𝟎𝟎𝟒. Late night talking

Kenna despertó de golpe al escuchar el sonido de la puerta de su habitación abriéndose, se incorporó en la cama e instintivamente llevó su mano a su cuello. Sintió sus mejillas mojadas y su corazón acelerado, otra pesadilla.

Escuchó un suspiro de alivio y fue lo que la hizo girarse hacia la puerta.

—Escuché tus gritos ¿Estás bien? —Le preguntó Zoro con una mueca de preocupación.

Mierda ¿Qué tan alto estuve gritando como para despertarlo? Pensó Kenna. Bajó la mirada avergonzada ¿Había pensado que estaba en peligro ¿Habría despertado a los demás?

—Lo siento —Se disculpó secando las lágrimas, sin verlo a la cara—. No quería despertarte.

—Tengo el sueño ligero —Explicó él, restándole importancia.

Kenna quería volver a disculparse, porque tenga el sueño ligero o no, lo había despertado, o agradecerle, después de todo vino a ver si se encontraba bien, pero las palabras no salieron de su boca.

Unos segundos después, Zoro salió de la habitación, cerrando la puerta y dejando a Kenna sola.

Odiaba estar sola, pero no le iba a decir a quien era prácticamente un desconocido que se quedará con ella después de además haberlo despertado.

Abrazó sus piernas con fuerza, haciéndose bolita. Extrañaba la compañía que le hacía Kaya en las noches con pesadillas, pero después de todo, fue ella quien tomó la decisión de dejar Syrup. Era tan ridículo, ya habían pasado muchos años ¿Por qué no podía estar tranquila? ¿Por qué no podía olvidar el pasado?

Siguió hundida en sus pensamientos por varios minutos hasta que sintió unos toques en su espalda, levantó la mirada y se encontró otra vez al espadachín. Estaba tan sumida en sus pensamientos que ni siquiera lo escuchó entrar.

Zoro le extendió una taza, la cual aceptó extrañada e instantáneamente el olor de la manzanilla inundó sus fosas nasales.

—Aquella noche en tu casa, noté que bajaste inquieta a la cocina y preparaste un té para calmarte, probablemente no sea una de tus mezclas, pero he escuchado que el té de manzanilla sirve para calmar —Explicó sentándose a su lado.

—Gracias —Le agradeció ella, sorprendida por el acto de amabilidad, aún siendo tan tarde—. No tenías que hacerlo.

—Ahora estamos a mano, te debía una por lo del pozo —Dijo levantando la mano en la que se había lastimado.

—Se supone que ahora soy un tipo de médica aquí, es mi trabajo, no me debes nada por ello —Tomó un sorbo del té y el líquido caliente recorriendo su garganta la relajó instantáneamente.

Él se encogió de hombros.

—Quería hacerlo, y tranquila, no usé una de tus tazas —Levantó las manos en señal de paz, provocando una risa por parte de ella—. Cuando estábamos embarcando, Ussop me advirtió que no las usara si no quería una flecha en mi culo.

Kenna rodó los ojos negando con la cabeza, ese idiota, pensó.

—Dijo que me lo decía por experiencia propia.

—¡Solo fue una vez! —Se defendió—. Estaba jugando con su resortera en la cocina, cuando le había dicho muchas veces que no lo hiciera, lo inevitable pasó y quebró una de mis teteras favoritas —Suspiró con pesadez al recordarlo.

Él soltó una pequeña risa, después de unos segundos se formó un silencio. La expresión de Kenna se endureció al no poder evitar volver a pensar en la pesadilla

—¿Quieres hablar de lo que te pasaba? —Le preguntó Zoro, al notar su repentino cambio de humor— ¿O es que acaso extrañas los lujos de tu casa? Se me olvidaba que estoy hablando con la niña rica —Dijo lo último con una sonrisa ladeada.

Kenna abrió la boca indignada ¿Estaba tratando de ser amable o burlándose de ella?

—¡No soy una niña rica! —Alegó

—Claro que sí, tienes una mansión, llena de lujos.

—Técnicamente es la casa de mi prima, yo solo vivo en ella.

Una vez se acabó el té, se acostó de lado, poniéndose en una posición más cómoda.

—Como digas, princesa —Soltó él.

Kenna bufó ante el apodo.

—¿Cómo se conocieron Luffy y tú? —Preguntó con curiosidad, en la cena el del sombrero de paja contó todo lo que habían vivido, pero no como se habían conocido.

—¿Luffy y yo? —Preguntó Zoro, extrañado por el repentino giro de la conversación.

—Eso fue lo que dije —Respondió obvia.

—Es una historia larga, a decir verdad. Estaba cumpliendo un castigo en el patio de la base Naval de Shells Town y entonces Luffy se infiltró por una alcantarilla.

—¿Por qué cumplías un castigo? —Lo interrumpió Kenna.

—Tenía que cobrar mi recompensa por la cabeza de un pirata —Volteo a verla, esperando alguna reacción de su parte al haber mencionado que mató a alguien, pero al notar que no se inmuto, continuo—. Fui a la base de la marina, donde se encontraba el capitán. Le había dado una paliza a su hijo horas antes, el castigo por ello eran siete días atado en el patio a menos que me uniera a la marina, podrás adivinar cual escogí.

—¿Así que eras un cazador de piratas?

Él asintió.

—¿Y ahora eres un pirata? —Preguntó con el ceño fruncido por lo ilógico que era.

—Supongo, ahora soy un hombre buscado por la marina, ya no puedo cobrar recompensas —Se encogió de hombros.

—Pero ¿Los cazadores no odian a los piratas?

—Algunos, yo lo hacía por dinero.

Kenna asintió, entendiendo.

—Luffy se infiltró a la base en busca de un mapa de la marina y fue cuando se topó conmigo —Continuó contando—. Compartimos un par de palabras, él me había visto luchar contra el hijo del capitán y por ese único motivo, sin conocerme, me ofreció unirme a su tripulación. Lo rechacé, pero él de igual forma me desató —Sonrío tras decir lo último.

Kenna tampoco pude evitar sonreír, enternecida por la inocencia y buen corazón de Luffy.

—Fui a buscar mis katanas —Tocó el mango de estas, que estaban en su cintura.

Desde la primera vez que Kenna había visto a Zoro, nunca lo había visto sin ellas ¿Dormiría también con ellas? Probablemente sí.

—El idiota del hijo del capitán estaba jugando con ellas —Puso los ojos en blanco—. Pero resultó mejor para mí, pude vengarme y recuperar mis armas, dos pájaros de un tiro.

—¿Lo mataste? 

—Algo mucho mejor, le hice un nuevo corte de cabello —Dijo bastante orgulloso, provocando que Kenna riera.

—Luffy se había infiltrado para conseguir un mapa al Grand Line, adentro de la base se topó con Nami, que también buscaba el mapa. Robaron la caja fuerte en la que el mapa se encontraba, todos los marinos y Morgan comenzaron a perseguirlos, se toparon conmigo y los derrotamos. Luego escapamos en un pequeño bote.

—¿Un payaso que se podía dividir en partes? ¡Me hubiera gustado ver eso! —Se quejó Kenna.

Zoro sonrió chasqueando la lengua.

—Créeme que no, el tipo es un psicópata.

Habían estado hablando por bastante tiempo, minutos o horas, ninguno sentía la noción del tiempo, sobre todas las aventuras que habían vivido antes de llegar a Syrup. Zoro respondía a todas las preguntas de Kenna con paciencia, pero él también estaba disfrutando de narrarle sus aventuras a la castaña.

—Luffy tiene un gran corazón —Observó Kenna, bostezando—. Aunque al ritmo que va le pedirá a medio mar del este que se una a su tripulación.

Comenzó a sentir los párpados pesados, pero no quería dormirse, quería terminar de escuchar la historia.

—Lo tiene —Asintió Zoro—. Pero me he dado cuenta que él solo elige a las personas correctas.

Miro a Kenna con una sonrisa que ella correspondió.

—¿Crees que haré un buen trabajo en la tripulación? No quiero ser un estorbo —Admitió ella, a punto de quedarse dormida.

—Lo harás, Luffy no se equivoca con las personas que elige ¿recuerdas? —Le respondió bastante seguro.

Al ver que el sueño estaba venciendo a Kenna, se acercó a la lamparita de noche, dispuesto a apagarla.

—¡No! —Kenna tomó su mano, evitando que la apagara— No apagues la luz —. Pidió con miedo en sus ojos.

Él la miró extrañado, pero asintió.

Estando con los ojos cerrados, Kenna sintió como Zoro se sentó otra vez en la cama, pero esta vez a su lado.

—¿Qué haces? —Preguntó adormilada, sin abrir los ojos.

—Te haré compañía un rato.

—¿Mm? —Preguntó Kenna, estaba tan cansada que no pudo entender las palabras de Zoro.

—Solo descansa —Murmuró él.

Y en pocos segundos Kenna cayó profundamente dormida, no tuvo pesadillas esta vez, ya que alguien velaba sus sueños.

Kenna despertó sintiéndo los rayos del sol que se colaban por la ventana de su habitación. Se estiró bostezando y al voltear hacia su mesita de noche pudo ver una taza, entonces recordó los eventos de la noche anterior.

Usualmente, después de tener una pesadilla prefería no volver a dormir en toda la noche, tampoco es como que pudiera. Zoro había sido muy amable con ella al traerle el té, incluso se quedó a contarle sus aventuras y resolver todas sus dudas con mucha paciencia, ni siquiera recordaba cuanto tiempo estuvieron hablando y a que hora se quedó dormida, pero sin duda, estaba muy agradecida con él.

Su estomago rugió pidiendo comida, así que se levantó de la cama y tomó una rápida ducha para luego cambiarse y dirigirse a la cocina.

Zoro, Nami y Luffy se encontraban ahí desayunando, habían huevos y fruta en la mesa.

—Miren quien despertó al fin —Habló Nami con una sonrisa al verla entrar—. Me sorprende lo profundo que dormiste, usualmente los primeros días en el mar te despiertas recien salen los rayos del sol.

—Creeme la sorpresa es mutua —Le respondió Kenna, sentándose en el único lugar vacío que quedaba, al lado de Zoro—. No suelo dormir tanto usualmente.

Nami le pasó un plato.

—Toma, sirvete antes de que Luffy se lo acabé todo.

—¿Qué? —Pregunto el mencionado con comida en la boca, estaba más ocupado engullendo la comida que ni siquiera prestaba atención a la plática.

—Nada —Negó Nami, dedicándole a Kenna una mirada de vez lo que te digo.

Kenna río, pero decidió seguir el consejo de Nami, sirviéndose huevos y fruta.

—Oye Zoro —Lo llamó Kenna, haciéndo que él la volteara a ver—. Gracias por lo de anoche —Le agradeció en voz baja, para que solo él lo escuchara.

Zoro asintió con una pequeña sonrisa.

—No fue nada, pero supongo que tendré que terminar de contarte la historia otro día.

Kenna no pudo evitar sonreír emocionada.

—Eso me gustaría.

Zoro no podía negar que le gustaba ver a Kenna sonreír, pero por alguna razón, le gustaba aún más ser él el que provocara esas sonrisas.

—¡Chicos! Miren esto —Dijo Usopp, entrando a la cocina—. Con mi inigualable talento artístico, hice una nueva bandera para nuestro barco —Tomó a Luffy del brazo, poniéndolo de pie y haciéndo que sostuviera la bandera con ambas manos— ¡Sorpresa!

Kenna miró extrañada la bandera, era una calavera con un pañuelo naranja en la cabeza y una resortera verde, claramente representaba a Usopp.

Ninguno de los presentes dijo nada.

—Lo sé, mis dotes artísticos suelen dejar a la gente sin palabras —Sonrío con arrogancia.

Luffy bajó su mirada, viendo la bandera con el ceño fruncido.

—Ya diseñé nuestra bandera —Dobló la bandera de Usopp y se la devolvió, dándole palmaditas en la espalda.

—Si, pero esta es mucho mejor —Replicó el de rastas riendo, como si fuera obvio y extendiendo la bandera para que los presentes pudieran volver a verla.

—Ninguna de las dos asustarán a nadie —Negó Zoro.

Kenna no había visto la bandera de Luffy, pero si podía estar de acuerdo con Zoro por parte de la bandera de Usopp.

—Se supone que la bandera refleja al capitán —Dijo Usopp, refiréndose a él mismo.

—Yo soy el capitán, somos los piratas sombrero de paja —Corrigió Luffy apuntándose a si mismo.

—Y yo el capitán Usopp —Volvió a decir el otro.

—Soy el capitán.

—No, yo soy el capitán.

Luffy y Usopp comenzaron una pelea en la que solo repetían las palabras "Yo soy el capitán"

Kenna apretó los labios conteniendo la risa. Compartió una mirada con Nami y ambas al darse cuenta que estaban en la misma situación comenzaron a reír, provocando que Luffy y Usopp dejaran de discutir, segundos después Zoro río también.

—¿Ven? —Habló Luffy emocionado— De esto se trata. De ahora en adelante, todo irá a nuestro favor.

Como si le estuvieran respondiendo a Luffy, algo impactó contra el barco, provocando que este se tambaleara.

Usopp, Luffy y Kenna se sobresaltaron por el ruido, en acto reflejo los dos primeros se abrazaron y Kenna tomó a Zoro fuertemente del brazo.

—Buen agarre —Se burló él.

Kenna lo soltó inmediatamente, al darse cuenta de lo que había hecho.

—Me asusté, fue un acto reflejo —Explicó, sintiéndo calor en sus mejillas.

Una sonrisa se le escapó a Zoro al notar el sonrojo en Kenna.

—Tenías que abrir la bocota —Soltó Nami, rodando los ojos y dirigiéndose a cubierta para ver lo que pasaba.






¡Feliz navidad! Esperó que se la hayan pasado muy bien, de regalo les traigo este cap, algo tarde, pero mas vale algo que nada.

Lxs quiere mucho,
Isa 💞

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top