𝟎𝟎𝟕. The duel

Por un segundo, Kenna no reconoció el lugar en el que se encontraba, pero luego recordó los eventos de la noche anterior. ¿Se había quedado dormida otra vez? Volteo a su lado sin encontrar al espadachín ¿Zoro había dormido con ella? De una forma u otra era la segunda noche seguida sin pesadillas. Seguía rompiendo su último récord de cero noches sin pesadillas, y sin duda, la compañía del espadachín era gran parte del logro.

Kenna suspiró, sonriendo inconscientemente y recordando todo lo que habían hablado y como Zoro se había abierto con ella. Entonces recordó el duelo.

—Mierda —Maldijo levantándose de golpe, pero tranquilizándose al instante al ver que todavía no había amanecido.

Aun así, salió de la habitación dirigiéndose a la suya. Pero antes de poder llegar a esta, se topó con alguien.

—Kennie, kennie, kennie —La saludó un demacrado Usopp que luchaba con las consecuencias de haber tomado tanto el día anterior. A pesar de esto, miraba a Kenna con una sonrisa burlona.

Kenna no detuvo su paso, observándolo con el ceño fruncido, no había despertado con humor para las bromas del de rastas.

—¿Pasaste una linda noche? —Se limitó a preguntarle ella, sabiendo que probablemente la había pasado vomitando.

Usopp negó con una mueca, intentando seguir el paso rápido de la castaña, las suposiciones de Kenna eran ciertas después de todo.

—Te fui a buscar esta mañana, para que me prepararas el té de la resaca, pero no te encontrabas en tu habitación.

—Salí a dar un paseo por la cubierta —Mintió.

—Eres una pésima mentirosa —Rio él—. Llevas la ropa de la noche anterior ¿Dónde pasaste la noche? —Elevó ambas cejas seguidamente, que bien había empezado su mañana.

Kenna se dio un golpe mentalmente, debió haber caminado más rápido a su habitación.

—¿Acaso la pasaste con Zoro? —Continuó diciendo con su tono burlón.

Kenna frunció el ceño y negó con la cabeza, pero el sonrojo en sus mejillas la delató.

—¡Dios mío si la pasaste con él! —Gritó el de rastas.

Afortunadamente para Kenna, ya se encontraban enfrente de la puerta de su habitación. Así que sin responderle a Usopp entró a esta cerrándole la puerta en la cara.

Usopp que no podía dejar de sonreír, se dirigió dando saltitos hacia la cocina. Donde ya se encontraban Luffy y Nami, por diferentes razones, toda la tripulación había madrugado.

—Nami, Luffy —Señaló a ambos—. Me deben cien berries.

—¡No puede ser! —Negó Nami incrédula, pero con una sonrisa.

—¿Tan rápido? —Se asombró Luffy.

Usopp asintió triunfante y les contó a los otros tres lo que había descubierto.

Zoro entró a la cocina, secando el sudor de su frente con una toalla, pues había salido a entrenar un poco antes del duelo. Frunció el ceño al ver que los tres presentes lo miraban con una sonrisa.

—Hablando del rey de roma —Canturreo Nami.

—¿Qué? —Preguntó el espadachín extrañado, tomando una manzana de la encimera y dándole un mordisco.

—Espero que hayan usado protección, no quiero ser tío tan temprano —Negó Usopp. Aunque pensándolo mejor no le molestaba la idea, ese niño o niña sería parte de los piratas de Usopp.

Luffy frunció el ceño sin entender las palabras del de rastas, su inocencia no se lo permitía.

—¿Protección? ¿De qué estás hablando? —Preguntó Zoro, cada vez más confundido.

—Sabemos que no pasaste la noche solo —Le explicó Nami burlona.

Zoro se atragantó con el pedazo de manzana, provocando que los otros tres se partieran de risa.

—No es lo que piensan —Empezó a aclarar.

—¿A no? —Preguntó Usopp elevando ambas cejas—. Ilumínanos por favor.

—Kenna y yo solo hablamos, nada pasó.

—¿A sí? —Preguntó Nami— ¿Entonces pasaron toda la noche hablando?

—No, pero —Negó, pero antes de terminar Usopp lo interrumpió.

—¡Lo sabía! ¡Los celos que detecté en baratie eran reales! Y ahora ustedes dos —Señaló a Nami y a Luffy— Mis cien berries —Extendió la mano abierta, para que pudieran dárselos. Nami le extendió los billetes de mala gana y Luffy tomó una servilleta, comenzando a escribir que se lo descontara de su cuenta de tesoros en un futuro.

—¿No pudieron esperar dos semanas más? —Le alegó la navegante a Zoro.

Zoro miraba toda la situación con el ceño fruncido.

—Yo había apostado una —Se lamentó Luffy.

—¿Me pueden dejar hablar? —Pidió el espadachín en tono recio, provocando que todos se callaran y voltearan a verlo— Hablamos y Kenna se quedó dormida ¿Por qué diablos están apostando?

—¿Y tú dónde dormiste entonces? —Le preguntó Nami.

—¿Cómo que dónde dormí?

—¿Dormiste en la misma cama qué ella? —Ahora fue el de rastas quien preguntó

—Pues si —Se encogió de hombros él.

Los tres compartieron una mirada con una sonrisa ante eso.

—No paso nada, solo dormimos juntos, abrazaditos —Comenzó a burlarse Usopp, abrazándose a sí mismo en forma de burla. Tal acción provocó un leve sonrojo en las mejillas de Zoro.

—¡Zoro se puso rojo! —Lo apunto Luffy

—¡Si te gusta! —Afirmo Nami con una sonrisa.

Usopp ahora había empezado a juntar sus ambas manos simulando que se daban besos

—¡Cállense! —Gruñó el espadachín, sin saber que más decir.

—Ni siquiera lo niegas —Apuntó Nami.

Tampoco es como que Zoro pudiera hacerlo.

La puerta de la cocina fue abierta, provocando que todos los presentes se quedaran en silencio ante la presencia de Kenna.

—¿Cuál es todo el alboroto? —Preguntó, había escuchado gritos, pero no había logrado entender sobre que discutían.

Zoro miro amenazante a los tres presentes. Sin necesidad de que el espadachín dijera nada, ellos sabían que, si revelaban lo que estuvieron hablando, el espadachín no dudaría en usar sus katanas.

—Nada —Respondió Luffy, silbando y haciendo una rara mueca. Kenna lo miró con ambas cejas alzadas, era claro que mentía, pero no le tomó mayor importancia.

Zoro terminó la manzana que estaba comiendo y fue a buscar más comida en el refrigerador.

—Tienes bastante hambre hoy —Señaló Nami.

—Tengo que estar fuerte para el duelo —Le respondió él con indiferencia.

La expresión de la navegante se endureció y cualquier rastro del divertido ambiente que se había creado desapareció.

—Pensé que habías abandonado esa estúpida idea.

—¿Qué idea? —Preguntó Luffy confundido, ya que no sabía nada sobre los eventos de la noche pasada.

—Te diré que está pasando —Hablo una molesta Nami—. Tu abuelo, el vicealmirante del mar, envió a un Shichibukai para capturarte y, en vez de largarnos de aquí cuando tuvimos la oportunidad, Zoro lo retó a un duelo.

—Y el aceptó —Argumentó Zoro.

Kenna se mordió el interior del labio y buscando ausentarse de esa conversación, tomó una tetera y comenzó a prepararle a Usopp el té para la resaca. No quería oír la pelea que se avecinaba, las peleas la ponían nerviosa, aún más cuando personas que le importaba eran participe de ellas. Así que se enfocó en hervir el agua con las hiervas que necesitaba.

No le costó mucho trabajo ignorar completamente la discusión, tenía practica después de todo. Cuando era pequeña y sus padres discutían, buscaba mantener a su mente ocupada en cualquier cosa, enfocando todos sus pensamientos únicamente en esa actividad. Haciendo esto, lograba nublar cualquier ruido exterior.

—Kenna ¿Qué piensas tú de esa estupidez? —Le preguntó Nami, al darse cuenta que incluso su capitán apoyaba la decisión de Zoro. Kenna, al ser la más cercana al espadachín, seguro estaría de acuerdo con ella.

Todas las miradas se posaron en la mencionada, pero ella que seguía enfocada en el té, ni siquiera se dio cuenta.

—¿Kenna? —Volvió a preguntar, y al no recibir respuesta, tocó el hombro de la castaña.

Kenna, saliendo del trance en el que se encontraba, la volteo a ver con confusión.

—Te preguntaba, si también piensas que la idea de Zoro es una estupidez —Le repitió.

Kenna suspiró antes de responder

—Es su sueño, Nami. Yo lo apoyo en su decisión —Habló, haciendo contacto visual con Zoro. A pesar de que tenía miedo que el espadachín muriera, entendía porque lo hacía y no podía no demostrarle su apoyo con algo así.

Nami asintió apretando los labios y simplemente se limitó a salir de la habitación. Seguido de eso, Usopp, al notar que Zoro y Kenna no despegaban su mirada el uno del otro, decidió darles un momento. Agarro la taza de té que Kenna había terminado de preparar, murmurándole un agradecimiento y pasó un brazo por los hombros de Luffy, ambos salieron de la habitación dejando solos a Zoro y Kenna.

—Gracias por apoyarme —Le agradeció Zoro.

Kenna asintió con una pequeña sonrisa, pero sintiendo un gran nudo en el pecho.

Ambos voltearon hacia la ventana cuando los primeros rayos de sol se colaron por esta, dando inicio al amanecer e indicando que el duelo entre Zoro y Mihawk empezaría dentro de unos minutos.

—No es necesario que vengas —Le dijo el espadachín.

—Claro que iré —Asintió la castaña—. Estaré ahí apoyándote.

—Kenna, ya me has apoyado lo suficiente —Se acercó a ella, volviendo a hacer contacto visual—. Nunca me he podido abrir con nadie como lo he hecho contigo, nunca me había sentido así de seguro compartiendo mis pensamientos —La tomó suavemente de los brazos—. Si te sientes más tranquila quedándote aquí, yo también estaré más tranquilo.

Kenna asintió débilmente con un intento de sonrisa y terminó de acortar la distancia que los separaba, rodeando a Zoro en un abrazo que él enseguida correspondió.

—Esto no es una despedida ¿verdad? —Preguntó, luchando contra las lágrimas.

—Te prometí que no moriría, esa es otra promesa que no pienso romper —Le respondió él, inspirando el aroma a flores de Kenna, intentando grabarlo en su memoria por si era la última vez que lo sentía.

Se quedaron en esa posición un par de minutos más, disfrutando de la compañía del otro. Hasta que el sol terminó de ponerse.

Kenna caminaba nerviosa de un lado a otro, observandocada dos segundos el reloj en la pared. Solo habían pasado unos pocos minutos desde que Zoro se había ido, pero el nudo en su estómago se hacía cada vez más grande.

Definitivamente no había sido una buena decisión quedarse ¿En qué estaba pensando? A pesar de que seguramente estallaría de los nervios al ver a Zoro pelear a muerte, no podía ser peor que la incertidumbre de no saber que estaba pasando.

No lo pensó dos veces y salió corriendo de la habitación, casi tropezando al bajar del barco, pero sin detenerse hasta llegar al muelle. Nami, Luffy y Usopp, ya se encontraban ahí. Zoro y Mihawk seguían luchando.

Kenna se posicionó al lado de Usopp, que le dio un leve apretón en el hombro para reconfortarla. Ella lo tomó fuertemente del brazo.

La castaña sintió que el corazón se le iba a salir del pecho tras cada segundo. Cuando Mihawk logró atestar un golpe en el pecho de Zoro, Kenna apretó tan fuerte el brazo de Usopp que el de rastas podía jurar que estaba a punto de rompérselo, aun así, reprimió todas las quejas que quería gritar.

A pesar del golpe, Zoro no desistió, llevando una de sus katanas a su boca y girando las otras dos. Kenna nunca lo había visto luchar y a pesar de toda su preocupación, quedó impresionada por el estilo de pelea de Zoro.

Zoro cayó al suelo de rodillas tras el impacto de sus katanas con la espada de Mihawk. El golpe fue tan fuerte que sus katanas se quebraron. Aun así, se levantó con dificultad.

—Fuiste derrotado. ¿Por qué insistes? —Le preguntó Mihawk.

—Las heridas en la espalda, son la peor vergüenza para un espadachín —Respondió Zoro, guardando la única katana que le quedaba y extendiendo ambos brazos.

Se estaba rindiendo. Con desesperación, Kenna intentó correr hacia él, pero Usopp no se lo permitió, rodeándola fuertemente con ambos brazos.

—Admirable —Admitió Mihawk.

Y desde ese segundo, todo se sintió como en cámara lenta para Kenna. Mihawk le hizo un profundo corte horizontal en el pecho a Zoro, provocando que el contrario se desplomara en el piso. El grito de Luffy fue lo que la hizo reaccionar y correr hacia el espadachín.

Cayó de rodillas junto a él, con la respiración entrecortada. Zoro respiraba con mucha dificultad, sintiendo como la oscuridad amenazaba con cerrarse a su alrededor.

El resto de la tripulación se agachó junto a ellos.

—Zoro, por favor aguanta —Le pidió Kenna con la voz temblorosa, cogiendo su muñeca y sintiendo como el pulso del peli verde se ralentizaba, mientras a él le costaba cada vez más mantener los ojos abiertos— No cierres los ojos, quédate con nosotros —Sostuvo su cabeza entre sus manos, acariciando su mejilla, mientras se le escapaban algunas lágrimas.

—Lo siento, te prometí que no moriría —Murmuró él con dificultad y un sentimiento de culpa.

—No digas eso, no vas a morir —Kenna apretó la mandíbula, negándose a la idea.

Luffy y Mihawk compartían una conversación a la que la castaña no presto atención.

—Roronoa Zoro —Habló Mihawk—, aún es muy pronto para que mueras. Búscame cuando seas más fuerte, estaré esperando —Kenna le dedicó una mirada cargada de odio, que no pasó desapercibida por el Shichibukai antes de irse.

—Vas a estar bien —Luffy, conteniendo las lágrimas, pero con una sonrisa por lo que dijo el Shichibukai, tomó a Zoro del hombro—. Zoro, dijo que es muy pronto para que mueras.

Kenna asintió con una débil sonrisa.

—Luffy —Dijo Zoro con dificultad—. Si no logro convertirme en el mejor espadachín del mundo, estarán decepcionados ¿Verdad?

—No nos has fallado —Negó Luffy.

—Nunca, nunca más. Desde ahora, hasta que lo derrote —Tembló con la voz entrecortada y con las últimas fuerzas que le quedaban, sacó la única Katana que le quedaba—. Hasta convertirme en el mejor espadachín del mundo ¡Nunca volveré a perder! —Decretó, apuntando su katana al aire. Tras decir eso, cayó inconsciente, soltando su Katana que rebotó en el piso.

—¿Zoro? —Preguntó Luffy, removiéndolo— ¡Zoro!

Kenna cerró los ojos con fuerza y tomó una profunda respiración, que Zoro siguiera viviendo quedaba en sus manos a partir de ahora.

—Está perdiendo mucha sangre, tengo que coser la herida de inmediato —Dijo rápidamente— Usopp, Luffy. Necesito que me ayuden a levantarlo. Nami, necesito que despejes la mesa de la cocina y me traigas el botiquín médico que tengo en mi habitación.

Los mencionados asintieron sin dudar, haciendo la tarea que la médica de la tripulación les pidió.















Esta es la cara de Luffy cuando Kenna les pregunta sobre qué hablaban JAJSJAJSJA.

Sé que he andado bastante desaparecida estas semanas, pero acabo de empezar clases y ya estoy llena de tareas :c

Las actualizaciones a partir de ahora serán un poco más lentas, espero que me entiendan 🫶🏻

Lxs quiere mucho,
Isa 💞

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