𝐄𝐈𝐆𝐇𝐓. collapse
𝐎𝐂𝐇𝐎. ❛ desmoronarse ❜
MIGUEL ESTABA TENIENDO UNA SEMANA HORRIBLE, y había ido a peor desde que Melody le había contado todo. Su mente estaba activa durante todo el día, pensando en Sam y su padre, pero también en Melody y el suyo. A veces quería tirarse de los pelos.
Su vecina le preocupaba mucho. Aunque ella intentara que no se notara, se le veía más ausente y distraída, ya que Díaz podía ver que estaba encerrada en sus propios pensamientos. ¿Lo peor? Que se sentía impotente al recordar las palabras de Melody.
Y eso no había sido todo, cuando fue a casa de Sam para seguir el consejo de Hawk, se encontró con un chico cenando con su familia.
Un chico que tenía pinta de todo menos de su hermano.
Así que después de que su novia rechazara su petición de ir a su casa para conocer a su padre, su cabeza comenzó a dar más vueltas y le contó a sus amigos —que estaban sentados en un parque— todo lo que estaba pasando. O casi todo.
—Come algo, te hará sentir mejor—Aconsejó Demetri al ver el sandwich intacto de Miguel.
—Ya te dije que no tengo hambre—Respondió con un tomo deprimido para luego mirar fugazmente a Melody, que leía un libro sentada en el bordillo que había enfrente del banco en el que estaban todos.
—Aún creo que estás exagerando.
—No estoy exagerando, sé lo que vi—Remarcó el latino.
—Vale, la viste cenar con un mamón—Eli le dio una patada a Bert en la cara, tirándolo al suelo, y se acercó al resto—. Será su hermano.
—No. Un hermano no mira a su hermana así.
—Depende de en qué estado vivas—Añadió Demetri con los ojos en un punto fijo en la hierba seca, el verano estaba cerca.
—No quiero que me pase lo mismo que al sensei—Miguel volvió a mirar cómo Melody se mantenía callada, con los ojos clavados en el papel.
—Ve a por él, pártele la cara y que sepa que no tiene una oportunidad—Opinó Hawk ganándose una negación de cabeza por parte de su amigo.
—No hagas caso a Eli.
—Soy Hawk—Corrigió con tono molesto.
—Sí, lo que tu digas—Murmuró—. La cosa es, no te ha dado motivos para desconfiar.
—Ya, tienes razón—Reconoció el latino.
—Pero ¡será zorra!—Exclamó Aisha mirando a su móvil—. ¿Recordáis mi vídeo partiendo la tabla?
—Sí.
—Mirad lo que comentó Yasmine—La chica le mostró el comentario a sus amigos y estos leyeron "increíble que te puedas anudar el cinturón"—. Tengo que hacer algo.
—Podemos secuestrarla y que mi amigo Rico le tatúe "zorra" en la cara—Dijo Hawk con una sonrisa, orgulloso de su idea.
—Cálmate, Hawk—Eli miró mal a su amigo.
—Oigo cómo lo dices, y no me gusta—Demetri rodó los ojos con fastidio mientras Miguel volvía a mirar a Melody, que seguía en la misma posición que las otras veces.
—Espera, tengo una idea mejor—Interrumpió Aisha, volviendo a enseñar su móvil.
—¿Yasmine da una fiesta en el cañón?—Preguntó el pelinegro.
—No si nosotros pegamos primero—Todos se miraron con unas sonrisas.
—¡Fiesta en el cañón!—Gritó Hawk acompañado de un grito eufórico—. Melody, ¿te apuntas?—La castaña ni se inmutó con la pregunta—. ¡Melody!—El peliazul le lanzó una pequeña piedra que hizo que se sobresaltara.
—Oh, em... Lo siento, ¿qué decíais?—Preguntó Peters apartándose el pelo de la cara con nerviosismo y miró fugazmente a Miguel, lo necesario para ver aquella mirada de preocupación que tanto odiaba. Debería de haberse quedado callada aquel día, ahora siempre la trataba como si fuera de cristal y eso no le gustaba nada.
—Haremos una fiesta en el cañón, ¿te vienes?—Repitió el chico de la cresta con una sonrisa, pero esta se esfumó con la respuesta de la castaña.
—Oh, hoy no puedo, lo siento—Melody se levantó cerrando su libro y cogiendo el skate—. Tengo que... hacer algo. Nos vemos mañana—Añadió rápidamente y luego dio media vuelta y se alejó de sus amigos con paso acelerado.
—Está rara, ¿no creéis?—Preguntó Demetri.
—Ella es rara—Añadió Eli un poco molesto por el rechazo.
—Pues más rara de lo normal.
—¿En qué sentido lo preguntas?—Cuestionó Miguel con curiosidad, le relajaba no haber sido el único que había notado el cambio repentino en el comportamiento de la chica.
—En el sentido de que estaba con el libro abierto y con la vista clavada en la misma página por diez minutos. Y era un libro de Harry Potter—Todos asintieron dándole la razón a Demetri, algo pasaba con Melody, y era algo gordo.
—A lo mejor es la ruptura—Opinó Aisha al recordar su actitud extraña desde que Liam y Melody se separaron.
—Sí, probablemente sea eso—Dijo Hawk y Miguel simplemente suspiró.
Estaba harto de Christopher y de no poder hacer nada para impedir que le hiciera daño a Melody sin perderla en el proceso. Apretó sus puños con rabia y luego siguió a sus amigos a la tienda, aún con su cabeza llena de pensamientos sobre su vecina y de vez en cuando del problema de su novia.
(...)
LA PUERTA DEL PEQUEÑO APARTAMENTO SE ABRIÓ, mostrando a la hija de Marie más distraída que de costumbre.
—Y al fin llegas—La voz de la mujer sobresaltó a la castaña.
—Mamá, pensé que trabajabas—Melody se acercó a su madre y le dio un beso en la cabeza para después abrazarla por la espalda—. ¿En qué estás trabajando?
—La verdad es que acabo de acabar un vestido para mi preciosa hija en forma de disculpa por mi ausencia estos meses—Marie le mostró el vestido rojo corto con pequeñas florecillas y Melody ladeó la cabeza con una sonrisa tierna.
—No tenías por qué—La menor tomó la prenda en sus manos—. Gracias—Dijo estrujando la anatomía de su madre contra la suya, pero se separó al oír una suave tos proveniente de su madre—. ¿Estás bien?
—Sí, sí, hoy pusieron el aire acondicionado en la boutique y creo que tengo un catarro, eso es todo—La adolescente asintió y se dejó caer en la silla al lado de su madre después de escanear la casa y asegurarse de que Chris no estaba—. ¿Dónde estabas?
—Oh, con Miguel, Demetri, Hawk y Aisha en el parque planeando una fiesta. O eso creo que hacían—Susurró y luego sacudió la cabeza—. La verdad no sé, no voy a ir de todas formas.
—¿Por qué no?—Preguntó Marie con el ceño fruncido.
—Las fiestas no son lo mío—La menor se encogió de hombros.
—Pero si nunca has estado en una.
—Porque no son lo mío—Respondió con gracia.
—Vas a ir. Y te vas a poner eso—La mujer señaló el vestido—. Nada de peros, ve a arreglarte. Yo te llevo, tengo que volver al trabajo.
—No hace falta...
—No, Melody. Vas a ir porque eres una asolescente y necesitas divertirte y pasar tiempo con tus amigos, ¡hasta emborracharte! Yo también era como tú de joven hasta que el rubio molesto que vive al otro lado me arrastró a una fiesta, así que ahora soy yo tu rubio molesto—Melody se mordió el labio inferior intentando reprimir la carcajada que amenazaba con salir de su garganta—. ¿Qué es tan gracioso?
—Iba a decir que no hacía falta que me llevaras, puedo ir patinando—La menos rió al ver la expresión sorprendida y avergonzada de su madre, y se acercó a darle un beso en la mejilla—. Eres la mejor madre de todas.
(...)
EL VIENTO LE DABA DE LLENO EN LA CARA, PROVOCANDO QUE SUS MECHONES CASTAÑOS VOLARAN y que la falda de su vestido se ondulara mientras su cuerpo se mantenía en un equilibrio perfecto sobre la tabla del skate.
Recogió el skate del suelo al llegar al cañón y se acercó sigilosamente al grupo de Yasmine, que estaba parado en la cima de la pequeña colina.
—Dile a esos pardillos que se larguen—Le dijo la rubia al asiático.
—Sin problema—Kyler dio unos pasos pero frenó en seco al ver a Miguel entre la multitud—. ¿Sabéis qué? Podemos buscar otro sitio, irnos a casa o lo que sea—El asiático se dio la vuelta, encontrándose con Melody y retrocediendo un poco por el miedo a que le pateara la cara de nuevo.
—Sí, mejor iros a casa a llorarle a mamá y no nos arruinéis la fiesta—Le dijo la castaña y él y su amigo gordito se dirigieron al coche con paso apresurado. Peters miró a Yasmine, que estaba parada a su derecha y le sonrió falsamente—. Es tu cumpleaños, ¿verdad? ¡Felicidades! Estás un año más cerca de volverte arrugada como una pasa, esperemos que no pierdas tu maravilloso encanto con los años—La rubia abrió la boca ofendida al notar el sarcasmo en la voz de Melody y está se encogió de hombros con una sonrisa—. ¡Adiós!—Dijo antes de bajar la pendiente y dirigirse hacia sus amigos.
Después de saludar a Hawk y a Demetri, se dirigió hacia Miguel y Aisha, que estaban al lado del cubo de cervezas.
—Más despacio vaquero, no me apetece explicarle a tu madre por qué acabaste inconsciente—Aisha se giró rápidamente al escuchar la voz de su amiga y el pelinegro paró de beber el contenido de la botella de vidrio.
—¡Melody! ¡Has venido!—Las dos chicas se dieron un abrazo—. ¿Quieres algo de beber?
—No, gracias. Hoy no—Peters le dedicó una sonrisa de agradecimiento.
—Oh, por cierto, ha venido Liam. A lo mejor quieres ir a saludarlo—Añadió Aisha con tacto. Los amigos más cercanos de Melody sabían lo de la ruptura y, aunque no supieran la razón, la habían apoyado y consolado.
—Iré a buscarlo entonces—La castaña se despidió de los dos chicos con una sonrisa y buscó aquellos rizos entre la multitud.
No tardó en localizarlo sentado en un tronco y con una cerveza en la mano, y dudó un momento en si debería ir a hablarle. Después de que lo suyo acabara, habían hablado pocas veces pero, si era completamente sincera, echaba de menos pasar tiempo con él, aunque fuera como amigos.
—Hey—Saludó mientras se sentaba a su lado y el chico la miró sorprendida.
—Hey, ¿qué haces aquí?—Preguntó con tono de sorpresa y Melody lo miró con una ceja alzada—. Me refiero, no te gustan las fiestas—Aclaró.
—¿Te creerías si te digo que me obligó mi madre?—Cuestionó ella arrugando la nariz y luego ambos rieron—. Me dijo que tenía que disfrutar de mi juventud y esas cosas.
Hubo un pequeño silencio para nada incómodo entre ellos mientras el ruloso bebía de la botella que sujetaba su mano derecha.
—Sé que fui yo la que acabó con lo nuestro pero...—Liam miró a la chica que jugaba nerviosamente con sus dedos y le puso una mano encima, causando que ella riera levemente al recordar que ella había hecho lo mismo con él unos meses atrás antes de darse su primer beso— echo de menos tenerte como amigo. Y si no necesitas tiempo o espacio por mi parte, me gustaría ser tu amiga de nuevo—El chico sonrió y apartó su mano de la de la castaña, dándose cuenta de que ya había superado sus sentimientos por ella.
—Me encantaría—Melody le sonrió y ambos se abrazaron, pero se separaron al escuchar la voz de Moon a su lado.
—Melody, ¿podemos... em, hablar?—La chica miró a Liam y este asintió.
—Claro—Dijo mientras se levantaba.
Después de pedirle perdón varias veces y que Peters le dijera que no se preocupara que eso era agua pasada y que agradecía sus disculpas, Melody y Moon continuaron hablando y dándose cuenta de que se llevaban bastante bien.
El cielo se había cubierto de un tono oscuro y se notaba el cambio en el ambiente de la fiesta. El olor a alcohol era más notable y había parejas que no separaban sus labios ni aunque viniera un tsunami.
Melody observaba a sus amigos divertirse y eso hizo que sintiera un poco de paz interior, olvidándose de Chris por un efímero momento. Pero esa paz fue interrumpida por un Liam demasiado ciego por culpa del alcohol como para caminar.
La castaña lo sujetó justo a tiempo de que se cayera y rió suavemente al ver la mirada de sorpresa del chico.
—Hey, Melody—Anderson arrastraba las palabras y la chica arrugó la nariz al notar en su aliento las muchas cervezas que se había tomado—. ¿Sabes? Te vi llegar hace un rato, parecías un dragón rojo con ese vestido y el viento en tu cara. Estás muy guapa hoy. No es que no lo estés todos los días pero... Bueno, fue bonito mientras duró—Melody frunció el ceño mientras aún sujetaba al chico.
—¿El qué?
—Lo nuestro. Los mejores meses de mi vida sin duda. Aunque podrían haber sido mejor si nos hubiéramos dicho te quiero—La castaña suspiró apenada—. Pero, estuve pensando ¿sabes? Y no creo que aunque me lo dijeras yo te lo hubiera dicho de vuelta porque no estoy seguro de sentir eso. Osea sí me gustas, o me gustabas, pero no creo que mis sentimientos pasaran de eso, ¿entiendes?—La chica le sonrió. No se sentía enfadada, por alguna razón se sentía liberada al saber que Liam sentía lo mismo que ella—. ¿Desde cuándo tienes el pelo naranja?—Cuestionó tomando un mechón con su mano y observando los reflejos de color ámbar en el pelo de Peters a causa de la luz que emitía la hogera a su izquierda.
—Vale, Marty Mcfly, vamos a sentarte un rato—Melody guió a su amigo hacia un tronco y lo sentó allí con cuidado, pero el chico miró hacia el cielo y siguió levantando la cabeza provocando que se cayera al otro lado de la madera y que la castaña lo tuviera que levantar mientras reía suavemente.
Sin embargo, sus ojos fueron a parar a Samantha bajando la pendiente de la mano de... ¿Robby? ¿Qué demonios hacía Robby en aquella fiesta? Frunció el ceño con confusión y luego abrió mucho los ojos al darse cuenta de que no era la única que se había dado cuenta de la presencia del chico ya que un Miguel muy borracho iba hacia ellos—. Oh mierda—Murmuró—. Quédate aquí, ¿vale? No te muevas—Le ordenó a Liam, que parecía fascinado con sus propios rulos.
Se acercó rápidamente a ellos y se posicionó a la derecha del latino—Hey, Sam—Miró a su amigo con las cejas alzadas y Robby le devolvió una mirada confusa.
—¿Quién es este?—Preguntó Miguel.
—¿Este es tu novio?—Le preguntó el castaño a Sam y luego miró a Melody con el ceño fruncido.
—Si, Miguel, Melody, este es Robby. Trabaja con mi padre—Peters quería ponerle una cinta en la boca a Larusso, ya que simplemente estaba empeorando las cosas.
—Oh, con tu padre.
—Miguel—Melody lo tomó del brazo pensando en la manera de calmarlo pero no se le ocurría nada. Estaba en blanco.
—Claro, eso tiene mucho sentido.
—¿Eso qué quiere decir?—preguntó Sam con el ceño fruncido por la actitud de su novio—¿Has bebido?
—¿Qué comes que adivinas?—Murmuró Melody, pero se arrepintió al momento.
«¡Este no es el momento para ser sarcástica Big M!» Dijo la vocecita en su cabeza con aquel apodo que usaba siempre que se refería a ella.
—No, no, no. No cambies de tema. Llevo todo el día escribiéndote y llamándote, y no contestas—Melody apartó sutilmente a Miguel de Sam, poniéndole una mano en el pecho que no pasó desapercibida para Robby.
—Mi madre me quitó el móvil—Explicó la chica.
—¡Qué casualidad!
—Vale, Miguel, creo que deberías calmarte un poco—Opinó Peters haciendo que el chico lo mirara enfurecido.
—¿Te vas a poner de su parte?—Le preguntó con la voz alzada.
—¿Qué? No me pongo de parte de nadie, solo intento impedir que hagas una estupidez—El pelinegro se zafó del agarre de la chica bruscamente, poniendo a Robby en guardia.
—Oye, tío...
—¡Lárgate de aquí!—El latino empujó a Keene, haciendo que se cayera al suelo.
—¡Miguel, para!—Exclamó Sam.
—¿Quieres intentarlo otra vez?—Preguntó Robby mientras se levantaba del suelo.
—Sí, sí quiero.
—No, para—El puño de Miguel que iba dirigido al otro chico impactó en Sam en cuanto la chica se puso en medio intentando evitar la pelea.
—Sam, lo siento—Le dijo el pelinegro al darse cuenta de lo que había hecho.
—¡Gilipollas! ¿Qué coño haces?—Preguntó Samantha enfadada—. Mi padre tenía razón sobre Cobra Kai. Mucha suerte en el campeonato. Yo no iré—Y dicho eso se fue, con Robby siguiéndole los talones después de mirar a Melody una última vez.
Miguel se giró hacia la castaña que lo miraba con preocupación—Melody, yo... Lo siento—Mascullo y ella negó con la cabeza.
—No tienes que disculparte conmigo. Siento no haber intervenido a tiempo—Dijo antes de caminar hacia Liam y ayudarlo a ponerse de pie.
Miguel la observó irse un poco aturdido. ¿Cuántas veces tendría que fallarle a Melody para que ella se fuera de su lado?
(...)
—¿DÓNDE COÑO ESTABAS?—MELODY SE ESTREMECIÓ AL OÍR LA VOZ enfadada pero firme de Christopher. Estaba cabreado y sobrio.
Aunque no iba a admitirlo en voz alta, desde el corte en su mejilla se le hizo mucho más difícil fingir indiferencia ya que estar cerca de aquel hombre la aterraba.
—En una fiesta—Respondió la chica con calma intentando que no se notara el aumento de su ritmo cardíaco.
—¿Con quién? ¿Con esos amigos tuyos?—Cuestionó acercándose a la menor pero esta lo esquivó y caminó hacia su habitación, sin embargo una mano en su brazo la frenó—. ¿Cuántos chicos había en esa fiesta?
Melody intentó soltarse pero fue en vano, Christopher era mucho más fuerte que ella.
—¿Por qué importa eso? ¿Acaso vas a hacerme otra cicatriz si digo más de uno?—Preguntó la castaña haciéndose la dura—. Además, podría ser lesbiana y tú ni lo sabrías.
La mandíbula apretada del hombre le indicó que no debería de haber dicho nada y, segundos después, sintió cómo su espalda impactaba contra la pared que había en su derecha, arrebatándole un pequeño gemido de dolor por el golpe.
—Contéstame—Siseó cerca de su rostro y la castaña ni se movió, le asustó que estuviera completamente consciente y que aún así estuviera apretando su brazo fuertemente hasta el punto en el que le dolía.
Antes de que la chica pudiera abrir la boca, una voz resonó en las paredes del apartamento.
—¿Qué está pasando aquí?—Ambos miraron a Marie, que estaba parada delante de la puerta y con una expresión enfadada.
Chris soltó a la menor y esta se llevó la mano inconscientemente a la zona dañada.
—¿Qué le estabas haciendo a mi hija, Christopher?—Volvió a preguntar la mujer acercándose peligrosamente al hombre, que vaciló un segundo con nerviosismo.
—Estábamos hab...
—Tú le hiciste esa cicatriz, ¿verdad? Y el corte en la mejilla—Razonó Marie, haciendo notar que cada vez se ponía más furiosa—. Y también todos esos golpes que ella excusaba que habían sido caídas de su skate, ¿no es cierto?—La mayor miró a Melody, que tenía la vista clavada en el suelo y sintió su corazón encogerse.
—Marie, yo...—Intentó excusarse pero la mujer volvió a interrumpirlo.
—Largo—Murmuró.
—¿Qué?
—Vete. Lárgate y no vuelvas más por aquí—Christopher permaneció en su sitio, sorprendido—. ¡He dicho que te largues! ¡Fuera! ¡No quiero verte más!—El hombre se mordió el labio inferior y se dirigió hacia la puerta.
—Me necesitas, Marie—Le recordó con una mano en el pomo de la puerta.
—Yo no necesito a nadie y mucho menos a un cerdo como tú—Escupió ella con rabia—. Y ahora vete—Scott soltó una risa amarga.
—Ya veremos quién es el primero en abandonar a Melody.
—Tú lo hiciste el día de su nacimiento—Después de esa frase, Chris se fue por lo que parecía para siempre.
Marie se giró hacia su hija, que seguía con la mano en su brazo y la mirada clavada en el suelo y la mujer suspiró antes de envolverla en un abrazo reconfortante.
—¿Por qué no me lo contaste?—Preguntó en un susurro.
—Tenía miedo. No quería que hiciera lo mismo contigo. Lo siento mucho mamá, estaba aterrada—Melody se aferró a su madre con fuerza mientras ella le acariciaba el pelo.
—Está bien, estás bien. Te tengo—Marie se separó de su hija y acunó su rostro con cariño—. Tu y yo juntas hasta el final, ¿recuerdas?—La menor sonrió genuinamente y su madre hizo lo mismo—. Ahora vamos a comer helado y me vas a contar qué tal ha ido esa fiesta, y cuando acabes, veremos todas las películas ochenteras que quieras.
Melody rió y asintió con la cabeza—Suena al plan perfecto.
—Pues claro, cualquier plan conmigo es perfecto—Ambas rieron y Marie depositó un beso sobre la frente de la chica—. Te quiero.
—Y yo a ti mamá—Respondió la menor totalmente ajena a la detonación de la bomba que acababa de causar la revelación del parentesco de Johnny y Robby en casa de Daniel Larusso.
Parecía que todo se estaba cayendo a su alrededor cuando Melody recién se estaba levantando.
¿Se caería ella de nuevo?
Penúltimo capítulo del primer acto! Estoy on fire, dos caps en dos días (y ya tengo el siguiente capítulo listo)
Tengo muchas ganas de subir el siguiente acto ya que hay mucho drama JAJAJAJ
¿Opiniones? ¿Teorías? ¿Expectativas? ¿Comida favorita? XD
Nos leemos, pero mientras...
NO MERCY!
Also vengo por acá para hacerle un poquito de spam a @zyalle que hizo unos gifs preciosos de Melody y Rocky (que es un personaje de una de sus historias, vayan a leerla porque es muy buena), y aquí os lo dejo para que admiréis a estas dos bebas.
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