01 || Nightmares
Nueva Orleans, 3 meses después
Gwen ya había estado antes en ese lugar, lo reconocería dónde fuera.
Era el viejo Oak Creek, nunca podría olvidar aquel lugar.
Y frente a ella, como todas las veces anteriores, es encontraba el cuerpo moribundo de Allison. "¿Por qué me dejaste morir Gwen? ¿Por qué no me salvaste? Me dejaste morir, Gwen".
La cobriza se despierta sobresaltada, aunque aquel sueño ya se volvió familiar para ella, siempre se siente tan real.
Le toma unos segundos recuperarse y se gira sobre su cuerpo en la cama, sorprendida al ver a Niklaus en ropa interior buscando sus pantalones por la habitación, pues normalmente después de sus encuentros a la mañana siguiente ya no había rastro de él o de qué siquiera hubiera estado ahí.
— Alguien se quedó dormido anoche —se mofó mientras se incorporaba en la cama después de estirarse.
— Después de la batalla que me diste, no me puedes culpar —atacó el híbrido, encontrando sus pantalones bajó la cama.
Gwen rodó los ojos y le lanzó uno de los cojines—. Idiota —él híbrido sonrió burlón esquivando el golpe—. Deberías irte antes de que Hayley o Elijah despierte y te vean aquí.
Klaus soltó una sonora carcajada—. Nuestros encuentros dejaron de ser un secreto para todos en esta casa hace un tiempo, pequeña cazadora.
Gwen resopló—. Bueno, tampoco es como si hubiera mucha gente en esta casa últimamente. Y no somos tan discretos, si no estuvieran en confinamiento tal vez todo el Barrio francés lo sabría.
La mirada de Klaus se oscurece por un segundo y Gwen sabe que tocó una fibra sensible—. Es suficiente con que Hayley me odie aún más.
Gwen está apunto de contestar que Hayley no lo odia ni de cerca, solo está en duelo, pero se ve interrumpida. Klaus estaba terminando de vestirse cuando Isaac entró a la habitación sin siquiera tocar y se detuvo en seco cuando vio al híbrido.
— Alguien no sabe tocar la puerta —masculló Niklaus.
— No sabía que eras de los que se quedaba a dormir —gruñó el menor.
Claramente ellos no eran los mejores amigos. Y obviamente era porqué, además de que Niklaus no era la persona más amigable, Isaac no estaba para nada de acuerdo con sus encuentros casuales. A pesar de eso, la chica agradecía que Klaus nunca lo hubiera sacado a patadas -a pesar de que amenazó con hacerlo cada vez que él chico le colmaba la paciencia- y lo dejara quedarse en su casa -también debía reconocer que había mucha intercepción por parte de Elijah, Hayley y obviamente de ella misma, pero aún así lo agradecía-.
Él mayor salió de la habitación y obviamente Isaac no desperdicio la oportunidad de golpearlo con su hombro cuando pasó al lado de él.
— Odio a ese tipo —gruñó cuando la puerta se cerró—. No entiendo que le ves.
— Supongo que los dos somos tan miserables que nos atraemos mutuamente —se encogió de hombros. Isaac hizo una mueca de asco—. Cómo sea, ¿por qué entraste así?
— Bueno, ¿recuerdas que me hablaste de aquello de tu magia y algo sobre los pecados de tus ancestros? Algo así.
— Ajá —Gwen le hizo una seña para que continuara.
— Bueno, la última vez que las acompañé a Hayley y a ti al pantano puede que haya estado hurgando un poco en la cabaña —la chica frente a él lo miró mal—, ¿qué? No me digas que no te da tantita curiosidad, además, todo fue con fines de investigación —Gwen rodó los ojos—. El punto es que encontré algunas cosas que tal vez nos puedan servir.
— ¿Cómo qué?
— Hay una especie de libro con profecías o algo así, no lo entendí porque está en latín arcaico, pero tenía un dibujo parecido al de tu collar, así que pensé que sería útil.
Gwen suspiró—. En estos momentos me vendría bien Lydia —dijo apenas en un susurro, pero obviamente Isaac la escucho y la miró con reproche—. No empieces, por favor, ya sé lo que dirás.
Isaac resopló y no dijo nada más. En ese momento el celular de Gwen sonó sobre la mesita de noche y ella se estiró para tomarlo, aunque en cuanto vio de quién provenía el mensaje toda la tristeza cubrió su rostro y simplemente dejó el teléfono en su lugar para ignorar el mensaje. Isaac conocía a la perfección esa expresión.
— ¿Otro mensaje de él? —Isaac no quiso pronunciar su nombre porque sabía que aún dolía, pero no pudo evitar preguntar. Suspiró, el silencio fue toda la respuesta que necesitó—. Sé que tomaste tú decisión, pero tampoco es justo para él Gwen, el chico te ha escrito cada día durante 3 meses...
— ¿No tienes un sitio en dónde estar? ¿Acosando a la chica de la tienda de discos o algo así? —lo cortó Gwen, evadiendo por completo la conversación.
— Yo no acoso a Davina, ella simplemente está en la tienda cuando yo llego, es pura casualidad —Isaac se hizo el desentendido.
— Ajá, claro. Por lo que he escuchado, no confío para nada en esa chica, Isaac, mantén tu distancia...
— ¿Acaso yo digo algo de tu rara relación con Niklaus? Confiaba más en Peter Hale que en ese tipo —él rubio sabía bien por dónde atacar a su mejor amiga.
— Klaus y yo estábamos vulnerables y las cosas se dieron —lo crean o no, Gwen repetía esas palabras a Isaac muy seguido—. Además, te recuerdo que vivimos en su casa, nunca te ha sacado a patadas a pesar de que tú tampoco le agradas, no es tan malo.
Isaac rodó los ojos.
— Eres imposible —miró a la chica con reproche—. Tengo mucho latín arcaico que traducir y creo que Hayley te está esperando, así que adiós.
Isaac sale del cuarto y a Gwen le toman unos minutos procesar tanta información tan temprano antes de levantarse y caminar al baño de su habitación.
Aún le parece muy raro como todo en sus vidas a cambiado tanto a cuatro meses después de la muerte de Allison. Sobre todo los últimos tres meses, desde su llegada a la mansión de los Mikaelson, el contraste entre su antigua vida y la actualidad es increíble.
Llegó a Nueva Orleans después de que Hayley y Niklaus decidieran dejar a su hija bajo el cuidado de la hermana del híbrido, Rebeka Mikaelson. Por supuesto, los rumores corren rápido por el Barrio francés, por lo que su llegada solo alimento muchas teorías sobre la familia que ante la vista de todo el mundo se encontraba en duelo.
Si bien Gwendolyn no lo llamaría duelo, el ambiente en la mansión si se sentía como si hubieran perdido a alguien para siempre, aunque claro, atribuía esto a el dolor tan grande que debe representar para Hayley haber sido separada de su hija después de su traumático nacimiento y además agregar su nueva inmortalidad a la lista.
Cómo ya dijo antes, cuando Isaac y ella llegaron, ella aún llevaba la herida de la muerte de Allison fresca y profunda (y aún la lleva) por lo que no fue muy difícil que Hayley la viera como su apoyo y consuelo, tampoco fue difícil lograr conectar con Klaus, después de todo, ambos cargaban con la muerte de sus seres amados y la impotencia de no poder protegerlos. Todo eso los llevo a la rara e información relación que mantenían al día de hoy.
Por supuesto que es en su mayoría puro sexo, también algo de apoyo mutuo, por lo menos se han convertido en muy buenos amigos y confidentes. Aunque ambos saben bien que nunca podrían enamorarse del otro, porque sus corazones pertenecen a alguien más y porqué una relación entre esos dos tan rotos solo desataría más caos.
Así que básicamente, su vida los últimos tres meses se ha basado en tratar de consolar y sostener a la familia Mikaelson para distraerse de su propio duelo. Y tampoco se queja, realmente disfruta pasar tiempo en la ciudad dónde su mamá creció y ha conectado de alguna manera con los dos vampiros originales y su prima, casi podría decirse que se siente en familia otra vez, pero no lo quiere estropear.
🌒 🌒 🌒
Gwen se encuentra sentada bajo la sombre de un árbol mientras Hayley completamente transformada en lobo merodea por el bosque, la adolescente prefiere quedarse ahí porque le gusta darle su espacio, sabe que es su manera de escapar de las cosas por un rato y guiarse solo por sus instintos animales.
Según Hayley, todos los Crescent, que habitaban el pantano, tenían la habilidad de transformarse completamente, Gwen le cree porque su madre también podía hacerlo y confía que algún día ella también podrá. Aunque está segura que esa no es la magia que tanto busca.
Le gusta mucho escuchar las historias de Hayley sobre los Crescent y se arrepiente de no llegar antes, tal vez sí los hubiera conocido la hubieran ayudado como ayudaron a su prima y podría haber evitado muchas cosas. Pero siempre llega tarde.
Al principio fue muy difícil que su prima se abriera con ella, la híbrida es increíblemente testaruda y prefiere lidiar con su dolor sola -viene de familia, al parecer-, pero poco a poco la dejó entrar y tal vez sigue sin sacar todo aquello que guarda, pero por lo menos la deja estar a su lado, acompañándola a sufrir en silencio. Las pocas veces que se ha soltado con ella, la beta incluso se siente mal por quejarse de su desafortunada vida, pues la híbrida la ha tenido 100 veces más difícil y no puede siquiera imaginar lo que es ahora estar condenada a cargar con el sufrimiento por la eternidad.
De sólo pensarlo detesta la idea de ser inmortal.
Cuándo Hayley regresa, Gwen le pasa su ropa y se encaminan a la camioneta, aunque la castaña se detiene un momento a observar con nostalgia una muñeca que yace destrozada en el lodo, no tarda mucho en levantarse y emprender marcha otra vez.
Gwen duerme todo el camino de regreso y como ya es usual, revive su peor pesadilla una y otra vez.
🌒 🌒 🌒
¿Qué les parece la nueva vida de Gwendolyn?
Estos primeros capítulos tratarán más que nada de su nueva vida en Nueva Orleans, para que se den una idea de que ha hecho en los meses que han pasado, igual habrá sorpresas así que prepárense.
Saben que soy toda oídos a cualquier duda o comentario.
All the love, Soph.
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