07 || Inmortal
No podía ver nada y no sentía su cuerpo, pero escuchaba algunas voces a su alrededor.
— No puede estar muerta —decía la voz de Scott.
Escuchaba llanto y lamentos, que después reconoció como Stiles y su padre. Escuchaba la voz cortada de Lydia diciendo que no había podido sentirlo, la confusión de Kira y algunos gritos de Dash y Derek.
Escuchaba como todo sucedía a su alrededor pero no veía nada.
Empezó a sentir cada parte de su cuerpo, pero por más que intentaba moverse parecía como si hubiera algo impidiéndoselo. No podía abrir los ojos. Quería gritar pero tampoco podía abrir la boca.
Sintió el cálido tacto de Stiles en su rostro y fue como si toda una honda de calor de recorriera el cuerpo.
Entonces, comenzó a abrir los ojos, intentando acostumbrarse a la luz del que después de unos segundos reconoció como el consultorio.
Todos estaban tan sumergidos en sus emociones que no notaron que la chica comenzaba a reaccionar, hasta que la mirada de Deaton cayó sobre su mano y alcanzó a notar movimiento en sus dedos.
— Chicos —habló fuerte para lograr callar el bullicio de todos, y una vez que tuvo su atención, su mirada volvió a la chica sobre la mesa de metal—. Miren a Gwen.
Stiles, que hasta hace un segundo se encontraba con el rostro escondido en el abdomen de la chica inerte, levantó la vista y al igual que todos, observó como Gwendolyn se encontraba con los ojos entre abiertos. Todos en la habitación tenían la sorpresa plasmada en todo su rostro, menos una persona.
Gwendolyn comenzó a toser y se tapó el rostro con un brazo pues la luz artificial que pegaba directo en su rostro le molestaba.
— ¿Qué sucede? —preguntó con la voz ronca, su garganta le dolía—. ¿Por qué están gritando todos?
Gwen intentó levantarse y enseguida Stiles le ayudó, la chica se recargó ahora contra la mesa de metal y ya más acostumbrada a la luz, observó los rostros anonadados de todos.
Deaton se acercó a ella—. Gwen, ¿te sientes bien? —la chica asintió—. Voy a revisarte, ¿sí? —la chica asintió otra vez, confundida por la actitud de todos. Deaton tomó sus signos vitales bajo la mirada de todos, él veterinario se veía igual de confundido que todos—. Sus signos vitales son normales, está como si nada.
— ¿Cómo si nada? ¿A qué se refiere eso?
— ¿Qué es lo último que recuerdas? —le preguntó el Alfa a la chica.
— Abriste la bóveda y Isaac me llamó —la mirada de la ojiazul ahora cayó en el rubio que se encontraba inusualmente callado.
— ¿Recuerdas lo que te dije?
— Dijiste que habías descubierto algo, pero no recuerdo que.
— Gwen —ahora Stiles llamó la atención de la chica—. ¿Recuerdas que ese sujeto dijo que preparo una mezcla especial para tí? —Gwen asintió—. Bueno, el virus actuaba más rápido y los hongos Reishi no funcionaron.
Gwendolyn frunció el ceño—. ¿Entonces que hicieron? —nadie le contestó.
Dash suspiró y se talló la cara con ambas manos—. No hicimos nada —rompió el silencio, mirando a los demás antes de continuar—. Moriste.
Gwen sólo pudo atinar a qué era una broma, así que soltó una carcajada—. Muy gracioso, en serio, ¿qué hicieron? —pero nadie se reía con ella. Todos mantenían aquel semblante serio y Gwen sintió que su estómago dió un vuelco—. ¿Entonces cómo es que...
— No lo sabemos —le contestó Kira—. Hasta hace unos minutos todos pensábamos que estabas muerta.
La risa que dejó salir ahora Gwen fue seca, sin ningún toque de humor—. Chicos, esta broma no me está gustando.
— No estamos bromeando —le dijo Scott mirándola a los ojos, reflejando en ellos pura sinceridad—. Gwen, Stiles y yo te vimos. No respirabas, tu corazón no latía.
— Tus manos estaban frías —dijo Stiles, con la mirada ensombrecida por el recuerdo.
Gwen no entendía absolutamente nada. Al igual que el resto.
Entre toda la confusión, Isaac dió un paso al frente, traía un libro ya muy conocido para Gwen en su mano—. Yo sé que pasó —la mirada de todos cayó en el rubio, esperando una respuesta de su parte—. Gwen, para que puedan entender necesito contarles todo —Gwen asintió.
Isaac suspiró y se recargó al lado de Gwen antes de relatar todo desde el principio, desde la primera vez que Gwen escuchó a la voz. Y ahora que uno de sus mayores demonios salió a la luz, Gwen se sentía totalmente expuesta, desnuda ante todos los presentes.
— Y en el momento en que nos fuimos de Beacon Hills, la voz desapareció —terminó de contar Isaac. Era imposible descifrar las expresiones de todos.
— ¿Por qué no nos dijiste nada? Pudimos ayudarte —fue lo primero que cruzó por la mente del Alfa.
— Yo me di cuenta —admitió Stiles—. Cuándo destrozaste el espejo de mi baño, ¿fue por eso, verdad? —la cobriza asintió con miedo—. Nunca quisiste hablar de eso después.
— Teníamos cosas más importantes de las cuales preocuparnos, no quería distraerlos con esto —se apresuró a decir—. Teníamos que salvar a Stiles y ...
— ¡Pudimos haber hecho algo! —fue Derek quién gritó.
Isaac, al sentir todo el miedo que emanaba su mejor amiga, rodeó sus hombros con uno de sus brazos y la chica enseguida escondió el rostro en su pecho—. Hey, si les conté esto no fue para que la atacarán, no es lo que Gwen necesita en estos momentos. Sé los conté para que entiendan lo que voy a decir ahora.
— Habla, Isaac —ordenó el mayor de los cazadores.
— Como tal vez saben, estos últimos meses ambos estuvimos en Nueva Orleans, parte del linaje de dónde proviene Gwen, los Crescent, estaban establecidos ahí, en el pantano —comenzó a explicar—. Cuándo nosotros llegamos ellos ya no estaban ahí, el porqué de eso es otra historia —Gwen se tensó un poco—. Nosotros estuvimos con la prima de Gwen, Hayley, y con los Mikaelson, dos vampiros originales —Stiles ya había escuchado de aquello, pero Kira y Scott abrieron la boca con sorpresa.
— ¿Qué son los vampiros originales? —preguntó la kitsune.
— Significa que son los primeros vampiros que existieron, todos los demás vampiros se derivan de ellos —le explicó Gwen, apartándose un poco de Isaac.
— Como les decía, fuimos varias veces al pantano y en una ocasión yo encontré esto —alzó el libro que tenía en su mano—. Está escrito en latín y en todas las páginas firma Meada Labonair, según esto, el libro es de 1590. Una amiga que conocí en Nueva Orleans es una bruja y me ayudó a traducirlo, también le pedí algo de ayuda a Lydia —la rubia fresa asintió—. Hay varios párrafos raros, llegué a pensar que no había relación alguna, pero...
— ¿Pero qué? Isaac, por Dios, dilo ya —él francés ya se veía irritado.
— Escuchen esto, “Luna creciente con su magia sempiterna, la plata forja su unión. El círculo se cierra cuando asciende en el décimo octavo solsticio de verano, su magia prevalece, sólo con la voluntad de su corazón puede apagarse la llama eterna” —termina de leer y todos en la habitación lo ven sin entender aún nada.
— Felicidades, Gwen, tú antepasado era terrible para escribir poesía —se mofó Derek, aún con su característica expresión seria.
Isaac bufó—. Sé que cuando lo escuchas no tiene nada de sentido. Pero tiene que ser interpretado, dice “el círculo se cierra cuando asciende en su décimo octavo solsticio de verano”. Bueno, el solsticio de verano este año es el 20 de Junio, justo el día en que Gwendolyn cumple 18 años —las expresiones de todos volvieron a cambiar, pasaron de estar confundidos a analizar cada palabra que Isaac decía—. “Luna creciente”, Gwen proviene del linaje de los Crescent. “La plata forja su unión”, además de una Labonair, Gwen es una cazadora, una Argent y creo que todos ya sabemos lo que significa.
— “Con su magia sempiterna” —susurró Stiles—. Sempiterna es sinónimo de eterno, se refiere a que Gwen es inmortal —Isaac le dió la razón al de lunares.
— ¿Y lo último? ¿“Sólo con la voluntad de...
— Significa que Gwen sólo puede morir si se mata ella misma —Isaac cortó a Kira—. Lo único que no entiendo aún es a qué se refiere con “el círculo de cierra”.
Todos empezaron a soltar un montón de teorías y a hablar sin parar, mientras que Gwen estaba en medio de aquel desastre, sin saber siquiera como sentirse y demasiado aturdida para procesar correctamente la información. Todo era demasiado y los gritos a su alrededor sólo hacían que la cabeza le diera vueltas.
— ¡Cállense! —gritó cubriéndose los oídos, harta de escuchar tantas voces a su alrededor. Enseguida todos guardaron silencio y le prestaron atención a la cobriza—. Esto es una locura y no tenemos ninguna prueba para saber que esa tontería habla de mí.
— No puede ser una coincidencia —apuntó su padre—. No creo que sea casualidad que todo eso que dijo Isaac se refiera a ti.
— Entonces probemoslo —Dash habló y enseguida todos lo miraron como si estuviera loco.
— ¿Probarlo?
— Sí, hay que matar a Gwen y ver si revive —se encogió de hombros. Todos seguían mirándolo raro—. Hablo en serio. Que reviva una vez tal vez es coincidencia, pero ¿dos veces? Nos dará certeza.
— Dash, no vamos a matarla.
Otra disputa comenzó, la mayoría de gritos eran hacia Dashiell por sugerir algo tan estúpido y él chico contestaba con varios insultos en francés.
— Chicos, quiero que lo hagan —ahora todas las miradas cayeron en Gwendolyn, como si le hubieran crecido dos cabezas.
— ¿Qué?
— ¿Estás loca?
— Es la única forma de probarlo —Giselle palpó su cinturón y desfundó uno de sus kunais para dárselo a Dash—. Apuñalame.
— ¿Qué? —Stiles y Dashiell dijeron al unísono.
— Dash, hazlo.
— Gwen, si de verdad mueres...
— No me importa morir —cortó a Scott—. Necesito saber si está locura es cierta y es la única manera.
— Chicos, hay que confiar, hace unas horas pensábamos que Gwen estaba muerta, no creo que debamos dudar tanto —Kira intentaba tranquilizar al Alfa y a Stiles, pero ellos aún no parecían convencidos.
— Hazlo —miró al francés a los ojos para hacerle saber que estaba bien.
Él chico asintió y se acercó más a ella, hasta que la punta del cuchillo tocó el pecho de Gwen. Podría ser un cazador experto, pero en ese momento se podía percibir un ligero temblor en las manos de Dashiell Argent.
— Por favor no mueras —dijo Dash antes de comenzar a empujar más el cuchillo, atravesando la piel.
— No quiero ver esto —Stiles cerró los ojos y dió la vuelta hacia la pared.
— Dash, sólo hazlo —la Beta jadeaba un poco por el dolor, pero quería que su primo terminará con aquello de una vez.
El pelinegro asintió y cerró los ojos antes de dejar que su mano enterrara por completo el cuchillo en el pecho de su prima, atravesandolo. Gwen sintió como sus pulmones se quedaban sin aire y todo su pecho ardía. Lo peor fue cuando Dash sacó el cuchillo llenó de sangre, la chica jadeo antes de caer sobre sus rodillas y su vista comenzó a nublarse. El dolor que sentía en la herida se fue, junto con sus otros sentidos.
Y otra vez, era como si estuviera viendo la escena en cámara lenta desde lejos. Cómo si ya no estuviera dentro de su cuerpo. Todo se volvió negro otra vez.
🌒 🌒 🌒
Esta vez la sensación ya era más familiar, así que se mantuvo más calmada, poniendo especial atención a como parecía que cada parte de su cuerpo volvía a cobrar vida y aquel calor que había sentido antes la volvió a recorrer. Comenzó a escuchar las voces a su alrededor.
— Si no despierta les juro que voy a matar a Dashiell —reconocío esa como la voz de Stiles.
— ¿A mí por qué? —se quejó el pelinegro.
— ¿De quién fue la idea? —se mofó Stiles.
— ¡Oye...
— Chicos —el Alfa los interrumpió antes de que siguieran discutiendo—. Nadie va a matar a nadie, su corazón está latiendo.
Gwen comenzó a abrir los ojos lentamente conforme se acostumbraba a la luz y cuando por fin estuvieron bien abiertos y miraron que ocurría a su alrededor, todos en la habitación soltaron un suspiro de alivio. Lentamente la chica se puso de pie, sintiendo un claro dejá vu en toda la situación.
— ¿Estás bien? ¿No sientes nada o te duele algo? —preguntó enseguida su papá.
Gwen negó y bajó un poco su blusa, que se encontraba manchada de sangre que tal vez nunca saldría, y observó el sitio donde Dash la había apuñalado. No había ni rastro de tal acción ahora, ni siquiera un cicatriz y tampoco le dolía en absoluto.
— Me siento bien —se encogió de hombros.
— ¿No debería ir al hospital o algo así? —habló Kira, ante la mirada de todos se encogió de hombros—. Digo, murió y revivió dos veces en un mismo día, tal vez habría que asegurarse.
— Tal vez sea buena idea —concordó Chris.
— Puedo decirle a mi mamá que los vea ahí —la cobriza asintió hacia Scott.
Los Argent y Isaac salieron de la clínica y fueron directo al hospital, dónde Melissa ya los esperaba. La expresión en su rostro cuando le explicaron toda la situación fue para tomarle una foto. Melissa e tomó los signos vitales y le hizo algunas otras pruebas de rutina a Gwen, al final confirmando que todo parecía completamente normal y que los resultados de algunas pruebas tardarían un poco en estar listos así que ya podían irse.
Mientras hacían su camino hacia la entrada de la casa, Gwen sintió una vibra algo rara, como si alguien la estuviera observando. La chica espero que a todos entraran a la casa y se quedó de pie en el pórtico, mirando atentamente a su alrededor hasta que detectó movimiento entre los árboles. Comenzó a bajar lentamente los escalones de la entrada, más concentrada en volver a ver aquella sombra entre los árboles que en ver por dónde pisaba.
Esperaba de todo. Cualquier asesino profesional saliendo de entre los árboles para matarla -lo cuál sería estúpido ya que aparentemente era inmortal-. Algún espíritu que estuviera acechandola, o tal vez una criatura a punto de matarla. Pero para nada se esperaba que en menos de un segundo esa sombra estuviera frente a ella y fuera nada más y nada menos que Niklaus Mikaelson.
Klaus rió ante su expresión de sorpresa y Gwen pensó que su rostro realmente debía ser muy gracioso—. ¿Sorprendida de verme?
— ¿Tan obvia soy? —se mofó, haciendo reír al híbrido otra vez—. ¿Qué haces aquí?
— ¿No puedo visitar a mi pequeña cazadora favorita? —inquirió el mayor.
— No me parece que haría el rompecorazones Niklaus Mikaelson —Gwen lo miró divertida—. ¿Acaso me extrañabas?
— Las noches son algo solitarias sin tener que escabullirme en tu cuarto —admitió Niklaus mientras se acercaba a ella, tomando su mejilla con una de sus manos para acercarla a él—. Puede que tal vez extrañé nuestros encuentros.
— Acordamos algo, Niklaus, nada de enamorarse —le recordó Gwen al mayor, sus narices ya se tocaban y faltaba mucho para que sus labios la hicieran.
Klaus rió secamente y se apartó un poco, para mirar a los ojos azules como el mar de la chica—. Tranquila, pequeña cazadora. No estoy enamorado de ti —dijo con sinceridad—. Y aunque así fuera sé muy bien que tú corazón pertenece a alguien más —Gwen asintió—. Sin embargo, eso no significa que no disfrute bastante de tu compañía. De hecho, he encontrado en tí alguien en quién puedo confiar, una verdadera amiga.
Gwen frunció el ceño, ese tipo de confesiones no eran dignas de Niklaus Mikaelson—. ¿Estás bajo un hechizo o algo así?
Klaus rió secamente otra vez—. Haces muchas preguntas —rodó los ojos—. Simplemente acepta este pequeño momento de sinceridad que tengo, porque te aseguro que no durará mucho.
Gwen sonrió genuinamente, porque ella tampoco estaba cerca de enamorarse de Klaus, su corazón seguía ocupado por aquellos ojos color miel, pero ciertamente el híbrido se había vuelto alguien en quién confiar y en quién apoyarse, alguien que entendía su oscuridad y no trataba de cambiar esa parte de ella. Simplemente disfrutaban hablar de sus desgracias con él otro.
Niklaus volvió a acercarse a su rostro y Gwen creyó que la besaría y aquello sería el inicio lo que ya era normal entre ellos. Pero en su lugar, Klaus dejó un beso casto en la comisura de sus labios y después, sorprendiendo aún más a la Beta, la envolvió en un abrazo. Después de unos segundos, Gwen se dejó hacer y lo abrazó devuelta, sintiéndose bastante reconfortada por aquellos brazos.
Ambos se sentaron en los escalones de la entrada y como era también común entre ellos, dejaron salir sus penas, siendo su apoyo y soporte en la manera tan única que ellos tenían. Fue un momento que de verdad necesitaban ambos.
Desgraciadamente, mientras el extraño duo compartía aquella plática al pie de las escaleras, con los rostros tan cerca que cualquiera pensaría que había algo más que simple amistad; un Jeep azul cielo se estacionaba al otro lado de la acera, con un chico de ojos miel bastante decidido en ver a quien ocupaba sus pensamientos.
Stiles estaba harto de la distancia que los esperaba, y con todo el caos de aquel día, él solo quería estar ahí para Gwen, apoyarla, demostrarle que él siempre iba a ser su soporte, que siempre le daría su mano sin importar que.
Hasta que sus ojos vieron algo que preferían no haber visto y sólo podía significar una cosa. Gwen ya había seguido adelante.
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