𝐓𝐖𝐄𝐍𝐓𝐘 𝐒𝐄𝐕𝐄𝐍. last christmas I threw you a punch
𝐕𝐄𝐍𝐓𝐈𝐒𝐈𝐄𝐓𝐄. ❛ la última navidad te pegué un puñetazo ❜
CUANDO MELODY LE DIJO A SAM QUE PASARÍA por su apartamento para coger ropa de entrenamiento y para arrastrar a su compañero de la cama para después llevarlo a Miyagi-Do, nunca se imaginó ver a Carmen saliendo de su apartamento despeinada y acomodándose la blusa floral que llevaba puesta.
Pero lo estaba viendo.
Cuando consiguió reaccionar entró corriendo al apartamento, encontrándose con Johnny preparándose el desayuno.
—Oh no—maldijo el hombre al ver la expresión de la adolescente.
—¿Habéis...?—Melody se cortó a ella misma antes de continuar—. Da igual, no quiero saberlo—añadió con una mueca—. Solo vengo a por ropa para entrenar con Sam—informó mientras se dirigía a su habitación y Johnny se sentaba en la mesa con su tazón de leche—. No te atragantes con el desayuno.
Al escuchar que el señor hacía exactamente lo que ella le dijo que no hiciera, retrocedió y lo miró con una ceja alzada.
—Te acabo de decir que no te atragantes.
—Lo sé, lo sé—Masculló el rubio sin apartar la vista del ordenador.
Melody se acercó a él y leyó aquel mensaje por encima de su hombro: "Hola. Siento haber tardado tanto en contestar. Han sido unos días de locos. Me encantan las fotos nuevas. He vuelto para las fiestas. ¿Vamos a comer?".
—¿Ali?—preguntó la castaña antes de que ambos levantaran la vista y observaran a Carmen salir de su apartamento con la ropa de trabajo puesta.
Johnny suspiró—Ya sé lo que vas a decir.
—No, no lo sabes.
—Sí lo sé—Protestó él y la chica se cruzó de brazos.
—No—Sentenció—. Iba a decir que deberías ir—Johnny frunció el ceño—. ¿Qué? Sigue siendo tu compañera de instituto que no ves desde hace cincuenta años—El hombre la miró, ofendido.
—¿Cuántos años crees que tengo?—Ella le restó importancia a la pregunta con un gesto y continuó hablando.
—Mi punto es que, no sé qué tenéis Carmen y tú, pero si tienes claro que tus intenciones con Ali son solo las de reunirte con una vieja amiga, no pasa nada por quedar con ella—La castaña se dio la vuelta dispuesta a irse, pero luego añadió:—. Ah, también deberías saber que es muy triste que me estés pidiendo consejo amoroso.
—No te lo estoy pidiendo—Se quejó.
—Ya, pero estás escuchando—Melody sonrió al escuchar el gruñido del rubio detrás suya.
(...)
MIGUEL OBSERVABA LA FOTO DEL SEÑOR MIYAGI mientras Sam estiraba y Melody intentaba descifrar sin éxito las letras que había colgadas en la pared.
—¿Este hombre fue el que fundó Miyagi-Do?—preguntó el latino.
—Ese es el señor Miyagi. Le enseñó a mi padre todo lo que sabe—informó Larusso para después cambiar su postura de estiramiento.
—Como Kreese le enseñó a Johnny—Razonó el pelinegro.
—Miyagui no se parecía en nada a Kreese.
—Sí, me apuesto algo a que no intentó matar a tu padre por quedar de segundo en un torneo—Murmuró Peters mientras se alejaba de aquellas normas escritas en japonés.
—¿Qué?—Cuestionaron los otros dos a la vez al no entender muy bien a la chica.
—Nada, nada.
—Miyagi enseñaba karate bien, centrándose en la defensa.
—A veces la mejor defensa es más ofensa—Hablaron los dos antiguos alumnos de Cobra Kai a la vez.
—Ese es el problema. Nuestros estilos son totalmente distintos. Vuestro sensei no soporta a mi padre.
—Yo creo que es al revés.
—Y yo creo que los dos son idiotas y por eso creen que se odian—opinó Melody y los otros dos chicos rieron suavemente.
—¿Qué es esto?—Miguel cogió un pequeño tambor de una estantería y Peters se acercó, emocionada.
—Es un tambor de Okinawa—Se lo arrebató de las manos y lo observó con cuidado—. Mi madre me habló sobre ellos el otro día. Tu padre lo consiguió en su viaje allí, ¿verdad?—Melody se giró hacia Sam, pero esta se había ido—. ¿Dónde está Sam?
El chico se encogió de hombros—Se acaba de ir. ¿Para qué sirve?—Le preguntó, retomando la conversación anterior.
—Te lo enseñaré—Melody se plantó delante de Miguel con decisión—. Intenta pegarme.
—Ya, no voy a intentar pegarte—Se negó él mientras sonreía.
—¿Qué pasa? ¿Te da miedo que te demuestre que puedo derribarte con un movimiento?
—Vale—Miguel se guardó el tambor en el bolsillo—. Allá voy.
El latino lanzó un puñetazo que la castaña esquivó con facilidad usando su mano. Lanzó otro que la chica apartó con dos golpes, imitando el sonido que hacía el tambor.
—No está mal. Pero yo también tengo unos movimientos secretos—Presumió el chico y ella rió.
—Oh, ¿en serio?
—Sí, dame tus brazos—La castaña no dudó en hacerle caso mientras mantenía su sonrisa—. Y ahora...
Miguel la tumbó con delicadeza y ella abrió mucho la boca, haciéndose la ofendida.
—¡Ese era mi movimiento! ¡Me lo has robado!—Protestó con una sonrisa y él sonrió burlonamente.
—Bueno, creo que podríamos llamar a esta situación karma o venganza. Lo que más te guste—Melody rió, aún tumbada en el suelo y con el chico encima suyo.
De repente, cada nervio de su cuerpo fue consciente de su posición, y su cadera comenzó a arder al notar el roce de la mano de Miguel en aquella zona.
Mentiría si dijera que no se perdió en aquellos ojos de nuevo mientras se olvidaba de dónde estaban, cuándo y cómo había llegado allí. Todo había desaparecido y solo estaban ellos dos, así que...
Al cuerno todo.
Sin pensar en las consecuencias agarró el cuello de la sudadera de Miguel y lo atrajo hacia su cuerpo para después juntar sus labios en un beso. Él no dio indicios de querer resistirse, de hecho, le correspondió con ganas a la vez que colocaba una mano en su cintura y otra al lado de su cabeza, para no aplastarla.
Ambos sintieron una corriente eléctrica recorrer su espina dorsal mientras abrían sus bocas con la respiración agitada para darle paso a la lengua del otro.
Durante el beso, ambos se olvidaron de todo lo que estaba pasando a su alrededor, aislándose del mundo y simplemente disfrutando del roce de sus labios.
Hasta que la puerta del dojo se abrió.
—¡Oh, wow!—Al oír las exclamaciones de Daniel, los dos adolescentes se separaron rápidamente.
—Oh Dios mío—Melody se tapó la cara con las manos, completamente avergonzada.
—Lo siento, lo siento—El señor Larusso hizo una pausa en la que miró a su hija, que sonreía ampliamente—. ¿Ese es mi tambor en tu bolsillo?—Miguel sacó el objeto de su bolsillo y miró al hombre sin saber qué decir.
«Genial, os dáis dos besos y ninguno sale bien.»
(...)
—LO SIENTO MUCHÍSIMO, SEÑOR LARUSSO... DANIEL—Corrigió Melody—. No pretendía que esto pasara cuando Sam nos invitó a ambos a venir.
—No pasa nada, eres una mujer, lo pillo—La castaña frunció el ceño.
—¿Pero...?—El hombre abrió la boca para hablar, pero la chica lo interrumpió—. Te prometo que no va a volver a pasar, al menos no aquí—Añadió en un murmullo—. Puedes confiar en mí.
—No es de ti de quien no me fío—Melody frunció el ceño y miró a Miguel y a Sam hablando mientras el latino levantaba la sábana de un coche.
—Miguel es un buen chico—Comenzó Peters con decisión—. No es el matón número uno de Cobra Kai, ¡ya ni está en Cobra Kai! He de admitir que tuvo unas semanas en las que se comportó como un capullo integral, pero ya no se comporta así. Ese Miguel que ves ahí fuera es el chico que le gustó a Sam hace unos meses, y puedo asegurar que es una buena persona.
Daniel suspiró y luego miró a su hija y a aquel chico.
—Quizá tengas razón.
—La tengo—Dijo ella con convicción—. Podría decir sin equivocarme que Miguel es la mejor persona que he conocido en mucho tiempo.
—De verdad te gusta, ¿eh?—preguntó Larusso con una sonrisa ladina.
—¿Qué? Miguel... Pft, no...—Balbuceó.
—Melody, acabo de veros besándoos, no me mientas—La castaña frunció los labios y suspiró.
—Puede que un poquito—Daniel alzó una ceja y ella resopló—. Vale, me gusta bastante. ¿Estás contento?—admitió y el hombre negó con la cabeza mientras sonreía.
(...)
—NO TE PREOCUPES, MI PADRE NO VA A COMÉRSELO—Habló Sam una vez ambas estuvieron dentro del dojo mientras los otros dos hablaban.
—Lo sé, lo sé—Habló Melody.
—Lo que tú necesitas es distraerte, y ya que estamos en un dojo...—Larusso repasó el lugar con los ojos y sonrió triunfalmente al ver dos bos en el lugar—. Pilla.
Melody atrapó aquel palo con facilidad y luego lo miró con curiosidad.
—¿Qué es esto?
—Es un bo. ¿Alguna vez has ido a pescar?—preguntó Sam con una sonrisa y Melody sonrió mientras observaba aquel objeto entre sus manos.
Eso iba a ser divertido.
(...)
MELODY CONSIGUIÓ BLOQUEAR UN ATAQUE DE SAM y ambas sonrieron con las respiraciones agitadas.
—Ya estás lista, pequeña Yedi—Bromeó Larusso y la otra chica rió.
—¡Sam!—Llamó Daniel desde fuera.
La aludida abrió las puertas del dojo y se acercó a Miguel y a su padre, que parecían llevarse bastante bien.
—He quedado con mamá, hazme el favor de tapar el coche—Los ojos del hombre se clavaron en Melody, que se había apoyado en una de las puertas con el bo en la mano—. Veo que habéis estado practicando.
—Le estoy pillando el tranquillo—Presumió Melody y Sam bufó mientras ponía los ojos en blanco.
—Está siendo modesta, se le da genial luchar con el bo.
—Bueno, reducid el combate al mínimo—Dijo el hombre mirando fijamente a Miguel—, ¿entendido?
—Sí, señor.
—De acuerdo—Daniel se subió a su coche y se alejó, mientras el latino se acercó a Sam y la otra chica lo observaba desde lejos.
—Me ha dado la mano, esto es buena señal, ¿no?—Le preguntó a la chica Larusso y esta sonrió.
—Sí, aunque no sabía que ahora Melody era parte de nuestra familia como para que se pusiera en modo papá oso—La aludida rió y se acercó a ellos.
—Solo le recuerdo a mi madre, eran buenos amigos
—Sí, me contó algo sobre ella.
—Si se sentara a hablar con vuestro sensei así, nos ahorraríamos muchos problemas—opinó Sam.
—No lo veo probable—Dijo Miguel y luego miró a Melody, ya que se le había iluminado la cara de la misma forma que cuando tenía una idea—. ¿Qué pasa?
—Tengo una idea—Anunció Peters con emoción.
(...)
ERA OBVIO QUE LOS DE MIYAGI-DO NO IBAN A ESTAR MUY CONTENTOS con la aparición de los estudiantes de Eagle Fang Karate en la casa de Sam, pero Melody se esperaba que reaccionaran mejor.
—¡Ni de coña! Tiene que ser una broma.
—¿Qué haces tú aquí? ¿Dónde está el barril? ¿Me he comprado el gorro para nada?
—¿Una encerrona para juntarnos? ¿Por qué?—preguntó Demetri.
—Sé que no nos llevamos demasiado bien, pero ahora Cobra Kai es la amenaza—Melody asintió con las palabras de Sam—. Para todos nosotros.
—Creemos que hay más opciones si unimos fuerzas—Habló Miguel—. Dos dojos son más fuertes que uno.
—Esto es de coña.
—Sí.
—Pues a mí me parece buena idea—Todos se giraron hacia Liam, que seguía sentado en el sofá, para nada molesto por la aparición del otro dojo—. ¿Qué? ¿Cómo era eso que se dice?... La unión hace la fuerza, ¿verdad?
—Todos hemos hecho cosas malas.
—Cómo romper el brazo de Demetri.
—Empezasteis vosotros.
—¡Casi me echan!
—Como odio ese careto que tienes.
—Si te murieras, no iría ni a tu entierro.
—¡Suficiente!—Exclamó Melody y todos se callaron y la miraron—. Todos al sofá—Al ver que nadie se movía volvió a exclamar—. ¡Ahora!—Los estudiantes se apresuraron a colocarse en los sofás enfrentados.
—Esto no va a funcionar—opinó Miguel.
—Debe hacerlo—Sam se plantó entre los dos sofás junto a Miguel y Melody—. Tenemos una oportunidad de arreglar las cosas. Solos somos nada, pero, juntos, podemos lograrlo. Si no superamos el pasado, las peleas no acabarán nunca. Debemos enfrentarnos al enemigo. Esta rivalidad tiene que acabar, de una forma u otra.
—Así que si Cobra Kai quiere pegar primero, bien. Pero hagamos que se arrepientan de hacerlo—Finalizó Peters con convicción.
(...)
—NO PUEDO SER MÁS CLARA: EAGLE FANG Y MIYAGI-DO TIENEN QUE COOPERAR—Repitió Sam por quinta vez en la noche.
—Aunque quisiéramos unirnos, no funcionaría.
—No con esa actitud, está claro—Murmuró Melody.
—El estilo de Cobra Kai combina con el nuestro como...
—¿Aceite y vinagre?
—No, nada de aderezos. Como los British Bulldogs y The Hart Foundation.
—Eran amigos, idiota.
—No en WrestleMania 3, Alientopolla.
—No me llames Alientopolla, solo ellos pueden.
—¿Y por qué se lo permites?
—Mira, a la mierda. Venga, vamos—Mitch y Bert se levantaron y Sam miró a Melody y a Miguel en busca de ayuda.
—¡Eh, gallinas!—Todos miraron a Demetri sorprendidos—. Esto es exactamente lo que quieren los gilipollas de Cobra Kai. Tú estabas con ellos, otro gilipollas. Y tú.
—Yo no soy gilipollas—Murmuró Chris.
—Y...—Demetri miró a Melody.
—Que ni se te pase por la cabeza—El chico señaló a la chica, indicando que le quedaba clara aquella amenaza discreta.
—Y yo también, o al menos quería serlo. Pero ahora Cobra Kai es la mejor colección de gilipollas del Valle, liderada por los reyes de los gilipollas. Sin ofender—Le dijo a Melody al referirse a su padre.
—Como si le cortas los frenos del coche—Habló la castaña mientras se encogía de hombros.
—Así que si unirnos a Eagle Fang... Nombre raro, por cierto... Evita que nos sigan jodiendo a todos, seríamos gilipollas por no hacerlo—Demetri suspiró—. Lo siento por decir tanto gilipollas. Siempre fardo de grandilocuencia, pero... es un momento emotivo.
Mitch y Bert se sentaron de nuevo y Liam se acercó a Demetri para darle una palmadita en el hombro.
—Bien hecho, gilipollas—El chico miró al ruloso con el ceño fruncido—. Eh, dijiste que querías serlo, yo solo hago tu sueño realidad—Anderson le sonrió y el otro puso los ojos en blanco.
—Bueno, ¿por dónde empezamos?—Sam y Melody se miraron con una sonrisa decidida antes de asentir con la cabeza.
Aquello acababa de empezar.
(...)
—VALE, ESTAMOS DE ACUERDO EN QUE EL NUEVO DOJO COMBINADO debería entrenar en Miyagi-Do. Pero seguimos sin decidir nombre, diseño del gi, picoteo ni el protocolo de resolución de disputas entre senseis—Enumeró Demetri.
—Lo de los estilos no es algo por lo que preocuparse—Habló Melody—. Todos sabemos que Cobra Kai va a pegar primero, y, basándonos en hechos anteriores...—La chica miró a Miguel recordando el día de la pelea—, la defensa no es suficiente. Así que combinaremos defensa, que es el estilo de Miyagi-Do, y ataque, que es el de Eagle Fang.
—Bueno, no es mucho, pero ya es un comienzo—opinó Demetri.
El maullido de un gato rompió el pequeño silencio que se había formado.
—Aw, creo que tu gato quiere entrar—Bert se levantó de su silla—. Ven, gatito.
—Estuve aquí ayer y no teníais gato—Le dijo Melody a Sam, que parecía muy confundida—. ¿Estoy ciega o...?
—No lo viste porque no lo tenemos—Aseguró Larusso.
En ese momento, la ventana de la cocina se rompió cuando el cuerpo de Bert chocó contra ella. Todos se acercaron rápidamente al rubio con preocupación.
—Bert, ¿qué ha pasado?
—No era un gato.
Hawk y Kyler aparecieron por la puerta trasera, acompañados de varios estudiantes de Cobra Kai.
—Hora de la venganza, Rea—Le dijo el asiático a Miguel, que parecía tener un deja-vu con aquel chico.
El latino y Melody ayudaron a Bert a levantarse y luego la castaña se interpuso entre él y el asiático, como si eso fuera a proteger al pelinegro.
—Al lío.
La puerta principal se abrió con un golpe sordo y todos se giraron hacia ella, sobresaltados. Tory había pateado la puerta, y estaba entrando con los ojos clavados en Melody como dos dagas venenosas.
—Hemos oído que dabais una fiesta. ¿Os importa que nos unamos?—Melody sintió como su corazón comenzaba a acelerarse con las palabras de la rubia.
—Tory, no tienes que hacer esto—Le dijo Miguel.
—Demasiado tarde. Esto se acaba hoy. ¡Sin piedad!
Con esas dos palabras se desató el caos.
Puñetazos, patadas, golpes... Todo el mundo daba y recibía, pero Melody solo tenía un objetivo.
—Tienes que salir de aquí—Le dijo a Miguel mientras tiraba a un Cobra Kai al suelo con una patada.
—¿Qué? ¡No! ¡No pienso irme!—Protestó el pelinegro.
—Miguel, o te vas, o te echo yo, pero no voy a dejar que te quedes—Lanzó un puñetazo al chico que se acercaba para atacar a la espalda del latino.
—¿Por qué?—preguntó con confusión.
—Porque no pienso dejar que te hagan daño, no de nuevo—Dijo con firmeza, pero Miguel pudo notar el leve temblor en su voz. Estaba aterrada.
—No voy a huír, Melody—Adjudicó para después tomarla de las manos—. Pero tampoco me va a pasar nada, te lo prometo.
Melody miró al chico a los ojos aún con sus dudas, pero algo en su interior le dijo que aceptara, así que eso hizo.
Asintió mientras apretaba las manos del chico entre las suyas.
—Está bien. Pero voy a matar al que te haga un rasguño.
—Oh, vamos, sabes que tú eres la única que puede llegar a tirarme al suelo—La castaña sonrió, aún que estaba muy preocupada.
«Sabéis que estáis en medio de una pelea, ¿no?»
Un puño voló directo hacia la cabeza de la chica, pero usó las manos de Miguel para poder doblar su espalda hacia atrás y poder esquivarlo sin caerse.
Sintió una especie de frío en cuanto sus manos se separaron, pero siguió peleando contra aquel chico.
No sabía cuánto tiempo llevaban peleando cuando oyó un cristal romperse y luego la luz de la sala en la que estaba se apagó ya que Sam había lanzado a alguien contra los interruptores. Consiguió dejar al chico contra el que estaba peleando inconsciente con un puñetazo, pero cuando se giró, se quedó paralizada durante unos segundos.
Tory iba hacia ella, y no con buenas intenciones.
Tragó saliva al sentir la garganta seca y se puso en posición de combate.
—Tory, por favor. ¿No podemos...?
La rubia no la dejó acabar la frase ya que rompió un jarrón contra su cabeza.
Melody cayó al suelo, aturdida. Todo le daba vueltas y sintió un líquido caliente resbalar por su cabeza. Al llevarse la mano al sitio del impacto, vio que era sangre.
Levantó la cabeza, aún con la vista un poco borrosa y pudo distinguir la sonrisa macabra de Tory.
—Vas a pagar, zorra.
«Big M, sé que estás un poco cú-cú ahora mismo, pero creo que es un gran momento para usar esas piernecitas tan bonitas que tienes y salir corriendo.»
Melody apretó su mano en un puño y rodó por el suelo, esquivando una patada de Tory en el último momento. Se puso de pie como pudo y corrió, un poco desorientada por el golpe.
Sabía que la rubia le seguía, pero solo necesitaba ganar tiempo.
Abrió la puerta del dojo que Sam tenía en casa y se llevó la mano a la herida cuando sintió una punzada de dolor.
¿Qué estaba haciendo? Huír era de cobardes, y ella no era una cobarde. Por muy aturdida que estuviera, sabía que tenía que plantarse y enfrentar a Tory. Sin embargo, la parte de su interior que estaba aterrorizada, no la dejaba reaccionar correctamente.
Se giró cuando escuchó unos pasos detrás suyo y su respiración comenzó a fallar cuando vió a Tory acercarse a ella.
Lo siguiente que sintió fue una patada tan fuerte en la cara que consiguió tirarla al suelo.
—Sinceramente, Peters, creía que opondrías más resistencia—Melody observó desde el suelo cómo Tory cogía unos nunchakus de una estantería—. Supongo que tendré que buscar la forma de divertirme.
Peters se levantó con dificultad, pero volvió a acabar en el suelo al esquivar un golpe de los nunchakus que iba directo a su cabeza.
Volvió a levantarse y, aunque se sentía un poco mareada, se plantó delante de Tory.
—¿A dónde vas a ir, Peters?
Otro golpe directo a su cabeza que logró esquivar justo a tiempo. Melody miró la foto de la cuál la rubia acababa de romper el marco y se acordó de las palabras de Johnny que eran tan parecidas a las de Daniel.
Al final, solo tú puedes levantarte a ti misma. Y lo harás, créeme, porque eres la persona más fuerte que conozco. Solo necesitas volver a encontrar esa fuerza dentro de ti.
Era ahora o nunca, tenía que demostrarle a Tory que era fuerte, pero también a sí misma.
Se levantó con decisión y tomó un bo que estaba apoyado en una de las paredes de aquel lugar.
Veamos si Sam tenía razón y soy tan buena como dice.
Después de luchar durante un rato, Melody consiguió que Tory se tambaleara al darle con el bo en el estómago.
Sin embargo, no fue suficiente para que la rubia se rindiera.
Tory insistió en darle con los nunchakus pero la habilidad de Melody con el bo no la dejó.
Cuando la rubia envolvió su arma alrededor de aquel palo, Peters vio la oportunidad para empujarla contra una pared y quitarle los nunchakus, así que eso hizo.
Tory soltó un gruñido al sentir su espalda chocar contra una superficie dura y cuando la chica le arrebató los nunchakus se puso en posición de combate mientras la castaña la apuntaba con el bo, dispuesta a pelear.
—¿No puedes parar y escucharme por una vez?—Exclamó la castaña con cansancio.
—¡Chicas, parad!—Gritó Miguel mientras entraba junto a Hawk, Demetri, Liam y Sam.
Melody miró la cara del latino con horror, había mucha sangre en ella.
Sin dudarlo, dejó caer el bo y se acercó a él para tomar su cara entre sus manos.
—¿Estás bien?—preguntó completamente preocupada y analizando su rostro, encontrándose cada vez con más heridas.
—Sí, ¿y tú?—Ella asintió, aún sintiendo la herida de su cabeza arder.
—Tory, la pelea ya ha acabado—Anunció Hawk.
—De eso nada. Esto nunca se acabará, Peters. ¿Me oyes?—Le dijo Tory y ella se giró hacia la rubia con decisión.
—Eso es gracioso, porque hace unos minutos decía que esto se acabaría hoy. Aclárate, Tory—La rubia la fulminó con la mirada mientras sentía su sangre arder—. Pero si algún día quieres acabarlo, ven a buscarme, porque no te tengo miedo.
Tory se acercó a Hawk y a Miguel y los miró con furia.
—¡Traidores! Ándate con cuidado—Le dijo al pelirrojo antes de comenzar a caminar.
—No le hará falta. Ya tiene amigos que cuidan de él—Tory miró mal a Demetri antes de irse. —Lo has intentado—Le dijo Liam a Demetri mientras le daba palmaditas en el hombro.
Miguel tiró del brazo de Melody para atraerla en un abrazo, ya que era algo que sabía que ambos necesitaban. La castaña se aferró al cuerpo del chico y soltó un suspiro en su pecho.
—Feliz Navidad a todos—Dijo con la voz medio silenciada por la anatomía del latino y todos rieron.
—Mels, estás sangrando—Señaló Miguel mientras se separaba de ella y le examinaba la cabeza.
—Estoy bien, te lo prometo—La chica le apartó la mano de su cabeza y la tomó entre las suyas para después dedicarle una sonrisa.
Sus ojos viajaron a Hawk, que tenía la vista clavada en el suelo con vergüenza.
—Supongo que has cambiado de opinión—El chico asintió lentamente y luego la miró con arrepentimiento bañando su mirada.
—Lo siento muchísimo, Melody. No debería...
—No pasa nada—Lo cortó—. Creo que todos sabemos en lo que Cobra Kai puede convertirte, tú solo eres una víctima más.
—Eso no quita que lo que dije estuvo mal.
—Ya bueno, sigue estando mejor que cuando Demetri dijo que Harry y Ginny no deberían acabar juntos—Todos rieron menos el aludido que se cruzó de brazos, ofendido—. Anda, ven aquí—Los dos se envolvieron en un cálido abrazo—. Eso sí, vuelve a decirme algo así y te arranco la cresta, ¿me has entendido?—Dijo sobre su hombro y notó el cuerpo de Eli vibrar con una suave risa.
—Entendido.
—Bien—La chica se giró hacia Miguel y lo volvió a mirar con preocupación—. ¿Seguro que estás bien?—El latino asintió con una pequeña sonrisa—. Anda, vamos a casa a curarte esas heridas.
Melody tiró del brazo de aquel chico y ambos caminaron en silencio con los dedos entrelazados por las calles del Valle, ignorando el hecho de que otra pelea se avecinaba, y esta vez con mayores consecuencias.
(...)
CUANDO JOHNNY LOS VIO EN AQUEL ESTADO, no dudó en volver a subirse a su coche y conducir a toda velocidad hasta el antiguo dojo.
Así que Melody y Miguel no dudaron en ir corriendo tras él para intentar evitar que hiciera alguna estupidez.
Les sorprendió bastante encontrarse con Samantha saliendo casi corriendo de su coche aparcado en el aparcamiento de la zona en la que estaba Cobra Kai.
—¿Sam? ¿Qué haces aquí?—preguntó la castaña con la respiración agitada.
—Mi padre se volvió loco y salió directo hacia aquí, tenemos que hacer algo antes de que sea demasiado tarde—Habló Larusso con rapidez.
—¿Qué tal ahora?—Cuestionó Miguel al ver aquella escena que estaba teniendo lugar fuera del dojo.
Las dos chicas miraron a Daniel a punto de acabar con Kreese. Para siempre.
—¡Papá!
—¡Daniel!—Los tres chicos se acercaron corriendo a los tres adultos y frenaron de golpe cuando se encontraron con los cristales rotos en el suelo y los cortes en las anatomías de los mayores.
—Aleja a tus Cobra Kai de nuestros hijos—advirtió Larusso con furia.
Kreese se levantó cómo pudo—Es un país libre.
—No para tí—Habló Johnny—. Cobra Kai tiene que irse. Para siempre.
—Deberías haberlo pensado antes de fundarla de nuevo, ¿no crees, Lawrence?—preguntó Chris apareciendo a través del agujero que habían formado Kreese y Daniel hace unos momentos.
Johnny había dejado a Scott inconsciente con facilidad al principio de la pelea, pero ya había despertado el muy hijo de...
Kreese alzó una mano, ganándose la atención de todos.
—Solucionemoslo a la antigua usanza. En el campeonato—Daniel y Johnny se miraron y los tres adolescentes hicieron lo mismo entre ellos—. Si perdemos... nos vamos. Si perdéis...
—No perderemos—aseguró Lawrence y Melody suspiró. Siempre había que oír las condiciones o podrían manipularlas, era una regla básica.
Los menores se acercaron a los adultos con cuidado.
—¿Estás bien, sensei?—preguntó Miguel mientras Peter examinaba al rubio en busca de algún rasguño.
Sin embargo, el ruido de unos pasos dentro del local llamó su atención.
—¿R-robby?—Cuestionó ella muy sorprendida.
—Robby...—Comenzó Johnny al ver la herida que le había dejado a su propio hijo sin querer.
Melody miró a Johnny sin entender nada, luego a Daniel y finalmente a los senseis de Cobra Kai y a su nuevo estudiante.
—¿Q-que...?—Balbuceó con la vista clavada en el que fue su amigo.
—Largaos de aquí—Keene miró a Melody fijamente, que lo observaba completamente dolida—. Todos.
—Vamos, hijo—Le dijo Kreese antes de guiarlo dentro, seguido de Chris.
Vale, eso sí que no se lo esperaba. Sabía que Robby estaba enfadado pero, ¿unirse a Cobra Kai? Eso sí que era otra cosa completamente distinta.
Y Melody volvió a sentir la culpa revolverse en su interior.
¿Había sido demasiado dura con él?
(...)
MIYAGI-DO SE PREPARABA PARA SU PRÓXIMO ENTRENAMIENTO en el jardín de su dojo pero, antes de que comenzara la clase, Miguel y Melody aparecieron.
Ambos le sonrieron a los estudiantes y luego la chica se colocó al lado de Sam mientras chocaban los puños y el latino se unía a Liam, que lo recibió con una sonrisa y una palmadita en el hombro.
El resto de estudiantes de Eagle Fang los siguieron, reuniéndose cada uno con sus antiguos amigos y compañeros de los que se habían separado por aquella estúpida rivalidad.
Por último, Johnny Lawrence apareció, uniéndose a Daniel Larusso en el liderazgo de aquella clase. Ambos saludaron a la clase, y luego se saludaron entre ellos.
Todos sabían que esa era la única forma de poder pararle los pies a Cobra Kai y a sus senseis para siempre. Así que eso harían.
—¿Listos?
—¡Empecemos!
¡SE ACABÓ EL TERCER ACTO!
Pero, don't worry, continuaré la historia cuando salga la cuarta temporada (PARA LA QUE QUEDAN ONCE DÍAS AAAAAAA *gritos de perra loca*). Así que si queréis decirme cuál ha sido vuestra parte favorita, podéis comentarlo :)
Bueno, nunca pensé que esto pasaría, pero shipeo a Liam y a Demetri muchísimo y creo que se ve un poco en este capítulo fhjsgfuka los amo.
Also, MIGUELODY SUPREMACY, el día que tengan un beso normal hacemos una fiesta, ¿trato?
Y ANTES DE NADA... MUCHÍSIMAS GRACIAS POR LAS NUEVE MIL LEÍDAS Y MÁS DE MIL VOTOS, DE VERDAD LOS AMO MUCHÍSIMO Y NO LOS MEREZCO <3!!
Una última cosita, ya publiqué MONSTER, que es mi fanfic de Peter Parker (Tom) vayan a leerlo si quieren uwu.
Por último, ¡felices fiestas a todos! No os olvidéis de manteneros seguros porque aún hay covid y de beber mucha agua (y champán uwu).
¡NO MERCY, REINDEERS!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top