fueran unas pequeñas dagas cortando todo a su paso.

______ soltó un gemido de dolor al sentir una de esas cosas clavarse en su pierna y pronto un líquido cálido empezó a brotar de aquella herida. Cuando abrió los ojos, le fue inevitable que soltara un pequeño grito ahogado, sintiendo todo el aire irse de su cuerpo.

Se quedó prácticamente inmóvil en su lugar y un pitido comenzó a sonar dentro de su cabeza, no creyendo ver lo que estaba pasando a su alrededor. Abrió un poco la boca y sus ojos un poco aguados se centraron en la habilidad de Akutagawa, la cual, tenía agarrado el pequeño cuerpo de Yokou en lo más alto de ese oscuro lugar.

Atravesado, como si de un muñeco de trapo se tratara.

Se quedó en shock unos instantes y su visión comenzó a nublarse, escuchando de fondo cómo su cuerpo caía al frío suelo para ser llamado por su gemelo.

Por el rabillo del ojo pudo ver que, unos metros más a la distancia, se encontraba Dazai, viendo todo aquello de manera seria.

Y días más tarde fue cuando ______ se enteró de que, aquel castaño había estado viendo todo aquello a lo lejos. El mafioso no intervino cuando bien pudo haberlo hecho, si bien no eran los mejores amigos del mundo tampoco eran simples compañeros, pudo haber detenido a sus subordinados en aquella situación, pero...

No lo hizo.

Terminando con Yokou muerto, Yukio siendo torturado y ______ desaparecida.

Sol actualizando en menos de una semana, NO SÉ QUÉ ME PASA ASDJHASJKDHAS

Estos días la inspiración ha estado a full y quiero aprovechar estos momentos para escribir aunque sea algo, a pesar de que la uni está valiendo verga ahora(¿

En fin, ¡aquí está un poco sobre el pasado de la rayis! Todo el capítulo está narrado en cuatro años en el pasado, siendo algunos flashbacks de nuestra protagonista junto a los demás en la Port Mafia. Quise detallar algunos sucesos puesto que volví a leer el capítulo pasado y ni yo entendía nada HAHAHAHA, por lo que espero que algunas cosas hayan quedado un poco más claras puesto que, hay muchas cosas del pasado que serán útiles para la trama.

No soy buena relatando tantas cosas juntas ni mucho menos misterio pero por algo se empieza(? espero que no haya quedado tan soso, jo xd

Espero que les haya gustado el capítulo <3, ya más o menos se sabe el porqué la rayita odia a Dazai/le tiene cierto rencor, a lo mejor no es tan guau el motivo pero intenté acomodarlo lo mejor que podía xD

¡Muchas gracias por leerme hasta ahora! A continuación dejaré algunas aclaraciones del fanfic que quizás les puedan interesar:

»Los nombres de los gemelos Yukio y Yokou se deben al escritor Kimitake Hiraoka, bajo el alias de "Yukio Mishima", el cual tuvo una esposa llamada Yōkō. Así mismo, de ahí proviene el apellido de los tres hermanos.

»Dazai y ______ no fueron novios, aunque ella casi lo consideraba un amigo, para el suicida en aquel entonces ella solo era su compañera.

»______ si bien conoció a Odasaku desde hace tiempo, con suerte vio una vez a Ango, por lo que no es amiga del trío-frecuenta-bares.

»Como bien se sabe ya, Yukio es B y Yokou solía ser A, cosas de gemelos pues.

Bч: ᥒoᥣxᥒgᥱrhᥙmᥲᥒ 🌺

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