Vigesimonoveno Capítulo.

29.


Al parecer Jeon Jungkook se había vuelto experto hasta en cocinar panecillos junto a la señora Kim. De eso se estaba percatando Jimin durante los últimos días en que el militar trataba de demostrar que podía ser una persona más o menos agradable. Incluso, en vez de fruncir el entrecejo a cada rato, cuando los dueños de la propiedad lo observaban el militar sonreía como podía, aunque parecía una mueca, era un gran avance para alguien tan complicado como él.

Aunque no dejase de discutir con Jimin, comenzó a bajar un poco los humos y había empezado a hacer la cuna para Jade con madera que conseguía cuando salía de la propiedad e iba al bosque. De vez en cuando, el joven se pasaba por el pequeño granero de la propiedad para echar un vistazo a la creación del militar y se emocionaba al ver que era bastante bueno en lo que hacía, eso significaba que su preciosa bebé podría tener su propio espacio para dormir más cómoda y de forma segura sin pensar que se caería por dormir en una cama o sillón.

Luego siempre volvía a la vivienda, con ánimos de pasar más tiempo con Jade, y ella aparentemente se comportaba más serena cuando se encontraba en sus brazos. La señora Kim le había dicho hacía unos cuantos días que la bebé lo veía como su padre y, aquel día Jimin no pudo disimular sus sentimientos y dejó caer unas cuantas lágrimas llenas de felicidad, pero a la vez de nostalgia. Aquella criatura se había convertido en el ser que más quería proteger en aquel mundo lleno de muerte, y a pesar de estar a salvo en aquella propiedad, sentía siempre ansiedad cómo si algo malo llegase a ocurrir. Por tal motivo, cuando el leve sol de invierno salía entre las montañas y le daba un poco de visibilidad, Jimin se escabullía de la propiedad junto con su catana para recorrer el perímetro y cerciorarse de que todo estuviese bien.

Ese día, Jimin estaba cambiando a Jade mientras le daba pequeños besos sobre la pancita y ella se removía gustosa moviendo sus pequeñas extremidades de lado a lado. El joven le sonreía y jugaba con ella cuando sintió algo pesado caer sobre el suelo cerca a la habitación de Lee. Jimin de inmediato abrigó a la bebé para aguardarla entre sus brazos. Divisó su catana en una de las esquinas de la habitación y fue allí dispuesto a defenderse de cualquier situación.

Escuchó fuertes pasos subir las escaleras al segundo piso y varios murmullos, luego escuchó cómo la señora Kim comenzaba a sollozar. Jimin sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal, estaba realmente asustado sin saber qué ocurría. Luego, la puerta de la habitación en dónde se encontraba se abrió y Jimin cómo pudo, apuntó a quien fuese con la catana, sin embargo, se trataba de Lee, quien le observaba bastante preocupado.

—El señor Kim se ha desmayado, Jimin. Necesito que vaya a ayudarlo —le informó y se acercó mientras Jimin dejaba caer la catana al suelo. Lee extendió sus brazos recibiendo a la bebé para que Jimin pudiese ir rápidamente a auxiliar al señor Kim.

Salió en dirección a la habitación principal, en donde el hijo de los Kim y el teniente Jeon ya se habían encargado de subir el cuerpo del dueño de la propiedad sobre la cama. El hombre lucía bastante pálido mientras su mujer trataba de darle aire con las manos. Jimin se acercó, abriéndose paso entre los dos hombres y se inclinó para tomar los signos vitales del señor.

—¿Sufre de alguna enfermedad? —le preguntó Jimin directamente a la señora. Ella elevó la mirada, demostrando las lágrimas que comenzaban a apoderarse de sus orbes.

—Tiene problemas cardíacos —respondió ella, sin dejar de aferrarse a la mano de su esposo. Jimin asintió, observando cómo el hombre recobraba de forma paulatina la consciencia, luciendo bastante pálido y desorientado.

—¿Tienen todavía medicina? —le preguntó a la señora Kim y ella negó con desasosiego. Jimin dejó salir un suspiro, lo más probable es que el hombre podría enfermar aún más sin su medicina. La única opción que tendrían sería volver a Andong para buscar una farmacia y poder encontrar lo que necesitaban.

—Yo podría ir a una farmacia —intervino Jungkook, acaparando la atención de todos los presentes—. Solo necesito saber el nombre de las medicinas e iré en este momento. No hay ningún lío.

—No puede ir solo —intervino Lee—. Iré con usted, teniente —en ese momento Jimin se incorporó de la cama y negó a la propuesta del mayor.

—Yo iré con él, si no llega a haber las medicinas que necesita el señor Kim, yo tendré que buscar otra alternativa —respondió Jimin, acercándose a Lee, quien aún seguía manteniendo entre brazos a la bebé—. Mejor encárguese de cuidar a Jade, no demoraremos en volver.

Jimin sabía que solo iría con Jungkook, puesto que durante el tiempo que había estado en aquella propiedad, se había dado cuenta que el hijo de la familia Kim no sabía de armas y menos de defensa personal, lo cual era mayor desventaja para ellos si le pidiesen compañía. El joven salió detrás del militar, quien iba directamente a alistar las armas necesarias para enfrentarse de nuevo a la realidad que consumía la nación. Por su parte, él fue directamente en búsqueda de la catana, dado que últimamente sentía que podía manejarla mejor que un arma de fuego, mientras la colgaba sobre sus omóplatos, giró a sus espaldas dándose cuenta de que Lee no se encontraba a gusto de que saliera a exponerse.

—Tengo que ir, Lee. El señor Kim puede fallecer en cualquier momento sin esas medicinas, y por habernos dejado quedar aquí, lo menos que puedo hacer es tratar de posponer algún infarto. Cuide a Jade —le dijo Jimin, antes de inclinarse hacia la bebé y dejar un suave beso sobre la pequeña cabeza de esta.

—Es mejor que yo vaya, podría hacer una lista de cuáles son los medicamentos... Jimin, lo menos que quiero es perderlo a usted, no podría soportar otra pérdida —respondió el hombre con el entrecejo fruncido y, Jimin negó suavemente con la cabeza.

—La mayoría de las farmacias están saqueadas, las probabilidades de que las mismas medicinas que estaba tomando el señor Kim puedan encontrarse, son mínimas. Por eso necesito ir, para encontrar alternativas. Y realmente necesito que usted se quede con Jade, sé que es su familia, pero.... estaría más tranquilo si usted se queda con ella —le contestó Jimin con una pequeña sonrisa tranquilizadora. Finalmente Lee asintió derrotado y, Jimin salió de la recámara hacia la de los señores Kim para revisar las cajas vacías de medicinas otorgadas por la señora. Finalmente bajó los escalones, encontrándose con el teniente con un pequeño morral a su espaldas, dándose cuenta de que allí guardaba varias armas y después decidieron salir para subir a la camioneta.

Cuando salieron de la propiedad, Jimin comenzó a sentirse nervioso, era la primera vez en días que no se enfrentaba de nuevo a la realidad y aunque siguiese temeroso dentro de la vivienda, no le gustaba mucho la idea de volver a sentir bastante ansiedad al ver la cantidad de caminantes que querían devorarlo en vida. Decidió abrir la ventana cuando el militar sacó un cigarro y comenzó a fumar, mientras ambos se mantenían en un silencio sepulcral.

—¿Quiere uno? —le ofreció el militar, sacando la caja de cigarros y Jimin de inmediato se negó—. La verdad ni siquiera sé por qué usted está acá, se está arriesgando cuando yo podría buscar las medicinas —sentenció. Jimin rodó los ojos, estaba cansado de explicar la razón de sus acciones, así que, simplemente giró a mirar el perfil del teniente—. Si es para probar algo, realmente es una decisión estúpida.

—Más bien, usted debería dejar de fumar. A este paso morirá de un cáncer pulmonar y, no hay tratamiento en esta clase de mundo para eso —le evadió Jimin, frunciendo su entrecejo y cruzándose de brazos—. Ya hay mucha muerte como para que quiera llamarla, eso es aún más estúpido —el teniente dio una profunda calada y dejó salir el humo, demostrando lo poco que le importaban las palabras expresadas por el joven. El resto del camino les rodeó un silencio incómodo, hasta que arribaron a una pequeña farmacia lejos del centro de la pequeña ciudad.

Jungkook estacionó el vehículo en frente de la puerta para luego comenzar a alistar y recargar varias armas, dándole una a Jimin, quien la aceptó y mantuvo el objeto entre sus manos. Finalmente el militar colgó el pequeño morral a sus espaldas y salieron. Quién tomó la delantera fue Jungkook, y antes de abrir la puerta de la farmacia, golpeó el ventanal de esta, acaparando la atención de dos caminantes que yacían dentro de la estancia. El teniente chasqueó la lengua contra su paladar, antes de abrir la puerta y disparar de forma certera en las cabezas de ambos muertos. Hizo un movimiento con la cabeza para avisarle a Jimin que podía entrar, y este rápidamente buscó las medicinas que necesitaban en los estantes que yacían detrás de la caja registradora.

Abrió su morral vacío para comenzar a meter varias medicinas, aunque lastimosamente no estaban ya las necesarias para cuidar por completo al señor Kim. Tratando de encontrar más posibilidades, siguió adentrándose entre las repisas, alejándose del militar que ya se había desaparecido en otro lugar de la farmacia para buscar algo que Jimin ni siquiera sabía o le importaba. El joven seguía rebuscando en los estantes saqueados cuando sintió ciertos pasos errantes al otro lado del pasillo de dónde él se encontraba y escuchó aquellos balbuceos que tanto le erizaban la piel.

Giró de inmediato para enfrentar lo que le amenazaba, y lo que vio le dejó petrificado sobre el lugar. Se trataban de dos caminantes, bastante grandes y demacrados, con las vísceras fuera y con fluido corporal saliendo de sus bocas. Jimin pasó saliva, tanteando sus bolsillos, buscando rápidamente el arma que había dejado allí para poder concentrarse en las cajas de medicina. Cuando no pudo encontrar el arma de fuego y los caminantes estaban cerca de él, desenfundó la catana e imploró tener la fuerza suficiente para enfrentarlos, no obstante, prefirió primero escabullirse entre los estantes, muy bien sabía que no podía enfrentarse a ambos caminantes robustos al mismo tiempo.

Trató de calmar su respiración mientras pensaba en cómo salir de aquella situación, se aferró a la empuñadura, escuchando cómo los caminantes se desplazaban a través del otro lado de la repisa. Jimin movió varias cajas para tener visibilidad y tentando a su suerte, con fuerza traspasó el estante, logrando con este movimiento atravesar el tórax de uno de los caminantes. Luego, sacó este rápidamente y dio unos cuantos pasos hacia atrás cuando el caminante se lanzó contra el estante, Jimin pasó saliva nervioso y rápidamente extendió una vez más la catana con fuerza, atravesando el cráneo de su amenaza.

El joven jadeó retirándose a uno de los costados cuando el caminante cayó sobre el estante, antes de que lo aplastara. Y giró de nuevo cuando el muerto que quedaba se apresuró a alcanzarlo. Jimin sin meditarlo levantó la catana, generando un largo corte a través de todo el tórax del caminante, lo suficiente para terminar de sacarle todos los órganos y cuando este se inclinó a morderle el rostro, Jimin posicionó de forma vertical la catana y atravesó desde la quijada, la cabeza de su depredador.

Su rostro quedó salpicado de fluidos corporales y cerró los ojos, aguantando la respiración cuando el caminante dejó salir su último aliento contra su nariz. Aquel olor era comparado a la putrefacción, haciéndolo querer vomitar al instante, finalmente sacó la catana que todavía seguía incrustada y empujó el robusto cuerpo del caminante hacia atrás. Dejó salir un largo suspiro, tratando de calmar la adrenalina que se apoderó de su cuerpo y, al instante escuchó unos fuertes aplausos a su costado derecho. Jimin volteó a ver al otro lado de la farmacia, más allá de la caja registradora, encontrándose al militar con un cigarro en su boca y observándolo mientras aplaudía a la escena que pudo haber sido la última del joven.

—¿Estuvo allí todo el tiempo y simplemente se quedó allí parado? —le preguntó colérico luego de varios minutos mientras trataba de controlar su respiración. El militar sacó el cigarro de entre sus labios y chasqueó la lengua contra su paladar, para luego encogerse de hombros—. Si yo hubiera muerto, ¿ni siquiera piensa que el señor Kim, quien le está ayudando puede que también lo hubiera hecho?

—No soy tan idiota, Park. Si usted hubiera muerto, hubiera tomado su morral en donde seguramente ya estaban las medicinas —respondió con una sonrisa llena de ironía y Jimin frunció aún más su entrecejo—. No puedo estar detrás de usted las veinticuatro horas del día, yo también necesitaba buscar cosas que necesitaba. Además he encontrado mucha leche de fórmula para la bebé y pañales, y eso que no me concierne —concluyó, antes de volver a calar el cigarro.

Jimin dejó salir un largo suspiro antes de salir detrás de la parte trasera del almacén. Caminó derecho para tomar varias unidades de pañitos para limpiarse el rostro. Aunque sentía mucha cólera por la falta de ayuda del militar, sabía muy bien en el fondo que Jeon Jungkook tenía razón.

Finalmente, subieron a la camioneta y volvieron de nuevo a la propiedad, para seguir ignorándose lo que quedaba del día, o como siempre solían hacerlo cuando no discutían.


(...)


Jimin se despertó cuando su cuerpo sintió el frío de la madera, aún somnoliento se sentó percatándose de que la razón por la que estaba allí era porque el militar le había sacado de la cómoda colcha. El joven frunció su entrecejo, y con la poca fuerza que tenía adormilado, empujó el cuerpo de Jungkook sin ningún escrúpulo para poder acostarse una vez más y taparse.

Después, los ronquidos de este comenzaron a resonar por toda la estancia y Jimin llevó la frazada hacia su cabeza para amortiguar los ruidos estruendosos que no le dejaban retomar el sueño. Estuvo a punto de considerar coger la almohada y ahogar al militar para que lo dejase dormir, no obstante, los molestos sonidos se detuvieron por un instante cuando el militar se removió entre la colcha, y Jimin abrió sus ojos sorpresivamente cuando sintió los fuertes brazos del militar rodear su torso, para luego sentir cómo una pesada pierna apresaba las suyas.

El cuerpo del militar tenía el doble de la masa muscular de Jimin, y al sentirlo aferrado al suyo, no solo le hizo sentir incómodo sino también ofuscado porque le obstruía la respiración. Y no solo eso, el rostro del militar quedó a la altura de su oído, y comenzó a roncar. Jimin frunció su entrecejo bastante exasperado, y se removió, alejando con fuerza los brazos que lo apresaban. En ese momento el militar se despertó, sentándose y observando a Jimin de mala forma.

—Vuelve a ponerme un dedo encima y le golpeo, Jeon —bramó Jimin con cólera, dándole la espalda al militar para cerrar sus ojos y tratar de reconciliar el sueño—. Y si sigue roncando, juro que le obligo ir a dormir con las gallinas. Estoy agotado y quiero descansar.

El militar volvió a recostarse y también le dio la espalda, sin saber muy bien qué había ocurrido con aquel pequeño y petulante joven que pareciese querer culparlo de todas sus desgracias. Él solo estaba durmiendo tranquilo y, pareciese como si solo hacerlo le molestara a Jimin.

Esa noche ambos durmieron lo más alejado del otro, Jimin por su parte agradeció la lejanía. Por parte de Jungkook, pensaba en cómo hacerle de una vez una cama al joven para que le dejara su propio espacio porque al paso que iba, no le sorprendería que Jimin se levantara a media noche y le ahogara con una almohada.

**

Estos problemas maritales de los muchachos🙄.

En multimedia encuentran cómo me imagino a Jimin con Jade (aunque por el momento él tiene el cabello obscuro). Cred. a quién corresponda.

¿Qué creen del avance más grande que hemos tenido (físicamente) entre el kookmin? ¿Jimin por fin mejorará y se convertirá Jackie Chan? ¿Por fin habrá más interacciones entre jk y jm? Todo esto y más en los próximos capítulos.

Muchas gracias por su apoyo, realmente me emociona ver que ya hemos llegado a los 10k votos, omg.💕

Besos.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top