03 || Eyes closed
Stiles y Scott se encontraban entrando al campo de Lacrosse, parecía que había pasado una eternidad desde que jugaron o siquiera entrenaron. Entre todos los líos pasados, no había espacio para eso en su mente, pero uno de los propósitos de Scott era volver (o por lo menos intentar) a tener una vida medianamente normal y aquello era lo más cercano a normalidad que podían tener.
- Claro que aún eres el capitán del equipo -lo animó Stiles-. ¿Subiste tus notas cómo te pidió el entrenador?
- Sí, pero nunca me dijo que estaba devuelta en el equipo. Solo me dijo que viniera hoy a las pruebas.
- Tenemos cosas más importantes que resolver -señaló Stiles-. ¿Ya le dijiste a Argent?
- Le mandé un mensaje pero no respondió.
- ¿Le dijiste que su hermana resucitó por mensaje de texto? -Stiles lo miró incrédulo.
- No puedo pagar una llamada a Francia -se encogió de hombros.
- Esos no son problemas financieros. Intenta comprar una RM y visita Eichen House -Stiles suspiró.
- ¿Otro aviso?
Stiles asintió-. Sip, este decía "final".
- Hey, tal vez podrías mandarle un mensaje a Gwen -sugirió el Alfa, a lo que su mejor amigo lo fulminó con la mirada-. ¿Qué? Tal vez si le dices que estás en peligro o algo así ella regrese.
- Como si eso fuera a funcionar. Scott tenemos 117 millones de problemas y uno de ellos no es el equipo de lacrosse, ¿qué hacemos aquí?
- Ahora si -Scott señaló detrás de su espalda y Stiles se volvió hacia el campo para ver lo buenos que eran todos los novatos.
Ambos adolescentes estaban boquiabiertos.
- Tal vez deberíamos practicar un poco.
🌒 🌒 🌒
Gwendolyn se encontraba leyendo un libro en la comodidad de la solitaria sala de estar cuando Isaac se dejó caer a su lado en el sillón, interrumpiendo su lectura.
- Deberías contestarle las llamadas a tu papá.
- Hola, Isaac. Sí, yo dormí muy bien, ¿y tú? -se mofó la chica.
- Hablo en serio, Gwen, es importante -Isaac estaba completamente serio incluso después de su broma, así que Gwen comprendió que no era momento para juegos.
- ¿Qué pasó? Dime qué es tan importante -puso el separador en su libro y lo cerró para mirar expectante al rubio.
- Será mejor que él te lo diga, llámale -insistió.
La cobriza bufó, pero de igual manera tomó su celular y marcó el número de su padre, Chris Argent enseguida contestó.
- Hey, ¿cómo está todo, papá? -preguntó la chica después de escuchar que contestara.
- ¿Isaac te contó? -Gwen negó, aunque Chris no podía verla-. Tenemos un gran problema.
- ¿Qué es? ¿Estás bien?
- Kate está viva.
Gwen se congeló por unos segundos.
- ¿Qué? Eso es imposible -su respiración comenzó a acelerarse-. Yo la vi muerta, con mis propios ojos. Fuimos a su funeral, vimos como la enterraron...
- Ojalá fuera una broma -Argent la interrumpió antes de que continuara con su vómito verbal-. Es una larga historia, pero está viva y ahora es cambia-formas, lo que significa que está fuera de control.
- ¿Entonces...
- Necesito que vuelvas a Beacon Hills -Gwen contuvo la respiración, se esperaba algo como aquello, pero tenía la esperanza de que no le pidieran tal cosa.
- Papá sabes que...
- Cariño, te entiendo, sé que es difícil y que juraste nunca volver, pero sabes que Kate es peligrosa y más con sus nuevas habilidades -el cazador soltó un suspiro-. No podemos dejar que esté suelta así. Piensa en tus amigos...
- Papá por favor no me pidas que haga esto -suplicó.
Pero Chris Argent conocía muy bien a su hija y usó un arma que sabía que nunca le fallaría-. Nous protégeons ceux qui ne peuvent pas se protéger à oui le même, ¿recuerdas?
Gwen maldijo por lo bajo.
- Está bien -miró a Isaac antes de seguir hablando, él rubio ahora sonreía-, estaremos ahí en un día.
- Sabes que no te pediría esto si no fuera de gravedad, Gwen, de verdad respeto tu decisión...
- Yo lo entiendo, papá. Iremos a Beacon Hills y le pondremos fin a esa loca sociopata -su papá rió-, pero en cuanto ese asunto esté terminado yo volveré.
- Está bien, hija, si eso es lo que quieres no te voy a retener.
- ¿De verdad iremos? -Gwen asintió. Isaac se veía realmente emocionado y la cobriza solo pudo sentirse mal porque él realmente quería volver pero no lo hacía por ella.
- Escucha, yo hablo en serio cuando digo que solo será aquel asunto y después regresaré aquí, pero tú no tienes porqué...
- No sigas, ya hemos tenido esa plática.
- Isaac yo no quiero que estés en un lugar donde realmente no quieres estar sólo por mi -los ojos azules se cristalizaron levemente-. Yo quiero que seas felíz.
- Yo soy felíz, tal vez Niklaus me saca de quicio pero también me gusta estar aquí -aseguró-. No voy a negar que extraño a Scott, a Derek, el lacrosse y la manada, pero no podría dejarte sola, Gwenny.
Gwen frunció el ceño-. No me llames así -le pegó levemente en el hombro.
Ambos comenzaron una pequeña lucha en el sillón, que terminó en muchas carcajadas.
🌒 🌒 🌒
Después de que Gwen anunciará a su prima y a los dos vampiros originales que tenía asuntos que resolver en Beacon Hills y debía irse un tiempo, ambos adolescentes se encerraron en sus respectivas habitaciones para preparar sus maletas.
Cuándo Gwen estaba terminando la suya, la puerta de su habitación fue tocada y no necesito preguntar quién era, ella ya sabía de antemano.
Abrió la puerta dejando ver a Klaus detrás de esta, con una sonrisa traviesa. El híbrido enseguida entro a la habitación y cerró la puerta detrás de él, para después tomar el rostro de la ojiazul entre sus manos y lanzarse sobre sus labios con fuerza. Gwendolyn no pone resistencia alguna y responde al beso con la misma intensidad.
Las manos de Niklaus bajan hasta su trasero sin romper el beso y en un movimiento rápido ya está cargando a la chica mientras esta enreda sus piernas en su cintura. El híbrido avanza hasta la cama y entro rápido y brusco movimiento deja caer a Gwen sobre esta para posicionarse entre sus piernas.
- ¿Hay alguna manera de que te quedes? -dice Klaus con la voz agitada mientras Gwen tira del borde de su camiseta para sacarsela. Gwen suelta una carcajada cuando lo escucha decir eso.
- ¿Niklaus Mikaelson me está pidiendo que me quede?
Klaus soltó una risa seca-. ¿Qué puedo decir, pequeña cazadora? Me acostumbré a tu presencia -las manos frías y ásperas de Klaus se adentraron en su blusa y acariciaron su abdomen-. Y a Hayley le sirve mucho que estés aquí.
- Me necesitas, Klaus Mikaelson, aunque lo niegues -se mofa la chica. Klaus vuelve a reír y termina por sacar la blusa de Gwen.
Sus labios vuelven a unirse en un beso salvaje y algo desprolijo mientras las manos de Gwen se encargan del cinturón del mayor.
Klaus se levanta y se quita los zapatos para después bajar sus pantalones y deshacerse de ellos antes de volver a ponerse entre las piernas de la menor.
Mientras se besan Gwen toma impulso y ahora ella está arriba. Sus caderas comienzan un vaivén que los vuelve locos a ambos.
- Dijimos que sin compromisos, Niklaus -dice Gwen entre jadeos.
Klaus gruñe por el placer y vuelve a reír secamente-. Tranquila, pequeña cazadora, tengo muy claro que nunca has sido ni serás mía.
Aquello es lo que más le gusta a Gwendolyn de aquella relación que tiene con Klaus. Todo es puro y simple deseo, pura pasión. Nunca hay sentimientos de por medio, aunque claro que se tienen cariño, pero son conscientes de que sus corazones pertenecen a otras personas y están bien con eso.
Es la forma perfecta de escapar, de llenar sus vacíos mutuamente por un rato.
Niklaus vuelve a dejarla debajo de él y el resto de la ropa desaparece. El encuentro es salvaje y a ambos les encanta, los gruñidos, jadeos y gemidos lo dejan muy claro. Pero ambos saben que preferirían estar enredados en las sábanas de otra persona.
El tacto de Klaus es tan diferente al de Stiles que a veces es imposible no compararlos. Las manos de Stiles eran cálidas y suaves e incendiaban todo dentro de ella. Mientras que las del híbrido son más ásperas y frías, también logran hacerla temblar y las disfruta, pero no causan ese gran fuego en su interior.
Gwen piensa que, tal vez si mantiene los ojos cerrados Klaus se transformará en quién de verdad anhela, pero obviamente eso no sucede.
Cuándo su encuentro termina, Gwen permanece entre las sábanas, observando al híbrido vestirse. Tal vez ella debería hacer lo mismo, ya que solo faltan unas cuantas horas para que se tengan que ir.
- Confío en que nos volveremos a ver, pequeña cazadora -él mayor habla mientras se pone el cinturón.
- Tenlo por seguro.
Klaus toma su camiseta de la cama y después de ponérsela mira fijamente a la ojiazul-. Gwendolyn, si necesitas algo, lo que sea, no dudes en pedirlo. Has peleado por mi familia y te lo debo.
- No lo hice buscando algo a cambio, Hayley es mi familia, Hope también y supongo que de alguna manera ustedes.
- No seas tan terca como tu prima -Niklaus resopla-. Cómo sea, la oferta seguirá en pie siempre. Si necesitas algo, lo que sea, llámame.
Gwen sonríe y asiente, eso es todo lo que él híbrido necesita para salir de la habitación.
🌒 🌒 🌒
Un par de horas después, Gwen y Isaac ya se encuentran con sus maletas listas en el recibidor de la mansión. La camioneta que Elijah gentilmente les proporciono para el viaje los espera afuera.
Elijah y Hayley salieron a despedirlos, aunque Gwen pudo ver a Klaus asomado en el balcón.
- Gwendolyn, no dudes en llamarnos si necesitan cualquier cosa -al parecer los hermanos Mikaelson están muy serviciales, piensa Gwen.
- Lo que sea, Gwen -recalca Hayley.
Ambas chicas se abrazan por un largo período. Cuándo se separan, la mayor toma de los hombros a la adolescente y la mira directamente a los ojos.
- Cuídate mucho y cuida a los que amas -Hayley empieza muy firmemente-, todavía no es tan tarde para ti, Gwen. Yo tengo fé en ti.
Hayley se ha convertido en una clase de hermana mayor y los ojos de Gwen se cristalizan por la simple idea.
Aunque nunca reemplazaría a Allison, eso es claro.
Las chicas vuelven a abrazarse y después de decirles a los dos adolescentes que no duden en pedirles ayuda mil veces más, los chicos salen de la mansión. Dónde su camioneta lista junto a dos vampiros en una camioneta idéntica, había sido idea de Elijah que tuvieran una escolta que se asegurará que no tuvieran inconvenientes en el camino y llegarán a salvó.
Gwen mira hacia arriba y ve a Klaus asomado en la ventana, le sonríe como despedida y aunque él no responde, sabe que la vio.
Nunca pensó que después de jurar que nunca volvería a Beacon Hills, eso era justo lo que estaba haciendo ahora.
Algo muy dentro de ella le decía que no volvería muy pronto a Nueva Orleans.
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