𝟎𝟎𝟐. black cat pirates
Al abrir la puerta de la habitación de Kaya, Kenna se encontró a esta en un sillón en vez de en su cama y a Nami. Casi se le cae la bandeja con té, que llevaba en mano, del susto.
—¿Nami? ¿Qué estás? —Preguntó, dejando la bandeja que traía en una mesita—. Oh... —Su respuesta llegó al ver la funda de almohada llena de objetos que la pelinaranja sostenía.
—Está bien —Interviene Kaya— De todas maneras no nos sirven.
—¡Kaya! ¿No deberías estar en cama? ¡Tienes que descansar! —La reprendió Kenna mientras le acercaba la taza con el humeante té.
—Estoy bien, solo charlábamos —Ella recibió la taza y le dio un sorbo.
—¿Qué es eso? —Preguntó Nami, observando curiosa la taza de Kaya.
—Kenna me preparó una mezcla para las náuseas. Por favor, no le digas a Klahador, si tomó el té que me da— Señaló la bandeja con la tetera del té azul casi vacía— Pero el que me da Kenna me ayuda mucho.
—¿Pero combinar ambos no te hará daño? —Preguntó con una mueca.
Kenna negó— Mis mezclas son todas naturales, fácilmente podría tomar solo mi té.
—El té de Klahadore también es bueno —Lo defendió Kaya—, quitándole los efectos secundarios...
—Ahí lo tienes —Kenna confirmó su punto sentándose en otro de los sillones.
Nami se sentó al lado de Kaya.
—Bueno y ¿Qué hay de tú y Usopp? ¿Es tu novio o algo?
—¿Usopp y yo? —Al instante una sonrisa llenó su rostro— No, hace años que nos conocemos.
Ante la negativa de su respuesta Nami volteo a ver a Kenna, había pensado que entre los dos se traían algo.
—Se encantan —Le respondió moviendo los labios, sin emitir sonido. Nami sonrió complacida al recibir la respuesta que esperaba.
Kaya estaba tan envuelta en sus pensamientos sobre Usopp que no se dio cuenta.
—Hace años que nos conocemos, desde que su madre murió. No tenía a nadie así que mis padres le dieron trabajo en el astillero —Continuó contando—. Le gusta visitarme y contarme sobre sus valientes aventuras y sus grandes hazañas, la verdad es que eso me hace sentir mejor —Otra vez apareció ese brillo en sus ojos que solo estaba presente cuando hablaba de Usopp.
Nami apretó los labios, intentado ocultar una sonrisa. Kenna no la pudo ocultar, siempre se le escapaba al ver a Kaya tan enamorada.
—Tus padres ¿Qué les pasó? —Preguntó la pelinaranja a Kaya.
—Ellos... —Sus ojos se pusieron ligeramente llorosos— Murieron en el mar. Han pasado años, pero aún me deja sin aliento. Todavía no he podido ver sus pertenencias, guardo todos sus recuerdos en el ala este, donde estaba su habitación —Parpadeo varias veces espantando las lágrimas.
Kenna se paró y rodeó sus brazos alrededor de su prima. Ella tomó su brazo y se recostó sobre él.
—Lo siento —Dijo Nami, intentando no mostrar una mueca de lástima.
—¿Tú has perdido a alguien cercano? —Le Preguntó Kaya.
—No.
Pero algo en su expresión le decía a Kenna que mentía.
—Te envidio —Confesó Kaya.
—¿Qué hay de ti Kenna? Digo, aparte de tus tíos.
Tragó en secó. Un montón de imágenes que intentaba desesperadamente borrar pasaron por su mente.
—Mi mamá —Trató de decir impasible, pero su voz se cortó.
Kaya volteó a verla preocupada y acarició su brazo.
Kenna sintió las lágrimas aproximándose, tenía que salir de ahí.
—¿Tienen hambre? Iré a traer algunos refrigerios —Dijo parándose e intentando sonar lo más normal posible, para luego salir de la habitación.
Al cerrar la puerta las lágrimas comenzaron a caer desenfrenadas. No, no puedo reaccionar así, se recordó. Hace mucho que no reaccionaba así cuando alguien la nombraba.
Comenzó a enfocarse en su respiración, inhalando y exhalando varias veces mientras se dirigía hacia la cocina, un té la calmaría.
Escuchó ruido proveniente de ella, era muy tarde, los de servicio debían estar durmiendo así que debían ser los invitados.
Se secó las lágrimas y tomó aire, intentando camuflajear como se sentía, para luego entrar a la cocina.
—¿Si yo fuera Kaya te gustaría? —Preguntó un nervioso Usopp a Zoro.
—A mí me gustas —Le respondió Luffy con una inocente sonrisa.
Kenna apretó los labios intentando aguantar la risa.
—Eso no es lo que —Comenzó a decir el de rastas frunciendo el ceño.
—¡Hola Kenna! —La saludó animadamente Luffy, con un pedazo de pollo en la mano, haciendo que los otros dos se percataran de su presencia.
Parecía que el de rastas había visto a un fantasma. ¿Kenna había escuchado que le gustaba Kaya?
—¡Kenna! —La saludó Usopp, intentando no parecer nervioso, apoyando su peso sobre una estantería y resbalando— ¿De casualidad no escuchaste?
—Si, le gustas a Luffy —Dijo impasible, comenzando a preparar su té.
—¡E-eso no...! —Comenzó a intentar explicar—¿Escuchaste todo el contexto?
La chica lo volteó a ver, este estaba muy nervioso.
—No —Mintió, decidiendo apiadarse de él.
Él suspiro aliviado.
—Oye ¿Estás bien? —Le preguntó Luffy con una mueca preocupada, al notar los ojos rojos de la chica.
—Si, de maravilla, solo venía por un té para dormir —Fingió una pequeña sonrisa.
El chico del sombrero no le creyó, pero decidió que le preguntaría más tarde.
Usopp tiró un grano de maíz que chocó con algunas ollas antes de caer a una caldera.
—¡Eres un gran tirador! —Lo halagó el de sombrero.
Esto hizo que se enfrascaran en una conversación en la que el de rastas descubrió que su padre y Luffy se conocían. Mientras, Zoro buscaba alguna botella de alcohol.
Una vez estuvo listo, Kenna tomó un sorbo del té, el líquido caliente le recorrió de una forma reconfortante la garganta.
—Si van a hablar de sentimientos, necesito un trago —Dijo Zoro, por la conversación que Luffy y Usopp compartían.
¿Eso era lo que estuvo buscando? Pero si pasó bebiendo toda la noche, pensó Kenna.
—Hay una reserva de vino en el sótano —Le respondió Usopp.
—Hubieran dicho eso desde un principio.
—¿En serio? —Preguntó Kenna extrañada, en los tres años que llevaba viviendo en la mansión nunca había escuchado de tal sitio.
Usopp asintió y comenzó a guiar a Zoro hacia el sótano, como si se tratase de su casa. Kenna con curiosidad por tal lugar, tomó su taza de té y los siguió.
—¿Vienes? —Le preguntaron a Luffy.
—Nop, tengo todo lo que necesito aquí —Sonrió viendo la olla con la espesa sopa azul.
Él sótano era iluminado por numerosas velas, dándole un aspecto antiguo. Este estaba lleno de barriles y botellas de vino.
Kenna observó el lugar asombrada, de haber sabido que existía una reserva así de grande de vino, hubiera bajado bastante seguido.
—¿Vives aquí y no sabías de la existencia de este paraíso? —Preguntó Zoro con incredulidad a sus espaldas.
La chica se encogió de hombros.
Los tres comenzaron a estudiar las botellas, algunas eran muy antiguas.
—Aquí guardan el vino fino —Dijo Usopp y luego tropezó con algo— ¿Zoro? ¿Kenna? —Los llamó con miedo— E- es Merry, es-está —Tartamudeó.
La chica volteó a verlo e inmediatamente su mano cubrió su boca, ahogando un grito. Merry estaba muerto.
Zoro se acercó al cuerpo de Merry y se agachó para descubrir su pecho, este tenía cinco manchas de sangre.
—Cinco cuchillas, creo que he visto esto antes —murmuró.
Kenna sentía que iba a vomitar en cualquier momento ¿Era una pesadilla? Era lo que más sentido le hacía en ese momento.
—Vaya, vaya, vaya —Habló una voz a sus espaldas— Parece que tenemos ratas en el sótano.
Al voltear se encontraron con Klahador, quien los apuntaba con cinco espadas que salían de su mano, simulando garras.
Kenna se estremeció al unir los cabos, Merry tenía una herida provocada por cinco cuchillas.
—Esas cuchillas, sabía que te había visto antes —Comenzó a decir Zoro, acercándose a Klahador—, en un cartel de "Se busca". Eres Kuro, el capitán de los piratas gato negro.
Kenna cerró los ojos con fuerza y llevó sus manos a su cabeza, le estaban dando demasiada información para procesar.
—¿Klahador es un pirata? —Preguntó confundida.
Si bien, Klahador no le agradaba en lo más mínimo, nunca se le pasó por la cabeza que pudiera ser un pirata.
—Uno muerto —Respondió Zoro inmutable—. Dicen que lo mató mano de hacha Morgan.
—Fue un trato, el ego de ese imbécil me ayudó a cerrarlo. Y como pronto sabrás, nadie interfiere en mis planes.
De repente Kenna sintió un fuerte golpe en la cabeza y todo se volvió negro.
Kenna despertó sintiendo un fuerte dolor en la cabeza, abrió los ojos lentamente, sin reconocer el lugar en el que se encontraba. Volteo, encontrándose un cuerpo a su lado, al sentarse y verlo mejor, se dio cuenta que era el cadáver de Merry. Sintiendo náusea y con él corazón latiendo desbocadamente, se alejó de él arrastrándose.
Comenzó a sentir un fuerte dolor en la espalda por el movimiento tan repentino. El lugar estaba oscuro, lleno de tierra y con un montón de plantas.
—Ya despertaste —Habló alguien a sus espaldas, volteo para encontrarse con Zoro—. Pensé que estabas muerta —Admitió inexpresivo, como si lo hubiera estado le hubiera dado igual.
Entonces recordó todo lo que había pasado, habían bajado al sótano por una botella para Zoro, se habían encontrado con el cadáver de Merry y luego Klahador apareció con cinco espadas y...
—¡Kaya! —Se levantó de golpe, sintiéndose mareada y desestabilizándose
Zoro la atrapó, tomándola de los brazos, ayudándola a mantener el equilibrio.
—Kaya no sabe nada de Klahador ¡Adora a ese pirata de los gatos guerreros! —Dijo preocupada—. ¿Crees que le hará algo?
—Piratas gato negro —Corrigió él, con una sonrisa burlona.
Kenna lo miro mal, le importaba lo más mínimo como se llamaba la tripulación, además, no había respondido a su pregunta.
—Por la reputación que mantenía Kuro antes de desaparecer, debe de ir tras su fortuna —Respondió finalmente.
Kenna soltó el aire frustrada y miró hacia arriba, dándose cuenta que los habían tirado en el pozo.
—Espera, ¿Dónde está Usopp? —Preguntó recordando que había bajado con ellos.
Zoro se encogió de hombros.
—Probablemente logró escapar.
Kenna sintió un poco de alivio, él le advertiría a Kaya.
Al bajar la mirada encontró una cuerda, los muy imbéciles los habían dejado con una cuerda.
—Ya lo intenté, no se queda enganchada al pozo —Le dijo Zoro antes de que ella dijera cualquier cosa—. Tendremos que escalar.
La castaña volvió a mirar hacia arriba con una mueca, no tenía tanta fuerza en los brazos como para escalar todo eso. Miró a Zoro con una inocente sonrisa.
—¿Qué?
—Porque no escalas y una vez estés arriba te tiro la cuerda, la enganchas y yo subo —Propuso—. Será más rápido.
—Bien —Aceptó con indiferencia, mientras más rápido saliera de ese pozo mejor.
Se posicionó para empezar a escalar y en eso Kenna recordó algo.
—¡Espera!
El espadachín la volteo a ver confundido.
Ella se llevó una mano al pecho con preocupación ¿Cómo se le había olvidado?
—¿Qué pasa? —Preguntó con el ceño fruncido.
—¿De casualidad no viste que pasó con la taza que tenía en la mano?
—No... —La miró con completa confusión— Supongo que se quebró.
—¡Mierda!
—¿En serio te preocupa esa estupidez en estos momentos? Podrías no salir de aquí con vida —Dijo cada vez más confundido ¿Acaso la chica se había golpeado muy fuerte en la cabeza cuando la tiraron al pozo?
—¡Era mi vajilla favorita! —Alegó. Con todas las que Sham rompía "accidentalmente" se iba a quedar sin ninguna.
Zoro se pasó una mano por la cara con frustración. Definitivamente se había golpeado la cabeza.
Empezó a agarrarse de las rocas e impulsarse para subir, pero cuando ya casi llegaba se cayó de espaldas.
Kenna hizo una mueca pensando en el golpe que el espadachín debió haberse dado.
Le ofreció una mano, él soltó un quejido de dolor al aceptarla pero igualmente se incorporó. Antes de que volviera a posicionarse para empezar a escalar, Kenna lo jaló del brazo y tomó su palma. Esta tenía raspones que sangraban.
—Estoy bien —Dijo a secas.
—Si sigues subiendo así solo empeorará. Las plantas que están en el suelo son consueldas rusas—Explicó Kenna mientras arrancaba una rama— Contienen taninos y mucílagos, así que limpia, desinflama y desinfecta.
—Solo entendí limpia, desinflama y desinfecta —Admitió, sacándole a la chica una sonrisa. Y por alguna razón se alegró de haberlo hecho, ella tenía una linda sonrisa.
Kenna se armó de valor y aguantando las arcadas cortó un pedazo de la camisa de Merry. Luego volvió a tomar la palma de Zoro, colocó las hojas de las consueldas rusas y comenzó a vendarle la mano con el pedazo de la camisa de Merry.
Zoro miraba asombrado la concentración que Kenna tenía.
Al levantar la vista, Kenna se topó con que él ya la estaba viendo, a ella, no a la herida. Apartó la mirada sintiendo sus mejillas arder.
—Ya está —Dijo una vez terminó de vendar su mano.
—Gracias —Le agradeció extendiendo su muñeca, observando el gran trabajo que la chica había hecho con los limitados recursos.
Volvió a comenzar a escalar, roca por roca. Y esa segunda vez, logró subir. Kenna suspiró aliviada.
—Estoy listo, tírala —Gritó desde arriba.
Lanzó la cuerda y él la enganchó al pozo. Kenna se trepó en ella y comenzó a subir, sentía dolor en todo el cuerpo, pero se siguió impulsando hacia arriba ¿Desde cuándo el pozo se había hecho tan profundo? Pensó. Una vez arriba se dobló sobre sus rodillas transpirando.
—¿Estás bien?
—¿No podían habernos encerrado en una habitación? o yo que sé ¿Tirarnos al bosque? Si estaban tan seguros de que estábamos muertos ¡Que más daba! —Se quejó—. Pero no, tenía que ser un pozo de mierda ¿Quién construye los pozos tan profundos?
Zoro sonrió burlón, al ver en el estado que se encontraba.
Volteó a verlo, Zoro se veía tan normal ¿Cómo es que no estaba ni un poco cansado? Se preguntó, él había subido de una forma más agotadora que yella.
—Tenemos que movernos —Soltó el espadachín.
Kenna asintió de acuerdo.
—Bien, no ayudaré en nada si voy a la mansión desarmada, pasaré por el cobertizo ¿Podrías adelantarte?
—¿Estarás bien tu sola?
Asintió
Él asintió y comenzó a caminar hacia la dirección opuesta.
—Zoro...
—¿Si?
—Es hacia el otro lado.
Muchas gracias por los votos y comentarios, me animan mucho a seguir y me sacan una sonrisa 💕
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