Tomando venganza
Con la ira adecuada, todos somos monstruos.
Elliot se quedó en silencio un momento y suspiró.
—Vamos Elliot, sentado aquí hablando con los muertos y contigo mismo no ayudarás en nada.
Un grito entre todo el ruido de la pelea llamó su atención. Un grito que era inconfundible para él, se giró y buscó con la mirada, observó como Ashley estaba en el suelo, sangrando de la nariz y boca. Un demonio la tomó del cabello y la arrastró, otro se la quitó y la levantó y la cargó en su hombro como si fuera alguna especie de carga. Sus brazos colgaban junto con su cabello, se mecían de un lado a otro con cada paso que daba, se veía inconsciente. Los ojos de Elliot se abrieron en grande y su corazón se aceleró, apretó los dientes con ira.
—¡No, no se la van a llevar como me quitaron a Neimy no, no, no lo permitiré!
Sintió el golpe de adrenalina y como su corazón latía como si fuera a salir de su pecho. Se levantó y corrió preparaba su arco y flecha. El miedo se había esfumado, era como si no le importara morir, parecía no haber nada a su alrededor, solo estaba concentrado en recuperar a Ashley. Se detuvo unos segundos, inhaló, exhaló y sin dudarlo lanzó una flecha hacia el demonio. Entro por su espalda el dolor lo hizo gritar dejando caer a joven ángel. Elliot tomó otra flecha y volvió a tirar, pero ahora al otro demonio.
Los dos cayeron de rodillas. Tomó otra flecha, la colocó en su arco y la lanzó, volviendo a darle al demonio que intentaba levantarse. El otro, herido intentó ir por Ashley, pero Elizabeth mientras peleaba lanzó una cuchilla dándole en el rostro. Elliot tomó otra flecha y la lanzó al demonio que peleaba con Ella. Sin parar tomó otra flecha, la lanzó nuevamente a otro como si entrara en una especie de frenesí, tomaba una flecha, la colocaba en el arco, apuntaba a su objetivo y tiraba. En un par de minutos había acabado con 6 demonios hasta que otro llegó por detrás y lo golpeó, haciendo que golpeara con fuerza contra el suelo. Lo tomó del cuello y comenzó a asfixiarlo. Ezequiel atravesó su espada por su pecho del demonio la levanto y lo corto casi a la mitad, bañando en sangre a Elliot. En segundos se volvió cenizas.
¿Qué mierda haces maldito loco? —dijo Ezequiel exasperado.
Elliot asustado y cubierto de sangre se arrastró hacia atrás, totalmente agitado. Sus ojos estaban muy abiertos y sudaba. Dirigió la mirada hacia donde se encontraba Ashley, ignorando a Ezequiel; vio como una hibrida y un ángel se llevaban a Ashley.
—¡Mierda!
Otro demonio atacó a Ezequiel, momento que aprovechó Elliot para salir corriendo detrás de la híbrida que se llevaba a Ashley, pasando por un lado de Elizabeth, quien forcejeaba con otro. Ella observó de reojo que se la llevaban y con desespero gritó.
—¡¡¡Ellos matar a Nei...my, ellos, ellos son!!!
De golpe Elliot se detuvo y rodo sus ojos hacia Elizabeth con sorpresa.
Apretó su arco y luego lo preparó. El aire le faltaba y sus manos temblaban. Observó a la híbrida elevarse con Ashley, lanzó la flecha y le dio al ángel que le seguía y sin pensarlo recogió algunas de las fechas que había disparado antes y salió corriendo tras la mujer. Salió por la entrada de la casa, había algunos carros y camionetas estacionados, regresó a la casa y en un adorno para colgar las llaves había algunas, tomó todas las que pudo y salió presionando los distintos botones y tirando las que no detectaban el auto.
Por fin una encendió un Jeep de modelo reciente, corrió y subió saliendo del lugar. Con su celular llamó a Melissa.
—¿Aún estás aquí con el dron?
—Sí, de hecho, voy en la camioneta siguiendo a la mujer que lleva a Ashley.
—Excelente, no la pierdas de vista, ya voy detrás de ti, creo que ya alcanzó a ver la camioneta, voy en un Jeep.
—Bien.
—Esa maldita fue una de las que mataron a Neimy. No permitiré que le hagan lo mismo a Ashley.
—Entiendo, ¿en dónde está Isaías y los demás?
—Se quedaron allá, supongo que no tardarán en seguirnos.
—Bien.
Después de colgar y manejar por unos kilómetros y entrar a una carretera dentro de una zona boscosa las perdió por un momento. Vio la camioneta donde iba Melissa, fuera de la carretera, junto con otro auto de reciente modelo en color negro con los vidrios polarizados. Estacionó el Jeep junto a la camioneta y observó el otro carro. Ashley y Melissa se encontraban en el suelo amordazadas. De pie a su lado estaba la híbrida y junto a ella, la demonio que custodiaban a Belial con las manos cruzadas, llevaba puesta una falda corta con pastelones y un fajillo con estoperoles, una blusa negra pegada al cuerpo con algunas cadenitas que les adornaban, unos guantes que hacían juego, como los que usan los motociclistas, unas botas cerradas con cintas plateadas y un tacón alto, como de unos 10 centímetros.
—Es solo otro estúpido humano —dijo mientras lo veía de arriba abajo.
—Él mató a seis, está con el híbrido de Ezequiel, para él son importantes todos ellos. —comentó la híbrida.
—Bien, entonces captúralo, tendrá que elegir entre la vida de sus amigos humanos o la de la nephilim y la sanadora.
La híbrida dio unos pasos hacia Elliot y él se puso en posición para tirar con su arco.
—No te me acerques bruja. Se que tu estabas cuando mataron a Neimy, ¿verdad?
La mujer apareció sus alas y su rostro se deformó con algunas protuberancias que le salieron de sus mejillas, sus ojos se volvieron oscuros. Su rostro parecía como si fuera áspero, como la piel de un reptil.
—Eres horrenda.
—Me imagino que hablas de la sangre pura. Yo maté a esa puta, la dejé morir, era muy fastidiosa, sabes que se revolcó con los que la vigilaban. Puedo mostrarte el video de vigilancia si quieres.
—¡Cállate! o te juro que te mataré. —Elliot apretó con fuerza el arco y la flecha que mantenía lista para soltar.
—Sabes que hubieran podido salvarse de no ser porque decidió rescatar a la estúpida sanadora. Patética.
Elliot soltó la flecha y de un movimiento la esquivó.
—¿Crees que me vas a matar con tus estúpidas flechas?
La híbrida se acercó rápidamente y lo golpeó en el rostro haciéndolo caer al suelo. Con rapidez intentó recuperarse y tomar una flecha, pero la híbrida pisó su mano, presionando su pie y removiendo con fuerza para lastimarlo. Elliot se quejó de dolor. La mujer tomó la flecha, quitó el pie y la clavó en su mano. Él soltó un grito y retorció de dolor. Lo tomó del cabello y lo obligó a mirarla. La ignoro e intento sacar la flecha de su mano.
—Te ayudaré —comentó y le sacó la flecha de un jalón, pero volvió a enterrarla, en su pierna, de nuevo el dolor lo hizo gritar.
—No sabes cómo disfruté haber matado a la sangre pura, verla retorcerse de dolor igual que tú, fue tan divertido —susurró muy cerca de su oído.
—¡Maldita! —gruñó entre dientes, al mismo tiempo que intentaba soportar el dolor.
Elliot comenzó a sollozar y sus piernas y manos temblaban, su respiración seguía agitada y el sangrado de sus heridas no paraba.
La híbrida le sonrió y sacó la flecha de su pierna, estaba a punto de volverla a clavar cuando una presencia a su espalda llamó su atención, la mujer se giró dándose cuenta que Ezequiel había llegado. Sus enormes alas estaban extendidas y se iban cerrando poco a poco. Él fijó sus ojos totalmente negros en Elliot, una lágrima que resbalaba por su mejilla llamó su atención, la siguió con la mirada hasta que cayó. Ladeó ligeramente la cabeza mientras lo estudiaba deteniendo sus ojos en las heridas que no dejaban de sangrar, para después dirigirlos a la híbrida, elevó ligeramente su labio inferior dejando ver uno de sus colmillos, las marcas en su rostro se oscurecieron aún más y sus garras crecieron notablemente.
—Ezequiel, ella mató a Neimy —afirmó entre sollozos y con voz entrecortada.
Gruñó como un animal salvaje y se lanzó hacia ella dándole un fuerte golpe. Ella intentó protegerse, pero la golpeó muy fuerte, haciendo que perdiera el equilibrio y caer al suelo. Se acercó y la partió el estómago, intentó defenderse con algo de energía que Ezequiel fácilmente desvió con un poco de la suya. Se paró casi encima de ella, la tomó del cabello y comenzó a golpearla contra el suelo, la híbrida solo manoteaba intentando soltarse, gritaba desesperada pidiendo ayuda.
—¡Auxilio, ayuda, por favor! ¡Para, para, por favor! ¡ahahaaa!
La híbrida gritaba desesperada mientras que Ezequiel seguía golpeando su rostro contra el suelo. Como pudo sacó una pequeña navaja y se la clavó en el pie. Gracias a eso, la soltó. Su rostro sangraba de todas partes, intentó levantarse y atacarlo, pero él atrapó su mano deteniendo el golpe.
—No entiendo cómo prefieres proteger a esos humanos, deberías estar con tu raza, fuiste rechazado igual que nosotros, tus padres fueron asesinados igual que los nuestros.
¡Cállate! —grito y la abofeteó, la tomó del cabello y la arrastró hasta Elliot.
Le quitó la daga a la híbrida y se la lanzó, él, la miró comprendiendo al instante lo que deseaba.
—Mátala, ¡toma venganza!
Elliot tragó en seco y se removió nervioso. La mujer se encontraba de rodillas frente a él, sus alas ya habían desaparecido y su rostro lucía como el de una humana, levantó la mirada cruzándola con la de él.
—No puede, necesita estar enojado, tan solo es humano cobarde.
—¡Cállate! —dijo alzando la voz.
—¡Mátala Elliot! —ordenó Ezequiel.
—Bien, te ayudaré, sabes que lo último que escuché salir de la boca de la sangre pura, fue susurrar tu nombre —Elliot frunció el ceño.
—¡He dicho que te calles! —volvió a alzar la voz.
—Elliot, Elliot. —fingió susurrar—. fue difícil de matar todavía con 5 balazos, ¿o fueron 3?, ya no lo recuerdo, pero aún seguía arrastrándose como una perra.
Apretó los puños y la mandíbula, lleno de rabia y por impulso, tomó la daga y la enterró en su cuello. La mujer puso los ojos en blanco y cayó al suelo, su cuerpo daba ligeros espasmos y la sangre brotaba por su boca y nariz. Elliot la observo hasta que dejó de moverse saco la daga de su cuello y sus ojos muy abiertos buscaron a Ezequiel. Lo vio girare hacia la mujer que custodiaba a Belial. Ella los miraba con una ligera sonrisa en los labios, como si le hubiera divertido la muerte de la hibrida.
—Quédate aquí, no vuelvas hacer nada estúpido.
—Ten cuidado, esa mujer es peligrosa.
—No me digas, entonces será divertido.
Ezequiel caminó hacia ella y se detuvo a unos pasos.
—Entrégamelas.
—¡jajajajaja!
La mujer río a carcajadas como si hubieran dicho algo verdaderamente gracioso, él se mantuvo con esa seriedad que a él lo define.
—En verdad, ¿me estás pidiendo que te las entregue? Eso no va a pasar jamás.
Ven por ellas si las quieres, será un placer pelear contigo.
En ese momento llegaron volando Isaías y Elizabeth tomando lugar junto a Ezequiel.
—¡Oh! han llegado los refuerzos.
La puerta del auto que se encontraba a espaldas de la mujer se abrió, salió su compañero y tras él, salió Belial con su clásica máscara, pero esta vez sin cubrirse el cabello, se podía ver una larga cabellera negra atada en una coleta alta.
❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️
Muy intenso el capítulo. Estamos a días de terminar espero actualizar pronto no olviden dejar sus votos y comentarios. Pronto les daré una sorpresa con mi nueva historia. Gracias y los amo mis fieles lectores. Besos y abrazos 🥰🥰😘😘
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